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FOTO: Pedro Armestre / Save the Children<br />
zada para elaborar este informe, la ONG<br />
ha contado con la participación de más de<br />
130 niños y niñas de sus programas. “Ellos<br />
nos han prestado su mirada y hemos visto<br />
a través de ella. Con este informe queremos<br />
sacar la lupa y enfocar la desigualdad<br />
que afecta a España: ver cómo ha evolucionado,<br />
cómo se ha intensificado con la<br />
crisis y, sobre todo, ver cómo afecta esta<br />
desigualdad a los niños y las niñas”, dice<br />
un comunicado de la organización.<br />
“En España, un niño que nace en un hogar<br />
pobre está condenado de por vida a serlo.<br />
El Estado no permite que los niños tengan<br />
las mismas oportunidades, al contrario, les<br />
pone zancadillas a los que peor están. Ni<br />
las políticas públicas de protección social<br />
ni el sistema fiscal están diseñados para<br />
reducir la desigualdad y acabar con la pobreza”,<br />
afirma Andrés Conde, director general<br />
de Save the Children.<br />
Precisamente una de las funciones del sistema<br />
tributario es redistribuir la riqueza, pero<br />
en España los impuestos tienen limitaciones<br />
para reducir la desigualdad porque proporcionalmente<br />
gravan más a las personas<br />
más pobres en relación con las más ricas,<br />
afirma el informe. La población más pobre<br />
dedica un 28,2 por ciento de sus ingresos<br />
a pagar impuestos, solo el 10 por ciento<br />
más rico paga más, el resto de la población<br />
paga proporcionalmente menos.<br />
Tampoco el sistema educativo parece<br />
capaz de reducir las desigualdades.<br />
Aunque la escolarización es universal, la<br />
financiación y calidad<br />
de los servicios educativos<br />
favorecen más a<br />
unos alumnos que a<br />
otros. La consecuencia<br />
es que casi la mitad de<br />
los niños de familias<br />
más pobres –el 43 por<br />
ciento– acaba abandonando<br />
prematuramente<br />
sus estudios.<br />
“Mi padre está en el<br />
paro porque la fábrica<br />
cerró. Mi madre está en<br />
casa buscando trabajo.<br />
Mis padres quieren que<br />
seamos felices, si dicen no es porque no<br />
tienen dinero”, dice Ana, una niña de 12<br />
años de Vitoria entrevistada por la ONG.<br />
Desigualdad y empleo<br />
La desigualdad está directamente ligada<br />
con el empleo. El trabajo de los padres<br />
juega un papel fundamental en el desarrollo<br />
de los niños, es la principal fuente<br />
de ingresos, especialmente en el caso de<br />
las rentas más bajas, que son más vulnerables<br />
al desempleo y la precarización. La<br />
destrucción de empleo durante la crisis<br />
ha afectado de forma desproporcionada<br />
a las familias más pobres y con hijos.<br />
España es el país donde más ha aumentado<br />
durante la crisis el número de niños<br />
“EN ESPAÑA, UN<br />
NIÑO QUE NACE<br />
EN UN HOGAR<br />
POBRE ESTÁ<br />
CONDENADO<br />
DE POR VIDA<br />
A SERLO”<br />
que viven en hogares donde nadie trabaja,<br />
hasta llegar a los 800.000 menores.<br />
Pero tener un trabajo tampoco es una garantía<br />
para salir de la pobreza: la tasa de<br />
hogares pobres con hijos en los que<br />
algún miembro trabaja en España es de<br />
las más altas de Europa.<br />
Si la economía no genera empleo suficiente<br />
para todos o éste no es de calidad,<br />
los hogares solo pueden salir de la<br />
pobreza a través de la protección social,<br />
pero, en el caso de España, la inversión<br />
es muy escasa y no se distribuye de<br />
forma equitativa, denuncia el informe elaborado<br />
por Save the<br />
Children. Apenas el<br />
33,6 por ciento de los<br />
niños pobres tienen<br />
acceso a la única prestación<br />
dirigida a mejorar<br />
su situación.<br />
Las familias más pobres<br />
destinan la mayoría<br />
de sus recursos a<br />
los gastos de la vivienda,<br />
pero la renta de los<br />
hogares más desfavorecidos<br />
ha caído a un<br />
ritmo mucho mayor<br />
que los alquileres o las<br />
hipotecas y gastos como la luz o el gas<br />
han subido considerablemente. En<br />
nuestro país la mitad de los niños más<br />
pobres viven en hogares que destinan<br />
más del 40 por ciento de sus recursos<br />
a los gastos del hogar. Lo que les queda<br />
mensualmente a las familias más pobres<br />
por hijo, descontando los gastos de la<br />
casa, ha pasado de 233 euros en 2008<br />
a 130 en 2015.<br />
Uno de los gastos de la casa que las familias<br />
con menos recursos se ven obligadas<br />
a recortar son los energéticos, que además<br />
durante la crisis han aumentado un<br />
70 por ciento y que impiden a casi uno de<br />
cada tres hogares con hijos mantener la<br />
casa a una temperatura adecuada. ■<br />
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