11.03.2016 Views

tercera_parte

libro lecorbusier

libro lecorbusier

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier en el Centro Cívico del Plan Piloto de Bogotá, 1950<br />

Juan Carlos Aguilera<br />

«Por lo que se refiere al hábitat, hay un problema de primera<br />

importancia; es el problema mismo, fundamental, que pone<br />

de manifiesto dos tesis adversas: “la ciudad-jardín horizontal”,<br />

la ciudad-jardín vertical». 1<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: plano del Centro Cívico BOG 4220, Esc. 1:2000 – Circulación. ©FLC 605.<br />

El plan de urbanización de Bogotá es desarrollado en cinco<br />

páginas del volumen 4 de la Obra completa, 1946-1952, 2 tras<br />

la presentación de la grilla CIAM del urbanismo. Es sabido el<br />

interés prestado por Le Corbusier en la edición de sus textos,<br />

en los que palabra e imagen reaccionan entre sí y multiplican<br />

la búsqueda de unidad de su pensamiento. Bastaría pensar<br />

que para saber del plan de Bogotá, primero sería necesario<br />

saber qué había antes. Es así que la grilla, adoptada en el<br />

séptimo congreso, en Bérgamo (Italia), establece la metodología<br />

para el estudio del plan.<br />

La primera de las cuatro funciones corresponde al habitar<br />

o lo que presupone pensar que el desarrollo de la ciudad,<br />

para Le Corbusier, empieza desde la idea misma de habitar.<br />

Indagar por el habitar se torna más complejo en el momento<br />

de pensar en la intervención sobre el «corazón» de la<br />

ciudad: el Centro Cívico. La propuesta urbana y arquitectónica<br />

para el Centro Cívico de Bogotá es presentada en tres páginas<br />

del volumen mencionado, pero tal vez sea la última la<br />

que establezca con más precisión la relación entre vivienda y<br />

Centro Cívico en el plan. Dicho plan, de acuerdo con el archivo<br />

de la FLC, corresponde al plano FLC 605, 3 es desarrollado<br />

por Le Corbusier, Josep Lluís Sert y Paul Lester Wiener y es<br />

fechado el 30 de junio de 1950.<br />

En efecto, el plano es la expresión de una doble dinámica:<br />

la interna, que corresponde al desarrollo de todo proyecto<br />

y la externa, que tiene que ver con aquellas exigencias<br />

198 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


que, fuera de la mesa de dibujo, afectan y modifican el desarrollo<br />

del mismo.<br />

En el primer caso, el plan es el punto de convergencia de<br />

dos modos de pensar y hacer ciudad: el tipo Ville Radieuse de<br />

Le Corbusier y el urbanismo pragmático de Josep Lluís Sert.<br />

En otras palabras, la situación en la que se desarrolla el plan<br />

se puede ver como un punto en el que pivotan las posiciones<br />

entre el CIAM de Bérgamo (1947) y el de Hoddesdon (1951).<br />

En el segundo caso y en una dimensión local, sin que<br />

sea irrelevante, la ciudad se encuentra a medio camino entre<br />

el gran pueblo y la pequeña ciudad. Las autoridades municipales,<br />

conscientes de tal situación, establecerán medidas<br />

para actuar sobre ello. Pero de nuevo, la ciudad será el punto<br />

de convergencia entre dos modelos: la ciudad vista como el<br />

escenario para el desarrollo de intereses colectivos, contra<br />

aquella que la ve como el escenario para la idea de «progreso»<br />

a partir de intereses privados.<br />

Las dos miradas convergen en el plan para Bogotá. La<br />

idea de una ciudad que se proyecta en altura pronto será<br />

descartada por los «beneficios» que provee la ciudad extendida<br />

horizontalmente.<br />

Palabras y trazos<br />

«Un trazo, un esquema permiten consignar en la hoja de papel<br />

la concepción de un pensamiento, de un ciclo, de una<br />

época incluso venidera».<br />

Le Corbusier, Manière de penser l’Urbanisme, 1946. 4<br />

a. Palabras para una filial del atelier de constructores en<br />

Colombia<br />

A punto de culminar su primer viaje a Bogotá, 5 Le Corbusier<br />

recibe una carta de José Vicente Garcés Navas, gerente del<br />

recién creado Instituto de Crédito Territorial (ICT), 6 en la que<br />

le ratifica el interés en establecer actividades con el ATBAT, 7<br />

en París:<br />

Tengo el agrado de confirmar, por la presente, el convenio<br />

verbal celebrado con usted el sábado pasado (21 de junio<br />

de 1947) en el Hotel Granada, referente a la forma como el<br />

Instituto de Crédito Territorial, entidad nacional colombiana<br />

encargada del mejoramiento de vivienda urbana y rural, puede<br />

aprovechar los grandes conocimientos y la valiosa experiencia,<br />

tanto de usted, como de la organización «ATBAT»<br />

que usted tiene establecida en París (sic). 8<br />

Dentro de las nuevas actividades propuestas para desarrollar,<br />

el ICT 9 se propone desarrollar la vivienda urbana y en<br />

altura. Es así que la carta continúa manifestando el deseo de<br />

trabajar con el ATBAT en el desarrollo del barrio Los Alcázares,<br />

al noroccidente de la ciudad:<br />

1º El Instituto de Crédito Territorial (INSCREDIAL) desea que<br />

el profesor Le Corbusier estudie las variaciones que juzgue<br />

oportunas en la Urbanización de «LOS ALCÁZARES» que este<br />

Instituto construirá en la ciudad de Bogotá. Este estudio se<br />

refiere no a toda la Urbanización, pues hay una <strong>parte</strong> que necesariamente<br />

deberá construirse, sin demora, en la forma ya<br />

proyectada y aprobada por el Municipio de Bogotá; en la otra<br />

<strong>parte</strong> de la Urbanización, que fue claramente demarcada en<br />

el plano estudiado por el Profesor Le Corbusier y que le será<br />

remitido a París en unión de un plano acotado de la misma<br />

Urbanización sino también de viviendas, tanto individuales<br />

como colectivas y además de centros sociales que deberán<br />

prestar servicios a todo el barrio de «LOS ALCÁZARES»; estos<br />

centros sociales son: una escuela mixta para niños y niñas, un<br />

teatro, un club, un sitio de deportes y un edificio comercial,<br />

donde pueda organizarse la venta de víveres, una farmacia y<br />

almacenes generales para el servicio del barrio [sic]. 10<br />

Es necesario subrayar que las exigencias por <strong>parte</strong> de los<br />

organismos municipales apuntan en la misma dirección a los<br />

planteamientos formulados por Le Corbusier, 11 para quien la<br />

vivienda (logis) está conformada por dos elementos: el contenedor<br />

(le contenant) y las prolongaciones de la vivienda<br />

(les prolongements). 12<br />

La carta continúa enfatizando dos de los aspectos que,<br />

de la misma forma, serán una constante en la investigación:<br />

la vivienda tipo y la prefabricación:<br />

2ª El Profesor Le Corbusier podrá libremente presentar los tipos<br />

de vivienda y demás para este sector de «LOS ALCÁZA-<br />

RES», pero el Instituto le remitirá a París copias de los tipos<br />

de vivienda individuales que va a construir en el sector ya<br />

expresado, a fin de que se informe de cuáles son las distribuciones<br />

y costumbres colombianas en casas individuales.<br />

3ª El Instituto está vivamente interesado en establecer plantas<br />

de prefabricación, para elementos estandarizados que<br />

permiten su utilización en los varios tipos de viviendas y para<br />

ello estaría listo a celebrar un contrato con la organización<br />

ATBAT de París para que un experto en estos asuntos venga<br />

a Colombia a fin de estudiar la posibilidad de montar una<br />

fábrica, la que podría establecerse formando una compañía<br />

en la que entrarían como socios: ATBAT de París, el Instituto<br />

de Crédito Territorial y las fábricas de cemento y de Eternit<br />

que tienen su sede en Bogotá [sic]. 13<br />

Sí se ha señalado la importancia atribuida al binomio vivienda<br />

y prolongaciones de la vivienda, al que se ha señalado el<br />

estudio sobre los tipos de vivienda y la prefabricación.<br />

No sobra señalar que durante la visita de Le Corbusier a<br />

Bogotá, se está desarrollando el proyecto para la Unidad de<br />

Habitación de Marsella, 14 pero así mismo no hay que olvidar<br />

el proyecto para la Ferme Radieuse (1933), en el que ya se<br />

han señalado los principios similares a los que perseguirá el<br />

proyecto para Los Alcázares. 15<br />

Tres semanas más tarde, el 15 de julio de 1947, Fernando<br />

Mazuera Villegas –alcalde y comerciante de la ciudad–<br />

escribe a Le Corbusier, solicitando el costo del ATBAT para<br />

el desarrollo de cuatro acciones: desarrollar el Plan Director<br />

para la ciudad, establecer la oficina para el desarrollo del<br />

plan, contar con dos urbanistas y establecer el puente entre<br />

Bogotá y París. 16<br />

La respuesta del 12 de agosto que Le Corbusier envía<br />

tanto a Fernando Mazuera como a J. V. Garcés Navas confirma<br />

el interés en establecer la filial en Bogotá, enfatizando el<br />

carácter formativo que en ella se ha de desarrollar. 17<br />

La importancia técnica que atribuye Le Corbusier a la<br />

conformación de la filial se reconoce al señalar expresamente<br />

a Bodiansky, quien entonces se desempeña como director<br />

técnico del ATBAT y encargado de las obras de la Unité de<br />

Marsella. En efecto, días más tarde escribe:<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

199


Una misión integrada por el Sr. Bodiansky, Director Técnico<br />

de ATBAT, acompañado de un arquitecto urbanista cualificado,<br />

irá a Bogotá. Esta misión podrá partir de Francia el<br />

15 de octubre. Yo mismo, después de una escala en Nueva<br />

York, iría a Bogotá en el mes de noviembre o a principio de<br />

diciembre.<br />

Sr. Bodiansky tendrá plenos poderes para celebrar el acuerdo<br />

con usted acerca de la labor que desea encargar a mi<br />

grupo así como a la organización del ATBAT colombiano y<br />

todas las inquietudes necesarias [sic]. 18<br />

***<br />

La conversación se hace cada vez más tensa. Le Corbusier<br />

no deja de ir enviando los «reportes» a las autoridades de<br />

turno sobre sus proyectos, especialmente, la vivienda en altura.<br />

19 El interés por la implementación y actuación del ATBAT<br />

en tierras distantes es un hecho.<br />

La situación se tornará más compleja a partir de los acontecimientos<br />

desarrollados tras el magnicidio de Jorge Eliécer<br />

Gaitán, el 9 de abril de 1948. El centro de la ciudad será el<br />

escenario de disturbios que desembocarán en el denominado<br />

«Bogotazo», situación que no dejará indiferente a Le<br />

Corbusier, quien ya ha manifestado su posición frente a las<br />

afectaciones de las ciudades tras las devastaciones de las<br />

guerra. 20 Es así, que pese a que los edificios destruidos no<br />

fueron muchos, la dimensión que cobró ante los medios fue<br />

la de una ciudad devastada. 21 Lejos de atender a tales aseveraciones,<br />

Le Corbusier mira más allá, comprende la posibilidad<br />

de cristalizar sus teorías urbanas en un proyecto real.<br />

No será así para algunos, especialmente desde la revista<br />

Proa, que ven en el los sucesos del 9 de abril la oportunidad<br />

para el desarrollo del plan por <strong>parte</strong> de los «arquitectos modernos».<br />

22<br />

Dos hechos, pese a su relativo impacto inmediato, señalan<br />

el cambio que ya se plantea en la ciudad, por <strong>parte</strong> de<br />

las autoridades municipales:<br />

Entre las medidas dictadas sobresalen dos decretos pioneros:<br />

el 21 de abril, el número 1286 se convierte en la primera<br />

ley de propiedad horizontal y el 28 del mismo mes, el número<br />

1370, declarando de utilidad pública en su totalidad<br />

la manzana que separa el Capitolio Nacional del Palacio de<br />

Nariño. 23<br />

Es así, por lo tanto, que las herramientas para la posible implementación<br />

del plan empiezan por ser legislativas. La primera,<br />

cuyo campo de acción está enfocado hacia la vivienda<br />

en altura, y la segunda, para efectuar las expropiaciones<br />

necesarias.<br />

b. Trazos en lo plano<br />

Los primeros esquemas para el desarrollo del Centro Cívico<br />

se observan en el plano FLC 31560, de enero de 1950. Los<br />

trazos apuntan al estudio del sector que se extiende desde<br />

la plaza de Bolívar hacia la calle 26. Las vías que organizan<br />

el Centro Cívico ya están definidas: paralelas a la montaña:<br />

las carreras 4.ª, 10. a y 14 y en sentido perpendicular, la calle<br />

6.ª, la avenida Jiménez y la calle 26. Unos trazos ya insinúan<br />

la disposición de las unidades en el costado oriental de la<br />

carrera 10.ª, en la <strong>parte</strong> central.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: esquema del Centro Cívico. © FLC 31560.<br />

El esquema del 10 de enero de 1950 y dibujado a la misma<br />

escala que el anterior, no hace referencia a los bloques<br />

de vivienda. Presenta mayor precisión en los bloques de oficinas,<br />

destinados a los ministerios, que empiezan a configurar<br />

el Centro Cívico. La carrera 10.ª empieza a manifestar su<br />

carácter doble, como vía principal de flujo rápido, y como<br />

vía de acceso al sector, de flujo moderado. Así mismo, ya se<br />

precisan los puntos de cruce, conflictivos con las vías perpendiculares.<br />

Tres semanas más tarde, sobre el plano de estudio del<br />

Centro Cívico, desarrollado en París el 2 de febrero, plano<br />

FLC 31564, los rastros de un papel superpuesto permiten<br />

corroborar el estudio de la zona central. Pero especialmente<br />

en el caso de la vivienda, es necesario subrayar los trazos,<br />

que insinúan cuatro unidades, sobre la carrera 10.ª, entre la<br />

avenida Jiménez y la calle 26, en el mismo costado que el<br />

plano anterior, vía que continúa adquiriendo más desarrollo,<br />

especialmente en los cruces con la calle 6.ª, avenida Jiménez,<br />

y calles 22 y 26.<br />

200 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: dibujo del sector en torno a la plaza de Bolívar<br />

(10.01.1950, 1:2.000). © FLC 31561.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico (2.2.50). © FLC 31564.<br />

En un bosquejo registrado el 28 de febrero en su cuaderno<br />

de apuntes, los trazos lila señalados en el plano anterior<br />

son visualizados como el posible desarrollo del costado<br />

oriental de de la carrera 10.ª desde la plaza de toros hacia el<br />

sur. Son unos dibujos muy explícitos. Trazados con un lápiz<br />

rojo, las unidades permiten contemplar la presencia de las<br />

montañas, que «sirven de fondo a la composición». 24<br />

El 20 de marzo, FLC 33688, manteniendo la misma escala,<br />

se observan siete unidades localizadas entre las carreras<br />

10. a y la 14, que contrastan con los trazos que se insinúan<br />

en el costado occidental de la carrera 4.ª. Los colores acentúan<br />

la jerarquía vial que está definiendo. El color marrón ya<br />

establece vías de mayor velocidad y las de color ocre, de<br />

menor intensidad, pero es desde las cuales se conectan las<br />

diversas unidades. Cada unidad ya cuenta con una zona de<br />

parqueaderos y las distancias entre cada una de ellas empieza<br />

a adquirir más regularidad.<br />

Como si se tratara de determinar el mejor sector para<br />

ubicar los bloques de vivienda, en un par de planos del 22<br />

de marzo se observan las posibles ubicaciones de estos<br />

sectores:<br />

Le Corbusier, dibujo del sector de San Diego, frente a la plaza de toros, hecho en su cuarto viaje a la ciudad (28.2.50) Carnet 2 – D15, 181-182. © FLC.<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

201


Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico<br />

(20 de agosto de 1950). © FLC 33688.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico<br />

(21 de marzo de 1950). © FLC 31565.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico<br />

(22 de marzo de 1950). © FLC 31568.<br />

En el primero de ellos, FLC 31565, se observa un hecho<br />

significativo: una franja verde que desciende desde las montañas,<br />

25 hasta la carrera 4. a , desde la cual una franja se prolonga<br />

hasta la carrera 7.ª y establece un límite con la zona<br />

de vivienda en el costado nororiental del Centro Cívico, en la<br />

cual se han efectuado 13 trazos en dos franjas; es necesario<br />

resaltar los tres ubicados entre la calle 10 y la avenida Jiménez,<br />

ya que han sido trazados sobre otros que presentaban<br />

una orientación, de acuerdo con el sentido de las calles y<br />

carreras de la ciudad.<br />

El segundo esquema, FLC 31568, presenta en este caso<br />

16 unidades dispuestas en el costado sur (costado norte de<br />

la calle 6) y en el costado occidental de la carrera 10.ª. Algunos<br />

trazos se observan en la <strong>parte</strong> nororiental del Centro Cívico,<br />

entre la avenida Jiménez y la calle 26. Pese a la aparente<br />

improvisación de los trazos, es importante destacar la intención<br />

en la orientación y distancias previstas entre los bloques.<br />

c. Trazos en pendiente<br />

Paralelo al trabajo adelantado en el Centro Cívico, hay un<br />

hecho significativo que es necesario subrayar: corresponde<br />

a la solicitud de Carlos Arbeláez Camacho a Le Corbusier,<br />

el 12 de abril del mismo año, con el fin conocer la posible<br />

ubicación de un terreno para la construcción de un inmueble<br />

por <strong>parte</strong> del ICT. 26<br />

«Un Instituto de Habitación, de reciente fundación, quiere<br />

construir para sus afiliados un bloque de vivienda colectiva<br />

en altura en un lote cerca de las montañas y de acuerdo con<br />

el esquema que le envié, quiero saber si dicha construcción<br />

interrumpe con sus planes o no. En el segundo caso, estos<br />

señores podrían hacer tranquilamente sus negociaciones.<br />

Gracias por tu opinión en este caso. Espero que haya recibido<br />

mi carta anterior con noticias de Bogotá» [sic]. 27<br />

Tal acto reafirma la búsqueda de nuevos tipos de vivienda en<br />

la ciudad, además de estar asociada con otros planteamientos<br />

en las ordenanzas edificatorias, en gran <strong>parte</strong> gracias<br />

a la labor del arquitecto jefe de la sección técnica, Jorge<br />

Gaitán Cortés. 28<br />

Una semana después, el 19 de abril, Le Corbusier responde<br />

a Carlos Arbeláez informándole que remitirá a Sert-<br />

Wiener la doble inquietud: por una <strong>parte</strong>, para establecer la<br />

ubicación de los mercados en los diversos sectores y por<br />

otra, para conocer su posición con relación al inmueble en<br />

altura de la carrera 1.ª entre calles 13 y 14. 29<br />

La brevedad de la carta a Arbeláez contrasta con la enviada<br />

a Wiener y Sert, en la que, tras una serie de observaciones,<br />

hace referencia al inmueble en la zona indicada:<br />

En cuanto a mí, estoy muy contento de ver nacer, surgir estas<br />

iniciativas, pero hay que guiarlos. Esto es crucial. También,<br />

ustedes verán en el expediente de Arbeláez, un pequeño<br />

plano en donde se encuentra situada la cuadra considerada<br />

y donde se encuentra implantado el tipo de edificio que<br />

necesitamos imponer (es decir, una vivienda perfectamente<br />

orientada y de buen tamaño). Esta unidad excede la cuadra,<br />

que incluye estacionamiento y garaje. En otro plano anexo<br />

se encuentra indicado, a modo de principio, una serie de<br />

unidades que constituyen un sector. Estas unidades en las<br />

laderas (la pendiente de las colinas) es muy interesante solo<br />

conectarlos en lo alto a los automóviles y en lo bajo, a los<br />

peatones. Pero es necesario para estos sectores residenciales<br />

(edificios de apartamentos cualificados) imponer un<br />

estatuto imperativo.<br />

En este sentido, creo que incluso nosotros debemos ser llamados<br />

por los promotores de estas construcciones a título<br />

de expertos. Personalmente puedo hacer un acuerdo que les<br />

permitan establecer los planos con toda seguridad, conforme<br />

a nuestras exigencias urbanísticas por una <strong>parte</strong> y por otra, la<br />

ventaja de la enorme experiencia que adquirí en estas cosas.<br />

Les solicito ver, incluso con Arbeláez, cómo podría ser constituido<br />

un contrato tipo entre nosotros y aquellos que debemos<br />

guiar de la forma indicada anteriormente. Este hecho se repetirá<br />

mucho y nuestra intervención (realmente muy escasa,<br />

pero muy precisa) tendrá un valor inestimable. Wiener podría<br />

realmente examinar esta cuestión y discutirla con Bogotá.<br />

202 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Carta de solicitud de ubicación de un inmueble en la montaña (carrera 1. a y<br />

calles 13-14). © FLC H3-5-7.<br />

Le Corbusier, esquema para la ubicación de ocho unidades en la montaña,<br />

BOG 121-2, n.º 4198, 20 de abril de 1950. © FLC H3-5-4.<br />

Encontrarán adjunto a esta carta un archivo que les concierne<br />

(un plano y duplicado de la carta a Arbeláez, y también la<br />

carta a Arbeláez, más una copia de esta carta, además de<br />

una serie de planes similares a la anterior). Les pido que, si<br />

mis propuestas encuentran acuerdo, envíen de inmediato a<br />

Arbeláez todo un dosier, sin un minuto de retardo. 30<br />

Dos días más tarde, el 21 de abril, Le Corbusier responde a<br />

Wiener y Sert, haciendo referencia a un plano en el que se<br />

relaciona la ubicación del inmueble:<br />

Respuesta a la pregunta: la construcción de un inmueble colectivo<br />

en la carrera 1 entre calles 13 y 14, de acuerdo con<br />

su plano bosquejo que llamamos 12 de abril, 1/10.000, en<br />

nuestros dibujos.<br />

La respuesta de Le Corbusier es acompañada de dos esquemas.<br />

El el primero, H3-5-4, se observan ocho unidades<br />

dispuestas entre las sinuosas vías localizadas en la montaña,<br />

que contrastan con la cartesiana estructura vial, que toma<br />

como punto de referencia la plaza de Bolívar. Pese a lo esquemático,<br />

ya se pueden precisar los elementos relativos a<br />

la separación entre sistema vehicular y peatonal, disposición<br />

en la ladera y accesos al inmueble.<br />

El plan de BOG 121-2 n.º 4198 muestra en rojo la ubicación<br />

que aceptamos, que cubre un área más profunda dirigida<br />

hacia el sureste, pero aceptamos que podemos hacer un<br />

edificio de esta naturaleza, de acuerdo con los gálibos, indicado<br />

por nuestro plan BOG 121-2 n.º 4150. Exigimos que<br />

las «unidades de habitación de tamaño adecuado», basadas<br />

en la orientación y el terreno, y el volumen perspectivo en el<br />

paisaje, son también la mejor manera de ver su rendimiento<br />

y eficacia. Por lo tanto, su sociedad de construcción deberá<br />

tener en cuenta estos requisitos. Para su información y solo<br />

para usted, y no para otros, le ofrecemos el plano BOG 121-2<br />

n.º 4198, que indica la posibilidad de las otras unidades similares<br />

limitadas; sin embargo, en k, l, m, n, o, q, hay un asunto<br />

de arquitectura general y de eficiencia del plan. 31<br />

metros de largo, 24 de ancho y 60 de altura dispuesto sobre<br />

un terreno inclinado.<br />

El alzado presenta dos franjas: una vertical, ligeramente<br />

desplazada desde el centro, en la que se ubica el acceso y<br />

la circulación vertical; y una horizontal, que permite el acceso<br />

directamente desde la calle superior, en la que se ubica la<br />

«calle interior» (en este caso se señala 2690 metros de altura<br />

sobre el nivel del mar).<br />

El inmueble en ladera no es más que la adaptación a los<br />

planteamientos previos, que se remontan a las propuestas de<br />

1933 en Argel –Inmueble Ponsik y Lafon- y que más adelante<br />

serán consignadas en textos como Propos d’Urbanisme.<br />

A modo de ejemplo, esta la solución clara opuesta a la confusión<br />

de uso:<br />

Ciudad en pendiente o acantilado: En A, viviendas de cuatro<br />

plantas: las puertas deben estar sobre la calle, las fachadas<br />

La unidad es presentada con un esquemático alzado y planta;<br />

no por ello deja de ser revelador. Es un bloque de 137<br />

Le Corbusier, esquema para las unidades en ladera, BOG 121-2, n.º 4150,<br />

20 de abril de 1950. © FLC H3-5-5,<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

203


sobre la calle, la calle en zigzag, las casas zigzagueando,<br />

son un verdadero caos y la orientación de la casa es arbitraria.<br />

Fue necesario como mínimo, para poder desembocar,<br />

una calle abajo, una calle en cumbre, además de la calle en<br />

zigzag.<br />

En B, una sola calle en todos, la pendiente media; ascensores<br />

media altura. Economía en toda la línea. En lugar de<br />

confusión, la escala arquitectónica. El esplendor posible.<br />

Un punto crucial de la planificación...<br />

Resumamos: la ciudad, en lugar de convertirse en un pedregal<br />

implacable se convierte en un parque, etc. 32<br />

En su carnet de apuntes señala así mismo una reflexión similar,<br />

tras observar las viviendas que empiezan a ubicarse<br />

sobre la ladera de la montaña.<br />

En el segundo esquema, H3-5-2, el número de unidades<br />

aumenta a 11. Están dispuestas en forma perpendicular al<br />

sentido de la montaña y conforman tres franjas intercaladas<br />

entre sí. En una nota, escrita a un costado, se determina el<br />

estudio parcial de densidades, el cual arroja el dato de 320<br />

habitantes/Ha, producto de un sencillo cálculo: de las 11 unidades,<br />

9 son incluidas en un recuadro de 700 x 600 m, cada<br />

una contendrá –en promedio– 1500 habitantes, lo que da<br />

como resultado 13.500 habitantes en las 42 Ha. La rigurosa<br />

Le Corbusier, comparación entre la vivienda en ladera a lo largo de una vía continua y una zigzagueante. En: Propos<br />

d’Urbanisme, Bourrelier et Cie., París, 1946, p. 89. © FLC.<br />

Le Corbusier, esquema sobre la vivienda de montaña en Bogotá, en la que<br />

escribe: «en plan // no esto sino». Carnet 2 – D15, 1950, n. o 76. © FLC.<br />

204 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Le Corbusier, estudio parcial de densidades de las unidades de montaña<br />

BOG 102-5, n.º 4199, 20 de abril de 1950. © FLC H3-5-2.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico. © FLC 31567.<br />

disposición contrasta con la forma ya establecida, que adoptan<br />

las vías que se adaptan a la topografía. La arquitectura<br />

no hace concesiones, por el contrario, es claro que se enfrenta<br />

a una naturaleza antagónica.<br />

Nuestro plano BOG 102-5, n.° 4199 presenta la ocupación<br />

máxima del terreno con once unidades, que permite calcular<br />

una densidad de 320 habitantes por hectárea, es una buena<br />

densidad para estas cosas. Estos edificios automáticamente<br />

garantizar la circulación de los peatones, aparcamiento,<br />

garaje, etc. 33<br />

Y para culminar la carta, hace un llamado para que exista un<br />

control sobre la forma que podrían adoptar esos inmuebles.<br />

Último asunto: consideramos esencial para continuar, que<br />

los planificadores (Le Corbusier, Wiener y Sert) sean adjuntados<br />

como asesores en la ejecución de dichos edificios, ya<br />

que sería peligroso dejar la iniciativa totalmente libre a Bogotá.<br />

Esto es por el bien de la causa. 34<br />

La respuesta, del 26 de abril, de Sert y Wiener a Carlos Arbeláez<br />

Camacho enfatizará el control que han de tener sobre<br />

el inmueble:<br />

En referencia a su consulta en el bloque de viviendas propuestas<br />

en la carrera 1.ª entre calles 13 y 14, estamos de<br />

acuerdo con Le Corbusier que cualquier edificio de tal tipo<br />

requiere un estudio especial que afecta el plan de Bogotá,<br />

debe ser presentado a la OPRB y debe ser remitido a nosotros<br />

antes de tiempo. En este caso particular, la carta de Le<br />

Corbusier, croquis y diagramas deben ser conservados por<br />

usted de manera confidencial. Para la determinación de seguir<br />

sería necesario saber qué tipo y tamaño de bloque están<br />

contemplando, que cantidad de tierra que poseen y cuánta<br />

van a comprar, etc, y el programa, lo más definido posible,<br />

de sus intenciones.<br />

Todas estos datos deben ser remitidos a su oficina y remitido<br />

a nosotros. 35 [sic]<br />

Y de repente, un gran silencio frente al inmueble en la ladera…<br />

36<br />

d. Palabras de advertencia… «táctica»<br />

Con relación a la vivienda, en el plano FLC 31567 del 30 de<br />

mayo de 1950 hay un dato que es necesario destacar. En la<br />

<strong>parte</strong> inferior, a lo largo de la carrera 10.ª, los bloques que se<br />

han ido planteando, se separan y dejan una zona más amplia<br />

–entre la avenida Jiménez y la calle 22– en la que se lee<br />

redents. Ahora tres bloques se ubican hacia la calle 26 y 5,<br />

entre la calle 6.ª y la avenida Jiménez. En la <strong>parte</strong> superior y a<br />

la altura de la carrera 4.ª, seis bloques mantienen las mismas<br />

condiciones que los planes precedentes. Un nuevo tipo de<br />

vivienda se plantea junto al inmueble en espina.<br />

Un dato registrado en la carta del 21 de junio, enviada<br />

por Sert y Wiener a Le Corbusier, no deja de ser un indicio de<br />

las diferencias entre los intereses entre los dos «grupos» que<br />

vienen desarrollando el Plan Piloto. En efecto, la sugerencia,<br />

o mejor aún, la advertencia que para obtener la aprobación<br />

es conveniente presentar los planos en dos dimensiones:<br />

Con el fin de obtener la aprobación del Plan Piloto sin dilaciones<br />

indebidas, parecería, como táctica importante, no<br />

presentarlo en tres dimensiones, en este momento. Este aspecto<br />

debe ser planteado inmediatamente después cuando<br />

se haya obtenido la aprobación oficial de las directivas del<br />

Plan Piloto. De esta manera será más fácil llevar a cabo tanto<br />

en el plano de zonificación, calles y la red de vías, y sus<br />

ideas tridimensionales cuando sea la realización final.<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

205


Repetimos, le agradeceríamos si nos enviara sus planes en<br />

su estado actual sin ningún tipo de rendering, para mantenernos<br />

completamente informados y que nos permita hacer<br />

las consultas que tenemos que cumplir el contrato. 37 [sic]<br />

Una semana después, y pese a que afirman la condición tridimensional<br />

para pensar la ciudad, Sert y Wiener reinciden<br />

en su solicitud de no hacer evidente –ante las autoridades<br />

municipales– el alto grado de afectación previsto en el centro<br />

de la ciudad. Mientras para Sert y Wiener la ciudad es un<br />

objeto de afectación inmediata determinado por las variables<br />

de turno, para Le Corbusier, la ciudad excede y se sobrepone<br />

a los intereses administrativos, la ciudad exige y reclama<br />

su autonomía.<br />

Su plano BOG 4208 acaba de llegar. Los planos BOG 4201-2<br />

han sido recibidos previamente. Nos gustaría hacer algunas<br />

observaciones para su consideración, además de lo que ya<br />

hemos dicho en nuestra última carta, del 21 de junio, en el<br />

que abogamos, por razones tácticas, la omisión de cualquier<br />

indicación tridimensional en el Plan Piloto para la presentación<br />

dibujos que usted presentará en Bogotá. Todos estamos<br />

de acuerdo, por supuesto, que la planificación de la ciudad<br />

se ha de hacer en tres dimensiones, y que la planificación de<br />

carreteras y la zonificación (plan de uso de la tierra) deben<br />

tomar esto en cuenta. Pero si las tres dimensiones no se representan<br />

en este momento, será mucho más fácil conseguir<br />

la aprobación, sin perjuicio de lo dispuesto en el futuro. 38<br />

En las observaciones <strong>tercera</strong> y cuarta subrayan la idea de<br />

no presentar bloques tipo Marsella o lo que es más preciso:<br />

rechazar el plan tipo Ville Radieuse. Tal vez aquí se encuentre<br />

un tema para discutir, ya que si evidentemente las unidades<br />

propuestas se asemejan al bloque –en construcción– de<br />

Marsella, no dejan de ser más que la exploración desarrollada<br />

desde 1907 como Le Corbusier mismo lo ha señalado<br />

reiteradamente, y que se han planteado como Unidades de<br />

Habitación de Tamaño Conforme (UHTC).<br />

Observación # 3. En cuanto a H-2, este diseño, por supuesto,<br />

lo ideal, pero creemos que sería muy difícil para las<br />

autoridades de Bogotá para realizar en este momento las<br />

ventajas de veinticuatro edificios del tipo de Marsella. Los<br />

medios financieros y otros factores necesarios para esto no<br />

se encuentran disponibles en este momento de crisis en Colombia.<br />

Al margen de este razonamiento, sin duda provocaría una<br />

tormenta de oposición innecesariamente y en el momento<br />

equivocado. Como el plan maestro se desarrolla, los edificios<br />

de este tipo debe ser defendidos en etapas progresivas.<br />

Ya que no sirven para ningún propósito útil en este momento<br />

para insistir en una representación tridimensional<br />

de una empresa tan grande, se recomienda que el piloto del<br />

Plan Estatal de escritura que sólo en las zonas destinadas<br />

para los edificios altos y bajos.<br />

Observación # 4. En [Con] relación a H-3, el mismo argumento<br />

es válido para las residencias del tipo Ville Radieuse.<br />

En el Plan Piloto se sugiere que el estudio del Centro Cívico<br />

se limitará a la zona justo detrás del Capitolio, una vez<br />

más la omisión de cualquiera de las tres dimensiones de<br />

expresión, por el momento, pero debe hacerse con el Plan<br />

Maestro, cuando tengamos la información completa de los<br />

edificios existentes, que ahora falta. 39<br />

Una vez más, Le Corbusier manifiesta su inconformidad ante<br />

un silencio preocupante…<br />

Proyecto<br />

De 1907 a 1950, mi investigación fue incansable: la vivienda<br />

considerada como el templo de la familia, digna del esfuerzo,<br />

de la atención y el amor de los constructores; ¡la vivienda,<br />

preocupación sagrada, debe ser así! La vivienda ,el hogar,<br />

actualmente, cayó a lo más bajo de la especulación bajo<br />

la indiferencia de los profesionales.<br />

Le Corbusier, L’Unité d’Habitation de Marseille, 1950. 40<br />

a. FLC 605 - 30 de junio de 1950<br />

Finalmente, la vivienda en el Centro Cívico del Plan Piloto<br />

será ubicada perimetralmente en cuatro grandes sectores,<br />

FLC 604,, en los cuales es posible identificar las siglas Hepp<br />

y Hred. 41<br />

La propuesta para la vivienda no se remite sólo a la zonificación,<br />

como era habitual en el urbanismo más pragmático.<br />

Por el contrario, en la propuesta para el Centro Cívico, FLC<br />

605 del 30 de junio de 1950, especifica el tipo de arquitectura<br />

que se ha de desarrollar en cada uno de los sectores, incluyendo<br />

las zonas intersticiales, que albergan los servicios<br />

comunes y prolongaciones de la vivienda.<br />

En efecto, la vivienda presenta dos de los tipos que señala<br />

Le Corbusier como los adecuados, de acuerdo con la<br />

naturaleza del sitio, la orientación y el clima; estos son el bloque<br />

en espina y el bloque en redent. 42<br />

De acuerdo con el plano, hay 22 unidades 43 y cuatro bloques<br />

en rediente, distribuidos en cuatro sectores.<br />

El sector noroccidental, Hepp, ha quedado definido entre<br />

la avenida Jiménez y la calle 26, bajo la carrera 4.ª. 44 Son<br />

cinco unidades que se ubican sobre el extenso sector y claramente<br />

separan al peatón de los vehículos. Dada la proximidad<br />

a la carrera 7.ª, la principal vía de la ciudad, tres vías<br />

vehiculares conectan con la carrera 4.ª. La zona comprende<br />

zonas deportivas y equipamientos. El sector, al costado sur<br />

de la avenida Jiménez, que en los planes anteriores se observaban<br />

las dos posiciones: bloques de vivienda orientados<br />

oriente-occidente o los bloques que mantienen el sentido de<br />

las calles y carreras.<br />

El segundo sector se ubica en la zona noroccidental, entre<br />

las carreras 10.ª y 14, y entre avenida Jiménez y la calle<br />

26; es señalado como Red, es decir, que contempla el desarrollo<br />

de los bloques en redent, aunque no sea únicamente<br />

este tipo, ya que en el mismo sector se propondrán bloques<br />

en espina. Son nueve unidades, divididas en dos grupos: el<br />

primero, localizado en el costado oriental de la carrera 10.ª,<br />

contiene cuatro unidades con una ligera rotación con relación<br />

a las demás, y el segundo comprende cinco unidades<br />

y una zona que contiene dos bloques en redents. Este segundo<br />

grupo se ubica entre las carreras 10.ª y 14, entre la<br />

avenida Jiménez y la calle 26. Así mismo se observan dos<br />

grandes bloques en rediente.<br />

El tercero, en la esquina suroccidental, entre la calle 6 y la<br />

avenida Jiménez, señalado Hepp, comprende 8 unidades en<br />

espina, dispuestas sobre un tejido continuo verde, en el que<br />

206 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: Centro Cívico BOG 4212, 30 de junio de 1950.<br />

