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Revista Azotea nº 22

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AZOTEA<br />

<strong>Revista</strong> de cultura del Ayuntamiento de la Villa de Coria del Río.<br />

N.º <strong>22</strong>. Biografías I


ALCALDE<br />

Modesto González Márquez<br />

TENIENTE ALCALDE DELEGADO DEL ÁREA DE CULTURA<br />

Ana Concepción Renedo Barrera<br />

EDITA<br />

Área de Cultura (Departamento de Publicaciones)<br />

Ayuntamiento de la Villa de Coria del Río<br />

DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN<br />

Fernando Rodríguez Martínez<br />

PORTADA<br />

Fotografías de los personajes biográficos<br />

CORRECIÓN DE TEXTOS:<br />

Francisco Villar Muñoz<br />

MAQUETACIÓN E IMPRESIÓN<br />

Gráficas Santa María, JCH, S.L.<br />

Printed and Made in Spain<br />

Depósito Legal: SE 925 / 87<br />

ISSN 1132 - 287-X<br />

<strong>Azotea</strong> no hace necesariamente suyas las opiniones y criterios expresados por sus colaboradores


ÍNDICE<br />

Presentación<br />

Modesto González Márquez. Alcalde<br />

Presentación<br />

Ana Concepción Renedo Barrera. Delegada de Cultura<br />

Prólogo<br />

Dr. José Antonio Parejo Fernández. Profesor Titular de Historia<br />

del Pensamiento Político y Social. Universidad de Sevilla<br />

Maestros que dejaron huella.<br />

D. Manuel Asián Ruiz. Un gran maestro olvidado<br />

Francisco Rojas Castellano<br />

José Sánchez Vidal (1872-1936) en el avispero<br />

político de la Segunda República<br />

Matías Rodríguez Cárdenas<br />

El Doctor Don Ángel Pineda de la Carrera o la<br />

vocación por la medicina<br />

Daniel Pineda Novo<br />

Maestros que dejaron huella.<br />

Hipólito Lobato Palacios. Un maestro preocupado<br />

por la cultura<br />

Francisco Rojas Castellano y Carlos Lobato Zabala<br />

Un médico de pueblo, liberal y humanista: El Doctor<br />

Luis Yáñez-Barnuevo de la Milla<br />

Juan Antonio Yáñez-Barnuevo<br />

Maestros que dejaron huella.<br />

D. José Luis Asián Peña. Catedrático e historiador<br />

Francisco Rojas Castellano<br />

7<br />

9<br />

11<br />

15<br />

27<br />

75<br />

87<br />

109<br />

133


PRESENTACIÓN<br />

Quiero empezar este saluda trasladando mi agradecimiento a todas las<br />

personas que han hecho posible la edición de esta revista a lo largo de sus<br />

31 años de vida. Solo su interés por la conservación y la puesta en valor<br />

de la historia y la cultura de Coria del Río han hecho posible su edición<br />

durante más de tres décadas. Creo que es justo reconocer una labor tan<br />

callada como relevante para nuestra localidad, pues sin ellos nuestra<br />

historia sería la misma, pero mucho más desconocida para todos.<br />

Y siguiendo la senda marcada por todos esos colaboradores y colaboradoras<br />

ponemos en marcha esta nueva edición, donde queremos reflejar que la<br />

historia más reciente puede ser tan importante como la transcurrida hace<br />

miles de años. En ese sentido, traemos a las páginas de este número las<br />

biografías de seis corianos ilustres. Biografías, que si no quedaran escritas,<br />

posiblemente quedarían en el ostracismo con el paso del tiempo. Algo que<br />

no merecen quienes las protagonizaron, pues aportaron mucho y bueno a<br />

Coria del Río.<br />

Concretamente se trata de tres personas vinculadas a la enseñanza, dos a la<br />

medicina y una sexta que fue Alcalde de la Villa. Todas ellas, protagonistas<br />

fundamentales del siglo XX coriano y, en algún caso, igualmente relevante<br />

más allá de nuestras fronteras. Todas fueron personas entregadas al servicio<br />

público durante sus vidas, al extremo de perderlas como en el caso de José<br />

Sánchez Vidal, o de ser depurados en sus profesiones como D. Manuel<br />

Asián Ruiz o su hijo D. José Luis Asián Peña. No menos relevantes para la<br />

sociedad coriana fueron los otros tres protagonistas de la revista, D. Daniel<br />

Pineda de la Carrera, D. Luis Yáñez Barnuevo de la Milla y D. Hipólito<br />

Lobato Palacios, insignes médicos y maestro respectivamente y esenciales<br />

en las vidas de muchos de sus conciudadanos.<br />

Probablemente, sin estas personas hoy Coria del Río sería diferente,<br />

nuestras vidas no serían las mismas. Su paso por nuestra ciudad fue tan<br />

relevante que marcaron su futuro. Por todo ello, hemos creído necesario<br />

marcar esta nueva línea editorial dentro de la revista <strong>Azotea</strong>, perfectamente<br />

compatible con las anteriores y que, por ello, tendrá continuidad más<br />

adelante, pues han sido muchos los personajes ilustres los que jalonan<br />

nuestra historia y que merecen que sus nombres sean tenidos en cuenta<br />

para las generaciones venideras.<br />

Modesto González Márquez<br />

Alcalde-Presidente de la Villa de Coria del Río.


PRESENTACIÓN<br />

Desde la Delegación de Cultura que represento, es para mi una gran<br />

satisfacción presentar un nuevo número de la revista <strong>Azotea</strong>. En esta<br />

edición, la número <strong>22</strong>, hemos querido dar a conocer la biografía de aquellas<br />

personas, naturales o afincadas en nuestra localidad, que destacaron por<br />

su profesión o por sus ideas. Su valía personal las hace merecedoras de<br />

ocupar un lugar destacado dentro de nuestra historia local y por ende<br />

reservar un número de la <strong>Azotea</strong> al que vamos a denominar “Biografías 1”,<br />

para ponerlos en valor .<br />

Quiero aclarar que estaba previsto que el número <strong>22</strong> de la revista <strong>Azotea</strong><br />

versara sobre otra temática, la década de los setenta en nuestra localidad,<br />

y así fue anunciado; pero, debido a la complejidad de su temática, se ha<br />

programado retrasar su publicación hasta el próximo año. Por ese motivo,<br />

se ha estado trabajando de forma paralela en la confección y edición de<br />

ambos números, sacando en primer lugar el dedicado a destacados corianos<br />

y corianas.<br />

Tengo que agradecer, de nuevo, al Gabinete Histórico Municipal la<br />

labor investigadora de nuestra historia local y de nuestros personajes<br />

ilustres que esta realizando y a todas aquellas personas que colaboran<br />

desinteresadamente en la tarea de consolidar el prestigio de una publicación<br />

