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libro lecorbusier
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Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier en el Centro Cívico del Plan Piloto de Bogotá, 1950<br />
Juan Carlos Aguilera<br />
«Por lo que se refiere al hábitat, hay un problema de primera<br />
importancia; es el problema mismo, fundamental, que pone<br />
de manifiesto dos tesis adversas: “la ciudad-jardín horizontal”,<br />
la ciudad-jardín vertical». 1<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: plano del Centro Cívico BOG 4220, Esc. 1:2000 – Circulación. ©FLC 605.<br />
El plan de urbanización de Bogotá es desarrollado en cinco<br />
páginas del volumen 4 de la Obra completa, 1946-1952, 2 tras<br />
la presentación de la grilla CIAM del urbanismo. Es sabido el<br />
interés prestado por Le Corbusier en la edición de sus textos,<br />
en los que palabra e imagen reaccionan entre sí y multiplican<br />
la búsqueda de unidad de su pensamiento. Bastaría pensar<br />
que para saber del plan de Bogotá, primero sería necesario<br />
saber qué había antes. Es así que la grilla, adoptada en el<br />
séptimo congreso, en Bérgamo (Italia), establece la metodología<br />
para el estudio del plan.<br />
La primera de las cuatro funciones corresponde al habitar<br />
o lo que presupone pensar que el desarrollo de la ciudad,<br />
para Le Corbusier, empieza desde la idea misma de habitar.<br />
Indagar por el habitar se torna más complejo en el momento<br />
de pensar en la intervención sobre el «corazón» de la<br />
ciudad: el Centro Cívico. La propuesta urbana y arquitectónica<br />
para el Centro Cívico de Bogotá es presentada en tres páginas<br />
del volumen mencionado, pero tal vez sea la última la<br />
que establezca con más precisión la relación entre vivienda y<br />
Centro Cívico en el plan. Dicho plan, de acuerdo con el archivo<br />
de la FLC, corresponde al plano FLC 605, 3 es desarrollado<br />
por Le Corbusier, Josep Lluís Sert y Paul Lester Wiener y es<br />
fechado el 30 de junio de 1950.<br />
En efecto, el plano es la expresión de una doble dinámica:<br />
la interna, que corresponde al desarrollo de todo proyecto<br />
y la externa, que tiene que ver con aquellas exigencias<br />
198 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
que, fuera de la mesa de dibujo, afectan y modifican el desarrollo<br />
del mismo.<br />
En el primer caso, el plan es el punto de convergencia de<br />
dos modos de pensar y hacer ciudad: el tipo Ville Radieuse de<br />
Le Corbusier y el urbanismo pragmático de Josep Lluís Sert.<br />
En otras palabras, la situación en la que se desarrolla el plan<br />
se puede ver como un punto en el que pivotan las posiciones<br />
entre el CIAM de Bérgamo (1947) y el de Hoddesdon (1951).<br />
En el segundo caso y en una dimensión local, sin que<br />
sea irrelevante, la ciudad se encuentra a medio camino entre<br />
el gran pueblo y la pequeña ciudad. Las autoridades municipales,<br />
conscientes de tal situación, establecerán medidas<br />
para actuar sobre ello. Pero de nuevo, la ciudad será el punto<br />
de convergencia entre dos modelos: la ciudad vista como el<br />
escenario para el desarrollo de intereses colectivos, contra<br />
aquella que la ve como el escenario para la idea de «progreso»<br />
a partir de intereses privados.<br />
Las dos miradas convergen en el plan para Bogotá. La<br />
idea de una ciudad que se proyecta en altura pronto será<br />
descartada por los «beneficios» que provee la ciudad extendida<br />
horizontalmente.<br />
Palabras y trazos<br />
«Un trazo, un esquema permiten consignar en la hoja de papel<br />
la concepción de un pensamiento, de un ciclo, de una<br />
época incluso venidera».<br />
Le Corbusier, Manière de penser l’Urbanisme, 1946. 4<br />
a. Palabras para una filial del atelier de constructores en<br />
Colombia<br />
A punto de culminar su primer viaje a Bogotá, 5 Le Corbusier<br />
recibe una carta de José Vicente Garcés Navas, gerente del<br />
recién creado Instituto de Crédito Territorial (ICT), 6 en la que<br />
le ratifica el interés en establecer actividades con el ATBAT, 7<br />
en París:<br />
Tengo el agrado de confirmar, por la presente, el convenio<br />
verbal celebrado con usted el sábado pasado (21 de junio<br />
de 1947) en el Hotel Granada, referente a la forma como el<br />
Instituto de Crédito Territorial, entidad nacional colombiana<br />
encargada del mejoramiento de vivienda urbana y rural, puede<br />
aprovechar los grandes conocimientos y la valiosa experiencia,<br />
tanto de usted, como de la organización «ATBAT»<br />
que usted tiene establecida en París (sic). 8<br />
Dentro de las nuevas actividades propuestas para desarrollar,<br />
el ICT 9 se propone desarrollar la vivienda urbana y en<br />
altura. Es así que la carta continúa manifestando el deseo de<br />
trabajar con el ATBAT en el desarrollo del barrio Los Alcázares,<br />
al noroccidente de la ciudad:<br />
1º El Instituto de Crédito Territorial (INSCREDIAL) desea que<br />
el profesor Le Corbusier estudie las variaciones que juzgue<br />
oportunas en la Urbanización de «LOS ALCÁZARES» que este<br />
Instituto construirá en la ciudad de Bogotá. Este estudio se<br />
refiere no a toda la Urbanización, pues hay una <strong>parte</strong> que necesariamente<br />
deberá construirse, sin demora, en la forma ya<br />
proyectada y aprobada por el Municipio de Bogotá; en la otra<br />
<strong>parte</strong> de la Urbanización, que fue claramente demarcada en<br />
el plano estudiado por el Profesor Le Corbusier y que le será<br />
remitido a París en unión de un plano acotado de la misma<br />
Urbanización sino también de viviendas, tanto individuales<br />
como colectivas y además de centros sociales que deberán<br />
prestar servicios a todo el barrio de «LOS ALCÁZARES»; estos<br />
centros sociales son: una escuela mixta para niños y niñas, un<br />
teatro, un club, un sitio de deportes y un edificio comercial,<br />
donde pueda organizarse la venta de víveres, una farmacia y<br />
almacenes generales para el servicio del barrio [sic]. 10<br />
Es necesario subrayar que las exigencias por <strong>parte</strong> de los<br />
organismos municipales apuntan en la misma dirección a los<br />
planteamientos formulados por Le Corbusier, 11 para quien la<br />
vivienda (logis) está conformada por dos elementos: el contenedor<br />
(le contenant) y las prolongaciones de la vivienda<br />
(les prolongements). 12<br />
La carta continúa enfatizando dos de los aspectos que,<br />
de la misma forma, serán una constante en la investigación:<br />
la vivienda tipo y la prefabricación:<br />
2ª El Profesor Le Corbusier podrá libremente presentar los tipos<br />
de vivienda y demás para este sector de «LOS ALCÁZA-<br />
RES», pero el Instituto le remitirá a París copias de los tipos<br />
de vivienda individuales que va a construir en el sector ya<br />
expresado, a fin de que se informe de cuáles son las distribuciones<br />
y costumbres colombianas en casas individuales.<br />
3ª El Instituto está vivamente interesado en establecer plantas<br />
de prefabricación, para elementos estandarizados que<br />
permiten su utilización en los varios tipos de viviendas y para<br />
ello estaría listo a celebrar un contrato con la organización<br />
ATBAT de París para que un experto en estos asuntos venga<br />
a Colombia a fin de estudiar la posibilidad de montar una<br />
fábrica, la que podría establecerse formando una compañía<br />
en la que entrarían como socios: ATBAT de París, el Instituto<br />
de Crédito Territorial y las fábricas de cemento y de Eternit<br />
que tienen su sede en Bogotá [sic]. 13<br />
Sí se ha señalado la importancia atribuida al binomio vivienda<br />
y prolongaciones de la vivienda, al que se ha señalado el<br />
estudio sobre los tipos de vivienda y la prefabricación.<br />
No sobra señalar que durante la visita de Le Corbusier a<br />
Bogotá, se está desarrollando el proyecto para la Unidad de<br />
Habitación de Marsella, 14 pero así mismo no hay que olvidar<br />
el proyecto para la Ferme Radieuse (1933), en el que ya se<br />
han señalado los principios similares a los que perseguirá el<br />
proyecto para Los Alcázares. 15<br />
Tres semanas más tarde, el 15 de julio de 1947, Fernando<br />
Mazuera Villegas –alcalde y comerciante de la ciudad–<br />
escribe a Le Corbusier, solicitando el costo del ATBAT para<br />
el desarrollo de cuatro acciones: desarrollar el Plan Director<br />
para la ciudad, establecer la oficina para el desarrollo del<br />
plan, contar con dos urbanistas y establecer el puente entre<br />
Bogotá y París. 16<br />
La respuesta del 12 de agosto que Le Corbusier envía<br />
tanto a Fernando Mazuera como a J. V. Garcés Navas confirma<br />
el interés en establecer la filial en Bogotá, enfatizando el<br />
carácter formativo que en ella se ha de desarrollar. 17<br />
La importancia técnica que atribuye Le Corbusier a la<br />
conformación de la filial se reconoce al señalar expresamente<br />
a Bodiansky, quien entonces se desempeña como director<br />
técnico del ATBAT y encargado de las obras de la Unité de<br />
Marsella. En efecto, días más tarde escribe:<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
199
Una misión integrada por el Sr. Bodiansky, Director Técnico<br />
de ATBAT, acompañado de un arquitecto urbanista cualificado,<br />
irá a Bogotá. Esta misión podrá partir de Francia el<br />
15 de octubre. Yo mismo, después de una escala en Nueva<br />
York, iría a Bogotá en el mes de noviembre o a principio de<br />
diciembre.<br />
Sr. Bodiansky tendrá plenos poderes para celebrar el acuerdo<br />
con usted acerca de la labor que desea encargar a mi<br />
grupo así como a la organización del ATBAT colombiano y<br />
todas las inquietudes necesarias [sic]. 18<br />
***<br />
La conversación se hace cada vez más tensa. Le Corbusier<br />
no deja de ir enviando los «reportes» a las autoridades de<br />
turno sobre sus proyectos, especialmente, la vivienda en altura.<br />
19 El interés por la implementación y actuación del ATBAT<br />
en tierras distantes es un hecho.<br />
La situación se tornará más compleja a partir de los acontecimientos<br />
desarrollados tras el magnicidio de Jorge Eliécer<br />
Gaitán, el 9 de abril de 1948. El centro de la ciudad será el<br />
escenario de disturbios que desembocarán en el denominado<br />
«Bogotazo», situación que no dejará indiferente a Le<br />
Corbusier, quien ya ha manifestado su posición frente a las<br />
afectaciones de las ciudades tras las devastaciones de las<br />
guerra. 20 Es así, que pese a que los edificios destruidos no<br />
fueron muchos, la dimensión que cobró ante los medios fue<br />
la de una ciudad devastada. 21 Lejos de atender a tales aseveraciones,<br />
Le Corbusier mira más allá, comprende la posibilidad<br />
de cristalizar sus teorías urbanas en un proyecto real.<br />
No será así para algunos, especialmente desde la revista<br />
Proa, que ven en el los sucesos del 9 de abril la oportunidad<br />
para el desarrollo del plan por <strong>parte</strong> de los «arquitectos modernos».<br />
22<br />
Dos hechos, pese a su relativo impacto inmediato, señalan<br />
el cambio que ya se plantea en la ciudad, por <strong>parte</strong> de<br />
las autoridades municipales:<br />
Entre las medidas dictadas sobresalen dos decretos pioneros:<br />
el 21 de abril, el número 1286 se convierte en la primera<br />
ley de propiedad horizontal y el 28 del mismo mes, el número<br />
1370, declarando de utilidad pública en su totalidad<br />
la manzana que separa el Capitolio Nacional del Palacio de<br />
Nariño. 23<br />
Es así, por lo tanto, que las herramientas para la posible implementación<br />
del plan empiezan por ser legislativas. La primera,<br />
cuyo campo de acción está enfocado hacia la vivienda<br />
en altura, y la segunda, para efectuar las expropiaciones<br />
necesarias.<br />
b. Trazos en lo plano<br />
Los primeros esquemas para el desarrollo del Centro Cívico<br />
se observan en el plano FLC 31560, de enero de 1950. Los<br />
trazos apuntan al estudio del sector que se extiende desde<br />
la plaza de Bolívar hacia la calle 26. Las vías que organizan<br />
el Centro Cívico ya están definidas: paralelas a la montaña:<br />
las carreras 4.ª, 10. a y 14 y en sentido perpendicular, la calle<br />
6.ª, la avenida Jiménez y la calle 26. Unos trazos ya insinúan<br />
la disposición de las unidades en el costado oriental de la<br />
carrera 10.ª, en la <strong>parte</strong> central.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: esquema del Centro Cívico. © FLC 31560.<br />
El esquema del 10 de enero de 1950 y dibujado a la misma<br />
escala que el anterior, no hace referencia a los bloques<br />
de vivienda. Presenta mayor precisión en los bloques de oficinas,<br />
destinados a los ministerios, que empiezan a configurar<br />
el Centro Cívico. La carrera 10.ª empieza a manifestar su<br />
carácter doble, como vía principal de flujo rápido, y como<br />
vía de acceso al sector, de flujo moderado. Así mismo, ya se<br />
precisan los puntos de cruce, conflictivos con las vías perpendiculares.<br />
Tres semanas más tarde, sobre el plano de estudio del<br />
Centro Cívico, desarrollado en París el 2 de febrero, plano<br />
FLC 31564, los rastros de un papel superpuesto permiten<br />
corroborar el estudio de la zona central. Pero especialmente<br />
en el caso de la vivienda, es necesario subrayar los trazos,<br />
que insinúan cuatro unidades, sobre la carrera 10.ª, entre la<br />
avenida Jiménez y la calle 26, en el mismo costado que el<br />
plano anterior, vía que continúa adquiriendo más desarrollo,<br />
especialmente en los cruces con la calle 6.ª, avenida Jiménez,<br />
y calles 22 y 26.<br />
200 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: dibujo del sector en torno a la plaza de Bolívar<br />
(10.01.1950, 1:2.000). © FLC 31561.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico (2.2.50). © FLC 31564.<br />
En un bosquejo registrado el 28 de febrero en su cuaderno<br />
de apuntes, los trazos lila señalados en el plano anterior<br />
son visualizados como el posible desarrollo del costado<br />
oriental de de la carrera 10.ª desde la plaza de toros hacia el<br />
sur. Son unos dibujos muy explícitos. Trazados con un lápiz<br />
rojo, las unidades permiten contemplar la presencia de las<br />
montañas, que «sirven de fondo a la composición». 24<br />
El 20 de marzo, FLC 33688, manteniendo la misma escala,<br />
se observan siete unidades localizadas entre las carreras<br />
10. a y la 14, que contrastan con los trazos que se insinúan<br />
en el costado occidental de la carrera 4.ª. Los colores acentúan<br />
la jerarquía vial que está definiendo. El color marrón ya<br />
establece vías de mayor velocidad y las de color ocre, de<br />
menor intensidad, pero es desde las cuales se conectan las<br />
diversas unidades. Cada unidad ya cuenta con una zona de<br />
parqueaderos y las distancias entre cada una de ellas empieza<br />
a adquirir más regularidad.<br />
Como si se tratara de determinar el mejor sector para<br />
ubicar los bloques de vivienda, en un par de planos del 22<br />
de marzo se observan las posibles ubicaciones de estos<br />
sectores:<br />
Le Corbusier, dibujo del sector de San Diego, frente a la plaza de toros, hecho en su cuarto viaje a la ciudad (28.2.50) Carnet 2 – D15, 181-182. © FLC.<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
201
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico<br />
(20 de agosto de 1950). © FLC 33688.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico<br />
(21 de marzo de 1950). © FLC 31565.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico<br />
(22 de marzo de 1950). © FLC 31568.<br />
En el primero de ellos, FLC 31565, se observa un hecho<br />
significativo: una franja verde que desciende desde las montañas,<br />
25 hasta la carrera 4. a , desde la cual una franja se prolonga<br />
hasta la carrera 7.ª y establece un límite con la zona<br />
de vivienda en el costado nororiental del Centro Cívico, en la<br />
cual se han efectuado 13 trazos en dos franjas; es necesario<br />
resaltar los tres ubicados entre la calle 10 y la avenida Jiménez,<br />
ya que han sido trazados sobre otros que presentaban<br />
una orientación, de acuerdo con el sentido de las calles y<br />
carreras de la ciudad.<br />
El segundo esquema, FLC 31568, presenta en este caso<br />
16 unidades dispuestas en el costado sur (costado norte de<br />
la calle 6) y en el costado occidental de la carrera 10.ª. Algunos<br />
trazos se observan en la <strong>parte</strong> nororiental del Centro Cívico,<br />
entre la avenida Jiménez y la calle 26. Pese a la aparente<br />
improvisación de los trazos, es importante destacar la intención<br />
en la orientación y distancias previstas entre los bloques.<br />
c. Trazos en pendiente<br />
Paralelo al trabajo adelantado en el Centro Cívico, hay un<br />
hecho significativo que es necesario subrayar: corresponde<br />
a la solicitud de Carlos Arbeláez Camacho a Le Corbusier,<br />
el 12 de abril del mismo año, con el fin conocer la posible<br />
ubicación de un terreno para la construcción de un inmueble<br />
por <strong>parte</strong> del ICT. 26<br />
«Un Instituto de Habitación, de reciente fundación, quiere<br />
construir para sus afiliados un bloque de vivienda colectiva<br />
en altura en un lote cerca de las montañas y de acuerdo con<br />
el esquema que le envié, quiero saber si dicha construcción<br />
interrumpe con sus planes o no. En el segundo caso, estos<br />
señores podrían hacer tranquilamente sus negociaciones.<br />
Gracias por tu opinión en este caso. Espero que haya recibido<br />
mi carta anterior con noticias de Bogotá» [sic]. 27<br />
Tal acto reafirma la búsqueda de nuevos tipos de vivienda en<br />
la ciudad, además de estar asociada con otros planteamientos<br />
en las ordenanzas edificatorias, en gran <strong>parte</strong> gracias<br />
a la labor del arquitecto jefe de la sección técnica, Jorge<br />
Gaitán Cortés. 28<br />
Una semana después, el 19 de abril, Le Corbusier responde<br />
a Carlos Arbeláez informándole que remitirá a Sert-<br />
Wiener la doble inquietud: por una <strong>parte</strong>, para establecer la<br />
ubicación de los mercados en los diversos sectores y por<br />
otra, para conocer su posición con relación al inmueble en<br />
altura de la carrera 1.ª entre calles 13 y 14. 29<br />
La brevedad de la carta a Arbeláez contrasta con la enviada<br />
a Wiener y Sert, en la que, tras una serie de observaciones,<br />
hace referencia al inmueble en la zona indicada:<br />
En cuanto a mí, estoy muy contento de ver nacer, surgir estas<br />
iniciativas, pero hay que guiarlos. Esto es crucial. También,<br />
ustedes verán en el expediente de Arbeláez, un pequeño<br />
plano en donde se encuentra situada la cuadra considerada<br />
y donde se encuentra implantado el tipo de edificio que<br />
necesitamos imponer (es decir, una vivienda perfectamente<br />
orientada y de buen tamaño). Esta unidad excede la cuadra,<br />
que incluye estacionamiento y garaje. En otro plano anexo<br />
se encuentra indicado, a modo de principio, una serie de<br />
unidades que constituyen un sector. Estas unidades en las<br />
laderas (la pendiente de las colinas) es muy interesante solo<br />
conectarlos en lo alto a los automóviles y en lo bajo, a los<br />
peatones. Pero es necesario para estos sectores residenciales<br />
(edificios de apartamentos cualificados) imponer un<br />
estatuto imperativo.<br />
En este sentido, creo que incluso nosotros debemos ser llamados<br />
por los promotores de estas construcciones a título<br />
de expertos. Personalmente puedo hacer un acuerdo que les<br />
permitan establecer los planos con toda seguridad, conforme<br />
a nuestras exigencias urbanísticas por una <strong>parte</strong> y por otra, la<br />
ventaja de la enorme experiencia que adquirí en estas cosas.<br />
Les solicito ver, incluso con Arbeláez, cómo podría ser constituido<br />
un contrato tipo entre nosotros y aquellos que debemos<br />
guiar de la forma indicada anteriormente. Este hecho se repetirá<br />
mucho y nuestra intervención (realmente muy escasa,<br />
pero muy precisa) tendrá un valor inestimable. Wiener podría<br />
realmente examinar esta cuestión y discutirla con Bogotá.<br />
202 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Carta de solicitud de ubicación de un inmueble en la montaña (carrera 1. a y<br />
calles 13-14). © FLC H3-5-7.<br />
Le Corbusier, esquema para la ubicación de ocho unidades en la montaña,<br />
BOG 121-2, n.º 4198, 20 de abril de 1950. © FLC H3-5-4.<br />
Encontrarán adjunto a esta carta un archivo que les concierne<br />
(un plano y duplicado de la carta a Arbeláez, y también la<br />
carta a Arbeláez, más una copia de esta carta, además de<br />
una serie de planes similares a la anterior). Les pido que, si<br />
mis propuestas encuentran acuerdo, envíen de inmediato a<br />
Arbeláez todo un dosier, sin un minuto de retardo. 30<br />
Dos días más tarde, el 21 de abril, Le Corbusier responde a<br />
Wiener y Sert, haciendo referencia a un plano en el que se<br />
relaciona la ubicación del inmueble:<br />
Respuesta a la pregunta: la construcción de un inmueble colectivo<br />
en la carrera 1 entre calles 13 y 14, de acuerdo con<br />
su plano bosquejo que llamamos 12 de abril, 1/10.000, en<br />
nuestros dibujos.<br />
La respuesta de Le Corbusier es acompañada de dos esquemas.<br />
El el primero, H3-5-4, se observan ocho unidades<br />
dispuestas entre las sinuosas vías localizadas en la montaña,<br />
que contrastan con la cartesiana estructura vial, que toma<br />
como punto de referencia la plaza de Bolívar. Pese a lo esquemático,<br />
ya se pueden precisar los elementos relativos a<br />
la separación entre sistema vehicular y peatonal, disposición<br />
en la ladera y accesos al inmueble.<br />
El plan de BOG 121-2 n.º 4198 muestra en rojo la ubicación<br />
que aceptamos, que cubre un área más profunda dirigida<br />
hacia el sureste, pero aceptamos que podemos hacer un<br />
edificio de esta naturaleza, de acuerdo con los gálibos, indicado<br />
por nuestro plan BOG 121-2 n.º 4150. Exigimos que<br />
las «unidades de habitación de tamaño adecuado», basadas<br />
en la orientación y el terreno, y el volumen perspectivo en el<br />
paisaje, son también la mejor manera de ver su rendimiento<br />
y eficacia. Por lo tanto, su sociedad de construcción deberá<br />
tener en cuenta estos requisitos. Para su información y solo<br />
para usted, y no para otros, le ofrecemos el plano BOG 121-2<br />
n.º 4198, que indica la posibilidad de las otras unidades similares<br />
limitadas; sin embargo, en k, l, m, n, o, q, hay un asunto<br />
de arquitectura general y de eficiencia del plan. 31<br />
metros de largo, 24 de ancho y 60 de altura dispuesto sobre<br />
un terreno inclinado.<br />
El alzado presenta dos franjas: una vertical, ligeramente<br />
desplazada desde el centro, en la que se ubica el acceso y<br />
la circulación vertical; y una horizontal, que permite el acceso<br />
directamente desde la calle superior, en la que se ubica la<br />
«calle interior» (en este caso se señala 2690 metros de altura<br />
sobre el nivel del mar).<br />
El inmueble en ladera no es más que la adaptación a los<br />
planteamientos previos, que se remontan a las propuestas de<br />
1933 en Argel –Inmueble Ponsik y Lafon- y que más adelante<br />
serán consignadas en textos como Propos d’Urbanisme.<br />
A modo de ejemplo, esta la solución clara opuesta a la confusión<br />
de uso:<br />
Ciudad en pendiente o acantilado: En A, viviendas de cuatro<br />
plantas: las puertas deben estar sobre la calle, las fachadas<br />
La unidad es presentada con un esquemático alzado y planta;<br />
no por ello deja de ser revelador. Es un bloque de 137<br />
Le Corbusier, esquema para las unidades en ladera, BOG 121-2, n.º 4150,<br />
20 de abril de 1950. © FLC H3-5-5,<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
203
sobre la calle, la calle en zigzag, las casas zigzagueando,<br />
son un verdadero caos y la orientación de la casa es arbitraria.<br />
Fue necesario como mínimo, para poder desembocar,<br />
una calle abajo, una calle en cumbre, además de la calle en<br />
zigzag.<br />
En B, una sola calle en todos, la pendiente media; ascensores<br />
media altura. Economía en toda la línea. En lugar de<br />
confusión, la escala arquitectónica. El esplendor posible.<br />
Un punto crucial de la planificación...<br />
Resumamos: la ciudad, en lugar de convertirse en un pedregal<br />
implacable se convierte en un parque, etc. 32<br />
En su carnet de apuntes señala así mismo una reflexión similar,<br />
tras observar las viviendas que empiezan a ubicarse<br />
sobre la ladera de la montaña.<br />
En el segundo esquema, H3-5-2, el número de unidades<br />
aumenta a 11. Están dispuestas en forma perpendicular al<br />
sentido de la montaña y conforman tres franjas intercaladas<br />
entre sí. En una nota, escrita a un costado, se determina el<br />
estudio parcial de densidades, el cual arroja el dato de 320<br />
habitantes/Ha, producto de un sencillo cálculo: de las 11 unidades,<br />
9 son incluidas en un recuadro de 700 x 600 m, cada<br />
una contendrá –en promedio– 1500 habitantes, lo que da<br />
como resultado 13.500 habitantes en las 42 Ha. La rigurosa<br />
Le Corbusier, comparación entre la vivienda en ladera a lo largo de una vía continua y una zigzagueante. En: Propos<br />
d’Urbanisme, Bourrelier et Cie., París, 1946, p. 89. © FLC.<br />
Le Corbusier, esquema sobre la vivienda de montaña en Bogotá, en la que<br />
escribe: «en plan // no esto sino». Carnet 2 – D15, 1950, n. o 76. © FLC.<br />
204 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Le Corbusier, estudio parcial de densidades de las unidades de montaña<br />
BOG 102-5, n.º 4199, 20 de abril de 1950. © FLC H3-5-2.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: estudio del Centro Cívico. © FLC 31567.<br />
disposición contrasta con la forma ya establecida, que adoptan<br />
las vías que se adaptan a la topografía. La arquitectura<br />
no hace concesiones, por el contrario, es claro que se enfrenta<br />
a una naturaleza antagónica.<br />
Nuestro plano BOG 102-5, n.° 4199 presenta la ocupación<br />
máxima del terreno con once unidades, que permite calcular<br />
una densidad de 320 habitantes por hectárea, es una buena<br />
densidad para estas cosas. Estos edificios automáticamente<br />
garantizar la circulación de los peatones, aparcamiento,<br />
garaje, etc. 33<br />
Y para culminar la carta, hace un llamado para que exista un<br />
control sobre la forma que podrían adoptar esos inmuebles.<br />
Último asunto: consideramos esencial para continuar, que<br />
los planificadores (Le Corbusier, Wiener y Sert) sean adjuntados<br />
como asesores en la ejecución de dichos edificios, ya<br />
que sería peligroso dejar la iniciativa totalmente libre a Bogotá.<br />
Esto es por el bien de la causa. 34<br />
La respuesta, del 26 de abril, de Sert y Wiener a Carlos Arbeláez<br />
Camacho enfatizará el control que han de tener sobre<br />
el inmueble:<br />
En referencia a su consulta en el bloque de viviendas propuestas<br />
en la carrera 1.ª entre calles 13 y 14, estamos de<br />
acuerdo con Le Corbusier que cualquier edificio de tal tipo<br />
requiere un estudio especial que afecta el plan de Bogotá,<br />
debe ser presentado a la OPRB y debe ser remitido a nosotros<br />
antes de tiempo. En este caso particular, la carta de Le<br />
Corbusier, croquis y diagramas deben ser conservados por<br />
usted de manera confidencial. Para la determinación de seguir<br />
sería necesario saber qué tipo y tamaño de bloque están<br />
contemplando, que cantidad de tierra que poseen y cuánta<br />
van a comprar, etc, y el programa, lo más definido posible,<br />
de sus intenciones.<br />
Todas estos datos deben ser remitidos a su oficina y remitido<br />
a nosotros. 35 [sic]<br />
Y de repente, un gran silencio frente al inmueble en la ladera…<br />
36<br />
d. Palabras de advertencia… «táctica»<br />
Con relación a la vivienda, en el plano FLC 31567 del 30 de<br />
mayo de 1950 hay un dato que es necesario destacar. En la<br />
<strong>parte</strong> inferior, a lo largo de la carrera 10.ª, los bloques que se<br />
han ido planteando, se separan y dejan una zona más amplia<br />
–entre la avenida Jiménez y la calle 22– en la que se lee<br />
redents. Ahora tres bloques se ubican hacia la calle 26 y 5,<br />
entre la calle 6.ª y la avenida Jiménez. En la <strong>parte</strong> superior y a<br />
la altura de la carrera 4.ª, seis bloques mantienen las mismas<br />
condiciones que los planes precedentes. Un nuevo tipo de<br />
vivienda se plantea junto al inmueble en espina.<br />
Un dato registrado en la carta del 21 de junio, enviada<br />
por Sert y Wiener a Le Corbusier, no deja de ser un indicio de<br />
las diferencias entre los intereses entre los dos «grupos» que<br />
vienen desarrollando el Plan Piloto. En efecto, la sugerencia,<br />
o mejor aún, la advertencia que para obtener la aprobación<br />
es conveniente presentar los planos en dos dimensiones:<br />
Con el fin de obtener la aprobación del Plan Piloto sin dilaciones<br />
indebidas, parecería, como táctica importante, no<br />
presentarlo en tres dimensiones, en este momento. Este aspecto<br />
debe ser planteado inmediatamente después cuando<br />
se haya obtenido la aprobación oficial de las directivas del<br />
Plan Piloto. De esta manera será más fácil llevar a cabo tanto<br />
en el plano de zonificación, calles y la red de vías, y sus<br />
ideas tridimensionales cuando sea la realización final.<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
205
Repetimos, le agradeceríamos si nos enviara sus planes en<br />
su estado actual sin ningún tipo de rendering, para mantenernos<br />
completamente informados y que nos permita hacer<br />
las consultas que tenemos que cumplir el contrato. 37 [sic]<br />
Una semana después, y pese a que afirman la condición tridimensional<br />
para pensar la ciudad, Sert y Wiener reinciden<br />
en su solicitud de no hacer evidente –ante las autoridades<br />
municipales– el alto grado de afectación previsto en el centro<br />
de la ciudad. Mientras para Sert y Wiener la ciudad es un<br />
objeto de afectación inmediata determinado por las variables<br />
de turno, para Le Corbusier, la ciudad excede y se sobrepone<br />
a los intereses administrativos, la ciudad exige y reclama<br />
su autonomía.<br />
Su plano BOG 4208 acaba de llegar. Los planos BOG 4201-2<br />
han sido recibidos previamente. Nos gustaría hacer algunas<br />
observaciones para su consideración, además de lo que ya<br />
hemos dicho en nuestra última carta, del 21 de junio, en el<br />
que abogamos, por razones tácticas, la omisión de cualquier<br />
indicación tridimensional en el Plan Piloto para la presentación<br />
dibujos que usted presentará en Bogotá. Todos estamos<br />
de acuerdo, por supuesto, que la planificación de la ciudad<br />
se ha de hacer en tres dimensiones, y que la planificación de<br />
carreteras y la zonificación (plan de uso de la tierra) deben<br />
tomar esto en cuenta. Pero si las tres dimensiones no se representan<br />
en este momento, será mucho más fácil conseguir<br />
la aprobación, sin perjuicio de lo dispuesto en el futuro. 38<br />
En las observaciones <strong>tercera</strong> y cuarta subrayan la idea de<br />
no presentar bloques tipo Marsella o lo que es más preciso:<br />
rechazar el plan tipo Ville Radieuse. Tal vez aquí se encuentre<br />
un tema para discutir, ya que si evidentemente las unidades<br />
propuestas se asemejan al bloque –en construcción– de<br />
Marsella, no dejan de ser más que la exploración desarrollada<br />
desde 1907 como Le Corbusier mismo lo ha señalado<br />
reiteradamente, y que se han planteado como Unidades de<br />
Habitación de Tamaño Conforme (UHTC).<br />
Observación # 3. En cuanto a H-2, este diseño, por supuesto,<br />
lo ideal, pero creemos que sería muy difícil para las<br />
autoridades de Bogotá para realizar en este momento las<br />
ventajas de veinticuatro edificios del tipo de Marsella. Los<br />
medios financieros y otros factores necesarios para esto no<br />
se encuentran disponibles en este momento de crisis en Colombia.<br />
Al margen de este razonamiento, sin duda provocaría una<br />
tormenta de oposición innecesariamente y en el momento<br />
equivocado. Como el plan maestro se desarrolla, los edificios<br />
de este tipo debe ser defendidos en etapas progresivas.<br />
Ya que no sirven para ningún propósito útil en este momento<br />
para insistir en una representación tridimensional<br />
de una empresa tan grande, se recomienda que el piloto del<br />
Plan Estatal de escritura que sólo en las zonas destinadas<br />
para los edificios altos y bajos.<br />
Observación # 4. En [Con] relación a H-3, el mismo argumento<br />
es válido para las residencias del tipo Ville Radieuse.<br />
En el Plan Piloto se sugiere que el estudio del Centro Cívico<br />
se limitará a la zona justo detrás del Capitolio, una vez<br />
más la omisión de cualquiera de las tres dimensiones de<br />
expresión, por el momento, pero debe hacerse con el Plan<br />
Maestro, cuando tengamos la información completa de los<br />
edificios existentes, que ahora falta. 39<br />
Una vez más, Le Corbusier manifiesta su inconformidad ante<br />
un silencio preocupante…<br />
Proyecto<br />
De 1907 a 1950, mi investigación fue incansable: la vivienda<br />
considerada como el templo de la familia, digna del esfuerzo,<br />
de la atención y el amor de los constructores; ¡la vivienda,<br />
preocupación sagrada, debe ser así! La vivienda ,el hogar,<br />
actualmente, cayó a lo más bajo de la especulación bajo<br />
la indiferencia de los profesionales.<br />
Le Corbusier, L’Unité d’Habitation de Marseille, 1950. 40<br />
a. FLC 605 - 30 de junio de 1950<br />
Finalmente, la vivienda en el Centro Cívico del Plan Piloto<br />
será ubicada perimetralmente en cuatro grandes sectores,<br />
FLC 604,, en los cuales es posible identificar las siglas Hepp<br />
y Hred. 41<br />
La propuesta para la vivienda no se remite sólo a la zonificación,<br />
como era habitual en el urbanismo más pragmático.<br />
Por el contrario, en la propuesta para el Centro Cívico, FLC<br />
605 del 30 de junio de 1950, especifica el tipo de arquitectura<br />
que se ha de desarrollar en cada uno de los sectores, incluyendo<br />
las zonas intersticiales, que albergan los servicios<br />
comunes y prolongaciones de la vivienda.<br />
En efecto, la vivienda presenta dos de los tipos que señala<br />
