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Carrera contra la tormenta

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DRAMA DE LA VIDA REAL<br />

CARRERA<br />

CONTRA LA<br />

TORME


NTA<br />

MATTHEW<br />

TEAGUE<br />

TOMADO DE<br />

SMITHSONIAN MAGAZINE<br />

Pensaron que podrían regresar antes de que se<br />

desatara <strong>la</strong> <strong>tormenta</strong>. Pero los fuertes vientos<br />

huracanados atacaron antes de lo esperado.


SELECCIONES <br />

EN ESTA MAÑANA DE ABRIL, los veleros dibujan delicados<br />

círculos sobre <strong>la</strong> bahía de Mobile, A<strong>la</strong>bama, mientras se<br />

preparan para <strong>la</strong> Regata de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> Dauphin. El Ky<strong>la</strong>, un ligero<br />

catamarán de 5 metros de eslora, cuenta con una tripu<strong>la</strong>ción<br />

inusual: Ron Gaston y Hana B<strong>la</strong><strong>la</strong>ck. Él es alto y desgarbado, tiene 50<br />

años y décadas de experiencia en navegación. El<strong>la</strong>, de 15 años, es<br />

pequeña y pálida; nunca ha pisado un velero, pero confía en Ron, que<br />

es como su padre; Sarah, <strong>la</strong> hija de este, es como su hermana.<br />

Cada primavera, los marineros se<br />

reúnen en <strong>la</strong> región central de <strong>la</strong> bahía<br />

de Mobile para participar en una carrera<br />

corta, de unos 33 kilómetros en<br />

dirección al sur, hasta <strong>la</strong> is<strong>la</strong> Dauphin.<br />

Es el 25 de abril de 2015 y hay otros<br />

botes como el de Ron, pequeños catamaranes<br />

marca Hobie Cats, que se<br />

pueden remolcar con <strong>la</strong> mano hasta<br />

<strong>la</strong> p<strong>la</strong>ya. También hay elegantes naves<br />

con grandes mástiles, diseñadas para<br />

competir, y finos transatlánticos con<br />

lujosas cabinas. En total, 125 embarcaciones<br />

con 475 tripu<strong>la</strong>ntes e invitados<br />

se inscribieron en <strong>la</strong> regata.<br />

A <strong>la</strong>s 7:44 a. m., los marineros se<br />

empiezan a reunir en <strong>la</strong> bahía para<br />

arrancar a <strong>la</strong>s 9:30 a. m., según lo p<strong>la</strong>neado,<br />

