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— 278 —Este, â lo largo de las cuales se ven expuestos âser el blanco de la perfidia de los jefes que enellas dominan, ó caer en poder de los piratas queinfestan las playas de las islas de Joló y Celebes.Estos piratas tienen siempre seguridad de serprotegidos por los principes independientes, quetoinan tambien parte activa en sus robos â manoairada. El interior, ó mas bien las comarcas delcentro de la isla, no han sido todavia examinadaspor viajeros entendidos, â cuyos informes puedaprestarse debida confianza, aun cuando, segunse verâ inâs adelante, no faltan narraciones exageradas,bien sobre la naturaleza del pais , bienrespecto del carâcter de sus moradores ; habiendotambien quien se ha lisonjeado en presentarloscomo unos salvajes horrorosos, tan âvidos desangre y de matanza, que consideran como undeber adornar sus habitaciones con los despojoshumanos. Fabulas tan ridiculas acaban de serdesmentidas por las relaciones de viajeros querecientemente se han internado en distintos puntosdel pais, en los cuales los aborigènes jamashabian tenido relacion alguna con los europeos.Borneo tiene una extension demasiado dilatadapara que un gobierno cualquiera de los de Europapueda conseguir beneficiar con éxito todosloapuntos de la isla en el espacio de algunos