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Nutrición
Foto: sinAzucar.org
No solo endulza
Los fabricantes añaden
azúcar a los alimentos
para hacerlos más gustosos,
sí, pero también
“como fermentador o
como conservante”. Por
eso, Isabel Moya, del departamento
Jurídico de
la organización de consumidores
Facua, considera
que la industria “debería
buscar de qué otra
manera sustituirlo como
conservante por otras opciones
más saludables”.
Esta experta reclama
también “una regulación
general” que unifique
el “batiburrillo” reglamentario
por el que
se rigen las distintas
comunidades autónomas,
y propone estudiar
–“quizás a nivel europeo”–
la posibilidad
de limitar el contenido
de azúcar de ciertos alimentos.
¿Puede hacer algo el
consumidor? Dado que
“evitarlo es bastante difícil”,
Moya sugiere
acudir al etiquetado y
la información nutricional
de cada producto,
“identificar qué tipo
de edulcorante lleva” y,
en función de eso, “discriminar”.
sumo de azúcar “para rendir un poquito
más” en los deportes que practica.
Cuando empezó a leer etiquetas, descubrió
“que está presente en muchos alimentos
considerados saludables”, lo que le llevó
al siguiente paso, traducir cantidades:
“Te dicen que el flan que vas a comerte
contiene 28,9 gramos de azúcares y te
quedas igual, porque no eres capaz de visualizarlo”.
Hizo la cuenta y se llevó las manos
a la cabeza: su pequeño flan de 110
gramos contenía nada más y
nada menos que 7,2 terrones
de azúcar.
Ni corto ni perezoso,
Antonio se acercó al
Antonio R. Estrada,
impulsor de la
iniciativa
SinAzúcar.org.
Nomásdeseis
terrones al día
La Sociedad Española de
Endocrinología y Nutrición (SEEN) recomienda
que el azúcar no supere el
cinco por ciento de las calorías de
nuestra dieta. Teniendo en cuenta
que tiene cuatro calorías
por gramo, esto implica
que no deberíamos exceder
los 25 gramos
diarioso,loqueeslo
mismo, seis terrones.
Ahora bien, la SEEN
aconseja tenerlo presente,
pero sin obsesionarse:
se pueden cometer
excepciones en el marco
de una dieta saludable.
supermercado más cercano, atiborró de productos
industriales procesados su cocina,
cogió su cámara y fotografió cada alimento
que había comprado junto a la cantidad de
azúcar que contenía, en terrones. “Colgó” el
resultado en varias redes sociales, y no tardó
en hacerse viral: acababa de nacer SinAzucar.org,
la iniciativa con la que trata ahora
de remover nuestras conciencias.
Descubrió, así, que una porción de 55 gramos
de una conocida marca de kétchup
contiene unos tres terrones de azúcar; que
hay cuatro terrones tras un solo yogur de
fresa “0% materia grasa”; ocho en un
brik pequeño de zumo de frutas y más de
11 en un bote de salsa de tomate. ¿Tienes
pensado ir al cine? Hazte con unas palomitas
dulces y una lata de cola y te estarás
zampando 42 terrones… ¡en lo que dura
una película!
¿Podemos hacer algo?
La industria, según Estrada, no hace sino
“dar a la sociedad lo que ésta demanda”:
“Nos acostumbran desde pequeños a
los sabores dulces, hacen que nos gusten
y nos incitan a buscar más y más para conseguir
esa sensación de placer al paladar”.
Si añaden azúcar, simplemente, venderán
más y mejor.
En un país como España, en el que la industria
“bloquea” cualquier paso que trata de
dar la Administración para reducir el consumo
de azúcares libres, ¿qué podemos hacer
los consumidores? El fotógrafo madrileño
lo tiene claro: “Optar por la comida real”. “Ni
en una tortilla de patata ni en un plato de arroz
con pollo hay azúcares libres, como tampoco
en la fruta, la verdura o el pescado. Eso es
lo que debemos comer”, explica Estrada.
Ya sabe: si pensaba descongelar unos canelones
precocinados esta noche, reflexione.
Tal vez su salud se lo agradecerá. ■
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