PDF 12012011 - Prensa Libre

18 Opinión :
P RENSA LIBRE : Guatemala, miércoles 12 de enero de 2011
ECLIPSE
ILEANA ALAMILLA
¡Cuánta tristeza!
N UESTROS PROPÓSITOS DE INIciar
con optimismo el año, deretomar
con esperanzayentusiasmo las
labores cotidianas y de aportar para
construir sin dejarnos vencer por la
adversidad, por los que echan basura
inmunda en las vidas de otros, o
por los que provocan dolor profundo,están
amenazados por las necias
circunstancias prevalecientes y el
entorno en que vivimos.
Es difícil imaginar el dolor acumulado
en un solo corazón que perdió,
en un instante, a su familia. No
es posible dejar solo a ese ser humano
cuya vida fue inesperadamente
destruida de manera irreversible;
por lo menos le debemos solidaridad.
Somos parte de esta sociedad
que ha producido seres inhumanos
capaces de las acciones más irracionales
y, como tal, debemos también
ser parte de la solución.
Don Efraín, no hay palabras para
pedirle resignación. Es demasiado
sufrimiento. Su tragedia ha conmovido
ala sociedad que lo acompaña.
Lamentamos no poder hacer mayor
cosa por usted, salvo comprometernos
a seguir intentando cambiar esta
situación que nos ha arrebatado a
tantas personas, incluyendo a sus seres
amados. La lucha por la justicia y
contra la impunidad es la promesa
que podemos hacer para evitar que
su tragedia continúe repitiéndose.
Pero esteno es un sufrimientoen
solitario, hemos provocado que
nuestropaís sea pródigoenfatalidades.
Veamos otra igual de dramática:
la de las y los migrantes. Personas
mutiladas, con sus cuerpos y almas
violentadas, sus sueños quebrantados
y sus integridades humilladas y
Tenemos razones
para estar de luto.
mancilladas, quienes intentan una y
otra vez, buscarse la vida lejos de su
patria que les niega oportunidades y
una vida digna.
La migración es un fenómeno histórico.
“Cuando el hambre llega, el
ser humano se va”, reza un refrán.
Tiene diversidad de causas, algunas
basadas en las guerras, otras en fenómenos
naturales y muchas debido
a las precarias condiciones económicas.
Según varios análisis, los procesos
migratorios ofrecen salidas al
desempleo y a los problemas socioeconómicos
de quienes deciden dejar
su lugar de origen ybuscar nuevos
horizontes. Estos, según organiza-
CARA PARENS
ROLANDO ALVARADO
Consentimiento
E L PAÍS ENTERO HA QUEDADO
consternado. Poner una bomba en
un bus público, con la finalidad
consciente de eliminar alos que en
ese momento fortuitamente viajen
en el mismo, sean adultos o niños,
resulta para todos una señal de que
estamos tocando fondo.
Tanto los que idearon el cruel
ataque como quienes lo ejecutaron
expresan a través de ello el nivel de
degradación espiritual al que estamos
desembocando en este vértigo
de inseguridad e impunidad, en este
despeñadero anticultural y social
de pacto con la muerte y con la
violencia.
Ernesto Sábato, quien este 2011
arriba asus cien años de edad, nos
ofrece quizá la clave para interpretar
lo sucedido: “el grave problema es
que,en estacivilización enferma, no
sólo hay explotación ymiseria, sino
que hayuna correlativa miseria espiritual”.
Miseria no entendida como
pobreza o carencia sin más, sino como
envilecimiento y deshumanización.
Es nuestro espíritu lo que se ha
enfermado. La crisis ambiental, económica,
social, política yética, se ha
tornado en crisis espiritual. Y es desde
allí, desde esa dimensión humana
que llamamos “espiritualidad”, des-
de donde podemos —y debemos—
encontrar pistas de solución y ánimo
para revertir la situación.
Leonardo Boff diría que no todo
está perdido.Si atendemos al impulso
espiritual que anida en todos nosotros,
a“cuidar de todo lo que vive
y existe, porque lo que existe merece
existir, y todo lo que vive merece vivir”,
podríamos encontrar la medicina
contra esas bacterias fascinantes
y maléficas que han invadido yper-
Tanto los que idearon el
cruel ataque como quienes
lo ejecutaron expresan a
través de ello el nivel de
degradación espiritual al
que estamos desembocando
en este vértigo de
inseguridad e impunidad.
forado nuestra conciencia racional,
social yética. Estamos urgidos, diría
el Dalai Lama, de una “transformación
interior”, o en palabras de Jesús
de Nazaret, de una “conversión del
corazón”. Para que se realice esa
apremiante transformación, esa anhelada
conversión, tendríamos que
ciones nacionales e internacionales
y defensores de los migrantes, han
generado un incremento de la vulneración
de los derechos de esas personas.
Entre los tradicionales peligros a
los que se enfrentan están las autoridades
inescrupulosas, grupos xenofóbicos,
lo inhóspito de los lugares
de tránsito, las condiciones de hacinamiento
en que se movilizan. Pero
ahora se ha sumado el riesgo de ser
secuestrado por los grupos de narcotraficantes
o de ser cooptado forzosamente
para sus aviesos fines.
El desprecio, la exclusión y los
estereotipos con que la población
originaria trata a la población migrante
es una denigración asu calidad
humana; el considerarlos indeseables
yusurpadores de oportunidades
no es más que el pretexto para
justificar el odio de quienes así
se comportan. Verlos como una
competencia en cuestiones laborales
y como generadores de costos
en materia de prestación de servicios
es un absurdo esgrimido como
pretexto xenofóbico.
