infoPLC++ Numero 13
La tecnología de control es mucho más que una oportunidad para mejorar los procesos: en el sector agrícola es determinante para atender la demanda de alimentos, y en las máquinas, abre la puerta a nuevos negocios.
La tecnología de control es mucho más que una oportunidad para mejorar los procesos: en el sector agrícola es determinante para atender la demanda de alimentos, y en las máquinas, abre la puerta a nuevos negocios.
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opinión<br />
Laura Tremosa<br />
Colaboradora de <strong>infoPLC++</strong><br />
opinión mayo-junio 2019<br />
18<br />
No es fácil dejar de ser<br />
líder tecnológico<br />
A<br />
partir de mi experiencia en la prensa técnica y especialmente en publicaciones dedicadas<br />
a las diversas tecnologías emergentes –a lo largo de más de 50 años han<br />
sido muchas– he comentado en varias ocasiones que, ante una nueva solución tecnológica,<br />
quienes escribimos llegamos a considerar que lleva tiempo implementada<br />
cuando en realidad difícilmente podría encontrarse aplicada en la vida real de las industrias.<br />
Los últimos años hemos venido hablando y escribiendo hasta la saciedad sobre el Internet de<br />
las Cosas (IoT), Big Data o la inteligencia artificial, sin embargo es sólo ahora que se apuntan<br />
soluciones más allá de los departamentos de I+D. Lo curioso es que a pasar de ello, las citadas<br />
tecnologías ya no ocupan un primer lugar de atención. Ahora la tecnología que está de moda<br />
no es otra que el llamado 5G.<br />
Es evidente que las redes de quinta generación son el futuro de las comunicaciones, Es más,<br />
bien cabe afirmar que para un masificación del IoT, dado los volúmenes de datos a procesar,<br />
serán absolutamente necesarias al aportar una mayor velocidad de navegación, menor latencia<br />
y menor consumo energético. También será posible conectar hasta 100 dispositivos a la vez por<br />
celda, permitiendo una mayor y mejor cobertura en lugares exteriores. En la industria, por ejemplo,<br />
podrán facilitar y mucho la aplicación de tecnologías como la realidad virtual y la aumentada.<br />
Se trata pues de un cambio en comunicaciones que abre la posibilidad de nuevas aplicaciones,<br />
muchas ellas probablemente ni siquiera imaginadas. Sin embargo, algo que nadie esperaba es<br />
que estas futuras redes iban a ser también protagonistas de una auténtica guerra tecnológica.<br />
Todo empezó el primero de diciembre del pasado año cuando la hija del fundador de la firma<br />
china Huawei fue detenida en Canadá a petición de Washington, justo cuando los presidentes<br />
de EE.UU. y China buscaban en Buenos Aires un pacto en su guerra comercial. Después de este<br />
contradictorio principio resulta que en lugar de avanzar en la paz, la guerra comercial acaba de<br />
convertirse en guerra tecnológica cuando el presidente Trump decide poner barreras a la tecnología<br />
5G en EE.UU. a lo que ha seguido la decisión del gigante Google de romper relaciones<br />
con Huawei, de forma que la compañía norteamericana no actualizará las futuras versiones del<br />
sistema operativo Android en los teléfonos móviles de la firma china.<br />
Pero sigamos con las redes 5G. ¿Por qué estas barreras para 5G en EE.UU?<br />
Dejemos al margen justificaciones que bien podrían ser un buen guión de una serie de espías,<br />
Hay hechos mucho menos especulativos.<br />
¿Cuáles? Pues que quizás por primera vez en la historia de la tecnología reciente, EE.UU. no va<br />
por delante. La firma de Shenzhen es el único fabricante con una solución completa para probar<br />
toda la red: antenas, envío de señal, teléfonos móviles y routers para el hogar y es que lleva diez<br />
años invirtiendo en 5G de manera que el mercado internacional reconoce de manera unánime<br />
su liderazgo. En la actualidad ha firmado 40 contratos comerciales 5G con todo el mundo y ha<br />
desplegado para ellos 70.000 antenas.<br />
De aquí que lo que era una guerra comercial, se ha convertido en una guerra tecnológica.<br />
Así están las cosas. Cabe preguntarse sin embargo si en este mundo comunicado como el<br />
nuestro las consecuencias para la industria norteamericana no tendrá más efectos negativos<br />
que positivos.<br />
En todo caso, si bien Clausewitz definió la guerra como la continuación de la política por otros<br />
medios, en este caso de momento ha sido lo contrario. De la política se ha pasado a la guerra<br />
comercial y de ella a una guerra tecnológica. Esperemos que todo ello no esté apuntando a una<br />
auténtica nueva guerra fría. Lo que parece evidente es que no cabe esperar que China deje de<br />
buscar como equipararse o superar tecnológicamente a EE.UU. •