y el Fairhope Yacht Club, quien<br />

organiza el evento este año, publica<br />

un mensaje sobre <strong>la</strong> carrera en su sitio<br />

web: “Cance<strong>la</strong>da por condiciones<br />

climáticas desfavorables”.<br />

Pero a <strong>la</strong>s 8:10 a. m., los organizadores<br />

dicen que <strong>la</strong> regata sigue en pie.<br />

Gary Garner, entonces comodoro del<br />

club, afirma que todo ha sido un error<br />

causado por un mensaje cifrado. La<br />

confusión retrasa una hora el inicio.<br />

Una salida en falso cuesta otra media<br />

hora. Son <strong>la</strong>s 10:45 a. m., los botes<br />

aún se mueven en círculos y el Servicio<br />

Meteorológico Nacional (SMN)<br />

emite un aviso de último momento<br />

para Mobile: “Tormentas eléctricas<br />

provenientes del oeste avanzarán sobre<br />

el mar esta tarde. Algunas pueden<br />

ser de intensidad fuerte o extrema”.<br />

Solo ocho participantes se retiran<br />

de <strong>la</strong> competencia. Como Garner comentaría<br />

después: “Un pronóstico<br />

como ese no es nada del otro mundo<br />

PESE A QUE SE PRONOSTICAN FUERTES<br />

TORMENTAS, SOLO 8 PARTICIPANTES SE<br />

RETIRAN DE LA COMPETENCIA.<br />

ILUSTRACIÓN DE LA PORTADILLA PREVIA: MICHAEL BYERS


MAPA: 5W INFOGRAPHICS<br />

para nosotros. Si quieres participar<br />

en <strong>la</strong>s carreras y navegar<br />

<strong>la</strong>rgas distancias, es muy<br />

probable que te encuentres<br />

con <strong>tormenta</strong>s”.<br />

A bordo del Razr, un bote<br />

de 7.3 metros de eslora, el<br />

joven Lennard Luiten, de 17<br />

años, su padre y tres amigos<br />

suyos analizan los informes<br />

del tiempo que reciben: <strong>la</strong><br />

<strong>tormenta</strong> llegará, tal vez, a<br />

<strong>la</strong>s 4:15 p. m. Tienen tiempo<br />

suficiente para cruzar <strong>la</strong> línea<br />

de meta y regresar al puerto.<br />

Lennard está cada vez más<br />

emocionado conforme se<br />

acerca el momento de zarpar.<br />

Robert, su padre, y él compraron<br />

el Razr, un barco semihundido<br />

que era más bien<br />

una causa perdida, y pasaron<br />

un año reconstruyéndolo. Los cinco<br />

tripu<strong>la</strong>ntes se miran y sonríen. Están<br />

de acuerdo: por primera vez <strong>la</strong> nave<br />

estaba a punto. Arrancan con precisión<br />

y son los punteros del grupo durante<br />

<strong>la</strong> primera media hora.<br />

Sin embargo, los pequeños catamaranes<br />

están entre los barcos más<br />

rápidos; el Ky<strong>la</strong> pone a Hana y Ron a<br />

<strong>la</strong> cabeza. Ya en aguas abiertas, Hana<br />

se siente re<strong>la</strong>jada. El<strong>la</strong> y Ron dejan<br />

atrás al Wind Nuts, un velero de 11<br />

metros capitaneado por Scott Godbold,<br />

amigo de Ron. “¡Ho<strong>la</strong>!”, le grita<br />

este mientras lo saluda con los brazos.<br />

Scott y Hope, su esposa, vinieron<br />

para ver competir a Matthew, su hijo,<br />

Mobile<br />

Fairhope<br />

Is<strong>la</strong> Dauphin<br />

Fuerte Morgan<br />

kms<br />

0 20<br />

y para ayudarlo si se presenta algún<br />

problema. Godbold lo saluda.<br />

La regata se corre en <strong>la</strong> bahía de<br />

Mobile, en <strong>la</strong>s costas de A<strong>la</strong>bama.<br />

LA BAHÍA DE MOBILE tiene unos 48<br />

kilómetros de <strong>la</strong>rgo y <strong>la</strong> mitad de ancho.<br />

Por el centro corre un profundo<br />

canal, pero gran parte de <strong>la</strong> bahía es<br />

tan superficial que un adulto podría<br />

estar de pie en su suelo lodoso. Sobre<br />

<strong>la</strong> costa noroeste se extiende <strong>la</strong> ciudad<br />

de Mobile, salpicada de altos y<br />

resp<strong>la</strong>ndecientes edificios. La entrada<br />

está custodiada por <strong>la</strong> is<strong>la</strong> Dauphin y<br />

<strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong> del Fuerte Morgan. Entre<br />

estos puntos, un tramo de apenas


SELECCIONES <br />

5 kilómetros de mar abierto conduce<br />

al inmenso golfo de México.<br />

Durante <strong>la</strong> primera mitad de <strong>la</strong> carrera,<br />

Hana y Ron persiguieron al hermano<br />

de este, Shane Gaston, quien<br />

navegaba en un catamarán idéntico.<br />

Las condiciones son ideales: vientos<br />

fuertes y aguas tranqui<strong>la</strong>s. Cerca de<br />

<strong>la</strong>s 2:00 p. m., cuando llegan a <strong>la</strong> línea<br />

de meta, Hana voltea para ver que el<br />

hermano de Ron se encuentra a un<br />

minuto de ellos.<br />

“¡Oye! ¡Ganamos!”, celebra el<strong>la</strong>.<br />

Por lo general, al terminar <strong>la</strong> carrera,<br />

<strong>la</strong>s tripu<strong>la</strong>ciones dejan <strong>la</strong>s embarcaciones<br />

