Edicion 14 de agosto 2019
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Opinión<br />
<strong>14</strong> Miércoles <strong>14</strong> <strong>de</strong> <strong>agosto</strong> <strong>de</strong> <strong>2019</strong> Diario Co Latino<br />
Sociología y otros Demonios (965)<br />
La sociología: pregonera <strong>de</strong> la realidad (2)<br />
René Martínez Pineda<br />
Director Escuela <strong>de</strong> Ciencias Sociales, UES<br />
Publicación <strong>de</strong> la Sociedad Cooperativa <strong>de</strong> Empleados <strong>de</strong> Diario<br />
Co Latino <strong>de</strong> R. L.<br />
23 Avenida Sur No. 225 San Salvador<br />
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128 AÑOS INFORMÁNDOTE CON CREDIBILIDAD<br />
Es evi<strong>de</strong>nte que la burguesía no<br />
piensa revertir la injusta distribución<br />
<strong>de</strong> la riqueza, su preocupación<br />
es más bien, cómo acentuarla, ya<br />
que su vida como tal <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> ella. Por<br />
otro lado, quienes sufren la pobreza en los calcetines<br />
rotos están aprendiendo a ver su crisis <strong>de</strong><br />
ingresos como una oportunidad para fundar la<br />
<strong>de</strong>mocracia, y por tal razón están creando nuevos<br />
sujetos sociales que <strong>de</strong> oficio aprovechen el<br />
perentorio colapso <strong>de</strong>l Imperio y <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong><br />
partidos políticos, aunque no sepan con exactitud<br />
qué es lo que viene o qué saldrá <strong>de</strong> sus humeantes<br />
ruinas. En el caso <strong>de</strong> El Salvador hablamos <strong>de</strong><br />
oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema capitalista, <strong>de</strong>bido<br />
a que las condiciones subjetivas no dan para<br />
más, al menos por el momento. De esos nuevos<br />
sujetos sociales no sabemos lo que van a ser, ni<br />
sabemos cuál será su posición política e i<strong>de</strong>ológica,<br />
pero sí sabemos que su lucha es necesaria para<br />
trascen<strong>de</strong>r (luchar por una utopía). Hay que reconocer<br />
que no son posibles las luchas <strong>de</strong> liberación<br />
nacional que se daban en la segunda mitad <strong>de</strong>l<br />
siglo XX (al menos en las actuales condiciones<br />
subjetivas <strong>de</strong> <strong>de</strong>silusión), en tanto que el socialismo<br />
-tal como lo conocemos en su dimensión <strong>de</strong><br />
fascinante alternativa social- no está posicionado<br />
en el imaginario popular. Hoy por hoy, la gran<br />
alternativa es la construcción <strong>de</strong> la “revolución<br />
<strong>de</strong>mocrático-burguesa” con la que se vuelve a las<br />
tesis <strong>de</strong>l Lenin sin heridas.<br />
En ese sentido, las epistemologías mundanas<br />
abordan y compren<strong>de</strong>n críticamente la realidad<br />
para <strong>de</strong>codificar su lógica <strong>de</strong> funcionamiento,<br />
pues solo así se pue<strong>de</strong> transformar la misma, legitimando<br />
teóricamente el advenimiento <strong>de</strong> una<br />
sociedad más justa y <strong>de</strong>mocrática, construida sobre<br />
la base <strong>de</strong> nuevas i<strong>de</strong>as políticas y orgánicas<br />
que no nieguen la utopía por<br />
la que se luchó. El marco teórico e<br />
i<strong>de</strong>ológico-práctico <strong>de</strong> esas nuevas<br />
i<strong>de</strong>as políticas se expresa, en lo concreto,<br />
en cinco gran<strong>de</strong>s vertientes.<br />
La primera es que tenemos preguntas<br />
nuevas y respuestas viejas, así como tenemos<br />
preguntas viejas sin respuestas nuevas,<br />
lo cual pone a la sociología en un estado inerte<br />
que la vuelve incapaz <strong>de</strong> alcanzar teóricamente el<br />
futuro, aunque sepamos que no se pue<strong>de</strong> seguir<br />
viviendo en este tipo <strong>de</strong> presente: “En 2017, 821<br />
millones <strong>de</strong> personas a nivel mundial pa<strong>de</strong>cieron<br />
hambre crónica (1 <strong>de</strong> cada 9 personas) <strong>de</strong> las cuales<br />
39 millones vivían en América Latina. Más <strong>de</strong><br />
1,900 millones <strong>de</strong> personas (26.2 % <strong>de</strong> la población<br />
mundial) viven con 3 dólares diarios”.<br />
¿Cómo <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r al capitalismo con ese tipo<br />
<strong>de</strong> datos que se hacen cada vez más dramáticos?,<br />
¿cómo resuelven los pobres, cotidianamente, esa<br />
situación?, ¿saben algo sobre la sobrevivencia que<br />
la sociología no sabe?, ¿cuáles son las priorida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> los pobres? La coyuntura <strong>de</strong> la posguerra<br />
ha <strong>de</strong>mostrado que las respuestas que tenemos<br />
a la mano son precarias, etéreas y paradójicas,<br />
pues han sido usadas para mantener al sistema,<br />
así como para justificar el cambio <strong>de</strong>l mismo,<br />
por tanto, las respuestas dadas (la <strong>de</strong> “más <strong>de</strong>mocracia”<br />
y la <strong>de</strong>l “bien social”, por ejemplo) son<br />
las que en muchos casos han truncado o <strong>de</strong>sviado<br />
la concreción <strong>de</strong> una alternativa viable al capitalismo.<br />
