Juntos Gaceta Mercantil - ENERO 2016

-productora de armas en Italia fundada en
1526-; en México tenemos el caso de la
empresa Cemex de la familia Zambrano,
fundada en 1906 o de la empresa Bimbo,
fundada por la familia Servitje en el año 1945.
Podemos afirmar que de acuerdo con las
estadísticas anteriores, todos estos son casos
excepcionales, ya que la mayoría de las
empresas no logra pasar con éxito a la
siguiente generación.
Una de las razones principales por la que no se
tiene éxito en las empresas familiares es
porque este tipo de organizaciones no le dan
importancia a la planeación del proceso de
sucesión, es decir, del paso de la estafeta o de la
transición a las nuevas generaciones.
De acuerdo a un estudio de la empresa
consultora KPMG en México, el año pasado
aproximadamente 90 por ciento de las
empresas encuestadas no tenían definido un
proceso formal de planeación de la sucesión,
debido principalmente a la falta de interés del
fundador en dejar el puesto de director a otra
persona, aunque sea un miembro de la familia.
Además, en muchos casos se presentan
algunas de las siguientes razones: las
relaciones familiares entre los posibles
miembros de la familia que puedan participar
en la sucesión no son buenas, por lo tanto,
dejar el negocio en sus manos provocará
problemas mayores; o bien, porque los
intereses de los descendientes o posibles
sucesores en la familia son diferentes o no se
relacionan con el giro del negocio actual; o
porque ninguno de los posibles candidatos a la
sucesión tiene el perfil o las competencias
necesarias para tomar la dirección de la
empresa.
Por lo general, la g ran mayoría de los
fundadores de empresas familiares no quieren
dejar la dirección de la empresa, pero si tienen
que hacerlo, quieren que el siguiente director
de la empresa sea un familiar.
En este sentido, tenemos el caso exitoso del
Banco Santander, al fallecer su presidente,
Emilio Botín, el año pasado, tomó la dirección
del banco, su hija Ana Patricia, en septiembre
de 2014.
Ella estudió en la Universidad de Harvard y
trabajó en Estados Unidos en la empresa
financiera JP Morgan durante siete años antes
de regresar a España; posteriormente trabajó
en la institución bancaria Banesto, propiedad
del Grupo Santander, siguió preparándose y
tomando experiencia para poder dirigir
actualmente el corporativo bancario con
buenos resultados.
Sin embargo, existen varias opciones que
tiene un empresario para elegir el futuro de su
negocio sin pasar la estafeta a otro miembro de
la familia. A continuación, comentamos las dos
más importantes.
La primera, mantener la propiedad en la
familia y contratar a un gerente externo. Es
probable que la familia considere adecuado
reclutar y seleccionar a un director general
que no forme parte de la familia, si es el caso de
las condiciones antes citadas, es decir, no hay
en la familia alguien capaz de tomar el relevo, o
bien, si se pueden provocar conflictos en las
relaciones entre la familia, si toma la estafeta
uno de ellos. Recuerdo un empresario de
Veracruz que me comentó que se sentía muy
orgulloso y satisfecho de haber dejado la
dirección de la empresa en manos ajenas a la
familia y que esto le ha dado excelentes
resultados.
E s t a a l t e r n a t i v a t i e n e l a v e n t a j a d e
profesionalizar el negocio, así como la
incorporación de ideas diferentes a las que
tradicionalmente la familia había considerado.
Estos nuevos puntos de vista enriquecerán la
toma de decisiones en la organización.
La segunda opción es vender parcial o
totalmente la empresa a otras personas. Esta
opción es la más común si no se decide la
sucesión con otro miembro de la familia.
Lo hemos visto en Jalisco con las empresas
tequileras que han vendido sus negocios a otras
i n s t i t u c i o n e s , e s t o l e s p e r m i t e a l o s
empresarios obtener liquidez por la venta de
una parte o del total de sus activos y, de esta
forma, asegurar la tranquilidad para afrontar
los gastos que se pueden presentar en la vejez.
Para calcular el precio adecuado para la venta
del negocio, es importante evaluar los activos
tanto tangibles como intangibles para conocer
el valor real de mercado. En esta opción, es
importante tomar en cuenta que si se vende el
negocio será necesario definir cuál será el
futuro de la familia en función de sus proyectos
personales y profesionales, además de definir
dónde se invertirá el dinero para obtener mayor
rendimiento con el menor riesgo posible.
En conclusión, en las empresas familiares
tenemos varias alternativas cuando no es
posible tener la sucesión con algún miembro
de la familia: la primera pregunta es ¿se
mantiene la propiedad, pero se contrata a un
director ajeno a la familia?, o la segunda
pregunta, ¿se vende parcial o totalmente la
empresa?.
La respuesta a estas preguntas para tomar la
decisión más adecuada está en función de
hacer un análisis detallado de los beneficios e
inconvenientes de cada una de estas opciones,
y también, de seleccionar la mejor tomando en
cuenta las circunstancias del negocio y de la
familia.
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