Le Corbusier como los adecuados, de acuerdo con la<br />
naturaleza del sitio, la orientación y el clima; estos son el bloque<br />
en espina y el bloque en redent. 42<br />
De acuerdo con el plano, hay 22 unidades 43 y cuatro bloques<br />
en rediente, distribuidos en cuatro sectores.<br />
El sector noroccidental, Hepp, ha quedado definido entre<br />
la avenida Jiménez y la calle 26, bajo la carrera 4.ª. 44 Son<br />
cinco unidades que se ubican sobre el extenso sector y claramente<br />
separan al peatón de los vehículos. Dada la proximidad<br />
a la carrera 7.ª, la principal vía de la ciudad, tres vías<br />
vehiculares conectan con la carrera 4.ª. La zona comprende<br />
zonas deportivas y equipamientos. El sector, al costado sur<br />
de la avenida Jiménez, que en los planes anteriores se observaban<br />
las dos posiciones: bloques de vivienda orientados<br />
oriente-occidente o los bloques que mantienen el sentido de<br />
las calles y carreras.<br />
El segundo sector se ubica en la zona noroccidental, entre<br />
las carreras 10.ª y 14, y entre avenida Jiménez y la calle<br />
26; es señalado como Red, es decir, que contempla el desarrollo<br />
de los bloques en redent, aunque no sea únicamente<br />
este tipo, ya que en el mismo sector se propondrán bloques<br />
en espina. Son nueve unidades, divididas en dos grupos: el<br />
primero, localizado en el costado oriental de la carrera 10.ª,<br />
contiene cuatro unidades con una ligera rotación con relación<br />
a las demás, y el segundo comprende cinco unidades<br />
y una zona que contiene dos bloques en redents. Este segundo<br />
grupo se ubica entre las carreras 10.ª y 14, entre la<br />
avenida Jiménez y la calle 26. Así mismo se observan dos<br />
grandes bloques en rediente.<br />
El tercero, en la esquina suroccidental, entre la calle 6 y la<br />
avenida Jiménez, señalado Hepp, comprende 8 unidades en<br />
espina, dispuestas sobre un tejido continuo verde, en el que<br />
206 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: Centro Cívico BOG 4212, 30 de junio de 1950.<br />
© FLC 604.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: Centro Cívico BOG 4220, 30 junio 1950, se resaltan los edificios de vivienda: en<br />
rojo las unités, en azul, los edificios en redents © FLC 605,<br />
Le Corbusier, Unidad, tipos de volúmenes edificados. © FLC 605, detalle.<br />
se observan equipamientos y senderos peatonales. Las vías<br />
de acceso vehicular son paralelas a las vías principales.<br />
El cuarto sector se ubica en la zona suroriental, entre las<br />
carreras 4.ª y 10.ª, entre las calles 5 y 8; contempla vivienda<br />
en redientes, de acuerdo con la denominación Hred, pero es<br />
necesario que, al igual que en el segundo sector, sea posible<br />
la vivienda en espina; está conformado por dos bloques en<br />
redent y dos unidades que mantienen el sentido del trazado<br />
cartesiano colonial, es decir, se ubican en paralelo, tanto a la<br />
calle 6 como a la carrera 7.ª.<br />
***<br />
La pregunta que emerge inmediatamente es ¿qué es la unidad?,<br />
en virtud de que hasta el momento han sido unos trazos<br />
los que han ido portando su contenido durante el proceso<br />
de desarrollo del Centro Cívico:<br />
La unidad de habitación es la porción del espacio edificado<br />
en la que se desenvuelve la vida diaria: no comprende los<br />
lugares de trabajo, los centros culturales y administrativos, ni<br />
los lugares de esparcimiento.<br />
Está constituida por un conjunto de construcciones y terrenos<br />
plantados y libres que comprenden las viviendas y sus<br />
prolongaciones, así como las circulaciones necesarias en el<br />
interior de la «unidad».<br />
Las distancias horizontales son suficientemente reducidas<br />
para que sea necesario prever algún medio de transporte<br />
mecánico en el interior de su territorio.<br />
La unidad de Habitación es el órgano constitutivo elemental<br />
de la ciudad.<br />
Su noción debe reemplazar en el espíritu del constructor a<br />
la de la mera morada individual que solo sirve para resolver<br />
algunos de los problemas de la vivienda.<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
207
«La unidad de Habitación» se opone estéticamente, por otra<br />
<strong>parte</strong>, al principio de construcción fragmentada de las ciudades<br />
actuales, basado en la existencia de la pared «medianera»<br />
y sus horrendas consecuencias. 45<br />
Por lo tanto, los trazos que en apariencia eran efectuados<br />
con cierta despreocupación, no son más que la más profunda<br />
reflexión sobre la vivienda desarrollada por Le Corbusier.<br />
La investigación paciente no es más que la búsqueda de un<br />
instrumental. La unidad es entendida como un instrumento,<br />
como una herramienta:<br />
Los instrumentos asumirán la forma de «unidades» arquitectónicas<br />
animadas, en cada caso de un rigor biológico, que<br />
es el único capaz de responder a las tareas. Una medida de<br />
tiempo limitará la distribución de espacios: la medida solar<br />
de las veinticuatro horas cotidianas que marca el ritmo de<br />
nuestra empresa y nuestros actos. 46<br />
Señalar unidad no significa hablar de algo unitario, implica<br />
reconocer la sumatoria de <strong>parte</strong>s que la conforman, enfatizar<br />
el hecho de que por sí misma la vivienda no conforma la<br />
ciudad, que necesita de otros hechos urbanos que la complementen,<br />
que la prolonguen:<br />
La herramienta es aquello que prolonga eficazmente los<br />
miembros humanos. Esta acepción puede extenderse a<br />
ciertos productos del ingenio humano, también destinados a<br />
secundar la persona: la vivienda es instrumental, el camino,<br />
el taller, y así sucesivamente. 47<br />
Es así que Le Corbusier señalará que las unidades de habitación<br />
están conformadas por la vivienda misma y las prolongaciones:<br />
unidades de habitación (vivienda y prolongaciones de la vivienda).<br />
Aquí se habla de instrumental, de instrumentos de la<br />
vivienda puestos en manos de seres vivientes, según constantes<br />
psicofisiológicas debidamente reconocidas, inventariadas<br />
por personas competentes (biólogos, médicos, físicos y<br />
químicos; sociólogos y poetas). Dichos útiles tienen por objeto<br />
facilitar las condiciones de la existencia, asegurar la salud<br />
moral y física de los habitantes, favorecer la perpetuación de<br />
la especie brindando los equipos necesarios para una crianza<br />
perfecta, proporcionar la alegría de vivir y hacer aparecer y<br />
desarrollar sentimientos sociales capaces de conducir al civismo:<br />
el civismo generador de acción que lleva a la comuna<br />
misma al grado más alto de conciencia y dignidad. 48<br />
Los dos elementos serán así mismo definidos:<br />
Vivienda: El núcleo es, aquí, un recipiente que responda a<br />
ciertas condiciones y establezca relaciones útiles entre el<br />
medio cósmico y los fenómenos biológicos humanos. Un<br />
hombre (o una familia) vivirá allí, durmiendo, caminando, escuchando,<br />
viendo y pensando. Inmóvil o circulante, una superficie<br />
justa le es necesaria así como una altura de locales<br />
apropiada para sus acciones. Muebles o utensilios son allí<br />
como la prolongación de sus miembros o funciones. Necesidades<br />
biológicas impuestas por hábitos milenarios y que han<br />
servido, poco a poco, para construir su propia naturaleza, requieren<br />
la presencia de elementos y condiciones precisas, so<br />
pena de extenuación: sol, espacio, verdor. Para sus pulmones,<br />
aire de calidad adecuada. Para sus oídos, una cantidad<br />
suficiente de silencio. Para sus ojos, una luz favorable, etc. 49<br />
Le Corbusier ha construido con la vivienda, un interior en<br />
donde se perpetúan las tradiciones, se brindan las condiciones<br />
biológicas básicas y se asegura el espacio necesario<br />
para el reposo y la vida familiar, necesario para el desarrollo<br />
de las actividades humanas. Cultura, vida y sociedad, reunidos<br />
bajo un mismo espacio.<br />
Pero allí no reside la totalidad de la propuesta. La vivienda,<br />
para que conforme la unidad, requiere de las prolongaciones<br />
de la vivienda:<br />
Las prolongaciones de la vivienda son de dos tipos: estrictamente<br />
materiales, en primer término: el abastecimiento doméstico,<br />
el servicio sanitario, el mantenimiento y perfeccionamiento<br />
físico del cuerpo. En segundo término, de alcance<br />
más especialmente espiritual: la guardería, el jardín de infantes,<br />
la escuela primaria, el taller de la juventud. 50<br />
Cuerpo y espíritu, opuestos necesarios en la obra de Le Corbusier,<br />
una vez más vuelven a estar presentes.<br />
b. La unidad<br />
Cada unidad es un bloque de 135 m de largo, 24 m de ancho<br />
y 50 m de altura. Presenta tres franjas definidas claramente:<br />
planta baja en la que se ubican los pilotis que sostienen el<br />
suelo artificial, un cuerpo central y la cubierta habitable.<br />
Está a mitad de camino entre la zona de parqueaderos,<br />
que a la vez, está comunicada directamente con las vías vehiculares<br />
y con la zona verde, en donde se disponen los servicios<br />
comunes y prolongaciones de la vivienda.<br />
Es <strong>parte</strong> de un sistema conformado vehículos-parqueaderos-unidad-zona<br />
peatonal. Es así que la unidad actúa a<br />
modo de «filtro» entre los dos sistemas de circulación, cada<br />
uno claramente diferenciado. El acceso, por lo tanto, está<br />
localizado de espaldas al sistema vehicular y de frente a la<br />
zona peatonal.<br />
Señalar la unidad a modo de filtro no es otra forma más<br />
que hacer una señal a las constantes referencias biológicas<br />
en la obra de Le Corbusier. 51 Un filtro que permite el funcionamiento<br />
de dos sistemas que han de estar claramente separados:<br />
el del vehículo y el del peatón. Dispuestos sobre la<br />
zona verde, se encuentran los equipamientos complementarios:<br />
escuelas maternales, de primaria, salas de reunión para<br />
jóvenes y adultos.<br />
Es evidente que la forma adoptada por las unidades corresponde<br />
a las Unidad de Habitación de Marsella. Pero más<br />
que dicha unidad, es más pertinente hablar de las Unités<br />
d’Habitation de Grandeur Conforme o Unidades de Habitación<br />
de Tamaño Conforme (UHTC). En el Vol. 4 de la Œuvre<br />
Complète, Le Corbusier –haciendo uso de la <strong>tercera</strong> persona–<br />
las define como un prototipo, una propuesta formal para<br />
las condiciones de vida de la época maquinista.<br />
Se ofrecía toda libertad a Le Corbusier expresar por primera<br />
vez, y de una manera total, sus concepciones sobre el hábitat<br />
moderno destinado a la clase media, con la posibilidad para<br />
él de abordar con este motivo, los graves problemas del estado<br />
actual, es decir: Determinación del hogar (distintos tipos<br />
de apartamentos que corresponden a las distintas formas de<br />
hogar: solteros, parejas, familias con 2, 4, 6 niños y más);<br />
Prefabricación de los elementos del hogar;<br />
Estructura independiente;<br />
208 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: detalle de la fotografía de la<br />
maqueta del Centro Cívico. © Archivo Pizano.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: detalle de una Unidad y sus<br />
vías de acceso. © FLC 605.<br />
Le Corbusier, LA VILLE RADIEUSE. Éléments d´une doctrine d´urbanisme pour<br />
l´equipement de la civilisation machiniste, Vincent, Fréal, París, 1935, p. 41:<br />
Lóbulo pulmonar. © FLC.<br />
Cuestiones de luz y de sol;<br />
«Prolongaciones del hogar»;<br />
«Instalación de los servicios comunes». 52<br />
El conjunto de imágenes que acompañan la presentación del<br />
prototipo corresponde al segundo estudio 53 desarrollado por<br />
Le Corbusier para el proyecto de Marsella, localizado sobre<br />
el Boulevard Michelet, pero en el costado opuesto al terreno<br />
definitivo:<br />
El segundo estudio se hizo para el bulevar Michelet, en prolongación<br />
del Prado, terreno plano admirablemente situado<br />
en un barrio más bien fácil. La unidad bajo su forma más<br />
pura se orienta este-oeste que recibe el mistral sobre su lado<br />
de albañilería ciego situado al norte. 54<br />
El terreno, contrario al primer emplazamiento, es plano, ideal,<br />
así mismo, de tres bloques de tamaños diversos, dispuestos<br />
perpendicularmente entre sí, ahora se observa un solo<br />
bloque rodeado de un conjunto de volúmenes de menor tamaño.<br />
En efecto, los equipamientos aún no están incorporados<br />
a la unidad, FLC 26298. Están organizados y articulados<br />
entre sí, por medio de un cartesiano sistema de senderos. El<br />
principal, ubicado sobre el costado occidental al final de un<br />
sendero arborizado y uno perpendicular que atraviesa la unidad,<br />
del cual se desprenden otros menores que comunican<br />
con los diversos volúmenes señalados. En su texto sobre la<br />
Unité, Jacques Sbriglio escribe:<br />
Todos los elementos del programa, propios de la vida de<br />
una unidad, están ahora claramente definidos e ilustrados<br />
en el proyecto. Así están previstos: una escuela maternal,<br />
una guardería, un club de juventud modelo «murondin» y<br />
una piscina. 55<br />
El otro aspecto que es necesario señalar es la separación<br />
entre vehículo y peatón. El primero ha de rodear la unidad,<br />
hasta llegar al parqueadero localizado en el costado oriental,<br />
de «espalda» al acceso principal.<br />
Por su <strong>parte</strong>, las unidades del Centro Cívico manifiestan<br />
el mismo sentido: la circulación peatonal y vehicular están<br />
separadas. Los accesos se ubican hacia el «centro» de las<br />
grandes manzanas, dan la espalda a las vías principales. Por<br />
lo tanto, los senderos que recorren ese centro verde, a modo<br />
de gran parque, o park-way americano 56 , organizan los equipamientos<br />
al servicio de las unidades.<br />
c. El cuerpo central<br />
De acuerdo con las fotografías de la maqueta del Centro<br />
Cívico desarrolladas por el laboratorio de Lucien Hervé en<br />
París, es posible determinar los rasgos principales de las<br />
unidades.<br />
Dos franjas verticales, una horizontal y una variada rejilla<br />
constituyen los elementos con que se «compone» la fachada<br />
de las unidades.<br />
La primera franja vertical corresponde a la circulación<br />
vertical, que a modo de prolongación de las vías públicas,<br />
ingresa en el inmueble. En la <strong>parte</strong> inferior se ubica el acceso<br />
principal, descentrado un tercio de la longitud del bloque<br />
hacia el costado norte. La vertical se prolonga hasta que<br />
emerge en la cubierta y contiene la caja de ascensores y<br />
escaleras.<br />
La segunda franja, ubicada siempre hacia el sur, es el testero<br />
de los apartamentos que se orientan en esa dirección.<br />
Le Corbusier, perspectiva del proyecto Marsella-Michelet – MMI 3787 (8 de<br />
marzo de 1946). © FLC 26295.<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
209
Le Corbusier, planta de localización del proyecto de Marsella-Michelet – MMI 3794 (10 de mayo de 1946). © FLC 26298.<br />
210 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
En el sentido horizontal, está dividida en tres franjas, de<br />
acuerdo con las 17 plantas: 6-2-9. En la primera y <strong>tercera</strong><br />
se ubican los apartamentos dúplex ascendentes y descendentes,<br />
organizados a lo largo de un corredor central. En la<br />
franja intermedia, plantas 7 y 8, cota 22,5 m, se ubican los<br />
servicios comunes: cafés y locales comerciales.<br />
d. La cubierta<br />
En la cubierta, ubicada a 50 m de altura, se reconocen tres o<br />
volúmenes. No es posible precisar un solo tipo de cubierta.<br />
Sobresale el volumen de las escaleras y otros que pueden<br />
ser los equipamientos dedicados al cuerpo, como el gimnasio<br />
y las salas de cultura física.<br />
¿Qué es un apartamento?<br />
Al observar la fachada del inmueble es posible reconocer<br />
que no hay un solo tipo de apartamento. Esto de por sí, ya<br />
amplía la dimensión de la afirmación precedente: la célula<br />
ha de estar a escala humana: a escala de la familia. Ante la<br />
crítica a la tipificación de la vivienda, en la que se afirma que<br />
no hay dos hombres iguales, por lo tanto cada vivienda ha de<br />
ser distinta, es posible preguntarse ¿es igual el hombre a lo<br />
largo de su vida? ¿Cuál es verdadero sentido de la vivienda<br />
hoy en día? ¿Nacemos y morimos en la misma cama como<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: fotografía de la maqueta del<br />
Centro Cívico. © FLC L1-4-20.<br />
e. El apartamento<br />
La afirmación: «Una célula a escala humana está en la base»<br />
haciendo referencia a la «ciudad moderna» que le significó<br />
la Cartuja de Ema en la Toscana, 57 implica una doble lectura,<br />
por una <strong>parte</strong>, la afirmación implica la dimensión de la unidad<br />
mínima, básica; pero por otra <strong>parte</strong>, es allí en donde se<br />
encuentra la base misma de la estructura a la que pertenece:<br />
la ciudad. El reconocimiento y planteamiento de la ciudad<br />
empieza desde la unidad básica: el apartamento.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: fotografía de un detalle de la<br />
maqueta del Centro Cívico. © FLC L1-4-21.<br />
Le Corbusier, proyecto Plan Director para Bogotá: fotografía de la<br />
maqueta del Centro Cívico. © Archivo Pizano.<br />
Le Corbusier, “El hombre urbanizado” en Architecture du Bonheur: l’urbanisme<br />
est une clef, Forces Vives, París, 1955. © FLC.<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
211
en épocas anteriores? No es posible determinar un tipo único<br />
y homogéneo de familia, por lo tanto no es posible precisar<br />
un solo tipo de apartamento.<br />
Dada la orientación, se comprende que la circulación es<br />
central. Los apartamentos, por lo tanto, pueden presentar<br />
fachada hacia ambos lados o hacia uno solo. Así mismo, la<br />
modulación permitirá el desarrollo de los diversos tipos, que<br />
se ensamblan tras la constante rejilla conformada por brisesoleil<br />
y jardines suspendidos a modo de loggias.<br />
Una vez más, señalar que un sencillo trazo contiene una<br />
profunda investigación que se remonta a 1907. Pero será<br />
entre 1928 y 1937, el periodo en que Le Corbusier y Pierre<br />
Jeanneret desarrollan una serie de proyectos denominados<br />
Immeubles Locatifs, 58 los cuales constituyen un puente entre<br />
los Immeubles-Villa de 1922 y 1925 y las unités de posguerra<br />
y, así mismo, son un laboratorio de investigación sobre los<br />
problemas pertinentes a la vivienda colectiva en altura y su<br />
relación con la ciudad.<br />
Unidad<br />
«La casa de familia es una ilusión demagógica», 59 afirma Le<br />
Corbusier. La frase no esconde un mayor enigma. Por el contrario,<br />
sentencia el sentido que se le ha usurpado a la vivienda,<br />
a la arquitectura de la vivienda.<br />
La pregunta que emerge es ¿de qué forma un apartamento<br />
recupera el significado usurpado? La respuesta puede<br />
ser expresada de forma breve: para Le Corbusier, la ciudad<br />
empieza desde el apartamento.<br />
Contrario a la idea del urbanismo que zonifica, la idea<br />
de ciudad encuentra su origen en la idea de hogar misma,<br />
en la reunión en torno al fuego. «EFICIENCIA DEL GRUPO FA-<br />
MILIAR». Viejas palabras precisan el profundo y permanente<br />
significado: «EL FUEGO», «EL HOGAR», 60 señalará. El sentido<br />
primigenio de reunirse en torno al fuego para preparar los<br />
alimentos, para perpetuar tradiciones y costumbres ha ido<br />
desapareciendo.<br />
Otra lectura podría considerar la cocina como el espacio<br />
en el apartamento en el que se comprende la idea de fuego,<br />
Le Corbusier, Trabajos colectivos. Esquema que relaciona los servicios colectivos y la Unidad, en Le Corbusier, LA VILLE RADIEUSE. Éléments d´une doctrine<br />
d´urbanisme pour l´equipement de la civilisation machiniste, Vincent, Fréal, París, 1935, p. 36. © FLC.<br />
212 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
desde el cual empieza el verdadero sentido de ciudad. Basta<br />
pensar que la cocina es el lugar de encuentro y agrupación y<br />
a la vez es el lugar en el que convergen con más exactitud los<br />
servicios de la ciudad: luz, agua, gas, electricidad, así como<br />
los medios para la evacuación. Es así que la eficiencia y planificación<br />
urbana ha de empezar desde la cocina misma.<br />
La sociedad moderna debe reconsiderar los métodos de su<br />
agrupación familiar y, para ello, mencionar las definiciones<br />
fundamentales: el fuego, el hogar, la cocina, la sala son una<br />
sola y misma cosa. Y allí se tiene el grupo familiar. 61<br />
***<br />
Concluir haciendo énfasis en la cocina como el espacio privilegiado<br />
para el desarrollo de la ciudad pone de manifiesto el<br />
hecho de considerar el Plan Piloto para Bogotá como el punto<br />
de encuentro entre dos posiciones, como ya se ha señalado:<br />
partir del reconocimiento de los significados implícitos en<br />
los elementos de la arquitectura o partir de la ciudad a partir<br />
de «novedosas» explicaciones que hace uso de discursos,<br />
lógicas e intereses ajenos a la ciudad misma.<br />
En otras palabras, el Plan Piloto es el escenario entre la<br />
búsqueda del equilibrio entre la ciudad y su arquitectura<br />
contra aquella idea del urbanismo desarrollado bajo el lente<br />
del pragmatismo que obedece a leyes externas a la lógica<br />
misma de la ciudad, como lo son las exigencias particulares<br />
que subordinan las colectivas.<br />
Le Corbusier no ocultará su desencanto frente a los hechos<br />
ocurridos en Bogotá, pese a que manifestaba abiertamente<br />
la importancia del plan en el que podría por primera<br />
vez desarrollar sus teorías precedentes, 62 articulando lo urbanístico<br />
con el territorio, pero ante todo, partiendo desde lo<br />
arquitectónico. Su interés se concentrará en el desarrollo de<br />
Chandigarh y la iglesia en Ronchamp.<br />
Pero tal vez se la confrontación de los dos modelos de<br />
hayan conducido a que la ciudad perdió una oportunidad<br />
de ser concebida a partir de principios colectivos, y no la<br />
construcción de una ciudad en la que los intereses privados<br />
subordinan lo colectivo.<br />
El momento fue preciso. La administración municipal disponía,<br />
gracias a los entes correspondientes, de las herramientas<br />
para construir ciudad. Pero, ante la oportunidad de repartir<br />
el «pastel», las «autoridades» reconocen que lo público,<br />
lo de los «demás», puede ser lo privado, lo «mío».<br />
La propuesta presentada por Le Corbusier y Wiener y Sert<br />
pronto será criticada; aún más, será descalificada, y será necesario<br />
otro plan, en el que la urbanización de la periferia desencadenará<br />
la desmedida expansión por la sabana de Bogotá.<br />
Unas palabras de Le Corbusier, publicadas poco tiempo<br />
atrás, ya anticipaban quiénes serían las «víctimas» de la pérdida<br />
de claridad frente a la planificación de la ciudad:<br />
Las víctimas no son los satisfechos, los repletos que el empuje<br />
de los tiempos modernos despierta en medio de sus<br />
hábitos. Las víctimas son los humildes. Egoísmos abominables,<br />
intereses voraces hacen circular rumores, fomentan<br />
ambientes, alimentan una literatura especial redactada por<br />
«trovadores» humildemente ligados a su labor cotidiana en<br />
el diario, hombres que emplean la pluma, que no conocen<br />
la materia con que hacen sus escritos, nada deseosos de<br />
investigar o de información real, decididos a no modificar<br />
en nada un punto de vista que es la base misma de su ganapán.<br />
63<br />
Y la historia aún continúa…<br />
Juan Carlos Aguilera: arquitecto (1991) y magíster en Historia y Teoría de la<br />
Arquitectura (1998) por la Universidad Nacional de Colombia, en donde<br />
es profesor asistente. Actualmente desarrolla su tesis doctoral, El Immeuble<br />
Locatif. Le Corbusier y Pierre Jeanneret, 1928-1937, en el Departamento<br />
de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad Politécnica de<br />
Cataluña.<br />
1 Le Corbusier, L’Unité d’Habitation de Marseille, Le Point, París, 1950, p.<br />
23.<br />
2 Le Corbusier, Œuvre Complète, 1946-1952, Les Editions d’Architecture,<br />
Zúrich, 1953, pp. 42-47.<br />
3 FLC 605-4220. Plano a escala 1:2000, dibujado sobre un pliego de 160 x<br />
96,2 cm.<br />
4 Le Corbusier, Manière de penser l’Urbanisme, Éditions de l’Architecture<br />
d’Aujourd’hui, Urbanisme des CIAM, ASCORAL, Boulogne, 1946, p.110.<br />
5 El primer viaje de Le Corbusier a Bogotá se desarrolla entre el 16 y el 24<br />
de junio de 1947, gracias a la invitación del alcalde Fernando Mazuera, a<br />
través de Eduardo Zuleta Ángel, miembro de la delegación de Colombia<br />
ante la ONU.<br />
6 El Instituto de Crédito Territorial (ICT) fue creado por medio del Decreto Ley<br />
200 de 1939, durante la administración del presidente Eduardo Santos, en<br />
«la que comprometió a la Nación, a los departamentos y a los municipios,<br />
bajo fórmulas reales y efectivas, en la función de fomentar la construcción<br />
de habitaciones higiénicas para los trabajadores del campo».<br />
7 El ATBAT (Atelier de Bâtisseurs) fue creado en 1947 en París, bajo iniciativa<br />
de Le Corbusier. Es una estructura que asocia una oficina de estudios,<br />
cuyo administrador es Jean-Louis Lefebvre, y un taller de arquitectura –el<br />
atelier de la rue de Sévres 35-; Marcel Py es el encargado de coordinar<br />
con el ATBAT. El estudio y realización de la Unité d’Habitation de Marseille<br />
constituye su primer encargo, el director técnico es Vladimir Bodiansky<br />
y su ayudante e interlocutor será un joven arquitecto, André Wogenscky.<br />
Este último será el que Le Corbusier propone para coordinar las labores<br />
de la filial del ATBAT en Colombia.<br />
8 FLC H3-4-307, carta de J. V. Garcés Navas a Le Corbusier, Bogotá, 23 de<br />
junio de 1947.<br />
9 En 1942, por medio del Decreto Ley 1579, el Estado amplió el radio de<br />
acción del ICT a los problemas de vivienda urbana y dispuso que tal entidad<br />
«tendrá una nueva sección, dotada de capital propio y a cuyo cargo<br />
correrá el suministro de préstamos para las viviendas populares urbanas»<br />
y que dicho capital será suscrito y pagado totalmente por el Estado. Pero<br />
será solo hasta 1948 que toma participación más activa en la construcción<br />
de vivienda en la ciudad. El ICT desarrollará un papel fundamental<br />
en el desarrollo de la vivienda colectiva estatal en Colombia, gracias a las<br />
iniciativa de su gerente entre 1939 y 1947, J. V. Garcés Navas.<br />
10 Ib.<br />
11 En los años 30, la formulación de la ciudad enfatizaba la necesidad<br />
de pensar la vivienda (logis), especialmente en el Lyrisme des Temps<br />
Nouveaux (1939); pero es a partir de los años 40 en que la relación logis<br />
y prolongements será una constante en sus textos: Les trois établissements<br />
humains (1945), Manière de penser l’urbanisme (1946), Propos<br />
d’urbanisme (1946), Unité d’Habitation de Marseille (1950), L’urbanisme<br />
des trois établissements humains (1956).<br />
12 J. Bézard, Commelin, J. Coudoin, Hya Dayre, Dubreuil, Le Corbusier,<br />
Lyritz, Hanning Aujame, De Looze, Une civilisation du travail, Les trois<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
213
étabissements humains, Denoël, Collection urbanisme des CIAM ASCORAL<br />
Section 5a et 5b, Boulogne, 1945, p. 198.<br />
13 FLC H3-4-307, 23 de junio de 1947, óp. cit.<br />
14 Los primeros esquemas son de agosto de 1945, para el primer terreno. La<br />
primera piedra será colocada el 14 de octubre de 1947.<br />
15 Es necesario anotar que, pese a que el proyecto no será desarrollado<br />
por Le Corbusier, la solución adoptada no dista de las propuestas para la<br />
Ferme Radieuse, de 1933. El director será Jorge Gaitán Cortés, arquitecto<br />
de la Universidad Nacional con máster en Yale University, presidente de<br />
la Sociedad Colombiana de Arquitectos, arquitecto jefe de Edificios Nacionales<br />
en el Ministerio de Obras Públicas, arquitecto jefe de la Sección<br />
Técnica del ICT y primer delegado de Colombia ante los CIAM.<br />
16 «De acuerdo con las conversaciones que tuvimos con usted durante su<br />
permanencia en Bogotá, nos permitimos pedirle se sirva consultarle al<br />
ATBAT de París cuál sería, en total, la suma que le cobraría al Municipio<br />
de Bogotá para comprometerse con éste a lo siguiente: a) A estudiar y<br />
elaborar el plan director de la Ciudad; b) A establecer, para ese efecto, en<br />
Bogotá, une oficina con todos los servicios necesarios para la elaboración<br />
del referido plan; c) A tener, con carácter permanente, en la mencionada<br />
oficina de Bogotá, por lo menos dos urbanistas pertenecientes al personal<br />
de ATBAT de París; d) A establecer entre la oficina de Bogotá y la<br />
de París el contacto y la correspondencia necesarios para que aquélla<br />
obtenga de manera permanente los servicios de dirección y asesoría de<br />
ésta última» [sic]. FLC H3-4-280, Carta de Fernando Mazuera Villegas a<br />
Le Corbusier, Bogotá, 15 de julio de 1947.<br />
17 FLC H3-4-277, Carta de Le Corbusier a J. V. Garcés Navas, París, 12 de<br />
agosto de 1947.<br />
18 FLC H3-4-295, carta de Le Corbusier a Fernando Mazuera Villegas, París,<br />
25 de agosto de 1947.<br />
19 El nuevo director del ICT es Silvestre Dangón, a quien V. Bodianski escribe:<br />
Notre construction de Marseille commence à sortir de terre, malgrá les<br />
difficultés de toutes sortes, aussi bien matérielles qu’administratives. Ce<br />
sera une belle chose, je l’espère. FLC H3-4-262-263, carta de a Silvestre<br />
Dangón, París, 26 de enero de 1948.<br />
20 Basta pensar en los estudios que adelanta Ch. E. Jeanneret y Max Dubois<br />
durante la Primera Guerra Mundial, así como los que desarrollará durante<br />
la Segunda Guerra Mundial. En Sur les quatre routes, ante la inminencia<br />
de la guerra, escribirá: «Le problème du temps de guerre a deux faces:<br />
le urgence, le “N’importe Quoui?” pourvu que l’on produise; et c’est le<br />
mot d’ordre implacable de nos chefs, qui ont raison; mais c’est aussi “La<br />
manière de le faire”, l’art en quelque sort. Ici, l’architecture». Le Corbusier,<br />
Sur les 4 routes, Gallimard, París, 1941, p.18.<br />
21 De acuerdo con Jacques Aprile-Gniset, no «pasan de 136 distribuidos<br />
en unas 20 manzanas». Jacques Aprile-Gniset, La ciudad colombiana,<br />
Banco Popular, Bogotá, 1992, p. 636.<br />
22 «… el problema urbanístico de Bogotá, estudiado años atrás, quedó francamente<br />
despejado y parcialmente resuelto… Hoy la vía está libre». Revista<br />
Proa, 1948.<br />
23 Aprile-Gniset, Jacques, La ciudad colombiana, óp. cit., p. 638. En la editorial<br />
de Proa n. o 4, de enero de 1947, ya se hacía un llamado a promulgar<br />
la Ley de propiedad horizontal, que ya en Brasil, Chile y los países del sur<br />
se empezaba a ejecutar.<br />
24 Más adelante así lo reafirmará en el informe técnico del Plan Piloto: «Se<br />
desarrollará una verdadera sinfonía arquitectónica y paisajista. La montaña<br />
servirá de fondo de la composición». Le Corbusier, Elaboration de Plan<br />
Règulateur de Bogotá. Etablissement de Plan Directeur, París, 1950.<br />
25 «Al otro lado de la carrera cuarta, en dirección de la montaña, se concentarrá<br />
la reserva paisajista que ha de salvaguardar el horizonte», ib.<br />
26 Las propuestas del ICT para la vivienda colectiva hacia 1950 se fundamentaban<br />
en el desarrollo de agrupaciones de baja altura y unidades<br />
vecinales, pero ya se señalaba la necesidad de vivienda en altura; la primera<br />
obra será el Centro Urbano Antonio Nariño (CUAN), en 1953, por <strong>parte</strong><br />
de un grupo de jóvenes arquitectos: Rafael Urdaneta, Enrique García<br />
Merlano, Rafael Esguerra, Néstor Gutiérrez, quienes «adaptan el modelo<br />
de unité a las necesidades colombianas».<br />
27 FLC H3-4-126, carta de Carlos Arbeláez a Le Corbusier, Bogotá 12 de<br />
abril de 1950.<br />
28 El grupo de investigación será coordinado por Jorge Gaitán Cortés, quien<br />
desarrollará –durante el periodo que comprende el desarrollo del Plan<br />
Piloto y el Plan Director de Bogotá– los proyectos para Los Alcázares<br />
(1948); Unidad Vecinal de Muzú, UVM (1949); el Centro Urbano Antonio<br />
Nariño, CUAN (1951), y el barrio Quiroga (1952) son cuatro ejemplos de<br />
investigación, tanto en los planteamientos tipológicos como constructivos,<br />
gracias al taller de investigación y aplicación de materiales. Véase revista<br />
Proa, n. o 9, Bogotá, noviembre de 1947.<br />
29 «Cher Ami, // Votre seconde lettre du 12 Avril m’est parvenue hier. Je vous<br />
réponds sans retard car tout était préparé pour çà et je dirige mon envoi<br />
via Sert-Wiener afin d’obtenir leur accord. Je pense qu’ils vous expédideront<br />
le dossier sans retard, c’est à dire la réponse aux deux questions<br />
posées: // 1º Circulation des marchés de secteurs; // 2º La décision relative<br />
à l’immeuble collectif demandé sur la carrera 1ª calle 13-14. Veuillez<br />
agréer, Cher Ami, mes salutations les meilleures». FLC H3-4-119, Carta de<br />
Le Corbusier a Carlos Arbeláez, París, 19 de abril de 1947.<br />
30 FLC H3-4-120-121, carta de Le Corbusier a Wiener y Sert, París, 19 de<br />
abril de 1950.<br />
31 FLC H3-4-117, carta de Le Corbusier a Carlos Arbeláez, París, 21 de abril<br />
de 1950.<br />
32 Le Corbusier, Propos d’Urbanisme, Bourrelier et Cie., París, 1946, p. 88.<br />
33 FLC H3-4-117, Carta de Le Corbusier, óp. cit.<br />
34 Ib.<br />
35 FLC H3-4-116 Carta de Wiener y Sert a Carlos Arbeláez, Nueva York, 26<br />
de abril de 1950.<br />
36 El silencio es sintomático y no dejará de ir en aumento. Tal vez sea el síntoma<br />
de una posición contraria a la vivienda en altura. Basta señalar que<br />
el proyecto señalado antes, el CUAN, cuya construcción inicia en mayo<br />
de 1952, promovido directamente por el Ministerio de Obras Públicas,<br />
encabezado por el ministro Jorge Leyva, durante el gobierno de Laureano<br />
Gómez, será duramente atacado durante la dictadura de Rojas Pinilla,<br />
hasta el punto de no ser permitida su ocupación porque era «considerada<br />
amoral» la comunidad generada por los edificios en altura con muchos<br />
apartamentos por piso.<br />
37 FLC, H3-4-97, Carta de Wiener y Sert a Le Corbusier, Nueva York, 21 de<br />
junio de 1950.<br />
38 Ib.<br />
39 La negrilla es mía. Ib.<br />
40 Le Corbusier, L’Unité d’Habitation de Marseille, óp. cit., p. 31.<br />
