falcon...1° parte

ta, cuando oí que un auto venía hacia mí a gran velocidad. Me
coloqué un poco más para la banquina y calculé arrojarme
cuando el tipo ya no pudiese frenar, pero el automovilista comenzó
a frenar mucho antes hasta detenerse por completo a mi
lado y ofreció llevarme. El auto era un súper sport. El tipo parecía
un indio o no sé qué. Tenía pelo largo y usaba una vincha.
También tenía bigotes y patillas largas y cara de pocos amigos,
parecía un ex convicto recién salido o escapado de la cárcel. Su
mirada era la de un asesino o de un loco de los malos. Me puse
contento porque pensé que ese tipo podría ser mi verdugo.
El tipo arranco y enseguida mandó al súper sport a 150 kilómetros
por hora, volábamos por una ruta que no andaba nadie.
¡Fenómeno!, me dije en cualquier curva nos vamos para el otro
lado, pero no, el tipo era un maestro conduciendo.
-Ahí atrás tengo cerveza, dame una y agárrate otra para vos. –
habló de repente y yo encantado hice caso de inmediato, que
mejor que un ebrio al volante y a 150 kilómetros por hora. Pero
nunca ocurrió lo que esperaba.
-¿Qué te pasa que lloras? ¡Sos una marica? –dijo el tipo cuando
me vio que lloraba silenciosamente.
-Es que… me acaban de robar mi auto. –conté.
-¡Qué hijos de putas! –puteó el tipo que tendría unos 35 años. –
A mí me hacen eso y… ¡Los mato, te juro que los mato! Por eso
siempre llevo armas conmigo. -¿Qué auto era?
-Un Falcón 62’.
-¡Encima un Falcón 62’! –se alarmó el tipo. - ¡Pero vos no podes
ser más pelotudo! Como vas a andar con un Falcón y sin
arma.
-No lo sé. –dije y no hablamos más hasta llegar a Tandil.
Paramos en una estación de servicio y el tipo me mandó al baño
mientras cargaba nafta. Fui y en el estacionamiento lo vi, casi
me explotó el corazón, volví corriendo y le conté el tipo del
súper sport que allí estaba mi Falcón. Disimuladamente se ha-
5