© FLC 604.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: Centro Cívico BOG 4220, 30 junio 1950, se resaltan los edificios de vivienda: en<br />

rojo las unités, en azul, los edificios en redents © FLC 605,<br />

Le Corbusier, Unidad, tipos de volúmenes edificados. © FLC 605, detalle.<br />

se observan equipamientos y senderos peatonales. Las vías<br />

de acceso vehicular son paralelas a las vías principales.<br />

El cuarto sector se ubica en la zona suroriental, entre las<br />

carreras 4.ª y 10.ª, entre las calles 5 y 8; contempla vivienda<br />

en redientes, de acuerdo con la denominación Hred, pero es<br />

necesario que, al igual que en el segundo sector, sea posible<br />

la vivienda en espina; está conformado por dos bloques en<br />

redent y dos unidades que mantienen el sentido del trazado<br />

cartesiano colonial, es decir, se ubican en paralelo, tanto a la<br />

calle 6 como a la carrera 7.ª.<br />

***<br />

La pregunta que emerge inmediatamente es ¿qué es la unidad?,<br />

en virtud de que hasta el momento han sido unos trazos<br />

los que han ido portando su contenido durante el proceso<br />

de desarrollo del Centro Cívico:<br />

La unidad de habitación es la porción del espacio edificado<br />

en la que se desenvuelve la vida diaria: no comprende los<br />

lugares de trabajo, los centros culturales y administrativos, ni<br />

los lugares de esparcimiento.<br />

Está constituida por un conjunto de construcciones y terrenos<br />

plantados y libres que comprenden las viviendas y sus<br />

prolongaciones, así como las circulaciones necesarias en el<br />

interior de la «unidad».<br />

Las distancias horizontales son suficientemente reducidas<br />

para que sea necesario prever algún medio de transporte<br />

mecánico en el interior de su territorio.<br />

La unidad de Habitación es el órgano constitutivo elemental<br />

de la ciudad.<br />

Su noción debe reemplazar en el espíritu del constructor a<br />

la de la mera morada individual que solo sirve para resolver<br />

algunos de los problemas de la vivienda.<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

207


«La unidad de Habitación» se opone estéticamente, por otra<br />

<strong>parte</strong>, al principio de construcción fragmentada de las ciudades<br />

actuales, basado en la existencia de la pared «medianera»<br />

y sus horrendas consecuencias. 45<br />

Por lo tanto, los trazos que en apariencia eran efectuados<br />

con cierta despreocupación, no son más que la más profunda<br />

reflexión sobre la vivienda desarrollada por Le Corbusier.<br />

La investigación paciente no es más que la búsqueda de un<br />

instrumental. La unidad es entendida como un instrumento,<br />

como una herramienta:<br />

Los instrumentos asumirán la forma de «unidades» arquitectónicas<br />

animadas, en cada caso de un rigor biológico, que<br />

es el único capaz de responder a las tareas. Una medida de<br />

tiempo limitará la distribución de espacios: la medida solar<br />

de las veinticuatro horas cotidianas que marca el ritmo de<br />

nuestra empresa y nuestros actos. 46<br />

Señalar unidad no significa hablar de algo unitario, implica<br />

reconocer la sumatoria de <strong>parte</strong>s que la conforman, enfatizar<br />

el hecho de que por sí misma la vivienda no conforma la<br />

ciudad, que necesita de otros hechos urbanos que la complementen,<br />

que la prolonguen:<br />

La herramienta es aquello que prolonga eficazmente los<br />

miembros humanos. Esta acepción puede extenderse a<br />

ciertos productos del ingenio humano, también destinados a<br />

secundar la persona: la vivienda es instrumental, el camino,<br />

el taller, y así sucesivamente. 47<br />

Es así que Le Corbusier señalará que las unidades de habitación<br />

están conformadas por la vivienda misma y las prolongaciones:<br />

unidades de habitación (vivienda y prolongaciones de la vivienda).<br />

Aquí se habla de instrumental, de instrumentos de la<br />

vivienda puestos en manos de seres vivientes, según constantes<br />

psicofisiológicas debidamente reconocidas, inventariadas<br />

por personas competentes (biólogos, médicos, físicos y<br />

químicos; sociólogos y poetas). Dichos útiles tienen por objeto<br />

facilitar las condiciones de la existencia, asegurar la salud<br />

moral y física de los habitantes, favorecer la perpetuación de<br />

la especie brindando los equipos necesarios para una crianza<br />

perfecta, proporcionar la alegría de vivir y hacer aparecer y<br />

desarrollar sentimientos sociales capaces de conducir al civismo:<br />

el civismo generador de acción que lleva a la comuna<br />

misma al grado más alto de conciencia y dignidad. 48<br />

Los dos elementos serán así mismo definidos:<br />

Vivienda: El núcleo es, aquí, un recipiente que responda a<br />

ciertas condiciones y establezca relaciones útiles entre el<br />

medio cósmico y los fenómenos biológicos humanos. Un<br />

hombre (o una familia) vivirá allí, durmiendo, caminando, escuchando,<br />

viendo y pensando. Inmóvil o circulante, una superficie<br />

justa le es necesaria así como una altura de locales<br />

apropiada para sus acciones. Muebles o utensilios son allí<br />

como la prolongación de sus miembros o funciones. Necesidades<br />

biológicas impuestas por hábitos milenarios y que han<br />

servido, poco a poco, para construir su propia naturaleza, requieren<br />

la presencia de elementos y condiciones precisas, so<br />

pena de extenuación: sol, espacio, verdor. Para sus pulmones,<br />

aire de calidad adecuada. Para sus oídos, una cantidad<br />

suficiente de silencio. Para sus ojos, una luz favorable, etc. 49<br />

Le Corbusier ha construido con la vivienda, un interior en<br />

donde se perpetúan las tradiciones, se brindan las condiciones<br />

biológicas básicas y se asegura el espacio necesario<br />

para el reposo y la vida familiar, necesario para el desarrollo<br />

de las actividades humanas. Cultura, vida y sociedad, reunidos<br />

bajo un mismo espacio.<br />

Pero allí no reside la totalidad de la propuesta. La vivienda,<br />

para que conforme la unidad, requiere de las prolongaciones<br />

de la vivienda:<br />

Las prolongaciones de la vivienda son de dos tipos: estrictamente<br />

materiales, en primer término: el abastecimiento doméstico,<br />

el servicio sanitario, el mantenimiento y perfeccionamiento<br />

físico del cuerpo. En segundo término, de alcance<br />

más especialmente espiritual: la guardería, el jardín de infantes,<br />

la escuela primaria, el taller de la juventud. 50<br />

Cuerpo y espíritu, opuestos necesarios en la obra de Le Corbusier,<br />

una vez más vuelven a estar presentes.<br />

b. La unidad<br />

Cada unidad es un bloque de 135 m de largo, 24 m de ancho<br />

y 50 m de altura. Presenta tres franjas definidas claramente:<br />

planta baja en la que se ubican los pilotis que sostienen el<br />

suelo artificial, un cuerpo central y la cubierta habitable.<br />

Está a mitad de camino entre la zona de parqueaderos,<br />

que a la vez, está comunicada directamente con las vías vehiculares<br />

y con la zona verde, en donde se disponen los servicios<br />

comunes y prolongaciones de la vivienda.<br />

Es <strong>parte</strong> de un sistema conformado vehículos-parqueaderos-unidad-zona<br />

peatonal. Es así que la unidad actúa a<br />

modo de «filtro» entre los dos sistemas de circulación, cada<br />

uno claramente diferenciado. El acceso, por lo tanto, está<br />

localizado de espaldas al sistema vehicular y de frente a la<br />

zona peatonal.<br />

Señalar la unidad a modo de filtro no es otra forma más<br />

que hacer una señal a las constantes referencias biológicas<br />

en la obra de Le Corbusier. 51 Un filtro que permite el funcionamiento<br />

de dos sistemas que han de estar claramente separados:<br />

el del vehículo y el del peatón. Dispuestos sobre la<br />

zona verde, se encuentran los equipamientos complementarios:<br />

escuelas maternales, de primaria, salas de reunión para<br />

jóvenes y adultos.<br />

Es evidente que la forma adoptada por las unidades corresponde<br />

a las Unidad de Habitación de Marsella. Pero más<br />

que dicha unidad, es más pertinente hablar de las Unités<br />

d’Habitation de Grandeur Conforme o Unidades de Habitación<br />

de Tamaño Conforme (UHTC). En el Vol. 4 de la Œuvre<br />

Complète, Le Corbusier –haciendo uso de la <strong>tercera</strong> persona–<br />

las define como un prototipo, una propuesta formal para<br />

las condiciones de vida de la época maquinista.<br />

Se ofrecía toda libertad a Le Corbusier expresar por primera<br />

vez, y de una manera total, sus concepciones sobre el hábitat<br />

moderno destinado a la clase media, con la posibilidad para<br />

él de abordar con este motivo, los graves problemas del estado<br />

actual, es decir: Determinación del hogar (distintos tipos<br />

de apartamentos que corresponden a las distintas formas de<br />

hogar: solteros, parejas, familias con 2, 4, 6 niños y más);<br />

Prefabricación de los elementos del hogar;<br />

Estructura independiente;<br />

208 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: detalle de la fotografía de la<br />

maqueta del Centro Cívico. © Archivo Pizano.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: detalle de una Unidad y sus<br />

vías de acceso. © FLC 605.<br />

Le Corbusier, LA VILLE RADIEUSE. Éléments d´une doctrine d´urbanisme pour<br />

l´equipement de la civilisation machiniste, Vincent, Fréal, París, 1935, p. 41:<br />

Lóbulo pulmonar. © FLC.<br />

Cuestiones de luz y de sol;<br />

«Prolongaciones del hogar»;<br />

«Instalación de los servicios comunes». 52<br />

El conjunto de imágenes que acompañan la presentación del<br />

prototipo corresponde al segundo estudio 53 desarrollado por<br />

Le Corbusier para el proyecto de Marsella, localizado sobre<br />

el Boulevard Michelet, pero en el costado opuesto al terreno<br />

definitivo:<br />

El segundo estudio se hizo para el bulevar Michelet, en prolongación<br />

del Prado, terreno plano admirablemente situado<br />

en un barrio más bien fácil. La unidad bajo su forma más<br />

pura se orienta este-oeste que recibe el mistral sobre su lado<br />

de albañilería ciego situado al norte. 54<br />

El terreno, contrario al primer emplazamiento, es plano, ideal,<br />

así mismo, de tres bloques de tamaños diversos, dispuestos<br />

perpendicularmente entre sí, ahora se observa un solo<br />

bloque rodeado de un conjunto de volúmenes de menor tamaño.<br />

En efecto, los equipamientos aún no están incorporados<br />

a la unidad, FLC 26298. Están organizados y articulados<br />

entre sí, por medio de un cartesiano sistema de senderos. El<br />

principal, ubicado sobre el costado occidental al final de un<br />

sendero arborizado y uno perpendicular que atraviesa la unidad,<br />

del cual se desprenden otros menores que comunican<br />

con los diversos volúmenes señalados. En su texto sobre la<br />

Unité, Jacques Sbriglio escribe:<br />

Todos los elementos del programa, propios de la vida de<br />

una unidad, están ahora claramente definidos e ilustrados<br />

en el proyecto. Así están previstos: una escuela maternal,<br />

una guardería, un club de juventud modelo «murondin» y<br />

una piscina. 55<br />

El otro aspecto que es necesario señalar es la separación<br />

entre vehículo y peatón. El primero ha de rodear la unidad,<br />

hasta llegar al parqueadero localizado en el costado oriental,<br />

de «espalda» al acceso principal.<br />

Por su <strong>parte</strong>, las unidades del Centro Cívico manifiestan<br />

el mismo sentido: la circulación peatonal y vehicular están<br />

separadas. Los accesos se ubican hacia el «centro» de las<br />

grandes manzanas, dan la espalda a las vías principales. Por<br />

lo tanto, los senderos que recorren ese centro verde, a modo<br />

de gran parque, o park-way americano 56 , organizan los equipamientos<br />

al servicio de las unidades.<br />

c. El cuerpo central<br />

De acuerdo con las fotografías de la maqueta del Centro<br />

Cívico desarrolladas por el laboratorio de Lucien Hervé en<br />

París, es posible determinar los rasgos principales de las<br />

unidades.<br />

Dos franjas verticales, una horizontal y una variada rejilla<br />

constituyen los elementos con que se «compone» la fachada<br />

de las unidades.<br />

La primera franja vertical corresponde a la circulación<br />

vertical, que a modo de prolongación de las vías públicas,<br />

ingresa en el inmueble. En la <strong>parte</strong> inferior se ubica el acceso<br />

principal, descentrado un tercio de la longitud del bloque<br />

hacia el costado norte. La vertical se prolonga hasta que<br />

emerge en la cubierta y contiene la caja de ascensores y<br />

escaleras.<br />

La segunda franja, ubicada siempre hacia el sur, es el testero<br />

de los apartamentos que se orientan en esa dirección.<br />

Le Corbusier, perspectiva del proyecto Marsella-Michelet – MMI 3787 (8 de<br />

marzo de 1946). © FLC 26295.<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

209


Le Corbusier, planta de localización del proyecto de Marsella-Michelet – MMI 3794 (10 de mayo de 1946). © FLC 26298.<br />

210 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


En el sentido horizontal, está dividida en tres franjas, de<br />

acuerdo con las 17 plantas: 6-2-9. En la primera y <strong>tercera</strong><br />

se ubican los apartamentos dúplex ascendentes y descendentes,<br />

organizados a lo largo de un corredor central. En la<br />

franja intermedia, plantas 7 y 8, cota 22,5 m, se ubican los<br />

servicios comunes: cafés y locales comerciales.<br />

d. La cubierta<br />

En la cubierta, ubicada a 50 m de altura, se reconocen tres o<br />

volúmenes. No es posible precisar un solo tipo de cubierta.<br />

Sobresale el volumen de las escaleras y otros que pueden<br />

ser los equipamientos dedicados al cuerpo, como el gimnasio<br />

y las salas de cultura física.<br />

¿Qué es un apartamento?<br />

Al observar la fachada del inmueble es posible reconocer<br />

que no hay un solo tipo de apartamento. Esto de por sí, ya<br />

amplía la dimensión de la afirmación precedente: la célula<br />

ha de estar a escala humana: a escala de la familia. Ante la<br />

crítica a la tipificación de la vivienda, en la que se afirma que<br />

no hay dos hombres iguales, por lo tanto cada vivienda ha de<br />

ser distinta, es posible preguntarse ¿es igual el hombre a lo<br />

largo de su vida? ¿Cuál es verdadero sentido de la vivienda<br />

hoy en día? ¿Nacemos y morimos en la misma cama como<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: fotografía de la maqueta del<br />

Centro Cívico. © FLC L1-4-20.<br />

e. El apartamento<br />

La afirmación: «Una célula a escala humana está en la base»<br />

haciendo referencia a la «ciudad moderna» que le significó<br />

la Cartuja de Ema en la Toscana, 57 implica una doble lectura,<br />

por una <strong>parte</strong>, la afirmación implica la dimensión de la unidad<br />

mínima, básica; pero por otra <strong>parte</strong>, es allí en donde se<br />

encuentra la base misma de la estructura a la que pertenece:<br />

la ciudad. El reconocimiento y planteamiento de la ciudad<br />

empieza desde la unidad básica: el apartamento.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: fotografía de un detalle de la<br />

maqueta del Centro Cívico. © FLC L1-4-21.<br />

Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: fotografía de la<br />

maqueta del Centro Cívico. © Archivo Pizano.<br />

Le Corbusier, “El hombre urbanizado” en Architecture du Bonheur: l’urbanisme<br />

est une clef, Forces Vives, París, 1955. © FLC.<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

211


en épocas anteriores? No es posible determinar un tipo único<br />

y homogéneo de familia, por lo tanto no es posible precisar<br />

un solo tipo de apartamento.<br />

Dada la orientación, se comprende que la circulación es<br />

central. Los apartamentos, por lo tanto, pueden presentar<br />

fachada hacia ambos lados o hacia uno solo. Así mismo, la<br />

modulación permitirá el desarrollo de los diversos tipos, que<br />

se ensamblan tras la constante rejilla conformada por brisesoleil<br />

y jardines suspendidos a modo de loggias.<br />

Una vez más, señalar que un sencillo trazo contiene una<br />

profunda investigación que se remonta a 1907. Pero será<br />

entre 1928 y 1937, el periodo en que Le Corbusier y Pierre<br />

Jeanneret desarrollan una serie de proyectos denominados<br />

Immeubles Locatifs, 58 los cuales constituyen un puente entre<br />

los Immeubles-Villa de 1922 y 1925 y las unités de posguerra<br />

y, así mismo, son un laboratorio de investigación sobre los<br />

problemas pertinentes a la vivienda colectiva en altura y su<br />

relación con la ciudad.<br />

Unidad<br />

«La casa de familia es una ilusión demagógica», 59 afirma Le<br />

Corbusier. La frase no esconde un mayor enigma. Por el contrario,<br />

sentencia el sentido que se le ha usurpado a la vivienda,<br />

a la arquitectura de la vivienda.<br />

La pregunta que emerge es ¿de qué forma un apartamento<br />

recupera el significado usurpado? La respuesta puede<br />

ser expresada de forma breve: para Le Corbusier, la ciudad<br />

empieza desde el apartamento.<br />

Contrario a la idea del urbanismo que zonifica, la idea<br />

de ciudad encuentra su origen en la idea de hogar misma,<br />

en la reunión en torno al fuego. «EFICIENCIA DEL GRUPO FA-<br />

MILIAR». Viejas palabras precisan el profundo y permanente<br />

significado: «EL FUEGO», «EL HOGAR», 60 señalará. El sentido<br />

primigenio de reunirse en torno al fuego para preparar los<br />

alimentos, para perpetuar tradiciones y costumbres ha ido<br />

desapareciendo.<br />

Otra lectura podría considerar la cocina como el espacio<br />

en el apartamento en el que se comprende la idea de fuego,<br />

Le Corbusier, Trabajos colectivos. Esquema que relaciona los servicios colectivos y la Unidad, en Le Corbusier, LA VILLE RADIEUSE. Éléments d´une doctrine<br />

d´urbanisme pour l´equipement de la civilisation machiniste, Vincent, Fréal, París, 1935, p. 36. © FLC.<br />

212 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


desde el cual empieza el verdadero sentido de ciudad. Basta<br />

pensar que la cocina es el lugar de encuentro y agrupación y<br />

a la vez es el lugar en el que convergen con más exactitud los<br />

servicios de la ciudad: luz, agua, gas, electricidad, así como<br />

los medios para la evacuación. Es así que la eficiencia y planificación<br />

urbana ha de empezar desde la cocina misma.<br />

La sociedad moderna debe reconsiderar los métodos de su<br />

agrupación familiar y, para ello, mencionar las definiciones<br />

fundamentales: el fuego, el hogar, la cocina, la sala son una<br />

sola y misma cosa. Y allí se tiene el grupo familiar. 61<br />

***<br />

Concluir haciendo énfasis en la cocina como el espacio privilegiado<br />

para el desarrollo de la ciudad pone de manifiesto el<br />

hecho de considerar el Plan Piloto para Bogotá como el punto<br />

de encuentro entre dos posiciones, como ya se ha señalado:<br />

partir del reconocimiento de los significados implícitos en<br />

los elementos de la arquitectura o partir de la ciudad a partir<br />

de «novedosas» explicaciones que hace uso de discursos,<br />

lógicas e intereses ajenos a la ciudad misma.<br />

En otras palabras, el Plan Piloto es el escenario entre la<br />

búsqueda del equilibrio entre la ciudad y su arquitectura<br />

contra aquella idea del urbanismo desarrollado bajo el lente<br />

del pragmatismo que obedece a leyes externas a la lógica<br />

misma de la ciudad, como lo son las exigencias particulares<br />

que subordinan las colectivas.<br />

Le Corbusier no ocultará su desencanto frente a los hechos<br />

ocurridos en Bogotá, pese a que manifestaba abiertamente<br />

la importancia del plan en el que podría por primera<br />

vez desarrollar sus teorías precedentes, 62 articulando lo urbanístico<br />

con el territorio, pero ante todo, partiendo desde lo<br />

arquitectónico. Su interés se concentrará en el desarrollo de<br />

Chandigarh y la iglesia en Ronchamp.<br />

Pero tal vez se la confrontación de los dos modelos de<br />

hayan conducido a que la ciudad perdió una oportunidad<br />

de ser concebida a partir de principios colectivos, y no la<br />

construcción de una ciudad en la que los intereses privados<br />

subordinan lo colectivo.<br />

El momento fue preciso. La administración municipal disponía,<br />

gracias a los entes correspondientes, de las herramientas<br />

para construir ciudad. Pero, ante la oportunidad de repartir<br />

el «pastel», las «autoridades» reconocen que lo público,<br />

lo de los «demás», puede ser lo privado, lo «mío».<br />

La propuesta presentada por Le Corbusier y Wiener y Sert<br />

pronto será criticada; aún más, será descalificada, y será necesario<br />

otro plan, en el que la urbanización de la periferia desencadenará<br />

la desmedida expansión por la sabana de Bogotá.<br />

Unas palabras de Le Corbusier, publicadas poco tiempo<br />

atrás, ya anticipaban quiénes serían las «víctimas» de la pérdida<br />

de claridad frente a la planificación de la ciudad:<br />

Las víctimas no son los satisfechos, los repletos que el empuje<br />

de los tiempos modernos despierta en medio de sus<br />

hábitos. Las víctimas son los humildes. Egoísmos abominables,<br />

intereses voraces hacen circular rumores, fomentan<br />

ambientes, alimentan una literatura especial redactada por<br />

«trovadores» humildemente ligados a su labor cotidiana en<br />

el diario, hombres que emplean la pluma, que no conocen<br />

la materia con que hacen sus escritos, nada deseosos de<br />

investigar o de información real, decididos a no modificar<br />

en nada un punto de vista que es la base misma de su ganapán.<br />

63<br />

Y la historia aún continúa…<br />

Juan Carlos Aguilera: arquitecto (1991) y magíster en Historia y Teoría de la<br />

Arquitectura (1998) por la Universidad Nacional de Colombia, en donde<br />

es profesor asistente. Actualmente desarrolla su tesis doctoral, El Immeuble<br />

Locatif. Le Corbusier y Pierre Jeanneret, 1928-1937, en el Departamento<br />

de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad Politécnica de<br />

Cataluña.<br />

1 Le Corbusier, L’Unité d’Habitation de Marseille, Le Point, París, 1950, p.<br />

23.<br />

2 Le Corbusier, Œuvre Complète, 1946-1952, Les Editions d’Architecture,<br />

Zúrich, 1953, pp. 42-47.<br />

3 FLC 605-4220. Plano a escala 1:2000, dibujado sobre un pliego de 160 x<br />

96,2 cm.<br />

4 Le Corbusier, Manière de penser l’Urbanisme, Éditions de l’Architecture<br />

d’Aujourd’hui, Urbanisme des CIAM, ASCORAL, Boulogne, 1946, p.110.<br />

5 El primer viaje de Le Corbusier a Bogotá se desarrolla entre el 16 y el 24<br />

de junio de 1947, gracias a la invitación del alcalde Fernando Mazuera, a<br />

través de Eduardo Zuleta Ángel, miembro de la delegación de Colombia<br />

ante la ONU.<br />

6 El Instituto de Crédito Territorial (ICT) fue creado por medio del Decreto Ley<br />

200 de 1939, durante la administración del presidente Eduardo Santos, en<br />

«la que comprometió a la Nación, a los departamentos y a los municipios,<br />

bajo fórmulas reales y efectivas, en la función de fomentar la construcción<br />

de habitaciones higiénicas para los trabajadores del campo».<br />

7 El ATBAT (Atelier de Bâtisseurs) fue creado en 1947 en París, bajo iniciativa<br />

de Le Corbusier. Es una estructura que asocia una oficina de estudios,<br />

cuyo administrador es Jean-Louis Lefebvre, y un taller de arquitectura –el<br />

atelier de la rue de Sévres 35-; Marcel Py es el encargado de coordinar<br />

con el ATBAT. El estudio y realización de la Unité d’Habitation de Marseille<br />

constituye su primer encargo, el director técnico es Vladimir Bodiansky<br />

y su ayudante e interlocutor será un joven arquitecto, André Wogenscky.<br />

Este último será el que Le Corbusier propone para coordinar las labores<br />

de la filial del ATBAT en Colombia.<br />

8 FLC H3-4-307, carta de J. V. Garcés Navas a Le Corbusier, Bogotá, 23 de<br />

junio de 1947.<br />

9 En 1942, por medio del Decreto Ley 1579, el Estado amplió el radio de<br />

acción del ICT a los problemas de vivienda urbana y dispuso que tal entidad<br />

«tendrá una nueva sección, dotada de capital propio y a cuyo cargo<br />

correrá el suministro de préstamos para las viviendas populares urbanas»<br />

y que dicho capital será suscrito y pagado totalmente por el Estado. Pero<br />

será solo hasta 1948 que toma participación más activa en la construcción<br />

de vivienda en la ciudad. El ICT desarrollará un papel fundamental<br />

en el desarrollo de la vivienda colectiva estatal en Colombia, gracias a las<br />

iniciativa de su gerente entre 1939 y 1947, J. V. Garcés Navas.<br />

10 Ib.<br />

11 En los años 30, la formulación de la ciudad enfatizaba la necesidad<br />

de pensar la vivienda (logis), especialmente en el Lyrisme des Temps<br />

Nouveaux (1939); pero es a partir de los años 40 en que la relación logis<br />

y prolongements será una constante en sus textos: Les trois établissements<br />

humains (1945), Manière de penser l’urbanisme (1946), Propos<br />

d’urbanisme (1946), Unité d’Habitation de Marseille (1950), L’urbanisme<br />

des trois établissements humains (1956).<br />

12 J. Bézard, Commelin, J. Coudoin, Hya Dayre, Dubreuil, Le Corbusier,<br />

Lyritz, Hanning Aujame, De Looze, Une civilisation du travail, Les trois<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

213


étabissements humains, Denoël, Collection urbanisme des CIAM ASCORAL<br />

Section 5a et 5b, Boulogne, 1945, p. 198.<br />

13 FLC H3-4-307, 23 de junio de 1947, óp. cit.<br />

14 Los primeros esquemas son de agosto de 1945, para el primer terreno. La<br />

primera piedra será colocada el 14 de octubre de 1947.<br />

15 Es necesario anotar que, pese a que el proyecto no será desarrollado<br />

por Le Corbusier, la solución adoptada no dista de las propuestas para la<br />

Ferme Radieuse, de 1933. El director será Jorge Gaitán Cortés, arquitecto<br />

de la Universidad Nacional con máster en Yale University, presidente de<br />

la Sociedad Colombiana de Arquitectos, arquitecto jefe de Edificios Nacionales<br />

en el Ministerio de Obras Públicas, arquitecto jefe de la Sección<br />

Técnica del ICT y primer delegado de Colombia ante los CIAM.<br />

16 «De acuerdo con las conversaciones que tuvimos con usted durante su<br />

permanencia en Bogotá, nos permitimos pedirle se sirva consultarle al<br />

ATBAT de París cuál sería, en total, la suma que le cobraría al Municipio<br />

de Bogotá para comprometerse con éste a lo siguiente: a) A estudiar y<br />

elaborar el plan director de la Ciudad; b) A establecer, para ese efecto, en<br />

Bogotá, une oficina con todos los servicios necesarios para la elaboración<br />

del referido plan; c) A tener, con carácter permanente, en la mencionada<br />

oficina de Bogotá, por lo menos dos urbanistas pertenecientes al personal<br />

de ATBAT de París; d) A establecer entre la oficina de Bogotá y la<br />

de París el contacto y la correspondencia necesarios para que aquélla<br />

obtenga de manera permanente los servicios de dirección y asesoría de<br />

ésta última» [sic]. FLC H3-4-280, Carta de Fernando Mazuera Villegas a<br />

Le Corbusier, Bogotá, 15 de julio de 1947.<br />

17 FLC H3-4-277, Carta de Le Corbusier a J. V. Garcés Navas, París, 12 de<br />

agosto de 1947.<br />

18 FLC H3-4-295, carta de Le Corbusier a Fernando Mazuera Villegas, París,<br />

25 de agosto de 1947.<br />

19 El nuevo director del ICT es Silvestre Dangón, a quien V. Bodianski escribe:<br />

Notre construction de Marseille commence à sortir de terre, malgrá les<br />

difficultés de toutes sortes, aussi bien matérielles qu’administratives. Ce<br />

sera une belle chose, je l’espère. FLC H3-4-262-263, carta de a Silvestre<br />

Dangón, París, 26 de enero de 1948.<br />

20 Basta pensar en los estudios que adelanta Ch. E. Jeanneret y Max Dubois<br />

durante la Primera Guerra Mundial, así como los que desarrollará durante<br />

la Segunda Guerra Mundial. En Sur les quatre routes, ante la inminencia<br />

de la guerra, escribirá: «Le problème du temps de guerre a deux faces:<br />

le urgence, le “N’importe Quoui?” pourvu que l’on produise; et c’est le<br />

mot d’ordre implacable de nos chefs, qui ont raison; mais c’est aussi “La<br />

manière de le faire”, l’art en quelque sort. Ici, l’architecture». Le Corbusier,<br />

Sur les 4 routes, Gallimard, París, 1941, p.18.<br />

21 De acuerdo con Jacques Aprile-Gniset, no «pasan de 136 distribuidos<br />

en unas 20 manzanas». Jacques Aprile-Gniset, La ciudad colombiana,<br />

Banco Popular, Bogotá, 1992, p. 636.<br />

22 «… el problema urbanístico de Bogotá, estudiado años atrás, quedó francamente<br />

despejado y parcialmente resuelto… Hoy la vía está libre». Revista<br />

Proa, 1948.<br />

23 Aprile-Gniset, Jacques, La ciudad colombiana, óp. cit., p. 638. En la editorial<br />

de Proa n. o 4, de enero de 1947, ya se hacía un llamado a promulgar<br />

la Ley de propiedad horizontal, que ya en Brasil, Chile y los países del sur<br />

se empezaba a ejecutar.<br />

24 Más adelante así lo reafirmará en el informe técnico del Plan Piloto: «Se<br />

desarrollará una verdadera sinfonía arquitectónica y paisajista. La montaña<br />

servirá de fondo de la composición». Le Corbusier, Elaboration de Plan<br />

Règulateur de Bogotá. Etablissement de Plan Directeur, París, 1950.<br />

25 «Al otro lado de la carrera cuarta, en dirección de la montaña, se concentarrá<br />

la reserva paisajista que ha de salvaguardar el horizonte», ib.<br />

26 Las propuestas del ICT para la vivienda colectiva hacia 1950 se fundamentaban<br />

en el desarrollo de agrupaciones de baja altura y unidades<br />

vecinales, pero ya se señalaba la necesidad de vivienda en altura; la primera<br />

obra será el Centro Urbano Antonio Nariño (CUAN), en 1953, por <strong>parte</strong><br />

de un grupo de jóvenes arquitectos: Rafael Urdaneta, Enrique García<br />

Merlano, Rafael Esguerra, Néstor Gutiérrez, quienes «adaptan el modelo<br />

de unité a las necesidades colombianas».<br />

27 FLC H3-4-126, carta de Carlos Arbeláez a Le Corbusier, Bogotá 12 de<br />

abril de 1950.<br />

28 El grupo de investigación será coordinado por Jorge Gaitán Cortés, quien<br />

desarrollará –durante el periodo que comprende el desarrollo del Plan<br />

Piloto y el Plan Director de Bogotá– los proyectos para Los Alcázares<br />

(1948); Unidad Vecinal de Muzú, UVM (1949); el Centro Urbano Antonio<br />

Nariño, CUAN (1951), y el barrio Quiroga (1952) son cuatro ejemplos de<br />

investigación, tanto en los planteamientos tipológicos como constructivos,<br />

gracias al taller de investigación y aplicación de materiales. Véase revista<br />

