El Mundo Sobrenatural Marzo 2018 - Misteriosas Manos en las Cuevas

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sobretodo, mostrar una Historia alternaiva
mucho más sustanciosa. Y repeimos,
no queremos desmerecer la
labor de Dan Brown. Y en Codex Magdala,
todo comienza, hace casi 2000
años, en Francia.
AIX EN PROVENCE.
En el Código da Vinci se menciona
brevísimamente el nombre de
Sara, en referencia a Santa Sara Kalí o
Sara la negra. Pero el autor comete un
error… Explica Teabing que, Sara,
según la tradición francesa, es la hija
de Jesús y María Magdalena, y hasta
ahí bien, pero no nace en Francia, sino
que llega a Francia cuando ya cuenta
con nueve años de edad habiendo nacido
en Egipto. También es conocida
como Sara la Egipcia, de hecho.
La historia cuenta que María
Magdalena, acompañada de José de
Arimatea (el protector del Grial según
muchas culturas), el discípulo resucitado
Lázaro, María Salomé y la Virgen
María, acompañados de Sara, llegaron
a la costa francesa allá por el año 42
DC, en una barca que carecía de vela,
remo o imón alguno. Hoy en día, ese
poblado se llama Saints Maries de la
Mer (Santas Marías del Mar), y Santa
Sara Kalí es una de las santas más veneradas
de todo el sur de Francia.
Y si nos basamos en la tradición,
tenemos a María Magdalena enterrada
muy cerca de allí, en la Basílica
de Vezelay. Según la historia de los
reyes Merovingios, Sara entroncó con
ésta dinasía francesa, prosiguiendo
con la línea de sangre, el Santo Grial. Y
la siguiente pista, la tenemos nuevamente
cerca de Aix en Provence, en el
pueblo de Rennes le Chateau.
Sara La Egipcia
Asmodeo
RENNES LE CHATEAU.
Es curioso que Dan Brown supiera
del misterio que ronda a éste pequeño
pueblo francés, pero conviriera
sus referencias a él en anagramas que
no entendían muchos lectores, que
desconocían la increíble historia, leyenda
y mito que esconde éste enclave.
Está demostrado, mediante
escritos y tesigos, que en el año 1.891
el abad del pueblo, François Berenger
Sauniere (exacto, el apellido del Gran
Maestre del Priorato en la novela de
Dan Brown), encontró dos pergaminos
ocultos en el pilar del altar visigodo de
la Iglesia de Santa María Magdalena,
durante unas reformas (otros, personas
posteriores, no tesigos directos,
dicen que en el balaustre del púlpito),
y que, con la excusa de traducirlos, se
los arrebató al ayuntamiento.
En ese momento, la acitud
del abad cambia totalmente… Comienza
a profanar tumbas del cementerio
en la noche, acompañado de su
inseparable ama de llaves, Marie Denarnaud,
haciendo especial ahínco en
la lápida de la Marquesa de Rennes,
cuyo linaje se exiende en el iempo
hasta entroncar con los Caballeros del
Temple.
Pero no quedan ahí las peripecias
de éste cura… Reforma la iglesia
y hace instalar en la entrada, en el
fronispicio, la frase “TERRIBILIS EST
LOCUS ISTE” (Éste lugar es terrible). Y
por si algún despistado no lo leía antes
de entrar al ´sagrado´ lugar, colocó al
mismísimo diablo Asmodeo sosteniendo
la pila bauismal…
¿Y quién es Asmodeo? Pues
según la tradición crisiana, éste diablo
está emparentado con el tesoro del
rey Salomón, y es designado como el
´Guardián de los Secretos´.
¿Y por qué Sauniere instaló
ésta escultura? Muchas hipótesis…
Ninguna certeza.
Pero por si no fuera suficiente
con esos dos avisos al peregrino, Berenger
Sauniere decidió seguir “disparando
a quemarropa” a las enseñanzas
de la Iglesia Católica…
Solo es necesario observar el
altar de la iglesia para encontrarnos
con una imagen que, si me equivoco
ruego me corrijan, no es propia de
ninguna otra iglesia conocida por mi
persona. En ese lugar se encuentran la
figura de San José, y la de la Virgen
María… Cada uno con un bebé, idénicos,
en brazos.
¿Por qué un cura haría semejante
locura? Ciertamente, la respuesta
correcta solo la supo él, y
quizás su fiel ama de llaves.
Pero, ¿creen que eso es todo?
Se equivocan… Sauniere recificó las
estaciones del vía crucis de la iglesia y
sobre todo dos.
En el primero de ellos, la estación
VII, encontramos a Jesús camino
del Calvario y, a sus pies, María Magdalena
junto a un niño que nadie sabe
qué hace ahí (repeimos, quizás solo
Sauniere lo supo), y extremadamente
parecido a los que se representan en
el altar, y envuelto en lo que parece ser
un manto escocés (¿Un guiño a la Capilla
de Rosslyn como dicen muchos?)
Pero hay otra estación igual o
aún más enigmáica. Hablamos de la
número XIV. Éste grabado fue modificado
por Sauniere con un pincel y su
propia mano. ¿En qué consisió dicha
reforma?
Berenguer Sauniere