¿De qué sirven la <strong>de</strong>mocracia política y<br />
electoral si no existe <strong>de</strong>mocracia económica? La<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> esos dos tipos <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracias fue inducida,<br />
precisamente, para frenar las luchas por la liberación<br />
nacional, y eso explica por qué EE. UU.<br />
se autoproclama como el gendarme <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia<br />
y como el juez que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> cuáles países son<br />
<strong>de</strong>mocráticos y cuáles no.<br />
La segunda vertiente es que la distancia social<br />
entre lo mo<strong>de</strong>rno y lo arcaico (visto a partir <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s como producto histórico<br />
y como símil <strong>de</strong> las anteriores dicotomías<br />
“urbano-rural” y “<strong>de</strong>sarrollo-menor <strong>de</strong>sarrollo”)<br />
cada vez es mayor, y eso provoca que el horizonte<br />
que el pueblo se propone alcanzar (el sueño salvadoreño)<br />
se vaya alejando en lugar <strong>de</strong> irse acercando,<br />
con lo cual se genera un sentimiento <strong>de</strong> frustración<br />
social que, en términos i<strong>de</strong>ológicos, fue el<br />
que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó el <strong>de</strong>sencanto y la <strong>de</strong>silusión en<br />
las pasadas elecciones.<br />
La tercera hace referencia a la crisis generacional,<br />
la cual es aban<strong>de</strong>rada por los jóvenes, a quienes<br />
hay que estudiar en su mundanidad para <strong>de</strong>codificar<br />
sus i<strong>de</strong>as y sueños <strong>de</strong> cambio inmediato<br />
con la velocidad <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s sociales<br />
(que es un cambio civilizatorio real, pues impacta<br />
en la noción que la sociología tiene <strong>de</strong> la<br />
“solidaridad orgánica y mecánica”). Y es que las<br />
re<strong>de</strong>s sociales son la versión <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s movimientos<br />
sociales que surgieron en la segunda<br />
mitad <strong>de</strong>l siglo XX con la consigna <strong>de</strong>l socialismo,<br />
y con las calles como púlpito <strong>de</strong> la libertad<br />
<strong>de</strong> expresión y subversión. En ese sentido, es<br />
evi<strong>de</strong>nte que la sociología <strong>de</strong>be abordar el tema<br />
<strong>de</strong>l cambio civilizatorio, el cual es un cambio estructural<br />
<strong>de</strong> or<strong>de</strong>n cultural que no lo resuelve ni<br />
consolida un gobierno en particular, sino una<br />
sucesión <strong>de</strong> gobiernos <strong>de</strong>l mismo tipo. Entonces<br />
cualquier cambio social <strong>de</strong>be estar mediado<br />
–ser acompañado- por nuevas estructuras civilizatorias<br />
para que sean cambios dura<strong>de</strong>ros acor<strong>de</strong>s<br />
a la cuarta revolución industrial y con la que<br />
po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>nominar como la tercera revolución<br />
socialista.<br />
La cuarta vertiente es la neo-colonización<br />
<strong>de</strong>l intelecto sociológico que se tradujo en “sociología<br />
light”, o sea la sociología sin las calorías<br />
críticas <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología y la conciencia social<br />
que eran puestas <strong>de</strong> manifiesto en los conceptos<br />
marxistas y utopistas como: lucha <strong>de</strong> clases,<br />
plusvalía, materialismo histórico-dialéctico, fetichismo<br />
<strong>de</strong> la mercancía, revolución social, imperialismo,<br />
burguesía y proletariado, socialismo,<br />
etc. Sobre todo en los últimos veinte años, la sociología<br />
ha perdido el sintagma nominal <strong>de</strong> la revolución<br />
social y los verbos fulminantes como<br />
acción personal y social, para asumir las formas<br />
no personales <strong>de</strong>l verbo (en ese marco cabe la<br />
propuesta funcionalista <strong>de</strong>l “fin <strong>de</strong> la historia”) y<br />
en esa línea la sociología se convierte en gerundio<br />
y fábula social. Por ejemplo, cuando la sociología<br />
marxista habla <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratizar (el sujeto<br />
histórico como militante <strong>de</strong> la lucha <strong>de</strong> clases)<br />
la sociología neo-colonizada habla <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia;<br />
cuando la una habla <strong>de</strong> burguesía y <strong>de</strong> capitalismo,<br />
la otra habla <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>durismo y <strong>de</strong><br />
globalización; cuando aquella habla <strong>de</strong> pueblo, la<br />
otra habla <strong>de</strong> ciudadanos; cuando la una habla <strong>de</strong><br />
fetiches, la otra habla <strong>de</strong> consumo. En ese campo<br />
en especial estoy hablando <strong>de</strong> la lucha por la<br />
hegemonía intelectual que <strong>de</strong>ben llevar a cabo<br />
los sociólogos para ser <strong>de</strong> nuevo la conciencia<br />
crítica <strong>de</strong> las ciencias sociales y ser los pregoneros<br />
<strong>de</strong> la realidad.