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Mal <strong>de</strong> puerco<br />
Bauman dice, y yo le creo, que si la moda fuera<br />
un mero proceso físico, sería una anomalía<br />
monstruosa contra todas las leyes <strong>de</strong> la naturaleza.<br />
Pero la moda aclara no es un hecho<br />
físico: es un fenómeno social. Cuando tuve<br />
aquella conversación, todavía no nos volvíamos<br />
fans o mejor dicho, portadores <strong>de</strong> esta personalidad<br />
histórica que, como el Ché, perdió toda su<br />
aura para convertirse en una bolsa, una playera<br />
mal pintada y el logo <strong>de</strong> unos cupcakes, es <strong>de</strong>cir,<br />
en un producto <strong>de</strong> moda. Desafortunadamente,<br />
este mundo <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncias, como dice Zygmunt<br />
Bauman, tiene una “economía cuya columna<br />
vertebral es el verte<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> basura”. Ensalzar a un<br />
arquetipo con fines mercantiles y más aún, una<br />
artista,es una <strong>de</strong> esas acciones que tienen un final<br />
pre<strong>de</strong>cible.<br />
La otra<br />
Muerte <strong>de</strong><br />
Frida<br />
producto. ¿Y qué otro fin iba a tener? ¿Alguien<br />
acaso se ha puesto a pensar si a Frida le<br />
hubiera gustado aparecer como arquetipo <strong>de</strong> una<br />
edición en Vogue (<strong>de</strong> mujeres, claramente,<br />
europeas) o en feas bolsas para el mandado? No,<br />
claro que no, porque para nosotros Frida<br />
nos pertenece, así como nos pertenece la estampa<br />
que compramos con su cara, los zapatos<br />
dibujados con una <strong>de</strong> sus obras. Como si no fuera<br />
fácil adueñarnos <strong>de</strong> una persona y llevarla a todas<br />
partes como un llavero o cualquier otro accesorio.<br />
“La masa es una matriz <strong>de</strong> la que actualmente<br />
surte, como vuelto a nacer, todo<br />
comportamiento consabido frente a las obras artísticas.<br />
La cantidad se ha convertido en<br />
calidad: el crecimiento masivo <strong>de</strong>l número <strong>de</strong><br />
participantes ha modificado la índole <strong>de</strong> su<br />
participación”, dice W. Benjamin. Así, no importa<br />
que no sepas nada <strong>de</strong> su obra artística, <strong>de</strong> su<br />
contexto histórico, eres fan <strong>de</strong> Kahlo porque tienes<br />
una colección <strong>de</strong> productos con su imagen.<br />
Des<strong>de</strong> Vogue, Frida no sólo se ha vuelto un símbolo<br />
más <strong>de</strong>l imaginario que conforma la<br />
i<strong>de</strong>ntidad mexicana sino un referente <strong>de</strong> la moda<br />
actual. Y cuando digo actual, sí, me refiero a<br />
posmo<strong>de</strong>rna aunque el término nos dé picazón.<br />
Esto implica la nueva perspectiva cultural con<br />
la que nos movemos, el cuestionar la belleza sin<br />
arriesgarnos mucho realmente, la fuerza <strong>de</strong> la<br />
mujer in<strong>de</strong>pendiente, talentosa, y con una historia<br />
<strong>de</strong> vida trágica. ¿En qué termina todo esto?<br />
La individualidad, la personalidad <strong>de</strong> una mujer <strong>de</strong><br />
principios <strong>de</strong>l siglo XX es convertida en un<br />
‘La moda nunca se limita a ser. Existe en un<br />
estado permanente <strong>de</strong> <strong>de</strong>venir’, dice Simmel. Es<br />
muy interesante el mundo <strong>de</strong> lo ‘efímero’. Si bien<br />
por una parte todos quieren poseer lo que<br />
está en boga, al mismo tiempo lo <strong>de</strong>secharán sin<br />
nostalgia cuando el tiempo límite <strong>de</strong> usanza<br />
(o <strong>de</strong> usuarios) se haya excedido. Es una constante<br />
lucha entre dos naturalezas humanas: el<br />
<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> pertenecer, y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar. Por lo<br />
tanto, todo lo amado en un tiempo<br />
terminará en el olvido. Y todas las tiendas que<br />
llevan el nombre <strong>de</strong> algo pasado <strong>de</strong> moda nos<br />
sonarán chocantes. En los últimos meses me he<br />
topado con comentarios sarcásticos sobre la<br />
popularidad exagerada y engorrosa <strong>de</strong> esta pintora.<br />
Su muerte, su segunda muerte, está por<br />
venir. Es inevitable. La moda <strong>de</strong> alguna manera<br />
exige cambiar la manifestación pública <strong>de</strong><br />
nuestra i<strong>de</strong>ntidad con una frecuencia vertiginosa<br />
sin poner resistencia. No creo que haya<br />
posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que este fenómeno tan complejo<br />
cambie, ni lo propongo, digo que así lo veo<br />
y qué curioso.<br />
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