The Red Bulletin Agosto 2019

Richard Tyler Blevins, el videojugador más famoso del
mundo, se la está pasando fenomenal. Está detrás de
un podio, disfrutando de las luces brillantes de un escenario
hollywoodense. Es un episodio del exitoso
programa de juegos de TV Celebrity Family Feud.
Blevins, sonriendo de oreja a oreja, está preparado
para liderar a su familia en una batalla a muerte contra
su amigo, y a veces rival en línea, JuJu Smith-Schuster,
receptor de los Steelers de Pittsburgh.
El presentador, el comediante Steve Harvey, camina
de un lado al otro. Para la gente que aún no sabe
quién es este chico larguirucho de tez clara con cabellera
teñida de azul celeste, presenta a Blevins por su
nombre en línea, Ninja. "Gana un millón al mes haciendo
streams en vivo de videojuegos", dice Harvey
impávido, antes de moverse hacia la pequeña mujer a
un lado de Blevins, la esposa y mánager comercial del
videojugador, Jessica Blevins. “Qué buena manera de
conseguir tanto dinero, amiga” , bromea, y recibe estruendosos
aplausos. Y con eso, rompe el hielo.
Es tentador pensar que todo el entusiasmo absorbente
que Blevins muestra por este juego podría ser
fingido, del tipo de ardides de RP que las celebridades
implementan ocasionalmente. Sin embargo, Blevins
no es la típica celebridad. El joven de 27 años nacido
en Illinois y que abandonara la escuela de estudios superiores,
además de ser campeón de Fortnite, ha convertido
su personalidad extragrande y sus habilidades
videojugadoras considerablemente elevadas en una
empresa tremendamente rentable. Esto, sin lugar a
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