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Biólogo Marino Jorge Douglas Brandon Pliego TEXTO Y FOTOS: Jorge Douglas Brandon Pliego Hay quienes dicen que el ave más bonita es el quetzal. Esta ave pertenece a la familia de los trogones, los cuales habitan en las regiones tropicales de América, principalmente en Guatemala, México y Costa Rica. En nuestro país se le puede observar en Chiapas, y hay una creencia de que también habita en Oaxaca, aunque no hay registros científicos que lo avalen. Incluso existe un municipio llamado San Miguel Quetzaltepec —“cerro de los quetzales”, en náhuatl—, en la Sierra Norte, distrito Mixe. El quetzal es un ave muy sensible a la presencia humana, por lo que habita los bosques nubosos no perturbados. De tamaño mediano, llega a medir entre 36 y 40 cm de largo, y el macho presenta una cola serpentina de 65 cm de largo aproximadamente. El plumaje del cuerpo es de color verde iridiscente, con reflejos que varían de oro hasta azul-violeta, con el pecho y vientre de color rojo carmesí. Las plumas coberteras superiores de la cola son verdes y muy largas. El macho presenta una cresta erizada en la cabeza, que son plumas erectas y comprimidas unas con otras. El pico es amarillo y sus patas oscuras y muy cortas. La palabra quetzal viene del náhuatl quetzalli, que se traduce como “cola larga de plumas brillantes”, según la literatura. Se tiene la creencia de que esta ave representaba la libertad y la riqueza para los mayas. En la época prehispánica existía la pena de muerte para quienes mataban un quetzal, cuyas plumas eran consideradas más valiosas que el oro. Sin duda un ave de mucho colorido y enigmática, por cuyos hábitos en México es muy difícil de ver en vida libre, ya que se encuentra amenazada, y es muy preciada por aquellos que se dedican al avistamiento de aves, así como por fotógrafos de todo el mundo que año con año vienen a la reserva “El Triunfo”, en Chiapas, para poder observarlo o fotografiarlo. Siempre es un reto obtener una toma buena de un quetzal: se necesita una cámara de sensor completo —“full frame”— y un telefoto largo, ya que esta hermosa ave no se deja ver con facilidad, y al primer chasquido de la cámara emprende el vuelo. Además, donde los quetzales habitan generalmente hay muy poca luz, lo cual plantea un reto aún mayor para el fotógrafo. Si alguna vez visitas Chiapas y quieres ver un quetzal pero no puedes subir a la reserva “El Triunfo”, podrás verlo en el zoológico “Miguel Álvarez del Toro”, en Tuxtla Gutiérrez. <strong>INTRO</strong> / <strong>MARZO</strong> 65