Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Con Paco Gra n ados Págin a 5 6<br />
Relato:<br />
“<strong>El</strong> Juego”<br />
Me <strong>en</strong>contraba solo y aburrido <strong>en</strong> casa, mis padres salieron a trabajar y hasta la tarde no regresaban,<br />
decidí llamar a mis amigos Alex y Fran para que se vinieran a casa y jugar a algo, ellos aceptaron <strong>en</strong>seguida y<br />
<strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to estaban <strong>en</strong> mi casa. Les invite a un zumo de naranja y empezamos a hablar del colegio, de chicas<br />
y del úlimo parido de futbol que habíamos jugado, <strong>las</strong> cosas normales de unos adolec<strong>en</strong>tes de catorce<br />
años... Echamos unas paridas a la consola y tuve una idea: ¿por qué no jugábamos a algún juego de terror?...<br />
Mis amigos me dijeron que sí, pero que como se jugaba, yo le expliqué un poco que era como jugar al escondite<br />
pero d<strong>en</strong>tro de la casa y a oscuras. <strong>El</strong>los me dijeron que sí pero que se vería ya que era de día y el sol <strong>en</strong>traba<br />
por <strong>las</strong> v<strong>en</strong>tanas, <strong>en</strong>tonces yo subí a la habitación de mis padres y cogí mantas y sabanas para tapar todas <strong>las</strong><br />
v<strong>en</strong>tanas y no se pudiera ver nada.<br />
Ya estaba toda la casa a oscuras, toda m<strong>en</strong>os el baño, allí era donde echaríamos a suertes qui<strong>en</strong> se escondía<br />
y a qui<strong>en</strong> le tocaba buscar, cuando de pronto la radio de la cocina se <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dió sola y a toda voz. Los<br />
tres nos miramos y nos asustamos mucho. Fuimos los tres, uno detrás de otro, hasta la cocina y la des<strong>en</strong>chufamos<br />
para que no nos diera mas sustos y volvimos al baño <strong>en</strong>tre risas pero una risas nerviosas por el susto<br />
que nos dio.<br />
Antes de llegar al baño empezamos a escuchar pasos que v<strong>en</strong>ían de la planta de arriba, <strong>en</strong>tramos rápidam<strong>en</strong>te<br />
y cerramos la puerta. Nos preguntamos unos a otros si los tres habíamos escuchado lo mismo y si,<br />
los tres escuchamos aquellos pasos que se escuchaban cada vez más cerca de nosotros... Estábamos temblando<br />
de miedo, pasados unos diez minutos aquellos pasos cesaron y decidimos salir a ver que era. Con mucho miedo<br />
abrí la puerta y me asomé antes de salir y poco a poco salimos los tres juntos casi agarrados de la mano. Decidimos<br />
quitar <strong>las</strong> mantas de <strong>las</strong> v<strong>en</strong>tanas, pues ya no nos apetecía jugar a ese juego, pero no podíamos quitar<strong>las</strong><br />
era como si estuvieran pegadas... algo extraño. Se <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dió de rep<strong>en</strong>te la televisión, la radio, <strong>las</strong> luces, la lavadora,<br />
todos los aparatos eléctricos parecían t<strong>en</strong>er vida propia, no sabíamos que hacer el pánico nos congelo el<br />
cuerpo, de rep<strong>en</strong>te y sin saber de donde salieron lanzaron tres cuchillos que se clavaron <strong>en</strong> la pared, ahí ya se<br />
nos cayó el mundo <strong>en</strong>cima...<br />
Las luces y aparatos se apagaron y<br />
volvimos a int<strong>en</strong>tar a quitar <strong>las</strong> mantas pero<br />
fue inúil no podíamos, decidimos <strong>en</strong>c<strong>en</strong>der<br />
<strong>las</strong> luces pero ahora no funcionaban, <strong>en</strong>tonces<br />
corrimos hacia la puerta de la calle para<br />
salir de allí. Una vez fuera y ya un poco mas<br />
tranquilos miramos hacia la casa y vimos <strong>en</strong><br />
una v<strong>en</strong>tana una sombra negra que parecía<br />
mirarnos y reírse de nosotros, volvimos a<br />
correr e irnos lejos y al girar la curva de mi<br />
calle vimos que ya v<strong>en</strong>ían mis padres de trabajar.<br />
Les contamos todo lo que nos sucedió,<br />
ellos incrédulos a lo que le dijimos se<br />
acercaron a la casa y nosotros los seguíamos<br />
detrás, cuando <strong>en</strong>traron a la casa todo<br />
estaba bi<strong>en</strong>, no había ni mantas <strong>en</strong> <strong>las</strong> v<strong>en</strong>tanas<br />
ni los cuchillos clavado <strong>en</strong> la pared, ni<br />
siquiera <strong>las</strong> señales de haberlos clavados.<br />
Ahora que han pasado treinta años<br />
de aquello, aun nos seguimos preguntando<br />
qué fue lo que paso <strong>en</strong> mi casa aquel día. Y<br />
jamás volví a t<strong>en</strong>er mi casa a oscuras.<br />
PACO GRANADOS