Proa, n. o 9, Bogotá, noviembre de 1947.<br />

29 «Cher Ami, // Votre seconde lettre du 12 Avril m’est parvenue hier. Je vous<br />

réponds sans retard car tout était préparé pour çà et je dirige mon envoi<br />

via Sert-Wiener afin d’obtenir leur accord. Je pense qu’ils vous expédideront<br />

le dossier sans retard, c’est à dire la réponse aux deux questions<br />

posées: // 1º Circulation des marchés de secteurs; // 2º La décision relative<br />

à l’immeuble collectif demandé sur la carrera 1ª calle 13-14. Veuillez<br />

agréer, Cher Ami, mes salutations les meilleures». FLC H3-4-119, Carta de<br />

Le Corbusier a Carlos Arbeláez, París, 19 de abril de 1947.<br />

30 FLC H3-4-120-121, carta de Le Corbusier a Wiener y Sert, París, 19 de<br />

abril de 1950.<br />

31 FLC H3-4-117, carta de Le Corbusier a Carlos Arbeláez, París, 21 de abril<br />

de 1950.<br />

32 Le Corbusier, Propos d’Urbanisme, Bourrelier et Cie., París, 1946, p. 88.<br />

33 FLC H3-4-117, Carta de Le Corbusier, óp. cit.<br />

34 Ib.<br />

35 FLC H3-4-116 Carta de Wiener y Sert a Carlos Arbeláez, Nueva York, 26<br />

de abril de 1950.<br />

36 El silencio es sintomático y no dejará de ir en aumento. Tal vez sea el síntoma<br />

de una posición contraria a la vivienda en altura. Basta señalar que<br />

el proyecto señalado antes, el CUAN, cuya construcción inicia en mayo<br />

de 1952, promovido directamente por el Ministerio de Obras Públicas,<br />

encabezado por el ministro Jorge Leyva, durante el gobierno de Laureano<br />

Gómez, será duramente atacado durante la dictadura de Rojas Pinilla,<br />

hasta el punto de no ser permitida su ocupación porque era «considerada<br />

amoral» la comunidad generada por los edificios en altura con muchos<br />

apartamentos por piso.<br />

37 FLC, H3-4-97, Carta de Wiener y Sert a Le Corbusier, Nueva York, 21 de<br />

junio de 1950.<br />

38 Ib.<br />

39 La negrilla es mía. Ib.<br />

40 Le Corbusier, L’Unité d’Habitation de Marseille, óp. cit., p. 31.<br />

41 De acuerdo con el informe técnico: Hepp y Hred son las denominaciones<br />

en los sectores de vivienda: «representan para el futuro la transformación<br />

progresiva de las habitaciones, actualmente insuficientes, en inmuebles<br />

de habitación de calidad. Serán habitaciones de dos tipos: Hep.p: vivienda<br />

en espina sobre un terreno plano, constituyendo unidades de habitación<br />

susceptibles de contener cada una 2000 persona en promedio,<br />

beneficiándose de servicios comunes y de prolongaciones de viviendas.<br />

// Hred: viviendas de la misma calidad, pero en forma de redents.» Le<br />

Corbusier, Elaboration de Plan Règulateur de Bogotá, óp. cit.<br />

42 Los otros son: el bloque en Y, lineal y escalonado. Ces volumes bâtis de<br />

la ville verte pourront s’établir de différentes façons: pour l’habitation: a)<br />

type redant; b) type en y; c) type frontal; d) type épine; e) type gradin. Et<br />

pour les affaires: b) type y; f) type lentille. Le Corbusier, Manière de penser<br />

l’urbanisme, óp.cit., p. 71.<br />

43 Para efectos prácticos, el témino unidad hace referencia a las Unités<br />

d’Habitation du Grandeur Conforme o Unidades de Habitación de Tamaño<br />

Adecuado (UHTA).<br />

44 Al costado opuesto de la carrera 4.ª, el informe prevé la ubicación de la<br />

zona de hoteles: «en terrenos accidentados, que completan las buenas<br />

condiciones paisajistas y que se encuentran a una proximidad útil de los<br />

negocios civiles y políticos, susceptibles de atraer viajeros a Bogotá» Le<br />

Corbusier, Elaboration de Plan Règulateur de Bogotá, óp. cit.<br />

45 Le Corbusier, Manière de penser l’urbanisme, óp. cit., pp.168-169.<br />

46 Ídem, p. 71.<br />

47 Ídem, p. 55.<br />

48 Ídem, p. 66.<br />

49 Ídem, p. 66.<br />

50 Ídem, p. 67.<br />

51 Esto no presupone referencias de orden morfológico o antropomórfico en<br />

la arquitectura de Le Corbusier.<br />

52 Le Corbusier, Œuvre Complète,1946-1952, óp. cit., p. 174.<br />

53 El desarrollo de la Unidad de Habitación de Marsella comprende «4 terrenos<br />

para un proyecto» como ha señalado Jacques Sbriglio: Quatre localisations<br />

différentes qui montrent l’indécision de la politique urbaine, au<br />

cours de cette periode. Pour L.C., l’enjeu était clair: construire une Unité<br />

d’habitation, d’accord, mais pas n’importe où. El primer terreno, agosto de<br />

1945, en la zona industrial al norte de la ciduad llamado La Madrague; el<br />

segundo, otoño de 1945, frente a la localización actual; el tercero, junio de<br />

214 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


1946, Saint-Bernabé, es declarado inconstruible y el cuarto, octubre de<br />

1947, al costado occidental del boulevard Michelet. Jacques Sbriglio, Le<br />

Corbusier. L’Unité d’Habitation de Marseille, Parenthèses, Marsella, 1992,<br />

pp. 32-42.<br />

54 Le Corbusier, Œuvre complète, óp. cit., p. 147.<br />

55 Jacques Sbriglio, Unité, óp. cit., p. 35.<br />

56 Le Corbusier reconoce en su lectura sobre la ciudad americana dos<br />

elementos que inciden en el orden de la misma: la autopista y el parkway<br />

«La segunda ha nacido e EE. UU. y lleva el nombre de Parkway. Su<br />

principio es el de cincelar delicadamente, a través de los campos, vías<br />

rectoras preservadas asimismo de todo cruce peligroso por medio de<br />

equipos a nivel o a diferencia de nivel (p. 81). «América, definitivamente<br />

paralizada en sus calles petrificadas, descubrió en el momento adecuado<br />

el parkway; Europa, ahogada, aplastada bajo su herencia de ciudades<br />

seculares, ha deducido el principio de una biología regeneradora del espacio<br />

edificado: las unidades de tamaño adecuado». Le Corbusier, Manière<br />

de penser l’urbanisme, óp. cit., p. 91.<br />

57 Una célula a escala humana está en la base. / Permítanme que les muestre<br />

por qué caminos, a través de veinte años de curiosidad atenta, han<br />

llegado unas certidumbres. / El origen de estas indagaciones, por mi<br />

cuenta, se remonta a la visita de la «Chartreuse d’Emma», en los alrededores<br />

de la Toscana, vi una ciudad moderna, que coronaba una colina.<br />

La más noble silueta del paisaje, la corona ininterrumpida de las celdas<br />

de los frailes; cada celda tiene vista sobre la llanura y tiene salida a un<br />

jardincillo en pendiente completamente cercado. Creí no poder encontrar<br />

nunca más una interpretación tan alegre de la vivienda. La <strong>parte</strong> trasera<br />

de cada celda se abre por una puerta y un portillo y da a una calle circular.<br />

Esta calle está cubierta por un arco: es el claustro. Por ahí funcionan<br />

los servicios comunes, el rezo, las visitas, la comida, los entierros. / Esta<br />

«ciudad moderna» es del siglo XV. / La visión radiante me quedó fijada<br />

para siempre. Le Corbusier, Précisions, Vincent-Fréal, París, 1930.<br />

58 Los proyectos presentan rasgos heterogéneos entre sí. La diversidad de<br />

variables físicas, climáticas y sociales así lo determina. Estos pueden estar<br />

ubicados en solares rurales y urbanos; entre medianeras, aislados y<br />

esquineros; en terrenos llanos y con fuerte pendiente; en regiones con<br />

estaciones y de climas constantes; sus habitantes pueden ser obreros y<br />

burgueses, solteros y familias, y éstas, a su vez, pueden ser reducidas y<br />

numerosas.<br />

59 Le Corbusier, Architecture du bonheur: l’urbanisme est une clef, Forces<br />

Vives, París, 1955.<br />

60 Efficience du groupe familial. De vieux vocables précisen la profonde<br />

et permanente signification: «LE FEU», «LE FOYER» Le Corbusier, L’Unité<br />

d’Habitation de Marseille, óp. cit., p.13.<br />

61 Ib.<br />

62 Nicholas Fox Weber, Le Corbusier: A life, Alfred A. Knopf Ed., Nueva York<br />

2008, p. 517.<br />

63 Le Corbusier, Manière de penser l’urbanisme, óp. cit., p.139.<br />

Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />

215


La Sabana es dominable desde un avión; las montañas bogotanas, desde una habitación<br />

Marta Sequeira (traducción de Susana Llinás)<br />

1. Fotografía aérea de Bogotá, enviada a Le Corbusier por las autoridades de<br />

la ciudad (1947). © FLC L1-4-17.<br />

El 16 de junio de 1947, fecha de la primera visita de Le Corbusier<br />

a Colombia, Bogotá era una ciudad de quinientos mil<br />

habitantes. Sin embargo, su crecimiento hacía ver que rápidamente<br />

acogería a un millón o incluso a un millón quinientos<br />

mil habitantes. La armonía existente corría peligro, ya que<br />

la ciudad estaba desarrollándose fuera de sus límites. Sus<br />

proyectos de desarrollo abarcaban una extensión norte-sur<br />

de casi catorce kilómetros y una profundidad este-oeste de<br />

entre tres y cinco kilómetros. A petición del alcalde, el 30 de<br />

marzo de 1949, Le Corbusier firmó un contrato como arquitecto<br />

consultor, relativo a la elaboración de un «Plan Piloto»<br />

para la ciudad. 1 Después de varias etapas del proyecto, que<br />

se produjeron a lo largo de dos años llenos de tribulaciones,<br />

Le Corbusier, debido a la falta de empeño demostrada por<br />

las autoridades colombianas, acabó por perder interés por<br />

el proyecto. Si es verdad que el Plan Piloto de Le Corbusier<br />

nunca se hizo realidad y que de esa forma su eficacia nunca<br />

podrá comprobarse, también lo es que un estudio detallado<br />

del proyecto desde un punto de vista específico –el de la<br />

vivienda– podría ser muy enriquecedor para la construcción<br />

de un entendimiento de la idea de unité d’habitation corbusieriana,<br />

ampliamente utilizada en este proyecto, dada la<br />

necesidad de duplicar o incluso de triplicar el número de<br />

alojamientos en la ciudad.<br />

La preocupación por la vivienda en la ciudad colombiana<br />

surgió para Le Corbusier desde el primer momento: ya en<br />

1947, durante sus conferencias en el Teatro Colón de Bogotá,<br />

2 hablaría precisamente sobre este tema. Un periodista, en<br />

un artículo de un periódico local, relata una de sus intervenciones<br />

de la siguiente manera:<br />

Demostró […] cómo debe existir una ciencia de la vivienda,<br />

y a qué principios, elementales, sencillos y humanos, debe<br />

estar sometida esa ciencia. Se extendió a ese respecto, en<br />

una serie de consideraciones sobre los factores elementales<br />

que hacen decorosa una vivienda, sobre el aprovechamiento<br />

del día solar –tesis previamente desarrolla[da] por<br />

él en su libro Cuando las catedrales eran blancas– y sobre<br />

la necesidad del humano, a su biología, a sus hábitos, a la<br />

urgencia de alternabilidades y variaciones. De paso, anotó<br />

que las pocas horas de permanencia en Bogotá le habían<br />

demostrado que en esta ciudad hay muchas viviendas inadecuadas<br />

para el aprovechamiento del sol, que es el verdadero<br />

amo. 3<br />

Este Plan Director, designado como Plan Piloto, fue desarrollado<br />

por Le Corbusier en colaboración con la Oficina del Plan<br />

Regulador de Bogotá (OPRB) –dirigida por Herbert Ritter– y la<br />

Town Planning Associates, una empresa de arquitectura fundada<br />

en Nueva York en 1945 por Josep Lluís Sert, Paul Lester<br />

Wiener y Paul Schulz. Fue concebido en cinco fases: análisis<br />

urbano (desarrollado por la OPRB), diagrama preliminar (desarrollado<br />

por Le Corbusier con Ritter, Josep Lluís Sert y Paul<br />

Lester Wiener), Plan Piloto (Plan Director, desarrollado por Le<br />

Corbusier), Plan Regulador (desarrollado por la empresa Town<br />

Planning Associates, con Le Corbusier como consultor y en colaboración<br />

con la OPRB) y la implementación del Plan Regulador<br />

(acompañada por la OPRB y la Town Planning Associates).<br />

Le Corbusier, basándose en el análisis urbano realizado por la<br />

OPRB en una primera fase –inmediatamente después del congreso<br />

de Bérgamo de 1949 (entre el 6 y el 22 de agosto) en la<br />

riviera francesa (más concretamente en Cap Martin)– comenzó<br />

a trabajar con Sert, Wiener y Ritter en la elaboración del diagrama<br />

preliminar. Esta segunda fase terminó en junio de 1950, en<br />

París. El documento fue entonces enviado a las autoridades el<br />

1 de septiembre. Este estudio está compuesto por cuatro <strong>parte</strong>s<br />

–Plan Regional, plan metropolitano, plan urbano y propuesta<br />

del nuevo «Centro Cívico»– y da una especial importancia<br />

a la edificación de la nueva vivienda de la ciudad de Bogotá.<br />

El plan regional, que define a escala 1:100.000 4 la relación<br />

entre las principales funciones urbanas y el contexto<br />

geográfico, económico y social, presenta su división por zonas:<br />

Tad (trabajo administrativo), Tind (zona industrial y artesanal).<br />

Presenta ya igualmente, en la zona metropolitana,<br />

la indicación «Hmet», que indica el posicionamiento de la<br />

vivienda metropolitana, al norte y al sur de la zona central.<br />

216 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


El plan metropolitano, que define a escala 1:25.000 la<br />

ciudad y alrededores de su influencia directa, divide precisamente<br />

el plano en tres grandes zonas, a las cuales les<br />

corresponden tres tipos de vivienda: central («Hcen»), norte<br />

(«Hnord») y sur («Hsud»). Prevé además una zona habitacional<br />

suplementaria («Hreserve»), al noroeste, destinada<br />

para permitir remediar un futuro crecimiento de la población.<br />

Por oposición a una situación con una superficie construida<br />

de 2770 hectáreas, con una densidad de 220 habitantes por<br />

hectárea, y que alberga 500.000 habitantes, Le Corbusier<br />

propone una saturación de la zona central, delimitada por los<br />

ríos Arzobispo y San Cristóbal, y la utilización de la montaña<br />

hasta la cota 2700 para vivienda colectiva de alta densidad<br />

(350 habitantes por hectárea), que posibilita el alojamiento<br />

de 1.610.000 habitantes.<br />

El plan urbano define, a escala 1:10.000, 6 la subdivisión<br />

racional de la ciudad en sectores de vivienda, equipados<br />

con edificios de servicios comunes (mercado, comercio, cines,<br />

etc.). La construcción existente fue analizada y su estado<br />

hizo variar el tipo de intervención: algunos barrios insalubres<br />

son transformados en vivienda de alta densidad con<br />

servicios comunes; otros son suprimidos y su reabsorción<br />

está prevista poco a poco; otros, considerados tolerables,<br />

son solo transformados; otros incluso se conservan; los terrenos<br />

libres, a su vez, son utilizados de acuerdo con los nuevos<br />

estatutos.<br />

El plan del nuevo Centro Cívico define básicamente, a escala<br />

1:2.000, 7 la zona donde se reúne toda la población –en la<br />

misma zona que correspondía al centro de la ciudad antigua,<br />

«confirmando así la elección de sus fundadores». 8 A pesar de<br />

haber sido sobre todo diseñado basándose en los edificios<br />

dedicados al poder político, económico, cultural y religioso,<br />

no deja de contener del mismo modo lo que podríamos llamar<br />

su sustento, las Unités d’Habitation. Las viviendas presentan<br />

una densidad de 350 a 650 habitantes por hectárea, en una<br />

superficie construida que ocupa entre el 10 y el 15% del suelo,<br />

están equipadas con servicios comunes y se encuentran en<br />

los espacios libres escuelas y campos deportivos.<br />

En este Plan Director aparecen edificios en zigzag –se trata<br />

de edificios realizados a imagen de las Unités d’Habitation<br />

2. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan regional – BOG 4209 (30 de<br />

junio de 1950). © Archivo Pizano.<br />

4. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan urbano – BOG 4211 (30 de<br />

junio de 1950). © Archivo Pizano.<br />

3. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan metropolitano<br />

– BOG 4210 (30 de junio de 1950). © FLC 602.<br />

5. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan del Centro Cívico<br />

– BOG 4211 (30 de junio de 1950). © Archivo Pizano.<br />

La Sabana es dominable desde un avión, las montañas bogotanas, desde una habitación | Marta Sequeira<br />

217


de los años 30, que dominaban el diseño de su Ville Radieuse–,<br />

agrupaciones de viviendas unifamiliares –llamadas<br />

«una casa, un árbol», de tres pisos–, casas en banda –«tipo<br />

Rochelle»– y pequeños bloques de viviendas de tres pisos<br />

–«tipo Sert»–. 9 Sin embargo, en este plan surgen, en planta,<br />

varios rectángulos de proporción alargada: se trata de las<br />

Unités d’Habitation, realizadas a semejanza del gran prototipo<br />

de las unités lecorbusierianas: la Unité d’Habitation de<br />

Marsella, construida precisamente durante el periodo de elaboración<br />

de este plan, entre 1947 y 1952. Podemos, por lo<br />

tanto, constatar que estamos ante un modelo de aplicación<br />

de este tipo de bloque a nivel urbanístico. 10<br />

Le Corbusier define las Unités d’Habitation de este plan<br />

del siguiente modo:<br />

[…] proposent des opérations de valorisation par qualification<br />

et accroissement de densité, posent des problèmes de<br />

regroupement du sol sous des formes diverses qui sont déjà<br />

réalisées dans d’autres pays ou en cours de réalisation, et<br />

qui permettent à une ville de passer d’un stade inférieur et<br />

provisoire, à un stade supérieur et d’avenir. 11<br />

Las Unités d’Habitation se asumen como grandes bloques<br />

paralelepipédicos. En planta, se representan a través de un<br />

rectángulo alargado, al que se suma una H mayúscula. Su<br />

profundidad equivale a cerca de 1/6 del largo y su sombreado<br />

deja entrever una altura considerable. De acuerdo con<br />

el conjunto de los dibujos de las varias fases que completan<br />

los dibujos elaborados durante el proyecto para el Plan<br />

Piloto de Bogotá, existen cuatro núcleos diferenciados de<br />

unités: al noroeste (indicados en la imagen 8 como A), próximo<br />

del centro geométrico del plano (indicados en el plano<br />

urbano como H 4 y en la imagen 8 como B), en el Centro Cívico<br />

(indicados en los dibujos de Le Corbusier como Hepp<br />

y en la imagen 8, como C) y junto a la montaña (indicados<br />

en el plano urbano como Hepv y en la la imagen 8 como D).<br />

Mientras que las unités situadas al norte del plano (A y B)<br />

están poco caracterizadas, más allá de su proporción y localización<br />

en planta, las unités del Centro Cívico, a su vez, son<br />

las más detalladas. En la maqueta que rodea el área del Centro<br />

Cívico, las coincidencias entre estas Unités d’Habitation<br />

y la que estaba en esa época siendo edificada en Marsella<br />

son notables: en un parque, sobre unos robustos pilotis y<br />

separado ocho metros del suelo real, se encuentra un paralelepípedo<br />

horizontal, una estructura alveolar reticulada donde<br />

se incorpora una gran cantidad de células, yuxtapuestas<br />

horizontal y verticalmente. Cruzando verticalmente todo el<br />

edificio, una superficie sin huecos anuncia la existencia de<br />

un núcleo de accesos que establece la unión entre el suelo,<br />

los diferentes pisos y el espacio sobre la última losa, al<br />

aire libre. Se trata del lugar del edificio al que Le Corbusier<br />

llama toit-terrasse, que alberga una serie de equipamientos<br />

destinados a un uso colectivo, a la cultura del cuerpo y del<br />

espíritu del hombre, y cuya forma y disposición contrastan<br />

fuertemente con la regularidad y repetición constantes en el<br />

cuerpo del edificio.<br />

Las unités junto a la montaña, a su vez, son detalladas en<br />

dos dibujos y en una carta que Le Corbusier envía a Carlos<br />

Arbeláez, a propósito de una propuesta privada de construcción<br />

de un bloque de viviendas, donde exige que la orientación<br />

de los edificios sea la propuesta y que sus volúmenes<br />

se encuentren en perspectiva con respecto al paisaje –«las<br />

mejores formas, por lo demás, desde el punto de vista del<br />

rendimiento y de la eficacia»–. La densidad sería de cerca<br />

de trescientos veinte habitantes por hectárea. En cuanto a los<br />

peatones, entrarían en el edificio a través de la <strong>parte</strong> más baja<br />

y los automóviles entrarían en el garaje del edificio, situado a<br />

media altura, a través de la <strong>parte</strong> más alta –a semejanza de<br />

la maison locative en Argel, de 1933–. Según Le Corbusier,<br />

estos edificios asegurarían automáticamente la circulación<br />

de los peatones, el aparcamiento, el garaje, etc. Le Corbusier<br />

recomienda por lo tanto que los urbanistas (él, Wiener<br />

y Sert) asuman el papel de consultores para la elaboración,<br />

una vez que «sería peligroso dejar [esta empresa] a iniciativa<br />

enteramente privada. Por el bien de la causa» 12 . En una carta<br />

a Wiener y Sert, Le Corbusier escribe, revelando su preocupación<br />

por controlar hasta el final la buena ejecución de los<br />

proyectos de estas unités:<br />

Je suis, quant à moi, très amusé et content de voir naître, surgir<br />

ces initiatives, mais il faut guider. C’est capital. […] Sur un<br />

autre plan annexe se trouve indiquée, à titre de principe, une<br />

6. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): maqueta del Centro Cívico.<br />

© FLC L1-4-20.<br />

7. Le Corbusier, fotografía de la obra de la Unité d’Habitation de Marsella (17<br />

de marzo de 1950). © FLC L1-13-130.<br />

218 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


8. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan Urbano. Superposición de varias propuestas parciales de Le Corbusier<br />

para Bogotá. © Montaje realizado por el grupo de investigación Proyecto, Ciudad y Arquitectura, Uniandes.<br />

9. Le Corbusier, Habitation BOG 4300: propuesta para un sector de vivienda<br />

entre las calles 34 y 57 y las carreras 18 y 30. La Unité del sector de vivienda<br />

es la denominada «H4» (30 de marzo de 1951). © FLC 597.<br />

10. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): borrador del plan urbano<br />

con la localización, entre otros, de dos tipos de Unité d’Habitation que no aparecen<br />

en el informe final: las de montaña y las que cierran la avenida Cundinamarca<br />

al occidente. © FLC 607A.<br />

11. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): diferentes vistas de la<br />

maqueta del Centro Cívico que incluye varios puntos de vista de las Unités<br />

d’Habitation. © FLC L1-4-33.<br />

La Sabana es dominable desde un avión, las montañas bogotanas, desde una habitación | Marta Sequeira<br />

219


12. Le Corbusier: propuesta de localización de una serie de Unités d’Habitation<br />

junto a la montaña (20 de abril de 1950). © FLC H3-5-4.<br />

14. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan urbano. Superposición<br />

de varias propuestas parciales de Le Corbusier para Bogotá: detalle que<br />

indica el norte. © Montaje realizado por el grupo de investigación Proyecto,<br />

Ciudad y Arquitectura, Uniandes.<br />

13. Le Corbusier, borrador de la sección de una Unité d’Habitation junto a la<br />

montaña (20 de abril de 1950). © FLC H3-5-5-001.<br />

15. Le Corbusier, Unité d’Habitation, investigación teórica sin lugar (1944).<br />

© FLC 20572.<br />

série d’Unités d’Habitation constituant un secteur. Ces Unités<br />

sur versants (sur la pente des collines) sont très intéressants,<br />

il suffit de les raccorder en haut aux automobiles, en bas aux<br />

piétons. Mais il faut pour ces secteurs des résidences (immeubles<br />

collectifs qualifiés) imposer un statut impératif. A ce<br />

sujet, j’estime même que nous devons être appelés par les<br />

initiateurs de ces constructions à titre d’experts. Je puis, personnellement,<br />

faire une entente fournissant à leurs architectes<br />

les données essentielles leurs exigences urbanistiques<br />

d’une part et d’autre part profitant de l’énorme e[x]périence<br />

que j’ai acquise en ces choses. Je vous prie même de voir<br />

avec Arbelaez comment pourrait être instituée une convention<br />

type entre nous et ceux que nous devons guider de la<br />

manière signalée ci-dessus. Cette circonstance renouvellera<br />

beaucoup et notre intervention (très faible d’ailleurs, mais<br />

très précise) aura une valeur inestimable. 13<br />

Hasta aquí, todo bien. De hecho, si comparamos el conjunto<br />

de las Unités d’Habitation de este plan (descritas a través<br />

de las maquetas y dibujos elaborados por Le Corbusier y<br />

por sus colaboradores, así como a través de sus escritos)<br />

con la Unité d’Habitation de Marsella simplemente desde el<br />

punto de vista objetual, las semejanzas son innumerables.<br />

Estas viviendas o son muy semejantes a la Unité de Marsella<br />

o no dejan de ser una evolución con relación a este modelo,<br />

adaptado a otras necesidades y a un territorio específico.<br />

Sin embargo, si comenzamos a comparar estos edificios<br />

desde el punto de vista de su implantación en el territorio, y<br />

en particular, si atendemos a su orientación, nos encontramos<br />

con algo que corresponde a una infracción de las teorías corbusierianas<br />

sobre la Unité d’Habitation. Las plantas del Plan<br />

Director para Bogotá, con el norte fuera del sentido convencional<br />

–en este caso a la izquierda–, disimulan algo que, de<br />

otra forma, podría ser más evidente. En cuanto a las unités que<br />

se encuentran al noroeste (indicadas en la imagen 8 como A)<br />

y en el Centro Cívico (indicadas en el plano del Centro Cívico<br />

como Hepp y en las imégenes 8 y 14 como C) poseen una<br />

orientación convencional y de acuerdo con las teorías corbusierianas<br />

–con sus fachadas principales orientadas al este y al<br />

oeste–, las viviendas próximas al centro geométrico del plano<br />

220 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


16. Fotografía de Le Corbusier, junto a Wiener, Sert, Arbeláez y<br />

un funcionario, durante una de sus visitas a Bogotá.<br />

© FLC L4-4-18.<br />

17. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): borrador del plan metropolitano con énfasis en la pendiente de los cerros. © FLC 606.<br />

La Sabana es dominable desde un avión, las montañas bogotanas, desde una habitación | Marta Sequeira<br />

221


(indicadas en el plano urbano como H 4 y en las imágenes 8 y<br />

14 como B) y junto a la montaña (indicadas en el plano urbano<br />

como Hepv y en las imágenes 8 y 12 como D) presentan una<br />

orientación absolutamente dispar –con sus fachadas principales<br />

orientadas al noreste y al suroeste–, aparentemente sin un<br />

vínculo claro con los puntos cardinales. 14<br />

Le Corbusier rompe así su regla de oro, declarada en<br />

varias ocasiones, que indica que la Unité d’Habitation está<br />

orientada con sus fachadas principales al este y al oeste:<br />

«[…] l’Unité d’habitation est orientée est-ouest […]». 15<br />

Esta es, por lo demás, la orientación no solo del prototipo<br />

de Unité d’Habitation construida en Marsella, sino también<br />

de otras unités que proyecta posteriormente –Nantes-Rezé<br />

(1952-1953), Briey-en-Forêt (1957), Berlín (1957), Firminy<br />

(1962)–, y de las unités existentes en los proyectos urbanísticos<br />

que realiza –de Marseille Vieux-Port y Marseille-Veyre<br />

(1947), La Rochelle La Pallice (1945), Saint-Dié (1945), Marseille-Sud<br />

(1951), Estrasburgo (1951) y Meaux (1957)–.<br />

¿Por qué Le Corbusier no cumple en Bogotá esta regla<br />

por él mismo creada tan poco tiempo antes de encontrarse<br />

con la capital colombiana y que respeta en todos los otros<br />

proyectos que contemplan las Unités d’Habitation?<br />

El motivo solo puede estar relacionado con el paisaje con<br />

el que Le Corbusier se topó en la capital colombiana, que en<br />

nada correspondía al llano teórico a partir del cual comenzó<br />

a ser idealizado el modelo de la Unité d’Habitation. De<br />

hecho, Le Corbusier se deja impresionar desde el principio<br />

por el impacto que la montaña tenía en Bogotá. Esta no le hubiera<br />

podido pasar desapercibida. En sus dibujos en planta<br />

enfatiza el declive de la montaña, que define claramente un<br />

límite natural de la ciudad. En una página de su cuaderno de<br />

viajes, anota: «ouvrir sur les montagnes» 16 (imagen 18). En<br />

varios escritos, enfatiza la importancia de la montaña en el<br />

diseño de esta ciudad: «La ville s’appuie naturellement à la<br />

montagne. Son sol est formé d’un fond de lac dont les bords<br />

se relèvent en cuvette jusqu’à la chute des montagnes». 17<br />

«Une véritable symphonie architecturale et paysagiste se<br />

développera. La montagne servira de fond à la composition.<br />

Des fenêtres des édifices, la plaine de la Savane apparaîtra<br />

entourée de ses collines». 18<br />

Acaba incluso por extrapolar un razonamiento de carácter<br />

universal:<br />

Quand on voit les montagnes sur la ville, les arbres dans la<br />

ville, ou là où [on] est en droit de les imaginer dans la ville,<br />

de la ville, –Le Matin, le ciel est la création humaine remis<br />

en contact, alors qu’Alger, comme Bogota chaque jour ont<br />

fermé leurs fenêtres et leurs rues au paysage offert, comme<br />

St. Dié qui a dit non et la Rochelle autant, on sait où est le<br />

crime: C’est l’imbécilité, forgée par les écoles, les églises, les<br />

cellules en faveur de l’argent ou de la vanité. 19<br />

En determinadas zonas de la ciudad, si las Unités d’Habitation<br />

se dispusieran de acuerdo con los cánones corbusierianos,<br />

las unités más próximas a la montaña se la ocultarían a las<br />

restantes. Así, teniendo como base una orientación que no<br />

corresponde exactamente a este-oeste, desde cada una de<br />

las viviendas se puede disfrutar permanentemente de la bella<br />

falda de la cordillera de los Andes.<br />

La siguiente frase de Le Corbusier, refiriéndose al desarrollo<br />

que la ciudad de Bogotá estaba teniendo antes de<br />

iniciarse su Plan Piloto, pronunciada durante su primera estancia<br />

en Bogotá, confirma esta hipótesis: «Los habitantes<br />

de Bogotá en su afán de disfrutar el paisaje de la Sabana,<br />

están dando la espalda al hermoso paisaje de las montañas.<br />

La Sabana es dominable desde un avión; las montañas bogotanas,<br />

desde una habitación». 20<br />

Le Corbusier habrá quedado deslumbrado con la belleza<br />

y el impacto de la cordillera de los Andes en la ciudad colombiana,<br />

lo que le llevaría a pensar que, tratándose de una<br />

oportunidad para aplicar el modelo de la Unité d’Habitation<br />

a un nivel urbanístico, no debería dejar de tener este paisaje<br />

en cuenta. El caso de la aplicación de la unité en el Plan<br />

Piloto para Bogotá es una demostración de que los modelos<br />

creados por Le Corbusier no están fijos en el tiempo; sus proyectos<br />

finalizados y obras construidas no son más que una<br />

<strong>parte</strong> de un proyecto mayor, no son más que un fragmento<br />

de una gran búsqueda emprendida a lo largo de una vida.<br />

Sin analizar todos estos fragmentos, no se podrá tener una<br />

noción clara de una determinada propuesta corbusieriana;<br />

sin analizar las unités del Plan Piloto para Bogotá, podría escapársenos<br />

algo tan sencillo como que la orientación de una<br />

puede estar determinada no solo por el sol, sino también por<br />

una montaña.<br />

Marta Sequeira: arquitecta por la Facultad de Arquitectura de la Universidad<br />