41 De acuerdo con el informe técnico: Hepp y Hred son las denominaciones<br />
en los sectores de vivienda: «representan para el futuro la transformación<br />
progresiva de las habitaciones, actualmente insuficientes, en inmuebles<br />
de habitación de calidad. Serán habitaciones de dos tipos: Hep.p: vivienda<br />
en espina sobre un terreno plano, constituyendo unidades de habitación<br />
susceptibles de contener cada una 2000 persona en promedio,<br />
beneficiándose de servicios comunes y de prolongaciones de viviendas.<br />
// Hred: viviendas de la misma calidad, pero en forma de redents.» Le<br />
Corbusier, Elaboration de Plan Règulateur de Bogotá, óp. cit.<br />
42 Los otros son: el bloque en Y, lineal y escalonado. Ces volumes bâtis de<br />
la ville verte pourront s’établir de différentes façons: pour l’habitation: a)<br />
type redant; b) type en y; c) type frontal; d) type épine; e) type gradin. Et<br />
pour les affaires: b) type y; f) type lentille. Le Corbusier, Manière de penser<br />
l’urbanisme, óp.cit., p. 71.<br />
43 Para efectos prácticos, el témino unidad hace referencia a las Unités<br />
d’Habitation du Grandeur Conforme o Unidades de Habitación de Tamaño<br />
Adecuado (UHTA).<br />
44 Al costado opuesto de la carrera 4.ª, el informe prevé la ubicación de la<br />
zona de hoteles: «en terrenos accidentados, que completan las buenas<br />
condiciones paisajistas y que se encuentran a una proximidad útil de los<br />
negocios civiles y políticos, susceptibles de atraer viajeros a Bogotá» Le<br />
Corbusier, Elaboration de Plan Règulateur de Bogotá, óp. cit.<br />
45 Le Corbusier, Manière de penser l’urbanisme, óp. cit., pp.168-169.<br />
46 Ídem, p. 71.<br />
47 Ídem, p. 55.<br />
48 Ídem, p. 66.<br />
49 Ídem, p. 66.<br />
50 Ídem, p. 67.<br />
51 Esto no presupone referencias de orden morfológico o antropomórfico en<br />
la arquitectura de Le Corbusier.<br />
52 Le Corbusier, Œuvre Complète,1946-1952, óp. cit., p. 174.<br />
53 El desarrollo de la Unidad de Habitación de Marsella comprende «4 terrenos<br />
para un proyecto» como ha señalado Jacques Sbriglio: Quatre localisations<br />
différentes qui montrent l’indécision de la politique urbaine, au<br />
cours de cette periode. Pour L.C., l’enjeu était clair: construire une Unité<br />
d’habitation, d’accord, mais pas n’importe où. El primer terreno, agosto de<br />
1945, en la zona industrial al norte de la ciduad llamado La Madrague; el<br />
segundo, otoño de 1945, frente a la localización actual; el tercero, junio de<br />
214 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
1946, Saint-Bernabé, es declarado inconstruible y el cuarto, octubre de<br />
1947, al costado occidental del boulevard Michelet. Jacques Sbriglio, Le<br />
Corbusier. L’Unité d’Habitation de Marseille, Parenthèses, Marsella, 1992,<br />
pp. 32-42.<br />
54 Le Corbusier, Œuvre complète, óp. cit., p. 147.<br />
55 Jacques Sbriglio, Unité, óp. cit., p. 35.<br />
56 Le Corbusier reconoce en su lectura sobre la ciudad americana dos<br />
elementos que inciden en el orden de la misma: la autopista y el parkway<br />
«La segunda ha nacido e EE. UU. y lleva el nombre de Parkway. Su<br />
principio es el de cincelar delicadamente, a través de los campos, vías<br />
rectoras preservadas asimismo de todo cruce peligroso por medio de<br />
equipos a nivel o a diferencia de nivel (p. 81). «América, definitivamente<br />
paralizada en sus calles petrificadas, descubrió en el momento adecuado<br />
el parkway; Europa, ahogada, aplastada bajo su herencia de ciudades<br />
seculares, ha deducido el principio de una biología regeneradora del espacio<br />
edificado: las unidades de tamaño adecuado». Le Corbusier, Manière<br />
de penser l’urbanisme, óp. cit., p. 91.<br />
57 Una célula a escala humana está en la base. / Permítanme que les muestre<br />
por qué caminos, a través de veinte años de curiosidad atenta, han<br />
llegado unas certidumbres. / El origen de estas indagaciones, por mi<br />
cuenta, se remonta a la visita de la «Chartreuse d’Emma», en los alrededores<br />
de la Toscana, vi una ciudad moderna, que coronaba una colina.<br />
La más noble silueta del paisaje, la corona ininterrumpida de las celdas<br />
de los frailes; cada celda tiene vista sobre la llanura y tiene salida a un<br />
jardincillo en pendiente completamente cercado. Creí no poder encontrar<br />
nunca más una interpretación tan alegre de la vivienda. La <strong>parte</strong> trasera<br />
de cada celda se abre por una puerta y un portillo y da a una calle circular.<br />
Esta calle está cubierta por un arco: es el claustro. Por ahí funcionan<br />
los servicios comunes, el rezo, las visitas, la comida, los entierros. / Esta<br />
«ciudad moderna» es del siglo XV. / La visión radiante me quedó fijada<br />
para siempre. Le Corbusier, Précisions, Vincent-Fréal, París, 1930.<br />
58 Los proyectos presentan rasgos heterogéneos entre sí. La diversidad de<br />
variables físicas, climáticas y sociales así lo determina. Estos pueden estar<br />
ubicados en solares rurales y urbanos; entre medianeras, aislados y<br />
esquineros; en terrenos llanos y con fuerte pendiente; en regiones con<br />
estaciones y de climas constantes; sus habitantes pueden ser obreros y<br />
burgueses, solteros y familias, y éstas, a su vez, pueden ser reducidas y<br />
numerosas.<br />
59 Le Corbusier, Architecture du bonheur: l’urbanisme est une clef, Forces<br />
Vives, París, 1955.<br />
60 Efficience du groupe familial. De vieux vocables précisen la profonde<br />
et permanente signification: «LE FEU», «LE FOYER» Le Corbusier, L’Unité<br />
d’Habitation de Marseille, óp. cit., p.13.<br />
61 Ib.<br />
62 Nicholas Fox Weber, Le Corbusier: A life, Alfred A. Knopf Ed., Nueva York<br />
2008, p. 517.<br />
63 Le Corbusier, Manière de penser l’urbanisme, óp. cit., p.139.<br />
Palabras y trazos: las unidades de Le Corbusier | Juan Carlos Aguilera<br />
215
La Sabana es dominable desde un avión; las montañas bogotanas, desde una habitación<br />
Marta Sequeira (traducción de Susana Llinás)<br />
1. Fotografía aérea de Bogotá, enviada a Le Corbusier por las autoridades de<br />
la ciudad (1947). © FLC L1-4-17.<br />
El 16 de junio de 1947, fecha de la primera visita de Le Corbusier<br />
a Colombia, Bogotá era una ciudad de quinientos mil<br />
habitantes. Sin embargo, su crecimiento hacía ver que rápidamente<br />
acogería a un millón o incluso a un millón quinientos<br />
mil habitantes. La armonía existente corría peligro, ya que<br />
la ciudad estaba desarrollándose fuera de sus límites. Sus<br />
proyectos de desarrollo abarcaban una extensión norte-sur<br />
de casi catorce kilómetros y una profundidad este-oeste de<br />
entre tres y cinco kilómetros. A petición del alcalde, el 30 de<br />
marzo de 1949, Le Corbusier firmó un contrato como arquitecto<br />
consultor, relativo a la elaboración de un «Plan Piloto»<br />
para la ciudad. 1 Después de varias etapas del proyecto, que<br />
se produjeron a lo largo de dos años llenos de tribulaciones,<br />
Le Corbusier, debido a la falta de empeño demostrada por<br />
las autoridades colombianas, acabó por perder interés por<br />
el proyecto. Si es verdad que el Plan Piloto de Le Corbusier<br />
nunca se hizo realidad y que de esa forma su eficacia nunca<br />
podrá comprobarse, también lo es que un estudio detallado<br />
del proyecto desde un punto de vista específico –el de la<br />
vivienda– podría ser muy enriquecedor para la construcción<br />
de un entendimiento de la idea de unité d’habitation corbusieriana,<br />
ampliamente utilizada en este proyecto, dada la<br />
necesidad de duplicar o incluso de triplicar el número de<br />
alojamientos en la ciudad.<br />
La preocupación por la vivienda en la ciudad colombiana<br />
surgió para Le Corbusier desde el primer momento: ya en<br />
1947, durante sus conferencias en el Teatro Colón de Bogotá,<br />
2 hablaría precisamente sobre este tema. Un periodista, en<br />
un artículo de un periódico local, relata una de sus intervenciones<br />
de la siguiente manera:<br />
Demostró […] cómo debe existir una ciencia de la vivienda,<br />
y a qué principios, elementales, sencillos y humanos, debe<br />
estar sometida esa ciencia. Se extendió a ese respecto, en<br />
una serie de consideraciones sobre los factores elementales<br />
que hacen decorosa una vivienda, sobre el aprovechamiento<br />
del día solar –tesis previamente desarrolla[da] por<br />
él en su libro Cuando las catedrales eran blancas– y sobre<br />
la necesidad del humano, a su biología, a sus hábitos, a la<br />
urgencia de alternabilidades y variaciones. De paso, anotó<br />
que las pocas horas de permanencia en Bogotá le habían<br />
demostrado que en esta ciudad hay muchas viviendas inadecuadas<br />
para el aprovechamiento del sol, que es el verdadero<br />
amo. 3<br />
Este Plan Director, designado como Plan Piloto, fue desarrollado<br />
por Le Corbusier en colaboración con la Oficina del Plan<br />
Regulador de Bogotá (OPRB) –dirigida por Herbert Ritter– y la<br />
Town Planning Associates, una empresa de arquitectura fundada<br />
en Nueva York en 1945 por Josep Lluís Sert, Paul Lester<br />
Wiener y Paul Schulz. Fue concebido en cinco fases: análisis<br />
urbano (desarrollado por la OPRB), diagrama preliminar (desarrollado<br />
por Le Corbusier con Ritter, Josep Lluís Sert y Paul<br />
Lester Wiener), Plan Piloto (Plan Director, desarrollado por Le<br />
Corbusier), Plan Regulador (desarrollado por la empresa Town<br />
Planning Associates, con Le Corbusier como consultor y en colaboración<br />
con la OPRB) y la implementación del Plan Regulador<br />
(acompañada por la OPRB y la Town Planning Associates).<br />
Le Corbusier, basándose en el análisis urbano realizado por la<br />
OPRB en una primera fase –inmediatamente después del congreso<br />
de Bérgamo de 1949 (entre el 6 y el 22 de agosto) en la<br />
riviera francesa (más concretamente en Cap Martin)– comenzó<br />
a trabajar con Sert, Wiener y Ritter en la elaboración del diagrama<br />
preliminar. Esta segunda fase terminó en junio de 1950, en<br />
París. El documento fue entonces enviado a las autoridades el<br />
1 de septiembre. Este estudio está compuesto por cuatro <strong>parte</strong>s<br />
–Plan Regional, plan metropolitano, plan urbano y propuesta<br />
del nuevo «Centro Cívico»– y da una especial importancia<br />
a la edificación de la nueva vivienda de la ciudad de Bogotá.<br />
El plan regional, que define a escala 1:100.000 4 la relación<br />
entre las principales funciones urbanas y el contexto<br />
geográfico, económico y social, presenta su división por zonas:<br />
Tad (trabajo administrativo), Tind (zona industrial y artesanal).<br />
Presenta ya igualmente, en la zona metropolitana,<br />
la indicación «Hmet», que indica el posicionamiento de la<br />
vivienda metropolitana, al norte y al sur de la zona central.<br />
216 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
El plan metropolitano, que define a escala 1:25.000 la<br />
ciudad y alrededores de su influencia directa, divide precisamente<br />
el plano en tres grandes zonas, a las cuales les<br />
corresponden tres tipos de vivienda: central («Hcen»), norte<br />
(«Hnord») y sur («Hsud»). Prevé además una zona habitacional<br />
suplementaria («Hreserve»), al noroeste, destinada<br />
para permitir remediar un futuro crecimiento de la población.<br />
Por oposición a una situación con una superficie construida<br />
de 2770 hectáreas, con una densidad de 220 habitantes por<br />
hectárea, y que alberga 500.000 habitantes, Le Corbusier<br />
propone una saturación de la zona central, delimitada por los<br />
ríos Arzobispo y San Cristóbal, y la utilización de la montaña<br />
hasta la cota 2700 para vivienda colectiva de alta densidad<br />
(350 habitantes por hectárea), que posibilita el alojamiento<br />
de 1.610.000 habitantes.<br />
El plan urbano define, a escala 1:10.000, 6 la subdivisión<br />
racional de la ciudad en sectores de vivienda, equipados<br />
con edificios de servicios comunes (mercado, comercio, cines,<br />
etc.). La construcción existente fue analizada y su estado<br />
hizo variar el tipo de intervención: algunos barrios insalubres<br />
son transformados en vivienda de alta densidad con<br />
servicios comunes; otros son suprimidos y su reabsorción<br />
está prevista poco a poco; otros, considerados tolerables,<br />
son solo transformados; otros incluso se conservan; los terrenos<br />
libres, a su vez, son utilizados de acuerdo con los nuevos<br />
estatutos.<br />
El plan del nuevo Centro Cívico define básicamente, a escala<br />
1:2.000, 7 la zona donde se reúne toda la población –en la<br />
misma zona que correspondía al centro de la ciudad antigua,<br />
«confirmando así la elección de sus fundadores». 8 A pesar de<br />
haber sido sobre todo diseñado basándose en los edificios<br />
dedicados al poder político, económico, cultural y religioso,<br />
no deja de contener del mismo modo lo que podríamos llamar<br />
su sustento, las Unités d’Habitation. Las viviendas presentan<br />
una densidad de 350 a 650 habitantes por hectárea, en una<br />
superficie construida que ocupa entre el 10 y el 15% del suelo,<br />
están equipadas con servicios comunes y se encuentran en<br />
los espacios libres escuelas y campos deportivos.<br />
En este Plan Director aparecen edificios en zigzag –se trata<br />
de edificios realizados a imagen de las Unités d’Habitation<br />
2. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan regional – BOG 4209 (30 de<br />
junio de 1950). © Archivo Pizano.<br />
4. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan urbano – BOG 4211 (30 de<br />
junio de 1950). © Archivo Pizano.<br />
3. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan metropolitano<br />
– BOG 4210 (30 de junio de 1950). © FLC 602.<br />
5. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan del Centro Cívico<br />
– BOG 4211 (30 de junio de 1950). © Archivo Pizano.<br />
La Sabana es dominable desde un avión, las montañas bogotanas, desde una habitación | Marta Sequeira<br />
217
de los años 30, que dominaban el diseño de su Ville Radieuse–,<br />
agrupaciones de viviendas unifamiliares –llamadas<br />
«una casa, un árbol», de tres pisos–, casas en banda –«tipo<br />
Rochelle»– y pequeños bloques de viviendas de tres pisos<br />
–«tipo Sert»–. 9 Sin embargo, en este plan surgen, en planta,<br />
varios rectángulos de proporción alargada: se trata de las<br />
Unités d’Habitation, realizadas a semejanza del gran prototipo<br />
de las unités lecorbusierianas: la Unité d’Habitation de<br />
Marsella, construida precisamente durante el periodo de elaboración<br />
de este plan, entre 1947 y 1952. Podemos, por lo<br />
tanto, constatar que estamos ante un modelo de aplicación<br />
de este tipo de bloque a nivel urbanístico. 10<br />
Le Corbusier define las Unités d’Habitation de este plan<br />
del siguiente modo:<br />
[…] proposent des opérations de valorisation par qualification<br />
et accroissement de densité, posent des problèmes de<br />
regroupement du sol sous des formes diverses qui sont déjà<br />
réalisées dans d’autres pays ou en cours de réalisation, et<br />
qui permettent à une ville de passer d’un stade inférieur et<br />
provisoire, à un stade supérieur et d’avenir. 11<br />
Las Unités d’Habitation se asumen como grandes bloques<br />
paralelepipédicos. En planta, se representan a través de un<br />
rectángulo alargado, al que se suma una H mayúscula. Su<br />
profundidad equivale a cerca de 1/6 del largo y su sombreado<br />
deja entrever una altura considerable. De acuerdo con<br />
el conjunto de los dibujos de las varias fases que completan<br />
los dibujos elaborados durante el proyecto para el Plan<br />
Piloto de Bogotá, existen cuatro núcleos diferenciados de<br />
unités: al noroeste (indicados en la imagen 8 como A), próximo<br />
del centro geométrico del plano (indicados en el plano<br />
urbano como H 4 y en la imagen 8 como B), en el Centro Cívico<br />
(indicados en los dibujos de Le Corbusier como Hepp<br />
y en la imagen 8, como C) y junto a la montaña (indicados<br />
en el plano urbano como Hepv y en la la imagen 8 como D).<br />
Mientras que las unités situadas al norte del plano (A y B)<br />
están poco caracterizadas, más allá de su proporción y localización<br />
en planta, las unités del Centro Cívico, a su vez, son<br />
las más detalladas. En la maqueta que rodea el área del Centro<br />
Cívico, las coincidencias entre estas Unités d’Habitation<br />
y la que estaba en esa época siendo edificada en Marsella<br />
son notables: en un parque, sobre unos robustos pilotis y<br />
separado ocho metros del suelo real, se encuentra un paralelepípedo<br />
horizontal, una estructura alveolar reticulada donde<br />
se incorpora una gran cantidad de células, yuxtapuestas<br />
horizontal y verticalmente. Cruzando verticalmente todo el<br />
edificio, una superficie sin huecos anuncia la existencia de<br />
un núcleo de accesos que establece la unión entre el suelo,<br />
los diferentes pisos y el espacio sobre la última losa, al<br />
aire libre. Se trata del lugar del edificio al que Le Corbusier<br />
llama toit-terrasse, que alberga una serie de equipamientos<br />
destinados a un uso colectivo, a la cultura del cuerpo y del<br />
espíritu del hombre, y cuya forma y disposición contrastan<br />
fuertemente con la regularidad y repetición constantes en el<br />
cuerpo del edificio.<br />
Las unités junto a la montaña, a su vez, son detalladas en<br />
dos dibujos y en una carta que Le Corbusier envía a Carlos<br />
Arbeláez, a propósito de una propuesta privada de construcción<br />
de un bloque de viviendas, donde exige que la orientación<br />
de los edificios sea la propuesta y que sus volúmenes<br />
se encuentren en perspectiva con respecto al paisaje –«las<br />
mejores formas, por lo demás, desde el punto de vista del<br />
rendimiento y de la eficacia»–. La densidad sería de cerca<br />
de trescientos veinte habitantes por hectárea. En cuanto a los<br />
peatones, entrarían en el edificio a través de la <strong>parte</strong> más baja<br />
y los automóviles entrarían en el garaje del edificio, situado a<br />
media altura, a través de la <strong>parte</strong> más alta –a semejanza de<br />
la maison locative en Argel, de 1933–. Según Le Corbusier,<br />
estos edificios asegurarían automáticamente la circulación<br />
de los peatones, el aparcamiento, el garaje, etc. Le Corbusier<br />
recomienda por lo tanto que los urbanistas (él, Wiener<br />
y Sert) asuman el papel de consultores para la elaboración,<br />
una vez que «sería peligroso dejar [esta empresa] a iniciativa<br />
enteramente privada. Por el bien de la causa» 12 . En una carta<br />
a Wiener y Sert, Le Corbusier escribe, revelando su preocupación<br />
por controlar hasta el final la buena ejecución de los<br />
proyectos de estas unités:<br />
Je suis, quant à moi, très amusé et content de voir naître, surgir<br />
ces initiatives, mais il faut guider. C’est capital. […] Sur un<br />
autre plan annexe se trouve indiquée, à titre de principe, une<br />
6. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): maqueta del Centro Cívico.<br />
© FLC L1-4-20.<br />
7. Le Corbusier, fotografía de la obra de la Unité d’Habitation de Marsella (17<br />
de marzo de 1950). © FLC L1-13-130.<br />
218 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
8. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan Urbano. Superposición de varias propuestas parciales de Le Corbusier<br />
para Bogotá. © Montaje realizado por el grupo de investigación Proyecto, Ciudad y Arquitectura, Uniandes.<br />
9. Le Corbusier, Habitation BOG 4300: propuesta para un sector de vivienda<br />
entre las calles 34 y 57 y las carreras 18 y 30. La Unité del sector de vivienda<br />
es la denominada «H4» (30 de marzo de 1951). © FLC 597.<br />
10. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): borrador del plan urbano<br />
con la localización, entre otros, de dos tipos de Unité d’Habitation que no aparecen<br />
en el informe final: las de montaña y las que cierran la avenida Cundinamarca<br />
al occidente. © FLC 607A.<br />
11. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): diferentes vistas de la<br />
maqueta del Centro Cívico que incluye varios puntos de vista de las Unités<br />
d’Habitation. © FLC L1-4-33.<br />
La Sabana es dominable desde un avión, las montañas bogotanas, desde una habitación | Marta Sequeira<br />
219
12. Le Corbusier: propuesta de localización de una serie de Unités d’Habitation<br />
junto a la montaña (20 de abril de 1950). © FLC H3-5-4.<br />
14. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plan urbano. Superposición<br />
de varias propuestas parciales de Le Corbusier para Bogotá: detalle que<br />
indica el norte. © Montaje realizado por el grupo de investigación Proyecto,<br />
Ciudad y Arquitectura, Uniandes.<br />
13. Le Corbusier, borrador de la sección de una Unité d’Habitation junto a la<br />
montaña (20 de abril de 1950). © FLC H3-5-5-001.<br />
15. Le Corbusier, Unité d’Habitation, investigación teórica sin lugar (1944).<br />
© FLC 20572.<br />
série d’Unités d’Habitation constituant un secteur. Ces Unités<br />
sur versants (sur la pente des collines) sont très intéressants,<br />
il suffit de les raccorder en haut aux automobiles, en bas aux<br />
piétons. Mais il faut pour ces secteurs des résidences (immeubles<br />
collectifs qualifiés) imposer un statut impératif. A ce<br />
sujet, j’estime même que nous devons être appelés par les<br />
initiateurs de ces constructions à titre d’experts. Je puis, personnellement,<br />
faire une entente fournissant à leurs architectes<br />
les données essentielles leurs exigences urbanistiques<br />
d’une part et d’autre part profitant de l’énorme e[x]périence<br />
que j’ai acquise en ces choses. Je vous prie même de voir<br />
avec Arbelaez comment pourrait être instituée une convention<br />
type entre nous et ceux que nous devons guider de la<br />
manière signalée ci-dessus. Cette circonstance renouvellera<br />
beaucoup et notre intervention (très faible d’ailleurs, mais<br />
très précise) aura une valeur inestimable. 13<br />
Hasta aquí, todo bien. De hecho, si comparamos el conjunto<br />
de las Unités d’Habitation de este plan (descritas a través<br />
de las maquetas y dibujos elaborados por Le Corbusier y<br />
por sus colaboradores, así como a través de sus escritos)<br />
con la Unité d’Habitation de Marsella simplemente desde el<br />
punto de vista objetual, las semejanzas son innumerables.<br />
Estas viviendas o son muy semejantes a la Unité de Marsella<br />
o no dejan de ser una evolución con relación a este modelo,<br />
adaptado a otras necesidades y a un territorio específico.<br />
Sin embargo, si comenzamos a comparar estos edificios<br />
desde el punto de vista de su implantación en el territorio, y<br />
en particular, si atendemos a su orientación, nos encontramos<br />
con algo que corresponde a una infracción de las teorías corbusierianas<br />
sobre la Unité d’Habitation. Las plantas del Plan<br />
Director para Bogotá, con el norte fuera del sentido convencional<br />
–en este caso a la izquierda–, disimulan algo que, de<br />
otra forma, podría ser más evidente. En cuanto a las unités que<br />
se encuentran al noroeste (indicadas en la imagen 8 como A)<br />
y en el Centro Cívico (indicadas en el plano del Centro Cívico<br />
como Hepp y en las imégenes 8 y 14 como C) poseen una<br />
orientación convencional y de acuerdo con las teorías corbusierianas<br />
–con sus fachadas principales orientadas al este y al<br />
oeste–, las viviendas próximas al centro geométrico del plano<br />
220 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
16. Fotografía de Le Corbusier, junto a Wiener, Sert, Arbeláez y<br />
un funcionario, durante una de sus visitas a Bogotá.<br />
© FLC L4-4-18.<br />
17. Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): borrador del plan metropolitano con énfasis en la pendiente de los cerros. © FLC 606.<br />
La Sabana es dominable desde un avión, las montañas bogotanas, desde una habitación | Marta Sequeira<br />
221
(indicadas en el plano urbano como H 4 y en las imágenes 8 y<br />
14 como B) y junto a la montaña (indicadas en el plano urbano<br />
como Hepv y en las imágenes 8 y 12 como D) presentan una<br />
orientación absolutamente dispar –con sus fachadas principales<br />
orientadas al noreste y al suroeste–, aparentemente sin un<br />
vínculo claro con los puntos cardinales. 14<br />
Le Corbusier rompe así su regla de oro, declarada en<br />
varias ocasiones, que indica que la Unité d’Habitation está<br />
orientada con sus fachadas principales al este y al oeste:<br />
«[…] l’Unité d’habitation est orientée est-ouest […]». 15<br />
Esta es, por lo demás, la orientación no solo del prototipo<br />
de Unité d’Habitation construida en Marsella, sino también<br />
de otras unités que proyecta posteriormente –Nantes-Rezé<br />
(1952-1953), Briey-en-Forêt (1957), Berlín (1957), Firminy<br />
(1962)–, y de las unités existentes en los proyectos urbanísticos<br />
que realiza –de Marseille Vieux-Port y Marseille-Veyre<br />
(1947), La Rochelle La Pallice (1945), Saint-Dié (1945), Marseille-Sud<br />
(1951), Estrasburgo (1951) y Meaux (1957)–.<br />
¿Por qué Le Corbusier no cumple en Bogotá esta regla<br />
por él mismo creada tan poco tiempo antes de encontrarse<br />
con la capital colombiana y que respeta en todos los otros<br />
proyectos que contemplan las Unités d’Habitation?<br />
El motivo solo puede estar relacionado con el paisaje con<br />
el que Le Corbusier se topó en la capital colombiana, que en<br />
nada correspondía al llano teórico a partir del cual comenzó<br />
a ser idealizado el modelo de la Unité d’Habitation. De<br />
hecho, Le Corbusier se deja impresionar desde el principio<br />
por el impacto que la montaña tenía en Bogotá. Esta no le hubiera<br />
podido pasar desapercibida. En sus dibujos en planta<br />
enfatiza el declive de la montaña, que define claramente un<br />
límite natural de la ciudad. En una página de su cuaderno de<br />
viajes, anota: «ouvrir sur les montagnes» 16 (imagen 18). En<br />
varios escritos, enfatiza la importancia de la montaña en el<br />
diseño de esta ciudad: «La ville s’appuie naturellement à la<br />
montagne. Son sol est formé d’un fond de lac dont les bords<br />
se relèvent en cuvette jusqu’à la chute des montagnes». 17<br />
«Une véritable symphonie architecturale et paysagiste se<br />
développera. La montagne servira de fond à la composition.<br />
Des fenêtres des édifices, la plaine de la Savane apparaîtra<br />
entourée de ses collines». 18<br />
Acaba incluso por extrapolar un razonamiento de carácter<br />
universal:<br />
Quand on voit les montagnes sur la ville, les arbres dans la<br />
ville, ou là où [on] est en droit de les imaginer dans la ville,<br />
de la ville, –Le Matin, le ciel est la création humaine remis<br />
en contact, alors qu’Alger, comme Bogota chaque jour ont<br />
fermé leurs fenêtres et leurs rues au paysage offert, comme<br />
St. Dié qui a dit non et la Rochelle autant, on sait où est le<br />
crime: C’est l’imbécilité, forgée par les écoles, les églises, les<br />
cellules en faveur de l’argent ou de la vanité. 19<br />
En determinadas zonas de la ciudad, si las Unités d’Habitation<br />
se dispusieran de acuerdo con los cánones corbusierianos,<br />
las unités más próximas a la montaña se la ocultarían a las<br />
restantes. Así, teniendo como base una orientación que no<br />
corresponde exactamente a este-oeste, desde cada una de<br />
las viviendas se puede disfrutar permanentemente de la bella<br />
falda de la cordillera de los Andes.<br />
La siguiente frase de Le Corbusier, refiriéndose al desarrollo<br />
que la ciudad de Bogotá estaba teniendo antes de<br />
iniciarse su Plan Piloto, pronunciada durante su primera estancia<br />
en Bogotá, confirma esta hipótesis: «Los habitantes<br />
de Bogotá en su afán de disfrutar el paisaje de la Sabana,<br />
están dando la espalda al hermoso paisaje de las montañas.<br />
La Sabana es dominable desde un avión; las montañas bogotanas,<br />
desde una habitación». 20<br />
Le Corbusier habrá quedado deslumbrado con la belleza<br />
y el impacto de la cordillera de los Andes en la ciudad colombiana,<br />
lo que le llevaría a pensar que, tratándose de una<br />
oportunidad para aplicar el modelo de la Unité d’Habitation<br />
a un nivel urbanístico, no debería dejar de tener este paisaje<br />
en cuenta. El caso de la aplicación de la unité en el Plan<br />
Piloto para Bogotá es una demostración de que los modelos<br />
creados por Le Corbusier no están fijos en el tiempo; sus proyectos<br />
finalizados y obras construidas no son más que una<br />
<strong>parte</strong> de un proyecto mayor, no son más que un fragmento<br />
de una gran búsqueda emprendida a lo largo de una vida.<br />
Sin analizar todos estos fragmentos, no se podrá tener una<br />
noción clara de una determinada propuesta corbusieriana;<br />
sin analizar las unités del Plan Piloto para Bogotá, podría escapársenos<br />
algo tan sencillo como que la orientación de una<br />
puede estar determinada no solo por el sol, sino también por<br />
una montaña.<br />
Marta Sequeira: arquitecta por la Facultad de Arquitectura de la Universidad<br />
Técnica de Lisboa (2001) y doctora en Proyectos Arquitectónicos por la<br />
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona de la Universidad<br />
Politécnica de Cataluña (2008). Profesora auxiliar del Departamento<br />
de Arquitectura de la Universidad de Évora, donde ejerce varios cargos<br />
de gestión académica y científica. Investigadora en el Centro de Historia<br />
del Arte e Investigación Artística de la misma universidad. Ha participado<br />
en diversos proyectos de investigación científica. Ha impartido clases,<br />
como profesora invitada, en estudios posgraduados y de tercer ciclo en<br />
Portugal y España. Autora de varios textos publicados y comunicaciones<br />
pronunciadas en Portugal, España, Inglaterra y Estados Unidos.<br />
1 La primera invitación del alcalde, aunque informal, se había producido en<br />
junio de 1947, durante su primera estancia en Bogotá.<br />
2 Que se han realizado a petición del Dr. Eduardo Zuleta Ángel, ministro de<br />
Educación de Colombia, embajador y presidente de la sede de la ONU (a<br />
quien conocería durante la elaboración del proyecto para la sede de la<br />
ONU, en Nueva York).<br />
3 «Que en Bogotá se está demoliendo mal, insinuó anoche Le Corbusier»,<br />
1947, FLC X1-15-134.<br />
4 FLC 601A, B y C, denominado por el estudio BOG 4209.<br />
5 FLC 602, denominado por el estudio BOG 4210.<br />
6 FLC 603, denominado por el estudio BOG 4211.<br />
7 FLC 604, 605 A y B, denominados por el estudio BOG 4212, 4220.<br />
8 «La situation du Centre Civique qui est apparue normale après une étude<br />
approfondie du plan régional, du plan métropolitain et du plan urbain,<br />
confirme le choix des fondateurs de la cité». Le Corbusier, Etablissement<br />
du Plan Directeur, (informe técnico), p. 32.<br />
9 El informe que acompañaba el Plan Director, entregado en marzo de<br />
1950, indicaba como una de las cuatro reglas que eran objeto del urbanismo<br />
moderno, y que se podían enunciar a propósito de este plan, la<br />
siguiente: «Reconnaître les diverses qualités de population d’une ville et<br />
leur préparer, non pas des logis qui accusent des différences de classes,<br />
mais des logis qui permettent à chacune de ces catégories de disposer<br />
du maximum de bienfaits et de pouvoir d’éduquer de façon à se préparer<br />
pour des catégories meilleures. Ceci a conduit pratiquement à la recherche<br />
et à la proposition de types d’habitation de diverses natures, mais inspirés<br />
des règles précédemment indiquées». («Reconocer las diferentes<br />
capas de población de una ciudad y preparar para ellas alojamientos que<br />
no reflejen diferencias de clase, pero que permitan disponer del máximo<br />
de beneficios y de capacidad de educación de manera que puedan acceder<br />
a categorías más elevadas. Esto fue lo que prácticamente condujo<br />
222 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
a la búsqueda y propuesta de tipos de vivienda de naturaleza diferente,<br />
aunque inspirados en las reglas anteriormente expuestas»), Le Corbusier,<br />
íd, p. 7.<br />
10 Una noticia en el periódico Combat, del 13 y 14 de enero de 1951, anuncia:<br />
«La cité verticale de Marseille nous en apporte la démonstration. Mais,<br />
alors qu’il ne s’agit à Marseille que de la réalisation d’un élément isolé,<br />
en quelque sorte d’un grandiose échantillon, on apprend que Le Corbusier<br />
se voit confier, coup sur coup, à quelques mois de distance, non plus<br />
l’édification d’une “Unité d’Habitation”, mais l’organisation architecturale<br />
de deux villes, de deux capitales, l’une à Bogota, en Colombie, l’autre au<br />
Pendjab, dans les Indes.» («La ciudad vertical de Marsella lo demuestra.<br />
Pero mientras que en Marsella se trata solamente de la realización [edificación]<br />
de un elemento aislado, de cierta forma de una demostración grandiosa,<br />
se sabe que fue confiada a Le Corbusier, sucesivamente, y a algunos<br />
meses de distancia, no solo la edificación de una “Unité d’Habitation”,<br />
sino la organización arquitectónica de dos ciudades, de dos capitales, una<br />
en Bogotá, en Colombia, y la otra en Punjab, en la India»), Jean Audouit,<br />
«Le Corbusier va construire la nouvelle capitale du Punjab et réorganiser<br />
l’architecture de Bogotá», Combat, 13 y 14 de enero de 1951.<br />
11 «[…] proponen operaciones de valorización por la cualificación y crecimiento<br />
de densidad, presentan problemas de reagrupamiento del suelo<br />
bajo formas diversas, ya realizadas en otros países o en curso de realización,<br />
y que posibilitan a una ciudad el paso de un estado inferior y<br />
provisional a un estado superior y con futuro», Le Corbusier, íd, p. 38.<br />
12 «Le plan BOG 121-2 n.º 4198 montre en rouge l’emplacement que nous<br />
acceptons, qui couvre une surface plus profonde dirigée vers le sud-est<br />
[…]. Nous exigeons que des “Unités d’Habitation de Grandeur Conforme”<br />
basées sur l’orientation et le terrain, et le volume perspectif dans le<br />
paysage; ce sont d’ailleurs les meilleures formes au point de vue du rendement<br />
et de l’efficacité. Par conséquent, votre société de construction<br />
devra tenir compte de ces prescriptions. Pour vos renseignements à vous<br />
personnellement, et non pas pour les autres, nous vous donnons le plan<br />
BOG 121-2 n.º 4198 qui indique la possibilité d’autres Unités semblables<br />