que en estos últimos años es un referente en la cultura de Coria del Río.<br />

Desde el Gobierno Municipal esperamos que este nuevo número de la<br />

revista <strong>Azotea</strong> ayude al mejor conocimiento de nuestra historia local y a<br />

que personas de este calado humano y cultural no queden en el olvido de<br />

sus paisanos.<br />

Por último, quiero concluir comunicando, como ya ha sido mencionado<br />

antes, que ya estamos trabajando en el número 23 de la <strong>Azotea</strong>, un número<br />

que tendrá un gran calado social pues aglutinará a todas las personas que<br />

vivieron en una época tan transcendental como fueron los años setenta del<br />

siglo pasado.<br />

Ana Concepción Renedo Barrera<br />

Teniente Alcalde<br />

Delegada de Cultura


<strong>Azotea</strong> 11<br />

PRÓLOGO<br />

Dr. José Antonio Parejo Fernández<br />

Profesor Titular de Historia del Pensamiento Político y Social<br />

Universidad de Sevilla<br />

En Roma, a 8 de junio de 2018<br />

Ya apenas están entre nosotros. Los<br />

españoles que vivieron la guerra, con<br />

edad suficiente para comprender por ellos<br />

mismos lo que fue aquel conflicto, están<br />

desapareciendo en progresión geométrica. Tienen<br />

más de noventa años y cuando dejen este mundo<br />

se irá con ellos una parte de aquella España que<br />

fue y ya no es. Los recuerdos de un tiempo pasado,<br />

los relatos sobre aquellos que conocieron en su<br />

juventud, lo que aún nos cuentan sobre aquella<br />

calle, plaza o casa en la que vivieron y por la que<br />

vieron pasar, cuando ya no habitaban en ella, a<br />

nuevos dueños que trajeron con ellos cambios que<br />

incorporaron a sus propios recuerdos. Ellos son<br />

los únicos que pueden contarnos los momentos<br />

previos a la detención del tiempo que documentan<br />

las fotografías antiguas que aún guardan en algún<br />

cajón de sus alcobas. Con ellos, esos retratos aún<br />

pueden conservar algo de color. Pueden… siempre<br />

y cuando seamos capaces de sentarlos delante de<br />

ellos y enfrentarlos al paso de un tiempo que se<br />

ha vuelto inmisericorde para ellos. Y es que como<br />

explicó Michael Ignatieff en un libro maravilloso<br />

sobre la historia de su familia -El álbum ruso- «la<br />

memoria cura las cicatrices del tiempo. La fotografía<br />

documenta las heridas» que ha ido dejando a su<br />

paso.<br />

Porque sólo hay que pensarlo un momento: «el<br />

álbum de fotos de familia no siempre provoca la<br />

oleada de recuerdos placenteros que sirven para<br />

entrelazar el presente con el pasado. Las fotografías<br />

subvierten la continuidad que la memoria ha<br />

seleccionado a partir de la experiencia». Esas<br />

fotografías -prosigue Ignatieff- actúan «contra<br />

el individuo como si fuera un espejo iluminado<br />

con un potente foco». En cuanto ellos no estén<br />

entre nosotros, aquellos que aparecen en los viejos<br />

retratos habrán pasado a convertirse en personas<br />

completamente desconocidas para nosotros. Pues<br />

bien, si por algo se caracteriza el trabajo de un<br />

historiador es por intentar detener ese proceso<br />

de oxidación y pérdida que, de no atajarse en el<br />

instante preciso, acabarán por borrar los rastros<br />

de una época que hace tiempo dejó de ser. Éste es<br />

el objetivo que han perseguido los autores de las<br />

biografías que participan en este número.<br />

En las siguientes páginas, por consiguiente,<br />

esperan al lector la historia de seis hombres y<br />

una mujer que, por unas razones u otras, dejaron<br />

su huella en Coria del Río. Son tres maestros y<br />

profesores, dos médicos, una maestra y un barbero<br />

que andado el tiempo acabaría convirtiéndose en<br />

alcalde de su pueblo. Todos, de una u otra forma,<br />

tuvieron a tiempo, a mi juicio, el reconocimiento<br />

que merecieron, aunque también es verdad que,<br />

con el paso del tiempo y los acontecimientos que<br />

éste trajo consigo, no todos los integrantes de este<br />

grupo acabaron sus días de la misma manera.<br />

Manuel Asián Ruiz ejerció la enseñanza durante<br />

más de cuarenta años. Fue, como diríamos hoy,<br />

uno de los padres fundadores de la educación<br />

en Coria del Río. Completamente volcado en la<br />

formación de sus paisanos, cada vez que pudo hizo<br />

todo lo posible por acercar la cultura a los corianos:<br />

conferencias para adultos, la puesta en marcha de<br />

una pequeña biblioteca. Las condiciones en las que<br />

tuvo que desarrollar su tarea educativa no fueron,


12<br />

<strong>Azotea</strong><br />

desde luego, las más apropiadas: por aquella época<br />

aún no existía en Coria un colegio como tal. Estas<br />

dificultades y su compromiso educativo le llevaron<br />

a presidir la Asociación Provincial de Magisterio.<br />

Y es que para conseguir mejoras siempre hubo que<br />

estar en los sitios en los que se toman las decisiones,<br />

algo que Manuel Asián supo comprender desde<br />

muy pronto, tal y como acredita el autor de su<br />

biografía. Sin duda, su paso por la enseñanza dejó<br />

una huella indeleble en Coria, pero tampoco es<br />

menos cierto que algunos corianos también se<br />

la dejaron marcada a él, aunque de otra manera.<br />

Cuando llegaron los tiempos de la infamia hubo<br />

quien le acusó de haber faltado a sus deberes<br />

docentes, intentando empañar así lo que había sido<br />

una vida dedicada al progreso de su pueblo. No<br />

fueron capaces de ahorrarle ese disgusto.<br />

Sin embargo, sus enemigos no consiguieron<br />

extinguir la llama educativa que había encendido.<br />

Su dedicación sirvió de ejemplo a José Luis Asián<br />

Peña, su hijo, el cual fue capaz de superar a su<br />

padre, tal vez el mayor orgullo que le pueda caber<br />

a una persona de bien. Maestro con dieciocho<br />

años, estudiante por libre de Historia, Premio<br />

Extraordinario fin de carrera con veintidós años;<br />

José Luis, como su padre, también se tuvo que<br />

enfrentar a unos tiempos en los que el ejercicio<br />

de la enseñanza fue cualquier cosa menos una<br />

tarea sencilla: no había edificios para las escuelas,<br />

los sueldos eran miserables, un absentismo<br />

escolar difícil de atajar toda vez que en aquella<br />

época cualquier brazo, en tiempos de cosecha,<br />

era fundamental para las familias. Aún así nunca<br />

se desanimó: no sólo consiguió una plaza como<br />

profesor sino que, además, se convirtió en el<br />

primer catedrático de instituto de Coria del Río.<br />

Su padre seguramente lo vivió como el mayor éxito<br />

de su vida. No obstante, a José Luis, como a su<br />

padre, también le llegaron los tiempos difíciles: fue<br />

depurado por haber pertenecido durante escasas<br />

semanas a una logia masónica y no fue hasta<br />

1946 cuando dejaron sin efecto aquella medida<br />

arbitraria. Mientras tanto siguió en contacto con la<br />

enseñanza escribiendo multitud de libros escolares.<br />

Tuvo la suerte de tener varios hijos y ver cómo dos<br />

de sus niñas acabaron convirtiéndose en maestras.<br />

A pesar de todo, la saga continuaba.<br />

