El Cantar Quinchero

1.
ENTRE TONADAS, CUECAS Y HUASOS
“
En Chile, la tonada ha tenido
un marcado acento rural. Está
ligada al campesino, su terruño
y sus sentimientos.
”
La música folklórica forma parte esencial de
la identidad de una nación y de los rasgos
distintivos y propios de sus habitantes. Como
legítima expresión de los sentimientos de un
pueblo, constituye un patrimonio enraizado
en aquellos valores que forman el alma
nacional.
El origen de la música folklórica chilena
hunde sus raíces en el mismo mestizaje
hispano-indígena que dio paso a la
formación de la nacionalidad chilena. Sin
embargo, en lo que se refiere a ese Chile
histórico (desde Copiapó hasta la frontera
de Arauco) en que fue efectiva la presencia
española en los siglos coloniales, la veta
peninsular fue predominante en la música
tradicional.
Casi tres siglos de una presencia española
con fuerte influjo en el sustrato cultural
indígena, dejaron su huella. Su principal
manifestación musical fue la tonada, género
cuyos antecedentes se remontan al siglo X
en la región astur-cantábrica, al norte de
España. Con el avance de la reconquista
de la península, este género se fue
expandiendo a otras regiones y adquiriendo
características propias. Así, en la zona
de Andalucía adquirió formas arábigas y
fue este estilo de canto el que predominó
en América durante la conquista. Con el
tiempo y la influencia de las culturas locales,
la tonada americana adquirió matices
regionales propios.
En Chile, la tonada ha tenido un marcado
acento rural. Está ligada al campesino, su
terruño y sus sentimientos. En el pasado,
ella amenizaba los rodeos, trillas y fiestas
populares. Un testigo de una trilla de
mediados del siglo XIX dejó un vivo retrato
del acontecimiento: “Sobre el montón
de trigo está la cantora del lugar, con su
guitarra en la mano, echando al aire tonada
tras tonada i no pocas veces la acompaña
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