limitées, toutefois, à k, l, m, n, o, p, q; il y a une question d’architecture<br />
générale et d’efficience du plan. Notre plan BOG 102-5 n.º 4199 donne<br />
l’occupation maximum du terrain avec onze unités, ce qui permet de calculer<br />
une densité de 320 habitants à l’hectare, c’est une bonne densité<br />
pour ces choses là. De tels immeubles assurent automatiquement la circulation<br />
du piéton, du parking, du garage, etc. Dernière question: nous<br />
jugeons indispensable de demeurer, nous les urbanistes (Le Corbusier,<br />
Wiener et Sert) attachés comme Conseils à l’exécution de tels immeubles<br />
qu’il serait dangereux de laisser à l’initiative entièrement libre à Bogota.<br />
Ceci pour le bien de la cause.» («El plano BOG 121-2 n.º 4198 muestra<br />
en rojo la localización que aceptamos, que cubre una superficie más<br />
profunda orientada hacia el sureste […] Exigimos “Unités d’Habitation de<br />
Dimensión Adecuada” teniendo como base la orientación y el terreno, y<br />
el volumen en perspectiva en el paisaje; son, además, las mejores formas<br />
desde el punto de vista del rendimiento y de la eficacia. Consecuentemente,<br />
su sociedad de construcción deberá considerar estas prescripciones.<br />
Para su información exclusivamente personal, les cedemos el plano<br />
BOG 121-2 n.º 4198 que indica la posibilidad de otras unités semejantes,<br />
limitadas a k, l, m, n, o, p, q; hay una cuestión de arquitectura general y de<br />
eficiencia del plan. Nuestro plano BOG 121-5 n.º 4199 prevé la ocupación<br />
máxima del terreno con once unités, lo que permite calcular una densidad<br />
de 320 habitantes por hectárea, que es una buena densidad para estos<br />
proyectos. Tales inmuebles aseguran automáticamente la circulación de<br />
peatones, de aparcamiento, garaje, etc. Una última cuestión: creemos<br />
indispensable que nosotros, los urbanistas [Le Corbusier, Wiener y Sert],<br />
permanezcamos unidos como consejeros a la ejecución de tales inmuebles<br />
que sería peligroso dejar a la libre iniciativa en Bogotá, y para que la<br />
obra sea llevada a buen término»). Le Corbusier, carta a Carlos Arbeláez,<br />
fechada el 21 de abril de 1950, FLC H3-4-117.<br />
13 «Estoy muy satisfecho por ver nacer y aparecer estas iniciativas, pero es<br />
necesario guiar. Es de una enorme importancia. […] En otro plano anexo<br />
está indicada, a título de principio, una serie de Unités d’Habitation que<br />
constituyen un sector. Estas unités, levantadas sobre las faldas de las colinas<br />
son muy interesantes, basta ligarlas por la <strong>parte</strong> de arriba a los automóviles<br />
y por abajo a los peones. Pero es necesario imponer un estatuto<br />
imperativo al sector de las residencias (inmuebles colectivos cualificados).<br />
Sobre esto creo que debemos ser llamados a título de expertos por los que<br />
inician estas construcciones. Personalmente puedo pactar un acuerdo, a<br />
fin de proporcionar a sus arquitectos datos esenciales a las exigencias<br />
urbanísticas por un lado y por otro, aprovechando la vasta experiencia<br />
que adquirí con respecto a estos asuntos. Solicito también que se analice<br />
con Arbeláez la forma como podría instituirse una convención de este tipo<br />
entre nosotros y aquellos a los que deberemos aconsejar de acuerdo con<br />
18. Le Corbusier, dibujo de la plaza de Bolivar, firmado<br />
en el segundo viaje, febrero de 1949. Carnets 1-B5-332.<br />
© FLC<br />
la forma anteriormente citada. Esta circunstancia (cooperación) tendrá<br />
como resultado una renovación importante y nuestra intervención (no muy<br />
evidente, pero muy precisa) tendrá un valor inestimable», Le Corbusier,<br />
carta a Wiener y Sert, fechada el 19 de abril de 1950, FLC H3-4-125.<br />
14. Le Corbusier, carta a Wiener y Sert, fechada el 19 de abril de 1950, FLC<br />
H3-4-120.<br />
15. «[…] La vivienda está orientada hacia este-oeste […].» Le Corbusier, Œuvre<br />
complète 1946-1952, Girsberger, Zúrich, 1953, p. 194.<br />
16. «Abrir hacia las montañas», Le Corbusier, FLC 1-B5-332.<br />
17. «La ciudad está apoyada naturalmente en la montaña y se levanta sobre<br />
un valle sedimentario cuyos bordes se elevan hasta la base de las montañas»,<br />
Le Corbusier, Etablissement du Plan Directeur, p. 10.<br />
18. «Se desarrolla una verdadera sinfonía arquitectónica y paisajística. La<br />
montaña servirá de fondo a la composición. De las ventanas de los edificios,<br />
la planicie de la Sabana surgirá rodeada de sus colinas.», Le Corbusier,<br />
íd, pp. 32-33.<br />
19. «Cuando se ven las montañas sobre la ciudad, los árboles en la ciudad,<br />
o en los lugares donde podríamos imaginarlos en la ciudad, de la ciudad:<br />
por la mañana, el cielo es la creación humana restablecida. Por otro lado,<br />
Argel, como Bogotá, cerró sus ventanas y calles al paisaje que las rodeaba,<br />
como St. Dié y La Rochelle, que lo rechazaron. Se sabe dónde está el<br />
error: es la imbecilidad, forjada por las academias, por las iglesias, por las<br />
células que trabajan a favor del dinero o de la vanidad», Le Corbusier, FLC,<br />
página de Carnet D 16’, publicada en Le Corbusier: carnets, Herscher,<br />
Dessain et Tolra, París, 1981, vol. 2, n.º 198.<br />
20. Le Corbusier, «Le Corbusier y su visita a Bogotá», Proa, n.º 8, agosto de<br />
1947, p. 5.<br />
La Sabana es dominable desde un avión, las montañas bogotanas, desde una habitación | Marta Sequeira<br />
223
Bogotá es una ciudad corbu<br />
Fernando Arias Lemos<br />
El 19 de septiembre de 1953, Le Corbusier escribió a Zuleta<br />
Ángel (representante de Colombia ante las Naciones Unidas<br />
y miembro de la Comisión para la construcción de la sede):<br />
«Conozco su ciudad como si hubiese nacido allí […] Bogotá<br />
es un poco una ciudad corbu […] corbu es un poco bogotano».<br />
1 El apunte, más allá de ocultar las características y<br />
valores propios de la ciudad, plantea un procedimiento técnico<br />
para proyectar una capital de arquitectura moderna en<br />
Bogotá, del que nos ocuparemos en este texto.<br />
La ville corbu concretaba la idea de arquitectura y ciudad<br />
del Plan Director para Bogotá, forma que se puede describir<br />
con tres advertencias que constituyen, como en Hacia una arquitectura,<br />
«las bases de construcción fundadas en la lógica». 2<br />
La primera es que la ville corbu estaba apoyada en conocimientos<br />
y principios disciplinares autónomos, en una lógica<br />
formal denominada por Le Corbusier côté esprit, el soporte<br />
espiritual o de pensamiento que tenía por objeto recomponer<br />
los objetos arquitectónicos y sus relaciones urbanas; es decir<br />
que el côté esprit habilitaba la ville corbu como laboratorio<br />
de investigación.<br />
La segunda, consecuencia de la anterior y prueba de la<br />
consistencia de la ville corbu, era que planteaba relaciones<br />
con la lógica de la ciudad existente; la ville corbu se incrustaba<br />
en la forma de la ciudad para asimilarla y transformarla.<br />
Por eso Le Corbusier apremió a H. Ritter (director de la OPRB)<br />
para que enviase a París un técnico con experiencia en Bogotá:<br />
«Será imposible establecer con seguridad el Plan de<br />
Bogotá si no tengo a mi disposición un técnico de la ciudad<br />
que conozca las costumbres, el clima, la región, la normativa<br />
y todos los aspectos del problema». 3 Ocho meses después,<br />
Le Corbusier comentó a Wiener y Sert, sus asociados y encargados<br />
de la segunda etapa del ordenamiento urbano, el<br />
Plan Regulador: «Samper, Salmona y Solomita han comenzado<br />
a trabajar en Bogotá». 4<br />
La <strong>tercera</strong> es que la ville corbu hacía <strong>parte</strong> de una experiencia<br />
próxima y existencial de Le Corbusier definida por su<br />
insistencia, casi contumacia, en realizar un ensemble entre el<br />
saber propio de la disciplina y la realidad externa; por eso se<br />
trataba de una experiencia continua e inconclusa. La ville corbu<br />
era una sinfonía arquitectónica, una unidad creada a partir<br />
de experiencias tan diversas como el trabajo en planes y teorías<br />
urbanas (la ciudad contemporánea, la Ville Radieuse, el<br />
Plan Voisin y los tres establecimientos humanos), proyectos<br />
para centros cívicos, el uso de la grilla CIAM de urbanismo<br />
como «instrumento para pensar» y el relato de sus viajes.<br />
Chandigarh y la sede para las Naciones Unidas en Nueva<br />
York se destacaban del elenco de la experiencia de Le<br />
Corbusier porque fueron proyectos que prácticamente se<br />
empezaron a construir al mismo tiempo que se planteaba la<br />
ville corbu en Bogotá, de modo que la concreción en la India<br />
y Estados Unidos enriqueció el procedimiento bogotano. En<br />
abril de 1953, Le Corbusier escribió a Zuleta Ángel:<br />
Actualmente construyo en India un verdadero milagro de arquitectura<br />
moderna [...] He hecho un palacio del cual todo el<br />
mundo habla y genera sorpresa y adhesión. Estaré muy agradecido,<br />
querido amigo, si usted pudiera en virtud de nuestro<br />
contacto amistoso, ayudar a que en mi madurez se me encargue<br />
hacer el Centro Cívico de Bogotá, con el objeto que la<br />
edificación de los edificios refleje mi concepción urbanística. 5<br />
En efecto, en el Centro Cívico y desde 1951, se había previsto<br />
localizar al nouveau Palais de Justice en el costado norte de<br />
la plaza de Bolívar. En septiembre de 1952, Le Corbusier propuso<br />
a Wiener y Sert emplazar allí el proyecto de la asamblea<br />
que elaboró para Chandigarh. La respuesta de Wiener fue:<br />
«Recibí de su despacho una copia del Capitolio de Chandigarh,<br />
quizás fue enviada por error y lo que en realidad usted<br />
quería enviar era el plan del centro de Bogotá. No hemos recibido<br />
nada al respecto de su <strong>parte</strong>». 6 El distanciamiento de<br />
Wiener y Sert del procedimiento proyectual de la ville corbu<br />
era inversamente proporcional al interés de Le Corbusier por<br />
relacionar la experiencia de Chandigarh con Bogotá.<br />
***<br />
Es en la propuesta para el sector del Centro Cívico donde se<br />
puede observar claramente el ensemble como procedimiento<br />
proyectual de la ville corbu: composición de una estructura<br />
formalizada en estratos o escenarios sucesivos que constituye<br />
una unidad de análisis y de proyecto urbano y arquitectónico.<br />
Le Corbusier, primer croquis de para el «grand immeuble» del Centro Administrativo<br />
de Bogotá (CAB), en la conferencia en el Teatro Colón, 20 de junio<br />
de 1947. © Proa.<br />
224 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Las escenas del Centro Cívico se podrían describir con la<br />
técnica de la Commedia dell’ Arte, un declic utilizado por Le<br />
Corbusier para presentar de manera eficiente una imagen visual:<br />
«a medida que cada personaje iba entrando en escena,<br />
se deducía inmediatamente su carácter por su indumentaria y<br />
su porte y se sabía que expresaría tal o cual sentimiento. La<br />
imagen visual ahorraba muchas explicaciones tediosas e imprimía<br />
una gran rapidez a la acción». 7 La arquitectura del Centro<br />
Cívico, como los personajes de la Comedia dell’ Arte, se comprendía<br />
por su carácter y el orden y disposición en la escena.<br />
Se destaca el declic como momento asociativo del procedimiento<br />
proyectual. El declic 8 es inductivo, hace fluir la<br />
corriente de la singularidad hacia los aspectos más generales<br />
del procedimiento. En palabras de Le Corbusier, el declic<br />
era el momento en que ocurrían filiaciones o afinidades; era<br />
la ocasión para enunciar relaciones proporcionales, analogías,<br />
variaciones y transformaciones, cuyo resultado era la<br />
delimitación de la heterotopía. Por eso la ville corbu era un<br />
lugar inédito dentro de uno real.<br />
La descripción de Nueva York, por ejemplo, pasaba<br />
por un declic. Le Corbusier observó que el cine, el jazz o<br />
el grand immeuble eran <strong>parte</strong>s equivalentes de la civilisation<br />
machiniste. El hot jazz de L. Armstrong era «la melodía<br />
del alma unida al ritmo de la mecánica» 9 y se analogaba a<br />
la arquitectura de Nueva York porque ambas reflejaban una<br />
época innovadora de construcción incesante que inundaba<br />
al mundo y cambiaba los hábitos (auditivos o urbanos), ambas<br />
escribían la página siguiente a la de los conservatorios y<br />
a la de la escuela Beaux Arts.<br />
Y para entender el jazz había que oírlo «en el clamor de<br />
los rascacielos y los subterráneos ruidosos […] El jazz, como<br />
el grand immeuble, es un acontecimiento y no una obra concebida.<br />
Son las fuerzas presentes [...] Manhattan es un hot<br />
jazz de piedra y de acero [...] fundaciones de catedrales sonoras<br />
que ya se erigen». 10 Dieciséis años después, en una<br />
escala en Nueva York, de regreso a París desde Bogotá,<br />
escribió en su cahier: «el hot jazz existe cuando usted se<br />
divierte y sueña». 11<br />
Volviendo a la descripción de las escenas del Centro Cívico,<br />
en la primera se encontraban el grand immeuble de los<br />
ministerios, el de los sindicatos y el edificio para la Alcaldía,<br />
en el marco de la plaza de Bolívar.<br />
En un plano retirado, tres immeubles para oficinas se disponían<br />
sobre la carrera 7.ª; las torres orientadas en sentido<br />
oriente-occidente y un basamento continuo de soporte daba<br />
fachada al costado norte de la plaza de Bolívar. En el área para<br />
usos diversos en edificaciones bajas (museos, galerías comerciales,<br />
bares, etc.), la nueva Broadway que se extendía entre<br />
la plaza de Bolívar y la calle 26 y entre las carreras 7.ª y 10.ª,<br />
se localizaban cinco immeubles para oficinas adicionales.<br />
Aparecía luego la escena de la arquitectura del área residencial<br />
del Centro Cívico: 24 unités, edificios prismáticos<br />
de planta longitudinal orientados en sentido norte-sur, de los<br />
cuales cinco se localizaban en el piedemonte de los cerros<br />
orientales; 17, al occidente, entre la carrera 10.ª y la avenida<br />
Caracas y dos, en la calle 6.ª, junto a cuatro edificios à redent.<br />
La siguiente escena era la de las áreas libres, un tapis<br />
urbain que conformaba el espacio público urbano e incluía<br />
a la explanada extendida que servía de base a la composición<br />
del sistema de circulaciones del Centro Cívico. También<br />
incorporaba las áreas peatonales, los jardines y el plan vial<br />
que enmarcaba la actuación.<br />
Otra escena estaba formada por los elementos de la ciudad<br />
existente, los que permanecían junto con el trazado y el<br />
recinto a lo largo de la carrera 7.ª, el foro en que ocurría el<br />
ritual constitutivo de la ciudad. Aquí también se encontraban<br />
las nueve manzanas arqueológicas (la plaza de Bolívar, la<br />
Catedral, el Capitolio, etc.).<br />
Le Corbusier, Plan Piloto para Bogotá, BOG 4220 – Centro Cívico, «Circular», 30 de junio de 1950. © Archivo Pizano (original borroso).<br />
Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />
225
Finalmente se encontraban el marco geográfico de los<br />
cerros orientales, las inmutables montañas coloreadas por<br />
Le Corbusier con una emotiva paleta (croquis 332).<br />
***<br />
El área de Manhattan en Nueva York y el Centro Cívico de la<br />
ville corbu bogotana establecían afinidades electivas por su<br />
carácter de laboratorio de experimentación de arquitectura y<br />
ciudad moderna. Sin embargo, la proximidad generaba tanto<br />
críticas como el reconocimiento de lecciones aprendidas en<br />
Nueva York y aplicadas en Bogotá.<br />
Las diferencias con Nueva York estaban expuestas en una<br />
publicación (inacabada) sobre su experiencia en Bogotá, titulada<br />
Delivrance o el fin de un mundo. 12 Una clave más segura<br />
aparece en Misé au point, 13 donde Le Corbusier escribió:<br />
«En Bogotá, en 1950, tuve la sensación de una página que<br />
pasaba […] una importante página de la historia de la humanidad<br />
[...] el fin de un mundo inminente e inmanente [...] la<br />
historia de la vida del hombre antes de la máquina [Bogotá]<br />
y, en la otra página, la historia en la que la máquina ha despedazado<br />
y destrozado la vida [Nueva York]». 14<br />
Volver la página (del libro de la historia de la ciudad y de la<br />
arquitectura), significaba la composición de acontecimientos<br />
vivos, presentes, aprehendidos con la técnica del proyecto<br />
arquitectónico; pasar la página implicaba el abandono de<br />
ideas preconcebidas y reglas apriorísticas para la composición.<br />
Es decir que la ville corbu pretendía corregir los efectos<br />
negativos de la civilisation machiniste neoyorquina, pues en<br />
Bogotá se propuso una lógica de proyecto distinta a la de<br />
la capital de la iniciativa y del enriquecimiento privado; la<br />
construcción de la ville corbu no representaba un negocio.<br />
Sin embargo, la construcción de la ciudad moderna era la<br />
ocasión para un negocio, tanto para la burguesía bogotana<br />
como para la neoyorquina o la parisina. J. Verne, en su novela<br />
París en el siglo XX (1865), se pregunta por las causas<br />
del crecimiento urbano: «¿Acaso no se habían inventado en<br />
el siglo XIX las sociedades inmobiliarias, las sucursales de<br />
Le Corbusier, Carnets 2, D 16’–203: Fin de un mundo, febrero de 1950. © FLC.<br />
Le Corbusier, planos en borrador del Centro Cívico, 1.ª etapa de realización - circular, junio de 1950. Informe<br />
final, Elaboration du Plan Régulateur de Bogotá. Etablissement du Plan Directeur. © FLC H3-4-363.<br />
Le Corbusier, vista de Nueva York en Cuando las catedrales eran blancas<br />
(1938). © FLC.<br />
226 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
empresas y el crédito hipotecario cuando se quiso rehacer<br />
una Francia nueva y un nuevo París?». 15<br />
Si en su origen Nueva York fue una ciudad fantástica fundada<br />
sobre el mito de edificios de «trescientos metros de<br />
altura, de piedra, hierro y vidrio, de pie en el cielo magníficamente<br />
azul [que] constituyen un acontecimiento nuevo en la<br />
historia humana», 16 ahora la impresión quedaba anulada por<br />
el engaño del aspecto y la figuratividad de las edificaciones,<br />
«una imagen de brutalidad y salvajismo […] desorden, furia<br />
sin arte [...] Los rascacielos de Nueva York son pequeños y<br />
demasiado numerosos [...] son de piedra, no de vidrio [...]<br />
canteras colgadas con ganchos en su estructura de acero,<br />
canteras suspendidas en el vacío». 17<br />
Si bien para Le Corbusier los motivos originales de los<br />
rascacielos norteamericanos permanecían como arquetipos<br />
que potenciaban relaciones paradigmáticas en el procedimiento<br />
proyectual («la leyenda de la torre de Babel [...] nuevas<br />
catedrales blancas sobre Manhattan [...] templo del nuevo<br />
mundo […] la hora de la arquitectura»), 18 ahora la transformación<br />
y la creación de nueva arquitectura se agotaba<br />
rápidamente. La torre y el faro norteamericanos alejaron la<br />
posibilidad de crear una ciudad con la que el habitante se<br />
identificase: anularon el exterior y lo público. El rascacielos<br />
instauraba un orden individual, privado, que existía por sí y<br />
para sí, capaz de contener una ciudad por dentro y aislar<br />
cada edificio del predio que ocupaba, de los demás predios<br />
y edificios de la manzana y de las otras manzanas.<br />
La especulación inmobiliaria era la melodía de la realidad<br />
urbana del rascacielos; su principal objetivo era multiplicarse<br />
buscando la máxima rentabilidad del suelo. Los rascacielos<br />
semejaban balcones de observación de la escena del debate<br />
arquitectónico y del planeamiento que los distanciaba<br />
del grand immeuble racional: «Apreciemos la diferencia que<br />
separa la ejecución audaz pero paradójica de Nueva York,<br />
de una concepción racional donde el conjunto ha determinado<br />
las relaciones recíprocas de los elementos indispensables».<br />
19<br />
Muchos años después, Koolhaas hizo eco de la crítica<br />
corbusieriana: «Manhattan se convirtió en un archipiélago<br />
seco de manzanas». 20 Se debe recordar que en el midtown<br />
Le Corbusier, Carnets 2, D 15–52, 1950. © FLC.<br />
de Manhattan se localizan edificios como la Lever House<br />
(Bunshaft y SOM), el Seagram Building (Mies) o el Museo<br />
Guggenheim (Wright), todos conocidos por Le Corbusier y<br />
construidos antes que los del Distrito Financiero en el downtown.<br />
En una anotación del cahier Le Corbusier confirmó:<br />
«N.Y. El centro de Wall Street es romántico pero inadmisible,<br />
provisional, inestabilidad intolerable por ahora. He encontrado<br />
el lugar de la Ville Radieuse, entre las calles 42 y 47 [emplazamiento<br />
de las NN. UU.]; es lo opuesto, la victoria sobre<br />
el caos disipado». 21<br />
La sede para las Naciones Unidas fue el único proyecto afín<br />
a Le Corbusier, a pesar de acusar a su constructor (W. K.<br />
Harrison) de robo y plagio de sus ideas. Era «apasionante<br />
aunque le falta côté esprit […] sufre de ciertas fallas técnicas<br />
que pueden tener consecuencias sobre el futuro de la arquitectura<br />
moderna. En efecto, si no funciona se dirá: “¡Esto es<br />
moderno!”» En su cahier, anotó: «En medio del horror de una<br />
Nueva York erizada, el edificio de las Naciones Unidas aporta<br />
su arquitectura de la Ville Radieuse. ¡La Ville Radieuse es<br />
la palabra que lo dice todo!» 22<br />
Por tanto, no resultó casual que Le Corbusier caracterizara<br />
el proyecto del grand immeuble para Bogotá como una:<br />
propuesta similar a la de las Naciones Unidas, actualmente<br />
en su etapa de finalización sobre el East River en Nueva<br />
York, que alberga las oficinas de la Secretaría General. Nosotros<br />
hicimos <strong>parte</strong> decisiva en la elaboración de los planos<br />
de este edificio en 1946-1947 y tuvimos la oportunidad de<br />
impulsar al más alto grado de perfección los recursos de la<br />
técnica moderna en materia de oficinas. 23<br />
Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />
227
En septiembre de 1953, Le Corbusier escribió a Zuleta Ángel:<br />
«Ahora en Bogotá hay una civilización precisamente moderna,<br />
de influencia americana (esto es, con intensidad, rapidez y precisión),<br />
y el plan se puede emprender con toda seguridad». 24<br />
En el croquis del Centro Cívico de la ville corbu realizado<br />
en marzo de 1950, Le Corbusier designó la carrera 9.ª como<br />
Broadway; Bogotá se relacionaba con Nueva York a través<br />
de la acogedora calle moderna y la afinidad bastaba para<br />
definir el carácter de la vía y confiar en que modificaría los<br />
hábitos y costumbres en el uso del área central bogotana.<br />
Broadway, como Montmartre, era el lugar público de la<br />
actividad central donde se encontraban:<br />
las luces de la ciudad y la publicidad luminosa […] multitudes<br />
avanzan como una ola [...] marea de mirones o clientes<br />
de los cinematógrafos, los burlesque, los teatros. Imperio de<br />
la electricidad, dinámica aquí, en estallidos, en deslizamientos,<br />
en crepitaciones; giratoria luz blanca, azul, roja, verde,<br />
amarilla [...] constelaciones a quemarropa, Vía Láctea por la<br />
que se ve uno arrastrado [...] queda la fiesta nocturna de los<br />
tiempos modernos. Y en Broadway, repartido entre cierta melancolía<br />
y una viva alegría, ando sin esperanza en busca de<br />
un burlesque inteligente en que brotarán cuerpos desnudos<br />
de mujeres hermosas. 25<br />
Estas impresiones no ocurrían ni en un tiempo ni en un lugar<br />
reales, estaban a la escala del espacio público metropolitano,<br />
promenade sometida a una explosión extática, analítica,<br />
convertida en senda del flâneur que deambulaba sin finalidad<br />
y sin destino, mezclado con la multitud, disuelto en un<br />
espacio que se extendía más allá de su cuerpo.<br />
En la ville corbu, la carrera 9.ª-Broadway era una sinécdoque<br />
de la vida y la ciudad modernas, era el escenario en<br />
el que se representaba una forma de vida alternativa a la<br />
angustiosa y brutal de Nueva York, donde la vida era siempre<br />
la misma, sin variación, sin interrupciones ni tropiezos, donde<br />
cada habitante era otro ladrillo en el muro, un elemento<br />
necesario de un mecanismo que solo se sosegaba «en la<br />
tranquila dejadez de las horas de la madrugada». La ville<br />
corbu bien podría ser la puesta en escena del proyecto para<br />
una revolución de la vida en Nueva York.<br />
***<br />
El grand immeuble representaba la forma de la experiencia<br />
de Le Corbusier en la construcción de la ciudad moderna,<br />
era una <strong>parte</strong> estructurante, un elemento permanente que<br />
resumía la ville corbu, era su corazón moral y físico y prueba<br />
del carácter asociativo del procedimiento proyectual.<br />
Nos valdremos de las advertencias corbusierianas (superficie,<br />
plan-plano y volumen) para describir los elementos<br />
componentes y el procedimiento proyectual del grand<br />
immeuble. La abstracción de las condiciones particulares<br />
de Bogotá (sitio) no impide entender que el proyecto se confrontaba<br />
con una realidad técnica y con la preservación de<br />
las actividades jerarquizadas y universales de una capital<br />
(diurnas cotidianas, nocturnas, dominicales y ocasionales,<br />
los eventos singulares, las fiestas religiosas, las «solennités<br />
gouvernementales» y las manifestaciones populares).<br />
El objetivo es plantear que el grand immeuble corresponde<br />
a la composición de una unidad arquitectónica racional<br />
vista desde la óptica de la experiencia, unidad que condicionaba<br />
al conjunto urbano, «edificios que reflejen mi concepción<br />
urbanística». 26 En términos de Le Corbusier, era una<br />
célula capaz de originar un orden y un crecimiento alternos<br />
al del organismo urbano existente.<br />
La superficie constituye la pauta para tres elementos<br />
componentes del procedimiento proyectual. El primero es<br />
la planta, plano de soporte que caracteriza las condiciones<br />
distributivas y tipológicas del grand immeuble.<br />
La planta arquitectónica era la regla unitaria que distribuye<br />
[...] y fija espacios de acuerdo con las necesidades de orden<br />
práctico y el sentido poético del propio arquitecto [… es] un<br />
resumen, una tabla analítica de materias [...] contiene una cantidad<br />
enorme de ideas y una intención motriz, el plano es el<br />
generador, es la determinación de todo, es una abstracción<br />
austera, una algebraización árida para la vista. Es un plano de<br />
batalla [...] choque de volúmenes en el espacio. Sin un buen<br />
plano, no existe nada, todo es frágil y no dura, todo es pobre. 27<br />
El plano registra las variaciones y transformaciones que constituyen<br />
la base para ordenar analíticamente, en un ciclo tipológico<br />
desarrollado a lo largo de treinta años, el paso de la<br />
planta cruciforme a la cartesiana-heliotérmica y de esta, a la<br />
planta lenticular o rectangular. El factor común del ciclo tipológico<br />
es la búsqueda de una respuesta a los problemas de<br />
origen, la coincidencia entre la función estructural (suprimir los<br />
patios y aportar la máxima estabilidad) y las necesidades de<br />
uso. Por ejemplo, la isotropía espacial de la planta cruciforme<br />
fue corregida con el grand immeuble cartesiano porque «la<br />
planta no concordaba con la esencia misma del curso del sol,<br />
sobre un eje [...] la forma nueva de la planta es en forma de<br />
pata de gallina... para estabilidad e iluminación». 28<br />
La condición de la planta corbusieriana fue destacada por<br />
Rowe, para quien no había «nada residual, nada que sea pasivo,<br />
nada que se mueva lentamente». Más adelante agregó<br />
que la planta constituye la «razón común [de todo el edificio]<br />
con la cual se relacionan todas las <strong>parte</strong>s y [...] genera un<br />
sistema al que quedan subordinadas todas las <strong>parte</strong>s». 29<br />
El segundo elemento que tiene cualidad de superficie es el<br />
cerramiento, que si bien hace <strong>parte</strong> del subsistema constructivo<br />
(esqueleto de soporte, redes, etc.), también es objeto de<br />
la composición porque aporta la piel de vidrio (pan de verre)<br />
y el brise-soleil, relacionados con la luz, la vista y el espacio.<br />
El sistema técnico separaba e independizaba (analítica,<br />
visual, constructivamente) las funciones de los elementos<br />
sustentadores (pilares y vigas), de las funciones de las <strong>parte</strong>s<br />
sostenidas (muros, tabiques) y de la superficie de cerramiento;<br />
al concentrar el peso de la estructura en los pilares y<br />
retirarlos de la línea de fachada, se desvinculaba el revestimiento<br />
de la estructura. Para Rowe, el sistema permite focalizar<br />
el trabajo de composición en la sección del edificio para<br />
dar movimiento al espacio vertical (agujereando los suelos),<br />
es decir para «cambiar la libertad de la planta por la libertad<br />
de la sección [...] documento ilustrativo de una elemental regulación<br />
matemática». 30<br />
Una consecuencia fue que la piel de vidrio permitió introducir<br />
el máximo de luz dentro de la edificación y separar<br />
las funciones de la ventana tradicional (ventilar e iluminar).<br />
Le Corbusier argumentó la necesidad de «desvignolizar»<br />
la arquitectura al plantear una historia protagonizada por la<br />
aventura de la ventana:<br />
228 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Le Corbusier, Carnets 2, D 16’–188, marzo de 1950. © FLC.<br />
A: El cuadrado o plataforma; B: el prisma o bloque del «grand immeuble»<br />
bogotano. Reconstrucción de la planta en tres crujías. © F. Arias.<br />
Vignola no se ocupa de las ventanas, sino del espacio entreventanas<br />
[pilastra o columna]. Yo desvignolizo: la arquitectura<br />
significa suelos iluminados [...] la finalidad es sostener<br />
los forjados mediante muros que se deben cortar con unas<br />
ventanas para iluminar su interior, ingrata y contradictoria<br />
constricción [...] las ventanas horizontales, continuas, ventanas<br />
en longitud. No tienen límite, sin interrupción. [...] Por<br />
consiguiente delante de la fachada habrá un panel de vidrio.<br />
La fachada es un panel de cristal. 31<br />
El primer ensayo del pan de verre fue el «muro neutralizante»,<br />
dos hojas de vidrio entre las que se hacía circular aire<br />
para equilibrar las condiciones exteriores. Este diseño fue<br />
corregido con la incorporación del mecanismo de las cámaras<br />
fotográficas, de modo que el cerramiento en vidrio quedaría<br />
preparado para ser «diafragmado a voluntad […] La<br />
luz es para mí la base fundamental de la arquitectura. Yo<br />
compongo con la luz. La diafragmo [verbo]. Usted deja pasar<br />
la luz donde quiera». 32<br />
Aunque la propuesta nunca se realizó, marcó el principio de<br />
la formulación del brise-soleil / brise-pluie que complementó<br />
y resolvió la inadecuación técnica de los experimentos previos<br />
e introdujo una relación con la aireación, la ventilación<br />
y la iluminación naturales. El brise-soleil como sistema protector<br />
y de ventilación general para la arquitectura también<br />
ejemplifica el papel de la experiencia en el procedimiento<br />
proyectual de la ville corbu. El brise-soleil fue resultado de un<br />
prolongado proceso que contó con el estudio de los mecanismos<br />
de defensa tradicionales de la cultura mediterránea<br />
ensayados por Le Corbusier: diafragmas de transición entre<br />
exterior e interior, generación de corrientes de aire, parasol<br />
extenso y profundo, persianas de librillo, etc.<br />
El tercer elemento pautado por la superficie es el plano<br />
de contacto con el suelo público. La Sala de los Pasos Perdidos<br />
conformaba el acceso al grand immeuble en una planta<br />
baja, liberada de los muros de carga del edificio, en la que<br />
quedaban expuestos los pilotes que soportaban la placa de<br />
transición de la estructura portante, otra consecuencia del<br />
Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />
229
Le Corbusier, registro de las fotos tomadas por Hervé en París, de la maqueta del<br />
proyecto del Centro Cívico, 1950 y 1951. © FLC, L1-4-32.<br />
Le Corbusier, proyecto para las Naciones Unidas: vista del conjunto, publicada en UN – Headquarters (1947). © FLC.<br />
230 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
sistema técnico Dom-Ino. La sala constituía una planta disponible<br />
en su totalidad para la circulación y para ver, como<br />
un espectáculo entre los pilares o a través de grandes ventanales,<br />
el paisaje exterior (natural, urbano).<br />
La sala se prolongaba al exterior con una explanada que<br />
establecía un locus, una topografía ideal de contacto y relación<br />
entre el grand immeuble y el Centro Cívico. La columnata<br />
de Bernini en San Pedro recordaba a Le Corbusier esa<br />
motivación original, pues constituía la base de la composición<br />
del sistema de circulaciones: «todo es circulación [...]<br />
una enormidad fundamental [...] que no soporta nada y que,<br />
no obstante, alimenta nuestra retina con la forma adorable<br />
del cilindro». 33 Tanto el hemiciclo como la sala hipóstila constituían<br />
unidades para la circulación y la movilidad.<br />
Las variaciones del lugar público, exterior, de la explanada<br />
corbusieriana van desde las composiciones de tramas<br />
isotrópicas regulares, pasando por explanadas con<br />
paseos arbolados, hasta la explanada como una plaza central<br />
(platform) abierta y peatonal. También se propusieron<br />
variaciones en el Plan Director para Buenos Aires (1937-<br />
1938), cuyo centro de negocios se encontraba en una explanada<br />
elevada sobre el Río de la Plata; o en Nueva York<br />
y Bogotá, donde la explanada englobaba seis y doce manzanas,<br />
respectivamente. En Chandigarh, la explanada tenía<br />
la complejidad de un «grand immeuble hacia abajo», que<br />
incluía el manejo del terreno con taludes.<br />
En el Centro Cívico de la ville corbu bogotana, la explanada:<br />
«organiza la circulación de peatones [...] estará a distintos<br />
niveles, enlazados por rampas […] Es un espacio que ocupa<br />
una extensión de 200 metros y una profundidad, de este a<br />
oeste, aproximada de 600 metros. Esta superficie ocupa un<br />
plano inclinado que desciende de la montaña» [sic]. 34<br />
La forma vertical pura, «aplomada de abajo a arriba, regular,<br />
