Mapa 7. Núcleos de concentración global de agresiones sexuales en el Metro (violaciones) Fuente: elaboración propia a partir de la información proporcionada por la PGJ-CDMX 2015. Mapa 8. Núcleos de concentración global, agresiones físicas y sexuales: robo en taxi y violaciones Fuente: elaboración propia a partir de la información proporcionada por la PGJ-CDMX 2015. 40 Diagnóstico sobre la violencia contra las mujeres y las niñas en el transporte público de la ciudad de méxico
En el mapa 6 se observa la ubicación de los hot spots o áreas de concentración con respecto a las líneas del Metrobús. Por su parte, el mapa 7 muestra los hot spots de violaciones ocurridas en la cercanía de estaciones del Metro. En ambos casos se puede observar un patrón en el que en la zona centro las violaciones tienden a ocurrir en la cercanía de las líneas del Metro, mientras que, en la periferia, sobre todo al sur y al norte, tienden a alejarse de ellas. Esto es particularmente notorio en el caso de las estaciones de Metro. Al asociar la incidencia de violaciones con los taxis, se encontró que, aunque su valor era mucho menor que en los modos anteriores, es positivo (0.22). El área de influencia se extiende más allá de las líneas de Metro y crea áreas de concentración en el centro de la ciudad que se extienden a lo largo de las avenidas conectoras como Insurgentes, Reforma y Circuito Interior. Las áreas en color azul presentan eventos de comportamiento aleatorio, como ocurre en el sur de la ciudad, en las delegaciones Tlalpan, Xochimilco, Magdalena Contreras; al oriente, en Iztapalapa, a lo largo de la avenida Ignacio Zaragoza, y en el poniente, en la delegación Miguel Hidalgo. (Mapa 8) Los mapas anteriores muestran la existencia de una correlación entre las áreas de la ciudad en donde hay infraestructura de transporte público masivo, como el Metro y el Metrobús. En el caso de los índices de especialización, se observó que para cada tipo de delito se tiene una distribución espacial diferente por cada tipo de evento. En este sentido, se observa que el robo en microbús se localiza principalmente hacia la periferia este de la Ciudad de México, en tanto que el robo en Metro se relaciona con la disponibilidad de la infraestructura de este tipo de transporte. En el caso de robo en taxi, se observa que se concentra en las porciones centrales hacia el sur y suroeste del área de estudio, en tanto que las agresiones sexuales, en este caso la violación, se registran en mayor medida en la periferia sur, en las porciones de la periferia este y norte de la ciudad. El análisis de datos de la ENVIPE y la ENDIREH también ayuda a entender la problemática de la violencia contra las mujeres en el transporte público, en particular dadas las limitaciones de los datos proporcionados por la PGJ-CDMX, de los que únicamente se pudo analizar la situación espacial del delito de violación, sin tomar en cuenta los otros tipos de agresiones físicas y sexuales contra las mujeres que ocurren en el ámbito comunitario y en particular en el transporte público. El gráfico 9 muestra el lugar de ocurrencia de delitos sexuales según la ENVIPE. Es importante resaltar el alto porcentaje de casos que se presentan tanto en la calle como en casa, ya que esto implica que la violencia contra las mujeres se encuentra tanto en el ámbito público como en el privado. La ENVIPE también proporciona información en torno a situaciones de hostigamiento, manoseo, exhibicionismo o tentativa de violación, que puede relacionarse con las circunstancias y los atributos de las víctimas. De las mujeres que fueron afectadas por alguna de estas formas de agresión, 78% se encontraba sola al momento que ocurrió, en contraste con un 22% que estaba en compañía de alguien más. La pauta de desplazamiento en grupo o de manera individual constituye un factor para la agresión, aunque no exclusivo, por lo que es importante entender que las lógicas de apropiación de los espacios y el estímulo de los agresores tienden a estar influenciados por las preconcepciones arraigadas que conciben a las mujeres como vulnerables y débiles. Sobre las edades de las mujeres agredidas, el mayor porcentaje se encuentra en el rango de edad entre 20 y 29 años, con 43.6%. Asimismo, la gran mayoría de las informantes (84.6%) refiere que, al momento del delito, sólo intervino un agresor; mientras que 12.9% señala la participación de más de un perpetrador (ENVIPE 2014). Si bien, como se puede ver en el gráfico 10, las mujeres jóvenes representan un conside- Programa global ciudades y espacios públicos seguros para mujeres y niñas 41