Hipólito Lobato fue el tercer maestro. No había<br />

nacido en Coria, pero a Coria llegó atraído, según<br />

nos cuenta el autor de su biografía, por el prestigio<br />

del director de la escuela local: Manuel Asián.<br />

Escuela, por llamarla de alguna manera, pues el<br />

aula compartía edificio con el pósito municipal, la<br />

cárcel local y la casa del carcelero: compañías poco<br />

apropiadas, como se comprenderá, para educar a las<br />

nuevas generaciones. Leyendo las historias de estos<br />

tres maestros nos daremos cuenta perfectamente de<br />

las condiciones en las que tuvieron que desarrollar<br />

sus labores educativas. Las cuales, a la postre, no<br />

impidieron que Lobato fuera también otro pionero:<br />

llevó al colegio de Coria la instrucción militar,<br />

no porque fuera un militarista, sino porque supo<br />

otear el horizonte de posibilidades que aquellos<br />

conocimientos podrían abrirle a unos niños casi<br />

condenados a desempeñar las mismas ocupaciones<br />

de sus abuelos y sus padres. Con la formación<br />

militar, trajo consigo también la práctica de los<br />

deportes y, muy especialmente, el futbolístico,<br />

dando muestras al mismo tiempo de una capacidad<br />

enorme para integrarse en la vida local de Coria. Sin<br />

embargo, la guerra también le afectó tal y como los<br />

lectores podrán ver en cuanto encaren la lectura de<br />

su biografía. Murió en 1952 si bien tuvo tiempo de<br />

ver inaugurada el primer edificio destinado, como<br />

tal, a escuela. Que fue un buen maestro y una mejor<br />

persona lo acredita el gentío que se congregó a las<br />

puertas de la Iglesia el día de su entierro.<br />

No hay pueblo sin maestros y, por supuesto,<br />

sin su médico: aún recuerdo, siendo yo niño en<br />

Sanlúcar de Barrameda, al doctor de toda la vida<br />

acudiendo a la casa de mis abuelos y viendo cómo<br />

lo recibían con el mayor respeto. Pues en Coria,<br />

como nos cuenta su hijo en este número, pasaba lo<br />

mismo con don Ángel Pineda de la Carrera. Inició<br />

la carrera de medicina en 1911 y qué duda cabe que<br />

el hecho de que lograra acabarla y decidiera ejercer<br />

la medicina en Coria fue una bendición para un<br />

pueblo por entonces con una muy pobre dotación<br />

sanitaria. Tener a un médico, en aquellos tiempos,


<strong>Azotea</strong> 13<br />

siempre fue una suerte; que en el caso de Coria fue<br />

doble por cuanto a su condición de médico sumó<br />

su especialidad en medicina infantil. Coria y los<br />

corianos fueron, sin duda, afortunados y así se lo<br />

reconocieron muchos años después nombrándolo<br />

hijo adoptivo de la localidad.<br />

El médico Luis Yáñez también fue de aquellos<br />

doctores que dejaron huella en Coria. Siempre al<br />

día en cuestiones médicas, practicó, sin embargo,<br />

su profesión a la antigua. Quienes se acerquen a<br />

su biografía se encontrarán con la carrera de un<br />

doctor que nunca tuvo prisas a la hora de atender a<br />

sus pacientes; un médico que recorrió las extensas<br />

marismas y pueblos adyacentes atendiendo a<br />

aquellos que, por diversas causas, tenían difícil<br />

acercarse a la consulta. De cómo entendía su<br />

profesión da idea la visita que giró al campo de<br />

concentración de Los Merinales, a donde había<br />

sido requerido para que evaluara las condiciones<br />

sanitarias de la población reclusa. Su conclusión fue<br />

rotunda: procurarles una mejor alimentación y un<br />

descanso mayor garantizarían, sin duda, el descenso<br />

de aquellas altas tasas de mortalidad y enfermedad<br />

que asolaban a los presos encerrados en aquel<br />

campo. Sufrió la guerra como tantos españoles y<br />

aunque no le pasaron factura por sus simpatías<br />

izquierdistas, sí vio morir a dos de sus hermanos<br />

a causa de sus ideas y compromisos políticos. El<br />

Doctor Yáñez tuvo la suerte de disfrutar en vida<br />

del reconocimiento que los corianos le brindaron<br />

en forma de una calle rotulada con su nombre, que<br />

él inauguró personalmente.<br />

Aunque su semblanza es mucho más breve<br />

que la de su esposo y aparece incluida a modo de<br />

testimonio para completar la trayectoria de Yáñez<br />

Barnuevo, creo que Ángeles García Palacios merece<br />

también un lugar destacado en esta presentación.<br />

Porque fue una de aquellas mujeres que, primero,<br />

consiguieron vencer el papel tradicional que los<br />

usos y costumbres les tenían reservadas y, segundo,<br />

porque la guerra acabó frustrando a la larga su<br />

carrera docente. Hasta entonces fue una maestra<br />

muy preocupada por los avances pedagógicos del<br />

momento, simpatizante como muchas otras con<br />

las ideas avanzadas y, por ello mismo, represaliada<br />

cuando llegó la hora de los ajustes de cuentas.<br />

La depuración de la que fue objeto le acarreó un<br />

traslado forzoso a Mairena del Alcor. Más adelante,<br />

cuando se casó y le llegaron los hijos, no tuvo más<br />

remedio que pedir una excedencia ya que la lejanía<br />

de su centro y la familia numerosa fueron demasiada<br />

carga para aquella mujer que, a pesar de todo,<br />

siempre llevó el magisterio en su corazón. Los que<br />

se acerquen a su semblanza conocerán la trayectoria<br />

de una mujer que fue fundamental en la evolución<br />

intelectual de sus hijos. Coria, con la depuración<br />

de aquella mujer, se perdió a una maestra que, sin<br />

duda, habría dejado huella en el pueblo de haber<br />

podido desempeñar su labor con normalidad.<br />

Finalmente, la última historia: José Sánchez<br />

Vidal. Hijo de un jornalero, barbero de profesión<br />

y, llegado el momento, alcalde de Coria durante<br />

la Segunda República. Concejal electo en 1931,<br />

miembro del Centro Republicano de Coria y<br />

posteriormente militante en el Partido Republicano<br />

Radical, la trayectoria política de aquel barbero<br />

convertido en alcalde fue hija de su tiempo: mil<br />

problemas a los que buscar solución; enfermedades,<br />

hoy desaparecidas de Coria, a las que plantar cara<br />

por aquel entonces; sin apenas presupuesto para<br />

hacer frente a tantos frentes; tal vez eso hizo que<br />

Sánchez Vidal antepusiera, en muchas ocasiones,<br />

la necesidad de atajar aquellos problemas a la<br />

observancia estricta de la ley. Aquella militancia<br />

activa le granjeó una serie de enemigos que al estallar<br />

la guerra y caer en manos de los sublevados, como<br />

ocurriría con otros tantísimos alcaldes sevillanos, le<br />

pasarían cumplida factura. Fue fusilado, junto a su<br />

hijo, en las tapias del cementerio.<br />

Son siete biografías, de diferente factura, pero<br />

con una línea común que recorre las páginas de<br />

todas ellas: evitar que el paso del tiempo, como<br />

decía al comienzo de este prólogo, convierta en<br />

desconocidos a quienes en su época merecieron<br />

el agradecimiento de sus paisanos. Evitarlo es<br />

también un servicio público que la revista <strong>Azotea</strong><br />

y el Ayuntamiento de Coria del Río vienen<br />

cumpliendo desde hace tiempo.