Técnica de Lisboa (2001) y doctora en Proyectos Arquitectónicos por la<br />

Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona de la Universidad<br />

Politécnica de Cataluña (2008). Profesora auxiliar del Departamento<br />

de Arquitectura de la Universidad de Évora, donde ejerce varios cargos<br />

de gestión académica y científica. Investigadora en el Centro de Historia<br />

del Arte e Investigación Artística de la misma universidad. Ha participado<br />

en diversos proyectos de investigación científica. Ha impartido clases,<br />

como profesora invitada, en estudios posgraduados y de tercer ciclo en<br />

Portugal y España. Autora de varios textos publicados y comunicaciones<br />

pronunciadas en Portugal, España, Inglaterra y Estados Unidos.<br />

1 La primera invitación del alcalde, aunque informal, se había producido en<br />

junio de 1947, durante su primera estancia en Bogotá.<br />

2 Que se han realizado a petición del Dr. Eduardo Zuleta Ángel, ministro de<br />

Educación de Colombia, embajador y presidente de la sede de la ONU (a<br />

quien conocería durante la elaboración del proyecto para la sede de la<br />

ONU, en Nueva York).<br />

3 «Que en Bogotá se está demoliendo mal, insinuó anoche Le Corbusier»,<br />

1947, FLC X1-15-134.<br />

4 FLC 601A, B y C, denominado por el estudio BOG 4209.<br />

5 FLC 602, denominado por el estudio BOG 4210.<br />

6 FLC 603, denominado por el estudio BOG 4211.<br />

7 FLC 604, 605 A y B, denominados por el estudio BOG 4212, 4220.<br />

8 «La situation du Centre Civique qui est apparue normale après une étude<br />

approfondie du plan régional, du plan métropolitain et du plan urbain,<br />

confirme le choix des fondateurs de la cité». Le Corbusier, Etablissement<br />

du Plan Directeur, (informe técnico), p. 32.<br />

9 El informe que acompañaba el Plan Director, entregado en marzo de<br />

1950, indicaba como una de las cuatro reglas que eran objeto del urbanismo<br />

moderno, y que se podían enunciar a propósito de este plan, la<br />

siguiente: «Reconnaître les diverses qualités de population d’une ville et<br />

leur préparer, non pas des logis qui accusent des différences de classes,<br />

mais des logis qui permettent à chacune de ces catégories de disposer<br />

du maximum de bienfaits et de pouvoir d’éduquer de façon à se préparer<br />

pour des catégories meilleures. Ceci a conduit pratiquement à la recherche<br />

et à la proposition de types d’habitation de diverses natures, mais inspirés<br />

des règles précédemment indiquées». («Reconocer las diferentes<br />

capas de población de una ciudad y preparar para ellas alojamientos que<br />

no reflejen diferencias de clase, pero que permitan disponer del máximo<br />

de beneficios y de capacidad de educación de manera que puedan acceder<br />

a categorías más elevadas. Esto fue lo que prácticamente condujo<br />

222 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


a la búsqueda y propuesta de tipos de vivienda de naturaleza diferente,<br />

aunque inspirados en las reglas anteriormente expuestas»), Le Corbusier,<br />

íd, p. 7.<br />

10 Una noticia en el periódico Combat, del 13 y 14 de enero de 1951, anuncia:<br />

«La cité verticale de Marseille nous en apporte la démonstration. Mais,<br />

alors qu’il ne s’agit à Marseille que de la réalisation d’un élément isolé,<br />

en quelque sorte d’un grandiose échantillon, on apprend que Le Corbusier<br />

se voit confier, coup sur coup, à quelques mois de distance, non plus<br />

l’édification d’une “Unité d’Habitation”, mais l’organisation architecturale<br />

de deux villes, de deux capitales, l’une à Bogota, en Colombie, l’autre au<br />

Pendjab, dans les Indes.» («La ciudad vertical de Marsella lo demuestra.<br />

Pero mientras que en Marsella se trata solamente de la realización [edificación]<br />

de un elemento aislado, de cierta forma de una demostración grandiosa,<br />

se sabe que fue confiada a Le Corbusier, sucesivamente, y a algunos<br />

meses de distancia, no solo la edificación de una “Unité d’Habitation”,<br />

sino la organización arquitectónica de dos ciudades, de dos capitales, una<br />

en Bogotá, en Colombia, y la otra en Punjab, en la India»), Jean Audouit,<br />

«Le Corbusier va construire la nouvelle capitale du Punjab et réorganiser<br />

l’architecture de Bogotá», Combat, 13 y 14 de enero de 1951.<br />

11 «[…] proponen operaciones de valorización por la cualificación y crecimiento<br />

de densidad, presentan problemas de reagrupamiento del suelo<br />

bajo formas diversas, ya realizadas en otros países o en curso de realización,<br />

y que posibilitan a una ciudad el paso de un estado inferior y<br />

provisional a un estado superior y con futuro», Le Corbusier, íd, p. 38.<br />

12 «Le plan BOG 121-2 n.º 4198 montre en rouge l’emplacement que nous<br />

acceptons, qui couvre une surface plus profonde dirigée vers le sud-est<br />

[…]. Nous exigeons que des “Unités d’Habitation de Grandeur Conforme”<br />

basées sur l’orientation et le terrain, et le volume perspectif dans le<br />

paysage; ce sont d’ailleurs les meilleures formes au point de vue du rendement<br />

et de l’efficacité. Par conséquent, votre société de construction<br />

devra tenir compte de ces prescriptions. Pour vos renseignements à vous<br />

personnellement, et non pas pour les autres, nous vous donnons le plan<br />

BOG 121-2 n.º 4198 qui indique la possibilité d’autres Unités semblables<br />

limitées, toutefois, à k, l, m, n, o, p, q; il y a une question d’architecture<br />

générale et d’efficience du plan. Notre plan BOG 102-5 n.º 4199 donne<br />

l’occupation maximum du terrain avec onze unités, ce qui permet de calculer<br />

une densité de 320 habitants à l’hectare, c’est une bonne densité<br />

pour ces choses là. De tels immeubles assurent automatiquement la circulation<br />

du piéton, du parking, du garage, etc. Dernière question: nous<br />

jugeons indispensable de demeurer, nous les urbanistes (Le Corbusier,<br />

Wiener et Sert) attachés comme Conseils à l’exécution de tels immeubles<br />

qu’il serait dangereux de laisser à l’initiative entièrement libre à Bogota.<br />

Ceci pour le bien de la cause.» («El plano BOG 121-2 n.º 4198 muestra<br />

en rojo la localización que aceptamos, que cubre una superficie más<br />

profunda orientada hacia el sureste […] Exigimos “Unités d’Habitation de<br />

Dimensión Adecuada” teniendo como base la orientación y el terreno, y<br />

el volumen en perspectiva en el paisaje; son, además, las mejores formas<br />

desde el punto de vista del rendimiento y de la eficacia. Consecuentemente,<br />

su sociedad de construcción deberá considerar estas prescripciones.<br />

Para su información exclusivamente personal, les cedemos el plano<br />

BOG 121-2 n.º 4198 que indica la posibilidad de otras unités semejantes,<br />

limitadas a k, l, m, n, o, p, q; hay una cuestión de arquitectura general y de<br />

eficiencia del plan. Nuestro plano BOG 121-5 n.º 4199 prevé la ocupación<br />

máxima del terreno con once unités, lo que permite calcular una densidad<br />

de 320 habitantes por hectárea, que es una buena densidad para estos<br />

proyectos. Tales inmuebles aseguran automáticamente la circulación de<br />

peatones, de aparcamiento, garaje, etc. Una última cuestión: creemos<br />

indispensable que nosotros, los urbanistas [Le Corbusier, Wiener y Sert],<br />

permanezcamos unidos como consejeros a la ejecución de tales inmuebles<br />

que sería peligroso dejar a la libre iniciativa en Bogotá, y para que la<br />

obra sea llevada a buen término»). Le Corbusier, carta a Carlos Arbeláez,<br />

fechada el 21 de abril de 1950, FLC H3-4-117.<br />

13 «Estoy muy satisfecho por ver nacer y aparecer estas iniciativas, pero es<br />

necesario guiar. Es de una enorme importancia. […] En otro plano anexo<br />

está indicada, a título de principio, una serie de Unités d’Habitation que<br />

constituyen un sector. Estas unités, levantadas sobre las faldas de las colinas<br />

son muy interesantes, basta ligarlas por la <strong>parte</strong> de arriba a los automóviles<br />

y por abajo a los peones. Pero es necesario imponer un estatuto<br />

imperativo al sector de las residencias (inmuebles colectivos cualificados).<br />

Sobre esto creo que debemos ser llamados a título de expertos por los que<br />

inician estas construcciones. Personalmente puedo pactar un acuerdo, a<br />

fin de proporcionar a sus arquitectos datos esenciales a las exigencias<br />

urbanísticas por un lado y por otro, aprovechando la vasta experiencia<br />

que adquirí con respecto a estos asuntos. Solicito también que se analice<br />

con Arbeláez la forma como podría instituirse una convención de este tipo<br />

entre nosotros y aquellos a los que deberemos aconsejar de acuerdo con<br />

18. Le Corbusier, dibujo de la plaza de Bolivar, firmado<br />

en el segundo viaje, febrero de 1949. Carnets 1-B5-332.<br />

© FLC<br />

la forma anteriormente citada. Esta circunstancia (cooperación) tendrá<br />

como resultado una renovación importante y nuestra intervención (no muy<br />

evidente, pero muy precisa) tendrá un valor inestimable», Le Corbusier,<br />

carta a Wiener y Sert, fechada el 19 de abril de 1950, FLC H3-4-125.<br />

14. Le Corbusier, carta a Wiener y Sert, fechada el 19 de abril de 1950, FLC<br />

H3-4-120.<br />

15. «[…] La vivienda está orientada hacia este-oeste […].» Le Corbusier, Œuvre<br />

complète 1946-1952, Girsberger, Zúrich, 1953, p. 194.<br />

16. «Abrir hacia las montañas», Le Corbusier, FLC 1-B5-332.<br />

17. «La ciudad está apoyada naturalmente en la montaña y se levanta sobre<br />

un valle sedimentario cuyos bordes se elevan hasta la base de las montañas»,<br />

Le Corbusier, Etablissement du Plan Directeur, p. 10.<br />

18. «Se desarrolla una verdadera sinfonía arquitectónica y paisajística. La<br />

montaña servirá de fondo a la composición. De las ventanas de los edificios,<br />

la planicie de la Sabana surgirá rodeada de sus colinas.», Le Corbusier,<br />

íd, pp. 32-33.<br />

19. «Cuando se ven las montañas sobre la ciudad, los árboles en la ciudad,<br />

o en los lugares donde podríamos imaginarlos en la ciudad, de la ciudad:<br />

por la mañana, el cielo es la creación humana restablecida. Por otro lado,<br />

Argel, como Bogotá, cerró sus ventanas y calles al paisaje que las rodeaba,<br />

como St. Dié y La Rochelle, que lo rechazaron. Se sabe dónde está el<br />

error: es la imbecilidad, forjada por las academias, por las iglesias, por las<br />

células que trabajan a favor del dinero o de la vanidad», Le Corbusier, FLC,<br />

página de Carnet D 16’, publicada en Le Corbusier: carnets, Herscher,<br />

Dessain et Tolra, París, 1981, vol. 2, n.º 198.<br />

20. Le Corbusier, «Le Corbusier y su visita a Bogotá», Proa, n.º 8, agosto de<br />

1947, p. 5.<br />

La Sabana es dominable desde un avión, las montañas bogotanas, desde una habitación | Marta Sequeira<br />

223


Bogotá es una ciudad corbu<br />

Fernando Arias Lemos<br />

El 19 de septiembre de 1953, Le Corbusier escribió a Zuleta<br />

Ángel (representante de Colombia ante las Naciones Unidas<br />

y miembro de la Comisión para la construcción de la sede):<br />

«Conozco su ciudad como si hubiese nacido allí […] Bogotá<br />

es un poco una ciudad corbu […] corbu es un poco bogotano».<br />

1 El apunte, más allá de ocultar las características y<br />

valores propios de la ciudad, plantea un procedimiento técnico<br />

para proyectar una capital de arquitectura moderna en<br />

Bogotá, del que nos ocuparemos en este texto.<br />

La ville corbu concretaba la idea de arquitectura y ciudad<br />

del Plan Director para Bogotá, forma que se puede describir<br />

con tres advertencias que constituyen, como en Hacia una arquitectura,<br />

«las bases de construcción fundadas en la lógica». 2<br />

La primera es que la ville corbu estaba apoyada en conocimientos<br />

y principios disciplinares autónomos, en una lógica<br />

formal denominada por Le Corbusier côté esprit, el soporte<br />

espiritual o de pensamiento que tenía por objeto recomponer<br />

los objetos arquitectónicos y sus relaciones urbanas; es decir<br />

que el côté esprit habilitaba la ville corbu como laboratorio<br />

de investigación.<br />

La segunda, consecuencia de la anterior y prueba de la<br />

consistencia de la ville corbu, era que planteaba relaciones<br />

con la lógica de la ciudad existente; la ville corbu se incrustaba<br />

en la forma de la ciudad para asimilarla y transformarla.<br />

Por eso Le Corbusier apremió a H. Ritter (director de la OPRB)<br />

para que enviase a París un técnico con experiencia en Bogotá:<br />

«Será imposible establecer con seguridad el Plan de<br />

Bogotá si no tengo a mi disposición un técnico de la ciudad<br />

que conozca las costumbres, el clima, la región, la normativa<br />

y todos los aspectos del problema». 3 Ocho meses después,<br />

Le Corbusier comentó a Wiener y Sert, sus asociados y encargados<br />

de la segunda etapa del ordenamiento urbano, el<br />

Plan Regulador: «Samper, Salmona y Solomita han comenzado<br />

a trabajar en Bogotá». 4<br />

La <strong>tercera</strong> es que la ville corbu hacía <strong>parte</strong> de una experiencia<br />

próxima y existencial de Le Corbusier definida por su<br />

insistencia, casi contumacia, en realizar un ensemble entre el<br />

saber propio de la disciplina y la realidad externa; por eso se<br />

trataba de una experiencia continua e inconclusa. La ville corbu<br />

era una sinfonía arquitectónica, una unidad creada a partir<br />

de experiencias tan diversas como el trabajo en planes y teorías<br />

urbanas (la ciudad contemporánea, la Ville Radieuse, el<br />

Plan Voisin y los tres establecimientos humanos), proyectos<br />

para centros cívicos, el uso de la grilla CIAM de urbanismo<br />

como «instrumento para pensar» y el relato de sus viajes.<br />

Chandigarh y la sede para las Naciones Unidas en Nueva<br />

York se destacaban del elenco de la experiencia de Le<br />

Corbusier porque fueron proyectos que prácticamente se<br />

empezaron a construir al mismo tiempo que se planteaba la<br />

ville corbu en Bogotá, de modo que la concreción en la India<br />

y Estados Unidos enriqueció el procedimiento bogotano. En<br />

abril de 1953, Le Corbusier escribió a Zuleta Ángel:<br />

Actualmente construyo en India un verdadero milagro de arquitectura<br />

moderna [...] He hecho un palacio del cual todo el<br />

mundo habla y genera sorpresa y adhesión. Estaré muy agradecido,<br />

querido amigo, si usted pudiera en virtud de nuestro<br />

contacto amistoso, ayudar a que en mi madurez se me encargue<br />

hacer el Centro Cívico de Bogotá, con el objeto que la<br />

edificación de los edificios refleje mi concepción urbanística. 5<br />

En efecto, en el Centro Cívico y desde 1951, se había previsto<br />

localizar al nouveau Palais de Justice en el costado norte de<br />

la plaza de Bolívar. En septiembre de 1952, Le Corbusier propuso<br />

a Wiener y Sert emplazar allí el proyecto de la asamblea<br />

que elaboró para Chandigarh. La respuesta de Wiener fue:<br />

«Recibí de su despacho una copia del Capitolio de Chandigarh,<br />

quizás fue enviada por error y lo que en realidad usted<br />

quería enviar era el plan del centro de Bogotá. No hemos recibido<br />

nada al respecto de su <strong>parte</strong>». 6 El distanciamiento de<br />

Wiener y Sert del procedimiento proyectual de la ville corbu<br />

era inversamente proporcional al interés de Le Corbusier por<br />

relacionar la experiencia de Chandigarh con Bogotá.<br />

***<br />

Es en la propuesta para el sector del Centro Cívico donde se<br />

puede observar claramente el ensemble como procedimiento<br />

proyectual de la ville corbu: composición de una estructura<br />

formalizada en estratos o escenarios sucesivos que constituye<br />

una unidad de análisis y de proyecto urbano y arquitectónico.<br />

Le Corbusier, primer croquis de para el «grand immeuble» del Centro Administrativo<br />

de Bogotá (CAB), en la conferencia en el Teatro Colón, 20 de junio<br />

de 1947. © Proa.<br />

224 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Las escenas del Centro Cívico se podrían describir con la<br />

técnica de la Commedia dell’ Arte, un declic utilizado por Le<br />

Corbusier para presentar de manera eficiente una imagen visual:<br />

«a medida que cada personaje iba entrando en escena,<br />

se deducía inmediatamente su carácter por su indumentaria y<br />

su porte y se sabía que expresaría tal o cual sentimiento. La<br />

imagen visual ahorraba muchas explicaciones tediosas e imprimía<br />

una gran rapidez a la acción». 7 La arquitectura del Centro<br />

Cívico, como los personajes de la Comedia dell’ Arte, se comprendía<br />

por su carácter y el orden y disposición en la escena.<br />

Se destaca el declic como momento asociativo del procedimiento<br />

proyectual. El declic 8 es inductivo, hace fluir la<br />

corriente de la singularidad hacia los aspectos más generales<br />

del procedimiento. En palabras de Le Corbusier, el declic<br />

era el momento en que ocurrían filiaciones o afinidades; era<br />

la ocasión para enunciar relaciones proporcionales, analogías,<br />

variaciones y transformaciones, cuyo resultado era la<br />

delimitación de la heterotopía. Por eso la ville corbu era un<br />

lugar inédito dentro de uno real.<br />

La descripción de Nueva York, por ejemplo, pasaba<br />

por un declic. Le Corbusier observó que el cine, el jazz o<br />

el grand immeuble eran <strong>parte</strong>s equivalentes de la civilisation<br />

machiniste. El hot jazz de L. Armstrong era «la melodía<br />

del alma unida al ritmo de la mecánica» 9 y se analogaba a<br />

la arquitectura de Nueva York porque ambas reflejaban una<br />

época innovadora de construcción incesante que inundaba<br />

al mundo y cambiaba los hábitos (auditivos o urbanos), ambas<br />

escribían la página siguiente a la de los conservatorios y<br />

a la de la escuela Beaux Arts.<br />

Y para entender el jazz había que oírlo «en el clamor de<br />

los rascacielos y los subterráneos ruidosos […] El jazz, como<br />

el grand immeuble, es un acontecimiento y no una obra concebida.<br />

Son las fuerzas presentes [...] Manhattan es un hot<br />

jazz de piedra y de acero [...] fundaciones de catedrales sonoras<br />

que ya se erigen». 10 Dieciséis años después, en una<br />

escala en Nueva York, de regreso a París desde Bogotá,<br />

escribió en su cahier: «el hot jazz existe cuando usted se<br />

divierte y sueña». 11<br />

Volviendo a la descripción de las escenas del Centro Cívico,<br />

en la primera se encontraban el grand immeuble de los<br />

ministerios, el de los sindicatos y el edificio para la Alcaldía,<br />

en el marco de la plaza de Bolívar.<br />

En un plano retirado, tres immeubles para oficinas se disponían<br />

sobre la carrera 7.ª; las torres orientadas en sentido<br />

oriente-occidente y un basamento continuo de soporte daba<br />

fachada al costado norte de la plaza de Bolívar. En el área para<br />

usos diversos en edificaciones bajas (museos, galerías comerciales,<br />

bares, etc.), la nueva Broadway que se extendía entre<br />

la plaza de Bolívar y la calle 26 y entre las carreras 7.ª y 10.ª,<br />

se localizaban cinco immeubles para oficinas adicionales.<br />

Aparecía luego la escena de la arquitectura del área residencial<br />

del Centro Cívico: 24 unités, edificios prismáticos<br />

de planta longitudinal orientados en sentido norte-sur, de los<br />

cuales cinco se localizaban en el piedemonte de los cerros<br />

orientales; 17, al occidente, entre la carrera 10.ª y la avenida<br />

Caracas y dos, en la calle 6.ª, junto a cuatro edificios à redent.<br />

La siguiente escena era la de las áreas libres, un tapis<br />

urbain que conformaba el espacio público urbano e incluía<br />

a la explanada extendida que servía de base a la composición<br />

del sistema de circulaciones del Centro Cívico. También<br />

incorporaba las áreas peatonales, los jardines y el plan vial<br />

que enmarcaba la actuación.<br />

Otra escena estaba formada por los elementos de la ciudad<br />

existente, los que permanecían junto con el trazado y el<br />

recinto a lo largo de la carrera 7.ª, el foro en que ocurría el<br />

ritual constitutivo de la ciudad. Aquí también se encontraban<br />

las nueve manzanas arqueológicas (la plaza de Bolívar, la<br />

Catedral, el Capitolio, etc.).<br />

Le Corbusier, Plan Piloto para Bogotá, BOG 4220 – Centro Cívico, «Circular», 30 de junio de 1950. © Archivo Pizano (original borroso).<br />

Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />

225


Finalmente se encontraban el marco geográfico de los<br />

cerros orientales, las inmutables montañas coloreadas por<br />

Le Corbusier con una emotiva paleta (croquis 332).<br />

***<br />

El área de Manhattan en Nueva York y el Centro Cívico de la<br />

ville corbu bogotana establecían afinidades electivas por su<br />

carácter de laboratorio de experimentación de arquitectura y<br />

ciudad moderna. Sin embargo, la proximidad generaba tanto<br />

críticas como el reconocimiento de lecciones aprendidas en<br />

Nueva York y aplicadas en Bogotá.<br />

Las diferencias con Nueva York estaban expuestas en una<br />

publicación (inacabada) sobre su experiencia en Bogotá, titulada<br />

Delivrance o el fin de un mundo. 12 Una clave más segura<br />

aparece en Misé au point, 13 donde Le Corbusier escribió:<br />

«En Bogotá, en 1950, tuve la sensación de una página que<br />

pasaba […] una importante página de la historia de la humanidad<br />

[...] el fin de un mundo inminente e inmanente [...] la<br />

historia de la vida del hombre antes de la máquina [Bogotá]<br />

y, en la otra página, la historia en la que la máquina ha despedazado<br />

y destrozado la vida [Nueva York]». 14<br />

Volver la página (del libro de la historia de la ciudad y de la<br />

arquitectura), significaba la composición de acontecimientos<br />

vivos, presentes, aprehendidos con la técnica del proyecto<br />

arquitectónico; pasar la página implicaba el abandono de<br />

ideas preconcebidas y reglas apriorísticas para la composición.<br />

Es decir que la ville corbu pretendía corregir los efectos<br />

negativos de la civilisation machiniste neoyorquina, pues en<br />

Bogotá se propuso una lógica de proyecto distinta a la de<br />

la capital de la iniciativa y del enriquecimiento privado; la<br />

construcción de la ville corbu no representaba un negocio.<br />

Sin embargo, la construcción de la ciudad moderna era la<br />

ocasión para un negocio, tanto para la burguesía bogotana<br />

como para la neoyorquina o la parisina. J. Verne, en su novela<br />

París en el siglo XX (1865), se pregunta por las causas<br />

del crecimiento urbano: «¿Acaso no se habían inventado en<br />

el siglo XIX las sociedades inmobiliarias, las sucursales de<br />

Le Corbusier, Carnets 2, D 16’–203: Fin de un mundo, febrero de 1950. © FLC.<br />

Le Corbusier, planos en borrador del Centro Cívico, 1.ª etapa de realización - circular, junio de 1950. Informe<br />

final, Elaboration du Plan Régulateur de Bogotá. Etablissement du Plan Directeur. © FLC H3-4-363.<br />

Le Corbusier, vista de Nueva York en Cuando las catedrales eran blancas<br />

(1938). © FLC.<br />

226 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


empresas y el crédito hipotecario cuando se quiso rehacer<br />

una Francia nueva y un nuevo París?». 15<br />

Si en su origen Nueva York fue una ciudad fantástica fundada<br />

sobre el mito de edificios de «trescientos metros de<br />

altura, de piedra, hierro y vidrio, de pie en el cielo magníficamente<br />

azul [que] constituyen un acontecimiento nuevo en la<br />

historia humana», 16 ahora la impresión quedaba anulada por<br />

el engaño del aspecto y la figuratividad de las edificaciones,<br />

«una imagen de brutalidad y salvajismo […] desorden, furia<br />

sin arte [...] Los rascacielos de Nueva York son pequeños y<br />

demasiado numerosos [...] son de piedra, no de vidrio [...]<br />

canteras colgadas con ganchos en su estructura de acero,<br />

canteras suspendidas en el vacío». 17<br />

Si bien para Le Corbusier los motivos originales de los<br />

rascacielos norteamericanos permanecían como arquetipos<br />

que potenciaban relaciones paradigmáticas en el procedimiento<br />

proyectual («la leyenda de la torre de Babel [...] nuevas<br />

catedrales blancas sobre Manhattan [...] templo del nuevo<br />

mundo […] la hora de la arquitectura»), 18 ahora la transformación<br />

y la creación de nueva arquitectura se agotaba<br />

rápidamente. La torre y el faro norteamericanos alejaron la<br />

posibilidad de crear una ciudad con la que el habitante se<br />

identificase: anularon el exterior y lo público. El rascacielos<br />

instauraba un orden individual, privado, que existía por sí y<br />

para sí, capaz de contener una ciudad por dentro y aislar<br />

cada edificio del predio que ocupaba, de los demás predios<br />

y edificios de la manzana y de las otras manzanas.<br />

La especulación inmobiliaria era la melodía de la realidad<br />

urbana del rascacielos; su principal objetivo era multiplicarse<br />

buscando la máxima rentabilidad del suelo. Los rascacielos<br />

semejaban balcones de observación de la escena del debate<br />

arquitectónico y del planeamiento que los distanciaba<br />

del grand immeuble racional: «Apreciemos la diferencia que<br />

separa la ejecución audaz pero paradójica de Nueva York,<br />

de una concepción racional donde el conjunto ha determinado<br />

las relaciones recíprocas de los elementos indispensables».<br />

19<br />

Muchos años después, Koolhaas hizo eco de la crítica<br />

corbusieriana: «Manhattan se convirtió en un archipiélago<br />

seco de manzanas». 20 Se debe recordar que en el midtown<br />

Le Corbusier, Carnets 2, D 15–52, 1950. © FLC.<br />

de Manhattan se localizan edificios como la Lever House<br />

(Bunshaft y SOM), el Seagram Building (Mies) o el Museo<br />

Guggenheim (Wright), todos conocidos por Le Corbusier y<br />

construidos antes que los del Distrito Financiero en el downtown.<br />

En una anotación del cahier Le Corbusier confirmó:<br />

«N.Y. El centro de Wall Street es romántico pero inadmisible,<br />

provisional, inestabilidad intolerable por ahora. He encontrado<br />

el lugar de la Ville Radieuse, entre las calles 42 y 47 [emplazamiento<br />

de las NN. UU.]; es lo opuesto, la victoria sobre<br />

el caos disipado». 21<br />

La sede para las Naciones Unidas fue el único proyecto afín<br />

a Le Corbusier, a pesar de acusar a su constructor (W. K.<br />

Harrison) de robo y plagio de sus ideas. Era «apasionante<br />

aunque le falta côté esprit […] sufre de ciertas fallas técnicas<br />

que pueden tener consecuencias sobre el futuro de la arquitectura<br />

moderna. En efecto, si no funciona se dirá: “¡Esto es<br />

moderno!”» En su cahier, anotó: «En medio del horror de una<br />

Nueva York erizada, el edificio de las Naciones Unidas aporta<br />

su arquitectura de la Ville Radieuse. ¡La Ville Radieuse es<br />

la palabra que lo dice todo!» 22<br />

Por tanto, no resultó casual que Le Corbusier caracterizara<br />

el proyecto del grand immeuble para Bogotá como una:<br />

propuesta similar a la de las Naciones Unidas, actualmente<br />

en su etapa de finalización sobre el East River en Nueva<br />

York, que alberga las oficinas de la Secretaría General. Nosotros<br />

hicimos <strong>parte</strong> decisiva en la elaboración de los planos<br />

de este edificio en 1946-1947 y tuvimos la oportunidad de<br />

impulsar al más alto grado de perfección los recursos de la<br />

técnica moderna en materia de oficinas. 23<br />

Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />

227


En septiembre de 1953, Le Corbusier escribió a Zuleta Ángel:<br />

«Ahora en Bogotá hay una civilización precisamente moderna,<br />

de influencia americana (esto es, con intensidad, rapidez y precisión),<br />

y el plan se puede emprender con toda seguridad». 24<br />

En el croquis del Centro Cívico de la ville corbu realizado<br />

en marzo de 1950, Le Corbusier designó la carrera 9.ª como<br />

Broadway; Bogotá se relacionaba con Nueva York a través<br />

de la acogedora calle moderna y la afinidad bastaba para<br />

definir el carácter de la vía y confiar en que modificaría los<br />

hábitos y costumbres en el uso del área central bogotana.<br />

Broadway, como Montmartre, era el lugar público de la<br />

actividad central donde se encontraban:<br />

las luces de la ciudad y la publicidad luminosa […] multitudes<br />

avanzan como una ola [...] marea de mirones o clientes<br />

de los cinematógrafos, los burlesque, los teatros. Imperio de<br />

la electricidad, dinámica aquí, en estallidos, en deslizamientos,<br />

en crepitaciones; giratoria luz blanca, azul, roja, verde,<br />

amarilla [...] constelaciones a quemarropa, Vía Láctea por la<br />

que se ve uno arrastrado [...] queda la fiesta nocturna de los<br />

tiempos modernos. Y en Broadway, repartido entre cierta melancolía<br />

y una viva alegría, ando sin esperanza en busca de<br />

un burlesque inteligente en que brotarán cuerpos desnudos<br />

de mujeres hermosas. 25<br />

Estas impresiones no ocurrían ni en un tiempo ni en un lugar<br />

reales, estaban a la escala del espacio público metropolitano,<br />

promenade sometida a una explosión extática, analítica,<br />

convertida en senda del flâneur que deambulaba sin finalidad<br />

y sin destino, mezclado con la multitud, disuelto en un<br />

espacio que se extendía más allá de su cuerpo.<br />

En la ville corbu, la carrera 9.ª-Broadway era una sinécdoque<br />

de la vida y la ciudad modernas, era el escenario en<br />

el que se representaba una forma de vida alternativa a la<br />

angustiosa y brutal de Nueva York, donde la vida era siempre<br />

la misma, sin variación, sin interrupciones ni tropiezos, donde<br />

cada habitante era otro ladrillo en el muro, un elemento<br />

necesario de un mecanismo que solo se sosegaba «en la<br />

tranquila dejadez de las horas de la madrugada». La ville<br />

corbu bien podría ser la puesta en escena del proyecto para<br />

una revolución de la vida en Nueva York.<br />

***<br />

El grand immeuble representaba la forma de la experiencia<br />

de Le Corbusier en la construcción de la ciudad moderna,<br />

era una <strong>parte</strong> estructurante, un elemento permanente que<br />

resumía la ville corbu, era su corazón moral y físico y prueba<br />

del carácter asociativo del procedimiento proyectual.<br />

Nos valdremos de las advertencias corbusierianas (superficie,<br />

plan-plano y volumen) para describir los elementos<br />

componentes y el procedimiento proyectual del grand<br />

immeuble. La abstracción de las condiciones particulares<br />

de Bogotá (sitio) no impide entender que el proyecto se confrontaba<br />

con una realidad técnica y con la preservación de<br />

las actividades jerarquizadas y universales de una capital<br />

(diurnas cotidianas, nocturnas, dominicales y ocasionales,<br />

los eventos singulares, las fiestas religiosas, las «solennités<br />

gouvernementales» y las manifestaciones populares).<br />

El objetivo es plantear que el grand immeuble corresponde<br />

a la composición de una unidad arquitectónica racional<br />

vista desde la óptica de la experiencia, unidad que condicionaba<br />

al conjunto urbano, «edificios que reflejen mi concepción<br />

urbanística». 26 En términos de Le Corbusier, era una<br />

célula capaz de originar un orden y un crecimiento alternos<br />

al del organismo urbano existente.<br />

La superficie constituye la pauta para tres elementos<br />

componentes del procedimiento proyectual. El primero es<br />

la planta, plano de soporte que caracteriza las condiciones<br />

distributivas y tipológicas del grand immeuble.<br />

La planta arquitectónica era la regla unitaria que distribuye<br />

[...] y fija espacios de acuerdo con las necesidades de orden<br />

práctico y el sentido poético del propio arquitecto [… es] un<br />

resumen, una tabla analítica de materias [...] contiene una cantidad<br />

enorme de ideas y una intención motriz, el plano es el<br />

generador, es la determinación de todo, es una abstracción<br />

austera, una algebraización árida para la vista. Es un plano de<br />

batalla [...] choque de volúmenes en el espacio. Sin un buen<br />

plano, no existe nada, todo es frágil y no dura, todo es pobre. 27<br />

El plano registra las variaciones y transformaciones que constituyen<br />

la base para ordenar analíticamente, en un ciclo tipológico<br />

desarrollado a lo largo de treinta años, el paso de la<br />

planta cruciforme a la cartesiana-heliotérmica y de esta, a la<br />

planta lenticular o rectangular. El factor común del ciclo tipológico<br />

es la búsqueda de una respuesta a los problemas de<br />

origen, la coincidencia entre la función estructural (suprimir los<br />

patios y aportar la máxima estabilidad) y las necesidades de<br />

uso. Por ejemplo, la isotropía espacial de la planta cruciforme<br />

fue corregida con el grand immeuble cartesiano porque «la<br />

planta no concordaba con la esencia misma del curso del sol,<br />

sobre un eje [...] la forma nueva de la planta es en forma de<br />

pata de gallina... para estabilidad e iluminación». 28<br />

La condición de la planta corbusieriana fue destacada por<br />

Rowe, para quien no había «nada residual, nada que sea pasivo,<br />

nada que se mueva lentamente». Más adelante agregó<br />

que la planta constituye la «razón común [de todo el edificio]<br />

con la cual se relacionan todas las <strong>parte</strong>s y [...] genera un<br />

sistema al que quedan subordinadas todas las <strong>parte</strong>s». 29<br />

El segundo elemento que tiene cualidad de superficie es el<br />

cerramiento, que si bien hace <strong>parte</strong> del subsistema constructivo<br />

(esqueleto de soporte, redes, etc.), también es objeto de<br />

la composición porque aporta la piel de vidrio (pan de verre)<br />

y el brise-soleil, relacionados con la luz, la vista y el espacio.<br />

El sistema técnico separaba e independizaba (analítica,<br />

visual, constructivamente) las funciones de los elementos<br />

sustentadores (pilares y vigas), de las funciones de las <strong>parte</strong>s<br />

sostenidas (muros, tabiques) y de la superficie de cerramiento;<br />

al concentrar el peso de la estructura en los pilares y<br />

retirarlos de la línea de fachada, se desvinculaba el revestimiento<br />

de la estructura. Para Rowe, el sistema permite focalizar<br />

el trabajo de composición en la sección del edificio para<br />

dar movimiento al espacio vertical (agujereando los suelos),<br />

es decir para «cambiar la libertad de la planta por la libertad<br />

de la sección [...] documento ilustrativo de una elemental regulación<br />

matemática». 30<br />

Una consecuencia fue que la piel de vidrio permitió introducir<br />

el máximo de luz dentro de la edificación y separar<br />

las funciones de la ventana tradicional (ventilar e iluminar).<br />

Le Corbusier argumentó la necesidad de «desvignolizar»<br />

la arquitectura al plantear una historia protagonizada por la<br />

aventura de la ventana:<br />

228 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Le Corbusier, Carnets 2, D 16’–188, marzo de 1950. © FLC.<br />