sin recorte ni escalonamiento [...] combinada con las<br />
necesidades de estabilidad, de resistencia al viento, [que]<br />
tomará una forma característica en el plano», 35 era resultado<br />
de una ecuación algebraica: la función entre «la altura y la<br />
extensión del suelo disponible», 36 la relación entre dimensiones<br />
verticales y horizontales.<br />
Le Corbusier destacó que el elemento vertical (arquitectura)<br />
fijaba el sentido de lo horizontal (naturaleza), de modo<br />
que esta adquiría vida porque se creaba «el lugar de todas<br />
las proporciones, un ángulo recto [...]. Cristalización, fijación<br />
del lugar. Este es un lugar donde el hombre se detiene, porque<br />
hay sinfonía total, magnificencia de afinidades». 37<br />
La forma vertical, el cuerpo principal del edificio, era generada<br />
por la apilación de una planta estándar y típica de<br />
carácter versátil que preveía «todas las posibilidades de variación<br />
[intercambiabilidad], de modo que se puedan realizar<br />
Le Corbusier, proyecto del Centro Administrativo de Bogotá.<br />
Planos realizados para la presentación en el VIII Congreso<br />
CIAM, Inglaterra, julio de 1951. © FLC.<br />
Por otra <strong>parte</strong>, el volumen del grand immeuble corresponde a<br />
una forma vertical apoyada en un basamento donde se disponía<br />
la Sala de los Pasos Perdidos, auditorios y salas de conferencias.<br />
El basamento podía incluir una terraza-jardín junto al<br />
techo del auditorio para utilizarse como teatro al aire libre.<br />
Le Corbusier, el Centro Cívico del proyecto<br />
para la reconstrucción de Saint-Dié,<br />
Congresos CIAM VII y VIII. CIAM, The<br />
Heart of the city, Londres, 1951. © FLC.<br />
Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />
231
Le Corbusier, «Bogotá, Plan Regulador, Wiener y Sert (L. C., Consultor), proyecto L. C. / Centro<br />
Administrativo, Formas de las nuevas construcciones del centro» FLC R2-15-15. © FLC.<br />
las modificaciones que se requieran al filo de los años […]<br />
una economía de aprovechamiento perfecta». 38 Por otra <strong>parte</strong>,<br />
la contundente vertical se fragmentaba en sección por<br />
medio de segmentos separados mediante pisos técnicos en<br />
los que se localizaban los equipos mecánicos especiales<br />
(como en los proyectos para las NN. UU., Bogotá y Argel),<br />
con lo cual se privilegiaba la dirección horizontal.<br />
La versatilidad resultaba ser un factor común entre el<br />
grand immeuble y la arquitectura del rascacielos comercial<br />
norteamericano de finales del siglo XIX y principios del XX;<br />
coincidencia que los pone sobre la misma mesa del laboratorio<br />
de experimentación y desarrollo de los elementos componentes<br />
que formaron el tipo edilicio.<br />
***<br />
La aproximación analítica al proyecto de la ville corbu permite<br />
situarse en una perspectiva que destaca temas y problemas<br />
de arquitectura y ciudad aún vigentes. La ville corbu<br />
constituyó la base de un procedimiento proyectual en el que<br />
reverbera la experiencia de Le Corbusier en la disciplina y<br />
en el control de sus principios autónomos como forma de<br />
conocimiento y motor de las transformaciones de la realidad<br />
bogotana.<br />
Este hecho lo alejó de la fantasmal tabula rasa porque<br />
le permitió instalar a Bogotá en la lógica formal universal de<br />
la tradición de la planificación urbana y correspondió con el<br />
esfuerzo por superar la temporalidad y provisionalidad de la<br />
coyuntural arquitectura de los tiempos modernos.<br />
La ville corbu no constituye un procedimiento apriorístico;<br />
la experiencia de Le Corbusier formalizó el conocimiento en<br />
el proyecto, de modo que su principio lógico formal no puede<br />
ser comprendido sino en la ville corbu.<br />
La ville corbu desafió el crecimiento natural, la inercia de<br />
la ciudad, porque proyectó una ficción verdadera que contradecía<br />
la ilusión del espacio real, expuesta en la asonada<br />
del 9 de abril de 1948. La ville corbu formalizaba otro espacio<br />
real que se oponía al desorden, a la descomposición y a<br />
la confusión del espacio urbano. Y confió en comprometer en<br />
su realización la voluntad, tanto de la ciudad como de la sociedad<br />
bogotana a lo largo de los siguientes cincuenta años,<br />
condición aprovechada para presentar el plan de ordenamiento<br />
como producto de un gobierno progresista dispuesto<br />
a mantenerse en el poder.<br />
La ville corbu era una forma urbana abierta y continua,<br />
atenta a responder las necesidades de la ciudad «sin ruptura<br />
y sin abandono», como escribió Le Corbusier; un lugar<br />
construido con las técnicas de la arquitectura y el urbanismo:<br />
«una arquitectura potente, de presupuestos modestos, en la<br />
que el espíritu se expresará por medio del hormigón armado,<br />
de la proporción y de una alianza perfecta con el paisaje». 39<br />
232 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Fernando Arias: arquitecto por la Universidad de los Andes (1988) y doctor<br />
en Proyecto Arquitectónico por la Universidad Politécnica de Cataluña,<br />
España (2006). Profesor asociado de la Universidad Nacional. Trabaja<br />
en la maestría, el doctorado y el pregrado en Arquitectura. Pertenece<br />
al grupo de investigación Proyecto y Arquitectura, código Colciencias<br />
0061523, categoría A1. Tesis doctoral: Le Corbusier en Bogotá. El proyecto<br />
del «grand immeuble» para el Centro Cívico, 1949-1950, dirigida<br />
por Rogelio Salmona. Obtuvo la mención cum laude. Publicaciones: 2008:<br />
Le Corbusier en Bogotá. El proyecto del «grand immeuble», CIDAR, UN.;<br />
«El proyecto del grand immeuble de Le Corbusier en Bogotá», en: revista<br />
DPA Departamento de Proyectos Arquitectónicos, UPC, Barcelona, pp.<br />
67-79. En colaboración, traducción La macchina di progetto (La máquina<br />
de proyecto), CIDAR, UN. «Arquitectura muy urbana» en: El inicio de la<br />
metrópoli. Bogotá años 50. CIDAR UN, pp. 67-79. 2006: Finalización de<br />
textos Ciudad a<strong>parte</strong>. Proyecto y realidad en la Ciudad Universitaria de<br />
Bogotá, CORTÉS, Rodrigo, et alter, Panamericana.<br />
1 «Je connais votre ville comme si j’y étais né [...] Bogota c’est un peu<br />
une ville corbu [...] corbu est un peu Bogotien», carta de Le Corbusier a<br />
Zuleta Ángel, 19 de septiembre de 1953 (FLC H3-4-513).<br />
2 Le Corbusier, Vers una architecture, Crès, París, 1924. Trad. Esp. Cast.<br />
Apóstrofe, Barcelona, 1998, p. 48.<br />
3 Carta de Le Corbusier a H. Ritter, 10 de junio de 1949 (FLC H3-4-200).<br />
4 Carta de Le Corbusier a Wiener y Sert, 16 de marzo de 1950 (FLC H3-4-<br />
139).<br />
5 Carta de Le Corbusier a Zuleta Ángel, 23 de marzo de 1953. El subrayado<br />
es nuestro (FLC H3-4-511).<br />
6 FLC, Carta de Wiener a Le Corbusier, septiembre de 1952.<br />
7 J. Tyrwhitt, Josep Lluís Sert, Ernesto Rogers (Ed.), El corazón de la<br />
ciudad: por una vida más humana de la comunidad, Hoepli S. L., Barcelona,<br />
1955, p. 52.<br />
8 Sustantivo que designa el ruido (clic) que se produce al accionar el<br />
botón que enciende una máquina. Le Corbusier, «D’un tableau à un<br />
gratte-ciel», en Le Modulor: essai sur une mesure harmonique à l’échelle<br />
humaine aplicable universellement á l’architecture et à la mécanique,<br />
L’Architecture d’Aujourd’hui, Collection ASCORAL, Boulogne, 1950, p.<br />
216-218.<br />
9 Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches: voyage aux pays<br />
des timides, Plon, París, 1937. Trad. Esp. Poseidón, Buenos Aires, 1958,<br />
p. 220.<br />
10 Ídem. pp. 221, 224.<br />
11 Carnets, Vol. II, Carnet 20, Bogotá, mayo de 1951, fig. 443.<br />
12 Aunque aparece en francés en su cahier, deliverance es un anglicismo<br />
que significa entregar, llevar o transportar; también significa rescatar,<br />
salvar o liberar, además de dirigirse a un lugar. Otra acepción es parto o<br />
alumbramiento.<br />
13 Texto incluido en el libro de Ivan Zacnic, The final testament of Père<br />
Corbu. A translation and interpretation of «Mise au point», Yale University<br />
Press, New Haven, 1997.<br />
14 Ídem., p. 87.<br />
15 Julio Verne, París en el siglo XX [1865], Planeta, Barcelona, 1955.<br />
16 Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches, óp. cit., p. 87.<br />
17 Ib. pp. 60, 100.<br />
18 Ib.<br />
19 Ib. p. 111.<br />
20 Rem Koolhaas, Delirio de Nueva York: un manifiesto retroactivo para<br />
Manhattan, Gustavo Gili, Barcelona 2004, p. 97.<br />
21 Le Corbusier, Carnets II, D16’’, Nueva York, septiembre, 1950, fig. 232.<br />
22 Carnets. Vol. II, Carnet 215, Bogotá, agosto-septiembre de 1950, fig. 52.<br />
23 Le Corbusier, Elaboration du Plan Régulateur de Bogotá. Etablissement<br />
du Plan Directeur, pp. 34-35.<br />
24 Carta de Le Corbusier a Zuleta Ángel, 19 de septiembre de 1953 (FLC<br />
H3-4-513).<br />
25 Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches, óp. cit., p. 114.<br />
26. Le Corbusier, Elaboration du Plan Régulateur de Bogotá, óp. cit.<br />
27. Le Corbusier, Vers une architecture, óp. cit., pp. 36, 145.<br />
28. Le Corbusier, Pierre Jeanneret, Œuvre Complète 1934-1938, Publié par<br />
Max Bill architecte, Dr. H. Girsberger, Zúrich, 1938.<br />
29. Colin Rowe, Manierismo y arquitectura moderna y otros ensayos, Gustavo<br />
Gili, Barcelona, 1978, pp. 19, 91.<br />
30. Ídem., p. 18.<br />
31. Le Corbusier, Précisions sur un état présent de l’Architecture et<br />
l’Urbanisme, Crès, París, 1930. Trad. Esp. Poseidón, Barcelona, 1979,<br />
pp. 69-74.<br />
32. Ídem., p. 154.<br />
33. Ídem., p. 150.<br />
34. Le Corbusier, Elaboration du Plan Régulateur de Bogotá, óp. cit., p. 32.<br />
35. Le Corbusier, Quand les cathédrales étaient blanches, óp. cit., p. 83-84.<br />
36. Ídem, p. 90.<br />
37. Ídem, p. 98.<br />
38. Ídem, p. 90.<br />
39. Carta de Le Corbusier a Zuleta Ángel, 19 de septiembre de 1953 (FLC<br />
H3-4-513).<br />
Bogotá es una ciudad corbu | Fernando Arias Lemos<br />
233
El Centro Cívico del Plan Director de Bogotá: dos ideas de ciudad moderna en un solo plan<br />
Carlos Eduardo Hernández Rodríguez<br />
En 1933, a bordo del buque Patris II, en ruta Marsella-Atenas,<br />
en el Mediterráneo, se redactó el borrador de lo que luego<br />
sería el manifiesto más importante del urbanismo moderno:<br />
la Carta de Atenas, resumen del IV CIAM, 1 publicado por primera<br />
vez en 1942 y atribuido en gran <strong>parte</strong> a Le Corbusier.<br />
En los siguientes años, sería la «carta de navegación» de la<br />
«ciudad funcional», al abordar los problemas de las ciudades<br />
a través de los principios del movimiento moderno:<br />
El IV Congreso CIAM, celebrado en Atenas, ha hecho suyo<br />
el postulado siguiente: el sol, la vegetación y el espacio son<br />
las tres materias primas del urbanismo. La adhesión a este<br />
postulado permite juzgar las cosas existentes y apreciar las<br />
proposiciones nuevas desde un punto de vista verdaderamente<br />
humano. 2<br />
Las sistemáticas «observaciones y exigencias» 3 que identificaron<br />
las conexiones entre la ciudad y su región, la habitación,<br />
el esparcimiento, el trabajo, la circulación y el patrimonio<br />
histórico de las ciudades, son los puntos de partida para el<br />
análisis de la ciudad existente y de las nuevas propuestas<br />
para las urbes, como <strong>parte</strong> integral de los planes modernos<br />
de este periodo, cuya síntesis será expuesta desde los CIAM.<br />
En este proceso, la aparición y evolución del Centro Cívico<br />
como componente de los planes modernos se convertirá,<br />
con el paso de los años, en uno de los puntos centrales<br />
del urbanismo modeno en la ciudad, tema que evoluciona<br />
en primera instancia conectado con los planteamientos de<br />
los CIAM de preguerra y en cabeza del propio Le Corbusier,<br />
para luego ser progresivamente replanteado bajo la influencia<br />
progresiva de la crítica, que se posiciona en los CIAM de<br />
posguerra y que obliga a revisar los postulados del movimiento<br />
moderno. En esta segunda etapa se insistirá en el reconocimiento<br />
del ser humano y de una ciudad más humana,<br />
como avance del enfoque meramente funcional, situación<br />
que retomó la discusión sobre algunos valores preexistentes<br />
en la ciudad y colocó en primera plana conceptos abolidos<br />
por el propio discurso moderno como la calle o la plaza tradicional,<br />
que nuevamente cobraron vigencia como <strong>parte</strong> de las<br />
estrategias implementadas, para superar los planteamientos<br />
realizados en los años anteriores. Es aquí, en este encuentro<br />
de posiciones sobre la forma de pensar la ciudad, donde el<br />
plan de Bogotá encontrará su mayor importancia en la historia<br />
de los planes modernos en Latinoamérica.<br />
Colombia, Le Corbusier y la aparición de las ideas<br />
modernas para Bogotá<br />
En Latinoamérica, gran <strong>parte</strong> de las discusiones atribuidas al<br />
movimiento moderno han de llegar primero por intermedio de<br />
las corrientes académicas, con el registro y difusión de los<br />
procesos acontecidos especialmente en Europa y las ideas<br />
que se despliegan como consecuencia de la aparición de<br />
los manifiestos modernos, como la Carta de Atenas o Can<br />
our Cities Survive?, 4 libro escrito por Josep Lluís Sert, donde<br />
también se registran las reflexiones del IV CIAM y a cuyo texto<br />
se le atribuye ser la introducción oficial de las ideas del movimiento<br />
moderno en Norteamérica.<br />
En este contexto, algunos dirigentes de ciudades latinoamericanas<br />
acogieron la propuesta de la doctrina moderna y<br />
convirtieron las ciudades en lugares de experimentación y<br />
concreción de este ideal, a manera de laboratorios urbanos,<br />
en una época donde se destacan las ciudades primordialmente<br />
por el rápido cambio, crecimiento y transformación.<br />
En Colombia, el urbanismo y las ideas del movimiento moderno<br />
llegan formalmente a mediados de los años cuarenta<br />
del siglo XX, con los planes para varias ciudades colombianas<br />
y en manos de sus mayores exponentes: Le Corbusier,<br />
Josep Lluís Sert y Paul Lester Wiener. Para este momento,<br />
ya se habrán registrado más de treinta años de evolución de<br />
las ideas proclamadas por el nuevo urbanismo en Europa,<br />
acompañadas por una serie de intervenciones en varias ciudades<br />
de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.<br />
Bogotá decide incorporarse a las ciudades que acogen<br />
dichas ideas con la intervención de Le Corbusier, quien<br />
acepta dirigir el plan después de haber perdido el encargo<br />
para el diseño y construcción del edificio de las Naciones<br />
Unidas en la ciudad de Nueva York. Es así como el plan de<br />
Bogotá se convertirá en la oportunidad de consignar en una<br />
capital latinoamericana las ideas sobre una ciudad legítimamente<br />
moderna.<br />
Conversaciones paralelas entre Le Corbusier y la firma<br />
Town Planning Associates, en cabeza de Josep Lluís Sert y<br />
Paul Lester Wiener (dupla de arquitectos que representa los<br />
postulados de los CIAM y que se encuentran en Colombia<br />
elaborando planes para la ciudades de Tumaco, Cali y Medellín<br />
desde 1946) permiten pensar en un equipo de gran<br />
nivel para acometer la tarea establecida. La participación de<br />
Sert y Wiener se concreta y el «Plan Director de Bogotá» comienza<br />
a operar en tres fases. La primera fase, de análisis y<br />
recopilación de información, es encargada a la nueva oficina<br />
llamada «Oficina del Plan Regulador», manejada desde Bogotá<br />
por arquitectos de la Administración; la segunda fase,<br />
234 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Le Corbusier, proyecto para el Centro Cívico en el Plan Piloto (1950). Se muestran las unidades de<br />
habitación y los edificios del poder político, administrativo y religioso que se disponen en el espacio<br />
natural conceptualizado para disolver la calle corredor. © C. Hernández.<br />
Le Corbusier, proyecto para el Centro Cívico en el Plan Piloto (1950). © C. Hernández.<br />
denominada Plan Piloto, se encarga de desarrollar las ideas<br />
fundamentales del plan y su dirección es asumida por Le<br />
Corbusier; y la <strong>tercera</strong> fase, denominada Plan Regulador, es<br />
asignada a Sert y Wiener, y consiste en el desarrollo a plenitud<br />
las ideas del Plan Piloto para aplicarlas en cada contexto<br />
particular de la ciudad.<br />
Acompaña el desarrollo del plan una serie de reuniones,<br />
visitas y correos entre las oficinas de Le Corbusier, en París<br />
(con arquitectos colombianos como Germán Samper, Reinaldo<br />
Valencia y Rogelio Salmona), Sert y Wiener en su oficina<br />
de Nueva York (trabajando paralelamente en propuestas para<br />
Cali, Medellín e incluso conversaciones con Barranquilla) y<br />
la oficina de Bogotá, dirigida por Carlos Arbeláez (donde se<br />
construyen los insumos de análisis para alimentar a las oficinas<br />
de París y Nueva York). Con este acuerdo de trabajo se<br />
gesta una propuesta para la ciudad, que es consignada en el<br />
Informe del Plan Piloto y que es acompañada por 37 planos<br />
de análisis que esgrimen la propuesta de la Bogotá moderna.<br />
«El día 16 de junio de 1947, pisa por primera vez suelo<br />
bogotano, lo que hará en cinco oportunidades». 5 Dicta dos<br />
conferencias en el Teatro Colón, denominadas El urbanismo<br />
como supremo ordenador social y Caracteres mundiales y<br />
regionales de la arquitectura moderna. Por primera vez, Le<br />
Corbusier toma contacto con Colombia y es recibido por el<br />
alcalde de la ciudad, Fernando Mazuera, y una «multitud de<br />
jóvenes arquitectos colombianos unidos al grito de ¡abajo<br />
la academia!», 6 como crítica a la formación academicista y<br />
apoyo a las nuevas ideas modernas encabezadas por el propio<br />
Le Corbusier.<br />
La entrega oficial del Plan Piloto la realiza Le Corbusier en<br />
su <strong>tercera</strong> visita a Bogotá, en el año de 1950, en los meses<br />
de agosto y septiembre, ante las autoridades de la ciudad. El<br />
informe del plan se presenta en los términos acordados, con<br />
unos capítulos muy definidos: una introducción, que desarrolla<br />
los problemas de la ciudad y presenta la solución dada a<br />
través de este plan moderno, así como los capítulos que esbozan<br />
un plan regional, un plan metropolitano, un plan urbano,<br />
un plan del Centro Cívico y las conclusiones finales del plan.<br />
Como la gran mayoría de los planes de esta época, el plan<br />
de Bogotá desarrolla la estrategia para entender la ciudad<br />
a partir de una mirada amplia, que se enfoca en reflexionar<br />
sobre la ciudad en su conexión con la región, situación que<br />
involucra un detenido proceso de comprensión de un mundo<br />
que se mueve por las nuevas técnicas, la industria, el automóvil,<br />
el avión y las comunicaciones, para luego pasar por<br />
la escala metropolitana cuyo desarrollo plantea, entre otros<br />
temas, una propuesta funcional dentro de un manejo de densidades<br />
poblacionales en el territorio, «...fijando de un modo<br />
El Centro Cívico del Plan Director de Bogotá | Carlos Eduardo Hernández<br />
235
acional los lugares de habitación y los lugares de trabajo, las<br />
funciones de la circulación aparecen con notoriedad», 7 así<br />
como también se desarrolla un plan urbano, cuyo gran avance<br />
frente a otros es el desarrollo del concepto de la «regla de<br />
las 7V» y del «sector», desarrollo que se enfoca en estructurar<br />
y desglosar un sistema vial jerarquizado que comienza<br />
por las vías de unión con la región, hasta llegar a las vías peatonales<br />
que alimentan los nuevos denominados «sectores».<br />
El sector como teoría se enfocará en dividir a Bogotá en varias<br />
<strong>parte</strong>s, capaces de contener una comunidad que pueda<br />
soportar un «núcleo» donde se hallarán equipamientos como<br />
la escuela, la iglesia y otros lugares de reunión de la comunidad,<br />
enmarcados en una lógica ambiental de la Sabana donde<br />
se involucran los cerros, los ríos, humedales y quebradas<br />
que articulan el sistema verde de la misma, reivindicando la<br />
noción de comunidad en la ciudad y acercándose, en otra<br />
escala, al desarrollo del Centro Cívico.<br />
El Centro Cívico de Bogotá: el espacio de la<br />
arquitectura moderna o la reivindicación de la historia<br />
En el desarrollo del Plan Piloto de Bogotá, un capítulo de<br />
singular importancia será el Centro Cívico, componente del<br />
plan que revelará con mayor detalle la apuesta de la ciudad<br />
imaginada por Le Corbusier y soportada esencialmente en la<br />
Carta de Atenas y en la doctrina que construye los destinos<br />
de los primeros CIAM. Aquí, la ciudad funcional moderna comienza<br />
a develarse desde los primeros bocetos realizados<br />
y busca fortalecer en el lugar más consolidado de la ciudad<br />
la apuesta por una ciudad enriquecida por los nuevos ideales.<br />
La separación del vehículo del peatón, la aparición de<br />
los nuevos edificios de vivienda insertados en un vacío que<br />
se genera para incorporar la naturaleza, el aire y el sol en<br />
la ciudad, reemplazarían las tradicionales manzanas históricas<br />
del centro bogotano, en estricta consonancia con los<br />
diagnósticos previos y consecuente con el discurso de abolición<br />
de la calle-corredor construido años atrás. «Las construcciones<br />
levantadas a lo largo de las vías de comunicación<br />
y en las proximidades de los cruces son perjudiciales para<br />
la habitabilidad: ruidos, polvo y gases nocivos». 8 El espacio<br />
logrado, donde la arquitectura se posiciona como objeto y<br />
monumento a la vez, explica el destino principal del Centro<br />
Cívico, evidencia temprana de una ciudad que no se definirá<br />
solamente por las cuatro funciones y que desarrollla en este<br />
un Centro Cívico monumental como una apuesta por otorgar<br />
una condición más humana en la ciudad, centrada en la fusión<br />
entre las artes y la arquitectura.<br />
Le Corbusier tratará este tema en el CIAM VIII de 1951,<br />
«El corazón de la ciudad», realizado en Hoddesdon, con<br />
un artículo para el libro que acompaña este CIAM y que es<br />
preparado por Sert en compañía de Jaqueline Tyrwhitt y Ernesto<br />
N. Rogers, con anticipación al congreso. El artículo de<br />
Le Corbusier es llamado originalmente The Relationship of<br />
the Plastic Arts at the Core y renombrado por Sert como The<br />
Core as a Meeting Place of the Arts. 9 En dicho artículo, Le<br />
Corbusier reflexiona sobre el core e inicia con una propuesta<br />
de combinación entre los dos títulos, llamada «El core, considerado<br />
como un lugar para la expresión de la vida», en<br />
la cual se reflexiona sobre estos nuevos centros como lugares<br />
del teatro espontáneo, donde discurren la creatividad,<br />
la inspiración y la vida. El recorrido realizado inicia con un<br />
recuento de sus viajes a Brasil, la reconstrucción de Francia,<br />
la escala humana y los ejemplos como el proyecto de las<br />
Naciones Unidas, la Unidad de Habitación de Marsella, «Los<br />
múltiples cores de una ciudad, Chandigarh», 10 para terminar<br />
con una conclusión: «El core es un lugar para la expresión<br />
de la vida humana».<br />
En Bogotá, es en esta noción de lugar para la expresión de<br />
la vida humana donde se enmarcará la propuesta del Centro<br />
Cívico del Plan Piloto y es allí donde se develan las últimas<br />
discusiones sobre la vivienda vertical y la liberación del suelo<br />
como revelación del descubrimiento de la naturaleza por la<br />
ciudad. En este manto verde flotan unidades de habitación,<br />
desarrolladas en otras latitudes, que reafirman la condición<br />
de la disolución de la calle-corredor y la plaza como una de<br />
las estrategias para involucrar el ideal moderno en la ciudad,<br />
en clara consonancia con las discusiones de la «ciudad funcional»<br />
de los CIAM de preguerra, a propósito de la jornada<br />
solar, el habitar, el trabajar, la recreación y la circulación. Estas<br />
acciones están acompañadas de un discurso que busca<br />
aglutinar los tres poderes más representativos de la ciudad<br />
relativos a la religión, al gobierno, al municipio y a los ciudadanos<br />
en una redefinida plaza de Bolívar, que se enmarcará<br />
en una clara afinidad por destacar la monumentalidad de la<br />
arquitectura en el centro de la ciudad.<br />
Así, la plaza de Bolívar, elemento de primer orden en el<br />
Centro Cívico, se acompaña de los edificios del Palacio presidencial,<br />
así como del palacio de los ministerios, el palacio<br />
municipal, el de los sindicatos, la Catedral, el Parlamento y<br />
un cierto número de calles y de edificios históricos que se<br />
mencionan reunidos y conformando el espíritu de la ciudad.<br />
El espacio de los bogotanos del centro, que había sido<br />
construido por una disposición de vacíos y llenos, provistos<br />
de una escala y un valor arquitectónico que reafirmaban la<br />
historia de la ciudad, es remplazado por una nueva noción de<br />
monumentalidad que atiende en principio a la idea del valor<br />
del edificio como monumento, en relación con un entorno natural<br />
donde primará la disposición frente al sol, a la geografía<br />
y donde la noción histórica de calle y plaza será reemplazada<br />
por un vacío que reinvierte la condición espacial de la<br />
ciudad, privilegiando al edificio como monumento y al vacío<br />
como elemento de soporte natural y vial.<br />
La montaña es observada como una reserva paisajística y<br />
se plantea la restricción de las alturas en el piedemonte para<br />
asegurar su silueta; se conserva la Catedral y su contexto<br />
inmediato y enfrente de ellas se propone el edificio de los<br />
ministerios en 15 pisos y el edificio municipal, que enfrenta a<br />
la Catedral y que termina de conformar a la plaza cívica que<br />
duplica el espacio existente.<br />
Alrededor de este complejo se generan unidades de vivienda<br />
en altas densidades que son resueltas en altura y que<br />
garantizan la presencia de la vivienda en un vacío colmado de<br />
vegetación. Estas viviendas en altura recogen las reflexiones<br />
desde la Unidad de Habitación 11 y el edificio lineal, característicos<br />
en las propuestas de Le Corbusier de los años cuarenta.<br />
Es así como en el Centro Cívico del Plan Piloto se retoman<br />
los elementos tradicionales de la cultura de los primeros planes<br />
modernos y se destaca la «quinta función urbana», función<br />
que no es clara en los primeros CIAM y que se menciona<br />
236 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
desde el Congreso de Bérgamo, en 1948, atendiendo a las<br />
ya numerables disidencias que abogaban por un cambio de<br />
dirección en la conducción de la «ciudad funcional».<br />
Los CIAM de posguerra y el cambio de postura en el Plan<br />
Regulador<br />
Paralelo a estos años de trabajo en Bogotá, discurre el CIAM<br />
de Bérgamo, en 1948, donde arquitectos holandeses sugirieron<br />
la idea del Centro Cívico como tema para un nuevo<br />
congreso. Sert defiende la idea y la traduce en El corazón de<br />
la ciudad como una manera de ir más allá de las ideas del<br />
Centro Cívico, en el logro de una ciudad más humana donde<br />
se conjugan las expresiones y sentimientos humanos.<br />
En el CIAM de Hoddesdon, en 1951, Sert formuló su crítica<br />
al funcionalismo ortodoxo y planteó mantenerse en búsqueda<br />
de una «arquitectura más completa»:<br />
La necesidad de lo superfluo es tan vieja como la humanidad.<br />
Ya es hora de reconocerlo abiertamente y acabar con<br />
las engañosas actitudes que intentan buscar una justificación<br />
funcional a elementos que resultan francamente superfluos<br />
si se los juzga según los rígidos parámetros arquitectónicos<br />
de los años veinte. Esto no significa que los edificios<br />
no deban ser funcionales. Deben serlo, tanto como siempre<br />
hemos pretendido. 12<br />
Le Corbusier, proyecto para el Centro Cívico en el Plan Piloto (1950): perspectivas en 3D de la plaza de Bolívar en el Plan Piloto. © C. Hernández.<br />
La creación de un centro físico para el hombre y desde el<br />
hombre, retomará la noción de la calle y de la plaza como<br />
ejemplos para consolidar el conjunto moderno. La necesidad<br />
de estos elementos se tornará fundamental dentro de<br />
las ciudades, pues es allí donde se desarrolla la vida de la<br />
colectividad y las actividades humanas sensibles.<br />
La función social de los nuevos centros o núcleos comunitarios<br />
consiste fundamentalmente en unir a la gente y<br />
facilitar los contactos directos y el intercambio de ideas que<br />
estimulen la libre discusión.<br />
Hoy en día, en nuestras ciudades, la gente se reúne en las<br />
fábricas y en las calles transitadas, en condiciones muy<br />
poco favorables al intercambio de ideas. Los centros de<br />
Paul Lester Wiener y Josep Lluís Sert, Plan Regulador para Bogotá (1953): propuesta para el Centro Cívico. Las diferencias entre la doctrina del Plan Piloto se<br />
muestran en una ciudad que retoma la calle y la plaza como <strong>parte</strong> de sus estrategias para construir la ciudad moderna. © C. Hernández.<br />
El Centro Cívico del Plan Director de Bogotá | Carlos Eduardo Hernández<br />
237
eunión de la colectividad, debidamente organizados, proporcionarán<br />
un marco donde se desarrolle una nueva vida<br />
social y un saludable espíritu cívico. Las más diversas actividades<br />
humanas, espontáneas y organizadas, encontrarán<br />
su lugar adecuado en esos centros comunes... Estas personas<br />
podrán así descubrir nuevos valores humanos entre<br />
los ciudadanos y tendrán ocasión de mantener contactos<br />
sociales de los que hoy carecen. El planeamiento de estos<br />
nuevos centros y la forma de sus edificios tendrán en cuenta<br />
está función social. 13<br />
En la figura de Josep Lluís Sert, el corazón de la ciudad alcanza<br />
su mayor realce en los congresos CIAM al dar la primacía<br />
al Centro Cívico como el elemento más importante de<br />
la ciudad moderna y al proponerlo como una quinta función,<br />
reflexión que se verá reflejada en las transformaciones propuestas<br />
para el Plan Regulador de Bogotá.<br />
Al aparecer la <strong>tercera</strong> etapa del plan, llamada Plan Regulador<br />
y encomendada a Sert y Wiener, el desarrollo de las<br />
ideas del Centro Cívico tomará un viraje inesperado que sólo<br />
podrá ser explicado por la confluencia de las fuertes discusiones<br />
en torno a los planes modernos dentro del CIAM y la<br />
aparición de propuestas desde los defensores del movimiento<br />
moderno que intentarán aplacar las críticas.<br />
Para Sert y Wiener, el Centro Cívico de Bogotá se convertirá<br />
en la oportunidad de plasmar en un mismo plan el cambio<br />
en la manera de asumir la propuesta de ciudad moderna, incorporando<br />
las discusiones ventiladas en el CIAM de Bérgamo,<br />
preparándose para la presentación de las discusiones<br />
del CIAM de Hoddesdon, en divergencia con la posición del<br />
hombre frente al espacio propuesto por el Plan Piloto de Le<br />
Corbusier, y recogiendo las nuevas discusiones de carácter<br />
«mundial» que se desarrollan paralelamente a los planes y<br />
que, en el caso de Bogotá, enmarcaron varias de las decisiones<br />
que se toman en el Plan Regulador, la <strong>tercera</strong> etapa<br />
del plan, con un Le Corbusier distanciado de Bogotá y más<br />
cercano al nuevo plan de la ciudad de Chandigard, en la<br />
India, su nuevo proyecto de trabajo.<br />
Sert, ahora protagonista en el Plan Regulador de Bogotá<br />
y también en los CIAM, al ser su presidente, lucha por la vida<br />
emocional de la comunidad. Es el hombre y sus emociones,<br />
sus necesidades, lo que ahora rige el urbanismo de Bogotá,<br />
y sus propuestas no pueden pasar por alto este hecho fundamental;<br />
se inicia aquí un reencuentro, una revisión y una<br />
autocrítica. Las funciones de la Carta de Atenas también deben<br />
ahora recentralizarse, su objetivo, la comunidad y una<br />
nueva visión del hombre.<br />
Un espacio abierto pero definido por la arquitectura se<br />
proyecta para el nuevo hombre, más allá de la función. Este<br />
espacio se posiciona con la recuperación y definición del<br />
vacío de la calle y de la plaza como elementos que se incorporan<br />
nuevamente a la ciudad para cumplir con los propósitos<br />
de la doctrina moderna. El retorno a la plaza y la calle<br />
es reconocido desde los primeros bosquejos para el Plan<br />
Regulador, y anuncia pasivamente una contradicción con su<br />
directriz en el Plan Piloto.<br />
La aparición de las plazoletas de la carrera 6.ª y la conexión<br />
peatonal entre el parque de la Independencia y la<br />
propia plaza de Bolívar, la vitalización de la carrera 7.ª y la<br />
resignificación del valor de la escala de la calle del centro<br />
con una propuesta que se acerca mucho más a la anterior<br />
ciudad y sus eventos, para volver a reconfigurar la visión del<br />
hombre moderno como un hombre que vive en relación con<br />
otros en la calle, plaza o parque, que asume un rol protagónico,<br />
recoge la historia y se funde con una propuesta de<br />
nuevos edificios que se preparan para convivir con los cafés,<br />
los comercios y la vitalidad de esas calles y plazas les otorga<br />
una segunda oportunidad para coexistir con lo nuevo y transformando<br />
nuevamente el ideal moderno en torno a la manera<br />
de ver al hombre en la ciudad.<br />
La quinta función, el corazón de la ciudad, que busca realizar<br />
el nuevo Centro Cívico del Plan Regulador de Bogotá,<br />
se convertirá en la retoma de la plaza y la calle del centro<br />
bogotano, llenas de vida y congestión, como una reinterpretación<br />
de la historia en donde el hombre y su relación con<br />
los otros explicarán todos los esfuerzos por valorar desde<br />
la arquitectura la posibilidad de la existencia de unas calles<br />
rebosantes de vida, de lugares próximos, así como de la presencia<br />
de elementos años atrás tiranizados por los mismos<br />
que ahora se esforzarán por recuperarlos en sus propuestas.<br />
La plaza y su referente en diferentes escalas se enfocarán en<br />
resolver la necesidad de construir espacios de encuentro: el<br />
corazón de la ciudad soñado por esta segunda oportunidad<br />
a la modernidad.<br />
Carlos Eduardo Hernández: arquitecto y magister en Urbanismo de la Universidad<br />