<strong>Azotea</strong> 15<br />

Maestros que dejaron huella<br />

D. MANUEL ASIÁN RUIZ<br />

UN GRAN MAESTRO OLVIDADO<br />

Es una noble misión rescatar del olvido<br />

a quienes merecen ser recordados.<br />

Plinio el Joven (siglo I).<br />

Francisco Rojas Castellano<br />

El 12 de agosto de 1937, veinte días después<br />

de cumplir la edad de jubilación, moría en<br />

Coria del Río D. Manuel Asián Ruiz, uno<br />

de los maestros más ilustres de la enseñanza<br />

pública del siglo XX. D. Manuel perteneció junto<br />

con D. Francisco García García (1829-1890) y D.<br />

Hipólito Lobato Palacios (1892-1952) a un grupo de<br />

maestros que trascendieron su trabajo estrictamente<br />

docente para implicarse plenamente en la vida local y<br />

dieron lo mejor de sí mismos para mejorar la vida de<br />

sus vecinos a través de la difusión de la cultura entre<br />

los sectores más humildes de la sociedad coriana.<br />

Sin embargo, mientras estos maestros recibieron el<br />

reconocimiento de sus méritos y su valía perpetuando<br />

su nombre en una calle o un colegio, el primero<br />

ha desaparecido de la memoria colectiva local. Tal<br />

vez sirva aquí el dicho de que nadie es profeta en su<br />

tierra porque mientras sus compañeros no nacieron<br />

en Coria 1 , aunque se integraron totalmente en su<br />

vida, D. Manuel nació en esta localidad y desarrolló<br />

toda su vida profesional en ella. Pero, a veces, las<br />

mezquindades, las envidias o la indiferencia impiden<br />

apreciar el mérito y las cualidades de nuestros vecinos.<br />

Quizá fue esto lo que ocurrió con este extraordinario<br />

maestro cuya figura constituye un ejemplo de<br />

dedicación absoluta a la docencia, un modelo a seguir<br />

para todos los que aman la enseñanza.<br />

D. Manuel nació el 19 de julio de 1867, siendo<br />

el segundo hijo del matrimonio formado por D.<br />

Fernando Asián Íñigo y Dª Manuela Ruiz Campos.<br />

Antes habían nacido Fernando y José (que murió<br />

en la adolescencia) y, tras el nacimiento de Manuel,<br />

vino al mundo Estanislao, un nombre que su padre<br />

escogió por sus ideas republicanas y la admiración<br />

1 D. Francisco García era natural de Lora del Río (Sevilla) y D. Hipólito Lobato<br />

de Zahínos (Badajoz).<br />

D. Manuel Asián hacia 1910.<br />

que sintió hacia D. Estanislao Figueras, primer<br />

presidente de la Primera República. Según parece,<br />

la situación económica de la familia era desahogada<br />

pues el padre había conseguido crear un negocio de<br />

ultramarinos, situado en el domicilio familiar en la<br />

calle del Palomar que, con el tiempo, llegaría a ser no<br />

solo el más importante de la localidad sino también<br />

uno de los más surtidos del Aljarafe, suministrando<br />

numerosos artículos a los pueblos más cercanos.<br />

Mientras el primogénito fue destinado por su<br />

padre a dirigir el negocio familiar, Manuel y Estanislao


16<br />

<strong>Azotea</strong><br />

escogieron la carrera de magisterio. Es posible que el<br />

primero atendiera durante algún tiempo la tienda y<br />

que no le satisficiera este trabajo, porque comenzó<br />

los estudios cuando ya contaba 21 años, siendo 25<br />

la edad límite. Realizó su examen de ingreso en la<br />

Escuela Normal de Sevilla el 28 de septiembre de<br />

1887 y se matriculó sin mucho entusiasmo en el<br />

primer curso obteniendo al finalizar el mismo la nota<br />

mínima de aprobado. Sin embargo, la indiferencia del<br />

principio fue transformándose en interés a medida<br />

que profundizaba en sus estudios de tal modo que en<br />

el segundo curso obtuvo mejores notas, destacando<br />

en Geografía e Historia y Geometría.<br />

Tras los dos años de estudios y el examen de<br />

revalida (que constaba de dos ejercicios, uno<br />

escrito y otro oral), consiguió el título de Maestro<br />

de Primera Enseñanza Elemental con nota de<br />

sobresaliente. En estos años había descubierto que<br />

la enseñanza constituía su verdadera vocación por lo<br />

que al finalizar el tercer curso obtuvo sobresaliente<br />

en todas las asignaturas. A continuación, el 25<br />

de junio de 1890 realizó al examen de reválida y<br />

obtuvo el título de Maestro de Primera Enseñanza<br />

Superior con la máxima nota. El 30 de abril de<br />

1891 el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas<br />

Artes le expedía el documento correspondiente<br />

y en mayo de 1892 se presentó a las oposiciones<br />

para escuelas públicas celebradas en el Rectorado<br />

de la Universidad de Sevilla. Tras conseguir una<br />

magnífica puntuación fue nombrado el 2 de julio<br />

de 1892 maestro de la escuela primaria elemental<br />

de niños de Llerena (Badajoz). Unos días más tarde<br />

cumplía 25 años.<br />

Sin embargo, su deseo, como es natural, era<br />

trabajar en su propio pueblo. Por ello se puso en<br />

contacto con el maestro de la escuela de niños de<br />

Coria, D. Emilio Olloqui Gómez y ambos solicitaron<br />

una permuta de sus destinos. De este modo, el 15 de<br />

octubre del mismo año conseguía su nombramiento<br />

como maestro propietario de la escuela de niños<br />

de su pueblo natal y el 11 de noviembre tomaba<br />

posesión de su nuevo destino. Desde esta fecha, de<br />

manera ininterrumpida durante 44 años, dirigió la<br />

escuela pública de niños, junto a los dos maestros<br />

auxiliares, ejerciendo su tarea docente en el mismo<br />

salón de clase. No debía ser fácil la enseñanza para<br />

los tres maestros porque asistían muchos niños y<br />

sólo existía una pequeña barandilla que separaba los<br />

grupos, que no bajaban de 50 alumnos. La escuela<br />

de balde se encontraba en la planta baja del pósito,<br />

edificio destinado a guardar el grano, situado en la<br />

calle Cervantes número 25, donde hoy se levanta el<br />

ayuntamiento.<br />

Desde el primer momento el nuevo maestro<br />

destacó por su preparación intelectual, capacidad<br />

de trabajo y entrega a la enseñanza. Los amplios<br />

conocimientos demostrados por sus alumnos en los<br />

exámenes anuales públicos eran siempre reconocidos<br />

por la Junta Local de Primera Enseñanza que le<br />

concedió 28 votos de gracia (un término creado<br />

por la Administración para destacar los méritos<br />

profesionales de los docentes) en los exámenes<br />

celebrados entre el <strong>22</strong> de diciembre de 1896 y el 27<br />

de marzo de 1916. Pero su valía pronto trascendió<br />

el ámbito local. En mayo de 1897 el Ayuntamiento<br />

solicitaba a las autoridades educativas provinciales<br />

que se le concediese un premio por “los méritos que<br />

ha contraído en el ejercicio de la docencia” 2 , y la<br />

inspección apoyaba la propuesta por “las dotes de<br />

que se halla adornado este profesor y su entusiasmo<br />

por la enseñanza que se revela en el hecho de haber<br />

aumentado de una manera considerable la asistencia<br />

de niños a la escuela que dirige” 3 . En respuesta a<br />

dicha petición la Junta Provincial de Instrucción<br />

Pública, en sesión de <strong>22</strong> de septiembre de 1898,<br />

acordaba asignarle un voto de gracia, un hecho que<br />

volvería a repetirse el 4 de diciembre de 1907 con<br />

un segundo voto.<br />

El excelente nivel de conocimientos de los<br />

alumnos lo confirmaban personas ajenas a la<br />

Administración. En los últimos días de mayo de<br />

1898 la escuela pública de niños recibía la visita de<br />

una comisión de la Liga Protectora de la Educación<br />

Nacional, una asociación que concedía determinados<br />

premios a las escuelas más destacadas del país. Los<br />

asistentes pudieron comprobar<br />

los conocimientos que en todas las ramas de la<br />

enseñanza tienen sus alumnos lo que supone un<br />

2 Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla (AHUS), legajo 1434-6.<br />

3 Ídem.


