AguaTinta Nº31
HIJOS DE ÁFRICA - Diciembre de 2017
HIJOS DE ÁFRICA - Diciembre de 2017
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ARTÍCULO Tema central<br />
La “otra” África:<br />
Cultura y redención en el Caribe<br />
Por Benito Martínez-Martínez<br />
Los antiguos piratas me secuestraron/ me vendieron a los barcos mercantes/ antes de echarme al<br />
pozo sin fondo/ pero mi mano era fuerte por la mano del todopoderoso/ y entramos en esta generación<br />
triunfalmente/…/ emancipaos de la esclavitud mental/ sólo nosotros podemos liberar nuestras mentes/…/<br />
¿Vas a cantar conmigo estas canciones de libertad?/ es todo lo que tengo/ canciones de redención…<br />
Bob Marley, Redemption Song<br />
p Rebelión de esclavos en Haití.<br />
Olofi se paseaba por el espacio infinito donde sólo<br />
había fuego, llamas y vapores. Sin embargo, aburrido de no<br />
tener alguien con quien hablar, decidió que era el momento<br />
de embellecer ese sitio, descargando su fuerza de tal forma<br />
que el agua cayó diluviando.<br />
Hubo partes sólidas que lucharon contra este ataque,<br />
así quedaron grandes huecos en las rocas, y surgió el<br />
océano, donde reside Olokun, deidad a la que nadie puede<br />
ver y cuyas formas la mente humana no puede imaginar. En<br />
los lugares más accesibles del océano brotó Yemayá con sus<br />
algas, estrellas de mar, corales, peces de colores, coronada<br />
con Ochumare, el arco iris, y vibrando con sus colores azul<br />
y plata. Se la declaró madre universal, madre de todos los<br />
Orishas; de su vientre nacieron las estrelles y la luna; este<br />
fue el segundo paso de la creación.<br />
Olordumare, Obatalá, Olofi y Yemayá decidieron que el<br />
fuego extinguido por algunos lares y que por otros estaba en<br />
su apogeo, fuera absorbido por las entrañas de la tierra, por<br />
el temido y venerado Aggayú Solá, en su representación del<br />
volcán y los misterios profundos.<br />
Mientras se apagaba el fuego, las cenizas se<br />
esparcieron por todas partes formando la tierra fértil, cuya<br />
representación es Orichaoko, que la fortaleció y permitió<br />
cosechas y el nacimiento de los árboles, frutos y hierbas.<br />
Por sus bosques deambulaba Ossaín, con su sabiduría<br />
ancestral sobre las propiedades curativas de las hierbas,<br />
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