Nacional de Colombia. Premio de investigación 2003 Observatorio<br />
de Cultura Urbana. Alcaldía Mayor de Bogotá. Autor del libro Las ideas<br />
Modernas del Plan para Bogota en 1950. El trabajo de Le Corbusier Wiener<br />
y Sert. Cursando actualmente estudios de doctorado en la Universidad<br />
Nacional de Colombia. Decano del Programa de Arquitectura de la<br />
Universidad Jorge Tadeo Lozano y Presidente de la Asociación Colombiana<br />
de Facultades de Arquitectura ACFA, 2010-2011.<br />
1. CIAM: los «Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna» iniciaron<br />
labores en 1928 en el castillo de La Sarraz, cerca del lago Geneva,<br />
en el cantón de Vaud (Suiza), por iniciativa de Mme. Hélène de Mandrot.<br />
2. Le Corbusier (1942), Principios de urbanismo. La Carta de Atenas, Ariel,<br />
S. A. 1. a ed. en castellano, 1971, p. 42.<br />
3. En la Carta de Atenas, el reconocimiento de las ciudades existentes y su<br />
relación con la habitación, el esparcimiento, el trabajo, la circulación y el<br />
patrimonio histórico de las ciudades son tratados en tres <strong>parte</strong>s: generalidades;<br />
estado actual de las ciudades: críticas y remedios (observaciones,<br />
exigencias), y conclusiones.<br />
4. Josep Lluís Sert (introducción de Sigfried Giedion, secretario de los<br />
CIAM), ¿Cómo podrán sobrevivir nuestras ciudades?, Universidad de<br />
Harvard, Boston, 1942.<br />
5. Pedro Bañen Lanata, «Cinco viajes y un plan para una ciudad latinoamericana»<br />
en: Le Corbusier y Sudamérica, Departamento de Publicaciones<br />
Escuela de Arquitectura Pontificia Universidad Católica de Chile, 1991,<br />
p. 73.<br />
6. Josep Lluís Sert, óp. cit., p. 75.<br />
7. Ib., p. 80.<br />
8. Le Corbusier, óp. cit. p. 46.<br />
9. Le Corbusier, «The Core as a Meeting Place of the Arts» en: AA.VV. The<br />
Heart of the City: Towards the Humanisation of Urban Life. CIAM VII,<br />
Editado por J. Tyrwhitt, Josep Lluís Sert, E. N. Rogers., Lund Humphries,<br />
Londres, septiembre de 1952, p. 41.<br />
10. Ib., p. 51.<br />
11. En la época del Plan de Bogotá, arquitectos colombianos trabajan en la<br />
Unidad de Habitación de Marsella en el estudio de París.<br />
12. Joan Ockman, «Nueva York, nueva monumentalidad», en: Catálogo de la<br />
Exposición de Barcelona. Sert, arquitecto en Nueva York, 1997, p. 33.<br />
13. Josep Rovira, «Sol y Sombra», en: Catálogo de la Exposición de Barcelona.<br />
Sert, arquitecto en Nueva York, Museo Arte Moderno de Barcelona,<br />
1997, p.133.<br />
238 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Paul Lester Wiener y Josep Lluís Sert, Plan Regulador para Bogotá (1953):<br />
borrador del Centro Cívico. Nótese aquí el énfasis realizado al vacío de la calle<br />
y las plazoletas de la carrera 6.ª. © The Frances Loeb Library, Josep Lluís Sert<br />
Collection, Harvard Design School.<br />
Paul Lester Wiener y Josep Lluís Sert, Plan Regulador para Bogotá (1953): dibujo de Sert para Bogotá. Se anota aquí la importancia dada a los vacíos<br />
de los parques lineales y la calle con las plazoletas de la carrera sexta, así como el vacío de la plaza de Bolívar. © The Frances Loeb Library, Josep Lluís<br />
Sert Collection, Harvard Design School.<br />
El Centro Cívico del Plan Director de Bogotá | Carlos Eduardo Hernández<br />
239
Josep Lluís Sert, the CIAM «Heart of the City» and the Bogotá Plan: Precursor to Urban Design, 1947-1953<br />
Eric Mumford<br />
I think that after our studies of bringing open space into the<br />
cities, we nonetheless feel the need for a civic space somewhere<br />
in them, and the most characteristic civic space<br />
will be precisely the core.<br />
Josep Lluís Sert, 1951<br />
Josep Lluís Sert’s involvement with the planning of Bogotá<br />
began in 1948, when his New York firm, Town Planning Associates,<br />
was commissioned with Le Corbusier for a new Plan<br />
Directeur for the city. At this time Sert (1902-1983) was an<br />
exile from Barcelona, having been a strong supporter of the<br />
Second Spanish Republic. In New York he became part of a<br />
circle of avant-garde émigrés centered around the sculptor<br />
Alexander Calder. At first went into partnership briefly with<br />
another former associate of Le Corbusier, Ernest Weissmann,<br />
but by 1942 Sert had joined with the well-established<br />
German émigré architect and designer Paul Lester Wiener to<br />
form Town Planning Associates. Between 1944 and 1959 this<br />
firm planned extensively for cities in South America, beginning<br />
with the Brazilian Motor city project near Rio de Janeiro,<br />
later exhibited at the Museum of Modern Art in New York in<br />
1947.<br />
In 1942 Sert published Can Our Cities Survive? the first<br />
explication in English of the urban planning concepts of CIAM<br />
(International Congresses of Modern Architecture). By 1944<br />
he had become convinced of the importance of pedestrian<br />
vitality to urban life, and after his elevation to the Presidency of<br />
CIAM in 1947, he, Sigfried Giedion, and Le Corbusier all began<br />
to suggest that some kind of pedestrian civic center was<br />
a necessary component of modern cities for both cultural and<br />
political reasons. Exemplified both by Le Corbusier’s plan for<br />
St-Dié, exhibited in New York in 1945, and Sert’s civic center<br />
in the Brazilian Motor City project, this direction was given a<br />
conceptual framework in Giedion’s 1944 essay “The Need for<br />
a New Monumentality.”<br />
Prior to the late 1940s, modern architects were divided<br />
about whether to densify central cities with towers, as Le<br />
Corbusier advocated, or to decentralize them along transportation<br />
routes. Both factions were convinced that existing<br />
cities and their architecture and transit systems were hopelessly<br />
congested and obsolete and should probably be removed.<br />
These attitudes began to become the mainstream<br />
in American architecture by the late 1940s, as can be seen<br />
in the master plans for St. Louis (1947), Boston (1950), the<br />
District of Columbia (1950), and elsewhere. Eventually, however,<br />
the modernist premises of such urbanism began to<br />
be questioned, as architects’ ongoing concern for generating<br />
pedestrian vitality and strengthening urban life became<br />
a preoccupation of the field. In this process Sert’s work has<br />
considerable significance, despite his own limited success in<br />
advancing what he called “urban consciousness.”<br />
Sert and CIAM ’s focus on the “heart of the city” at the<br />
Eighth CIAM conference in 1951 was where this new direction<br />
in postwar modern architecture was signaled to a global<br />
audience. Among the projects used to illustrate it were Le<br />
Corbusier’s new civic center for Bogotá, along with Sert and<br />
Wiener’s urban design work for Lima and Chimbote in Peru<br />
and Tumaco, Medellín, and Cali in Colombia. As president of<br />
CIAM, Sert began to emphasize the need to design in and for<br />
the heart of the city for several reasons. Beyond the continuing<br />
centrality of capital cities in the postwar era, which was<br />
emphasized even in the Soviet Union, there was also critical<br />
view that prewar CIAM had not paid enough attention to what<br />
Lewis Mumford had called “civic center elements,” when he<br />
told Sert he could not write the introduction to his Can Our<br />
Cities Survive? Other sources for the concept were Le Corbusier’s<br />
interest in pedestrian places for the “synthesis of the<br />
arts”; and Sert’s new focus on traditional Latin American town<br />
squares, which he begun to encounter in his work there. His<br />
awareness of the approaches to urban “context” then being<br />
developed by Italian CIAM member Ernesto Rogers, who he<br />
collaborated with briefly on the plan of Lima in 1947, may also<br />
have been significant. These somewhat divergent reasons to<br />
advocate the core in CIAM also overlapped with the interests<br />
of the British, Dutch, and Scandinavian groups in creating<br />
centralized places for communal services and activities in<br />
new towns and settlements.<br />
The projects that Sert and Wiener designed in Brazil,<br />
Peru, Colombia, Venezuela, and Cuba between 1945 and<br />
1959 all illustrate this new approach to urbanism. Although<br />
few of these projects were carried out as designed, when<br />
exhibited at postwar CIAM meetings and published they didactically<br />
demonstrated the basic principles of an approach<br />
to urbanism that Sert would begin to term “urban design” in<br />
1953. This direction was clearly closely related to issues of<br />
both social and physical reconstruction in Europe, but for a<br />
long time afterward it was seen as not having much relevance<br />
for North Americans. At CIAM 7, Neutra had told the delegates<br />
that while war-damaged cities in Europe «may pose their own<br />
profound problem where reconstruction is surrounded by famous<br />
and venerable monuments of the past», in the America<br />
of 1949 this was «not an issue and would seem artificially<br />
played up». Neutra saw the task for CIAM instead as one of<br />
240 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Josep Lluís Sert, Motor City civic center, Brasil (1943). © Sert, medio siglo de Arquitectura, Fundación<br />
Joan Miró.<br />
extending the «habitable area of the planet into places never<br />
before inhabited», regions «which have almost as few historical<br />
associations as the craters of the moon». In such contexts,<br />
«design... can be a sensitively suitable import, profoundly<br />
capable of fusion with the natural scene and its changing<br />
needs».<br />
After their Brazilian Motor City project and another shortlived<br />
Brazilian commission –a 1946 study for a coastal housing<br />
development about which little is known –Sert and Wiener<br />
were commissioned to produce a master plan for the Peruvian<br />
industrial port of Chimbote by the Corporacion Peruana del<br />
Santa. This was a Peruvian government agency established<br />
by a democratic reformist regime to encourage the industrial<br />
development of northern Peru, inspired by the American<br />
Tennessee Valley Authority (TVA). Sert and Wiener’s wellknown<br />
plan included both a pedestrian civic center and<br />
neighborhood units that were based not on the Corbusian<br />
Unité model, widely publicized at this time, but instead on a<br />
dense “tapis urbain” (urban fabric) of new courtyard housing.<br />
Their main Peruvian supporter, Fernando Belaúnde Terry,<br />
Wiener y Sert, master plan for Chimbote (1947-1948). © Sert, medio siglo de Arquitectura, Fundación Joan Miró.<br />
Wiener, Sert and Luis Dorich, pilot plan for Lima. © Sert, medio siglo de Arquitectura, Fundación Joan Miró.<br />
Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />
241
The heart of the city: towards the humanisation of urban life; edited by J.<br />
Tyrwhitt, J.L. Sert, E.N. Rogers (1952). The image in the cover is from the pilot<br />
plan for Cali, made by Sert. © Lund Humphries, London.<br />
the founder of the Peruvian Instituto de Urbanismo and editor<br />
of El Arquitecto Peruano, had been elected to the Peruvian<br />
congress in 1945, and new planning laws based on CIAM<br />
ideas began to be enacted. A national planning office, the<br />
Oficina Nacional de Planeamiento (ONPU) was established,<br />
and a national housing authority, the Corporacion Nacional<br />
de la Vivienda (CNV) was created, along with a national program<br />
to provide recreational facilities and a new property law<br />
to facilitate urban redevelopment. These efforts had a major<br />
impact on development in Lima and other Peruvian cities.<br />
One outcome was the commissioning by ONPU of the Plan<br />
Piloto de Lima in 1947, designed by Sert and Wiener and<br />
Peruvian CIAM member Luis Dórich, with advice from Ernesto<br />
Rogers, then teaching as a visitor at Tucuman University in<br />
Argentina. This plan called for the preservation of most of the<br />
historic Spanish colonial center, the creation of a new civic<br />
center adjacent to Exposition Park, new auto transportation<br />
routes, and a system of urban greenways and neighborhood<br />
cores.<br />
It was around the same time that Sert was appointed<br />
president at CIAM 6, held in 1947 in Bridgwater, near Bristol,<br />
England, replacing Cornelis van Eesteren. His Chimbote and<br />
Lima projects clearly demonstrated the new CIAM emphasis<br />
on the civic center and pedestrian urban life in the context<br />
of urban master planning based on the neighborhood unit.<br />
These projects, along with those that Town Planning Associates<br />
began to do after 1947 in Colombia (where Sert began<br />
to organize a Colombian CIAM group in March 1948) were<br />
intended as postwar CIAM models of comprehensive, architecturally<br />
based urbanism. Colombian cities were growing<br />
rapidly then after the introduction of international air service,<br />
and new national legislation was passed in 1947 that required<br />
planes reguladores (master plans) for new urban development.<br />
The Sert and Wiener plans for the small Pacific Ocean<br />
port of Tumaco (1947-48), for Medellín (1948–50), and eventually<br />
Bogotá (1949–53) as well as an abortive pilot plan for<br />
Cali (1949–50), used as the cover image for CIAM 8: the Heart<br />
of the City book, were intended as models for such plans.<br />
Each began by defining the area of the regional «planning<br />
unit» and included documentation on conditions of climate,<br />
topography, and existing patterns of transportation and inhabitation.<br />
Within this regional framework the basic «unit of<br />
urbanization» was the unidad vecinal, or neighborhood unit.<br />
These urbanization units were to be large superblocks with<br />
open centers for pedestrian circulation, recreational facilities,<br />
parking, and green space, and the new planning legislation<br />
was written to produce such outcomes.<br />
It was this approach that Sert offered as the official postwar<br />
CIAM «doctrine of urbanism» at CIAM 8. It included elements<br />
of earlier Dutch, Soviet, Corbusian, and American and<br />
British Garden City planning, and combined Sert’s postwar<br />
focus on the need for places for pedestrian civic gathering<br />
and on the importance of historic urban centers as models<br />
for urbanism with planning practices already widely in use by<br />
the 1940s. The plan for Chimbote was shown for the first time<br />
at CIAM 7 in Bergamo, Italy, in 1949, along with Sert’s plans<br />
for Tumaco and Medellín, based on similar principles. These<br />
projects, like others at this congress, were shown in Le Corbusier’s<br />
new «CIAM grid» format. Sert opened the congress<br />
by comparing the «human scale» of the upper town of the<br />
historic medieval city of Bergamo with that of «great modern<br />
cities, victims of the chaos resulting from their disorderly development<br />
and lack of planning». He also told Giedion that<br />
he would speak there on the «synthesis of architecture, painting,<br />
and sculpture», using his Spanish Pavilion and its works<br />
by Picasso, Miró, Calder, and others as an example of this<br />
synthesis, which he and Le Corbusier saw as logically occurring<br />
at the heart of the city. Sert stayed with Rogers in Milan<br />
during CIAM 7, and it was at this same time that his firm BBPR<br />
(Banfi, Belgiojoso, Peressutti e Rogers) was continuing their<br />
ongoing attempts, begun under Mussolini before the war, to<br />
use modernist design methods to infill the fabric of existing<br />
historic Italian cities.<br />
This attention to the heart of the city and to the vitality of<br />
pedestrian streets was new in CIAM, however. Le Corbusier’s<br />
Propos d’urbanisme, published in 1947, poetically evoked<br />
a Paris briefly free of vehicular traffic at the end of the war,<br />
but this interest in the pedestrian urban experience seems to<br />
have been more Sert’s than Le Corbusier’s, as the monumental<br />
core of Chandigarh, also first shown at CIAM 8 in 1951,<br />
would soon demonstrate. It was Sert who emphasized that<br />
the civic center element should be a key component of postwar<br />
CIAM urbanism, which went along with a new attention to<br />
the value of historic urban environments. He combined this<br />
with the continuing prewar CIAM focus on issues of housing<br />
organization, sitting, solar orientation, and both high-tech and<br />
low-tech regional building traditions, all of which were evident<br />
in some of the prewar plans of modern urbanists.<br />
In 1947, Sert had published a short essay in the book Le<br />
Corbusier: Architect, Painter, Writer, edited by Stamo Papadaki,<br />
a former CIAM member from Greece. Sert recounted how Le<br />
242 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Sert, pilot plan for Cali.<br />
Wiener y Sert, «unidad vecinal», Plan Regulador, Bogotá.<br />
Corbusier had realized that no good planning was possible<br />
when real estate speculators took the lead in determining the<br />
form of cities, and how he had «fought for the rehabilitation of<br />
the role of the architect-planner as the coordinator of a team<br />
of specialists». At the same time, he mentioned that it was<br />
the specific «plastic expression» of Le Corbusier’s plans that<br />
caused them to be criticized. More diagrammatic plans, «devised<br />
by economists or sociologists... in which the final form of<br />
the city is not disclosed», do not include architectural forms,<br />
and this allows everyone «to imagine the new city built according<br />
to his taste». Such plans, Sert asserted, perhaps thinking<br />
here of the official Greater London plans, have consequently<br />
often met with «greater public acceptance». Le Corbusier’s<br />
projects, on the other hand, he argued, have often been taken<br />
as «final proposals», and critics have tended to emphasize<br />
their defects. Sert insisted that «Le Corbusier himself is aware<br />
of the need for developing further some his plans; and, in projects<br />
like those in Algiers or Paris, one can see the progress<br />
made in later versions». Sert praised the way Le Corbusier<br />
emphasized the architectural aspects of planning, normally<br />
neglected by «economists and sociologists», and added,<br />
«An Ebenezer Howard or a Patrick Geddes does in no way<br />
exclude or replace a Le Corbusier. He has brought forward<br />
the basic elements of the modern city-planning concept». For<br />
Sert, a new focus on the pedestrian heart of the city was only<br />
a short step from this architecturally oriented approach, even<br />
though in certain ways it greatly modified some of Le Corbusier’s<br />
well-known planning principles.<br />
Sert remained in close contact with Le Corbusier during<br />
this period, who began working on a plan for Bogotá in 1947.<br />
Wiener had written to Sert from Aspen, Colorado around the<br />
same time, making reference to a possible project for New<br />
York developer William Zeckendorf for the area adjoining the<br />
U.N. Headquarters in New York. It was to be a joint venture<br />
between Town Planning Associates and Le Corbusier’s ATBAT<br />
(the group he had established to do the construction documents<br />
for the Unité d’Habitation in Marseille). Wiener wrote, «I<br />
suppose Zeckendorf would state the problem and the program,<br />
and Corbu would... evolve a scheme and send it to<br />
us». He also told Sert that Zeckendorf was negotiating to<br />
buy and develop a huge tract of land in downtown Denver,<br />
adding, «There is no doubt that a gradual friendly association<br />
with this ‘go-getter’ can be of great value to us. If only<br />
one of his schemes materializes it would represent a major<br />
realistic work; if not, it is certainly interesting to project<br />
advanced ideas, if properly paid». Nothing seems to have<br />
come of either of these central urban projects, however, and<br />
a year later Sert wrote to Giedion that «everything is at a<br />
standstill in the US, no building or planning activities of any<br />
kind, only convention speeches being broadcast all the time.<br />
The situation is not encouraging».<br />
Zeckendorf chose not to commission this team for his<br />
Denver projects, and, acting on Philip Johnson’s advice,<br />
he instead hired as his in-house architect a young Chinese-<br />
Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />
243
Le Corbusier, cabanon at Cap Martin. © FLC.<br />
American architect and Harvard assistant to Gropius, Ieoh<br />
Ming Pei. Assisted by some other Gropius-era GSD graduates,<br />
including Henry M. Cobb and Ulrich Franzen, Pei would go on<br />
to design major urban projects for Zeckendorf’s firm of Webb<br />
& Knapp in Denver, Montreal, New York, Washington, D.C.,<br />
and Philadelphia. Although Pei, a former student of Marcel<br />
Breuer’s, was also part of Gropius’s American circle, like Sert<br />
he was far more interested in dense, central urban projects<br />
than Gropius seems to have been at this time. In his proposals<br />
for the rebuilding of postwar Germany, requested by General<br />
Lucius Clay of the Allied occupation forces in 1947, Gropius<br />
continued to advocate the use of the neighborhood unit to<br />
create small, decentralized, democratic communities based<br />
on New England villages, a direction that found little support<br />
in postwar Europe.<br />
Without work forthcoming from Zeckendorf, Le Corbusier,<br />
Sert, and Wiener instead accepted another major planning<br />
commission in Colombia. Le Corbusier had been invited to<br />
Le Corbusier, 7V system. © FLC.<br />
Bogota to develop a master plan in 1947, and in 1948 Sert<br />
and Wiener were commissioned to do the detailed urban<br />
analysis of the city and work with Le Corbusier along with the<br />
newly created Oficina del plan Regulador (OPRB), directed<br />
by an architect, Herbert Ritter Echeverri. The four designers<br />
then sketched the Bogotá pilot plan just after CIAM 7 in August<br />
1949 at Le Corbusier’s holiday cabanon at Cap Martin, on the<br />
French Riviera. By proposing to limit the future growth of the<br />
fast-growing city to thirty-five neighborhood sectors (a planning<br />
unit larger than the unidad vicinal), each bounded by<br />
a new highway system, the plan exemplified the Corbusian<br />
focus on centralized high-density modern urbanism. Yet ultimately<br />
there were two versions of the plan: Le Corbusier’s Plan<br />
Directeur, or Plan Piloto, which characteristically called for the<br />
demolition of the Spanish colonial historic center and its rebuilding<br />
with widely spaced high-rises, and Town Planning<br />
Associates linked Plan Regulador, which was legally enacted<br />
as the basis for new urban development in Bogotá in 1950.<br />
Both plans were based on dividing the city into thirty-five sectors<br />
bounded by major circulation routes and including extensive<br />
internal pedestrian greenways. These were to be organized<br />
according to Le Corbusier’s «7V» classification system,<br />
first used here, which categorized traffic by speed and<br />
type, ranging from V1 and V2 expressways to V7 pedestrian<br />
greenways. Sert and Wiener’s Plan Regulador included Le<br />
Corbusier’s monumental civic center proposal, which would<br />
have demolished one block adjacent to the Plaza Bolivar and<br />
added a second plaza and an administrative high-rise, but<br />
it also called for protecting the historic center from further<br />
development, which was in fact done. It also proposed a flexible<br />
system of urban sectors bounded by new highways to<br />
be built out with a range of housing types, not only high-rises.<br />
Larger than neighborhood units, each of these urban sectors<br />
was to house twenty-five thousand to seventy-five thousand<br />
residents and would include a mix of single-family and multifamily<br />
housing and local commercial and service areas.<br />
In the downtown commercial center, between the Plaza<br />
Bolivar and the Avenida Jiménez Quesada, in the area partly<br />
destroyed in the April 1948 riots (known as the «el bogotazo»)<br />
after the assassination of the Liberal Presidential candidate<br />
Jorge Elicier Gaitan, Sert’s Plan Regulador proposed a pedestrian<br />
commercial area composed of a series of courtyards<br />
linked by pedestrian routes, with pedestrian bridges linking<br />
over the heavily trafficked side streets. Neither his nor Le Corbusier’s<br />
version of the plan was carried out, and after Le Corbusier<br />
received the commission for Chandigarh during his<br />
March 1950 visit, the focus of urban design activity for Sert<br />
and Wiener shifted to the design of a neighborhood of small,<br />
concrete shell-roofed row houses. Called the Quiroga sector,<br />
these houses were laid out on a grid pattern in a poor sector<br />
south of the center. The houses were not constructed as designed,<br />
however, and Sert wrote to Wiener that he found the<br />
built results a «disgrace to us and to the Oficina del Plano».<br />
Nonetheless, the planning legislation and administrative infrastructure<br />
set up in Bogotá by Sert and Wiener has intermittently<br />
continued to shape urban development, as the city has<br />
grown from an official population of 648,234 people in 1950<br />
to its present population of nearly eight million.<br />
244 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Image of destruction in Bogotá: 9 Abril 1948. © IDPC–MdB.<br />
Le Corbusier, civic center for Bogotá. © FLC.<br />
Le Corbusier, Palace of the Soviets competition entry for Moscow in 1932. © FLC.<br />
Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />
245
Le Corbusier and Sert were aware that this new focus on<br />
the heart of the city might appear regressive to some CIAM<br />
members, particularly given the complicated Colombian political<br />
situation, which soon developed into «La Violencia»,<br />
a civil war between Liberal and Conservative factions which<br />
lasted until 1953. In his comments that accompanied the<br />
Bogotá plan, Le Corbusier insisted that «revolutionary work<br />
often appears to be highly traditionalist in character», and<br />
he asserted that the «philosophical basis of the project» was<br />
that «revolutionary work consists primarily in giving order to<br />
what carelessness, incompetence, selfishness, and demagogy<br />
have disturbed, denatured, made grotesque and ineffective,<br />
and hostile to the public interest». At the same time,<br />
the Bogotá plan was the clearest example of the direction in<br />
CIAM urbanism that Sert had first articulated at CIAM 5 and<br />
then modified after 1943. Based on the four CIAM functions, it<br />
called for specific master plans at the regional, metropolitan,<br />
urban, and civic center scale, which were conceptualized as<br />
key elements in a new legislative structure of land-use regulation.<br />
Its stated planning goals were to reintroduce the conditions<br />
of nature into people’s everyday lives; to design for the<br />
activities of the twenty-four-hour cycle; to separate pedestrian<br />
from auto traffic; to provide for diverse housing types «susceptible<br />
to modification over time»; and to orient workplaces<br />
and dwellings in relation to solar orientation.<br />
Local real estate developers, however, resisted the plan’s<br />
effort to limit the city’s geographical spread. The civil war and<br />
the American-backed leftist military dictatorship of General<br />
Rojas Pinilla that came to power in June 1953, just as the<br />
final aspects of the plan were being completed by Sert and<br />
Wiener, prevented the plan from being immediately implemented.<br />
After a period of uncontrolled growth, which included<br />
the construction of El Dorado airport and a suburban government<br />
center for Bogota (initially planned by SOM), a new<br />
master plan, based on some elements of the 1948-53 Sert<br />
and Wiener plan, was adopted in 1959, during the era of the<br />
«National Front», where each party governed for four years<br />
in alternation. Except for some sections of the Bogotá urban<br />
road system, however, little of their plan was implemented<br />
as originally designed. Only small portions of the system of<br />
downtown commercial pedestrian plazas were built, though<br />
at the same time middle-class residential areas to the north<br />
were constructed with greenways and pedestrian-oriented<br />
modern buildings in a way surprisingly similar to some of<br />
Sert’s later urban design work.<br />
It was also while working on the Bogotá master plan that<br />
Sert began to advocate the heart of the city concept for the<br />
next CIAM. In June 1949 he had suggested to Gropius that<br />
the next congress should be held in Bogotá, Lima, or Cuba.<br />
Latin America was not what CIAM was primarily interested in<br />
at this time, however. Instead, Le Corbusier and the many<br />
British MARS group members all wanted the next congress<br />
to be held in Britain, as British planning concepts were still<br />
shaping the decolonizing postwar world. MARS members<br />
such as William Holford, Gordon Stephenson, Arthur Ling,<br />
Ernö Goldfinger, and others had taken a substantial role in<br />
the County of London Plan (1943) and Greater London Plan<br />
(1944), which replaced the more radical MARS plan of Arthur<br />
Korn and Felix Samuely (1942) as the official MARS plans after<br />
the war. These proposals, which called for a regional city<br />
organized into neighborhood units along radial transportation<br />
routes focused on a central downtown core, quickly became<br />
the planning models for Beijing, Shanghai, and Tokyo (1956),<br />
among many other places, with widely varying outcomes.<br />
The London-based landscape architect and planner<br />
Jaqueline Tyrwhitt and other members of the MARS group were<br />
the organizers of CIAM 8, which was held at a conference center<br />
in Hoddesdon, near London, in July 1951, under the rubric<br />
«The Heart of the City». It took place at the same time as<br />
the Festival of Britain, a Labour government effort to create<br />
a kind of pedestrian theme park of postwar modernist British<br />
culture, inspired by the Stockholm Exhibition of 1930. Sert’s<br />
opening address called for CIAM to begin to «talk in civic and<br />
urban terms». His goal was for CIAM to establish a «network<br />
of cores» to recentralize large urban areas around pedestrian<br />
centers to bring people together. These cores, he believed,<br />
would allow for public gathering and discussion, promoting<br />
«talk on all the things that are extremely important for our way<br />
of living if we are to keep a civic life which we believe in», A<br />
key aspect would be the general application of the idea of reserving<br />
central areas only for pedestrians, which he believed<br />
should become a major focus for cultural and political life.<br />
The MARS group’s official invitation to the congress,<br />
probably written by Tyrwhitt, had linked the core concept<br />
both to the CIAM four functions (dwelling, work, transportation,<br />
and recreation) and to the metropolitan «5 scale-levels»<br />
(village or primary housing group, small market center<br />
or neighborhood, town or city sector, city or large town, and<br />
metropolis of several million people). Sert thought that few<br />
other general principles of urbanism could be stated, since<br />
«countries are different» in climate, «standards of living,<br />
means, customs and many other factors». He closed his talk<br />
with a quotation about the human centeredness of the civic<br />
plaza from the Spanish philosopher José Ortega y Gasset’s<br />
Revolt of the Masses, adding «after our studies of bringing<br />
open space into the cities, we nonetheless feel the need for<br />
a civic space somewhere in them».<br />
With a few exceptions, prewar modernists had not been interested<br />
in designing such dense zones of pedestrian activity<br />
and civic life. In his Palace of the Soviets competition entry<br />
for Moscow in 1932, Le Corbusier had projected a kind of pedestrian<br />
sorting mechanism using ramps between the parking<br />
level and the auditorium, but this hardly qualified as the kind of<br />
civic public space that Sert had begun to propose in his Latin<br />
American projects after 1944. In a 1983 interview with Robert<br />
Campbell, a former student and firm associate, Sert, speaking<br />
of Mies van der Rohe, recalled that it was around this time that<br />
«I began to see more and more bad modern, it was always<br />
repeating the same pattern, and one was perfectly convinced<br />
that it would be really dull and sad to see whole cities develop<br />
on that very limited formula». While he remained a lifelong<br />
admirer of Le Corbusier, Sert began to modify Corbusian urbanism<br />
to focus on the city as realm of politically and culturally<br />
oriented pedestrian activity. He later recalled that while in<br />
Bogotá, where Le Corbusier was interested in incorporating<br />
«all this tropical growth» into his plans, Sert instead drew his<br />
attention to «nicely lit up storefronts and these girls walking in<br />
front» places where there was some life in the city.<br />
This new CIAM direction in favor of the pedestrian core<br />
came as a surprise to many of the other members. Sert’s for-<br />
246 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Wiener and Sert, master plan for Medellin:<br />
sketch done by Sert.<br />
Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />
247
mer colleague from GATCPAC in Barcelona, Antoni Bonet, presented<br />
the Argentine group’s plan for Buenos Aires at CIAM<br />
7 and received a cool reception from both Le Corbusier and<br />
Sert, although the plan had first been developed with Le Corbusier<br />
in 1938. Afterward Bonet wrote to his associates in<br />
the Austral group, Jorge Ferrari-Hardoy and Juan Kurchan,<br />
«After having seen how they have dealt with the Plan of Bogotá<br />
I can clearly see how wrong our office was about the<br />
way we set out». Bonet continued, «I have been to Venice. It<br />
is the greatest lesson of urbanism. I think I have learned a lot<br />
from it. St. Mark’s square is fantastic. We have come to good<br />
results with the center of our barrio. I think we should carry<br />
