Revista2018

MÉRIDA I Semana Santa 2018
ARTÍCULOS
INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL
X ANIVERSARIO JESÚS DE LA HUMILDAD
José Antonio Justo García
Señor de la Humildad, que llegaste
a nuestros barrios para quedarte,
aun recordamos aquel martes 18
de marzo del 2008, cuando por
primera vez acompañabas a la que
durante tantos años había sido única
y exclusiva titular de la Hermandad
Nuestra Señora de las Lágrimas.
Tu barrio entero se agarró tu mano
Señor, esa que nos ofrecía y que
nunca hemos querido soltar, tu
llegaste para la aliviar el peso de la
Cruz de muchos de tus hijos, pero no
tenias bastante con la tuya Señor que
también querías llevar las nuestras.
Precisamente, Jesús, no llegaste a
un barrio fácil, pero no podía ser otro
que Tu Humildad, un barrio obrero,
de gente humilde, trabajadora, con
dificultades pero un barrio lleno
de fe y esperanza. Humildad es tu
nombre ¿Cuál sino? Ese es tu barrio
el humilde.
Que pronto acudieron a tu llamada
todas esas mujeres valientes para
que Tú fueras su Cristo, mujeres
cargadas de tareas, de lucha pero
que sacaban y sacan el tiempo de
donde sea necesario para no faltar
a su cita contigo, ellas son tus pies
cada Martes Santo y Tu eres su
paño de lágrimas, te cuentan sus
penas, alegrías, preocupaciones,
inquietudes pero siempre son fieles
a su cita.
Aun recuerdo aquel paso de grandes
dimensiones, al cual cariñosamente
le decíamos “la barca”, con sus
respiraderos de tela negra. Cuanto
ha pasado ya de eso, concretamente
diez años. Pero no era sólo eso
sino que aquel año, ese paso del
que hablamos fue portado por unas
30 mujeres y no más, que largo se
hizo el recorrido pero con que lucha,
fuerza y fe llegaron a su barrio de
vuelta, siempre guiados por la voz de
su capataz y subcapataz, capataz él
que también cumple diez años junto
a ti. No puedo dejar de recordar
esas mujeres que hoy por diferentes
motivos ya no están bajo tus pies,
pero no por eso Señor te han dejado
de querer o se han olvidado de ti, ni
mucho menos, ellas siguen junto a ti
como el primer día de una manera o
de otra.
Con el paso de los años has ido
cautivando el corazón de tu gente,
de los tuyos los que te quieren de
verdad, nos hemos agarrado a tu
mano, esa que Tú nos ofreces, y no
queremos soltarla, queremos seguir
caminando contigo con la Humildad
y la ternura que te caracteriza.
Aun recuerdo esa mirada tuya la
primera vez por tus calles, esa
mirada de Padre protector, esas
palabras de alivio que derramabas
a tus hijas que te llevaban sobre sus
hombros, contigo Señor aquel día
empezamos a caminar y hoy ocupas
el lugar que te corresponde porque
así lo has querido tu, aquel martes
santo nos invadía la duda si se podría
realizar la estación de penitencia
sin contratiempos pero que ciegos
estábamos como no se iba a poder
realizar si eras Tú el que nos guiaba.
Humildad Señor de Señores,
siempre junto a nosotros cuide,
bendice y protege a los hijos de tu
hermandad.
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