Revista Central 53

MUNDO
VERDE
LA CREACIÓN
MAS GRANDE
“La ciudad es la creación colectiva
más grande del espíritu humano,
su reverso, el jardín, es casi siempre
un sueño individual”
Lewis Munford
E
l sociólogo, historiador, lósofo de
la tecnociencia, lólogo y urbanista
estadounidense, Lewis Munford,
soltó una de esas máximas
que se quedan pegadas al cerebro
para siempre. De lo primero
hemos hecho ya varios análisis y exposiciones
en esta sección. De la segunda
parte, la que reere a los jardines privados,
vamos a referirnos en esta edición.
El paisajismo es, como todo arte, una expresión cultural
que responde a un momento, a una época. Al hacerlo de
forma privada, reeja el presente de una casa, de una
familia. O, al menos, así debería ser.
La jardinería bien entendida es la parte técnica del
paisajismo, es una artesanía mezcla con ingeniería
agronómica, es el brazo ejecutor de la construcción del
paisaje articial: el paisaje del hombre. El lado artístico
del paisajismo es apasionante ya que podemos decir que
es un arte dinámico. A diferencia de una canción, de una
pintura o de una escultura, el paisajismo tiene un
material que es fascinante porque está vivo: el material
vegetal. Éste cambia permanentemente, reacciona a
estímulos. Hay plantas que al sol se comportan de una
mantera y a la sombra, de otra. Flores, como la de las
hortensias, que cambian de color según los minerales del
suelo. Otras que cambian sus colores según la estación
del año y otras que, sencillamente, impactan sobre el
paisaje con sus oraciones o inorescencias. Así como en
las otras disciplinas del arte, el paisajista deberá conocer
muy bien sus materiales y deberá, permanentemente,
inuenciar sobre ellos porque ellos, invariablemente,
cambian todo el tiempo. Sin dudas, esta es una de las
partes más mágicas de esta profesión.
Arte propio
El jardín privado o jardín particular es nuestra manera de
expresarnos, de decir cómo somos y cómo estamos. Es
muy importante saber interpretar esos momentos de la
vida de cada uno para hacer un buen uso de ese pedacito
de planeta que nos pertenece y que seguro no es todo lo
grande que quisiéramos. En eso hay que ser muy
consientes a la hora de construir nuestro jardín. Porque
aquí sucederán los mejores momentos familiares de
nuestras vidas, lejos de la televisión y del Internet, que
nos conecta con lo lejano y nos separa de lo cercano al
mismo tiempo.
Para que ello ocurra debemos equipar nuestro espacio
de aire libre de manera que genere confort y “usabilidad”.
Un jardín que sólo está para mirar por la ventana no
sirve, por más bello que sea. El jardín debe invitarnos a
salir de casa sin dejar atrás la sensación de “estar en
casa”. Por eso decimos que es un ambiente más de la
casa aunque, culturalmente, en Argentina todavía no sea
visto así por una buena parte de la población. Por suerte,
esto viene revirtiéndose favorablemente década a
década. La posibilidad de insertarnos al mun- do a través
de las dis- tintas maneras de comunicación hace que nos
demos cuenta de cómo se vive en sociedades que gozan
de mejor calidad de vida, y los argentinos nos vamos
dando cuenta que mejor que “tener” es “ser”. Claramen-
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