on with the research on this center, it is shaping up well. We<br />
should also propose the construction of one of those centers<br />
in every barrio designated by the plan».<br />
By CIAM 8, even Gropius had begun to support this new<br />
CIAM direction, even though it had little evident impact on his<br />
planning efforts in Chicago with Isaacs and TAC. At CIAM 8<br />
Gropius also advocated cores that would «give back the right<br />
of way to the pedestrian», based on the squares in Mexican<br />
villages and on the Piazza San Marco in Venice, the latter a<br />
perennial urban design model for enclosed public space that<br />
had frequently been invoked by Eliel Saarinen at Cranbrook<br />
as well. In his lecture «The Human Scale», also delivered<br />
at CIAM 8, Gropius showed his recently completed Graduate<br />
Center dormitory at Harvard, emphasizing how he had<br />
continued the pedestrian sequence of courtyards found in<br />
the older parts of the campus. Most of his projects with TAC,<br />
including a campus plan for Hua Tung Christian University<br />
in Shanghai, China, partly designed by Pei, were still quite<br />
sprawling and suburban, though they also included campus<br />
center elements. At GSD in the immediate postwar years there<br />
was a continuing focus on suburban new town planning rather<br />
than the heart of the city, as in Martin Wagner’s 1947–48 studio<br />
and research study on Framingham, an outlying town along the<br />
Massachusetts Turnpike west of Boston, the site of a General<br />
Motors plant.<br />
Students at the GSD, however, were also enthusiastically<br />
responding to Sert’s new postwar focus, as in a 1951 Gropius<br />
studio project for a new Civic Center for suburban Sudbury,<br />
Massachusetts. This was also clearly illustrated by the team<br />
thesis of Robert Geddes, Martin Sevely, William Conklin, and<br />
landscape architect Ian McHarg, which proposed rebuilding<br />
downtown Providence by synthesizing architecture with landscape<br />
architecture. Under Martin Wagner’s guidance the students<br />
made detailed planning studies of the area. At the final<br />
jury, Robert Geddes recalled that Wagner praised the team’s<br />
work but added sardonically, «You forgot everyone is going<br />
to move to Texas». This collaborative thesis project, which exemplified<br />
the Hudnut and Gropius ideal of a Graduate School<br />
of Design, was presented at CIAM 8, and a small portion of it<br />
then appeared in the subsequent publication.<br />
Nevertheless, at this time not all modern architects and<br />
planners were firmly settled on Sert’s new CIAM approach,<br />
despite the growing European influence of projects like the<br />
Rotterdam Lijnbaan (1948) by Dutch CIAM members Van den<br />
Broek and Bakema, which was inexplicably not shown at<br />
CIAM 8. Eero Saarinen, whom Sert had invited to CIAM 6 and<br />
who had recommended Minoru Yamasaki for CIAM membership<br />
in 1948, organized his General Motors Technical Center<br />
in suburban Detroit (1945–56) around a campus like central<br />
space, derived from the client’s original request for a Cranbrook-like<br />
environment. The final sprawling and auto-oriented<br />
project, however, was more influenced by Mies’s IIT campus.<br />
It set a pattern for the postwar suburban corporate campus,<br />
a direction that soon became the antithesis of Sert’s effort to<br />
promote urban recentralization. At the same time, however,<br />
the Saarinens themselves were also unsuccessfully seeking<br />
to build a new civic center in downtown Detroit, using a general<br />
approach quite similar to what Sert was then advocating.<br />
After Eliel’s death in 1950, Eero would go on to propose heart<br />
of the city–like campus plans for Brandeis University, MIT,<br />
Yale, Drake University, and the University of Michigan, though<br />
only parts of these plans were actually built as designed.<br />
By the early 1950s, then, two related but differing modifications<br />
of CIAM urbanism had emerged in addition to the<br />
mainstream modernism of Le Corbusier and Mies. One, developed<br />
by Louis Kahn and others in Philadelphia, attempted<br />
to retain elements of the existing city by reorganizing them as<br />
neighborhood units within a system of pedestrian greenways,<br />
recreation spaces, and new transportation routes. The other,<br />
developed by Sert and Wiener in their plans for Latin America<br />
and most evident in their Medellín and Bogota plans, used<br />
new construction to create pedestrian neighborhood units of<br />
courtyards and row houses. Their approach was more autobased<br />
than the Philadelphia model, but it also centered on<br />
pedestrian cores at the various scale levels called for at CIAM<br />
8. Both approaches used occasional high-density housing<br />
types, sited as punctuating visual elements in the midst of<br />
walk able neighborhood units or urban sectors. Both versions<br />
of the urban vision differed from the more familiar widely<br />
spaced high-rise models of earlier CIAM, and both were also<br />
more urban and pedestrian-oriented than the decentralized,<br />
low-rise settlement design that was still being taught by Gropius,<br />
Martin Wagner, and George Holmes Perkins at the GSD.<br />
In these developments, Sert’s planning for Bogota is an extremely<br />
important illustration of his version of CIAM urbanism.<br />
Although developed in conjunction with Le Corbusier’s Plan Piloto,<br />
it departs significantly from his ideas at the same time, as<br />
the differences between Le Corbusier’s Plan Piloto and Town<br />
Planning Associates Plan Regulador clearly demonstrate. In<br />
doing so, Sert began to define in visual terms what he meant<br />
by what he began to call «urban design» after he took over<br />
the Deanship of the Harvard Graduate School of Design, just<br />
as Town Planning Associates Bogotá planning work was being<br />
completed. In a larger historical sense, the differences<br />
between Le Corbusier and Sert and Wiener in Bogotá, as well<br />
as the initial reception of both plans, which were more or less<br />
rejected by the Rojas Pinilla government, indicates an important<br />
turning point in the history of architects’ efforts to shape<br />
urban form.<br />
The fast growing Colombian (and other Latin America)<br />
cities of the 1940s were among the first harbingers of the<br />
postwar global city, with their vast income inequalities and intense<br />
demand for housing by large numbers of impoverished<br />
in-migrants from the countryside. In their political instability<br />
and the divergent goals among different sectors of their elites,<br />
as well as their susceptibility to outside intervention by what<br />
were then the main superpower adversaries, these cities provide<br />
a kind of base line from which to measure subsequent<br />
248 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
urban developments. Their postwar urban histories need to<br />
be better known internationally. In the Colombian case, Sert’s<br />
pedestrian-centered vision of a city of sectors still appears to<br />
be more valid today than Le Corbusier’s high-rise futurism,<br />
whose monumental implications for the «heart of the city» are<br />
now clearly evident in built form at Chandigarh. It remains<br />
unfortunate that this exemplary Bogotá chapter in the history<br />
of both urbanism and modern architecture is still largely forgotten<br />
outside of Colombia, despite its complex, but by no<br />
means entirely negative, later outcomes.<br />
Eric Mumford: Professor at Washington University in St. Louis. Prf. Mumford<br />
teaches in the departments of History and History of the Art. Expert in<br />
history of the modern architecture, he has published several academic<br />
books: The CIAM Discourse on Urbanism, 1928-1960 (MIT Press, 2000) y<br />
Defining Urban Design: CIAM Architects and the formation of a discipline,<br />
1937-69 (Yale University Press, 2009).<br />
Wiener and Sert, master plan for Medellin.<br />
Josep Lluís Sert, the Ciam "Heart of the City" and the Bogotá Plan | Eric Mumford<br />
249
La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística en Colombia 1<br />
José Salazar y Karina Manco<br />
El POT/2000 y la imagen de la ciudad en el Plan Director<br />
de Le Corbusier<br />
El modelo de ocupación adoptado por el Plan de Ordenamiento<br />
Territorial de Bogotá del año 2000 se estructuró sobre<br />
tres «sistemas» principales: el sistema ambiental, el sistema<br />
de vías y transporte y el sistema de actividades urbanas<br />
«centrales» (comercio, servicios) que se destaca sobre un<br />
«fondo» de áreas residenciales.<br />
La imagen presentada para visualizar el modelo recuerda,<br />
guardadas proporciones, aquella que ilustraban en el plano<br />
de escala metropolitana 2 del Plan Director de Bogotá, entregado<br />
en 1950. En esa imagen, la ciudad de Le Corbusier<br />
está compuesta por la organización de cuatro funciones sobre<br />
el territorio: habitar, trabajar, recrear el cuerpo y el espíritu<br />
y circular, 3 de manera que los dos planes parecen contar<br />
no solo con componentes similares en el modelo de ordenamiento<br />
o imagen de la ciudad, sino que algunos de estos<br />
elementos tienen rasgos característicos francamente similares:<br />
las áreas recreacionales, atadas al curso de los ríos que<br />
bajan de los cerros; la organización de las zonas de trabajo<br />
en sentido centro-occidente, que constituyen una «ciudad<br />
lineal industrial», 4 un sistema vial jerarquizado a partir de diferentes<br />
categorías de vías (V1, V2, V3, etc.) que encierran<br />
porciones de ciudad y dos grandes zonas residenciales al<br />
norte y sur del eje de trabajo, divididas en zonas menores<br />
(los sectores en el Plan Director; las UPZ en el POT).<br />
Pero aquí no terminan las asociaciones. El método de<br />
aproximaciones sucesivas por escalas en la ciudad del Plan<br />
Director (plan regional, plan metropolitano, plan urbano y<br />
Centro Cívico) tiene respuesta en el POT cuando busca una<br />
planeación en diferentes escalas: la región (apenas mencionada<br />
por las limitaciones legales del plan); el modelo de<br />
ordenamiento urbano, las piezas y las UPZ, que se deberán<br />
desarrollar posteriormente, de acuerdo con las definiciones<br />
estructurales del POT. Nuevamente en los dos esquemas,<br />
habitar, trabajar y circular constituyen elementos transversales<br />
a las escalas, así que es necesario desarrollar y precisar<br />
estos temas de acuerdo con los requerimientos propios de<br />
cada nivel de aproximación.<br />
De acuerdo con lo anterior, uno de los aportes fundamentales<br />
del Plan Director fue precisamente el haber incluido la<br />
noción de modelo de ciudad, el concepto de una ciudad deseable,<br />
lo que convirtió el plan en sí mismo en un instrumento<br />
a través del cual se expresa el modelo. En este caso, el<br />
modelo de ciudad plasmado por Le Corbusier corresponde,<br />
por un lado, con el planteamiento consignado en Los tres<br />
establecimientos humanos 5 y, por otro, a la doctrina de los<br />
transportes y la ocupación de los territorios, más conocida<br />
por nosotros como la teoría de las 7V, de tal manera que<br />
cada uno de los elementos del modelo encuentra un lugar<br />
en la expresión del plan.<br />
Gráficos: Plan Director y POT y sobreposición.<br />
Esta primera confrontación parecería dar razón a Rodrigo<br />
Cortés cuando afirmaba:<br />
Le Corbusier inscribió a Bogotá en un plano que aún no existe,<br />
el plano de la ciudad moderna, la ciudad radiante. Y la<br />
inscribió de tal modo que ahora es imposible deshacerse<br />
de esa imagen. En el transcurso de estos últimos cincuenta<br />
años, la ciudad no ha dejado de vivir al ritmo de los hechos<br />
urbanos imaginados por Le Corbusier, tanto como al de la<br />
sucesión pura y simple de los hechos reales. 6<br />
Una inscripción que al parecer está en el origen de los diversos<br />
modelos urbanos que han sustentado los planes que la<br />
ciudad ha adoptado en los últimos cincuenta años del siglo XX.<br />
El texto que aquí se presenta se propone hacer una primera<br />
reflexión sobre la permanencia de una forma de planear<br />
la ciudad y de una imagen específica como futuro deseable,<br />
construida como elemento determinante en la configuración<br />
de los planes urbanos de Bogotá.<br />
La imagen del POT: origen y antecedentes<br />
El POT/2000 propone recuperar una línea de trabajo en planeación<br />
urbana que, según sus planteamientos, se había<br />
confundido en los años 70; por lo tanto, se ancla hacia atrás<br />
en la propuesta de Estructura urbana del estudio de desarrollo<br />
urbano de Bogotá, conocido como fase II (1973/1974) y<br />
en el propio Plan Director de Le Corbusier de 1951.<br />
Fotografía de Le Corbusier y Josep Lluis Sert al entregar el Plan Piloto para<br />
Bogotá, en septiembre de 1950. © FLC L1-4-15-001.<br />
250 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Estructura del modelo Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá de 2000. Tomado de: Documento técnico de soporte Plan<br />
de ordenamiento territorial de Bogotá, Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Alcaldía Mayor de Bogotá, DAPD<br />
2000, p. 234.<br />
Le Corbusier, Plan Director para Bogotá (1950): plano metropolitano BOG 4210, Metropolitain Zonage. Esc.1:25.000.<br />
© IDPC–MdB<br />
a. Los acuerdos 6 de 1990 y 7 de 1979: planes sin<br />
imagen<br />
Para el POT/2000 fue necesario remitirse treinta años atrás<br />
porque la planeación urbana presente en los Acuerdos 7/79<br />
y 6/90 adoptados como «planes» para Bogotá durante las<br />
dos últimas décadas del siglo XX se limitó a la adopción de<br />
normas urbanas para regular la actuación privada, sin referencia<br />
a un modelo de ordenamiento o a una imagen deseada<br />
de ciudad.<br />
El Acuerdo 6/90 representa quizás la pieza más acabada<br />
de una concepción de la planeación que centra sus objetivos<br />
en regular las relaciones entre los propietarios del suelo<br />
y los constructores privados, por una <strong>parte</strong>, y la Administración<br />
Distrital (sería excesivo decir la ciudad), por el otro. Estas<br />
reglas jurídicas no tienen expresión en el plano, pues en<br />
el acuerdo los conceptos jurídicos priman sobre una débil<br />
concepción urbanística y el planeamiento de la ciudad se<br />
reduce a definir un conjunto de procedimientos que regulan<br />
las relaciones entre los propietarios, los productores y<br />
comercializadores del espacio urbano y el Estado, jerarquizado<br />
según los niveles de responsabilidad e intervención de<br />
este último en el desarrollo urbano, intercalados con algunos<br />
principios urbanísticos que no logran estructurar ni definir un<br />
plan de ordenamiento, ni políticas que orienten el desarrollo<br />
urbano y la acción de la Administración. 7 En otras palabras<br />
no había plan, sino un código normativo que, desde luego,<br />
era necesario construir, pero que demostró no ser suficiente<br />
para guiar el desarrollo y crecimiento de la ciudad.<br />
Los acuerdos no identifican y analizan las demandas (de<br />
vivienda, de movilidad, de equipamientos) ni generan proyectos<br />
públicos para su «solución»; no orientan ni programan<br />
ningún tipo de inversión pública en la ciudad, de manera<br />
que no proponen en esencia un modelo urbano ni un<br />
método para implementarlo. La planeación de la ciudad queda<br />
limitada a solucionar las demandas de los constructores,<br />
pues en su concepción, la construcción del espacio urbano<br />
debe ser liderada por el sector privado, y dejar al Estado en<br />
el rol de regulador y facilitador.<br />
Por este motivo, el Acuerdo 6/90 no tiene planos oficiales,<br />
tampoco imágenes o gráficos que lo respalden; estos se limitan<br />
a identificar condiciones existentes de la ciudad, el «espacio<br />
público» existente al que se le da prioridad, pues no<br />
La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística | J. Salazar y K. Manco<br />
251
Acuerdo 7 de 1979. Departamento de<br />
Planeación Distrital.<br />
La visión regional del plan de estructura para Bogotá. En:<br />
Plan de Estructura para Bogotá. Informe técnico sobre el<br />
estudio de desarrollo urbano de Bogotá, fase II. Publicación<br />
del Departamento de Planeación Distrital, 1974.<br />
Los subcentros: cambio de estructura con intervención<br />
directa del Estado. En: Plan de Estructura para Bogotá.<br />
Informe técnico sobre el estudio de desarrollo urbano de<br />
Bogotá, fase II. Publicación del Departamento de Planeación<br />
Distrital, 1974.<br />
Plan de estructura para Bogotá. Informe técnico sobre el estudio de desarrollo urbano de Bogotá, fase II.<br />
(1974). Publicación del Departamento de Planeación Distrital.<br />
Primera alternativa de desarrollo. Modelo expandido. Tomado de: Alternativas para el desarrollo<br />
Urbano de Bogotá, D. E., 1968, p. 219.<br />
existe ningún programa para valorarlo, recuperarlo o crear<br />
nuevos componentes. En fin, el acuerdo es un código urbano,<br />
plan sin imagen.<br />
El Acuerdo 7/79, que precedió el Acuerdo 6/90, tiene una<br />
imagen resultante de la delimitación de una inmensa área de<br />
actividad múltiple que trata de cubrir todos los barrios donde<br />
se habían desarrollado el comercio y los servicios; una forma<br />
de «legalizar» las tendencias del mercado. Si bien aún existían<br />
algunas intenciones de ordenar el territorio urbano (ejes<br />
de actividad múltiple, parques, zonas residenciales), no se<br />
trataba de construir la imagen de una ciudad deseada, sino<br />
de «retocar» en el dibujo las tendencias de localización de<br />
actividades en la ciudad, según lo muestran los análisis que<br />
sustentan el acuerdo.<br />
Este tipo de planeación (o mejor, de regulación) debe<br />
entenderse como el resultado de un proceso que había privilegiado<br />
la planeación sectorial a través de la figura del Plan<br />
Integral de Desarrollo, adoptado por la Ley 61 de 1978, Ley<br />
Orgánica del Desarrollo Urbano, y sus reglamentos, que pretendieron<br />
replicar a nivel municipal las funciones de planeación<br />
del nivel nacional, reproduciendo la metodología y contenidos<br />
del Plan Nacional de Desarrollo en cada una de las<br />
ciudades. Se trató de un plan concebido bajo la idea de una<br />
planeación «integral», que con el formato de «planificación<br />
del desarrollo» buscó reemplazar la planeación «física», que<br />
consideró incompleta e incapaz de dar respuesta a los problemas<br />
urbanos que recoge, muy parcialmente, el debate sobre<br />
el desarrollo urbano y desarrollo económico iniciado por<br />
Lauchlin Currie desde la década del cincuenta en Colombia.<br />
El PID privilegió los sectores de inversión (industria, empleo,<br />
vías, vivienda, educación, salud, etc.) por encima del manejo<br />
del territorio (política de suelo), cuyo ordenamiento se consideró<br />
un resultado de la acción en cada sector. Podría considerarse<br />
como el antecedente lógico de una forma de planear<br />
«el gasto público» que hoy se realiza a través del Plan de Desarrollo<br />
Municipal, reglamentado por la Ley 152 de 1994, que<br />
convierte en programas y proyectos el programa de gobierno<br />
propuesto a los ciudadanos por el alcalde elegido.<br />
En la medida en que las oficinas de Planeación no tuvieron<br />
capacidad de replicar este plan y dejaron en las entidades<br />
252 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
sectoriales la identificación y programación de sus proyectos,<br />
su función se limitó a definir normas para regular los proyectos<br />
privados.<br />
b. Fase II y las alternativas para el desarrollo urbano<br />
de Bogotá<br />
A pesar de que el Decreto 159 de 1974 adoptó la fase II 8<br />
como norma para la ciudad, este trabajo, realizado entre<br />
1972 y 1974, se define a sí mismo como un estudio de alternativas<br />
de desarrollo (de ocupación y uso del territorio) que,<br />
a la manera de un «plan de estructura» debería seguirse de<br />
un plan de ordenamiento:<br />
Con base en las recomendaciones mencionadas anteriormente,<br />
el DAPD debería elaborar un plan general de desarrollo<br />
para Bogotá y presentarlo al Alcalde Mayor y al Concejo<br />
de la ciudad para su aprobación, con miras a utilizarlo como<br />
instrumento de control del desarrollo urbano de Bogotá [sic]. 9<br />
Este plan nunca se desarrolló. La administración del alcalde<br />
Férnandez de Soto (1973-1974) se limitó a elaborar un proyecto<br />
de acuerdo de zonificación, en el cual se «volvieron<br />
normas» algunas de las propuestas de estructura de las fase<br />
II, los multicentros especialmente. El Decreto 159/74 adoptó<br />
también un plan vial, que es la base de los planes viales posteriores.<br />
El planteamiento de la fase II puede leerse como la continuidad<br />
de un proceso que se inició en 1966, cuando el alcalde<br />
Virgilio Barco, 10 con clara visión del problema urbano<br />
en Colombia, contrató con el Centro de Investigaciones para<br />
el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional, la elaboración<br />
de un estudio que se denominó Alternativas para el desarrollo<br />
urbano de Bogotá, D. E., dirigido por Lauchlin Currie.<br />
El estudio presentó dos alternativas sobre el modelo de<br />
ciudad: uno, concentrado y otro, extendido, vinculando en<br />
cada uno aspectos socioeconómicos y físicos. La selección<br />
del desarrollo urbano concentrado para Bogotá significaba<br />
superar los problemas de dotación de servicios y<br />
movilización de los usuarios del transporte con precisas y<br />
contundentes políticas de ordenamiento del territorio. Estas<br />
políticas privilegiaban el transporte público, las altas densidades<br />
y la descentralización de actividades, que permitían<br />
disminuir los viajes acercando al ciudadano a sus fuentes<br />
de trabajo, planteamiento que implicaba restar importancia<br />
al centro como lugar de empleo e impulsar la creación de<br />
nuevos centros urbanos (subcentros).<br />
La selección de una de estas alternativas no era un problema<br />
sólo técnico, sino una decisión política de la ciudad<br />
y del Gobierno Nacional, pues de este último dependía su<br />
puesta en práctica. Currie reconocía y pregonaba tiempo<br />
atrás la necesidad de adoptar una política nacional para las<br />
ciudades, cuyo desarrollo debería formar <strong>parte</strong> de la agenda<br />
nacional. Se trataba de tender puentes entre una planeación<br />
dirigida al uso y ordenamiento del territorio y una planeación<br />
económica e institucional, como la practicada por el Departamento<br />
Nacional de Planeación (DNP).<br />
Sin embargo, a pesar de su insistencia en vincular el nivel<br />
nacional en temas que consideraba relevantes (como la definición<br />
del rol del conjunto urbano del país en el desarrollo y<br />
la regulación de la relaciones con los municipios aledaños,<br />
entre otros), una vez terminado el estudio, el DNP, como cabeza<br />
del Gobierno Nacional en este frente, consideró que su<br />
puesta en práctica era responsabilidad de la ciudad y no de<br />
la nación, cuyas preocupaciones estaban en los temas del<br />
desarrollo económico nacional, entre los cuales el desarrollo<br />
urbano no tenía lugar.<br />
Con la expedición del Decreto 159/74 puede darse por<br />
finalizada una opción de planeación que se había gestado<br />
en los años anteriores, cuando el desarrollo urbano fue visto<br />
desde la óptica del planeamiento racional importado desde<br />
los Estados Unidos.<br />
De hecho, los dos principales alcaldes de la década del<br />
60 (Barco y Gaitán Cortés) fueron educados en universidades<br />
norteamericanas, donde el concepto de planeamiento<br />
era muy diferente al planeamiento de origen mediterráneoeuropeo<br />
que había regido en la ciudad desde el Plan Director.<br />
c. El planeamiento racional comprensivo<br />
En la sociedad es posible llegar a un consenso, el Estado actúa<br />
como árbitro neutro entre diversos actores sociales, y la<br />
planificación es un proceso políticamente neutro que opera<br />
en aras del interés público. A diferencia del plan maestro antecesor<br />
en Bogotá, las metas del plan no estaban amarradas a<br />
una idea fija del futuro de la ciudad expresada en un plano coloreado.<br />
La preocupación de este enfoque es primordial, mas<br />
no exclusivamente física, ya que incluía variables socioeconómicas<br />
para las cuales también es posible fijar metas. 11<br />
Lauchlin Currie. Fotografía tomada de: . Jorge Gaitán Cortés. Alcalde de Bogotá, 1961-<br />
1966. Tomado de: Julio Dávila, Planificación y politica en Bogotá: la vida de Jorge Gaitán Cortés. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá – Instituto Distrital<br />
de Cultura y Turismo, 2000, p. 18. Virgilio Barco Vargas. Alcalde de Bogotá 1966-1969. Fotografía tomada de: .<br />
La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística | J. Salazar y K. Manco<br />
253
El trabajo del equipo de Jorge Gaitán Cortés como alcalde<br />
de Bogotá muestra:<br />
[...] una mayor preocupación por institucionalizar los procesos<br />
para la toma de decisiones en materia de planificación<br />
–en este caso, física–, por definir la forma de desarrollo para<br />
cada urbanización y cada <strong>parte</strong> de la ciudad –sus densidades<br />
sus equipamientos–, por fijar normas y procedimientos<br />
–de tramitación y aprobación–, que por definir políticas rígidas<br />
de forma y estructura. 12<br />
De manera que el nuevo planeamiento debió preocuparse<br />
más por los procesos que por la forma final espacial de la<br />
ciudad, que en la planeación europea tiene un enorme peso,<br />
pues se podría decir que el plano se constituye en el plan<br />
mismo que, a su vez, determina la intervención, tanto pública<br />
como privada. Este planteamiento presupone que el desarrollo<br />
del plan es principalmente de iniciativa pública, con un<br />
Estado fuerte, capaz de intervenir en el territorio urbano para<br />
llevar a la construcción de la ciudad.<br />
A diferencia de este, la planeación «racional comprensiva»<br />
se concibe como un proceso en el cual tiene cabida la negociación<br />
o el acuerdo entre las <strong>parte</strong>s, aceptando la iniciativa<br />
privada como componente esencial en la construcción de la<br />
ciudad; en este caso, el sector público se encarga de construir<br />
«racionalmente» los grandes sistemas estructurantes de<br />
la ciudad y deja al privado un amplio campo de acción que<br />
regula a través de normas articuladas a políticas públicas de<br />
vivienda, transporte, equipamientos, etc.<br />
Parte de estos planteamientos se materializaron en los programas<br />
de formación del Centro Interamericano de Vivienda<br />
y Planeamiento (CINVA), creado por la OEA como <strong>parte</strong> de<br />
los programas de cooperación técnica impulsados por los<br />
Estados Unidos para los países latinoamericanos. 13 El CINVA<br />
introdujo una nueva forma de enseñar y ejercer la arquitectura<br />
y el urbanismo, a través del trabajo en equipo, la visión<br />
interdisciplinaria, el aprovechamiento de las técnicas modernas<br />
de producción y el posicionamiento del arquitecto como<br />
coordinador y articulador de procesos, entre otros.<br />
Gaitán Cortés y su equipo introducen este tipo de planeamiento<br />
en la ciudad:<br />
La planificación del desarrollo se entiende como un proceso<br />
integrado y continuo de síntesis y programación, para elevar<br />
los niveles de vida […] el plan es un instrumento que se va<br />
conformando todos los días. Es una fórmula flexible, pero<br />
lo suficientemente concreta, como para convertirse en programas<br />
de acción. Incluye la ordenación del territorio para<br />
garantizar físicamente una expansión equilibrada del crecimiento.<br />
El plan busca orientar en general, las decisiones<br />
sobre el equipo social para la completa formación y capacitación<br />
de la población, para el cuidado de la salud y para el<br />
ejercicio de las funciones políticas y culturales. El plan físico<br />
de Bogotá es una solución generalizada que se materializa<br />
a medida que los recursos permiten a la administración<br />
pública, a los organismos distritales especializados y a la<br />
iniciativa particular tomar decisiones sobre el crecimiento y<br />
modernización de la ciudad. Aunque los aspectos económicos<br />
y sociales se analizan primordialmente como factores<br />
básicos para determinar el plan físico, también contienen hechos<br />
y datos preliminares para participar las tendencias del<br />
crecimiento en tales aspectos. El plan, por lo tanto, permite<br />
orientar los aspectos sociales y económicos del desarrollo<br />
urbano. De este modo se verifica la posibilidad de lograr<br />
recursos para el desarrollo físico y se garantiza que habrá<br />
lugar adecuado para que ocurra el cambio cultural, económico<br />
y social que se busca. 14<br />
De allí que en este periodo tampoco es reconocible una imagen<br />
de ciudad como «modelo» o referencia sobre la cual formular<br />
programas y proyectos públicos y regular las acciones<br />
privadas. Si bien es posible identificar en el periodo iniciativas<br />
como el conocido «plan vial» semicircular, que cambió<br />
la forma urbana y la tendencia a una ciudad lineal extendida<br />
por las vías de conexión regional, este plano no puede considerarse<br />
como la imagen de la ciudad.<br />
Por el contrario, los instrumentos para definir las acciones<br />
del plan fueron la Junta de Zonificación y la Junta de Planificación,<br />
instancias para tomar decisiones sobre proyectos<br />
que apenas estaban «indicados» en los planes, que fueron<br />
un instrumento idóneo mientras estuvieron conformadas por<br />
personalidades de la ciudad o técnicos de alta calidad, pero<br />
que en ausencia de estos, permitieron presiones y con estas,<br />
el desarrollo de proyectos no precisamente articulados con<br />
el espíritu del plan.<br />
Pero además, la administración de esa década conformó<br />
bases técnicas y procedimientos que permitieron formular y<br />
construir un conjunto muy importante de proyectos públicos<br />
en múltiples frentes, además de las vías: vivienda popular,<br />
equipamientos, parques, etc.<br />
d. Dos formas de planeación que buscaron ser<br />
complementarias<br />
En 1953, el Consejo Nacional de Planificación entregó a la<br />
ciudad «Un plan para Bogotá», elaborado por Lauchlin Currie<br />
y Enrique Peñalosa Camargo, como un plan complementario<br />
al Plan Regulador de Wiener y Sert.<br />
Además de proponer la creación del Distrito Especial<br />
como organización administrativa fundamental para enfrentar<br />
adecuadamente el desarrollo de Bogotá, el plan se presentó<br />
como un:<br />
[…] plan general [que] es en lo sustancial armónico con el<br />
Plan Regulador, el cual atiende la futura estructura física de<br />
la ciudad, y en verdad contiene varias recomendaciones<br />
para poner en ejecución dicho plan. Los dos planes juntos<br />
proveen un completo planeamiento de la ciudad futura… [Su<br />
objetivo básico es] buscar la manera de suministrar adecuadamente,<br />
al costo más bajo posible, a la población actual y<br />
futura de Bogotá y de los municipios circunvecinos, todos<br />
aquellos servicios que se han hecho indispensables en la<br />
vida urbana. El suministro de muchos de estos servicios es<br />
una condición indispensable para el progreso industrial y comercial<br />
de la ciudad. 15<br />
En este planteamiento puede encontrase una búsqueda<br />
permanente, en la ciudad de los siguientes cincuenta años,<br />
por hacer compatibles dos formas de planeación urbana: el<br />
planeamiento europeo, que fija su atención en la definición<br />
y gestión de un modelo de ciudad plasmado en un plano<br />
que, según los urbanistas, responda a las exigencias de la<br />
254 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Plan Distrital de 1964, formulado bajo la alcaldía de Jorge Gaitán Cortés. Tomado de: Alternativas para el desarrollo<br />
urbano de Bogotá, D. E., p. 214.<br />
Le Corbusier, propuesta para la plaza de Bolívar de 1951, utilizada en el CIAM VIII: El corazón de<br />
la ciudad. © FLC R2-15-7-001.<br />
Bogotá en 1950. Vista general. © FLC L1-4-17-001.<br />
Town Planning Associates: Josep Lluís Sert y Paul Lester Wiener, Plan Regulador de Bogotá, 1951-1953: plano urbano. © IDPC–MdB.<br />
La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística | J. Salazar y K. Manco<br />
255
de la implantación del «ordenamiento territorial», acorde con<br />
la experiencia acumulada en el manejo «físico» del territorio<br />
y que busca incorporar instrumentos contemporáneos de<br />
planeación, gestión y financiación del desarrollo urbano, que<br />
han mostrado ser exitosos en el contexto internacional.<br />
Es pues, un sistema de planeación «híbrido», en el cual<br />
cada uno de sus componentes fue concebido independientemente,<br />
pero que han terminado por conformar un «sistema»<br />
de planeación urbana (o municipal) sobre el cual han<br />
venido trabajando las últimas administraciones locales.<br />
sociedad presente y futura, y el planeamiento «racional»,<br />
que fija sus intereses más en los procedimientos para enfrentar<br />
los temas y problemas del desarrollo urbano, conformando<br />
los espacios institucionales necesarios para su trámite y<br />
realización; un planteamiento que puede considerarse como<br />
sensato ante las dificultades de realización de los planes basados<br />
en la formulación de un «modelo físico» de ciudad,<br />
como referencia principal de su contenido y base de los instrumentos<br />
para su construcción en un tiempo determinado.<br />
El plan físico y los instrumentos institucionales, financieros y<br />
procedimentales necesarios para su gestión.<br />
Estas dos formas de planear la ciudad han permanecido<br />
desde entonces, pero no han logrado en estos sesenta años<br />
hacerse plenamente compatibles. La instauración del PID<br />
quiso borrar una de estas versiones y produjo, sin proponérselo,<br />
uno de los periodos menos eficientes de la planeación<br />
urbana en el país, al causar la pérdida de un saber hacer<br />
desarrollado durante treinta años.<br />
Le Corbusier, plan urbano, BOG 4211 (1950). Sobre la<br />
propuesta de escala urbana se superpusieron las cuatro<br />
funciones, con el fin de enfatizar el modelo propuesto.<br />