Las mujeres duplican riesgos y
sufrimientos. Los sociólogos dicen
que tienen siete duelos: la separación
de sus familiares y amigos, el
sufrimiento por la lengua materna,
enfrentarse a otroidioma, el cambio
de paisajes, la pérdida de estatus social,
la privación del contacto conel
grupo étnico y la falta de seguridad
física.
Como se ve, tenemos razones para
estar de luto.
Iliaalamilla@hotmail.com
apostar por un nuevo “consentimiento”.
Todos hemos experimentado
que el corazón humano, su espíritu,
es escenario de dos fuerzas contrarias,
de un doble impulso antagónico.
Uno crea y construye; el otro
elimina y destruye. Uno contempla y
aprecia; el otro distorsiona yrechaza.
Uno respeta, defiende ydice la
verdad; el otro abusa, agrede y miente.
A cuál impulso se consiente, con
cuál condescendemos, a cuál le permitimos
dirigirnos personal y socialmente
es el desafío y el dilema.
Todo lo demás viene por añadidura.
Consentir a la atracción que sobre
nosotros aún ejercen la sensatez
yla sinceridad, las cosas bien hechas,
la generosidadyla responsabilidad
en nuestra convivencia social,
y no ceder a la seducción de la insatisfacción,
de la ambición, de la codicia
y de la ira es un proceso espiritual
permanente del cual tanto cada
uno de nosotros como el país entero
están requeridos. Ojalá que a lo largo
de este 2011 nos decidamos por
aliarnos ybeber del lado biófilo de
nuestro espíritu, y no pactar con el
dinamitero, perverso y necrófilo ángulo
oscuro.
Que nuestro espíritu humano se
conforme al verdadero Espíritu divino;
que sepa percibirlo en sus señales
interiores y también externas a
nosotros, saber distinguirlo en sus
derroteros, metas y medios, esforzarseporinteriorizarlo,resistiéndonos
asu rivalycontrario,yen nuestras
decisiones yactos personales,
familiares ysociales, dejarnos guiar
y conducir por Él.
A CONTRALUZ
HAROLDO SHETEMUL
Se quieren
pasar de listos
EL 30 DE DICIEMBRE RECIÉN PASADO, en
medio de las fiestas de fin de año, el Diario de Centro
América publicó el acuerdo 1257, por el cual los
directivos del IGSS definían el incremento dela
edad yel número de cuotas que requieren los afiliados
para acceder al programa de Invalidez, Vejez
y Sobrevivencia. Esos festejos parecían la ocasión
ideal para que pasara desapercibida esta medida
que implica una violación alos derechos de los beneficiarios
del Seguro Social. La nueva disposición
responde aun acuerdo entre el IGSS yla Unión
Guatemalteca de Trabajadores, que trataron de haceraparecer
como que solo afecta alos futuros afiliados,
pero en esencia es una medida que daña a
todos trabajadores y violenta un fallo de la Corte de
Constitucionalidad (CC) de hace cinco años.
SEGÚN EL CITADO ACUERDO, este año y el
2012, quienes soliciten su retiro ya no podrán hacerlo
al haber cumplido 60 años y acumular 180
cuotas, sino que tendrán que haber acumulado 192
aportes, osea, un año más. Para poder pensionarse
en el 2013, las cuotas subirán a 204, o sea dos años
más, mientras que para el 2014 deberán haber contribuido
216 veces, o sea tres años más. A partir de
este último año, los nuevos afiliados podrán pensionarse
cuando cumplan 62 años. De esta manera,
las autoridades del Seguro
La CC debe
enmendarle la
plana al IGSS,
para que no
violente los
derechos de
sus afiliados.
Social pretenden burlarse de
la resolución de la CC del 13
de julio del 2005,que dejó en
60 años la edad para jubilarse,
sin que existan circunstancias
anormales que ameriten
hacer ese cambio dañino
para los trabajadores.
PARECE LÓGICO QUE
los directivos del IGSS argumenten
problemas financieros para modificar la
edad y cantidad de aportes de los trabajadores para
poder retirarse. Lo que no es lógicoes que sean los
afiliados quienes paguen el pato de esasituación y
de que las autoridades del Seguro Social se nieguen
a dar a conocer su situación financiera y las razones
reales de hacer estos cambios. Apocos se nos
olvida que una de las razones de los problemas de
esa entidad ha sido la forma laxa con que se han administrado
sus finanzas, al extremo de que en el
2002 un supuesto fideicomiso de viviendas paró en
el desfalco de Q350 millones que fueron a parar en
la bolsade varios directivos delincuentes, algunos
de ellos absueltos. Esos hechos pasanprecisamente
por la manera oscura conque se manejan los recursos
del Seguro Social, sin dar cuentas a la población.
Además, ya es tiempo de que el Estado pague
los más de Q16 mil millones que le adeuda al IGSS,
con lo cual se resolvería la crisis de esa institución.
ES NECESARIO QUE SE DÉ MARCHA atrás a
estas medidas que afectan alos afiliados al Seguro
Social. La CC debe atender la acción de inconstitucionalidad
que presentó la semana pasada el procurador
de Derechos Humanos, Sergio Morales,
porque el IGSS intenta pasarpor encima de una resolución
emitida en el 2005 por el más alto tribunal
del país. En lugar de buscar la manera de restarle
los derechos adquiridos a los afiliados, los directivos
del IGSS deberían limitarse sus privilegios,
porque se han recetado pensiones de entre Q20 mil
y Q39 mil mensuales cuando se retiran, algo que no
tiene nada que ver con las pensiones miserables de
Q300 mensuales que reciben miles de ancianos
que dejaron su vida en el trabajo.