A: El cuadrado o plataforma; B: el prisma o bloque del «grand immeuble»<br />

bogotano. Reconstrucción de la planta en tres crujías. © F. Arias.<br />

Vignola no se ocupa de las ventanas, sino del espacio entreventanas<br />

[pilastra o columna]. Yo desvignolizo: la arquitectura<br />

significa suelos iluminados [...] la finalidad es sostener<br />

los forjados mediante muros que se deben cortar con unas<br />

ventanas para iluminar su interior, ingrata y contradictoria<br />

constricción [...] las ventanas horizontales, continuas, ventanas<br />

en longitud. No tienen límite, sin interrupción. [...] Por<br />

consiguiente delante de la fachada habrá un panel de vidrio.<br />

La fachada es un panel de cristal. 31<br />

El primer ensayo del pan de verre fue el «muro neutralizante»,<br />

dos hojas de vidrio entre las que se hacía circular aire<br />

para equilibrar las condiciones exteriores. Este diseño fue<br />

corregido con la incorporación del mecanismo de las cámaras<br />

fotográficas, de modo que el cerramiento en vidrio quedaría<br />

preparado para ser «diafragmado a voluntad […] La<br />

luz es para mí la base fundamental de la arquitectura. Yo<br />

compongo con la luz. La diafragmo [verbo]. Usted deja pasar<br />

la luz donde quiera». 32<br />

Aunque la propuesta nunca se realizó, marcó el principio de<br />

la formulación del brise-soleil / brise-pluie que complementó<br />

y resolvió la inadecuación técnica de los experimentos previos<br />

e introdujo una relación con la aireación, la ventilación<br />

y la iluminación naturales. El brise-soleil como sistema protector<br />

y de ventilación general para la arquitectura también<br />

ejemplifica el papel de la experiencia en el procedimiento<br />

proyectual de la ville corbu. El brise-soleil fue resultado de un<br />

prolongado proceso que contó con el estudio de los mecanismos<br />

de defensa tradicionales de la cultura mediterránea<br />

ensayados por Le Corbusier: diafragmas de transición entre<br />

exterior e interior, generación de corrientes de aire, parasol<br />

extenso y profundo, persianas de librillo, etc.<br />

El tercer elemento pautado por la superficie es el plano<br />

de contacto con el suelo público. La Sala de los Pasos Perdidos<br />

conformaba el acceso al grand immeuble en una planta<br />

baja, liberada de los muros de carga del edificio, en la que<br />

quedaban expuestos los pilotes que soportaban la placa de<br />

transición de la estructura portante, otra consecuencia del<br />

Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />

229


Le Corbusier, registro de las fotos tomadas por Hervé en París, de la maqueta del<br />

proyecto del Centro Cívico, 1950 y 1951. © FLC, L1-4-32.<br />

Le Corbusier, proyecto para las Naciones Unidas: vista del conjunto, publicada en UN – Headquarters (1947). © FLC.<br />

230 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


sistema técnico Dom-Ino. La sala constituía una planta disponible<br />

en su totalidad para la circulación y para ver, como<br />

un espectáculo entre los pilares o a través de grandes ventanales,<br />

el paisaje exterior (natural, urbano).<br />

La sala se prolongaba al exterior con una explanada que<br />

establecía un locus, una topografía ideal de contacto y relación<br />

entre el grand immeuble y el Centro Cívico. La columnata<br />

de Bernini en San Pedro recordaba a Le Corbusier esa<br />

motivación original, pues constituía la base de la composición<br />

del sistema de circulaciones: «todo es circulación [...]<br />

una enormidad fundamental [...] que no soporta nada y que,<br />

no obstante, alimenta nuestra retina con la forma adorable<br />

del cilindro». 33 Tanto el hemiciclo como la sala hipóstila constituían<br />

unidades para la circulación y la movilidad.<br />

Las variaciones del lugar público, exterior, de la explanada<br />

corbusieriana van desde las composiciones de tramas<br />

isotrópicas regulares, pasando por explanadas con<br />

paseos arbolados, hasta la explanada como una plaza central<br />

(platform) abierta y peatonal. También se propusieron<br />

variaciones en el Plan Director para Buenos Aires (1937-<br />

1938), cuyo centro de negocios se encontraba en una explanada<br />

elevada sobre el Río de la Plata; o en Nueva York<br />

y Bogotá, donde la explanada englobaba seis y doce manzanas,<br />

respectivamente. En Chandigarh, la explanada tenía<br />

la complejidad de un «grand immeuble hacia abajo», que<br />

incluía el manejo del terreno con taludes.<br />

En el Centro Cívico de la ville corbu bogotana, la explanada:<br />

«organiza la circulación de peatones [...] estará a distintos<br />

niveles, enlazados por rampas […] Es un espacio que ocupa<br />

una extensión de 200 metros y una profundidad, de este a<br />

oeste, aproximada de 600 metros. Esta superficie ocupa un<br />

plano inclinado que desciende de la montaña» [sic]. 34<br />

La forma vertical pura, «aplomada de abajo a arriba, regular,<br />

sin recorte ni escalonamiento [...] combinada con las<br />

necesidades de estabilidad, de resistencia al viento, [que]<br />

tomará una forma característica en el plano», 35 era resultado<br />

de una ecuación algebraica: la función entre «la altura y la<br />

extensión del suelo disponible», 36 la relación entre dimensiones<br />

verticales y horizontales.<br />

Le Corbusier destacó que el elemento vertical (arquitectura)<br />

fijaba el sentido de lo horizontal (naturaleza), de modo<br />

que esta adquiría vida porque se creaba «el lugar de todas<br />

las proporciones, un ángulo recto [...]. Cristalización, fijación<br />

del lugar. Este es un lugar donde el hombre se detiene, porque<br />

hay sinfonía total, magnificencia de afinidades». 37<br />

La forma vertical, el cuerpo principal del edificio, era generada<br />

por la apilación de una planta estándar y típica de<br />

carácter versátil que preveía «todas las posibilidades de variación<br />

[intercambiabilidad], de modo que se puedan realizar<br />

Le Corbusier, proyecto del Centro Administrativo de Bogotá.<br />

Planos realizados para la presentación en el VIII Congreso<br />

CIAM, Inglaterra, julio de 1951. © FLC.<br />

Por otra <strong>parte</strong>, el volumen del grand immeuble corresponde a<br />

una forma vertical apoyada en un basamento donde se disponía<br />

la Sala de los Pasos Perdidos, auditorios y salas de conferencias.<br />

El basamento podía incluir una terraza-jardín junto al<br />

techo del auditorio para utilizarse como teatro al aire libre.<br />

Le Corbusier, el Centro Cívico del proyecto<br />

para la reconstrucción de Saint-Dié,<br />

Congresos CIAM VII y VIII. CIAM, The<br />

Heart of the city, Londres, 1951. © FLC.<br />

Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />

231


Le Corbusier, «Bogotá, Plan Regulador, Wiener y Sert (L. C., Consultor), proyecto L. C. / Centro<br />

Administrativo, Formas de las nuevas construcciones del centro» FLC R2-15-15. © FLC.<br />

las modificaciones que se requieran al filo de los años […]<br />

una economía de aprovechamiento perfecta». 38 Por otra <strong>parte</strong>,<br />

la contundente vertical se fragmentaba en sección por<br />

medio de segmentos separados mediante pisos técnicos en<br />

los que se localizaban los equipos mecánicos especiales<br />

(como en los proyectos para las NN. UU., Bogotá y Argel),<br />

con lo cual se privilegiaba la dirección horizontal.<br />

La versatilidad resultaba ser un factor común entre el<br />

grand immeuble y la arquitectura del rascacielos comercial<br />

norteamericano de finales del siglo XIX y principios del XX;<br />

coincidencia que los pone sobre la misma mesa del laboratorio<br />

de experimentación y desarrollo de los elementos componentes<br />

que formaron el tipo edilicio.<br />

***<br />

La aproximación analítica al proyecto de la ville corbu permite<br />

situarse en una perspectiva que destaca temas y problemas<br />

de arquitectura y ciudad aún vigentes. La ville corbu<br />

constituyó la base de un procedimiento proyectual en el que<br />

reverbera la experiencia de Le Corbusier en la disciplina y<br />

en el control de sus principios autónomos como forma de<br />

conocimiento y motor de las transformaciones de la realidad<br />

bogotana.<br />

Este hecho lo alejó de la fantasmal tabula rasa porque<br />

le permitió instalar a Bogotá en la lógica formal universal de<br />

la tradición de la planificación urbana y correspondió con el<br />

esfuerzo por superar la temporalidad y provisionalidad de la<br />

coyuntural arquitectura de los tiempos modernos.<br />

La ville corbu no constituye un procedimiento apriorístico;<br />

la experiencia de Le Corbusier formalizó el conocimiento en<br />

el proyecto, de modo que su principio lógico formal no puede<br />

ser comprendido sino en la ville corbu.<br />

La ville corbu desafió el crecimiento natural, la inercia de<br />

la ciudad, porque proyectó una ficción verdadera que contradecía<br />

la ilusión del espacio real, expuesta en la asonada<br />

del 9 de abril de 1948. La ville corbu formalizaba otro espacio<br />

real que se oponía al desorden, a la descomposición y a<br />

la confusión del espacio urbano. Y confió en comprometer en<br />

su realización la voluntad, tanto de la ciudad como de la sociedad<br />

bogotana a lo largo de los siguientes cincuenta años,<br />

condición aprovechada para presentar el plan de ordenamiento<br />

como producto de un gobierno progresista dispuesto<br />

a mantenerse en el poder.<br />

La ville corbu era una forma urbana abierta y continua,<br />

atenta a responder las necesidades de la ciudad «sin ruptura<br />

y sin abandono», como escribió Le Corbusier; un lugar<br />

construido con las técnicas de la arquitectura y el urbanismo:<br />

«una arquitectura potente, de presupuestos modestos, en la<br />

que el espíritu se expresará por medio del hormigón armado,<br />

de la proporción y de una alianza perfecta con el paisaje». 39<br />

232 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Fernando Arias: arquitecto por la Universidad de los Andes (1988) y doctor<br />

en Proyecto Arquitectónico por la Universidad Politécnica de Cataluña,<br />

España (2006). Profesor asociado de la Universidad Nacional. Trabaja<br />

en la maestría, el doctorado y el pregrado en Arquitectura. Pertenece<br />

al grupo de investigación Proyecto y Arquitectura, código Colciencias<br />

0061523, categoría A1. Tesis doctoral: Le Corbusier en Bogotá. El proyecto<br />

del «grand immeuble» para el Centro Cívico, 1949-1950, dirigida<br />

por Rogelio Salmona. Obtuvo la mención cum laude. Publicaciones: 2008:<br />

Le Corbusier en Bogotá. El proyecto del «grand immeuble», CIDAR, UN.;<br />

«El proyecto del grand immeuble de Le Corbusier en Bogotá», en: revista<br />

DPA Departamento de Proyectos Arquitectónicos, UPC, Barcelona, pp.<br />

67-79. En colaboración, traducción La macchina di progetto (La máquina<br />

de proyecto), CIDAR, UN. «Arquitectura muy urbana» en: El inicio de la<br />

metrópoli. Bogotá años 50. CIDAR UN, pp. 67-79. 2006: Finalización de<br />

textos Ciudad a<strong>parte</strong>. Proyecto y realidad en la Ciudad Universitaria de<br />

Bogotá, CORTÉS, Rodrigo, et alter, Panamericana.<br />

1 «Je connais votre ville comme si j’y étais né [...] Bogota c’est un peu<br />

une ville corbu [...] corbu est un peu Bogotien», carta de Le Corbusier a<br />

Zuleta Ángel, 19 de septiembre de 1953 (FLC H3-4-513).<br />

2 Le Corbusier, Vers una architecture, Crès, París, 1924. Trad. Esp. Cast.<br />

Apóstrofe, Barcelona, 1998, p. 48.<br />

3 Carta de Le Corbusier a H. Ritter, 10 de junio de 1949 (FLC H3-4-200).<br />

4 Carta de Le Corbusier a Wiener y Sert, 16 de marzo de 1950 (FLC H3-4-<br />

139).<br />

5 Carta de Le Corbusier a Zuleta Ángel, 23 de marzo de 1953. El subrayado<br />

es nuestro (FLC H3-4-511).<br />

6 FLC, Carta de Wiener a Le Corbusier, septiembre de 1952.<br />

7 J. Tyrwhitt, Josep Lluís Sert, Ernesto Rogers (Ed.), El corazón de la<br />

ciudad: por una vida más humana de la comunidad, Hoepli S. L., Barcelona,<br />

1955, p. 52.<br />

8 Sustantivo que designa el ruido (clic) que se produce al accionar el<br />

botón que enciende una máquina. Le Corbusier, «D’un tableau à un<br />

gratte-ciel», en Le Modulor: essai sur une mesure harmonique à l’échelle<br />

humaine aplicable universellement á l’architecture et à la mécanique,<br />

L’Architecture d’Aujourd’hui, Collection ASCORAL, Boulogne, 1950, p.<br />

216-218.<br />

9 Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches: voyage aux pays<br />

des timides, Plon, París, 1937. Trad. Esp. Poseidón, Buenos Aires, 1958,<br />

p. 220.<br />

10 Ídem. pp. 221, 224.<br />

11 Carnets, Vol. II, Carnet 20, Bogotá, mayo de 1951, fig. 443.<br />

12 Aunque aparece en francés en su cahier, deliverance es un anglicismo<br />

que significa entregar, llevar o transportar; también significa rescatar,<br />

salvar o liberar, además de dirigirse a un lugar. Otra acepción es parto o<br />

alumbramiento.<br />

13 Texto incluido en el libro de Ivan Zacnic, The final testament of Père<br />

Corbu. A translation and interpretation of «Mise au point», Yale University<br />

Press, New Haven, 1997.<br />

14 Ídem., p. 87.<br />

15 Julio Verne, París en el siglo XX [1865], Planeta, Barcelona, 1955.<br />

16 Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches, óp. cit., p. 87.<br />

17 Ib. pp. 60, 100.<br />

18 Ib.<br />

19 Ib. p. 111.<br />

20 Rem Koolhaas, Delirio de Nueva York: un manifiesto retroactivo para<br />

Manhattan, Gustavo Gili, Barcelona 2004, p. 97.<br />

21 Le Corbusier, Carnets II, D16’’, Nueva York, septiembre, 1950, fig. 232.<br />

22 Carnets. Vol. II, Carnet 215, Bogotá, agosto-septiembre de 1950, fig. 52.<br />

23 Le Corbusier, Elaboration du Plan Régulateur de Bogotá. Etablissement<br />

du Plan Directeur, pp. 34-35.<br />

24 Carta de Le Corbusier a Zuleta Ángel, 19 de septiembre de 1953 (FLC<br />

H3-4-513).<br />

25 Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches, óp. cit., p. 114.<br />

26. Le Corbusier, Elaboration du Plan Régulateur de Bogotá, óp. cit.<br />

27. Le Corbusier, Vers une architecture, óp. cit., pp. 36, 145.<br />

28. Le Corbusier, Pierre Jeanneret, Œuvre Complète 1934-1938, Publié par<br />

Max Bill architecte, Dr. H. Girsberger, Zúrich, 1938.<br />

29. Colin Rowe, Manierismo y arquitectura moderna y otros ensayos, Gustavo<br />

Gili, Barcelona, 1978, pp. 19, 91.<br />

30. Ídem., p. 18.<br />

31. Le Corbusier, Précisions sur un état présent de l’Architecture et<br />

l’Urbanisme, Crès, París, 1930. Trad. Esp. Poseidón, Barcelona, 1979,<br />

pp. 69-74.<br />

32. Ídem., p. 154.<br />

33. Ídem., p. 150.<br />

34. Le Corbusier, Elaboration du Plan Régulateur de Bogotá, óp. cit., p. 32.<br />

35. Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches, óp. cit., p. 83-84.<br />

36. Ídem, p. 90.<br />

37. Ídem, p. 98.<br />

38. Ídem, p. 90.<br />

39. Carta de Le Corbusier a Zuleta Ángel, 19 de septiembre de 1953 (FLC<br />

H3-4-513).<br />

Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />

233


El Centro Cívico del Plan Director de Bogotá: dos ideas de ciudad moderna en un solo plan<br />

Carlos Eduardo Hernández Rodríguez<br />

En 1933, a bordo del buque Patris II, en ruta Marsella-Atenas,<br />

en el Mediterráneo, se redactó el borrador de lo que luego<br />

sería el manifiesto más importante del urbanismo moderno:<br />

la Carta de Atenas, resumen del IV CIAM, 1 publicado por primera<br />

vez en 1942 y atribuido en gran <strong>parte</strong> a Le Corbusier.<br />

En los siguientes años, sería la «carta de navegación» de la<br />

«ciudad funcional», al abordar los problemas de las ciudades<br />

a través de los principios del movimiento moderno:<br />

El IV Congreso CIAM, celebrado en Atenas, ha hecho suyo<br />

el postulado siguiente: el sol, la vegetación y el espacio son<br />

las tres materias primas del urbanismo. La adhesión a este<br />

postulado permite juzgar las cosas existentes y apreciar las<br />

proposiciones nuevas desde un punto de vista verdaderamente<br />

humano. 2<br />

Las sistemáticas «observaciones y exigencias» 3 que identificaron<br />

las conexiones entre la ciudad y su región, la habitación,<br />

el esparcimiento, el trabajo, la circulación y el patrimonio<br />

histórico de las ciudades, son los puntos de partida para el<br />

análisis de la ciudad existente y de las nuevas propuestas<br />

para las urbes, como <strong>parte</strong> integral de los planes modernos<br />

de este periodo, cuya síntesis será expuesta desde los CIAM.<br />

En este proceso, la aparición y evolución del Centro Cívico<br />

como componente de los planes modernos se convertirá,<br />

con el paso de los años, en uno de los puntos centrales<br />

del urbanismo modeno en la ciudad, tema que evoluciona<br />

en primera instancia conectado con los planteamientos de<br />

los CIAM de preguerra y en cabeza del propio Le Corbusier,<br />

para luego ser progresivamente replanteado bajo la influencia<br />

progresiva de la crítica, que se posiciona en los CIAM de<br />

posguerra y que obliga a revisar los postulados del movimiento<br />

moderno. En esta segunda etapa se insistirá en el reconocimiento<br />

del ser humano y de una ciudad más humana,<br />

como avance del enfoque meramente funcional, situación<br />

que retomó la discusión sobre algunos valores preexistentes<br />

en la ciudad y colocó en primera plana conceptos abolidos<br />

por el propio discurso moderno como la calle o la plaza tradicional,<br />

que nuevamente cobraron vigencia como <strong>parte</strong> de las<br />

estrategias implementadas, para superar los planteamientos<br />

realizados en los años anteriores. Es aquí, en este encuentro<br />

de posiciones sobre la forma de pensar la ciudad, donde el<br />

plan de Bogotá encontrará su mayor importancia en la historia<br />

de los planes modernos en Latinoamérica.<br />

Colombia, Le Corbusier y la aparición de las ideas<br />

modernas para Bogotá<br />

En Latinoamérica, gran <strong>parte</strong> de las discusiones atribuidas al<br />

movimiento moderno han de llegar primero por intermedio de<br />

las corrientes académicas, con el registro y difusión de los<br />

procesos acontecidos especialmente en Europa y las ideas<br />

que se despliegan como consecuencia de la aparición de<br />

los manifiestos modernos, como la Carta de Atenas o Can<br />

our Cities Survive?, 4 libro escrito por Josep Lluís Sert, donde<br />

también se registran las reflexiones del IV CIAM y a cuyo texto<br />

se le atribuye ser la introducción oficial de las ideas del movimiento<br />

moderno en Norteamérica.<br />

En este contexto, algunos dirigentes de ciudades latinoamericanas<br />

acogieron la propuesta de la doctrina moderna y<br />

convirtieron las ciudades en lugares de experimentación y<br />

concreción de este ideal, a manera de laboratorios urbanos,<br />

en una época donde se destacan las ciudades primordialmente<br />

por el rápido cambio, crecimiento y transformación.<br />

En Colombia, el urbanismo y las ideas del movimiento moderno<br />

llegan formalmente a mediados de los años cuarenta<br />

del siglo XX, con los planes para varias ciudades colombianas<br />

y en manos de sus mayores exponentes: Le Corbusier,<br />

Josep Lluís Sert y Paul Lester Wiener. Para este momento,<br />

ya se habrán registrado más de treinta años de evolución de<br />

las ideas proclamadas por el nuevo urbanismo en Europa,<br />

acompañadas por una serie de intervenciones en varias ciudades<br />

de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.<br />

Bogotá decide incorporarse a las ciudades que acogen<br />

dichas ideas con la intervención de Le Corbusier, quien<br />

acepta dirigir el plan después de haber perdido el encargo<br />

para el diseño y construcción del edificio de las Naciones<br />

Unidas en la ciudad de Nueva York. Es así como el plan de<br />

Bogotá se convertirá en la oportunidad de consignar en una<br />

capital latinoamericana las ideas sobre una ciudad legítimamente<br />

moderna.<br />

Conversaciones paralelas entre Le Corbusier y la firma<br />

Town Planning Associates, en cabeza de Josep Lluís Sert y<br />

Paul Lester Wiener (dupla de arquitectos que representa los<br />

postulados de los CIAM y que se encuentran en Colombia<br />

elaborando planes para la ciudades de Tumaco, Cali y Medellín<br />

desde 1946) permiten pensar en un equipo de gran<br />

nivel para acometer la tarea establecida. La participación de<br />

Sert y Wiener se concreta y el «Plan Director de Bogotá» comienza<br />

a operar en tres fases. La primera fase, de análisis y<br />

recopilación de información, es encargada a la nueva oficina<br />

llamada «Oficina del Plan Regulador», manejada desde Bogotá<br />

por arquitectos de la Administración; la segunda fase,<br />

234 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Le Corbusier, proyecto para el Centro Cívico en el Plan Piloto (1950). Se muestran las unidades de<br />

habitación y los edificios del poder político, administrativo y religioso que se disponen en el espacio<br />

natural conceptualizado para disolver la calle corredor. © C. Hernández.<br />

Le Corbusier, proyecto para el Centro Cívico en el Plan Piloto (1950). © C. Hernández.<br />

denominada Plan Piloto, se encarga de desarrollar las ideas<br />

fundamentales del plan y su dirección es asumida por Le<br />

Corbusier; y la <strong>tercera</strong> fase, denominada Plan Regulador, es<br />

asignada a Sert y Wiener, y consiste en el desarrollo a plenitud<br />

las ideas del Plan Piloto para aplicarlas en cada contexto<br />

particular de la ciudad.<br />

Acompaña el desarrollo del plan una serie de reuniones,<br />

visitas y correos entre las oficinas de Le Corbusier, en París<br />

(con arquitectos colombianos como Germán Samper, Reinaldo<br />

Valencia y Rogelio Salmona), Sert y Wiener en su oficina<br />

de Nueva York (trabajando paralelamente en propuestas para<br />

Cali, Medellín e incluso conversaciones con Barranquilla) y<br />

la oficina de Bogotá, dirigida por Carlos Arbeláez (donde se<br />

construyen los insumos de análisis para alimentar a las oficinas<br />

de París y Nueva York). Con este acuerdo de trabajo se<br />

gesta una propuesta para la ciudad, que es consignada en el<br />

Informe del Plan Piloto y que es acompañada por 37 planos<br />

de análisis que esgrimen la propuesta de la Bogotá moderna.<br />

«El día 16 de junio de 1947, pisa por primera vez suelo<br />

bogotano, lo que hará en cinco oportunidades». 5 Dicta dos<br />

conferencias en el Teatro Colón, denominadas El urbanismo<br />

como supremo ordenador social y Caracteres mundiales y<br />

regionales de la arquitectura moderna. Por primera vez, Le<br />

Corbusier toma contacto con Colombia y es recibido por el<br />

alcalde de la ciudad, Fernando Mazuera, y una «multitud de<br />

jóvenes arquitectos colombianos unidos al grito de ¡abajo<br />

la academia!», 6 como crítica a la formación academicista y<br />

apoyo a las nuevas ideas modernas encabezadas por el propio<br />

Le Corbusier.<br />

La entrega oficial del Plan Piloto la realiza Le Corbusier en<br />

su <strong>tercera</strong> visita a Bogotá, en el año de 1950, en los meses<br />

de agosto y septiembre, ante las autoridades de la ciudad. El<br />

informe del plan se presenta en los términos acordados, con<br />

unos capítulos muy definidos: una introducción, que desarrolla<br />

los problemas de la ciudad y presenta la solución dada a<br />

través de este plan moderno, así como los capítulos que esbozan<br />

un plan regional, un plan metropolitano, un plan urbano,<br />

un plan del Centro Cívico y las conclusiones finales del plan.<br />

Como la gran mayoría de los planes de esta época, el plan<br />

de Bogotá desarrolla la estrategia para entender la ciudad<br />

a partir de una mirada amplia, que se enfoca en reflexionar<br />

sobre la ciudad en su conexión con la región, situación que<br />

involucra un detenido proceso de comprensión de un mundo<br />

que se mueve por las nuevas técnicas, la industria, el automóvil,<br />

el avión y las comunicaciones, para luego pasar por<br />

la escala metropolitana cuyo desarrollo plantea, entre otros<br />

temas, una propuesta funcional dentro de un manejo de densidades<br />

poblacionales en el territorio, «...fijando de un modo<br />

El Centro Cívico del Plan Director de Bogotá | Carlos Eduardo Hernández<br />

235


acional los lugares de habitación y los lugares de trabajo, las<br />

funciones de la circulación aparecen con notoriedad», 7 así<br />

como también se desarrolla un plan urbano, cuyo gran avance<br />

frente a otros es el desarrollo del concepto de la «regla de<br />

las 7V» y del «sector», desarrollo que se enfoca en estructurar<br />

y desglosar un sistema vial jerarquizado que comienza<br />

por las vías de unión con la región, hasta llegar a las vías peatonales<br />

que alimentan los nuevos denominados «sectores».<br />

El sector como teoría se enfocará en dividir a Bogotá en varias<br />

<strong>parte</strong>s, capaces de contener una comunidad que pueda<br />

soportar un «núcleo» donde se hallarán equipamientos como<br />

la escuela, la iglesia y otros lugares de reunión de la comunidad,<br />

enmarcados en una lógica ambiental de la Sabana donde<br />

se involucran los cerros, los ríos, humedales y quebradas<br />

que articulan el sistema verde de la misma, reivindicando la<br />

noción de comunidad en la ciudad y acercándose, en otra<br />

escala, al desarrollo del Centro Cívico.<br />

El Centro Cívico de Bogotá: el espacio de la<br />

arquitectura moderna o la reivindicación de la historia<br />

En el desarrollo del Plan Piloto de Bogotá, un capítulo de<br />

singular importancia será el Centro Cívico, componente del<br />

plan que revelará con mayor detalle la apuesta de la ciudad<br />

imaginada por Le Corbusier y soportada esencialmente en la<br />

Carta de Atenas y en la doctrina que construye los destinos<br />

de los primeros CIAM. Aquí, la ciudad funcional moderna comienza<br />

a develarse desde los primeros bocetos realizados<br />

y busca fortalecer en el lugar más consolidado de la ciudad<br />

la apuesta por una ciudad enriquecida por los nuevos ideales.<br />

La separación del vehículo del peatón, la aparición de<br />

los nuevos edificios de vivienda insertados en un vacío que<br />

se genera para incorporar la naturaleza, el aire y el sol en<br />

la ciudad, reemplazarían las tradicionales manzanas históricas<br />

del centro bogotano, en estricta consonancia con los<br />

diagnósticos previos y consecuente con el discurso de abolición<br />

de la calle-corredor construido años atrás. «Las construcciones<br />

levantadas a lo largo de las vías de comunicación<br />

y en las proximidades de los cruces son perjudiciales para<br />

la habitabilidad: ruidos, polvo y gases nocivos». 8 El espacio<br />

logrado, donde la arquitectura se posiciona como objeto y<br />

monumento a la vez, explica el destino principal del Centro<br />

Cívico, evidencia temprana de una ciudad que no se definirá<br />

solamente por las cuatro funciones y que desarrollla en este<br />

un Centro Cívico monumental como una apuesta por otorgar<br />

una condición más humana en la ciudad, centrada en la fusión<br />

entre las artes y la arquitectura.<br />

Le Corbusier tratará este tema en el CIAM VIII de 1951,<br />

«El corazón de la ciudad», realizado en Hoddesdon, con<br />

un artículo para el libro que acompaña este CIAM y que es<br />

preparado por Sert en compañía de Jaqueline Tyrwhitt y Ernesto<br />

N. Rogers, con anticipación al congreso. El artículo de<br />

Le Corbusier es llamado originalmente The Relationship of<br />

the Plastic Arts at the Core y renombrado por Sert como The<br />

Core as a Meeting Place of the Arts. 9 En dicho artículo, Le<br />

Corbusier reflexiona sobre el core e inicia con una propuesta<br />

de combinación entre los dos títulos, llamada «El core, considerado<br />

como un lugar para la expresión de la vida», en<br />

la cual se reflexiona sobre estos nuevos centros como lugares<br />

del teatro espontáneo, donde discurren la creatividad,<br />

la inspiración y la vida. El recorrido realizado inicia con un<br />

recuento de sus viajes a Brasil, la reconstrucción de Francia,<br />

la escala humana y los ejemplos como el proyecto de las<br />

Naciones Unidas, la Unidad de Habitación de Marsella, «Los<br />

múltiples cores de una ciudad, Chandigarh», 10 para terminar<br />

con una conclusión: «El core es un lugar para la expresión<br />

de la vida humana».<br />

En Bogotá, es en esta noción de lugar para la expresión de<br />

la vida humana donde se enmarcará la propuesta del Centro<br />

Cívico del Plan Piloto y es allí donde se develan las últimas<br />

discusiones sobre la vivienda vertical y la liberación del suelo<br />

como revelación del descubrimiento de la naturaleza por la<br />

ciudad. En este manto verde flotan unidades de habitación,<br />

desarrolladas en otras latitudes, que reafirman la condición<br />

de la disolución de la calle-corredor y la plaza como una de<br />

las estrategias para involucrar el ideal moderno en la ciudad,<br />

en clara consonancia con las discusiones de la «ciudad funcional»<br />

de los CIAM de preguerra, a propósito de la jornada<br />

solar, el habitar, el trabajar, la recreación y la circulación. Estas<br />

acciones están acompañadas de un discurso que busca<br />

aglutinar los tres poderes más representativos de la ciudad<br />

relativos a la religión, al gobierno, al municipio y a los ciudadanos<br />

en una redefinida plaza de Bolívar, que se enmarcará<br />

en una clara afinidad por destacar la monumentalidad de la<br />

arquitectura en el centro de la ciudad.<br />

Así, la plaza de Bolívar, elemento de primer orden en el<br />

Centro Cívico, se acompaña de los edificios del Palacio presidencial,<br />

así como del palacio de los ministerios, el palacio<br />

municipal, el de los sindicatos, la Catedral, el Parlamento y<br />

un cierto número de calles y de edificios históricos que se<br />

mencionan reunidos y conformando el espíritu de la ciudad.<br />

El espacio de los bogotanos del centro, que había sido<br />

construido por una disposición de vacíos y llenos, provistos<br />

de una escala y un valor arquitectónico que reafirmaban la<br />

historia de la ciudad, es remplazado por una nueva noción de<br />

monumentalidad que atiende en principio a la idea del valor<br />

del edificio como monumento, en relación con un entorno natural<br />

donde primará la disposición frente al sol, a la geografía<br />

y donde la noción histórica de calle y plaza será reemplazada<br />

por un vacío que reinvierte la condición espacial de la<br />

ciudad, privilegiando al edificio como monumento y al vacío<br />

como elemento de soporte natural y vial.<br />

La montaña es observada como una reserva paisajística y<br />

se plantea la restricción de las alturas en el piedemonte para<br />

asegurar su silueta; se conserva la Catedral y su contexto<br />

inmediato y enfrente de ellas se propone el edificio de los<br />

ministerios en 15 pisos y el edificio municipal, que enfrenta a<br />

la Catedral y que termina de conformar a la plaza cívica que<br />

duplica el espacio existente.<br />

Alrededor de este complejo se generan unidades de vivienda<br />

en altas densidades que son resueltas en altura y que<br />

garantizan la presencia de la vivienda en un vacío colmado de<br />

vegetación. Estas viviendas en altura recogen las reflexiones<br />

desde la Unidad de Habitación 11 y el edificio lineal, característicos<br />

en las propuestas de Le Corbusier de los años cuarenta.<br />

Es así como en el Centro Cívico del Plan Piloto se retoman<br />

los elementos tradicionales de la cultura de los primeros planes<br />

modernos y se destaca la «quinta función urbana», función<br />

que no es clara en los primeros CIAM y que se menciona<br />

236 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


desde el Congreso de Bérgamo, en 1948, atendiendo a las<br />

ya numerables disidencias que abogaban por un cambio de<br />

dirección en la conducción de la «ciudad funcional».<br />

Los CIAM de posguerra y el cambio de postura en el Plan<br />

Regulador<br />

Paralelo a estos años de trabajo en Bogotá, discurre el CIAM<br />

de Bérgamo, en 1948, donde arquitectos holandeses sugirieron<br />

la idea del Centro Cívico como tema para un nuevo<br />

congreso. Sert defiende la idea y la traduce en El corazón de<br />

la ciudad como una manera de ir más allá de las ideas del<br />

Centro Cívico, en el logro de una ciudad más humana donde<br />

se conjugan las expresiones y sentimientos humanos.<br />

En el CIAM de Hoddesdon, en 1951, Sert formuló su crítica<br />

al funcionalismo ortodoxo y planteó mantenerse en búsqueda<br />

de una «arquitectura más completa»:<br />

La necesidad de lo superfluo es tan vieja como la humanidad.<br />

Ya es hora de reconocerlo abiertamente y acabar con<br />

las engañosas actitudes que intentan buscar una justificación<br />

funcional a elementos que resultan francamente superfluos<br />

si se los juzga según los rígidos parámetros arquitectónicos<br />

de los años veinte. Esto no significa que los edificios<br />

no deban ser funcionales. Deben serlo, tanto como siempre<br />

hemos pretendido. 12<br />

Le Corbusier, proyecto para el Centro Cívico en el Plan Piloto (1950): perspectivas en 3D de la plaza de Bolívar en el Plan Piloto. © C. Hernández.<br />

La creación de un centro físico para el hombre y desde el<br />

hombre, retomará la noción de la calle y de la plaza como<br />

ejemplos para consolidar el conjunto moderno. La necesidad<br />

de estos elementos se tornará fundamental dentro de<br />

las ciudades, pues es allí donde se desarrolla la vida de la<br />

colectividad y las actividades humanas sensibles.<br />

La función social de los nuevos centros o núcleos comunitarios<br />

consiste fundamentalmente en unir a la gente y<br />

facilitar los contactos directos y el intercambio de ideas que<br />

estimulen la libre discusión.<br />

Hoy en día, en nuestras ciudades, la gente se reúne en las<br />

fábricas y en las calles transitadas, en condiciones muy<br />

poco favorables al intercambio de ideas. Los centros de<br />

Paul Lester Wiener y Josep Lluís Sert, Plan Regulador para Bogotá (1953): propuesta para el Centro Cívico. Las diferencias entre la doctrina del Plan Piloto se<br />

muestran en una ciudad que retoma la calle y la plaza como <strong>parte</strong> de sus estrategias para construir la ciudad moderna. © C. Hernández.<br />

