Sobrevivi

...a un
tornado
TAL COMO CAROLYN BLANTON
LO RELATÓ A JULIANA LABIANCA
El día que azotó el tornado
no hubo señal
alguna de mal tiempo: estaba
despejado y soleado.
La primera alerta que recibimos mi
esposo Jimmy, de 67 años, y yo, de 65,
llegó a eso de las 9 p. m. a través de un
cintillo en la televisión. Jimmy subió
corriendo las escaleras hasta nuestra
habitación, en el tercer piso, y sintonizamos
el canal de Pensacola, Florida.
Cuando encontramos noticias del
tornado, éste ya estaba sobre nosotros.
Nunca había escuchado algo más
ruidoso. Los cimientos de la casa se
sacudieron y se fue la luz. Un pedazo
de aislante entró volando desde una
trampilla del desván y el viento empezó
a rugir por toda la casa.
Tuvimos que recorrer tres tramos
de escalones para llegar a la relativa
seguridad del primer piso. Como el
armario en ese nivel está empotrado
debajo de unas escaleras de ladrillo,
nos pareció el lugar más seguro en la
casa para refugiarnos. No sabía si seríamos
capaces de bajar los escalones,
o cómo lo haríamos.
Sentí como si no hubiera piso, como
si el viento me levantara. Me aferré de
la barandilla e intenté avanzar, pero
una intensa presión me lo impidió. En