<strong>Azotea</strong> 17<br />

trabajo y una práctica que honra al profesor y a sus<br />

auxiliares D. Manuel Rioja y D. Francisco García. El<br />

acto de los exámenes resultó brillantísimo y basta para<br />

demostrarlo los problemas de dificultades relativas que<br />

con pasmoso acierto resolvieron los discípulos. En<br />

geografía, gramática y escritura al dictado estuvieron<br />

a la misma altura los grupos 4 .<br />

Teniendo en cuenta el desprestigio que gozaba<br />

la escuela pública, los miembros de la comisión<br />

reconocían que “los alumnos de la Escuela de Coria<br />

más parecen serlo de profesores particulares que de<br />

escuela pública” 5 .<br />

A finales de este año el inspector D. Antonio<br />

Arocha en su visita a la escuela destacaba que ésta “se<br />

encontraba a muy buena altura de instrucción, que<br />

el material es excelente y abundante, lo cual merece<br />

alabanzas para su ilustrado maestro” 6 . Este inspector<br />

supo ver desde su primera visita a la escuela de Coria<br />

las grandes cualidades personales y profesionales de<br />

D. Manuel lo que les llevó a estrechar relaciones hasta<br />

tal punto que D. Antonio Arocha fue el padrino de<br />

su primer hijo, Eugenia, nacida en 1900. Después<br />

nacieron José Luis, Rogelio, Evelina y Manuela.<br />

No todo eran reconocimientos y alabanzas a<br />

su labor docente. La política municipal le provocó<br />

muchos sinsabores a lo largo de su vida debido a su<br />

militancia dentro de la ideología liberal y republicana,<br />

que venía de tradición familiar. Su padre se había<br />

dedicado a la política desde las filas republicanas<br />

y en la fecha de su fallecimiento, el 30 de julio de<br />

1892, ocupaba el cargo de primer teniente de alcalde<br />

y vocal de la Junta Local de Instrucción Pública. Esta<br />

tradición fue continuada por su hermano Estanislao<br />

que a finales de siglo era uno de los principales<br />

dirigentes del partido republicano, más tarde concejal<br />

y a partir de 1910 alcalde.<br />

A finales de 1901 algunas personas influyentes<br />

del pueblo de talante conservador le denunciaron,<br />

alegando que tenía abandonada la enseñanza por sus<br />

continuas faltas a clase y que la instrucción de sus<br />

alumnos era muy baja. El gobernador civil ordenó<br />

a la Junta Local que visitara la escuela e informara<br />

4 El Liberal, junio de 1898.<br />

5 Ídem.<br />

6 Archivo Municipal de Coria del Río (AMCR), legajo 524.<br />

sobre la veracidad de las acusaciones. Por ello el 9 de<br />

enero de 1902 los miembros de la misma presididos<br />

por el alcalde D. José Alfaro Blanco se presentaron<br />

en el aula y pudieron comprobar que el estado de la<br />

enseñanza era bueno y que “en lo que hace relación<br />

a la conducta y cumplimiento del maestro la Junta<br />

tiene fundamento para informar que no dejan nada<br />

que desear” 7 .<br />

Unos días más tarde recibía la visita del<br />

inspector con el mismo objeto. Acompañado de<br />

algunos miembros de la Junta comprobó, “con<br />

toda la atención y minuciosidad que el Excmo. Sr.<br />

Gobernador había encargado” 8 , que los niños tenían<br />

la instrucción correspondiente a su edad, destacando<br />

“que la conducta profesional y particular de dicho<br />

profesor no ofrece ningún acto [ir]responsable” 9 .<br />

De este modo consiguió eludir las calumnias de sus<br />

enemigos políticos, una situación que se repetiría<br />

al final de su vida con distintos resultados. Con<br />

algunos alcaldes la relación fue tensa pero él siempre<br />

se mantuvo fiel a sus ideas, dedicado plenamente a<br />

la enseñanza, por lo que nunca se le pudo acusar de<br />

abandono de la escuela.<br />

La actividad de D. Manuel Asián no se limitó a<br />

su labor docente. A finales del siglo XIX la situación<br />

económica de los maestros era angustiosa, pues<br />

seguían cobrando el mismo sueldo que la Ley de<br />

Instrucción Pública (conocida como la Ley Moyano)<br />

les había asignado en 1857. Aunque recibían una<br />

cantidad adicional en concepto de retribuciones, que<br />

variaba según los pueblos, su salario era muy bajo. A<br />

este problema se sumaba que los maestros no cobraban<br />

regularmente sino con grandes retrasos, debido a que<br />

la enseñanza primaria dependía de los municipios<br />

y éstos se encontraban de forma permanente con<br />

dificultades económicas para hacer frente a los gastos<br />

escolares. Además no había interés por la enseñanza<br />

primaria y las condiciones materiales en las que los<br />

maestros ejercían su labor eran deplorables. Por estos<br />

motivos, muchos veían evidente la necesidad de que<br />

el magisterio primario se organizase para defender<br />

sus derechos y conseguir mejorar sus condiciones<br />

laborales. Por ello, en los últimos años del siglo, se<br />

7 Ídem.<br />

8 Ídem.<br />

9 Ídem.


