Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Pá gin a 33<br />
M E NTES C RI M INALES<br />
FOTOGRAFÍAS: imág<strong>en</strong>es de dominio público<br />
EL CRIMEN DE LAS<br />
LAS VAQUERIZAS<br />
Han pasado casi dos décadas<br />
desde que, el 20 de agosto de 1999,<br />
Francisco Gómez Simón, de ap<strong>en</strong>as 28<br />
años, comeiese el triple crim<strong>en</strong> por el<br />
cual, años más tarde, sería cond<strong>en</strong>ado<br />
a prisión. B<strong>en</strong>ifallim, ese pequeño pueblo<br />
alicanino rodeado de montañas,<br />
tranquilo y arbolado, todavía recuerda<br />
con pesar y desdicha un acontecimi<strong>en</strong>to<br />
que provocó que la mayor<br />
parte de la España de los 90 apr<strong>en</strong>diese<br />
a ubicar su localización <strong>en</strong> los anicuados<br />
mapas de carretera. <strong>El</strong> cálido<br />
sol veraniego fue tesigo de un suceso<br />
atroz que tuvo lugar <strong>en</strong> la Masía Las<br />
Vaquerizas, un lugar que se ha converido<br />
<strong>en</strong> el objeto de estudio preferido<br />
de numerosas invesigaciones parapsicológicas,<br />
<strong>en</strong> busca de clarificar unos<br />
hechos un tanto inexplicables.<br />
Según fu<strong>en</strong>tes de la invesigación,<br />
Francisco, natural de Planes, era<br />
el quinto hijo de una familia numerosa,<br />
y vivía con sus padres y hermanos <strong>en</strong><br />
Alcoy. Si bi<strong>en</strong> trabajaba <strong>en</strong> un taller de<br />
neumáicos <strong>en</strong> Coc<strong>en</strong>taina, <strong>en</strong> ocasiones<br />
solía realizar trabajos ev<strong>en</strong>tuales<br />
<strong>en</strong> la masía propiedad de Doña <strong>El</strong>vira<br />
Monllor, de 54 años. Sus padres r<strong>en</strong>unciaron<br />
a su tutela cuando contaba con<br />
tan sólo 16 años debido a sus acividades<br />
delicivas de poca monta, aunque<br />
ellos mismos hicieron refer<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong> alguna<br />
ocasión durante el proceso de<br />
instrucción, a su escaso nivel de intelig<strong>en</strong>cia.<br />
Aquella mañana de agosto,<br />
Francisco había acudido, como de costumbre,<br />
a Las Vaquerizas, a realizar <strong>las</strong><br />
labores ocasionales que Doña <strong>El</strong>vira le<br />
solía <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dar. Los vecinos de B<strong>en</strong>ifallim<br />
la recuerdan como una mujer<br />
acaudalada, un tanto usurera, con una<br />
gran fortuna acumulada que rondaba<br />
<strong>en</strong> torno a unos 400 millones de <strong>las</strong><br />
aniguas pesetas. Según el tesimonio<br />
del propio Francisco, <strong>en</strong> algún mom<strong>en</strong>to<br />
sinió ganas de orinar, por lo<br />
que se dispuso a hacerlo <strong>en</strong> el interior<br />
de la finca, con la mala suerte de ser<br />
sorpr<strong>en</strong>dido por la propia Doña <strong>El</strong>vira,<br />
que había salido con los animales para<br />
“La discusión se<br />
fue de <strong>las</strong> manos<br />
y Francisco tomó<br />
un rastrillo y<br />
golpeó a <strong>El</strong>vira<br />
<strong>en</strong> el cráneo<br />
<strong>en</strong> numerosas<br />
ocasiones, hasta<br />
dejarla sin vida”<br />
que se alim<strong>en</strong>tas<strong>en</strong> <strong>en</strong> los aledaños de<br />
la propiedad. Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, ella le<br />
recriminó su conducta, y él le contesto.<br />
Es de suponer, incluso, que la<br />
discusión se fue de <strong>las</strong> manos y que<br />
Francisco, <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to dado, tomó<br />
un rastrillo de la propia masía y golpeó<br />
a Doña <strong>El</strong>vira <strong>en</strong> el cráneo <strong>en</strong> numerosas<br />
ocasiones, hasta dejarla sin vida.<br />
Su complexión tampoco era excesivam<strong>en</strong>te<br />
fuerte, por lo su muerte no fue<br />
la más costosa.<br />
Los gritos alertaron a Don Rigoberto<br />
Luís Esteve, <strong>El</strong> Carrasca, otro<br />
empleado de la masía de 47 años que<br />
acudió tanto pronto como le fue posible.<br />
Una vez llegó hasta allí, el pastor<br />
observó la terrible esc<strong>en</strong>a, por lo que<br />
Francisco no dudó <strong>en</strong> golpearle, también,<br />
<strong>en</strong> la cabeza con el mismo rastrillo,<br />
hasta causarle la muerte. Según<br />
contó el propio Francisco, contempló<br />
aquellos dos cadáveres destrozados,<br />
int<strong>en</strong>tando p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> dar una solución<br />
rápida a la atrocidad que había comeido.<br />
Com<strong>en</strong>zó a arrastrar ambos cuerpos<br />
a la cuadra, pero no tardó <strong>en</strong> verse<br />
sorpr<strong>en</strong>dido por la pres<strong>en</strong>cia de Don<br />
Francisco Miró, de 75 años y ío de<br />
Doña <strong>El</strong>vira. Como era previsible, ésta<br />
su tercera vícima: ambos com<strong>en</strong>zaron<br />
a pelear y Francisco acabó con la vida<br />
de este úlimo a forísimos golpes de<br />
rastrillo.