02.07.2018 Views

La Sirena Varada: Año II, Número 8

El octavo número de La Sirena Varada: Revista Literaria

El octavo número de La Sirena Varada: Revista Literaria

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Hace tiempo que no veía a toda mi<br />

familia reunida, viejas rencillas nos<br />

habían distanciado, perdiéndonos<br />

en el tiempo, pero hoy la vida se burlaba<br />

de nosotros mostrándonos lo absurda<br />

que era. Debía admitirlo, me estaba divirtiendo,<br />

pero no podía dejar de sentirme<br />

culpable por hacerlo en el velatorio de mi<br />

abuelo. Él siempre fue un hombre duro y<br />

severo, ¿quién iba imaginar que se marchitaría<br />

solo en una cama de hospital?<br />

—Mañana hablaremos de cómo repartiremos<br />

la herencia —murmuró.<br />

—Por favor, mamá, no es el momento<br />

indicado para hablar de ello —recriminó<br />

Elena, mi hermana mayor. Yo me<br />

encargaba de cuidar a la menor de mis<br />

sobrinas, quien jugueteaba intentando<br />

atrapar una enorme palomilla negra.<br />

—Deja eso, Victoria —corrí tras de ella.<br />

—Solo la intento ahuyentar —pronunció<br />

en una voz infantil.<br />

—Déjala, es solo un insecto —la tomé<br />

por la cintura, antes de cargarla.<br />

—Se llevó el alma del abuelo —sus<br />

ojos se volvieron vidriosos y su rostro<br />

enrojeció. Yo quedé boquiabierto, pero<br />

lo pasé por alto creyendo que estaba sobreactuando<br />

por el estrés del momento.<br />

Por fin todo aquello había terminado,<br />

mi familia y yo nos quedaríamos en<br />

casa de Elena. Revisé mis bolsillos y me<br />

percaté de que no tenía mi teléfono celular<br />

conmigo. Ricardo, mi cuñado, me<br />

ayudo a buscarlo.<br />

—Te marcaré —me avisó—. Tal vez<br />

suene en algún lugar del velatorio —dijo<br />

pasándome su aparato.<br />

Yo lo coloqué sobre mi oído y pude<br />

escuchar que la llamada conectó. Sonó<br />

una y otra vez, pero no había ningún ruido<br />

que lo evidenciara dentro del edificio.<br />

De pronto, alguien contestó y una respiración<br />

agitada sonó por el auricular.<br />

—¡Rayos! ¡Devuélveme mi celular! —grité,<br />

pero colgaron—. Maldición, alguien robó<br />

mi celular —me quejé dirigiéndome a Ricardo,<br />

quien me veía preocupado.<br />

—Al menos solo fue eso...<br />

Al llegar a la casa, Elena acomodó a<br />

mi esposa e hijos en la habitación de<br />

las niñas, mientras que yo dormiría en<br />

la habitación de huéspedes.<br />

—Muy pequeño —enuncié al ver el cuarto.<br />

—Es solo una noche —me besó mi<br />

esposa antes de salir. Yo me introduje,<br />

sentándome sobre el colchón, mientras<br />

aflojaba mi corbata. De la nada,<br />

alcancé a ver mi celular sobre la mesa<br />

de noche.<br />

—¿Qué hace esto aquí? —enuncié tomándolo<br />

entre mis manos. Probablemente<br />

aquello fue una broma de mal<br />

gusto. Comenzaba a dormitar, cuando de<br />

pronto el ruido blanco del televisor me<br />

despertó. <strong>La</strong> programación había terminado<br />

dejando entrever simple estática.<br />

—¿Qué hora es? —murmuré revisando<br />

el pequeño reloj sobre la cómoda.<br />

Tres minutos para las tres de la madrugada.<br />

Me levanté desganado, ni siquiera<br />

me coloqué mis sandalias y apague la<br />

televisión. El cuarto se quedó casi a oscuras,<br />

salvo la tenue luz que se colaba por<br />

la ventana con las cortinas corridas. Una<br />

serie de destellos azules alumbraba justo<br />

encima de mi cama. Me recosté sobre<br />

esta, haciendo sonar los viejos resortes<br />

que cedían ante mi peso. Me tapé hasta<br />

el cuello, era una noche fría.<br />

Repentinamente, miré por encima<br />

del colchón, algo había llamado mi<br />

atención. Se trataba del viejo títere de<br />

mi sobrina, una bailarina que en la penumbra<br />

de la noche tenía rasgos algo<br />

siniestros. Parecía moverse, arrastrándose<br />

entre la alfombra. Me quede sin<br />

aliento, paralizado. El pequeño juguete<br />

7

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!