18<br />

<strong>Azotea</strong><br />

D. Manuel Asián, tercero por la derecha, entre los miembros de la directiva de la Asociación Nacional del<br />

Magisterio Primario en 1909.<br />

constituyeron en algunas provincias asociaciones del<br />

magisterio, entre ellas en Sevilla con la creación de<br />

la Asociación del Magisterio de Primera Enseñanza.<br />

D. Manuel comenzó a participar de manera<br />

activa en ella en los primeros años del siglo XX,<br />

implicándose cada vez más en sus actividades. Su<br />

inteligencia, capacidad de trabajo y dotes oratorias<br />

le facilitaron la entrada en la Junta directiva, así<br />

como el nombramiento en 1905 de presidente de la<br />

misma. Este cargo le supuso también formar parte<br />

de la directiva nacional como vocal y representante<br />

del distrito universitario de Sevilla. A partir de este<br />

momento desplegó una intensa actividad en defensa<br />

de los intereses del magisterio primario, no solo de<br />

Sevilla sino de toda España. Durante los años en<br />

los que permaneció en el cargo fueron constantes<br />

los viajes a Madrid para asistir a las reuniones de la<br />

Asociación y participar en los numerosos actos que<br />

ésta organizaba, en unos años en los que los medios<br />

de transporte no facilitaban los desplazamientos.<br />

Por otra parte, con mucha frecuencia se realizaban<br />

reuniones de la Junta Directiva de la Asociación<br />

Provincial presididas por D. Manuel y celebradas<br />

en su sede provincial situada en la calle Sierpes,<br />

número 13 de Sevilla.<br />

Anualmente se celebraba<br />

una asamblea general en la<br />

que se convocaba a todos los<br />

afiliados y se debatían una<br />

serie de propuestas que una<br />

vez aprobadas se llevaban a<br />

la asamblea nacional. Todas<br />

estas actividades consumían<br />

gran parte de sus energías,<br />

teniendo en cuenta que<br />

aunque existiera un grupo<br />

de personas que como junta<br />

directiva debía repartir las<br />

tareas, la realidad era que el<br />

trabajo y la responsabilidad<br />

recaían siempre sobre el<br />

presidente. Por otra parte,<br />

como en toda asociación<br />

en defensa de los intereses<br />

de un colectivo, pocos se<br />

implicaban en las acciones reivindicativas que se<br />

planteaban. Por ello no era extraño que muchas veces<br />

llegara a su ánimo el deseo de renunciar a este trabajo.<br />

En una de las sesiones celebradas hacia 1918 en la<br />

que volvía a ser elegido como presidente manifestaba<br />

que aceptaba el cargo condicionalmente pues “si<br />

los maestros no están dispuestos a imprimir mayor<br />

actividad en los asuntos de la Asociación y ser más<br />

radicales en cuanto se refiera al magisterio, dejaría tan<br />

honroso cargo” 10 .<br />

A comienzos de los años veinte el cansancio<br />

provocado por la constante actividad a que le obligaba<br />

la presidencia y su avanzada edad (tenía ya 54 años)<br />

le impulsaron a solicitar el relevo, una petición a la<br />

que se negaban sus compañeros alegando que sus<br />

cualidades, experiencia y aciertos en la gestión de la<br />

Asociación le hacían insustituible. En 1924 acordaron<br />

expresarle su gratitud a través de un acto público a lo<br />

que D. Manuel se resistió quizá por considerar que no<br />

hacía otra cosa que cumplir las tareas a que le obligaba<br />

su cargo. Finalmente, vencida su resistencia, el 19 de<br />

julio de 1925 se le tributó un homenaje en la escuela<br />

pública de niños de Coria presidido por el delegado<br />

gubernativo, en representación del Gobernador Civil,<br />

10 El Liberal, fecha sin determinar.


<strong>Azotea</strong> 19<br />

tres inspectores de primera<br />

enseñanza, el director de la<br />

Escuela Normal de Sevilla,<br />

en representación del rector<br />

de la Universidad, el alcalde<br />

de la localidad, el cura<br />

párroco y el secretario del<br />

Ayuntamiento de Sevilla.<br />

La escuela había sido<br />

engalanada al efecto y<br />

era numeroso el público<br />

asistente formado por<br />

compañeros de la provincia<br />

y muchos vecinos que<br />

querían testimoniar el<br />

afecto y cariño que le<br />

profesaban al maestro.<br />

Todos los oradores tuvieron<br />

palabras elogiosas hacia el<br />

homenajeado ensalzando<br />

su figura como maestro y<br />

se leyeron numerosas adhesiones de compañeros<br />

que no pudieron asistir al acto. Finalmente se le<br />

entregó un hermoso pergamino, dibujado por el<br />

joven pintor sevillano Alfonso Grosso, enmarcado<br />

con la siguiente inscripción: Para patentizar el<br />

afecto y gratitud que por su incansable labor profesa<br />

la Asociación del Magisterio de la Provincia de Sevilla<br />

a su dignísimo presidente D. Manuel Asián y Ruiz,<br />

acordó en su sesión de 2 de marzo de 1924 concederle<br />

el homenaje de este pergamino. El acto terminó con<br />

una comida en la sede del casino republicano y una<br />

merienda a la orilla del río. Debió ser uno de los<br />

días más hermosos de su vida pues su trabajo, tanto<br />

docente como asociativo, recibía el reconocimiento<br />

público.<br />

En los años siguientes continuó al frente de<br />

la Asociación, dirigiendo con mano firme a pesar<br />

de la edad y las dificultades que la dictadura de<br />

Primo de Rivera planteaba a las reivindicaciones<br />

del magisterio, los destinos de esta asociación de<br />

maestros sevillanos. Finalmente en 1931, cuando ya<br />

tenía 64 años, abandonaba la presidencia, un cargo<br />

que había ostentado durante veintiséis años. De este<br />

modo terminó la brillante actuación de este maestro<br />

El delegado gubernativo y el alcalde de Coria D. Carlos de Mesa sostienen el diploma que la Asociación del<br />

Magisterio Primario de Sevilla entregó a D. Manuel Asián en el homenaje que se le tributó en Coria el 19 de<br />

