Edición 31 de Agosto de 2018
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Diario Co Latino<br />
Opinión Viernes <strong>31</strong> <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> <strong>2018</strong> 15<br />
Solo la izquierda <strong>de</strong>fien<strong>de</strong><br />
una <strong>de</strong>mocracia integral<br />
Iosu Perales<br />
Uno <strong>de</strong> los errores históricos cometidos<br />
por la izquierda ha sido regalar a la <strong>de</strong>recha<br />
la capacidad <strong>de</strong> nombrar las cosas<br />
y <strong>de</strong> dibujar el campo <strong>de</strong> la confrontación política.<br />
Una parte esencial <strong>de</strong> la batalla <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as<br />
consiste precisamente en disputar las palabras con<br />
las que se piensa y se nombra el mundo. Durante<br />
mucho tiempo hemos abandonado a manos <strong>de</strong>l liberalismo<br />
palabras como <strong>de</strong>mocracia, ciudadanía,<br />
<strong>de</strong>recho y Estado. ¿Para qué <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r estos conceptos<br />
si antes o <strong>de</strong>spués quedarán superados por<br />
la dictadura <strong>de</strong>l proletariado?<br />
Pienso que en una coyuntura electoral, don<strong>de</strong> se<br />
confrontan los proyectos <strong>de</strong> país, es oportuno <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<br />
la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que estas palabras son palabras<br />
nuestras, necesarias para el cambio. Para ello hace<br />
falta mucha <strong>de</strong>cisión frente al espejismo <strong>de</strong>l pensamiento<br />
liberal que preten<strong>de</strong> presentarse como la<br />
fábrica matriz <strong>de</strong> estas palabras que se reúnen en<br />
lo que llamamos libertad y lo llenan <strong>de</strong> contenido.<br />
No <strong>de</strong>bemos sellar la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que es “burgués”<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia hasta el Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho,<br />
pasando por la libertad.<br />
No <strong>de</strong>bemos ya pensar que el <strong>de</strong>recho, la ciudadanía,<br />
el parlamentarismo, la división <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res,<br />
son un andamiaje <strong>de</strong> la otra cara <strong>de</strong>l capitalismo.<br />
Precisamente en El Salvador la guerra que no quisimos<br />
y los Acuerdos <strong>de</strong> Paz que logramos implementar,<br />
son la fuente <strong>de</strong> nuestras liberta<strong>de</strong>s actuales.<br />
Es el pueblo en todas sus expresiones, incluida<br />
la guerrillera, el que hizo posible que las palabras<br />
a las que me refiero se erigieran en los pilares <strong>de</strong><br />
un país con gran<strong>de</strong>s potencialida<strong>de</strong>s y un presente<br />
con <strong>de</strong>fectos que ha <strong>de</strong>jado atrás la dictadura. Es<br />
por eso que hemos <strong>de</strong> darlo todo para seguir gobernando<br />
y <strong>de</strong> este modo continuar avanzando en<br />
la mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>l país, en su <strong>de</strong>mocratización,<br />
en su soberanía y en los campos <strong>de</strong> la justicia y la libertad.<br />
Nunca antes hemos tenido tantas posibilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> ganar una hegemonía <strong>de</strong>mocrática en los<br />
ámbitos <strong>de</strong> la cultura y <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ologías.<br />
Con las victorias <strong>de</strong> 2009 y 2014 invertimos el<br />
tablero político y se abrieron ventanas <strong>de</strong> oportunidad.<br />
Es cierto que no hemos podido hacer cuanto<br />
queríamos hacer, el rival es po<strong>de</strong>roso. Pero se<br />
han hecho muchísimas cosas buenas y en mejorar<br />
lo hecho estamos comprometidos. No nos ha-<br />
cen falta salvadores provi<strong>de</strong>nciales que prometen<br />
el cielo en la tierra. Algunas gentes <strong>de</strong> izquierda se<br />
niegan a enten<strong>de</strong>r que vivimos en un proceso inacabado<br />
don<strong>de</strong> solo cabe pelear y gestionar mejor,<br />
tienen <strong>de</strong>masiada prisa pero piensan poco en<br />
la correlación <strong>de</strong> fuerzas. El futuro <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>mocracia llevada a todos los ámbitos públicos y<br />
privados <strong>de</strong> nuestras vidas, una <strong>de</strong>mocracia integral.<br />
La izquierda salvadoreña es la salvaguarda <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong>mocracia y <strong>de</strong> la libertad. De tal manera el <strong>de</strong>rrotismo<br />
y la tentación a la fragmentación <strong>de</strong>ben<br />
ser superados por la madurez <strong>de</strong> la unidad.<br />
Es verdad que gran parte <strong>de</strong> la población está<br />
secuestrada por sus necesida<strong>de</strong>s económicas y en<br />
ocasiones semejante situación conduce a elegir<br />
mal en las urnas. Pero hay motivos para pensar en<br />
positivo y convertir la esperanza en un motor para<br />
los cambios sociales. Una mejor <strong>de</strong>mocracia pue<strong>de</strong><br />
ser un arma po<strong>de</strong>rosa. En el pasado, mediante<br />
