AguaTinta Nº31
HIJOS DE ÁFRICA - Diciembre de 2017
HIJOS DE ÁFRICA - Diciembre de 2017
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“Llegará el día en que la historia hablará.<br />
Pero no será la historia que se enseña en Bruselas, París, Washington o las Naciones Unidas...<br />
África escribirá su propia historia, en el norte y el sur,<br />
y será una historia de gloria y dignidad”.<br />
Patrice Lumumba, última carta, escrita desde la prisión Thysville a su esposa Pauline, 1960.<br />
p Florencia Martini y el equipo de filmación en el rodaje de Tatú,<br />
Che en el Congo, 1997.<br />
Alcanzó el grado de general de brigada del ejército cubano<br />
y fue condecorado como Héroe de la Revolución. En 1996,<br />
escribió el libro Pombo, un hombre de la guerrilla del Che.<br />
Con ello iniciamos el proceso de preproducción,<br />
escritura del guion y realización del documental.<br />
El trabajo fue realizado mediante entrevistas,<br />
reconstrucciones históricas en Cuba y en Tanzania,<br />
donde, junto al equipo de filmación belgo-chileno-francés,<br />
arribamos al lago Tanganika, tan extenso como un mar,<br />
con la intención de atravesarlo y llegar al Congo, tratando<br />
de seguir la misma ruta que habían efectuado el Che y<br />
sus combatientes. La oportunidad de estar en Cuba y el<br />
trampolín hacia África han significado una enseñanza y<br />
aporte primordial para mi mirada como mujer, productora<br />
y guionista acerca de la fascinante cultura cubana,<br />
afrocubana y africana.<br />
Las anécdotas relatadas por los excombatientes que<br />
acompañaron al Che en el Congo, se van sucediendo unas a<br />
otras a medida que la confianza con el equipo realizador se<br />
instala. Muchas de estas historias quedarán en la memoria<br />
de quienes participamos y no harán parte del trabajo final.<br />
Así, recuerdo que un excombatiente me narra uno de sus<br />
recuerdos de otra “misión internacionalista”, en la que una<br />
noche, viajando en barco, otro combatiente campesino<br />
le pregunta: “Compañero, ¿faltará mucho para llegar al<br />
Congo?”, a lo que él responde: “pero, compañero, nosotros<br />
no vamos al Congo, viajamos hacia Angola”. Entonces el<br />
primero dice: “Ah, bueno, da lo mismo; todo eso es el Congo”.<br />
Ernest Ilunga, el profesor de swahili del Che en el<br />
Congo, nos comenta que cuando lo vio por primera vez<br />
p William Gálvez y Marc Vandepitte junto a Florencia que traduce<br />
la presentación del libro El sueño africano de El Che. Bruselas, 1998.<br />
aplicarse el medicamento para el asma y desconociendo<br />
que Guevara padecía esa dolencia, pensó “y este blanco<br />
pretencioso que se viene a perfumar en el campo de<br />
batalla”. Esta anécdota hizo estallar en carcajadas al equipo<br />
de filmación.<br />
Creo que mi origen latinoamericano permitió que el<br />
choque cultural, en lo personal, fuera menor que para el<br />
equipo de filmación europeo. Estando en Tanzania, en una<br />
pausa del rodaje entramos a un restaurant muy sencillo y<br />
preguntamos qué tenían para comer, nos respondieron que<br />
irían a buscar al cocinero para que nos lo dijera. Esperamos<br />
y esperamos por una hora, el equipo se ponía cada vez más<br />
nervioso. Yo les pedía que fueran pacientes, les decía que<br />
se trataba de otra cultura, en la que todo funcionaba de<br />
manera más lenta. Después de una hora y media, aparece<br />
el cocinero con las compras y dice “ahora me tienen que<br />
esperar, que me voy a poner a cocinar”.<br />
Durante la filmación en el lago Tanganika llegamos<br />
a un mercado de pescados y frutas, después de un par<br />
de minutos apareció un grupo de niños vendiendo unas<br />
hermosas esculturas de madera. Decidí comprar una,<br />
pero cuál fue mi sorpresa cuando el resto de los niños me<br />
explicó que si le había comprado a uno tenía que comprarle<br />
a todos, fue imposible para mí explicar a los pequeños que<br />
no necesitaba tantas, que con una era suficiente. Es así<br />
como después de pagarlas guardé en mi mochila veinte<br />
esculturas que me acompañan desde hace ya veinte años.<br />
Lamentablemente, no nos fue posible llegar al Congo<br />
debido al conflicto bélico que tenía lugar entonces. Sin<br />
embargo, en la misma época –coincidencia o destino–, llega<br />
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