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Hay que tener en cuenta que si la<br />

carga de calor que lleva el agua es<br />

excesiva, puede llegar a calentar<br />

la masa de agua más de lo conveniente.<br />

En cultivos con muchas luces<br />

(al menos 10.000w), puede darse la<br />

circunstancia de que la piscina se<br />

caliente tanto que empiece a desprender<br />

vapor, lo que puede resultar sospechoso<br />

a ojos de los vecinos. En un<br />

pozo, si la temperatura sube demasiado,<br />

podría alterarse el equilibrio de<br />

microorganismos que contiene, por lo<br />

que conviene hacer análisis periódicos,<br />

especialmente si el agua se usa<br />

también para beber.<br />

ENFRIAR EL AGUA<br />

Cuando el cultivador no tiene un depósito<br />

tan grande como una piscina y debe<br />

conformarse con unos pocos cientos de<br />

litros de agua, necesita un sistema que<br />

enfríe el agua. En función del tamaño<br />

del depósito y las características del<br />

cultivo se puede optar por:<br />

AUMENTAR LA EXPOSICIÓN<br />

Aumentar la exposición del agua al<br />

aire, devolviéndola al depósito por<br />

medio de un aspersor para que reduzca<br />

su temperatura lo máximo posible.<br />

Al pulverizar el agua se favorece su<br />

evaporación, lo que reduce la temperatura<br />

del resto del agua. Como bien<br />

demuestra ese gran invento que es<br />

el botijo, cuando el agua se evapora,<br />

absorbe energía del resto del líquido<br />

y lo enfría.<br />

REFRIGERACIÓN GEOTERMAL<br />

La temperatura del subsuelo es<br />

mucho más estable a lo largo del año<br />

que la temperatura de la superficie.<br />

Sea invierno o verano, unos metros<br />

bajo el suelo la temperatura permanece<br />

prácticamente igual.<br />

La refrigeración y la calefacción geotermales<br />

se aprovechan de la temperatura<br />

del subsuelo para calentar y<br />

enfriar. A cinco metros de profundidad<br />

la temperatura del subsuelo se<br />

mantiene, a lo largo de todo el año,<br />

en el rango comprendido entre 7 y 15<br />

grados. En 15 metros de profundidad<br />

hay una temperatura estable de unos<br />

12 grados, tanto en enero como agosto.<br />

En general, se considera que en<br />

un clima concreto, la temperatura del<br />

subsuelo es igual a la temperatura<br />

media del año.<br />

La refrigeración y calefacción geotermales<br />

se basan en pasar un circuito<br />

de tuberías bajo el suelo, de modo<br />

que el agua que circula por ellas, se<br />

enfríe o se caliente aprovechando la<br />

temperatura del subsuelo. Es uno de<br />

los sistemas más caros de instalar,<br />

sin embargo su efectividad es fantástica<br />

y permite disponer de calefacción<br />

y refrigeración generando un ahorro<br />

energético de alrededor de un 80%<br />

respecto a los sistemas tradicionales.<br />

ENFRIADORA DE AGUA<br />

Estos aparatos disponen de un compresor<br />

(igual que una nevera o un aire<br />

acondicionado) que enfría el agua. Se<br />

fabrican en distintas potencias y resultan<br />

más eficientes energéticamente que<br />

un aire acondicionado. Normalmente se<br />

instalan fuera del cuarto de cultivo, en<br />

el depósito que recibe el agua caliente,<br />

la que sale del circuito de refrigeración<br />

y de donde también vuelve a salir,<br />

impulsada por una bomba luego de<br />

haber sido enfriada.<br />

Las enfriadoras tienen que deshacerse<br />

del calor que absorben del agua<br />

al enfriarla, igual que un aire acondicionado<br />

debe eliminar el calor que<br />

capta de la habitación. Debido a esto,<br />

normalmente tienen un ventilador que<br />

expulsa aire caliente, por lo que irá<br />

calentando la habitación en que está<br />

situada la enfriadora. Los modelos<br />

más potentes se instalan en el exterior<br />

o en una ventana, aunque algunos<br />

cultivadores optan por dejarlos dentro<br />

y colocar un extractor que renueve<br />

constantemente el aire.<br />

Para calcular la potencia de la enfriadora<br />

necesaria se puede aplicar esta<br />

fórmula aproximada: Caudal de agua<br />

(l/h) x Diferencia temperatura agua<br />

(T salida – T deseada) = vatios de<br />

refrigeración necesarios. Por ejemplo,<br />

pongamos que el fan coil requiere<br />

un caudal de 600 litros/hora, el agua<br />

entra al sistema con una temperatura<br />

de 12º C, sale a 20ºC y queremos<br />

volver a enfriarla hasta los 12ºC.<br />

Aplicamos la fórmula: 600 x (20-12) =<br />

4.800 w/h = 4,8 Kw/h. Conviene escoger<br />

una enfriadora algo más potente<br />

de lo necesario (un 20% extra), para<br />

que no se quede corta en los días más<br />

calurosos. Hacemos el cálculo multiplicando<br />

el resultado anterior por<br />

1,2. Por tanto, para enfriar a 8ºC un<br />

caudal de 600 litros/hora se requiere<br />

una enfriadora de unos 6 Kw/h de<br />

potencia (4,8 x 1,2 = 5,76).<br />

AIRE ACONDICIONADO CASERO<br />

La fabricación es muy sencilla, sólo<br />

se necesita una nevera de playa y un<br />

pequeño ventilador. También se puede<br />

emplear un extractor de ventana o,<br />

incluso, un ventilador de ordenador.<br />

Se cortan dos agujeros en la tapa de<br />

la nevera, ambos del mismo diámetro<br />

que la rejilla del ventilador y tan separados<br />

entre sí como sea posible. Hay<br />

que fijar el ventilador en uno de los<br />

agujeros de manera que sople hacia<br />

el exterior y dejar el otro descubierto<br />

para que entre el aire. Se llena la<br />

nevera con hielo y agua y se pone el<br />

ventilador en marcha. La temperatura<br />

se puede regular de dos formas. La<br />

más sencilla es añadiendo mayor o<br />

menor cantidad de hielo, pero no es<br />

un sistema muy preciso. Una alternativa<br />

algo más complicada, pero mucho<br />

más precisa, consiste en conectar un<br />

termostato al ventilador para que se<br />

apague cuando alcance la temperatura<br />

deseada, de manera que el hielo se<br />

conserve durante más tiempo.<br />

Con un poco de práctica se puede<br />

calcular la duración del hielo con<br />

bastante exactitud para ir renovándolo<br />

cuando se haya derretido completamente.<br />

Las botellas de plástico<br />

de dos litros heladas resultan muy<br />

prácticas. Cada vez que el hielo se<br />

derrite basta con cambiar las botellas<br />

por otras congeladas. Este sistema de<br />

refrigeración no resulta práctico en<br />

cultivos grandes pues sería necesario<br />

fabricar una enorme cantidad de<br />

hielo, pero puede funcionar muy bien<br />

en pequeños armarios, especialmente<br />

si las temperaturas no son excesivamente<br />

altas y el cultivador sólo<br />

necesita bajarlas unos pocos grados<br />

durante las semanas más cálidas del<br />

verano. En microcultivos no es difícil<br />

conseguir bajadas de cinco a diez<br />

grados centígrados con el frío almacenado<br />

en unas pocas botellas de dos<br />

litros congeladas.

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