el sufragio universal los dueños <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r tenían<br />
la <strong>de</strong>mocracia bien atada. Pero el paso dado<br />
por el neoliberalismo ha cambiado el escenario, el<br />
viejo liberalismo ya no cuenta. La <strong>de</strong>mocracia ya<br />
no es funcional a los dueños <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y sus intereses,<br />
sino un estorbo. El neoliberalismo está llevando<br />
a cabo una <strong>de</strong>snaturalización radical pero silenciosa<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia. El principio <strong>de</strong>l Estado<br />
está siendo erosionado por el rol <strong>de</strong>l Banco Mundial<br />
y <strong>de</strong>l FMI.<br />
Uno <strong>de</strong> nuestros problemas es que no hemos<br />
opuesto la suficiente resistencia para evitar que<br />
esto ocurra. Pero siempre es el momento a<strong>de</strong>cuado<br />
para hacerlo. La coyuntura electoral ofrece la<br />
posibilidad <strong>de</strong> que la izquierda <strong>de</strong>muestre ser el<br />
freno <strong>de</strong>l fascismo financiero, <strong>de</strong>fendiendo y explicando<br />
que la <strong>de</strong>mocracia es una conquista popular,<br />
no un regalo liberal. Ahora bien, nuestra <strong>de</strong>mocracia<br />
no acaba en el juego <strong>de</strong> las urnas y <strong>de</strong>l<br />
po<strong>de</strong>r político. Nuestra <strong>de</strong>mocracia ha <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse<br />
en la economía, en las relaciones laborales,<br />
en la igualdad social, en los <strong>de</strong>rechos integrales <strong>de</strong><br />
las mujeres, en el disfrute <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales universales<br />
en la salud y la educación.<br />
La <strong>de</strong>recha no quiere la <strong>de</strong>mocracia, o dicho <strong>de</strong><br />
otro modo, quiere una <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> apariencia.<br />
Nosotros, la izquierda, estamos en la tarea <strong>de</strong> una<br />
<strong>de</strong>mocracia integral. La estamos <strong>de</strong>fendiendo y la<br />
levantamos frente a los ataques <strong>de</strong> jueces, legisladores<br />
neoliberales, medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> las<br />
élites y organismos externos que manejan los hilos<br />
<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r mundial. Sí, señoras y señores, una<br />
fuerza transnacional muy po<strong>de</strong>rosa e intrínsecamente<br />
anti<strong>de</strong>mocrática, el neoliberalismo cada<br />
vez más hermanado con el predominio <strong>de</strong>l capital<br />
financiero, apoyándose en instituciones obedientes<br />
a sus dictados, busca convertir la <strong>de</strong>mocracia<br />
en la reproductora dócil <strong>de</strong> sus intereses.<br />
Pues bien, es ahí don<strong>de</strong> la izquierda <strong>de</strong>be <strong>de</strong>svelar<br />
la trampa neoliberal y hacer que aparezca como<br />
lo que es: una fuerza antisocial y anti<strong>de</strong>mocrática.<br />
Es momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la <strong>de</strong>mocracia contra<br />
las perversiones <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia neoliberal.<br />
Tampoco nos interesa la arcaica versión liberal<br />
<strong>de</strong> una <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong>scafeinada, <strong>de</strong>legativa, minimalista,<br />
que no daba el verda<strong>de</strong>ro po<strong>de</strong>r al pueblo.<br />
La izquierda estamos en otra cosa, en una<br />
<strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> verdad, participativa, transparente,<br />
enemiga <strong>de</strong> la corrupción y <strong>de</strong>l verticalismo.<br />
Y por más que el régimen <strong>de</strong>mocrático sufra una<br />
<strong>de</strong>safección ciudadana, el coste <strong>de</strong> no <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rlo<br />
sería <strong>de</strong>masiado alto.<br />
Schafik Hándal tenía –tiene-razón. Llevar la<br />
<strong>de</strong>mocracia hasta el fin es cumplir una etapa necesaria<br />
para entrar en una sociedad posneoliberal<br />
y poscapitalista. Ello pasa por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r lo ya<br />
conquistado y, a la vez, seguir la lucha por lograr<br />
espacios nuevos. Lo que no po<strong>de</strong>mos es <strong>de</strong>spistarnos<br />
y <strong>de</strong>jar la <strong>de</strong>mocracia en manos neoliberales<br />
que buscan vaciarla <strong>de</strong> contenido hasta <strong>de</strong>jarla<br />
sumida en un formalismo. Cabe añadir que la<br />
coyuntura electoral es un escenario idóneo para<br />
<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la viabilidad <strong>de</strong> una <strong>de</strong>mocracia con sello<br />
<strong>de</strong> la izquierda. Seguro que Hugo Martínez lo<br />
consigue.<br />
Es verdad que gran parte <strong>de</strong> la<br />
población está secuestrada por<br />
sus necesida<strong>de</strong>s económicas y<br />
en ocasiones semejante situación<br />
conduce a elegir mal en las urnas.<br />
Pero hay motivos para pensar en<br />
positivo y convertir la esperanza en<br />
un motor para los cambios sociales.