NORMAS DE COLABORACIÓN

Cuadro “Defensa de Gran Canaria contra las tropas holandesas”, de Carlos Morón.
(Capitanía General de Canarias)
La represalia no se hizo esperar, inmediatamente procedieron al saqueo de la capital y a la quema de
edifi cios. Trasladaron a sus barcos las campanas de la catedral, los cañones y todos los productos agrícolas
de que pudieron hacer acopio.
A la mañana siguiente los canarios atacaron con tal violencia que los holandeses huyeron a sus barcos
abandonando el resto del botín.
La clave de la victoria la descubrieron los grancanarios al utilizar una táctica hasta entonces desconocida:
la lucha en el medio rural en base al conocimiento del terreno y el apoyo de la población civil para
atacar por sorpresa y retirarse rápidamente; es decir, la guerra de guerrillas.
Se acababa de escribir una de las páginas más heroicas de la Isla.
Los sucesivos intentos de desembarco rechazados
con singular denuedo, el enfrentamiento a pecho
descubierto a los invasores apoyados por mortífero
fuego, las sublimes hazañas de Cipriano de
Torres y tantos otros héroes anónimos, la defensa
de la ciudad en condiciones de aplastante inferioridad,
el desigual encuentro del monte Lentiscal y
el asalto defi nitivo a la ciudad, son episodios a cual
más glorioso.
6