El Centro Cívico del Plan Director de Bogotá | Carlos Eduardo Hernández<br />

237


eunión de la colectividad, debidamente organizados, proporcionarán<br />

un marco donde se desarrolle una nueva vida<br />

social y un saludable espíritu cívico. Las más diversas actividades<br />

humanas, espontáneas y organizadas, encontrarán<br />

su lugar adecuado en esos centros comunes... Estas personas<br />

podrán así descubrir nuevos valores humanos entre<br />

los ciudadanos y tendrán ocasión de mantener contactos<br />

sociales de los que hoy carecen. El planeamiento de estos<br />

nuevos centros y la forma de sus edificios tendrán en cuenta<br />

está función social. 13<br />

En la figura de Josep Lluís Sert, el corazón de la ciudad alcanza<br />

su mayor realce en los congresos CIAM al dar la primacía<br />

al Centro Cívico como el elemento más importante de<br />

la ciudad moderna y al proponerlo como una quinta función,<br />

reflexión que se verá reflejada en las transformaciones propuestas<br />

para el Plan Regulador de Bogotá.<br />

Al aparecer la <strong>tercera</strong> etapa del plan, llamada Plan Regulador<br />

y encomendada a Sert y Wiener, el desarrollo de las<br />

ideas del Centro Cívico tomará un viraje inesperado que sólo<br />

podrá ser explicado por la confluencia de las fuertes discusiones<br />

en torno a los planes modernos dentro del CIAM y la<br />

aparición de propuestas desde los defensores del movimiento<br />

moderno que intentarán aplacar las críticas.<br />

Para Sert y Wiener, el Centro Cívico de Bogotá se convertirá<br />

en la oportunidad de plasmar en un mismo plan el cambio<br />

en la manera de asumir la propuesta de ciudad moderna, incorporando<br />

las discusiones ventiladas en el CIAM de Bérgamo,<br />

preparándose para la presentación de las discusiones<br />

del CIAM de Hoddesdon, en divergencia con la posición del<br />

hombre frente al espacio propuesto por el Plan Piloto de Le<br />

Corbusier, y recogiendo las nuevas discusiones de carácter<br />

«mundial» que se desarrollan paralelamente a los planes y<br />

que, en el caso de Bogotá, enmarcaron varias de las decisiones<br />

que se toman en el Plan Regulador, la <strong>tercera</strong> etapa<br />

del plan, con un Le Corbusier distanciado de Bogotá y más<br />

cercano al nuevo plan de la ciudad de Chandigard, en la<br />

India, su nuevo proyecto de trabajo.<br />

Sert, ahora protagonista en el Plan Regulador de Bogotá<br />

y también en los CIAM, al ser su presidente, lucha por la vida<br />

emocional de la comunidad. Es el hombre y sus emociones,<br />

sus necesidades, lo que ahora rige el urbanismo de Bogotá,<br />

y sus propuestas no pueden pasar por alto este hecho fundamental;<br />

se inicia aquí un reencuentro, una revisión y una<br />

autocrítica. Las funciones de la Carta de Atenas también deben<br />

ahora recentralizarse, su objetivo, la comunidad y una<br />

nueva visión del hombre.<br />

Un espacio abierto pero definido por la arquitectura se<br />

proyecta para el nuevo hombre, más allá de la función. Este<br />

espacio se posiciona con la recuperación y definición del<br />

vacío de la calle y de la plaza como elementos que se incorporan<br />

nuevamente a la ciudad para cumplir con los propósitos<br />

de la doctrina moderna. El retorno a la plaza y la calle<br />

es reconocido desde los primeros bosquejos para el Plan<br />

Regulador, y anuncia pasivamente una contradicción con su<br />

directriz en el Plan Piloto.<br />

La aparición de las plazoletas de la carrera 6.ª y la conexión<br />

peatonal entre el parque de la Independencia y la<br />

propia plaza de Bolívar, la vitalización de la carrera 7.ª y la<br />

resignificación del valor de la escala de la calle del centro<br />

con una propuesta que se acerca mucho más a la anterior<br />

ciudad y sus eventos, para volver a reconfigurar la visión del<br />

hombre moderno como un hombre que vive en relación con<br />

otros en la calle, plaza o parque, que asume un rol protagónico,<br />

recoge la historia y se funde con una propuesta de<br />

nuevos edificios que se preparan para convivir con los cafés,<br />

los comercios y la vitalidad de esas calles y plazas les otorga<br />

una segunda oportunidad para coexistir con lo nuevo y transformando<br />

nuevamente el ideal moderno en torno a la manera<br />

de ver al hombre en la ciudad.<br />

La quinta función, el corazón de la ciudad, que busca realizar<br />

el nuevo Centro Cívico del Plan Regulador de Bogotá,<br />

se convertirá en la retoma de la plaza y la calle del centro<br />

bogotano, llenas de vida y congestión, como una reinterpretación<br />

de la historia en donde el hombre y su relación con<br />

los otros explicarán todos los esfuerzos por valorar desde<br />

la arquitectura la posibilidad de la existencia de unas calles<br />

rebosantes de vida, de lugares próximos, así como de la presencia<br />

de elementos años atrás tiranizados por los mismos<br />

que ahora se esforzarán por recuperarlos en sus propuestas.<br />

La plaza y su referente en diferentes escalas se enfocarán en<br />

resolver la necesidad de construir espacios de encuentro: el<br />

corazón de la ciudad soñado por esta segunda oportunidad<br />

a la modernidad.<br />

Carlos Eduardo Hernández: arquitecto y magister en Urbanismo de la Universidad<br />

Nacional de Colombia. Premio de investigación 2003 Observatorio<br />

de Cultura Urbana. Alcaldía Mayor de Bogotá. Autor del libro Las ideas<br />

Modernas del Plan para Bogota en 1950. El trabajo de Le Corbusier Wiener<br />

y Sert. Cursando actualmente estudios de doctorado en la Universidad<br />

Nacional de Colombia. Decano del Programa de Arquitectura de la<br />

Universidad Jorge Tadeo Lozano y Presidente de la Asociación Colombiana<br />

de Facultades de Arquitectura ACFA, 2010-2011.<br />

1. CIAM: los «Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna» iniciaron<br />

labores en 1928 en el castillo de La Sarraz, cerca del lago Geneva,<br />

en el cantón de Vaud (Suiza), por iniciativa de Mme. Hélène de Mandrot.<br />

2. Le Corbusier (1942), Principios de urbanismo. La Carta de Atenas, Ariel,<br />

S. A. 1. a ed. en castellano, 1971, p. 42.<br />

3. En la Carta de Atenas, el reconocimiento de las ciudades existentes y su<br />

relación con la habitación, el esparcimiento, el trabajo, la circulación y el<br />

patrimonio histórico de las ciudades son tratados en tres <strong>parte</strong>s: generalidades;<br />

estado actual de las ciudades: críticas y remedios (observaciones,<br />

exigencias), y conclusiones.<br />

4. Josep Lluís Sert (introducción de Sigfried Giedion, secretario de los<br />

CIAM), ¿Cómo podrán sobrevivir nuestras ciudades?, Universidad de<br />

Harvard, Boston, 1942.<br />

5. Pedro Bañen Lanata, «Cinco viajes y un plan para una ciudad latinoamericana»<br />

en: Le Corbusier y Sudamérica, Departamento de Publicaciones<br />

Escuela de Arquitectura Pontificia Universidad Católica de Chile, 1991,<br />

p. 73.<br />

6. Josep Lluís Sert, óp. cit., p. 75.<br />

7. Ib., p. 80.<br />

8. Le Corbusier, óp. cit. p. 46.<br />

9. Le Corbusier, «The Core as a Meeting Place of the Arts» en: AA.VV. The<br />

Heart of the City: Towards the Humanisation of Urban Life. CIAM VII,<br />

Editado por J. Tyrwhitt, Josep Lluís Sert, E. N. Rogers., Lund Humphries,<br />

Londres, septiembre de 1952, p. 41.<br />

10. Ib., p. 51.<br />

11. En la época del Plan de Bogotá, arquitectos colombianos trabajan en la<br />

Unidad de Habitación de Marsella en el estudio de París.<br />

12. Joan Ockman, «Nueva York, nueva monumentalidad», en: Catálogo de la<br />

Exposición de Barcelona. Sert, arquitecto en Nueva York, 1997, p. 33.<br />

13. Josep Rovira, «Sol y Sombra», en: Catálogo de la Exposición de Barcelona.<br />

Sert, arquitecto en Nueva York, Museo Arte Moderno de Barcelona,<br />

1997, p.133.<br />

238 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Paul Lester Wiener y Josep Lluís Sert, Plan Regulador para Bogotá (1953):<br />

borrador del Centro Cívico. Nótese aquí el énfasis realizado al vacío de la calle<br />

y las plazoletas de la carrera 6.ª. © The Frances Loeb Library, Josep Lluís Sert<br />

Collection, Harvard Design School.<br />

Paul Lester Wiener y Josep Lluís Sert, Plan Regulador para Bogotá (1953): dibujo de Sert para Bogotá. Se anota aquí la importancia dada a los vacíos<br />

de los parques lineales y la calle con las plazoletas de la carrera sexta, así como el vacío de la plaza de Bolívar. © The Frances Loeb Library, Josep Lluís<br />

Sert Collection, Harvard Design School.<br />

El Centro Cívico del Plan Director de Bogotá | Carlos Eduardo Hernández<br />

239


Josep Lluís Sert, the CIAM «Heart of the City» and the Bogotá Plan: Precursor to Urban Design, 1947-1953<br />

Eric Mumford<br />

I think that after our studies of bringing open space into the<br />

cities, we nonetheless feel the need for a civic space somewhere<br />

in them, and the most characteristic civic space<br />

will be precisely the core.<br />

Josep Lluís Sert, 1951<br />

Josep Lluís Sert’s involvement with the planning of Bogotá<br />

began in 1948, when his New York firm, Town Planning Associates,<br />

was commissioned with Le Corbusier for a new Plan<br />

Directeur for the city. At this time Sert (1902-1983) was an<br />

exile from Barcelona, having been a strong supporter of the<br />

Second Spanish Republic. In New York he became part of a<br />

circle of avant-garde émigrés centered around the sculptor<br />

Alexander Calder. At first went into partnership briefly with<br />

another former associate of Le Corbusier, Ernest Weissmann,<br />

but by 1942 Sert had joined with the well-established<br />

German émigré architect and designer Paul Lester Wiener to<br />

form Town Planning Associates. Between 1944 and 1959 this<br />

firm planned extensively for cities in South America, beginning<br />

with the Brazilian Motor city project near Rio de Janeiro,<br />

later exhibited at the Museum of Modern Art in New York in<br />

1947.<br />

In 1942 Sert published Can Our Cities Survive? the first<br />

explication in English of the urban planning concepts of CIAM<br />

(International Congresses of Modern Architecture). By 1944<br />

he had become convinced of the importance of pedestrian<br />

vitality to urban life, and after his elevation to the Presidency of<br />

CIAM in 1947, he, Sigfried Giedion, and Le Corbusier all began<br />

to suggest that some kind of pedestrian civic center was<br />

a necessary component of modern cities for both cultural and<br />

political reasons. Exemplified both by Le Corbusier’s plan for<br />

St-Dié, exhibited in New York in 1945, and Sert’s civic center<br />

in the Brazilian Motor City project, this direction was given a<br />

conceptual framework in Giedion’s 1944 essay “The Need for<br />

a New Monumentality.”<br />

Prior to the late 1940s, modern architects were divided<br />

about whether to densify central cities with towers, as Le<br />

Corbusier advocated, or to decentralize them along transportation<br />

routes. Both factions were convinced that existing<br />

cities and their architecture and transit systems were hopelessly<br />

congested and obsolete and should probably be removed.<br />

These attitudes began to become the mainstream<br />

in American architecture by the late 1940s, as can be seen<br />

in the master plans for St. Louis (1947), Boston (1950), the<br />

District of Columbia (1950), and elsewhere. Eventually, however,<br />

the modernist premises of such urbanism began to<br />

be questioned, as architects’ ongoing concern for generating<br />

pedestrian vitality and strengthening urban life became<br />

a preoccupation of the field. In this process Sert’s work has<br />

considerable significance, despite his own limited success in<br />

advancing what he called “urban consciousness.”<br />

Sert and CIAM ’s focus on the “heart of the city” at the<br />

Eighth CIAM conference in 1951 was where this new direction<br />

in postwar modern architecture was signaled to a global<br />

audience. Among the projects used to illustrate it were Le<br />

Corbusier’s new civic center for Bogotá, along with Sert and<br />

Wiener’s urban design work for Lima and Chimbote in Peru<br />

and Tumaco, Medellín, and Cali in Colombia. As president of<br />

CIAM, Sert began to emphasize the need to design in and for<br />

the heart of the city for several reasons. Beyond the continuing<br />

centrality of capital cities in the postwar era, which was<br />

emphasized even in the Soviet Union, there was also critical<br />

view that prewar CIAM had not paid enough attention to what<br />

Lewis Mumford had called “civic center elements,” when he<br />

told Sert he could not write the introduction to his Can Our<br />

Cities Survive? Other sources for the concept were Le Corbusier’s<br />

interest in pedestrian places for the “synthesis of the<br />

arts”; and Sert’s new focus on traditional Latin American town<br />

squares, which he begun to encounter in his work there. His<br />

awareness of the approaches to urban “context” then being<br />

developed by Italian CIAM member Ernesto Rogers, who he<br />

collaborated with briefly on the plan of Lima in 1947, may also<br />

have been significant. These somewhat divergent reasons to<br />

advocate the core in CIAM also overlapped with the interests<br />

of the British, Dutch, and Scandinavian groups in creating<br />

centralized places for communal services and activities in<br />

new towns and settlements.<br />

The projects that Sert and Wiener designed in Brazil,<br />

Peru, Colombia, Venezuela, and Cuba between 1945 and<br />

1959 all illustrate this new approach to urbanism. Although<br />

few of these projects were carried out as designed, when<br />

exhibited at postwar CIAM meetings and published they didactically<br />

demonstrated the basic principles of an approach<br />

to urbanism that Sert would begin to term “urban design” in<br />

1953. This direction was clearly closely related to issues of<br />

both social and physical reconstruction in Europe, but for a<br />

long time afterward it was seen as not having much relevance<br />

for North Americans. At CIAM 7, Neutra had told the delegates<br />

that while war-damaged cities in Europe «may pose their own<br />

profound problem where reconstruction is surrounded by famous<br />

and venerable monuments of the past», in the America<br />

of 1949 this was «not an issue and would seem artificially<br />

played up». Neutra saw the task for CIAM instead as one of<br />

240 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Josep Lluís Sert, Motor City civic center, Brasil (1943). © Sert, medio siglo de Arquitectura, Fundación<br />

Joan Miró.<br />

extending the «habitable area of the planet into places never<br />

before inhabited», regions «which have almost as few historical<br />

associations as the craters of the moon». In such contexts,<br />

«design... can be a sensitively suitable import, profoundly<br />

capable of fusion with the natural scene and its changing<br />

needs».<br />

After their Brazilian Motor City project and another shortlived<br />

Brazilian commission –a 1946 study for a coastal housing<br />

development about which little is known –Sert and Wiener<br />

were commissioned to produce a master plan for the Peruvian<br />

industrial port of Chimbote by the Corporacion Peruana del<br />

Santa. This was a Peruvian government agency established<br />

by a democratic reformist regime to encourage the industrial<br />

development of northern Peru, inspired by the American<br />

Tennessee Valley Authority (TVA). Sert and Wiener’s wellknown<br />

plan included both a pedestrian civic center and<br />

neighborhood units that were based not on the Corbusian<br />

Unité model, widely publicized at this time, but instead on a<br />

dense “tapis urbain” (urban fabric) of new courtyard housing.<br />

Their main Peruvian supporter, Fernando Belaúnde Terry,<br />

Wiener y Sert, master plan for Chimbote (1947-1948). © Sert, medio siglo de Arquitectura, Fundación Joan Miró.<br />

Wiener, Sert and Luis Dorich, pilot plan for Lima. © Sert, medio siglo de Arquitectura, Fundación Joan Miró.<br />

Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />

241


The heart of the city: towards the humanisation of urban life; edited by J.<br />

Tyrwhitt, J.L. Sert, E.N. Rogers (1952). The image in the cover is from the pilot<br />

plan for Cali, made by Sert. © Lund Humphries, London.<br />

the founder of the Peruvian Instituto de Urbanismo and editor<br />

of El Arquitecto Peruano, had been elected to the Peruvian<br />

congress in 1945, and new planning laws based on CIAM<br />

ideas began to be enacted. A national planning office, the<br />

Oficina Nacional de Planeamiento (ONPU) was established,<br />

and a national housing authority, the Corporacion Nacional<br />

de la Vivienda (CNV) was created, along with a national program<br />

to provide recreational facilities and a new property law<br />

to facilitate urban redevelopment. These efforts had a major<br />

impact on development in Lima and other Peruvian cities.<br />

One outcome was the commissioning by ONPU of the Plan<br />

Piloto de Lima in 1947, designed by Sert and Wiener and<br />

Peruvian CIAM member Luis Dórich, with advice from Ernesto<br />

Rogers, then teaching as a visitor at Tucuman University in<br />

Argentina. This plan called for the preservation of most of the<br />

historic Spanish colonial center, the creation of a new civic<br />

center adjacent to Exposition Park, new auto transportation<br />

routes, and a system of urban greenways and neighborhood<br />

cores.<br />

It was around the same time that Sert was appointed<br />

president at CIAM 6, held in 1947 in Bridgwater, near Bristol,<br />

England, replacing Cornelis van Eesteren. His Chimbote and<br />

Lima projects clearly demonstrated the new CIAM emphasis<br />

on the civic center and pedestrian urban life in the context<br />

of urban master planning based on the neighborhood unit.<br />

These projects, along with those that Town Planning Associates<br />

began to do after 1947 in Colombia (where Sert began<br />

to organize a Colombian CIAM group in March 1948) were<br />

intended as postwar CIAM models of comprehensive, architecturally<br />

based urbanism. Colombian cities were growing<br />

rapidly then after the introduction of international air service,<br />

and new national legislation was passed in 1947 that required<br />

planes reguladores (master plans) for new urban development.<br />

The Sert and Wiener plans for the small Pacific Ocean<br />

port of Tumaco (1947-48), for Medellín (1948–50), and eventually<br />

Bogotá (1949–53) as well as an abortive pilot plan for<br />

Cali (1949–50), used as the cover image for CIAM 8: the Heart<br />

of the City book, were intended as models for such plans.<br />

Each began by defining the area of the regional «planning<br />

unit» and included documentation on conditions of climate,<br />

topography, and existing patterns of transportation and inhabitation.<br />

Within this regional framework the basic «unit of<br />

urbanization» was the unidad vecinal, or neighborhood unit.<br />

These urbanization units were to be large superblocks with<br />

open centers for pedestrian circulation, recreational facilities,<br />

parking, and green space, and the new planning legislation<br />

was written to produce such outcomes.<br />

It was this approach that Sert offered as the official postwar<br />

CIAM «doctrine of urbanism» at CIAM 8. It included elements<br />

of earlier Dutch, Soviet, Corbusian, and American and<br />

British Garden City planning, and combined Sert’s postwar<br />

focus on the need for places for pedestrian civic gathering<br />

and on the importance of historic urban centers as models<br />

for urbanism with planning practices already widely in use by<br />

the 1940s. The plan for Chimbote was shown for the first time<br />

at CIAM 7 in Bergamo, Italy, in 1949, along with Sert’s plans<br />

for Tumaco and Medellín, based on similar principles. These<br />

projects, like others at this congress, were shown in Le Corbusier’s<br />

new «CIAM grid» format. Sert opened the congress<br />

by comparing the «human scale» of the upper town of the<br />

historic medieval city of Bergamo with that of «great modern<br />

cities, victims of the chaos resulting from their disorderly development<br />

and lack of planning». He also told Giedion that<br />

he would speak there on the «synthesis of architecture, painting,<br />

and sculpture», using his Spanish Pavilion and its works<br />

by Picasso, Miró, Calder, and others as an example of this<br />

synthesis, which he and Le Corbusier saw as logically occurring<br />

at the heart of the city. Sert stayed with Rogers in Milan<br />

during CIAM 7, and it was at this same time that his firm BBPR<br />

(Banfi, Belgiojoso, Peressutti e Rogers) was continuing their<br />

ongoing attempts, begun under Mussolini before the war, to<br />

use modernist design methods to infill the fabric of existing<br />

historic Italian cities.<br />

This attention to the heart of the city and to the vitality of<br />

pedestrian streets was new in CIAM, however. Le Corbusier’s<br />

Propos d’urbanisme, published in 1947, poetically evoked<br />

a Paris briefly free of vehicular traffic at the end of the war,<br />

but this interest in the pedestrian urban experience seems to<br />

have been more Sert’s than Le Corbusier’s, as the monumental<br />

core of Chandigarh, also first shown at CIAM 8 in 1951,<br />

would soon demonstrate. It was Sert who emphasized that<br />

the civic center element should be a key component of postwar<br />

CIAM urbanism, which went along with a new attention to<br />

the value of historic urban environments. He combined this<br />

with the continuing prewar CIAM focus on issues of housing<br />

organization, sitting, solar orientation, and both high-tech and<br />

low-tech regional building traditions, all of which were evident<br />

in some of the prewar plans of modern urbanists.<br />

In 1947, Sert had published a short essay in the book Le<br />

Corbusier: Architect, Painter, Writer, edited by Stamo Papadaki,<br />

a former CIAM member from Greece. Sert recounted how Le<br />

242 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Sert, pilot plan for Cali.<br />

Wiener y Sert, «unidad vecinal», Plan Regulador, Bogotá.<br />

Corbusier had realized that no good planning was possible<br />

when real estate speculators took the lead in determining the<br />

form of cities, and how he had «fought for the rehabilitation of<br />

the role of the architect-planner as the coordinator of a team<br />

of specialists». At the same time, he mentioned that it was<br />

the specific «plastic expression» of Le Corbusier’s plans that<br />

caused them to be criticized. More diagrammatic plans, «devised<br />

by economists or sociologists... in which the final form of<br />

the city is not disclosed», do not include architectural forms,<br />

and this allows everyone «to imagine the new city built according<br />

to his taste». Such plans, Sert asserted, perhaps thinking<br />

here of the official Greater London plans, have consequently<br />

often met with «greater public acceptance». Le Corbusier’s<br />

projects, on the other hand, he argued, have often been taken<br />

as «final proposals», and critics have tended to emphasize<br />

their defects. Sert insisted that «Le Corbusier himself is aware<br />

of the need for developing further some his plans; and, in projects<br />

like those in Algiers or Paris, one can see the progress<br />

made in later versions». Sert praised the way Le Corbusier<br />

emphasized the architectural aspects of planning, normally<br />

neglected by «economists and sociologists», and added,<br />

«An Ebenezer Howard or a Patrick Geddes does in no way<br />

exclude or replace a Le Corbusier. He has brought forward<br />

the basic elements of the modern city-planning concept». For<br />

Sert, a new focus on the pedestrian heart of the city was only<br />

a short step from this architecturally oriented approach, even<br />

though in certain ways it greatly modified some of Le Corbusier’s<br />

well-known planning principles.<br />

Sert remained in close contact with Le Corbusier during<br />

this period, who began working on a plan for Bogotá in 1947.<br />

Wiener had written to Sert from Aspen, Colorado around the<br />

same time, making reference to a possible project for New<br />

York developer William Zeckendorf for the area adjoining the<br />

U.N. Headquarters in New York. It was to be a joint venture<br />

between Town Planning Associates and Le Corbusier’s ATBAT<br />

(the group he had established to do the construction documents<br />

for the Unité d’Habitation in Marseille). Wiener wrote, «I<br />

suppose Zeckendorf would state the problem and the program,<br />

and Corbu would... evolve a scheme and send it to<br />

us». He also told Sert that Zeckendorf was negotiating to<br />

buy and develop a huge tract of land in downtown Denver,<br />

adding, «There is no doubt that a gradual friendly association<br />

with this ‘go-getter’ can be of great value to us. If only<br />

one of his schemes materializes it would represent a major<br />

realistic work; if not, it is certainly interesting to project<br />

advanced ideas, if properly paid». Nothing seems to have<br />

come of either of these central urban projects, however, and<br />

a year later Sert wrote to Giedion that «everything is at a<br />

standstill in the US, no building or planning activities of any<br />

kind, only convention speeches being broadcast all the time.<br />

The situation is not encouraging».<br />

Zeckendorf chose not to commission this team for his<br />

Denver projects, and, acting on Philip Johnson’s advice,<br />

he instead hired as his in-house architect a young Chinese-<br />

Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />

243


Le Corbusier, cabanon at Cap Martin. © FLC.<br />

American architect and Harvard assistant to Gropius, Ieoh<br />

Ming Pei. Assisted by some other Gropius-era GSD graduates,<br />

including Henry M. Cobb and Ulrich Franzen, Pei would go on<br />

to design major urban projects for Zeckendorf’s firm of Webb<br />

& Knapp in Denver, Montreal, New York, Washington, D.C.,<br />

and Philadelphia. Although Pei, a former student of Marcel<br />

Breuer’s, was also part of Gropius’s American circle, like Sert<br />

he was far more interested in dense, central urban projects<br />

than Gropius seems to have been at this time. In his proposals<br />

for the rebuilding of postwar Germany, requested by General<br />

Lucius Clay of the Allied occupation forces in 1947, Gropius<br />

continued to advocate the use of the neighborhood unit to<br />

create small, decentralized, democratic communities based<br />

on New England villages, a direction that found little support<br />

in postwar Europe.<br />

Without work forthcoming from Zeckendorf, Le Corbusier,<br />

Sert, and Wiener instead accepted another major planning<br />

commission in Colombia. Le Corbusier had been invited to<br />

Le Corbusier, 7V system. © FLC.<br />

Bogota to develop a master plan in 1947, and in 1948 Sert<br />

and Wiener were commissioned to do the detailed urban<br />

analysis of the city and work with Le Corbusier along with the<br />

newly created Oficina del plan Regulador (OPRB), directed<br />

by an architect, Herbert Ritter Echeverri. The four designers<br />

then sketched the Bogotá pilot plan just after CIAM 7 in August<br />

1949 at Le Corbusier’s holiday cabanon at Cap Martin, on the<br />

French Riviera. By proposing to limit the future growth of the<br />

fast-growing city to thirty-five neighborhood sectors (a planning<br />

unit larger than the unidad vicinal), each bounded by<br />

a new highway system, the plan exemplified the Corbusian<br />

focus on centralized high-density modern urbanism. Yet ultimately<br />

there were two versions of the plan: Le Corbusier’s Plan<br />

Directeur, or Plan Piloto, which characteristically called for the<br />

demolition of the Spanish colonial historic center and its rebuilding<br />

with widely spaced high-rises, and Town Planning<br />

Associates linked Plan Regulador, which was legally enacted<br />

as the basis for new urban development in Bogotá in 1950.<br />

Both plans were based on dividing the city into thirty-five sectors<br />

bounded by major circulation routes and including extensive<br />

internal pedestrian greenways. These were to be organized<br />

according to Le Corbusier’s «7V» classification system,<br />

first used here, which categorized traffic by speed and<br />

type, ranging from V1 and V2 expressways to V7 pedestrian<br />

greenways. Sert and Wiener’s Plan Regulador included Le<br />

Corbusier’s monumental civic center proposal, which would<br />

have demolished one block adjacent to the Plaza Bolivar and<br />

added a second plaza and an administrative high-rise, but<br />

it also called for protecting the historic center from further<br />

development, which was in fact done. It also proposed a flexible<br />

system of urban sectors bounded by new highways to<br />

be built out with a range of housing types, not only high-rises.<br />

Larger than neighborhood units, each of these urban sectors<br />

was to house twenty-five thousand to seventy-five thousand<br />

residents and would include a mix of single-family and multifamily<br />

housing and local commercial and service areas.<br />

In the downtown commercial center, between the Plaza<br />

Bolivar and the Avenida Jiménez Quesada, in the area partly<br />

destroyed in the April 1948 riots (known as the «el bogotazo»)<br />

after the assassination of the Liberal Presidential candidate<br />

Jorge Elicier Gaitan, Sert’s Plan Regulador proposed a pedestrian<br />

commercial area composed of a series of courtyards<br />

linked by pedestrian routes, with pedestrian bridges linking<br />

over the heavily trafficked side streets. Neither his nor Le Corbusier’s<br />

version of the plan was carried out, and after Le Corbusier<br />

received the commission for Chandigarh during his<br />

March 1950 visit, the focus of urban design activity for Sert<br />

and Wiener shifted to the design of a neighborhood of small,<br />

concrete shell-roofed row houses. Called the Quiroga sector,<br />

these houses were laid out on a grid pattern in a poor sector<br />

south of the center. The houses were not constructed as designed,<br />

however, and Sert wrote to Wiener that he found the<br />

built results a «disgrace to us and to the Oficina del Plano».<br />

Nonetheless, the planning legislation and administrative infrastructure<br />

set up in Bogotá by Sert and Wiener has intermittently<br />

continued to shape urban development, as the city has<br />

grown from an official population of 648,234 people in 1950<br />

to its present population of nearly eight million.<br />

244 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Image of destruction in Bogotá: 9 Abril 1948. © IDPC–MdB.<br />

Le Corbusier, civic center for Bogotá. © FLC.<br />

Le Corbusier, Palace of the Soviets competition entry for Moscow in 1932. © FLC.<br />

Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />

245


Le Corbusier and Sert were aware that this new focus on<br />

the heart of the city might appear regressive to some CIAM<br />

members, particularly given the complicated Colombian political<br />

situation, which soon developed into «La Violencia»,<br />

a civil war between Liberal and Conservative factions which<br />

lasted until 1953. In his comments that accompanied the<br />

Bogotá plan, Le Corbusier insisted that «revolutionary work<br />

often appears to be highly traditionalist in character», and<br />

he asserted that the «philosophical basis of the project» was<br />

that «revolutionary work consists primarily in giving order to<br />

what carelessness, incompetence, selfishness, and demagogy<br />

have disturbed, denatured, made grotesque and ineffective,<br />

and hostile to the public interest». At the same time,<br />

the Bogotá plan was the clearest example of the direction in<br />

CIAM urbanism that Sert had first articulated at CIAM 5 and<br />

then modified after 1943. Based on the four CIAM functions, it<br />

called for specific master plans at the regional, metropolitan,<br />

urban, and civic center scale, which were conceptualized as<br />

key elements in a new legislative structure of land-use regulation.<br />

Its stated planning goals were to reintroduce the conditions<br />

of nature into people’s everyday lives; to design for the<br />

activities of the twenty-four-hour cycle; to separate pedestrian<br />

from auto traffic; to provide for diverse housing types «susceptible<br />

to modification over time»; and to orient workplaces<br />

and dwellings in relation to solar orientation.<br />

Local real estate developers, however, resisted the plan’s<br />

effort to limit the city’s geographical spread. The civil war and<br />

the American-backed leftist military dictatorship of General<br />

Rojas Pinilla that came to power in June 1953, just as the<br />

final aspects of the plan were being completed by Sert and<br />

Wiener, prevented the plan from being immediately implemented.<br />

After a period of uncontrolled growth, which included<br />

the construction of El Dorado airport and a suburban government<br />

center for Bogota (initially planned by SOM), a new<br />

master plan, based on some elements of the 1948-53 Sert<br />

and Wiener plan, was adopted in 1959, during the era of the<br />

«National Front», where each party governed for four years<br />

in alternation. Except for some sections of the Bogotá urban<br />

road system, however, little of their plan was implemented<br />

as originally designed. Only small portions of the system of<br />

downtown commercial pedestrian plazas were built, though<br />

at the same time middle-class residential areas to the north<br />

were constructed with greenways and pedestrian-oriented<br />

modern buildings in a way surprisingly similar to some of<br />

Sert’s later urban design work.<br />

It was also while working on the Bogotá master plan that<br />

Sert began to advocate the heart of the city concept for the<br />

next CIAM. In June 1949 he had suggested to Gropius that<br />

the next congress should be held in Bogotá, Lima, or Cuba.<br />

Latin America was not what CIAM was primarily interested in<br />

at this time, however. Instead, Le Corbusier and the many<br />

British MARS group members all wanted the next congress<br />

to be held in Britain, as British planning concepts were still<br />

shaping the decolonizing postwar world. MARS members<br />

such as William Holford, Gordon Stephenson, Arthur Ling,<br />

Ernö Goldfinger, and others had taken a substantial role in<br />

the County of London Plan (1943) and Greater London Plan<br />

(1944), which replaced the more radical MARS plan of Arthur<br />

Korn and Felix Samuely (1942) as the official MARS plans after<br />

the war. These proposals, which called for a regional city<br />

organized into neighborhood units along radial transportation<br />

routes focused on a central downtown core, quickly became<br />

the planning models for Beijing, Shanghai, and Tokyo (1956),<br />

among many other places, with widely varying outcomes.<br />

The London-based landscape architect and planner<br />

Jaqueline Tyrwhitt and other members of the MARS group were<br />

the organizers of CIAM 8, which was held at a conference center<br />

in Hoddesdon, near London, in July 1951, under the rubric<br />

«The Heart of the City». It took place at the same time as<br />

the Festival of Britain, a Labour government effort to create<br />

a kind of pedestrian theme park of postwar modernist British<br />

culture, inspired by the Stockholm Exhibition of 1930. Sert’s<br />

opening address called for CIAM to begin to «talk in civic and<br />

urban terms». His goal was for CIAM to establish a «network<br />

of cores» to recentralize large urban areas around pedestrian<br />

centers to bring people together. These cores, he believed,<br />

would allow for public gathering and discussion, promoting<br />

«talk on all the things that are extremely important for our way<br />

of living if we are to keep a civic life which we believe in», A<br />

key aspect would be the general application of the idea of reserving<br />

central areas only for pedestrians, which he believed<br />

should become a major focus for cultural and political life.<br />

The MARS group’s official invitation to the congress,<br />

probably written by Tyrwhitt, had linked the core concept<br />

both to the CIAM four functions (dwelling, work, transportation,<br />

and recreation) and to the metropolitan «5 scale-levels»<br />

(village or primary housing group, small market center<br />

or neighborhood, town or city sector, city or large town, and<br />

metropolis of several million people). Sert thought that few<br />

other general principles of urbanism could be stated, since<br />

«countries are different» in climate, «standards of living,<br />

means, customs and many other factors». He closed his talk<br />

with a quotation about the human centeredness of the civic<br />

plaza from the Spanish philosopher José Ortega y Gasset’s<br />

Revolt of the Masses, adding «after our studies of bringing<br />

open space into the cities, we nonetheless feel the need for<br />

a civic space somewhere in them».<br />

With a few exceptions, prewar modernists had not been interested<br />

in designing such dense zones of pedestrian activity<br />

and civic life. In his Palace of the Soviets competition entry<br />

for Moscow in 1932, Le Corbusier had projected a kind of pedestrian<br />

sorting mechanism using ramps between the parking<br />

level and the auditorium, but this hardly qualified as the kind of<br />

civic public space that Sert had begun to propose in his Latin<br />

American projects after 1944. In a 1983 interview with Robert<br />

Campbell, a former student and firm associate, Sert, speaking<br />

of Mies van der Rohe, recalled that it was around this time that<br />

«I began to see more and more bad modern, it was always<br />

repeating the same pattern, and one was perfectly convinced<br />

that it would be really dull and sad to see whole cities develop<br />

on that very limited formula». While he remained a lifelong<br />

admirer of Le Corbusier, Sert began to modify Corbusian urbanism<br />

to focus on the city as realm of politically and culturally<br />

oriented pedestrian activity. He later recalled that while in<br />

Bogotá, where Le Corbusier was interested in incorporating<br />

«all this tropical growth» into his plans, Sert instead drew his<br />

attention to «nicely lit up storefronts and these girls walking in<br />

front» places where there was some life in the city.<br />

This new CIAM direction in favor of the pedestrian core<br />

came as a surprise to many of the other members. Sert’s for-<br />

246 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Wiener and Sert, master plan for Medellin:<br />

