Revista Central 53

MERCADO
vida
trabajo
BALANCE
RESPONSABLE
F
Tener un trabajo que permita
lograr un buen equilibrio entre la
vida laboral y personal es, hoy en
día, uno de los atributos tos
más
buscados a la hora de elegir dónde
desempañarse. Esto es algo que se va
exacerbando a medida que los trabajadores
más jóvenes comienzan a tener mayor
participación en la fuerza laboral activa.
Analicemos qué factores llevan al
presente.
El común denominador de las distintas generaciones de
trabajadores, al momento de tener que cumplir con sus
obligaciones laborales, es tener pero, las
razones por las que lo valoran son diferentes. Mientras
que los Millennials requieren exibilidad para poder
dedicarse a su vida personal, deportes, vida social,
viajes, especializaciones y libertad para acomodar sus
horarios y trabajar fuera de los horarios convencionales;
los Baby Boomers y los miembros de la
Generación X, por su parte, son más propensos a
requerir más tiempo libre para hacer frente a las
responsabilidades personales que tienen que ver con la
crianza de sus hijos y el cuidado de sus padres mayores.
También es distinta la manera en que ven el
trabajo: los primeros lo ven claramente como un medio
para otras cuestiones de mucha mayor valoración, los
segundos lo ven con un n en sí mismo. Con lo cual, la
dualidad trabajo versus vida personal les genera una
gran carga de stress a estos últimos (que, cuando están
en sus casas o haciendo otras actividades, sienten
culpa en mayor o menor medida por no estar “dejando
todo” en el trabajo y, cuando están en sus trabajos, se
preguntan permanentemente si vale la pena hacerlo y aparece
la misma sensación por no estar, por ejemplo, en un acto del
colegio en el que participan sus hijos.) El workaholic o adicto
al trabajo fue, y sigue siendo, una consecuencia normal para
estas generaciones.Un arquetipo de esto es la taquillera
película “Wall Street” en la que Bud Fox (Charlie Sheen) es un
joven broker que intenta abrirse camino en Wall Street e intenta
conocer a uno de los grandes magnates de las inversiones a
quien admira: Gordon Gekko (Michael Douglas). En la celebración
de su cumpleaños le revela información clasicada que
hará subir las acciones de la compañía aérea donde trabaja su
padre. Gekko decide contratarle como agente por su persistencia
y para aprovecharse de sus contactos. Bud descubre que
su admirado Gordon Gekko es un hombre sin escrúpulos. Los
personajes buenos de la película son personas que no apuestan
a los negocios rápidos, sino al esfuerzo por ganarse el sustento.
En una escena, Gekko reacciona ante la pregunta de Bud Fox
sobre el valor moral del trabajo duro, citando el ejemplo del
propio padre de Gekko, quien trabajó con gran dedicación toda
su vida y falleció en la mediocridad. El mensaje de la película
claramente es trabajar duro. Al comienzo de la película es
expresado por otro actor que: "a veces toma tiempo lograr
buenos resultados".
Trabajar para vivir
Durante muchos años esta fue la lógica reinante y nadie rebatía
moralmente a las adicciones al trabajo que eran socialmente
aceptada o, aún más, muy valoradas. Culturalmente, esto ha
cambiado radicalmente y el lema de hoy es trabajar para vivir
y no vivir para trabajar. Cada vez más personas tienen claro
que el trabajo es el medio para un n y no el n en sí mismo. Por
ende, muchas compañías tienen como unas de sus principales
prioridades conciliar la vida privada y profesional, pues saben
que con ello atraen al mejor talento y lo conservan feliz y
productivo.
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