El Cantar Quinchero

4.
TESTIMONIOS
“Los Huasos Quincheros encarnan una
faceta estilística que, en su larga vida ya
se ha arraigado en nuestro inconsciente
colectivo. Es incontestable su chilenidad
así como es indudable la proyección que,
a partir de ellos, se ha desplegado de sus
modalidades interpretativas en la vida de
numerosos conjuntos nacionales”.
Luis Advis. Director Sociedad Chilena de
Autores.
“Los Huasos Quincheros demostraron,
sin duda, que en su estilo han logrado una
perfección admirable. Tienen pleno dominio
del escenario y las situaciones, y son
capaces de mantener al auditorio atento y
entretenido a lo largo de mucho tiempo”.
Italo Passalacqua, La Segunda, 1977.
“Algunos se preguntan hasta cuando
durarán, Los Quincheros. Hay señales muy
claras. Conózcalas: Mientras los ríos sigan
llevando sus aguas al mar, y los pájaros
saluden al sol desde la enramada, y el pasto
tiña de verde los potreros, y el caballo alazán
agite sus crines al viento, mientras la luna,
una vez al mes tiña de plata los campos
de Chile, germinará la canción de la tierra,
brotando así el cantar de Los Quincheros, tal
como ha ocurrido en estos primeros 70 años,
con la dedicación y permanencia que son un
símbolo de amor a lo nuestro. Por lo tanto,
mientras estas señales, entre otras, ocurran,
tendremos Quincheros”.
Germán Becker Ureta
“Los Huasos Quincheros han permanecido
en el tiempo marcando un hito”.
Margot Loyola, 1999.
“La larga y exitosa carrera de Los
Quincheros –su permanencia de tantos años
en primera línea de la actualidad artística y
del favor del público– es un fenómeno que
merece atención. Nuestro folklore abandonó
los círculos eruditos y, de igual modo, los
auditorios restringidos y fue asumido por
el gran público. En ello, obra de auténtica
cultura, Los Quincheros han tenido su parte,
grande e indiscutible.
Gonzalo Vial, Escritor, 1970.
“60 años de Tradición y de equipo. Sin
claudicar. Sin mayores intereses que el
desinterés... cuantos como ustedes forman
nuestra familia chilena: mientras haya
lanceros solitarios de tal perseverancia, hay
esperanza para nuestra patria”.
Raúl De Ramón, 1982.
85