en el puerto de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> Dauphin<br />

para asistir a <strong>la</strong> ceremonia de premiación<br />

y una noche de descanso. No obstante,<br />

los hermanos Gaston optan por<br />

navegar a casa, seguros de poder hacerle<br />

frente a <strong>la</strong> <strong>tormenta</strong>. Otros participantes<br />

toman <strong>la</strong> misma decisión. Los<br />

hermanos avanzan hacia el norte por<br />

<strong>la</strong> costa oeste de <strong>la</strong> bahía.<br />

Poco antes de <strong>la</strong>s 3:00 p. m., Ron<br />

y Hana ven <strong>la</strong>s gigantescas nubes de<br />

<strong>la</strong> <strong>tormenta</strong> que se acercan desde el<br />

oeste. “Quizá nos mojemos un poco”,<br />

afirma él, subestimando <strong>la</strong> situación.<br />

La <strong>tormenta</strong>, que se formó en Texas,<br />

ha cruzado tres estados antes de llegar<br />

a <strong>la</strong> bahía de Mobile. En <strong>la</strong> oficina<br />

del SMN, los expertos observan <strong>la</strong> trayectoria<br />

en el radar. Jason Beaman,<br />

meteorólogo encargado de coordinar<br />

<strong>la</strong>s alertas emitidas por <strong>la</strong> oficina, advierte<br />

algo inusual: el fenómeno gana<br />

fuerza en lugar de disiparse rápidamente.<br />

“Era como un motor, como<br />

una máquina que no se detenía”, aseveró<br />

el experto tiempo después.<br />

BAJO EL PUENTE de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> Dauphin,<br />

que mide unos 5 kilómetros y en<strong>la</strong>za<br />

MIENTRAS EL VIENTO ARRASTRA EL BOTE,<br />

RON SE ENFRENTA A UN VERDADERO<br />

DILEMA: SOLTAR LA NAVE O A HANA.<br />

con <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong>, <strong>la</strong> joven Sarah Gaston,<br />

de 17 años, lucha por contro<strong>la</strong>r<br />

un pequeño bote junto con Jim Gates,<br />

de 74, su compañero de travesía<br />

y amigo de <strong>la</strong> familia. El viento y <strong>la</strong><br />

lluvia azotan con fuerza.<br />

“En ese punto, buscábamos cualquier<br />

área de tierra”, contaría Sarah<br />

más tarde. “Pero todo estaba b<strong>la</strong>nco.<br />

No podíamos en<strong>contra</strong>r tierra firme.<br />

Ni siquiera podíamos ver el puente”.<br />

Más al norte, los hermanos Gaston<br />

y Hana se acercan al Buccaneer Yacht<br />

Club, ubicado en <strong>la</strong> costa oeste.<br />

Los rayos empiezan a caer. “No toques<br />

nada metálico”, advierte Ron. Se<br />

acurrucan bajo el trampolín, <strong>la</strong> cubierta<br />

de te<strong>la</strong> entre los dos cascos.


