Nº 4 - Octubre 2016

Pueblo y los otros llegaron a tener un público propio que llenaba sus localidades,
generalmente de la clase media que comulgaba con las ideas de
sus gestores.
Con el tiempo, se formaron ya más avanzado el siglo los llamados
“Teatros Vocacionales”, que fueron casi exclusivamente surgiendo de instituciones
sociales y tuvieron repercusión en su zona de influencia.
En la actualidad podemos decir que el Teatro Alternativo (una de las
denominaciones más usadas) constituye una verdadera cantera del teatro.
Es tan grande el número de ellos, que hay quienes aseguran la existencia
de casi 600 espacios donde reina el teatro. Otros dicen que sólo
llegan a 300, y algunos críticos aseguran que cada fin de semana se ofrecen
en la ciudad 1.400 espectáculos teatrales.
La realidad es que nadie ignora la gran “Movida del Teatro
Under”, como les gusta llamarlo a otros. Hay gran variedad de espacios
que van desde lo mínimo (un solo espectador- Teatro Cabina en Timbre4)
hasta salas con capacidad para 300 personas. La temática ha variado
totalmente y tenemos oferta de espectáculos de todo género, en los que
no faltan aquellos de investigación y exploración, performances, danza y
todas las combinaciones posibles de teatro con otras artes visuales. Se
brindan así eventos con una gran variedad de técnicas y temáticas.
La mayoría de las salas no son ya independientes, porque con gran
esfuerzo logran una magro subsidio del Gobierno de la Ciudad (Proteatro)
o del Gobierno Nacional (Instituto Nacional del Teatro). Algunos se limitan
a funcionar como pueden, por lo general en talleres donde se imparte enseñanza
de teatro.
También el público es diverso, notándose sobre todo la asistencia
masiva de gente joven, muchas veces actores y/o autores de teatro también
ellos.
Los actores, en general, no dudan en correrse al “Teatro Comercial”.
Es más, algunos salidos de talleres privados o de la Academia y de
la Universidad de Arte, lo usan como trampolín de ascenso para llegar a
trabajar en la televisión o en teatro comercial.
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