IGNACIO DE LA CRUZ
download.php?id=Bolivar-y-su-concepcion-del-periodismo2
download.php?id=Bolivar-y-su-concepcion-del-periodismo2
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Al margen<br />
Una primera lectura del presente texto bastó para convencernos<br />
de que su autor con destreza y seguridad había elaborado<br />
un fino instrumento cultural para enfrentar el avance de la<br />
masi ficación dirigida. Destinado básicamente a los profesionales<br />
y estudiantes de la comunicación humana, pero igualmente<br />
útil a todos los cultores de las ciencias del espíritu, justamente<br />
con movidos ante el trágico espectáculo de la manipulación<br />
cons ciente de la gente.<br />
Un texto elaborado por un maestro. Ignacio de la Cruz,<br />
experto profesional, dedicó varias décadas de su vida al ejercicio<br />
del periodismo. Investigador exhaustivo, observador original,<br />
tenaz pesquisante, ha sido siempre un diarista de éxito.<br />
Gradua do en comunicación social, tomó cátedra en la Escuela<br />
de Perio dismo de la Universidad del Zulia, para desde allí divulgar<br />
cer teras ideas sobre el oficio, considerado como servicio<br />
público. En su tarea le ayuda eficazmente su densa formación<br />
cultural y su especial sensibilidad.<br />
De la Cruz proviene de una familia de agricultores y médicos,<br />
con hondas raíces fincadas en las faldas del Irazú, de<br />
don de se desprendió a temprana hora para recorrer el resto de<br />
Cen tro América y Colombia, hasta venir a radicarse en Venezuela.<br />
Por varios años participó activamente en la aventura del<br />
petró leo y luego se dio a conocer por propia necesidad cultural<br />
el te rritorio del Estado. A caballo penetró en tierras motilonas,<br />
re cién puesto de manifiesto que los grupos bari eran absolutamente<br />
pacíficos y que la leyenda de su presunta belicosidad fue<br />
tan sólo interesada invención de petroleros y terratenien tes. De<br />
sus pasos e indagaciones periodísticas supieron rincones tan<br />
alejados como los del Río de Oro, cuando aún no existía camino<br />
real, la sedienta Guajira y las selvas boscosas del sur.<br />
123