Tres kilómetros atrás, Shane y Connor,<br />

su hijo, desaparecen tras una espesa<br />

cortina de lluvia.<br />

Al poco tiempo, <strong>la</strong> tempestad golpea<br />

al Ky<strong>la</strong>. Llegó tan rápido y es tan<br />

densa, que el mundo parece haberse<br />

reducido a una pequeña habitación<br />

grisácea, sin horizonte, cielo o costa.<br />

Luego, sin previo aviso, los vientos<br />

aumentan a 117 kilómetros por hora:<br />

un huracán. Ron y Hana no tienen<br />

tiempo de bajar <strong>la</strong>s ve<strong>la</strong>s.<br />

La proa del Ky<strong>la</strong> se levanta del agua,<br />

por un instante queda parado sobre <strong>la</strong><br />

popa; luego gira sobre uno de sus <strong>la</strong>dos.<br />

En este punto, <strong>la</strong> bahía tiene tan<br />

solo 2 metros de profundidad, por lo<br />

que el mástil se c<strong>la</strong>va en el lodo y se<br />

parte en dos.<br />

Hana sale disparada del barco, y<br />

<strong>la</strong> botavara, una barra horizontal sujeta<br />

al mástil, golpea su cabeza. Ron<br />

aterriza entre Hana y el bote; sujeta a<br />

<strong>la</strong> joven con una mano y se agarra de<br />

una cuerda atada a <strong>la</strong> nave con <strong>la</strong> otra.<br />

El viento sop<strong>la</strong> y transforma al<br />

trampolín en una ve<strong>la</strong>. Mientras el<br />

bote es arrastrado, Ron sale disparado<br />

al agua, lejos de Hana, y estira sus brazos<br />

tanto como puede. Enfrenta un<br />

verdadero dilema: debe elegir entre<br />

soltar el bote o a Hana.<br />

Suelta al Ky<strong>la</strong>. Él y Hana llevan chalecos<br />

salvavidas, pero <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s de 2.5<br />

metros los golpean y amenazan con<br />

separarlos. O ahogarlos.<br />

Se abrazan con fuerza para sostenerse;<br />

Hana apoya su cabeza <strong>contra</strong> el<br />

pecho de Ron para en<strong>contra</strong>r un poco<br />

de aire y resguardarse de <strong>la</strong> precipitación<br />

que parece perforarles <strong>la</strong> piel.<br />

En medio del caos, Ron piensa por<br />

un momento en su hija. Sin embargo,<br />

conforme <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s los arrastran, su<br />

mente se pone en b<strong>la</strong>nco y gris, como<br />

el escenario en el que se encuentra.<br />

Sarah y Jim también son arrojados<br />

al agua por el tiempo infame. El mástil<br />

de su nave se quiebra y <strong>la</strong>s ve<strong>la</strong>s se<br />

sueltan. “¡Jim!”, grita Sarah, a <strong>la</strong> vez que<br />

intenta recoger <strong>la</strong>s lonas. Finalmente<br />

se encuentran y regresan con lentitud<br />

hasta los restos de <strong>la</strong> embarcación.<br />

UNOS 48 KILÓMETROS AL NORTE,<br />

el alférez Phillip McNamara, de <strong>la</strong><br />

Guardia Costera, cumple el primer<br />

turno de su carrera como oficial de<br />

guardia. La <strong>tormenta</strong> azota a <strong>la</strong> bahía<br />

de Mobile y en <strong>la</strong> estación se reciben<br />

constantes l<strong>la</strong>madas de emergencia<br />

de marineros que están en el agua,<br />

personas varadas en bancos de arena<br />

y testigos que no dan crédito a lo que<br />

ven desde tierra firme. McNamara<br />

l<strong>la</strong>mó varias veces a su superior, el comandante<br />

Chris Cederholm, para preguntar<br />

cómo responder a <strong>la</strong> situación.<br />

“A <strong>la</strong> tercera l<strong>la</strong>mada quedó c<strong>la</strong>ro<br />

que sucedía algo grave”, comentó recientemente<br />

Cederholm, quien, al llegar<br />

a <strong>la</strong> estación, puso en marcha un<br />

protocolo denominado Operación de<br />

Rescate Masivo, para el que convocó a<br />

personal de aire, tierra y mar.<br />

Las autoridades intentan dimensionar<br />

<strong>la</strong> magnitud de <strong>la</strong> <strong>tormenta</strong>, al<br />

mismo tiempo que los marineros en <strong>la</strong>


SELECCIONES <br />

Hana B<strong>la</strong><strong>la</strong>ck y Ron Gaston estuvieron en<br />

el agua por más de dos horas.<br />

bahía luchan por sobrevivir. El viento<br />

sacude al Razr de los Luiten y a <strong>la</strong> tripu<strong>la</strong>ción<br />