sketch done by Sert.<br />

Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />

247


mer colleague from GATCPAC in Barcelona, Antoni Bonet, presented<br />

the Argentine group’s plan for Buenos Aires at CIAM<br />

7 and received a cool reception from both Le Corbusier and<br />

Sert, although the plan had first been developed with Le Corbusier<br />

in 1938. Afterward Bonet wrote to his associates in<br />

the Austral group, Jorge Ferrari-Hardoy and Juan Kurchan,<br />

«After having seen how they have dealt with the Plan of Bogotá<br />

I can clearly see how wrong our office was about the<br />

way we set out». Bonet continued, «I have been to Venice. It<br />

is the greatest lesson of urbanism. I think I have learned a lot<br />

from it. St. Mark’s square is fantastic. We have come to good<br />

results with the center of our barrio. I think we should carry<br />

on with the research on this center, it is shaping up well. We<br />

should also propose the construction of one of those centers<br />

in every barrio designated by the plan».<br />

By CIAM 8, even Gropius had begun to support this new<br />

CIAM direction, even though it had little evident impact on his<br />

planning efforts in Chicago with Isaacs and TAC. At CIAM 8<br />

Gropius also advocated cores that would «give back the right<br />

of way to the pedestrian», based on the squares in Mexican<br />

villages and on the Piazza San Marco in Venice, the latter a<br />

perennial urban design model for enclosed public space that<br />

had frequently been invoked by Eliel Saarinen at Cranbrook<br />

as well. In his lecture «The Human Scale», also delivered<br />

at CIAM 8, Gropius showed his recently completed Graduate<br />

Center dormitory at Harvard, emphasizing how he had<br />

continued the pedestrian sequence of courtyards found in<br />

the older parts of the campus. Most of his projects with TAC,<br />

including a campus plan for Hua Tung Christian University<br />

in Shanghai, China, partly designed by Pei, were still quite<br />

sprawling and suburban, though they also included campus<br />

center elements. At GSD in the immediate postwar years there<br />

was a continuing focus on suburban new town planning rather<br />

than the heart of the city, as in Martin Wagner’s 1947–48 studio<br />

and research study on Framingham, an outlying town along the<br />

Massachusetts Turnpike west of Boston, the site of a General<br />

Motors plant.<br />

Students at the GSD, however, were also enthusiastically<br />

responding to Sert’s new postwar focus, as in a 1951 Gropius<br />

studio project for a new Civic Center for suburban Sudbury,<br />

Massachusetts. This was also clearly illustrated by the team<br />

thesis of Robert Geddes, Martin Sevely, William Conklin, and<br />

landscape architect Ian McHarg, which proposed rebuilding<br />

downtown Providence by synthesizing architecture with landscape<br />

architecture. Under Martin Wagner’s guidance the students<br />

made detailed planning studies of the area. At the final<br />

jury, Robert Geddes recalled that Wagner praised the team’s<br />

work but added sardonically, «You forgot everyone is going<br />

to move to Texas». This collaborative thesis project, which exemplified<br />

the Hudnut and Gropius ideal of a Graduate School<br />

of Design, was presented at CIAM 8, and a small portion of it<br />

then appeared in the subsequent publication.<br />

Nevertheless, at this time not all modern architects and<br />

planners were firmly settled on Sert’s new CIAM approach,<br />

despite the growing European influence of projects like the<br />

Rotterdam Lijnbaan (1948) by Dutch CIAM members Van den<br />

Broek and Bakema, which was inexplicably not shown at<br />

CIAM 8. Eero Saarinen, whom Sert had invited to CIAM 6 and<br />

who had recommended Minoru Yamasaki for CIAM membership<br />

in 1948, organized his General Motors Technical Center<br />

in suburban Detroit (1945–56) around a campus like central<br />

space, derived from the client’s original request for a Cranbrook-like<br />

environment. The final sprawling and auto-oriented<br />

project, however, was more influenced by Mies’s IIT campus.<br />

It set a pattern for the postwar suburban corporate campus,<br />

a direction that soon became the antithesis of Sert’s effort to<br />

promote urban recentralization. At the same time, however,<br />

the Saarinens themselves were also unsuccessfully seeking<br />

to build a new civic center in downtown Detroit, using a general<br />

approach quite similar to what Sert was then advocating.<br />

After Eliel’s death in 1950, Eero would go on to propose heart<br />

of the city–like campus plans for Brandeis University, MIT,<br />

Yale, Drake University, and the University of Michigan, though<br />

only parts of these plans were actually built as designed.<br />

By the early 1950s, then, two related but differing modifications<br />

of CIAM urbanism had emerged in addition to the<br />

mainstream modernism of Le Corbusier and Mies. One, developed<br />

by Louis Kahn and others in Philadelphia, attempted<br />

to retain elements of the existing city by reorganizing them as<br />

neighborhood units within a system of pedestrian greenways,<br />

recreation spaces, and new transportation routes. The other,<br />

developed by Sert and Wiener in their plans for Latin America<br />

and most evident in their Medellín and Bogota plans, used<br />

new construction to create pedestrian neighborhood units of<br />

courtyards and row houses. Their approach was more autobased<br />

than the Philadelphia model, but it also centered on<br />

pedestrian cores at the various scale levels called for at CIAM<br />

8. Both approaches used occasional high-density housing<br />

types, sited as punctuating visual elements in the midst of<br />

walk able neighborhood units or urban sectors. Both versions<br />

of the urban vision differed from the more familiar widely<br />

spaced high-rise models of earlier CIAM, and both were also<br />

more urban and pedestrian-oriented than the decentralized,<br />

low-rise settlement design that was still being taught by Gropius,<br />

Martin Wagner, and George Holmes Perkins at the GSD.<br />

In these developments, Sert’s planning for Bogota is an extremely<br />

important illustration of his version of CIAM urbanism.<br />

Although developed in conjunction with Le Corbusier’s Plan Piloto,<br />

it departs significantly from his ideas at the same time, as<br />

the differences between Le Corbusier’s Plan Piloto and Town<br />

Planning Associates Plan Regulador clearly demonstrate. In<br />

doing so, Sert began to define in visual terms what he meant<br />

by what he began to call «urban design» after he took over<br />

the Deanship of the Harvard Graduate School of Design, just<br />

as Town Planning Associates Bogotá planning work was being<br />

completed. In a larger historical sense, the differences<br />

between Le Corbusier and Sert and Wiener in Bogotá, as well<br />

as the initial reception of both plans, which were more or less<br />

rejected by the Rojas Pinilla government, indicates an important<br />

turning point in the history of architects’ efforts to shape<br />

urban form.<br />

The fast growing Colombian (and other Latin America)<br />

cities of the 1940s were among the first harbingers of the<br />

postwar global city, with their vast income inequalities and intense<br />

demand for housing by large numbers of impoverished<br />

in-migrants from the countryside. In their political instability<br />

and the divergent goals among different sectors of their elites,<br />

as well as their susceptibility to outside intervention by what<br />

were then the main superpower adversaries, these cities provide<br />

a kind of base line from which to measure subsequent<br />

248 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


urban developments. Their postwar urban histories need to<br />

be better known internationally. In the Colombian case, Sert’s<br />

pedestrian-centered vision of a city of sectors still appears to<br />

be more valid today than Le Corbusier’s high-rise futurism,<br />

whose monumental implications for the «heart of the city» are<br />

now clearly evident in built form at Chandigarh. It remains<br />

unfortunate that this exemplary Bogotá chapter in the history<br />

of both urbanism and modern architecture is still largely forgotten<br />

outside of Colombia, despite its complex, but by no<br />

means entirely negative, later outcomes.<br />

Eric Mumford: Professor at Washington University in St. Louis. Prf. Mumford<br />

teaches in the departments of History and History of the Art. Expert in<br />

history of the modern architecture, he has published several academic<br />

books: The CIAM Discourse on Urbanism, 1928-1960 (MIT Press, 2000) y<br />

Defining Urban Design: CIAM Architects and the formation of a discipline,<br />

1937-69 (Yale University Press, 2009).<br />

Wiener and Sert, master plan for Medellin.<br />

Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />

249


La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística en Colombia 1<br />

José Salazar y Karina Manco<br />

El POT/2000 y la imagen de la ciudad en el Plan Director<br />

de Le Corbusier<br />

El modelo de ocupación adoptado por el Plan de Ordenamiento<br />

Territorial de Bogotá del año 2000 se estructuró sobre<br />

tres «sistemas» principales: el sistema ambiental, el sistema<br />

de vías y transporte y el sistema de actividades urbanas<br />

«centrales» (comercio, servicios) que se destaca sobre un<br />

«fondo» de áreas residenciales.<br />

La imagen presentada para visualizar el modelo recuerda,<br />

guardadas proporciones, aquella que ilustraban en el plano<br />

de escala metropolitana 2 del Plan Director de Bogotá, entregado<br />

en 1950. En esa imagen, la ciudad de Le Corbusier<br />

está compuesta por la organización de cuatro funciones sobre<br />

el territorio: habitar, trabajar, recrear el cuerpo y el espíritu<br />

y circular, 3 de manera que los dos planes parecen contar<br />

no solo con componentes similares en el modelo de ordenamiento<br />

o imagen de la ciudad, sino que algunos de estos<br />

elementos tienen rasgos característicos francamente similares:<br />

las áreas recreacionales, atadas al curso de los ríos que<br />

bajan de los cerros; la organización de las zonas de trabajo<br />

en sentido centro-occidente, que constituyen una «ciudad<br />

lineal industrial», 4 un sistema vial jerarquizado a partir de diferentes<br />

categorías de vías (V1, V2, V3, etc.) que encierran<br />

porciones de ciudad y dos grandes zonas residenciales al<br />

norte y sur del eje de trabajo, divididas en zonas menores<br />

(los sectores en el Plan Director; las UPZ en el POT).<br />

Pero aquí no terminan las asociaciones. El método de<br />

aproximaciones sucesivas por escalas en la ciudad del Plan<br />

Director (plan regional, plan metropolitano, plan urbano y<br />

Centro Cívico) tiene respuesta en el POT cuando busca una<br />

planeación en diferentes escalas: la región (apenas mencionada<br />

por las limitaciones legales del plan); el modelo de<br />

ordenamiento urbano, las piezas y las UPZ, que se deberán<br />

desarrollar posteriormente, de acuerdo con las definiciones<br />

estructurales del POT. Nuevamente en los dos esquemas,<br />

habitar, trabajar y circular constituyen elementos transversales<br />

a las escalas, así que es necesario desarrollar y precisar<br />

estos temas de acuerdo con los requerimientos propios de<br />

cada nivel de aproximación.<br />

De acuerdo con lo anterior, uno de los aportes fundamentales<br />

del Plan Director fue precisamente el haber incluido la<br />

noción de modelo de ciudad, el concepto de una ciudad deseable,<br />

lo que convirtió el plan en sí mismo en un instrumento<br />

a través del cual se expresa el modelo. En este caso, el<br />

modelo de ciudad plasmado por Le Corbusier corresponde,<br />

por un lado, con el planteamiento consignado en Los tres<br />

establecimientos humanos 5 y, por otro, a la doctrina de los<br />

transportes y la ocupación de los territorios, más conocida<br />

por nosotros como la teoría de las 7V, de tal manera que<br />

cada uno de los elementos del modelo encuentra un lugar<br />

en la expresión del plan.<br />

Gráficos: Plan Director y POT y sobreposición.<br />

Esta primera confrontación parecería dar razón a Rodrigo<br />

Cortés cuando afirmaba:<br />

Le Corbusier inscribió a Bogotá en un plano que aún no existe,<br />

el plano de la ciudad moderna, la ciudad radiante. Y la<br />

inscribió de tal modo que ahora es imposible deshacerse<br />

de esa imagen. En el transcurso de estos últimos cincuenta<br />

años, la ciudad no ha dejado de vivir al ritmo de los hechos<br />

urbanos imaginados por Le Corbusier, tanto como al de la<br />

sucesión pura y simple de los hechos reales. 6<br />

Una inscripción que al parecer está en el origen de los diversos<br />

modelos urbanos que han sustentado los planes que la<br />

ciudad ha adoptado en los últimos cincuenta años del siglo XX.<br />

El texto que aquí se presenta se propone hacer una primera<br />

reflexión sobre la permanencia de una forma de planear<br />

la ciudad y de una imagen específica como futuro deseable,<br />

construida como elemento determinante en la configuración<br />

de los planes urbanos de Bogotá.<br />

La imagen del POT: origen y antecedentes<br />

El POT/2000 propone recuperar una línea de trabajo en planeación<br />

urbana que, según sus planteamientos, se había<br />

confundido en los años 70; por lo tanto, se ancla hacia atrás<br />

en la propuesta de Estructura urbana del estudio de desarrollo<br />

urbano de Bogotá, conocido como fase II (1973/1974) y<br />

en el propio Plan Director de Le Corbusier de 1951.<br />

Fotografía de Le Corbusier y Josep Lluis Sert al entregar el Plan Piloto para<br />

Bogotá, en septiembre de 1950. © FLC L1-4-15-001.<br />

250 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Estructura del modelo Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá de 2000. Tomado de: Documento técnico de soporte Plan<br />

de ordenamiento territorial de Bogotá, Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Alcaldía Mayor de Bogotá, DAPD<br />

2000, p. 234.<br />

Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plano metropolitano BOG 4210, Metropolitain Zonage. Esc.1:25.000.<br />

© IDPC–MdB<br />

a. Los acuerdos 6 de 1990 y 7 de 1979: planes sin<br />

imagen<br />

Para el POT/2000 fue necesario remitirse treinta años atrás<br />

porque la planeación urbana presente en los Acuerdos 7/79<br />

y 6/90 adoptados como «planes» para Bogotá durante las<br />

dos últimas décadas del siglo XX se limitó a la adopción de<br />

normas urbanas para regular la actuación privada, sin referencia<br />

a un modelo de ordenamiento o a una imagen deseada<br />

de ciudad.<br />

El Acuerdo 6/90 representa quizás la pieza más acabada<br />

de una concepción de la planeación que centra sus objetivos<br />

en regular las relaciones entre los propietarios del suelo<br />

y los constructores privados, por una <strong>parte</strong>, y la Administración<br />

Distrital (sería excesivo decir la ciudad), por el otro. Estas<br />

reglas jurídicas no tienen expresión en el plano, pues en<br />

el acuerdo los conceptos jurídicos priman sobre una débil<br />

concepción urbanística y el planeamiento de la ciudad se<br />

reduce a definir un conjunto de procedimientos que regulan<br />

las relaciones entre los propietarios, los productores y<br />

comercializadores del espacio urbano y el Estado, jerarquizado<br />

según los niveles de responsabilidad e intervención de<br />

este último en el desarrollo urbano, intercalados con algunos<br />

principios urbanísticos que no logran estructurar ni definir un<br />

plan de ordenamiento, ni políticas que orienten el desarrollo<br />

urbano y la acción de la Administración. 7 En otras palabras<br />

no había plan, sino un código normativo que, desde luego,<br />

era necesario construir, pero que demostró no ser suficiente<br />

para guiar el desarrollo y crecimiento de la ciudad.<br />

Los acuerdos no identifican y analizan las demandas (de<br />

vivienda, de movilidad, de equipamientos) ni generan proyectos<br />

públicos para su «solución»; no orientan ni programan<br />

ningún tipo de inversión pública en la ciudad, de manera<br />

que no proponen en esencia un modelo urbano ni un<br />

método para implementarlo. La planeación de la ciudad queda<br />

limitada a solucionar las demandas de los constructores,<br />

pues en su concepción, la construcción del espacio urbano<br />

debe ser liderada por el sector privado, y dejar al Estado en<br />

el rol de regulador y facilitador.<br />

Por este motivo, el Acuerdo 6/90 no tiene planos oficiales,<br />

tampoco imágenes o gráficos que lo respalden; estos se limitan<br />

a identificar condiciones existentes de la ciudad, el «espacio<br />

público» existente al que se le da prioridad, pues no<br />

La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística | J. Salazar y K. Manco<br />

251


Acuerdo 7 de 1979. Departamento de<br />

Planeación Distrital.<br />

La visión regional del plan de estructura para Bogotá. En:<br />

Plan de Estructura para Bogotá. Informe técnico sobre el<br />

estudio de desarrollo urbano de Bogotá, fase II. Publicación<br />

del Departamento de Planeación Distrital, 1974.<br />

Los subcentros: cambio de estructura con intervención<br />

directa del Estado. En: Plan de Estructura para Bogotá.<br />

Informe técnico sobre el estudio de desarrollo urbano de<br />

Bogotá, fase II. Publicación del Departamento de Planeación<br />

Distrital, 1974.<br />

Plan de estructura para Bogotá. Informe técnico sobre el estudio de desarrollo urbano de Bogotá, fase II.<br />

(1974). Publicación del Departamento de Planeación Distrital.<br />

Primera alternativa de desarrollo. Modelo expandido. Tomado de: Alternativas para el desarrollo<br />

Urbano de Bogotá, D. E., 1968, p. 219.<br />

existe ningún programa para valorarlo, recuperarlo o crear<br />

nuevos componentes. En fin, el acuerdo es un código urbano,<br />

plan sin imagen.<br />

El Acuerdo 7/79, que precedió el Acuerdo 6/90, tiene una<br />

imagen resultante de la delimitación de una inmensa área de<br />

actividad múltiple que trata de cubrir todos los barrios donde<br />

se habían desarrollado el comercio y los servicios; una forma<br />

de «legalizar» las tendencias del mercado. Si bien aún existían<br />

algunas intenciones de ordenar el territorio urbano (ejes<br />

de actividad múltiple, parques, zonas residenciales), no se<br />

trataba de construir la imagen de una ciudad deseada, sino<br />

de «retocar» en el dibujo las tendencias de localización de<br />

actividades en la ciudad, según lo muestran los análisis que<br />

sustentan el acuerdo.<br />

Este tipo de planeación (o mejor, de regulación) debe<br />

entenderse como el resultado de un proceso que había privilegiado<br />

la planeación sectorial a través de la figura del Plan<br />

Integral de Desarrollo, adoptado por la Ley 61 de 1978, Ley<br />

Orgánica del Desarrollo Urbano, y sus reglamentos, que pretendieron<br />

replicar a nivel municipal las funciones de planeación<br />

del nivel nacional, reproduciendo la metodología y contenidos<br />

del Plan Nacional de Desarrollo en cada una de las<br />

ciudades. Se trató de un plan concebido bajo la idea de una<br />

planeación «integral», que con el formato de «planificación<br />

del desarrollo» buscó reemplazar la planeación «física», que<br />

consideró incompleta e incapaz de dar respuesta a los problemas<br />

urbanos que recoge, muy parcialmente, el debate sobre<br />

el desarrollo urbano y desarrollo económico iniciado por<br />

Lauchlin Currie desde la década del cincuenta en Colombia.<br />

El PID privilegió los sectores de inversión (industria, empleo,<br />

vías, vivienda, educación, salud, etc.) por encima del manejo<br />

del territorio (política de suelo), cuyo ordenamiento se consideró<br />

un resultado de la acción en cada sector. Podría considerarse<br />

como el antecedente lógico de una forma de planear<br />

«el gasto público» que hoy se realiza a través del Plan de Desarrollo<br />

Municipal, reglamentado por la Ley 152 de 1994, que<br />

convierte en programas y proyectos el programa de gobierno<br />

propuesto a los ciudadanos por el alcalde elegido.<br />

En la medida en que las oficinas de Planeación no tuvieron<br />

capacidad de replicar este plan y dejaron en las entidades<br />

252 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


sectoriales la identificación y programación de sus proyectos,<br />

su función se limitó a definir normas para regular los proyectos<br />

privados.<br />

b. Fase II y las alternativas para el desarrollo urbano<br />

de Bogotá<br />

A pesar de que el Decreto 159 de 1974 adoptó la fase II 8<br />

como norma para la ciudad, este trabajo, realizado entre<br />

1972 y 1974, se define a sí mismo como un estudio de alternativas<br />

de desarrollo (de ocupación y uso del territorio) que,<br />

a la manera de un «plan de estructura» debería seguirse de<br />

un plan de ordenamiento:<br />

Con base en las recomendaciones mencionadas anteriormente,<br />

el DAPD debería elaborar un plan general de desarrollo<br />

para Bogotá y presentarlo al Alcalde Mayor y al Concejo<br />

de la ciudad para su aprobación, con miras a utilizarlo como<br />

instrumento de control del desarrollo urbano de Bogotá [sic]. 9<br />

Este plan nunca se desarrolló. La administración del alcalde<br />

Férnandez de Soto (1973-1974) se limitó a elaborar un proyecto<br />

de acuerdo de zonificación, en el cual se «volvieron<br />

normas» algunas de las propuestas de estructura de las fase<br />

II, los multicentros especialmente. El Decreto 159/74 adoptó<br />

también un plan vial, que es la base de los planes viales posteriores.<br />

El planteamiento de la fase II puede leerse como la continuidad<br />

de un proceso que se inició en 1966, cuando el alcalde<br />

Virgilio Barco, 10 con clara visión del problema urbano<br />

en Colombia, contrató con el Centro de Investigaciones para<br />

el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional, la elaboración<br />

de un estudio que se denominó Alternativas para el desarrollo<br />

urbano de Bogotá, D. E., dirigido por Lauchlin Currie.<br />

El estudio presentó dos alternativas sobre el modelo de<br />

ciudad: uno, concentrado y otro, extendido, vinculando en<br />

cada uno aspectos socioeconómicos y físicos. La selección<br />

del desarrollo urbano concentrado para Bogotá significaba<br />

superar los problemas de dotación de servicios y<br />

movilización de los usuarios del transporte con precisas y<br />

contundentes políticas de ordenamiento del territorio. Estas<br />

políticas privilegiaban el transporte público, las altas densidades<br />

y la descentralización de actividades, que permitían<br />

disminuir los viajes acercando al ciudadano a sus fuentes<br />

de trabajo, planteamiento que implicaba restar importancia<br />

al centro como lugar de empleo e impulsar la creación de<br />

nuevos centros urbanos (subcentros).<br />

La selección de una de estas alternativas no era un problema<br />

sólo técnico, sino una decisión política de la ciudad<br />

y del Gobierno Nacional, pues de este último dependía su<br />

puesta en práctica. Currie reconocía y pregonaba tiempo<br />

atrás la necesidad de adoptar una política nacional para las<br />

ciudades, cuyo desarrollo debería formar <strong>parte</strong> de la agenda<br />

nacional. Se trataba de tender puentes entre una planeación<br />

dirigida al uso y ordenamiento del territorio y una planeación<br />

económica e institucional, como la practicada por el Departamento<br />

Nacional de Planeación (DNP).<br />

Sin embargo, a pesar de su insistencia en vincular el nivel<br />

nacional en temas que consideraba relevantes (como la definición<br />

del rol del conjunto urbano del país en el desarrollo y<br />

la regulación de la relaciones con los municipios aledaños,<br />

entre otros), una vez terminado el estudio, el DNP, como cabeza<br />

del Gobierno Nacional en este frente, consideró que su<br />

puesta en práctica era responsabilidad de la ciudad y no de<br />

la nación, cuyas preocupaciones estaban en los temas del<br />

desarrollo económico nacional, entre los cuales el desarrollo<br />

urbano no tenía lugar.<br />

Con la expedición del Decreto 159/74 puede darse por<br />

finalizada una opción de planeación que se había gestado<br />

en los años anteriores, cuando el desarrollo urbano fue visto<br />

desde la óptica del planeamiento racional importado desde<br />

los Estados Unidos.<br />

De hecho, los dos principales alcaldes de la década del<br />

60 (Barco y Gaitán Cortés) fueron educados en universidades<br />

norteamericanas, donde el concepto de planeamiento<br />

era muy diferente al planeamiento de origen mediterráneoeuropeo<br />

que había regido en la ciudad desde el Plan Director.<br />

c. El planeamiento racional comprensivo<br />

En la sociedad es posible llegar a un consenso, el Estado actúa<br />

como árbitro neutro entre diversos actores sociales, y la<br />

planificación es un proceso políticamente neutro que opera<br />

en aras del interés público. A diferencia del plan maestro antecesor<br />

en Bogotá, las metas del plan no estaban amarradas a<br />

una idea fija del futuro de la ciudad expresada en un plano coloreado.<br />

La preocupación de este enfoque es primordial, mas<br />

no exclusivamente física, ya que incluía variables socioeconómicas<br />

para las cuales también es posible fijar metas. 11<br />

Lauchlin Currie. Fotografía tomada de: . Jorge Gaitán Cortés. Alcalde de Bogotá, 1961-<br />

1966. Tomado de: Julio Dávila, Planificación y politica en Bogotá: la vida de Jorge Gaitán Cortés. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá – Instituto Distrital<br />

de Cultura y Turismo, 2000, p. 18. Virgilio Barco Vargas. Alcalde de Bogotá 1966-1969. Fotografía tomada de: .<br />

La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística | J. Salazar y K. Manco<br />

253


El trabajo del equipo de Jorge Gaitán Cortés como alcalde<br />

de Bogotá muestra:<br />

[...] una mayor preocupación por institucionalizar los procesos<br />

para la toma de decisiones en materia de planificación<br />

–en este caso, física–, por definir la forma de desarrollo para<br />

cada urbanización y cada <strong>parte</strong> de la ciudad –sus densidades<br />

sus equipamientos–, por fijar normas y procedimientos<br />

–de tramitación y aprobación–, que por definir políticas rígidas<br />

de forma y estructura. 12<br />

De manera que el nuevo planeamiento debió preocuparse<br />

más por los procesos que por la forma final espacial de la<br />

ciudad, que en la planeación europea tiene un enorme peso,<br />

pues se podría decir que el plano se constituye en el plan<br />

mismo que, a su vez, determina la intervención, tanto pública<br />

como privada. Este planteamiento presupone que el desarrollo<br />

del plan es principalmente de iniciativa pública, con un<br />

Estado fuerte, capaz de intervenir en el territorio urbano para<br />

llevar a la construcción de la ciudad.<br />

A diferencia de este, la planeación «racional comprensiva»<br />

se concibe como un proceso en el cual tiene cabida la negociación<br />

o el acuerdo entre las <strong>parte</strong>s, aceptando la iniciativa<br />

privada como componente esencial en la construcción de la<br />

ciudad; en este caso, el sector público se encarga de construir<br />

«racionalmente» los grandes sistemas estructurantes de<br />

la ciudad y deja al privado un amplio campo de acción que<br />

regula a través de normas articuladas a políticas públicas de<br />

vivienda, transporte, equipamientos, etc.<br />

Parte de estos planteamientos se materializaron en los programas<br />

de formación del Centro Interamericano de Vivienda<br />

y Planeamiento (CINVA), creado por la OEA como <strong>parte</strong> de<br />

los programas de cooperación técnica impulsados por los<br />

Estados Unidos para los países latinoamericanos. 13 El CINVA<br />

introdujo una nueva forma de enseñar y ejercer la arquitectura<br />

y el urbanismo, a través del trabajo en equipo, la visión<br />

interdisciplinaria, el aprovechamiento de las técnicas modernas<br />

de producción y el posicionamiento del arquitecto como<br />

coordinador y articulador de procesos, entre otros.<br />

Gaitán Cortés y su equipo introducen este tipo de planeamiento<br />

en la ciudad:<br />

La planificación del desarrollo se entiende como un proceso<br />

integrado y continuo de síntesis y programación, para elevar<br />

los niveles de vida […] el plan es un instrumento que se va<br />

conformando todos los días. Es una fórmula flexible, pero<br />

lo suficientemente concreta, como para convertirse en programas<br />

de acción. Incluye la ordenación del territorio para<br />

garantizar físicamente una expansión equilibrada del crecimiento.<br />

El plan busca orientar en general, las decisiones<br />

sobre el equipo social para la completa formación y capacitación<br />

de la población, para el cuidado de la salud y para el<br />

ejercicio de las funciones políticas y culturales. El plan físico<br />

de Bogotá es una solución generalizada que se materializa<br />

a medida que los recursos permiten a la administración<br />

pública, a los organismos distritales especializados y a la<br />

iniciativa particular tomar decisiones sobre el crecimiento y<br />

modernización de la ciudad. Aunque los aspectos económicos<br />

y sociales se analizan primordialmente como factores<br />

básicos para determinar el plan físico, también contienen hechos<br />

y datos preliminares para participar las tendencias del<br />

crecimiento en tales aspectos. El plan, por lo tanto, permite<br />

orientar los aspectos sociales y económicos del desarrollo<br />

urbano. De este modo se verifica la posibilidad de lograr<br />

recursos para el desarrollo físico y se garantiza que habrá<br />

lugar adecuado para que ocurra el cambio cultural, económico<br />

y social que se busca. 14<br />

De allí que en este periodo tampoco es reconocible una imagen<br />

de ciudad como «modelo» o referencia sobre la cual formular<br />

programas y proyectos públicos y regular las acciones<br />

privadas. Si bien es posible identificar en el periodo iniciativas<br />

como el conocido «plan vial» semicircular, que cambió<br />

la forma urbana y la tendencia a una ciudad lineal extendida<br />

por las vías de conexión regional, este plano no puede considerarse<br />

como la imagen de la ciudad.<br />

Por el contrario, los instrumentos para definir las acciones<br />

del plan fueron la Junta de Zonificación y la Junta de Planificación,<br />

instancias para tomar decisiones sobre proyectos<br />

que apenas estaban «indicados» en los planes, que fueron<br />

un instrumento idóneo mientras estuvieron conformadas por<br />

personalidades de la ciudad o técnicos de alta calidad, pero<br />

que en ausencia de estos, permitieron presiones y con estas,<br />

el desarrollo de proyectos no precisamente articulados con<br />

el espíritu del plan.<br />

Pero además, la administración de esa década conformó<br />

bases técnicas y procedimientos que permitieron formular y<br />

construir un conjunto muy importante de proyectos públicos<br />

en múltiples frentes, además de las vías: vivienda popular,<br />

equipamientos, parques, etc.<br />

d. Dos formas de planeación que buscaron ser<br />

complementarias<br />

En 1953, el Consejo Nacional de Planificación entregó a la<br />

ciudad «Un plan para Bogotá», elaborado por Lauchlin Currie<br />

y Enrique Peñalosa Camargo, como un plan complementario<br />

al Plan Regulador de Wiener y Sert.<br />

Además de proponer la creación del Distrito Especial<br />

como organización administrativa fundamental para enfrentar<br />

adecuadamente el desarrollo de Bogotá, el plan se presentó<br />

como un:<br />

[…] plan general [que] es en lo sustancial armónico con el<br />

Plan Regulador, el cual atiende la futura estructura física de<br />

la ciudad, y en verdad contiene varias recomendaciones<br />

para poner en ejecución dicho plan. Los dos planes juntos<br />

proveen un completo planeamiento de la ciudad futura… [Su<br />

objetivo básico es] buscar la manera de suministrar adecuadamente,<br />

al costo más bajo posible, a la población actual y<br />

futura de Bogotá y de los municipios circunvecinos, todos<br />

aquellos servicios que se han hecho indispensables en la<br />

vida urbana. El suministro de muchos de estos servicios es<br />

una condición indispensable para el progreso industrial y comercial<br />

de la ciudad. 15<br />

En este planteamiento puede encontrase una búsqueda<br />

permanente, en la ciudad de los siguientes cincuenta años,<br />

por hacer compatibles dos formas de planeación urbana: el<br />

planeamiento europeo, que fija su atención en la definición<br />

y gestión de un modelo de ciudad plasmado en un plano<br />

que, según los urbanistas, responda a las exigencias de la<br />

254 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Plan Distrital de 1964, formulado bajo la alcaldía de Jorge Gaitán Cortés. Tomado de: Alternativas para el desarrollo<br />

urbano de Bogotá, D. E., p. 214.<br />

Le Corbusier, propuesta para la plaza de Bolívar de 1951, utilizada en el CIAM VIII: El corazón de<br />

la ciudad. © FLC R2-15-7-001.<br />

Bogotá en 1950. Vista general. © FLC L1-4-17-001.<br />

Town Planning Associates: Josep Lluís Sert y Paul Lester Wiener, Plan Regulador de Bogotá, 1951-1953: plano urbano. © IDPC–MdB.<br />

La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística | J. Salazar y K. Manco<br />