Esquema elaborado por Karina Manco.<br />
En los años 90, de nuevo, la Ley 388/97 definió que el<br />
ordenamiento territorial debe complementar la planeación<br />
socioeconómica del municipio, buscando configurar un nuevo<br />
esquema de planeación territorial formado por dos instrumentos<br />
entre sí complementarios:<br />
• El POT, como instrumento de planeación física a partir del<br />
cual definir las políticas municipales en el mediano y largo<br />
plazos, con una vigencia de doce años, que afecta el<br />
suelo y su usufructo.<br />
• El Plan de Desarrollo, que establece los lineamientos de<br />
política de corto plazo, es decir, para un periodo de gobierno,<br />
materializa los compromisos asumidos por cada<br />
alcalde ante la ciudadanía en su programa de gobierno,<br />
con una vigencia de cuatro años.<br />
El resultado vuelve a ser la existencia de dos formas de planear<br />
la ciudad. Una, basada en el Plan de Desarrollo, de<br />
corte sectorial y con una intención «integral», promovida<br />
desde el DNP con base en la Ley 152/94. Otra, proveniente<br />
La necesidad de una imagen de ciudad<br />
Las consideraciones anteriores permiten avanzar algunas hipótesis<br />
o reflexiones sobre la permanencia de ese plano de<br />
la ciudad moderna en que inscribió Le Corbusier a Bogotá.<br />
En principio, habría que decir que hoy amplios sectores<br />
de la ciudad defienden con fervor el modelo de ciudad producido<br />
por quince años de continuo esfuerzo por superar<br />
una profunda crisis que afectó su desarrollo en el final de los<br />
años 80 y construir una ciudad más productiva, sostenible y<br />
con mejor calidad de vida para sus ciudadanos, quienes hoy<br />
tienen confianza en un futuro posible.<br />
Este modelo de ciudad no puede entenderse como una<br />
imagen construida por un plan; de hecho el POT/2000 se formuló<br />
cuando muchos de los programas y proyectos estaban<br />
formulados y algunos, ya realizados. La valoración de lo público,<br />
la solidaridad del desarrollo, la eficiencia y transparencia<br />
en la administración pública pueden definirse, entre<br />
otros, como los principios de lo que podría denominarse un<br />
«modelo de ciudad». La construcción de una ciudad compacta<br />
integrada a la región, que prioriza el transporte público<br />
sobre el privado y al peatón sobre el vehículo motorizado,<br />
que valora el espacio público para los ciudadanos, donde<br />
la obra pública (infraestructuras, dotaciones) es sinónimo de<br />
calidad y modelo de acción en la ciudad son, entre otras, las<br />
cualidades físicas que las acciones de los últimos años han<br />
decantado como concreción en el territorio de ese modelo<br />
de ciudad.<br />
256 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
En este sentido cobra vigencia la referencia que el POT<br />
hace al Plan Director de 1951 y al Estudio de Desarrollo Urbano<br />
fase II de 1973, como documentos que propusieron<br />
la reorganización del territorio en función de un plano para<br />
la ciudad futura. Un plano-imagen de la ciudad futura que<br />
parece necesario como marco de referencia para encauzar<br />
hacia fines previamente establecidos (que a su vez, dieron<br />
origen al plano–imagen de la ciudad) la formulación y puesta<br />
en marcha de los programas y proyectos, públicos y privados,<br />
que hacen posible su concreción en el tiempo.<br />
En el caso de Bogotá, que no es necesariamente generalizable,<br />
este plano–imagen de la ciudad es un complemento<br />
necesario para la definición de instrumentos y procedimientos<br />
para su ejecución, cuya importancia en el urbanismo<br />
contemporáneo no puede menoscabarse. Se puede tratar<br />
de una imagen difícilmente alcanzable, pero no por esto menos<br />
efectiva en la planeación; se reitera, es más un punto de<br />
referencia que una realidad perfectamente posible.<br />
Sí, en esta perspectiva podría ser cierto que una <strong>parte</strong> de<br />
la planeación de la ciudad no ha podido deshacerse de la<br />
imagen de plano de la ciudad radiante en que Le Corbusier<br />
la inscribió.<br />
José Salazar: arquitecto por la Universidad de los Andes (1976) con posgrado<br />
en Historia del la Cultura los Saberes y la Educación por la École des<br />
Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París (Francia) (1980).<br />
Profesor de la maestría en Urbanismo de la Universidad Nacional (1990);<br />
especialización en Arquitectura y Ciudad de la Universidad de los Andes<br />
(2008); especialización en Proyecto Urbano; Universidad San Buenaventura,<br />
Cali (2006). Premio Nacional de Arquitectura en la categoría de<br />
Investigación Urbana (1992 y 1996) y mención (2000). Consultor en estudios,<br />
planes y proyectos urbanos, entre los cuales se destacan: investigación<br />
sobre los asentamientos populares de Bogotá (1982-1984); diseño y<br />
reglamentación de Ciudad Salitre (1985); Plan Centro de Bogotá (1986-<br />
1988), programa Centros Históricos con el Ministerio de Cultura (1988-<br />
1994), director programa de cooperación francesa IMDUS (apoyo a los<br />
municipios para implementar la ley de reforma urbana - 1999-2001, proyecto<br />
de apoyo a la política de vivienda y la gestión urbana (DNP-MDE-<br />
PNUD) para la concepción de una política urbana nacional, uno de cuyos<br />
resultados fue la primera versión de la Ley 388 de 1997, Ley de Desarrollo<br />
Territorial (1992-1995), Planeación de la ciudad central de Bogotá y tratamientos<br />
para el POT de Bogotá (1997-1998), director técnico del primer<br />
Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá (1999-2002); elaboración de<br />
los lineamientos para una política urbana nacional (2004), el Plan de gestión<br />
del suelo (2007); los Estándares Urbanísticos Nacionales (2008) y los<br />
aspectos urbanísticos de los Macroproyectos de Interés Social Nacional<br />
para el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Ha publicado<br />
múltiples ensayos sobre urbanismo, planeación y temas conexos en<br />
Colombia en diversos libros colectivos y revistas nacionales e internacionales.<br />
Ha sido ponente en seminarios, talleres, encuentros y otros eventos<br />
nacionales e internacionales.<br />
Karina Manco Rozo: arquitecta (2000) y magíster en Urbanismo (2009) por la<br />
Universidad Nacional de Colombia. Ha formulado, ejecutado y liderado<br />
proyectos de planeación urbano-regional en el marco de la cooperación<br />
internacional, enfocados en el desarrollo económico sostenible. En este<br />
contexto, se ha especializado en la aplicación de Sistemas de Información<br />
Geográficos como herramienta para la implementación y evaluación de<br />
procesos de desarrollo con impacto territorial. Se ha desempeñado –de<br />
forma destacada– como consultora en proyectos urbanos y ha participado<br />
en la elaboración de Planes de Ordenamiento Territorial para varios municipios<br />
del país.<br />
1 Este artículo tiene una gran deuda con las reflexiones surgidas en el desarrollo<br />
de la tesis de maestría en Urbanismo de Karina Manco, «El Plan<br />
Piloto y su influencia en el discurso para la planeación de la ciudad», cuya<br />
dirección estuvo a cargo de José Salazar.<br />
2 La escala metropolitana se plasmó en el plano BOG 4210 del Plan Director<br />
para Bogotá, Le Corbusier, París, 30 de junio de 1950.<br />
3 El urbanismo tiene cuatro objetivos que son: «Primero, asegurar a los<br />
hombres alojamiento sano, es decir, lugares en que el espacio, el aire<br />
puro y el sol, estas tres condiciones de naturaleza, estén ampliamente<br />
aseguradas; segundo, organizar los lugares de trabajo de modo que este,<br />
en vez de ser una penosa sujeción, recupere su carácter de actividad humana<br />
natural; tercero, prever las instalaciones necesarias para una buena<br />
utilización de las horas libres, haciéndolas beneficiosas y fecundas; cuarto,<br />
establecer el vínculo entre estas diversas organizaciones por medio<br />
de una red circulatoria que asegure los intercambios sin dejar de respetar<br />
las prerrogativas de cada una de ellas». La Carta de Atenas, tomado de<br />
, 20 de agosto de 2009.<br />
4 Uno de los tres componentes del modelo de los «tres establecimientos<br />
humanos»: la unidad de explotación agrícola, la ciudad lineal industrial y<br />
la ciudad radioconcéntrica de intercambios.<br />
5 Este planteamiento fue publicado por Le Corbusier bajo el título «Les trois<br />
établissements humains», en 1945. Ver la primera edición en francés: Bézard,<br />
J., Commelin, Coudoin. J., Dayre, Hya, Dubreuil, Le Corbusier, Lyritz,<br />
Hanning, Aujame, De Looze, Une civilisation du travail, Les trois étabissements<br />
humains, Denoël, Collection urbanisme des CIAM ASCORAL Section<br />
5a et 5b, Boulogne 1945. La segunda edición es de 1959, Trad. Esp.,<br />
Los tres establecimientos humanos, Poseidón, Buenos Aires, 1981.<br />
6 Rodrigo Cortés, «Le Corbusier en Bogotá: Por un urbanismo de los “tiempos<br />
modernos”», en: revista Textos n. o 4, Maestría en Historia y Teoría de<br />
la Arquitectura, Facultad de Artes, Universidad Nacional, Bogotá, 2000,<br />
p. 108.<br />
7 Situación de la cual parece estar consciente la «<strong>parte</strong> jurídica» del acuerdo,<br />
cuando afirma en su exposición de motivos que es un instrumento<br />
para «regular comportamientos, libertades, derechos y obligaciones de<br />
los administrados, así como deberes y funciones públicas, procesos administrativos<br />
e instituciones de derecho público». Es decir, el acuerdo<br />
está orientado a que allí se encuentren «respuestas a interrogantes jurídicos<br />
sobre temas urbanísticos» y no «la respuesta normativa a preguntas<br />
que puedan surgir de las disciplinas técnicas».<br />
8 El estudio fue desarrollado por la firma inglesa-norteamericana Llewelyn<br />
Davies Weeks Forestier-Walker & Bor, en asociación con Kates Peat<br />
Marwick & Co. y Coopers & Lybrand, conjuntamente con la firma colombiana<br />
Consultécnicos y el DAPD, durante los años 1972 y 1973. El informe<br />
final es una traducción del original en inglés, impreso en 1974.<br />
9 Ib., p. 16; el subrayado es nuestro.<br />
10 En el periodo de gobierno de Virgilio Barco (1966-1969) se institucionalizó<br />
la planeación integral en la ciudad, pues si bien este mandatario tenía<br />
formación profesional como ingeniero, su educación posgradual estaba<br />
dada por una maestría en Economía de la Universidad de Boston y un<br />
doctorado, también en economía, de MIT; esto lo hizo mucho más cercano<br />
al enfoque económico de la ciudad y a la ideas de Lauchlin Currie.<br />
11 Esta nueva visión de la ciudad es posible «en la medida en que la economía<br />
colombiana pudo modelarse con métodos matemáticos, [el economista-administrador]<br />
encarnó esa supuesta neutralidad ideológica, esencial en<br />
un régimen que había proscrito la controversia. En el imaginario colectivo el<br />
economista joven emergió como el portador de lo moderno […] y el político<br />
quedó de representante de lo tradicional» Tomado de Julio Dávila, Planificación<br />
y política en Bogotá: la vida de Jorge Gaitán Cortés. Alcaldía Mayor<br />
de Bogotá, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, Bogotá, 2000, p. 183.<br />
12 Rodrigo Cortés, citado por Julio Dávila, Planificación y política en Bogotá:<br />
la vida de Jorge Gaitán Cortés. Alcaldía Mayor de Bogotá, Instituto Distrital<br />
de Cultura y Turismo, Bogotá, 2000, p.183.<br />
13 Jorge Rivera Páez, El CINVA: un modelo de cooperación técnica 1951–<br />
1972. Tesis de grado para optar al título de magíster en Historia, Departamento<br />
de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional<br />
de Colombia, Bogotá, 2002, p. 2.<br />
14 La planificación en Bogotá, Departamento Administrativo de Planeación<br />
Distrital, Bogotá, 1964, p. 31.<br />
15 Plan para Bogotá, Consejo Nacional de Planificación, Imprenta Municipal,<br />
Bogotá, 1953.<br />
La influencia del Plan Director en la formación de la disciplina urbanística | J. Salazar y K. Manco<br />
257
De la negación al redescubrimiento del Plan Piloto de 1950: una lectura<br />
desde la situación actual del ordenamiento y el urbanismo de Bogotá y la Sabana<br />
Francisco Jácome Liévano<br />
Parece inverosímil que a sesenta años de prácticamente todas<br />
las cuestiones que fueron abordadas por Le Corbusier<br />
en el Plan Piloto de Bogotá de 1950, permanezcan vigentes<br />
y en buena medida, irresolutas.<br />
Gracias al ejercicio intelectual que representó para la sociedad<br />
bogotana y en especial para los arquitectos de esa<br />
época la discusión del plan, desde entonces y de manera<br />
fragmentaria –recientemente, de manera casi inconsciente–<br />
se han venido incorporando algunos de sus elementos a la<br />
práctica del planeamiento y el urbanismo de la ciudad y del<br />
país con una incidencia notable, aunque claramente uno de<br />
sus valores más notorios consiste en la integralidad de su<br />
aproximación metodológica, que consideró diferentes escalas<br />
aplicadas a los análisis y los planteamientos que de estos<br />
surgieron.<br />
Con el paso del tiempo, la puesta en valor del Plan Piloto<br />
por <strong>parte</strong> de los arquitectos y urbanistas colombianos ha<br />
devenido en una deuda demasiado grande y antigua, que<br />
inexplicablemente se adquirió a golpe de negarlo sistemáticamente,<br />
bajo el amparo de una lectura simplista, incompleta<br />
o muy seguramente, de una ausencia de lectura. 1<br />
Buena <strong>parte</strong> de una generación de arquitectos colombianos<br />
que hoy nos ocupamos de temas urbanísticos fuimos<br />
cobijados por una formación que no consideró seriamente<br />
el movimiento moderno y todo lo que este produjo. 2 Pero aún<br />
así es inaudito que en el ámbito universitario nunca se hubiera<br />
considerado el Plan Piloto como tema central de una<br />
cátedra o como referente para la definición de eventuales<br />
temas de proyectación a mediana y pequeña escala o incluso<br />
como simple recordatorio para que los arquitectos no<br />
olvidáramos que una <strong>parte</strong> fundamental de nuestro oficio y<br />
buena <strong>parte</strong> de nuestra responsabilidad profesional está relacionada<br />
con la definición de la forma de la ciudad.<br />
Pero ¿cuán ajenas al contexto e inoportunas fueron en<br />
realidad la lectura de Bogotá y de la Sabana, como señalan<br />
algunos textos, y las propuestas que Le Corbusier desarrolló<br />
en el Plan Piloto? 3 Porque quien, como en mi caso, se<br />
aproxima al plan a través de una lectura serena y desprevenida<br />
de los textos y los planos que lo constituyen, descubre<br />
inevitablemente una poderosa y obsesiva preocupación por<br />
entender, representar y afrontar el planeamiento a partir de<br />
los elementos más significativos del territorio (la topografía,<br />
los cuerpos de agua, los cerros, los humedales, el suelo<br />
productivo, los asentamientos y sus conexiones e interacciones),<br />
por dirigir cada decisión para garantizar la viabilidad, la<br />
supervivencia y la sostenibilidad de la región y de la capital,<br />
y por proveer a sus habitantes de viviendas más que dignas<br />
y de los servicios, los espacios y las infraestructuras que demanda<br />
«habitar».<br />
¿Acaso los planes y los proyectos que han venido implementándose<br />
desde entonces, incluso en los últimos diez años, y<br />
que se han aprobado con entusiasmo, lograron ser coherentes<br />
en sus planteamientos, como lo fue el Plan Piloto, con una visión<br />
a largo plazo –que hoy denominamos «modelo de ordenamiento»–,<br />
a través del desarrollo de propuestas concretas y<br />
aplicables desde la escala regional hasta la escala local?<br />
Poder contar con la versión integral del Plan Piloto constituye<br />
la valiosa posibilidad de acceder a un documento que,<br />
entre otras cosas, da testimonio de una oportunidad malgastada<br />
e irrepetible de ordenar adecuadamente el suelo de Bogotá<br />
y de la Sabana, 4 cuando ese territorio mostraba un bajo<br />
porcentaje de ocupación 5 y parecía tener múltiples opciones<br />
de desarrollo que le permitieran prever y dirigir armónicamente<br />
los procesos de urbanización a diferentes escalas.<br />
Asociado a la idea de cultivar el cuerpo y el espíritu, el<br />
plan definió una estructura articulada con el medio físico natural,<br />
donde los cuerpos de agua, los humedales y los cerros<br />
deberían ser protegidos en conjunto por los municipios<br />
del ámbito metropolitano. En dicha perspectiva también se<br />
definió un límite máximo para el suelo urbano y unas áreas<br />
agrícolas, donde la atención al paisaje rural es notoria.<br />
El tiempo se constituía entonces en variable fundamental<br />
del plan y en esa medida aspiraba a contar con compromisos<br />
municipales y metropolitanos. El equilibrio de su<br />
ejecución estaría respaldado por desarrollos donde primaran<br />
bajas ocupaciones y altas edificabilidades, con el fin de poder<br />
favorecer la liberación del suelo y la protección de las<br />
actividades productivas y la recreación.<br />
En efecto, las decisiones se dirigieron a la protección de<br />
los activos naturales (cuerpos de agua, humedales y cerros)<br />
y su integración a la vida de la población; a la preservación<br />
de un suelo rural, cuyas características lo destacan como el<br />
de la más alta calidad para la producción agrícola, de modo<br />
que se garantizara la seguridad alimentaria; a la definición<br />
de un sistema de movilidad al servicio del ordenamiento<br />
territorial y no solamente superpuesto a la dinámica de los<br />
procesos espontáneos de urbanización y densificación; a<br />
la definición funcional, formal y espacial de dicho sistema,<br />
acorde con la relación entre las áreas de vivienda (entendida<br />
no solamente como la producción intensiva de unidades<br />
de vivienda, pues Le Corbusier hacía referencia a formas<br />
de habitar que consideran en la base la necesidad de pro-<br />
258 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Ocupación de la Sabana de Bogotá en 1952. Fuente: Formulación de un modelo de ocupación territorial para<br />
los municipios de la Sabana. Unión temporal Julio Gómez – Grupo de Estudios Urbanos, Ltda. Gobernación de<br />
Cundinamarca. 2008.<br />
Ocupación de la Sabana de Bogotá en 2008. Fuente: Formulación de un Modelo de Ocupación Territorial para<br />
los municipios de la Sabana. Unión temporal Julio Gómez – Grupo de Estudios Urbanos, Ltda. Gobernación de<br />
Cundinamarca. 2008.<br />
De la negación al redescubrimiento del Plan Piloto de 1950 | Francisco Jácome Liévano<br />
259
veer simultáneamente las infraestructuras y los servicios que<br />
permitan cultivar el espíritu, el intelecto y el actual cuerpo) y<br />
conforme también a las actividades que generan movilidad<br />
obligada (trabajo y estudio), considerando seriamente la topografía<br />
y el paisaje, y entendiendo la necesidad de definir la<br />
localización y la articulación de un aeropuerto internacional<br />
enclave regional como el punto de contacto más importante<br />
entre la Sabana, el país y el mundo. 6<br />
En los planos regionales, Le Corbusier hizo visibles dos<br />
estructuras de soporte: un sistema natural completamente<br />
articulado, que hoy llamamos estructura ecológica principal,<br />
y la movilidad. A través de ellas se relacionan espacial<br />
y funcionalmente distintos ámbitos del territorio, cuyas vocaciones<br />
se complementan. Un concepto bien interesante y<br />
de tremenda actualidad es el de la integración del sistema<br />
natural a la dinámica regional. La noción de poner en valor la<br />
Sabana y sus elementos naturales a la base del ordenamiento<br />
regional recientemente fue recuperada por el modelo de<br />
ocupación de la región.<br />
Allí, como elemento importante del ordenamiento regional,<br />
aparece el aeropuerto mundial, entendido como un tema<br />
central y nunca como un edificio dependiente del área urbana<br />
de Bogotá.<br />
La cartografía del Plan Piloto representa la propuesta de<br />
un sistema interconectado de movilidad de los municipios<br />
de la Sabana, que reconoce la fuerza de la radialidad vial de<br />
Bogotá (reforzada por el sistema férreo), pero que prevé conexiones<br />
de ámbitos intermunicipales urbanos y rurales que<br />
no dependen de la estructura urbana de Bogotá. La representación<br />
de los elementos rurales pesa tanto como la de los<br />
urbanos y, en esa medida, pone en evidencia la necesidad<br />
de preservar y cualificar la ruralidad.<br />
Desafortunadamente, el Plan Piloto fue considerado «un<br />
instrumento obsoleto antes de ser terminado». 7 ¿Quién puede<br />
negar que los temas de ese plan son hoy los temas centrales<br />
del ordenamiento territorial y del urbanismo en la Sabana<br />
de Bogotá? ¿Quién insiste en decir que el Plan Piloto nunca<br />
tuvo o no tiene vigencia? Es lamentable que en el pasado<br />
ni siquiera se hubiera realizado un esfuerzo por explorar<br />
alternativas a sus propuestas en relación con la conformación<br />
de extensivos sectores de vivienda donde predominara<br />
el concepto «habitar», considerando que actualmente se ha<br />
constituido en un tema fundamental del ordenamiento a nivel<br />
nacional, con muy pocos resultados positivos.<br />
A pesar de los avances logrados en los años recientes<br />
con base en la expedición de la Ley 388 de 1997 –Ley de Desarrollo<br />
Territorial y puestos de manifiesto en el Plan de Ordenamiento<br />
Territorial (POT) del año 2000 y su primera revisión<br />
del año 2003–, la ciudad y el Gobierno Nacional actualmente<br />
concentran buena <strong>parte</strong> de sus esfuerzos en adoptar medidas<br />
paliativas que les permitan acceder a «suelo barato» (dentro y<br />
fuera del ámbito distrital), para la promoción de grandes proyectos<br />
dirigidos a la construcción de vivienda de interés social,<br />
aunque su localización y dimensión puedan distorsionar<br />
gravemente el mencionado modelo de ordenamiento. 8<br />
La ausencia de políticas públicas decididas en torno a la<br />
producción masiva de vivienda y de su correspondiente implementación<br />
desde el ordenamiento territorial no da cabida a<br />
la discusión sobre si la forma sigue a la función, pues actualmente<br />
el manejo del tema se basa en un postulado según el<br />
cual la forma y la función de extensas áreas siguen las lógicas<br />
que dictan los precios del suelo y el mercado inmobiliario. 9<br />
A lo anterior se suman discusiones inconclusas en torno<br />
al rompecabezas de la movilidad, pues a pesar de haber<br />
sido incorporado en el POT de Bogotá como un sistema<br />
general decisivo para el modelo de ordenamiento, su resolución<br />
depende de posturas gubernamentales coyunturales<br />
relacionadas con la implementación de unos u otros<br />
modos de transporte, donde el aeropuerto –elemento definitivo<br />
para una región lejana al mar que aspira a posicionarse<br />
económicamente a nivel mundial– se ha entendido<br />
casi exclusivamente como un equipamiento local ajeno al<br />
ordenamiento regional. 10<br />
El reconocimiento que hizo Le Corbusier de la topografía<br />
cercana a los cerros orientales y de la importancia del manejo<br />
hidrológico asociado a los trazados y los perfiles viales<br />
que se desarrollarían en sentido oriente–occidente, constituyen<br />
hoy un llamado al entendimiento del lugar y probablemente,<br />
una pista importante para el diseño adecuado del<br />
espacio público.<br />
Del mismo modo, el Centro Cívico y la pieza destinada<br />
al trabajo son dos elementos del Plan Piloto que hoy adquieren<br />
una vigencia importante. 11 La ciudad incorporó al modelo<br />
de ordenamiento dos operaciones estratégicas: una, para<br />
el centro (entendido como un ámbito de aproximadamente<br />
1800 Ha) y otra, para el eje industrial y de equipamientos de<br />
gran escala que se desarrolla desde dicho centro hasta el<br />
occidente de la ciudad (denominada Operación Anillo de Innovación).<br />
12 A través de dichas operaciones, no solamente<br />
se busca recualificar esas áreas, sino también dotarlas de<br />
los atributos que les permitan adquirir una significación de<br />
escala internacional y funcionar consecuentemente con esta.<br />
En 2004, dentro del proceso de formulación del Plan Zonal<br />
Centro, que desarrolló el componente urbanístico de la<br />
Operación Centro, se estableció un modelo de ordenamiento<br />
para ese ámbito, dirigido a conformar un centro de escala<br />
regional que contemplara la inserción de nuevas formas de<br />
ciudad y la localización de numerosas viviendas (apuntando<br />
a la duplicación de la población residente) 13 y de nuevos<br />
equipamientos, con un incremento importante del espacio<br />
público y un manejo adecuado de la movilidad.<br />
El proceso de definición del modelo que orientó las determinaciones<br />
más importantes, que fueron posteriormente<br />
adoptadas en 2007, consideró seriamente la necesidad de<br />
conformar un nuevo «centro del centro», cuya escala fuera<br />
más consecuente con las 1800 hectáreas objeto de planificación,<br />
similar a la dimensión del área central propuesta en<br />
el Plan Piloto y con las pretensiones de consolidarlo como<br />
centro regional.<br />
Ante premisas tales como duplicar la población residente<br />
a 500.000 habitantes (equivalente a la producción de por lo<br />
menos setenta mil nuevas viviendas), incrementar sustancialmente<br />
el espacio público existente (cercano solamente<br />
a menos de tres metros cuadrados por habitante, sin considerar<br />
el espacio público necesario para la adecuada movilidad<br />
y la permanencia de la población flotante), racionalizar<br />
la movilidad (considerando las dimensiones reducidas<br />
de las vías locales), favorecer la accesibilidad y preservar<br />
los valores patrimoniales, se consideró necesario prever intervenciones<br />
drásticas en la denominada «franja prioritaria<br />
260 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
Borrador del modelo de ordenamiento del plan zonal del centro. Realizado por Francisco Jácome y Javier Aja en el marco de la formulación, para el Departamento Administrativo de Planeación<br />
Distrital (hoy SDP), en 2004.<br />
De la negación al redescubrimiento del Plan Piloto de 1950 | Francisco Jácome Liévano<br />
261
Programa de Vivienda de Interés Social, Alcaldía Mayor de Bogotá, Departamento<br />
Administrativo de Planeación Distrital, Bogotá 2003.<br />
Modelo urbano del Plan de Ordenamiento Territorial de 2003.<br />
262 Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
de intervención», delimitada por la calle primera, al sur; la<br />
calle 26, al norte; la carrera décima, al oriente, y la avenida<br />
Caracas, al occidente, es decir algo más de cien hectáreas<br />
donde debería prevalecer un espacio público fluido generado<br />
en buena medida por la implantación de edificaciones en<br />
altura con baja ocupación, una alternativa pertinente, no muy<br />
lejana de los postulados modernistas.<br />
Por su <strong>parte</strong>, el Plan Piloto planteó un centro de escala<br />
regional (con seis kilómetros de longitud y unas mil doscientas<br />
hectáreas), considerando que el centro de entonces no<br />
correspondería a la futura ciudad de un millón y medio de<br />
habitantes, núcleo principal de un área metropolitana.<br />
La idea de conformar un gran centro no estaba aislada<br />
de una proporcionalidad entre este y extensas áreas donde<br />
predominaría «habitar» y que, por tanto, tal como lo muestran<br />
los planos de detalle de algunos sectores, albergarían<br />
otras actividades complementarias en pequeña escala.<br />
En esa propuesta, las áreas de trabajo estarían debidamente<br />
conectadas con las de vivienda de Bogotá, pero<br />
también con el ámbito metropolitano. La pieza destinada al<br />
trabajo coincide en <strong>parte</strong> con la Operación Anillo de Innovación,<br />
a la cual el POT le otorga la función de localizar la nueva<br />
industria asociada al terciario avanzado.<br />
Son tantos y tan ricos los elementos conceptuales, metodológicos<br />
y formales del Plan Piloto, que merecen ser explorados<br />
con la paciencia y la humildad que exigen el entendimiento<br />
y la evolución de los temas urbanísticos.<br />
El urbanismo, como oficio, puede aún recuperar el sentido<br />
que tuvo para quienes no se ocuparon exclusivamente de temas<br />
ligados a la formulación de la norma, como mecanismo<br />
determinista de la producción de ciudad. La responsabilidad<br />
de contribuir decididamente a la definición de las formas de<br />
ocupación del territorio, de la forma y el espacio urbanos,<br />
incluidos los elementos que constituyen el sistema vial, y de<br />
garantizar el bienestar de sus habitantes no puede endosarse<br />
desprevenidamente a profesiones cuyas bases están<br />
lejanas del entendimiento de la forma y del espacio. El Plan<br />
Piloto puede ser un elemento clave para recuperar la pasión<br />
por esta disciplina.<br />
Francisco Jácome Liévano: arquitecto por la Universidad Nacional de Colombia<br />
y máster en Técnicas Urbanísticas aplicadas a las Áreas Metropolitanas<br />
por la Università Degli Studi di Roma, «La Sapienza».<br />
1. La negación del plan estaba respaldada por sentencias relacionadas<br />
fundamentalmente con un supuesto «condenable zoning», con la destrucción<br />
del patrimonio de la ciudad (justo después del Bogotazo del 9 de<br />
abril de 1948) y con un supuesto desconocimiento de Le Corbusier con<br />
relación al medio físico natural y la idiosincrasia bogotana.<br />
2. La teoría y la proyectación de los años ochenta en las universidades colombianas<br />
miraron con interés movimientos como el Neoclasicismo y el<br />
Deconstructivismo, al tiempo que la academia exaltaba posturas claramente<br />
contrarias a los principios del movimiento moderno (con especial<br />
interés se exploraban los escritos y los proyectos de Aldo Rossi y Robert<br />
Venturi). El ambiente académico no era seguramente el más afín a los<br />
postulados del CIAM.<br />
3. El desánimo generalizado de algunos comentarios cercanos a la formulación<br />
del Plan Piloto no puede ser descontextualizado de un escenario que<br />
mostraba buena <strong>parte</strong> del patrimonio destruido por los sucesos del 9 de<br />
abril de 1948.<br />
4. La superficie del suelo urbano de Bogotá en el momento de la elaboración<br />
del Plan Piloto era de 2770 Ha (actualmente es de 30.776 Ha) y la ciudad<br />
contaba con 600.000 habitantes. De acuerdo con los datos del censo del<br />
DANE en el año 2005, la población de Bogotá era de 6.763.325 habitantes<br />
y la del resto de municipios que conforman la Sabana de Bogotá era de<br />
964.586 habitantes.<br />
5. El estudio más reciente sobre la ocupación de la Sabana de Bogotá fue<br />
contratado por la Gobernación de Cundinamarca en 2007 y desarrollado<br />
por la unión temporal J. Gómez – Grupo de Estudios Urbanos, Ltda. Dicho<br />
estudio actualizó la cartografía que muestra la ocupación real de ese<br />
territorio y, para el efecto, contó con imágenes satelitales SPOT. Tanto el<br />
diagnóstico como el modelo de ocupación que fueron desarrollados por<br />
dicho estudio actualmente son analizados y discutidos por los municipios<br />
que constituyen la Sabana de Bogotá y por los entes territoriales que tienen<br />
jurisdicción en ese ámbito.<br />
6. En la cartografía del Plan Piloto se evidencia un entendimiento del aeropuerto<br />
como el punto de conexión más importante en el contexto mundial<br />
y nacional (París, 48 horas; Nueva York, 16). Ello debería tener un impacto<br />
en la economía y la escala de la ciudad y debería reflejarse en su funcionalidad<br />
y sus escalas urbana y arquitectónica. Es interesante el papel<br />
que, en consecuencia, el plan le otorga a la región (cada municipio debería<br />
tener su propio plan piloto) y a su intercomunicación. La propuesta<br />
de un límite urbano definido por elementos físicos partía de considerar<br />
que la ciudad debería ser densa, a favor de una extensión controlada que<br />
protegiera el suelo rural.<br />
7. Doris Tarchópulos reseña dicha apreciación en el artículo «Huellas del<br />
Plan para Bogotá de Le Corbusier, Sert y Wiener», publicado en la revista<br />
electrónica Scripta Nova del 1 de agosto de 2006.<br />
8. Esa misma situación viene replicándose en otros municipios de Colombia,<br />
a partir de la expedición del Decreto n. o 4260 de 2007, sobre los<br />
macroproyectos de interés social nacional, los cuales no se supeditan al<br />
ordenamiento municipal.<br />
9. En diferentes escenarios de discusión sobre el tema del déficit de Vivienda<br />
de Interés Social (VIS), que actualmente se aproxima a la cifra<br />
de 340.000 viviendas en el ámbito de la Sabana (censo DANE, 2005), es<br />
recurrente la preocupación por los elevados precios del suelo en áreas<br />
de expansión (e incluso en suelo rural), que hacen menos atractiva la<br />
generación de proyectos VIS.<br />
10. La importancia de avanzar en esta escala de ordenamiento apenas comienza<br />
a hacerse consciente por <strong>parte</strong> de las administraciones, dada la<br />
necesidad de llegar a acuerdos en relación con el manejo de temas que<br />
desbordan los límites municipales, tales como la provisión de agua, el<br />
manejo de los activos naturales, la disposición de residuos y la infraestructura<br />
de transporte.<br />
11. Lo regional no solamente se percibe desde la lectura cartográfica de un<br />
ámbito de gran escala, sino también desde la propuesta misma de los<br />
edificios o de los complejos edilicios, cuya arquitectura hace clara referencia<br />
a reflexiones que superan el ámbito estricto de la intervención.<br />
12. De acuerdo con el estudio realizado por Julio Gómez y Francisco Jácome<br />
para la Secretaría Distrital de Planeación, en 2008 el área bruta actual de<br />
la operación es de 780 Ha, mientras que el área susceptible de ser transformada<br />
a través de proyectos es de algo menos de 180 Ha, en razón a los<br />
procesos de ocupación que se han venido dando en los últimos diez años.<br />
13. El Plan Zonal Centro asumió como oficiales las cifras que contaban<br />
250.000 residentes y una población flotante de 1.500.000 personas, las<br />
cuales están consignadas en los estudios técnicos que dieron soporte a<br />
dicho plan.<br />
De la negación al redescubrimiento del Plan Piloto de 1950 | Francisco Jácome Liévano<br />
263