(Lennard, Jimmie Brown, su<br />

padre de 71 años, y sus amigos adolescentes<br />

Adam C<strong>la</strong>rk y Jacob Pouncey),<br />

que cae al agua.<br />

Brown, cubierto con un impermeable,<br />

se mantiene a flote con dificultad.<br />

Lennard nada alrededor del bote en<br />

busca de su padre, a quien encuentra<br />

junto con Jacob. Al cabo de unos 20<br />

minutos, o<strong>la</strong>s de 2.5 metros amenazan<br />

con ahogarlos. Lennard se dirige hacia<br />

<strong>la</strong> costa para pedir ayuda.<br />

Por lo general, <strong>la</strong> fase más fuerte de<br />

una <strong>tormenta</strong> se prolonga entre dos y<br />

tres minutos, pero esta todavía no ha<br />

amainado y ya lleva 45 minutos castigando<br />

<strong>la</strong> zona.<br />

DIEZ BUQUES DE <strong>la</strong> Guardia Costera<br />

responden al l<strong>la</strong>mado, así como varios<br />

aviones, helicópteros y un equipo<br />

que patrul<strong>la</strong> <strong>la</strong> costa en vehículos todoterreno.<br />

Personas a caballo recorren<br />

los bancos de arena en busca<br />

de sobrevivientes. En el puesto de <strong>la</strong><br />

Guardia Costera en Dauphin, Scott<br />

Bannon, comandante de <strong>la</strong> División<br />

de Recursos Navales de A<strong>la</strong>bama,<br />

l<strong>la</strong>ma por teléfono a los familiares<br />

y amigos de los propietarios y capitanes<br />

de <strong>la</strong>s naves para estimar <strong>la</strong> cifra<br />

de desaparecidos.<br />

Cerca del puente de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> Dauphin,<br />

un bote de rescate de <strong>la</strong> Guardia Costera<br />

encuentra a Sarah Gaston y Jim<br />

Gates. El<strong>la</strong> tiene una herida en <strong>la</strong><br />

pierna e hipotermia; entra en choque<br />

en el momento en que los rescatistas<br />

<strong>la</strong> suben a <strong>la</strong> cubierta.<br />

Ron y Hana se en<strong>contra</strong>ban por el<br />

centro de <strong>la</strong> bahía, donde <strong>la</strong> probabilidad<br />

de rescate es remota. “Lo único<br />

que se podría distinguir con c<strong>la</strong>ridad<br />

en el agua es <strong>la</strong> cabeza de alguien”, explicaría<br />

Bannon. “Bien podrías avanzar<br />

entre <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s y no ver al náufrago”.<br />

El dúo ha estado en el agua por<br />

dos horas. Intentaron nadar hasta <strong>la</strong><br />

costa, pero <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s y <strong>la</strong> corriente les<br />

impidieron escapar. Para no pensar<br />

en el horror de <strong>la</strong> pesadil<strong>la</strong> que viven,<br />

Hana hace bromas: “Creo que no llegaremos<br />

a tiempo para <strong>la</strong> cena”.<br />

“Mira”, dice Ron, quien saca un teléfono<br />

del bolsillo a <strong>la</strong> vez que Hana<br />

busca un dispositivo GPS que tenía en<br />

su chaleco salvavidas.<br />

FOTO: BRYAN SCHUTMAAT


Hana marca al 911. Una operadora<br />

atiende <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada: “¿Cuál es su emergencia<br />