julio de 1925.<br />

coriano en defensa de los intereses del magisterio<br />

primario.<br />

La dedicación a las tareas asociativas suponía<br />

un enorme esfuerzo en una época en la que las<br />

condiciones laborales del magisterio público eran<br />

muy precarias. Las escuelas estaban situadas en locales<br />

inadecuados, el material era escaso, el mobiliario viejo<br />

y deteriorado, las aulas estaban atestadas de niños de<br />

diversas edades desde párvulos a adolescentes y el<br />

horario escolar era de seis horas diarias de lunes a<br />

sábado. En Coria del Río el horario era de 9 a 12 de la<br />

mañana y de 2 a 5 de la tarde, pero durante los meses<br />

de noviembre a marzo D. Manuel estaba obligado<br />

a dar dos horas más de clase a los adultos, aunque<br />

en este tiempo se reducía una hora por la tarde la<br />

enseñanza de los niños. De este modo durante cinco<br />

meses daba siete horas de clase y el resto del año seis,<br />

todos los días de la semana excepto el domingo.<br />

Sin embargo esto no era para él una excusa para<br />

que muchos domingos, aprovechando la facilidad<br />

de transporte en barco a Sevilla, acompañado<br />

por un nutrido grupo de alumnos, realizara una<br />

visita cultural a la ciudad. La organizada el 26 de


20<br />

<strong>Azotea</strong><br />

noviembre de 1916 la componían 40 alumnos que<br />

llegaban hacia las diez y media al muelle metálico<br />

del puerto de Sevilla. En primer lugar visitaron la<br />

exposición de pintura del pintor Villegas en la que el<br />

maestro aprovechó la ocasión para darles una lección<br />

de pintura. Seguidamente se trasladaron a los talleres<br />

del periódico El Liberal donde se les dio a conocer el<br />

funcionamiento de las máquinas. Almorzaron en el<br />

Parque de María Luisa donde se les unió el inspector<br />

de enseñanza primaria de la zona y por la tarde<br />

dieron un paseo por el centro de Sevilla, regresando<br />

los niños a Coria al final de la tarde.<br />

Excursiones y visitas culturales se repitieron a lo<br />

largo de la vida profesional de este ilustre maestro.<br />

La llegada de un día de descanso suponía una<br />

oportunidad para dar una lección a sus alumnos fuera<br />

de las aulas, de enseñarles de manera práctica aquello<br />

que habían estudiado en los libros y esto presentado<br />

de manera atractiva. Los niños veían en la realidad<br />

lo que antes habían conocido en la enciclopedia y lo<br />

hacían sin esfuerzo porque para ellos las salidas fuera<br />

del recinto escolar, en una época en la que muchos<br />

no conocían otra realidad que su propio pueblo,<br />

representaban una fiesta. A veces eran salidas al<br />

campo, otras visitas a los pueblos próximos, muchas a<br />

Sevilla para visitar monumentos y conocer la ciudad.<br />

La prensa local se hacía eco de estas actividades<br />

destacando el valor de estas lecciones prácticas:<br />

D. Manuel Asián Ruiz tiene por costumbre organizar<br />

en los días festivos con las distintas secciones de<br />

su clase expediciones en las cuales enseña a sus<br />

discípulos, experimental y objetivamente, muchas<br />

cosas que de otro modo no conocerían o conocerían<br />

imperfectamente, por prestarles poco relieve el libro<br />

en que los aprenden. Con el carácter de gira recreativa<br />

emprende muchos domingos la marcha, acompañado<br />

de 12 de sus alumnos y, ya en alguno de los pueblos<br />

inmediatos, ya en la capital, pasa unas cuantas horas<br />

explicando a sus discípulos, algo relacionado con los<br />

libros de texto o alguna cosa que excita sencillamente<br />

su curiosidad y deseo de saber, a fin de que adquieran<br />

conocimientos prácticos, únicos que constituyen base<br />

sólida de la educación moderna 11 .<br />

11 El Liberal, fecha sin determinar.<br />

En este caso los niños visitaron las ruinas de Itálica<br />

y al regresar a Sevilla y plantearse los niños la pregunta<br />

de cómo se hacía un periódico se trasladaron a los<br />

talleres de El Liberal.<br />

Destacaba el cronista el interés del maestro<br />

por sacar la enseñanza fuera de las aulas, en una<br />

época en la que el libro era la única fuente de<br />

aprendizaje escolar. Las salidas al campo o a la ciudad<br />

representaban un medio para desarrollar el hábito<br />

de la observación y el deseo de saber pero también<br />

para afianzar y desarrollar aquellos conocimientos<br />

que antes habían estudiado de forma memorística<br />

en los libros de texto. El objetivo de hacer una<br />

enseñanza práctica a través, entre otros medios,<br />

de las excursiones escolares constituía uno de los<br />

principios fundamentales de la pedagogía defendida<br />

por la Institución Libre de Enseñanza, creada en<br />

1876 por un grupo de profesores universitarios con<br />

la pretensión de renovar la vida nacional a través de<br />

la educación. D. Manuel debió conocer el programa<br />

de esta institución y sintonizar con algunos de sus<br />

postulados, así como con las ideas del movimiento<br />

pedagógico de la Escuela Nueva en Europa, que<br />

defendían un cambio radical en los métodos de<br />

enseñanza y hacían del respeto a la personalidad del<br />

niño el eje de la actividad escolar. Por ello a lo largo<br />

de su vida docente fue constante la preocupación<br />

por mejorar los métodos de aprendizaje y renovar la<br />

enseñanza, a pesar de las limitaciones materiales de la<br />

escuela pública.<br />

Otra actividad a la que dedicó mucho tiempo y<br />

esfuerzo fue a la organización de las Conferencias<br />

Educativas dirigidas hacia los alumnos de la Escuela<br />

de Adultos pero abiertas a toda la población, en las<br />

que tomaron parte prestigiosas personalidades de la<br />

capital. D. Manuel fue toda su vida un convencido<br />

republicano y por ello un firme partidario de<br />

formar al pueblo, de hacerle salir de la situación<br />

de ignorancia a que estaba sometido por las clases<br />