255


de la implantación del «ordenamiento territorial», acorde con<br />

la experiencia acumulada en el manejo «físico» del territorio<br />

y que busca incorporar instrumentos contemporáneos de<br />

planeación, gestión y financiación del desarrollo urbano, que<br />

han mostrado ser exitosos en el contexto internacional.<br />

Es pues, un sistema de planeación «híbrido», en el cual<br />

cada uno de sus componentes fue concebido independientemente,<br />

pero que han terminado por conformar un «sistema»<br />

de planeación urbana (o municipal) sobre el cual han<br />

venido trabajando las últimas administraciones locales.<br />

sociedad presente y futura, y el planeamiento «racional»,<br />

que fija sus intereses más en los procedimientos para enfrentar<br />

los temas y problemas del desarrollo urbano, conformando<br />

los espacios institucionales necesarios para su trámite y<br />

realización; un planteamiento que puede considerarse como<br />

sensato ante las dificultades de realización de los planes basados<br />

en la formulación de un «modelo físico» de ciudad,<br />

como referencia principal de su contenido y base de los instrumentos<br />

para su construcción en un tiempo determinado.<br />

El plan físico y los instrumentos institucionales, financieros y<br />

procedimentales necesarios para su gestión.<br />

Estas dos formas de planear la ciudad han permanecido<br />

desde entonces, pero no han logrado en estos sesenta años<br />

hacerse plenamente compatibles. La instauración del PID<br />

quiso borrar una de estas versiones y produjo, sin proponérselo,<br />

uno de los periodos menos eficientes de la planeación<br />

urbana en el país, al causar la pérdida de un saber hacer<br />

desarrollado durante treinta años.<br />

Le Corbusier, plan urbano, BOG 4211 (1950). Sobre la<br />

propuesta de escala urbana se superpusieron las cuatro<br />

funciones, con el fin de enfatizar el modelo propuesto.<br />

Esquema elaborado por Karina Manco.<br />

En los años 90, de nuevo, la Ley 388/97 definió que el<br />

ordenamiento territorial debe complementar la planeación<br />

socioeconómica del municipio, buscando configurar un nuevo<br />

esquema de planeación territorial formado por dos instrumentos<br />

entre sí complementarios:<br />

• El POT, como instrumento de planeación física a partir del<br />

cual definir las políticas municipales en el mediano y largo<br />

plazos, con una vigencia de doce años, que afecta el<br />

suelo y su usufructo.<br />

• El Plan de Desarrollo, que establece los lineamientos de<br />

política de corto plazo, es decir, para un periodo de gobierno,<br />

materializa los compromisos asumidos por cada<br />

alcalde ante la ciudadanía en su programa de gobierno,<br />

con una vigencia de cuatro años.<br />

El resultado vuelve a ser la existencia de dos formas de planear<br />

la ciudad. Una, basada en el Plan de Desarrollo, de<br />

corte sectorial y con una intención «integral», promovida<br />

desde el DNP con base en la Ley 152/94. Otra, proveniente<br />

La necesidad de una imagen de ciudad<br />

Las consideraciones anteriores permiten avanzar algunas hipótesis<br />

o reflexiones sobre la permanencia de ese plano de<br />

la ciudad moderna en que inscribió Le Corbusier a Bogotá.<br />

En principio, habría que decir que hoy amplios sectores<br />

de la ciudad defienden con fervor el modelo de ciudad producido<br />

por quince años de continuo esfuerzo por superar<br />

una profunda crisis que afectó su desarrollo en el final de los<br />

años 80 y construir una ciudad más productiva, sostenible y<br />

con mejor calidad de vida para sus ciudadanos, quienes hoy<br />

tienen confianza en un futuro posible.<br />

Este modelo de ciudad no puede entenderse como una<br />

imagen construida por un plan; de hecho el POT/2000 se formuló<br />

cuando muchos de los programas y proyectos estaban<br />

formulados y algunos, ya realizados. La valoración de lo público,<br />

la solidaridad del desarrollo, la eficiencia y transparencia<br />

en la administración pública pueden definirse, entre<br />

otros, como los principios de lo que podría denominarse un<br />

«modelo de ciudad». La construcción de una ciudad compacta<br />

integrada a la región, que prioriza el transporte público<br />

sobre el privado y al peatón sobre el vehículo motorizado,<br />

que valora el espacio público para los ciudadanos, donde<br />

la obra pública (infraestructuras, dotaciones) es sinónimo de<br />

calidad y modelo de acción en la ciudad son, entre otras, las<br />

cualidades físicas que las acciones de los últimos años han<br />

decantado como concreción en el territorio de ese modelo<br />

de ciudad.<br />

256 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


En este sentido cobra vigencia la referencia que el POT<br />

hace al Plan Director de 1951 y al Estudio de Desarrollo Urbano<br />

fase II de 1973, como documentos que propusieron<br />

la reorganización del territorio en función de un plano para<br />

la ciudad futura. Un plano-imagen de la ciudad futura que<br />

parece necesario como marco de referencia para encauzar<br />

hacia fines previamente establecidos (que a su vez, dieron<br />

origen al plano–imagen de la ciudad) la formulación y puesta<br />

en marcha de los programas y proyectos, públicos y privados,<br />

que hacen posible su concreción en el tiempo.<br />

En el caso de Bogotá, que no es necesariamente generalizable,<br />

este plano–imagen de la ciudad es un complemento<br />

necesario para la definición de instrumentos y procedimientos<br />

para su ejecución, cuya importancia en el urbanismo<br />

contemporáneo no puede menoscabarse. Se puede tratar<br />

de una imagen difícilmente alcanzable, pero no por esto menos<br />

efectiva en la planeación; se reitera, es más un punto de<br />

referencia que una realidad perfectamente posible.<br />

Sí, en esta perspectiva podría ser cierto que una <strong>parte</strong> de<br />

la planeación de la ciudad no ha podido deshacerse de la<br />

imagen de plano de la ciudad radiante en que Le Corbusier<br />

la inscribió.<br />

José Salazar: arquitecto por la Universidad de los Andes (1976) con posgrado<br />

en Historia del la Cultura los Saberes y la Educación por la École des<br />

Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París (Francia) (1980).<br />

Profesor de la maestría en Urbanismo de la Universidad Nacional (1990);<br />

especialización en Arquitectura y Ciudad de la Universidad de los Andes<br />

(2008); especialización en Proyecto Urbano; Universidad San Buenaventura,<br />

Cali (2006). Premio Nacional de Arquitectura en la categoría de<br />

Investigación Urbana (1992 y 1996) y mención (2000). Consultor en estudios,<br />

planes y proyectos urbanos, entre los cuales se destacan: investigación<br />

sobre los asentamientos populares de Bogotá (1982-1984); diseño y<br />

reglamentación de Ciudad Salitre (1985); Plan Centro de Bogotá (1986-<br />

1988), programa Centros Históricos con el Ministerio de Cultura (1988-<br />

1994), director programa de cooperación francesa IMDUS (apoyo a los<br />

municipios para implementar la ley de reforma urbana - 1999-2001, proyecto<br />

de apoyo a la política de vivienda y la gestión urbana (DNP-MDE-<br />

PNUD) para la concepción de una política urbana nacional, uno de cuyos<br />

resultados fue la primera versión de la Ley 388 de 1997, Ley de Desarrollo<br />

Territorial (1992-1995), Planeación de la ciudad central de Bogotá y tratamientos<br />

para el POT de Bogotá (1997-1998), director técnico del primer<br />

Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá (1999-2002); elaboración de<br />

los lineamientos para una política urbana nacional (2004), el Plan de gestión<br />

del suelo (2007); los Estándares Urbanísticos Nacionales (2008) y los<br />

aspectos urbanísticos de los Macroproyectos de Interés Social Nacional<br />

para el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Ha publicado<br />

múltiples ensayos sobre urbanismo, planeación y temas conexos en<br />

Colombia en diversos libros colectivos y revistas nacionales e internacionales.<br />

Ha sido ponente en seminarios, talleres, encuentros y otros eventos<br />

nacionales e internacionales.<br />

Karina Manco Rozo: arquitecta (2000) y magíster en Urbanismo (2009) por la<br />

Universidad Nacional de Colombia. Ha formulado, ejecutado y liderado<br />

proyectos de planeación urbano-regional en el marco de la cooperación<br />

internacional, enfocados en el desarrollo económico sostenible. En este<br />

contexto, se ha especializado en la aplicación de Sistemas de Información<br />

Geográficos como herramienta para la implementación y evaluación de<br />

procesos de desarrollo con impacto territorial. Se ha desempeñado –de<br />

forma destacada– como consultora en proyectos urbanos y ha participado<br />

en la elaboración de Planes de Ordenamiento Territorial para varios municipios<br />

del país.<br />

1 Este artículo tiene una gran deuda con las reflexiones surgidas en el desarrollo<br />

de la tesis de maestría en Urbanismo de Karina Manco, «El Plan<br />

Piloto y su influencia en el discurso para la planeación de la ciudad», cuya<br />

dirección estuvo a cargo de José Salazar.<br />

2 La escala metropolitana se plasmó en el plano BOG 4210 del Plan Director<br />

para Bogotá, Le Corbusier, París, 30 de junio de 1950.<br />

3 El urbanismo tiene cuatro objetivos que son: «Primero, asegurar a los<br />

hombres alojamiento sano, es decir, lugares en que el espacio, el aire<br />

puro y el sol, estas tres condiciones de naturaleza, estén ampliamente<br />

aseguradas; segundo, organizar los lugares de trabajo de modo que este,<br />

en vez de ser una penosa sujeción, recupere su carácter de actividad humana<br />

natural; tercero, prever las instalaciones necesarias para una buena<br />

utilización de las horas libres, haciéndolas beneficiosas y fecundas; cuarto,<br />

establecer el vínculo entre estas diversas organizaciones por medio<br />

de una red circulatoria que asegure los intercambios sin dejar de respetar<br />

las prerrogativas de cada una de ellas». La Carta de Atenas, tomado de<br />

, 20 de agosto de 2009.<br />

4 Uno de los tres componentes del modelo de los «tres establecimientos<br />

humanos»: la unidad de explotación agrícola, la ciudad lineal industrial y<br />

la ciudad radioconcéntrica de intercambios.<br />

5 Este planteamiento fue publicado por Le Corbusier bajo el título «Les trois<br />

établissements humains», en 1945. Ver la primera edición en francés: Bézard,<br />

J., Commelin, Coudoin. J., Dayre, Hya, Dubreuil, Le Corbusier, Lyritz,<br />

Hanning, Aujame, De Looze, Une civilisation du travail, Les trois étabissements<br />

humains, Denoël, Collection urbanisme des CIAM ASCORAL Section<br />

5a et 5b, Boulogne 1945. La segunda edición es de 1959, Trad. Esp.,<br />

Los tres establecimientos humanos, Poseidón, Buenos Aires, 1981.<br />

6 Rodrigo Cortés, «Le Corbusier en Bogotá: Por un urbanismo de los “tiempos<br />

modernos”», en: revista Textos n. o 4, Maestría en Historia y Teoría de<br />

la Arquitectura, Facultad de Artes, Universidad Nacional, Bogotá, 2000,<br />

p. 108.<br />

7 Situación de la cual parece estar consciente la «<strong>parte</strong> jurídica» del acuerdo,<br />

cuando afirma en su exposición de motivos que es un instrumento<br />

para «regular comportamientos, libertades, derechos y obligaciones de<br />

los administrados, así como deberes y funciones públicas, procesos administrativos<br />

e instituciones de derecho público». Es decir, el acuerdo<br />

está orientado a que allí se encuentren «respuestas a interrogantes jurídicos<br />

sobre temas urbanísticos» y no «la respuesta normativa a preguntas<br />

que puedan surgir de las disciplinas técnicas».<br />

8 El estudio fue desarrollado por la firma inglesa-norteamericana Llewelyn<br />

Davies Weeks Forestier-Walker & Bor, en asociación con Kates Peat<br />

Marwick & Co. y Coopers & Lybrand, conjuntamente con la firma colombiana<br />

Consultécnicos y el DAPD, durante los años 1972 y 1973. El informe<br />

final es una traducción del original en inglés, impreso en 1974.<br />

9 Ib., p. 16; el subrayado es nuestro.<br />

10 En el periodo de gobierno de Virgilio Barco (1966-1969) se institucionalizó<br />

la planeación integral en la ciudad, pues si bien este mandatario tenía<br />

formación profesional como ingeniero, su educación posgradual estaba<br />

dada por una maestría en Economía de la Universidad de Boston y un<br />

doctorado, también en economía, de MIT; esto lo hizo mucho más cercano<br />

al enfoque económico de la ciudad y a la ideas de Lauchlin Currie.<br />

11 Esta nueva visión de la ciudad es posible «en la medida en que la economía<br />

colombiana pudo modelarse con métodos matemáticos, [el economista-administrador]<br />

encarnó esa supuesta neutralidad ideológica, esencial en<br />

un régimen que había proscrito la controversia. En el imaginario colectivo el<br />

economista joven emergió como el portador de lo moderno […] y el político<br />

quedó de representante de lo tradicional» Tomado de Julio Dávila, Planificación<br />

y política en Bogotá: la vida de Jorge Gaitán Cortés. Alcaldía Mayor<br />

de Bogotá, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, Bogotá, 2000, p. 183.<br />

12 Rodrigo Cortés, citado por Julio Dávila, Planificación y política en Bogotá:<br />

la vida de Jorge Gaitán Cortés. Alcaldía Mayor de Bogotá, Instituto Distrital<br />

de Cultura y Turismo, Bogotá, 2000, p.183.<br />

13 Jorge Rivera Páez, El CINVA: un modelo de cooperación técnica 1951–<br />

1972. Tesis de grado para optar al título de magíster en Historia, Departamento<br />

de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional<br />

de Colombia, Bogotá, 2002, p. 2.<br />

14 La planificación en Bogotá, Departamento Administrativo de Planeación<br />

Distrital, Bogotá, 1964, p. 31.<br />

15 Plan para Bogotá, Consejo Nacional de Planificación, Imprenta Municipal,<br />

Bogotá, 1953.<br />

La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística | J. Salazar y K. Manco<br />

257


De la negación al redescubrimiento del Plan Piloto de 1950: una lectura<br />

desde la situación actual del ordenamiento y el urbanismo de Bogotá y la Sabana<br />

Francisco Jácome Liévano<br />

Parece inverosímil que a sesenta años de prácticamente todas<br />

las cuestiones que fueron abordadas por Le Corbusier<br />

en el Plan Piloto de Bogotá de 1950, permanezcan vigentes<br />

y en buena medida, irresolutas.<br />

Gracias al ejercicio intelectual que representó para la sociedad<br />

bogotana y en especial para los arquitectos de esa<br />

época la discusión del plan, desde entonces y de manera<br />

fragmentaria –recientemente, de manera casi inconsciente–<br />

se han venido incorporando algunos de sus elementos a la<br />

práctica del planeamiento y el urbanismo de la ciudad y del<br />

país con una incidencia notable, aunque claramente uno de<br />

sus valores más notorios consiste en la integralidad de su<br />

aproximación metodológica, que consideró diferentes escalas<br />

aplicadas a los análisis y los planteamientos que de estos<br />

surgieron.<br />

Con el paso del tiempo, la puesta en valor del Plan Piloto<br />

por <strong>parte</strong> de los arquitectos y urbanistas colombianos ha<br />

devenido en una deuda demasiado grande y antigua, que<br />

inexplicablemente se adquirió a golpe de negarlo sistemáticamente,<br />

bajo el amparo de una lectura simplista, incompleta<br />

o muy seguramente, de una ausencia de lectura. 1<br />

Buena <strong>parte</strong> de una generación de arquitectos colombianos<br />

que hoy nos ocupamos de temas urbanísticos fuimos<br />

cobijados por una formación que no consideró seriamente<br />

el movimiento moderno y todo lo que este produjo. 2 Pero aún<br />

así es inaudito que en el ámbito universitario nunca se hubiera<br />

considerado el Plan Piloto como tema central de una<br />

cátedra o como referente para la definición de eventuales<br />

temas de proyectación a mediana y pequeña escala o incluso<br />

como simple recordatorio para que los arquitectos no<br />

olvidáramos que una <strong>parte</strong> fundamental de nuestro oficio y<br />

buena <strong>parte</strong> de nuestra responsabilidad profesional está relacionada<br />

con la definición de la forma de la ciudad.<br />

Pero ¿cuán ajenas al contexto e inoportunas fueron en<br />

realidad la lectura de Bogotá y de la Sabana, como señalan<br />

algunos textos, y las propuestas que Le Corbusier desarrolló<br />

en el Plan Piloto? 3 Porque quien, como en mi caso, se<br />

aproxima al plan a través de una lectura serena y desprevenida<br />

de los textos y los planos que lo constituyen, descubre<br />

inevitablemente una poderosa y obsesiva preocupación por<br />

entender, representar y afrontar el planeamiento a partir de<br />

los elementos más significativos del territorio (la topografía,<br />

los cuerpos de agua, los cerros, los humedales, el suelo<br />

productivo, los asentamientos y sus conexiones e interacciones),<br />

por dirigir cada decisión para garantizar la viabilidad, la<br />

supervivencia y la sostenibilidad de la región y de la capital,<br />

y por proveer a sus habitantes de viviendas más que dignas<br />

y de los servicios, los espacios y las infraestructuras que demanda<br />

«habitar».<br />

¿Acaso los planes y los proyectos que han venido implementándose<br />

desde entonces, incluso en los últimos diez años, y<br />

que se han aprobado con entusiasmo, lograron ser coherentes<br />

en sus planteamientos, como lo fue el Plan Piloto, con una visión<br />

a largo plazo –que hoy denominamos «modelo de ordenamiento»–,<br />

a través del desarrollo de propuestas concretas y<br />

aplicables desde la escala regional hasta la escala local?<br />

Poder contar con la versión integral del Plan Piloto constituye<br />

la valiosa posibilidad de acceder a un documento que,<br />

entre otras cosas, da testimonio de una oportunidad malgastada<br />

e irrepetible de ordenar adecuadamente el suelo de Bogotá<br />

y de la Sabana, 4 cuando ese territorio mostraba un bajo<br />

porcentaje de ocupación 5 y parecía tener múltiples opciones<br />

de desarrollo que le permitieran prever y dirigir armónicamente<br />

los procesos de urbanización a diferentes escalas.<br />

Asociado a la idea de cultivar el cuerpo y el espíritu, el<br />

plan definió una estructura articulada con el medio físico natural,<br />

donde los cuerpos de agua, los humedales y los cerros<br />

deberían ser protegidos en conjunto por los municipios<br />

del ámbito metropolitano. En dicha perspectiva también se<br />

definió un límite máximo para el suelo urbano y unas áreas<br />

agrícolas, donde la atención al paisaje rural es notoria.<br />

El tiempo se constituía entonces en variable fundamental<br />

del plan y en esa medida aspiraba a contar con compromisos<br />

municipales y metropolitanos. El equilibrio de su<br />

ejecución estaría respaldado por desarrollos donde primaran<br />

bajas ocupaciones y altas edificabilidades, con el fin de poder<br />

favorecer la liberación del suelo y la protección de las<br />

actividades productivas y la recreación.<br />

En efecto, las decisiones se dirigieron a la protección de<br />

los activos naturales (cuerpos de agua, humedales y cerros)<br />

y su integración a la vida de la población; a la preservación<br />

de un suelo rural, cuyas características lo destacan como el<br />

de la más alta calidad para la producción agrícola, de modo<br />

que se garantizara la seguridad alimentaria; a la definición<br />

de un sistema de movilidad al servicio del ordenamiento<br />

territorial y no solamente superpuesto a la dinámica de los<br />

procesos espontáneos de urbanización y densificación; a<br />

la definición funcional, formal y espacial de dicho sistema,<br />

acorde con la relación entre las áreas de vivienda (entendida<br />

no solamente como la producción intensiva de unidades<br />

de vivienda, pues Le Corbusier hacía referencia a formas<br />

de habitar que consideran en la base la necesidad de pro-<br />

258 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Ocupación de la Sabana de Bogotá en 1952. Fuente: Formulación de un modelo de ocupación territorial para<br />

los municipios de la Sabana. Unión temporal Julio Gómez – Grupo de Estudios Urbanos, Ltda. Gobernación de<br />

Cundinamarca. 2008.<br />

Ocupación de la Sabana de Bogotá en 2008. Fuente: Formulación de un Modelo de Ocupación Territorial para<br />

los municipios de la Sabana. Unión temporal Julio Gómez – Grupo de Estudios Urbanos, Ltda. Gobernación de<br />

Cundinamarca. 2008.<br />

De la negación al redescubrimiento del Plan Piloto de 1950 | Francisco Jácome Liévano<br />

259


veer simultáneamente las infraestructuras y los servicios que<br />

permitan cultivar el espíritu, el intelecto y el actual cuerpo) y<br />

conforme también a las actividades que generan movilidad<br />

obligada (trabajo y estudio), considerando seriamente la topografía<br />

y el paisaje, y entendiendo la necesidad de definir la<br />

localización y la articulación de un aeropuerto internacional<br />

enclave regional como el punto de contacto más importante<br />

entre la Sabana, el país y el mundo. 6<br />

En los planos regionales, Le Corbusier hizo visibles dos<br />

estructuras de soporte: un sistema natural completamente<br />

articulado, que hoy llamamos estructura ecológica principal,<br />

y la movilidad. A través de ellas se relacionan espacial<br />

y funcionalmente distintos ámbitos del territorio, cuyas vocaciones<br />

se complementan. Un concepto bien interesante y<br />

de tremenda actualidad es el de la integración del sistema<br />

natural a la dinámica regional. La noción de poner en valor la<br />

Sabana y sus elementos naturales a la base del ordenamiento<br />

regional recientemente fue recuperada por el modelo de<br />

ocupación de la región.<br />

Allí, como elemento importante del ordenamiento regional,<br />

aparece el aeropuerto mundial, entendido como un tema<br />

central y nunca como un edificio dependiente del área urbana<br />

de Bogotá.<br />

La cartografía del Plan Piloto representa la propuesta de<br />

un sistema interconectado de movilidad de los municipios<br />

de la Sabana, que reconoce la fuerza de la radialidad vial de<br />

Bogotá (reforzada por el sistema férreo), pero que prevé conexiones<br />

de ámbitos intermunicipales urbanos y rurales que<br />

no dependen de la estructura urbana de Bogotá. La representación<br />

de los elementos rurales pesa tanto como la de los<br />

urbanos y, en esa medida, pone en evidencia la necesidad<br />

de preservar y cualificar la ruralidad.<br />

Desafortunadamente, el Plan Piloto fue considerado «un<br />

instrumento obsoleto antes de ser terminado». 7 ¿Quién puede<br />

negar que los temas de ese plan son hoy los temas centrales<br />

del ordenamiento territorial y del urbanismo en la Sabana<br />

de Bogotá? ¿Quién insiste en decir que el Plan Piloto nunca<br />

tuvo o no tiene vigencia? Es lamentable que en el pasado<br />

ni siquiera se hubiera realizado un esfuerzo por explorar<br />

alternativas a sus propuestas en relación con la conformación<br />

de extensivos sectores de vivienda donde predominara<br />

el concepto «habitar», considerando que actualmente se ha<br />

constituido en un tema fundamental del ordenamiento a nivel<br />

nacional, con muy pocos resultados positivos.<br />

A pesar de los avances logrados en los años recientes<br />

con base en la expedición de la Ley 388 de 1997 –Ley de Desarrollo<br />

Territorial y puestos de manifiesto en el Plan de Ordenamiento<br />

Territorial (POT) del año 2000 y su primera revisión<br />

del año 2003–, la ciudad y el Gobierno Nacional actualmente<br />

concentran buena <strong>parte</strong> de sus esfuerzos en adoptar medidas<br />

paliativas que les permitan acceder a «suelo barato» (dentro y<br />

fuera del ámbito distrital), para la promoción de grandes proyectos<br />

dirigidos a la construcción de vivienda de interés social,<br />

aunque su localización y dimensión puedan distorsionar<br />

gravemente el mencionado modelo de ordenamiento. 8<br />

La ausencia de políticas públicas decididas en torno a la<br />

producción masiva de vivienda y de su correspondiente implementación<br />

desde el ordenamiento territorial no da cabida a<br />

la discusión sobre si la forma sigue a la función, pues actualmente<br />

el manejo del tema se basa en un postulado según el<br />

cual la forma y la función de extensas áreas siguen las lógicas<br />

que dictan los precios del suelo y el mercado inmobiliario. 9<br />

A lo anterior se suman discusiones inconclusas en torno<br />

al rompecabezas de la movilidad, pues a pesar de haber<br />

sido incorporado en el POT de Bogotá como un sistema<br />

general decisivo para el modelo de ordenamiento, su resolución<br />

depende de posturas gubernamentales coyunturales<br />

relacionadas con la implementación de unos u otros<br />

modos de transporte, donde el aeropuerto –elemento definitivo<br />

para una región lejana al mar que aspira a posicionarse<br />

económicamente a nivel mundial– se ha entendido<br />

casi exclusivamente como un equipamiento local ajeno al<br />

ordenamiento regional. 10<br />

El reconocimiento que hizo Le Corbusier de la topografía<br />

cercana a los cerros orientales y de la importancia del manejo<br />

hidrológico asociado a los trazados y los perfiles viales<br />

que se desarrollarían en sentido oriente–occidente, constituyen<br />

hoy un llamado al entendimiento del lugar y probablemente,<br />

una pista importante para el diseño adecuado del<br />

espacio público.<br />

Del mismo modo, el Centro Cívico y la pieza destinada<br />

al trabajo son dos elementos del Plan Piloto que hoy adquieren<br />

una vigencia importante. 11 La ciudad incorporó al modelo<br />

de ordenamiento dos operaciones estratégicas: una, para<br />

el centro (entendido como un ámbito de aproximadamente<br />

1800 Ha) y otra, para el eje industrial y de equipamientos de<br />

gran escala que se desarrolla desde dicho centro hasta el<br />

occidente de la ciudad (denominada Operación Anillo de Innovación).<br />

12 A través de dichas operaciones, no solamente<br />

se busca recualificar esas áreas, sino también dotarlas de<br />

los atributos que les permitan adquirir una significación de<br />

escala internacional y funcionar consecuentemente con esta.<br />

En 2004, dentro del proceso de formulación del Plan Zonal<br />

Centro, que desarrolló el componente urbanístico de la<br />

Operación Centro, se estableció un modelo de ordenamiento<br />

para ese ámbito, dirigido a conformar un centro de escala<br />

regional que contemplara la inserción de nuevas formas de<br />

ciudad y la localización de numerosas viviendas (apuntando<br />

a la duplicación de la población residente) 13 y de nuevos<br />

equipamientos, con un incremento importante del espacio<br />

público y un manejo adecuado de la movilidad.<br />

El proceso de definición del modelo que orientó las determinaciones<br />

más importantes, que fueron posteriormente<br />

adoptadas en 2007, consideró seriamente la necesidad de<br />

conformar un nuevo «centro del centro», cuya escala fuera<br />

más consecuente con las 1800 hectáreas objeto de planificación,<br />

similar a la dimensión del área central propuesta en<br />

el Plan Piloto y con las pretensiones de consolidarlo como<br />

centro regional.<br />

Ante premisas tales como duplicar la población residente<br />

a 500.000 habitantes (equivalente a la producción de por lo<br />

menos setenta mil nuevas viviendas), incrementar sustancialmente<br />

el espacio público existente (cercano solamente<br />

a menos de tres metros cuadrados por habitante, sin considerar<br />

el espacio público necesario para la adecuada movilidad<br />

y la permanencia de la población flotante), racionalizar<br />

la movilidad (considerando las dimensiones reducidas<br />

de las vías locales), favorecer la accesibilidad y preservar<br />

los valores patrimoniales, se consideró necesario prever intervenciones<br />

drásticas en la denominada «franja prioritaria<br />

260 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


Borrador del modelo de ordenamiento del plan zonal del centro. Realizado por Francisco Jácome y Javier Aja en el marco de la formulación, para el Departamento Administrativo de Planeación<br />

Distrital (hoy SDP), en 2004.<br />

De la negación al redescubrimiento del Plan Piloto de 1950 | Francisco Jácome Liévano<br />

261


Programa de Vivienda de Interés Social, Alcaldía Mayor de Bogotá, Departamento<br />

Administrativo de Planeación Distrital, Bogotá 2003.<br />

Modelo urbano del Plan de Ordenamiento Territorial de 2003.<br />

262 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director


de intervención», delimitada por la calle primera, al sur; la<br />

calle 26, al norte; la carrera décima, al oriente, y la avenida<br />

Caracas, al occidente, es decir algo más de cien hectáreas<br />

donde debería prevalecer un espacio público fluido generado<br />

en buena medida por la implantación de edificaciones en<br />

altura con baja ocupación, una alternativa pertinente, no muy<br />

lejana de los postulados modernistas.<br />

Por su <strong>parte</strong>, el Plan Piloto planteó un centro de escala<br />

regional (con seis kilómetros de longitud y unas mil doscientas<br />

hectáreas), considerando que el centro de entonces no<br />

correspondería a la futura ciudad de un millón y medio de<br />

habitantes, núcleo principal de un área metropolitana.<br />

La idea de conformar un gran centro no estaba aislada<br />

de una proporcionalidad entre este y extensas áreas donde<br />

predominaría «habitar» y que, por tanto, tal como lo muestran<br />

los planos de detalle de algunos sectores, albergarían<br />

otras actividades complementarias en pequeña escala.<br />

En esa propuesta, las áreas de trabajo estarían debidamente<br />

conectadas con las de vivienda de Bogotá, pero<br />

también con el ámbito metropolitano. La pieza destinada al<br />

trabajo coincide en <strong>parte</strong> con la Operación Anillo de Innovación,<br />

a la cual el POT le otorga la función de localizar la nueva<br />

industria asociada al terciario avanzado.<br />

Son tantos y tan ricos los elementos conceptuales, metodológicos<br />

y formales del Plan Piloto, que merecen ser explorados<br />

con la paciencia y la humildad que exigen el entendimiento<br />

y la evolución de los temas urbanísticos.<br />

El urbanismo, como oficio, puede aún recuperar el sentido<br />

que tuvo para quienes no se ocuparon exclusivamente de temas<br />

ligados a la formulación de la norma, como mecanismo<br />

determinista de la producción de ciudad. La responsabilidad<br />

de contribuir decididamente a la definición de las formas de<br />

ocupación del territorio, de la forma y el espacio urbanos,<br />

incluidos los elementos que constituyen el sistema vial, y de<br />

garantizar el bienestar de sus habitantes no puede endosarse<br />

desprevenidamente a profesiones cuyas bases están<br />

lejanas del entendimiento de la forma y del espacio. El Plan<br />

Piloto puede ser un elemento clave para recuperar la pasión<br />

por esta disciplina.<br />

Francisco Jácome Liévano: arquitecto por la Universidad Nacional de Colombia<br />

y máster en Técnicas Urbanísticas aplicadas a las Áreas Metropolitanas<br />

por la Università Degli Studi di Roma, «La Sapienza».<br />

1. La negación del plan estaba respaldada por sentencias relacionadas<br />

fundamentalmente con un supuesto «condenable zoning», con la destrucción<br />

del patrimonio de la ciudad (justo después del Bogotazo del 9 de<br />

abril de 1948) y con un supuesto desconocimiento de Le Corbusier con<br />

relación al medio físico natural y la idiosincrasia bogotana.<br />

2. La teoría y la proyectación de los años ochenta en las universidades colombianas<br />

miraron con interés movimientos como el Neoclasicismo y el<br />

Deconstructivismo, al tiempo que la academia exaltaba posturas claramente<br />

contrarias a los principios del movimiento moderno (con especial<br />

interés se exploraban los escritos y los proyectos de Aldo Rossi y Robert<br />

Venturi). El ambiente académico no era seguramente el más afín a los<br />

postulados del CIAM.<br />

3. El desánimo generalizado de algunos comentarios cercanos a la formulación<br />

del Plan Piloto no puede ser descontextualizado de un escenario que<br />

mostraba buena <strong>parte</strong> del patrimonio destruido por los sucesos del 9 de<br />

abril de 1948.<br />

4. La superficie del suelo urbano de Bogotá en el momento de la elaboración<br />

del Plan Piloto era de 2770 Ha (actualmente es de 30.776 Ha) y la ciudad<br />

contaba con 600.000 habitantes. De acuerdo con los datos del censo del<br />

DANE en el año 2005, la población de Bogotá era de 6.763.325 habitantes<br />

y la del resto de municipios que conforman la Sabana de Bogotá era de<br />

964.586 habitantes.<br />

5. El estudio más reciente sobre la ocupación de la Sabana de Bogotá fue<br />

contratado por la Gobernación de Cundinamarca en 2007 y desarrollado<br />

por la unión temporal J. Gómez – Grupo de Estudios Urbanos, Ltda. Dicho<br />

estudio actualizó la cartografía que muestra la ocupación real de ese<br />

territorio y, para el efecto, contó con imágenes satelitales SPOT. Tanto el<br />

diagnóstico como el modelo de ocupación que fueron desarrollados por<br />

dicho estudio actualmente son analizados y discutidos por los municipios<br />

que constituyen la Sabana de Bogotá y por los entes territoriales que tienen<br />

jurisdicción en ese ámbito.<br />

6. En la cartografía del Plan Piloto se evidencia un entendimiento del aeropuerto<br />

como el punto de conexión más importante en el contexto mundial<br />

y nacional (París, 48 horas; Nueva York, 16). Ello debería tener un impacto<br />

en la economía y la escala de la ciudad y debería reflejarse en su funcionalidad<br />

y sus escalas urbana y arquitectónica. Es interesante el papel<br />

que, en consecuencia, el plan le otorga a la región (cada municipio debería<br />

tener su propio plan piloto) y a su intercomunicación. La propuesta<br />

de un límite urbano definido por elementos físicos partía de considerar<br />

que la ciudad debería ser densa, a favor de una extensión controlada que<br />

protegiera el suelo rural.<br />

7. Doris Tarchópulos reseña dicha apreciación en el artículo «Huellas del<br />

Plan para Bogotá de Le Corbusier, Sert y Wiener», publicado en la revista<br />

electrónica Scripta Nova del 1 de agosto de 2006.<br />

8. Esa misma situación viene replicándose en otros municipios de Colombia,<br />

a partir de la expedición del Decreto n. o 4260 de 2007, sobre los<br />

macroproyectos de interés social nacional, los cuales no se supeditan al<br />

ordenamiento municipal.<br />

9. En diferentes escenarios de discusión sobre el tema del déficit de Vivienda<br />

de Interés Social (VIS), que actualmente se aproxima a la cifra<br />

de 340.000 viviendas en el ámbito de la Sabana (censo DANE, 2005), es<br />

recurrente la preocupación por los elevados precios del suelo en áreas<br />

de expansión (e incluso en suelo rural), que hacen menos atractiva la<br />

generación de proyectos VIS.<br />

10. La importancia de avanzar en esta escala de ordenamiento apenas comienza<br />

a hacerse consciente por <strong>parte</strong> de las administraciones, dada la<br />

necesidad de llegar a acuerdos en relación con el manejo de temas que<br />

desbordan los límites municipales, tales como la provisión de agua, el<br />

manejo de los activos naturales, la disposición de residuos y la infraestructura<br />

de transporte.<br />

11. Lo regional no solamente se percibe desde la lectura cartográfica de un<br />

ámbito de gran escala, sino también desde la propuesta misma de los<br />

edificios o de los complejos edilicios, cuya arquitectura hace clara referencia<br />

a reflexiones que superan el ámbito estricto de la intervención.<br />

12. De acuerdo con el estudio realizado por Julio Gómez y Francisco Jácome<br />

para la Secretaría Distrital de Planeación, en 2008 el área bruta actual de<br />

la operación es de 780 Ha, mientras que el área susceptible de ser transformada<br />

a través de proyectos es de algo menos de 180 Ha, en razón a los<br />

procesos de ocupación que se han venido dando en los últimos diez años.<br />

13. El Plan Zonal Centro asumió como oficiales las cifras que contaban<br />

250.000 residentes y una población flotante de 1.500.000 personas, las<br />

cuales están consignadas en los estudios técnicos que dieron soporte a<br />

dicho plan.<br />

De la negación al redescubrimiento del Plan Piloto de 1950 | Francisco Jácome Liévano<br />

263

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!