El Cantar Quinchero

El cantar
Quinchero
A Buenos Aires los boletos,
año 1945. Hernán Velasco,
Raúl Velasco, Javier Campos y
Carlos Morgan.
artísticos y musicales, consagró al grupo
musical a nivel internacional. A su vuelta
surgieron nuevos contratos radiales como
elenco estable, realizaron numerosas
presentaciones en teatros y grabaron varias
canciones con el sello RCA Victor (“Agonía” de
Francisco Flores del Campo; “Valsecito”, del
mismo autor; y “La Cuncunita”, de Chito Faró).
El éxito de la primera gira al exterior les
significó nuevos contratos en la vecina nación
y en junio de 1948 vuelven a viajar a Buenos
Aires para actuar en vivo en el auditórium de
radio “El Mundo” y en la sala de espectáculos
“El Tronio”, de calle Corrientes.
En la historia de Los Quincheros este nuevo
viaje a la capital argentina representará
un jalón importante de su trayectoria. Fue
en esa ocasión que estrenaron el famoso
“Patito”. Se trata de unas coplas cantadas
con ritmo de guaracha compuestas en
esa oportunidad por Ariel Arancibia y cuyo
estribillo hacía relación con un palmípedo
que no sabía nadar en agua salada. Con el
tiempo, dichas estrofas cuentan diversas
situaciones que enfrenta el famoso patito y
las respuestas que éste da, respuestas que
se sacan de diversas canciones populares.
En el fondo, es un juego humorístico que
permite hacer reír al público. A partir de
1948, esta simpática canción, arreglada cada
vez según las circunstancias, ha acompañado
frecuentemente al conjunto en sus recitales.
Desde aquella primera presentación de 1938
en los auditorios de radio América, hasta su
exitoso segundo viaje a Buenos Aires habían
transcurrido diez años. Años fundacionales,
de creación de un estilo propio y de
consolidación artística. Años en que habían
logrado alcanzar los primeros lugares en los
rankings radiales y discográficos, pero sobre
todo donde habían conquistado los corazones
de miles de chilenos. Años en los que, más
allá de algunos cambios en sus integrantes,
los miembros del grupo habían forjado una
amistad a través de sus voces, mantas y
guitarras. Cuatro años más tarde, en 1952,
en una solemne ceremonia realizada en el
Hotel Crillón, Los Quincheros recibían el
premio “Caupolicán”, en la categoría mejor
conjunto musical chileno, entregado por la
Asociación de Cronistas de Teatro, Cine y
Radio. Su canto no solo se oía en las radios
chilenas; en toda Latinoamérica se les
conocía y apreciaba como difusores de la
música típica chilena.
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