y ubicación?”.<br />

“Estoy en <strong>la</strong> bahía de Mobile”.<br />

“¿En el área de <strong>la</strong> bahía?”.<br />

“No, señora. En <strong>la</strong> bahía. En el agua”.<br />

Con ayuda del teléfono, el GPS y<br />

<strong>la</strong>s luces azules de un buque, <strong>la</strong> joven<br />

guía a los rescatistas hasta ellos.<br />

Mientras uno de los oficiales <strong>la</strong><br />

ayuda a salir del agua y subir a <strong>la</strong> cubierta,<br />

Hana pregunta: “¿Este barco<br />

no se va a volcar, verdad?”.<br />

SHANE Y CONNOR GASTON también<br />

habían naufragado. El viento hizo girar<br />

su nave tres veces antes de que el<br />

mástil se quebrara. Utilizaron el foque,<br />

una pequeña ve<strong>la</strong>, para abrirse<br />

paso hacia <strong>la</strong> costa oeste. Ya en tierra,<br />

tocaron <strong>la</strong> puerta de una casa, pidieron<br />

prestado un teléfono y l<strong>la</strong>maron a<br />

<strong>la</strong> Guardia Costera para informar que<br />

habían sobrevivido.<br />

El Sol comienza a ponerse. Scott y<br />

Hope Godbold navegan hasta <strong>la</strong> estación<br />

de <strong>la</strong> Guardia Costera en Dauphin<br />

con tres sobrevivientes.<br />

“Fue increíble”, dijo Bannon. Las<br />

probabilidades de en<strong>contra</strong>r a alguien<br />

en más de 1,000 kilómetros de mar<br />

embravecido son bajísimas.<br />

Tras dejar a Hope y a los sobrevivientes<br />

en <strong>la</strong> estación, Kenny, el padre<br />

de Godbold, se suma para continuar <strong>la</strong><br />

búsqueda. Scott piensa en un adolescente<br />

al que conoce: Lennard Luiten,<br />

quien aún no ha aparecido. Habían<br />

en<strong>contra</strong>do con vida al padre de Lennard<br />

y a su amigo Jacob. Por desgracia,<br />

otros dos miembros de <strong>la</strong> tripu<strong>la</strong>ción<br />

del Razr, Adam C<strong>la</strong>rk y Jimmie Brown,<br />

no lograron sobrevivir.<br />

Para este momento, Lennard habría<br />

estado en el agua por seis horas,<br />

sin chaleco salvavidas. Ya es noche y<br />

saben que en<strong>contra</strong>r al joven es cada<br />

vez más improbable. Scott navega por<br />

<strong>la</strong> bahía intentando detectar cualquier<br />

sonido en medio de <strong>la</strong> oscuridad.<br />

Finalmente, escucha una voz a <strong>la</strong><br />

deriva: “¡Ayuda!”.<br />

Horas antes, <strong>la</strong> corriente había<br />

arrastrado a Lennard hacia el mar.<br />

Nadó hasta una p<strong>la</strong>taforma petrolera,<br />

pero <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s rompían sobre él y solo<br />

vio a <strong>la</strong> estructura moverse lentamente<br />

de derecha a izquierda. Lo único que<br />

había era el mar y <strong>la</strong> oscuridad. Aun<br />

así, tuvo fe: tal vez en<strong>contra</strong>ría una<br />

trampa para cangrejos o una boya.<br />

Ahora Kenny iluminaba su rostro<br />

con una linterna y Scott preguntaba:<br />

“¿Lennard, eres tú?”.<br />

DIEZ BARCOS HUNDIDOS o destrozados,<br />

40 náufragos rescatados y 6 muertos,<br />

fue el saldo de una de <strong>la</strong>s peores<br />

ca<strong>la</strong>midades de <strong>la</strong> navegación recreativa<br />

en <strong>la</strong> historia de Estados Unidos.<br />

De <strong>la</strong> mano con <strong>la</strong> Guardia Costera,<br />

que está investigando el caso,<br />

los organizadores de <strong>la</strong> regata han<br />

adoptado medidas de seguridad más<br />

rigurosas. La familia de Robert Thomas,<br />

una de <strong>la</strong>s víctimas, demandó al<br />

Fairhope Yacht Club por negligencia y<br />

homicidio culposo.<br />

TOMADO DE SMITHSONIAN (JULIO DE 2017). © 2017 POR SMITHSONIAN INSTITUTION. SMITHSONIANMAG.COM

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