El Mundo Sobrenatural Julio 2016 - Los errores que mataron a Kennedy

European University, por ser representante del papel del cazavampiros
médico a mediados del siglo XVIII. Fue enviado a los límites
del Imperio Habsburgo, concretamente a Banat, para el
estudio de aquellos seres de ultratumba. Sus servicios habrían
sido solicitados por el gobernador municipal para hacer frente a
la plaga de morois que asediaba la región, y dar algún ipo de explicación
racional al demoníaco fenómeno.
Nacido en Maguncia, Tallar finalizó la carrera de medicina
en Estrasbrugo antes de recalar en el regimiento del Imperio,
ostentando el cargo de cirujano. Fue desinado a disintas regiones
de la franja fronteriza de la Europa Oriental, donde las incursiones
otomanas eran constantes, y el terror y superchería lastres
perennes de los habitantes de la zona.
Es facible cavilar que para encajar las piezas del extraño
puzle el cirujano se recluyera en su despacho, y en una concentrada
soledad dictaminara unas conclusiones encaminadas a lo
lógico y racional. En ese año 1756, invesigó el suceso de dos vícimas,
llevando además un analisis forense de los cadáveres que
habían sido señalados como vampiros. En definiiva, lo que parecía
tener entre manos eran simplemente casos vinculados a alguna
patología que la ciencia no había logrado dar explicación y
menos aún, desarrollar una cura. Hasta el momento sólo se habían
pronunciado al respecto, relatando la escenificación de extrañas
presencias vampíricas, algunos miembros de las iglesias
o funcionarios de los municipios de las áreas rurales donde se estaban
produciendo la mayoría de los trájicos acontecimientos.
Los dictámenes de Tallar se convirieron en el dignósico
imprescindible para proporcionar cordura cienífica a los ataques
atesiguados por las vícimas sorprendidas por no muertos, sobre
todo en demarcaciones como Valaquia.
Recreación del despacho del galeno
En los reconocimientos médicos emprendidos por el cirujano
húngaro entre los habitantes valacos afectados observó
que se repeía una cadena de caracterísicas sintomáicas, como
sed constante, pulso delicado y dolor por disintas zonas del
cuerpo. Sin embargo, el dato que llamó poderosamente la atención
a Tallar fue que ni las guarniciones militares establecidas en
el territorio ni los lugareños de origen serbio o germano padecían
aquellos síntomas patológicos. Por ese moivo, el médico acabó
por determinar que no exisía epidemia que afectara a la población,
sino que la causa solamente actuaba en individuos de procedencia
valaca. Detallando las costumbres alimenicias propias
de los valacos, Tallar concluyó que en el abastecimiento de origen
vegetal, paricularmente en el repollo y ajo –Productos ípicos
de esa zona de Europa– se concentraría el foco de infección. A
posteriori, el procedimiento de sanación llevado a cabo por el Tallar
fue suministrar a los pacientes un preparado que produjera
el vomito a fin de que expulsaran las substancias nocivas ingeridas.
Sólo con ello, logró la mejora y curación de muchos enfermos.
Publicado en Leipzig, Tallar fue el autor de las ochenta y
seis paginas del ensayo, Visum Repertum Anatomico Chirurgicum;
una revisión exhausiva de los llamados seres de sangre,
vampiros o Moroi, en lengua valaquia, en Wallachey, Transilvania
y Banat. No obstante, el trabajo permaneció olvidado en un cajón
durante tres décadas hasta
que vio la luz por la iniciaiva
de un editor austríaco .
ESCRITO POR SERGIO VAQUÉ
El galeno tomaba en primera instancia el tesimonio de
los afectados. Acudía a sus casas, y los enfermos respondían a
sus preguntas postrados en sus camas. Algunas de las vícimas
coincidían en un mismo modus operandi: adormecidos y a oscuras
bajo la penumbra de la habitación, el moroi se les presentaba
de improviso. Aterrados, los tesigos creían que el único modo
de terminar con el Mal era profanar los cementerios donde yacían
enterrados los diabólicos moradores de la noche.
A la derecha tenemos el Visum Repertum Ana-
tomico Chirurgicum y Escudo Casa Habsburgo
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