Entrelíneas 83

LA ASPIRACIÓN A UNA MEJOR
EXISTENCIA DESPUÉS DE TODO
El padecimiento de los provectos
es una situación casi inevitable. El
ciclo de la naturaleza se manifiesta
con deterioro cerca de la defunción.
No obstante, existen propuestas que
buscan un placentero preludio de las
exequias. El envejecimiento activo
persigue ampliar la esperanza de vida
saludable, la productividad y la calidad
de existencia en la tercera edad.
La actividad física regular ayuda
a mantener la capacidad funcional
del ser humano. Herman Oporto,
profesional del Centro Clínico del
Departamento de Kinesiología de la
Universidad de Concepción, señala
que “está comprobado que el ejercicio,
la vinculación con otros individuos
mediante el deporte, tiene beneficios
potenciales para la salud, ya que
ralentiza muchas patologías crónicas”.
“Las personas que son activas
sufren menos dolor porque desarrollan
una mayor tolerancia a la aflicción.
El beneficio no sólo es corporal, sino
que también mental, considerando
que la experiencia colectiva favorece
socialmente, pues genera lazos, lo que
aumenta la red de apoyo y aplaca la
soledad”, comenta el kinesiólogo.
El Centro Integral para el Adulto
Mayor (CIAM) fomenta una senectud
enérgica. Alrededor de 200 personas
asisten regularmente para no sufrir
sus edades, más de 1.500 integran la
población inscrita. La coordinadora
de la institución, Tatiana Larrere,
comenta que “el objetivo es mantener
y/o prosperar la funcionalidad senil,
ya que si vive más años, la idea es
que esté mejor con un envejecimiento
positivo”. El trabajo se fundamenta en
tres ejes complementarios: el bienestar
físico, la tranquilidad mental y una
integración social.
“El establecimiento propicia la
funcionalidad física, concibiendo
prevención de caídas, rehabilitación de
patologías osteoarticulares, talleres de
baile y yoga, entre otras tareas. Luego
está el impulso cognitivo, teniendo en
cuenta la estimulación de la memoria,
la alfabetización digital para una
integración al mundo globalizado,
las terapias artísticas, además de
la instrucción en tareas básicas e
instrumentales que deben efectuar
habitualmente. Por último, la línea de
participación social que contempla
actividades grupales. Asociación,
recreación, básicamente compartir
entre ellos, así generar redes que les
permitan vivir más felices”, reflexiona
la encargada del CIAM.
Chile ha envejecido sin llegar a
ser un país próspero. Es importante
concientizar cómo se llega a la tercera
edad, enfrentar las adversidades que
padecen y propiciar a la población una
ancianidad saludable y placentera.
Señoras con Alzheimer comparten once. Fotografía por Lucas Ulloa.
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