dominantes. De acuerdo con su mentalidad<br />

republicana pensaba que la elevación del nivel<br />

cultural de la población influiría en la mejora de sus<br />

condiciones materiales y que el fomento de la cultura<br />

popular era un medio fundamental para que el<br />

pueblo tomase conciencia de las causas de su miseria


<strong>Azotea</strong> 21<br />

D. Manuel, rodeado de un grupo de alumnos, en el patio de “la escuela de balde”, hacia 1917.<br />

y luchase contra ellas, no dejándose arrastrar por los<br />

manejos del caciquismo. Siempre tuvo muy claro que<br />

la escuela debía actuar como foco de cultura hacia<br />

toda la población y especialmente hacia las clases<br />

sociales más desfavorecidas. Por ello las conferencias<br />

representaban un medio para divulgar conocimientos<br />

y elevar el nivel cultural de una población con unos<br />

niveles de analfabetismo muy altos.<br />

Ya desde principios de siglo algunas personalidades<br />

relevantes visitaron la escuela de Coria. Pero hacia<br />

1912 pretendió darles un carácter más formal para<br />

que se pudieran celebrar todos los años. Para ello las<br />

dotó de un reglamento en el cual se hacía hincapié en<br />

la necesidad de exponer los conocimientos de manera<br />

clara y sencilla “sin hacer galas oratorias y poniéndose<br />

al alcance de las inteligencias de los alumnos”. Entre<br />

los oradores locales se encontraban el cura párroco,<br />

el médico, jóvenes estudiantes y el propio maestro.<br />

También asistieron algunos invitados de Sevilla como<br />

el entonces estudiante de medicina y posteriormente<br />

destacado médico D. José Mª Romero Martínez y el<br />

erudito D. Alejandro Guichot, que el 11 de febrero<br />

de 1915 pronunció una conferencia muy celebrada,<br />

editada posteriormente por el Ayuntamiento, titulada<br />

“Cosas que distinguen a Coria del Río en la provincia<br />

y cosas de pedagogía social para los escolares”.<br />

Tras un intervalo de<br />

varios años las conferencias<br />

se reanudaron en la segunda<br />

mitad de la década de los<br />

años veinte, con mayor<br />

brillantez que en la primera<br />

etapa. En este momento<br />

estuvieron organizadas por<br />

una Comisión en la que D.<br />

Manuel era un miembro<br />

destacado. Intervinieron<br />

numerosas personalidades<br />

de la vida política y cultural<br />

de Sevilla (en un momento<br />

de gran efervescencia<br />

cultural en la vida nacional)<br />

como políticos, inspectores<br />

de enseñanza, médicos y<br />

profesores de instituto.<br />

Muchos de ellos, de ideas<br />

liberales, serían asesinados en la represión desatada<br />

en Sevilla por el general Queipo de Llano en los<br />

primeros meses de la guerra civil.<br />

Su interés por divulgar la cultura entre<br />

sus convecinos le llevó a crear una biblioteca<br />

popular, dotándola de numerosos libros a través<br />

de las donaciones de particulares y subvenciones<br />

municipales. El origen de esta biblioteca se encuentra<br />

a finales de 1906 cuando el entonces ministro<br />

de Instrucción Pública D. Pedro Rodríguez de<br />

la Borbolla donó al Ayuntamiento coriano una<br />

colección de libros con objeto de formar una<br />

biblioteca. Para dirigirla fue nombrado D. Manuel<br />

Asián que, al hacerse cargo de los libros, comprobó<br />

que la mayoría no tenían ninguna utilidad pues se<br />

referían a estadísticas, códigos y leyes muchos de<br />

ellos ya sin valor. Daba la impresión de que eran<br />

publicaciones que ocupaban espacio en el Ministerio<br />

y no se sabía que hacer con ellas.<br />

Sin embargo, este inconveniente no le desanimó.<br />

Se había hecho a la idea de organizar una biblioteca<br />

y ésta tenía que salir adelante. Para ello escribió una<br />

carta a muchos vecinos de la localidad y a todas sus<br />

amistades de los pueblos de alrededor y de Sevilla,<br />

que eran muchas, pidiéndoles por lo menos un libro


<strong>22</strong><br />

<strong>Azotea</strong><br />

Los alumnos de la escuela pública de niños con sus profesores en el patio de la escuela el 26 de enero de 1931. A la izquierda D. Manuel Asián y D.<br />

Gregorio Sosa, a la derecha D. Julio Grosso.<br />

para formar una biblioteca popular. La respuesta fue<br />

unánime y a principios de 1908 había 320 volúmenes<br />

que se prestaban a alumnos y padres, facilitando de<br />

este modo el acceso a la lectura en un pueblo donde<br />

el nivel cultural de la población necesitaba estímulos<br />

como éste.<br />

A partir de 1908 se encargó de la Depositaría de<br />

los fondos del pósito, cuya tarea consistía en llevar<br />

el control de los ingresos y gastos por el carácter<br />

de depósito de grano que tenía esta institución. Su<br />

trabajo y honradez consiguieron triplicar sus fondos<br />

pero también le ocasionaron numerosos problemas<br />

motivados fundamentalmente por el deseo de las<br />

autoridades municipales de controlar los recursos de<br />

este organismo. En abril de 1918 denunciaba esta<br />

situación a instancias administrativas superiores lo que<br />

provocó su destitución fulminante como depositario<br />

y la amenaza de destitución como maestro de la<br />

localidad, acusándole de no atender a la escuela “con<br />

el esmero y la puntualidad debida” 12 , una acusación<br />

que una y otra vez le hacían sus enemigos.<br />

12 AMCR, Actas Capitulares, Libro 9.<br />

En 1912, cuando llevaba veinte años en la<br />

escuela pública de niños, su entrega a la enseñanza<br />

y sus excelentes cualidades como maestro fueron<br />

reconocidas oficialmente con el nombramiento, el<br />

12 de febrero, como Caballero de la Orden Civil de<br />

Alfonso XII, una institución creada con la finalidad<br />

de premiar los méritos contraídos en el campo de la<br />

educación, la cultura, la docencia y la investigación:<br />

una muestra más del reconocimiento que a lo largo<br />

de estos años venía recibiendo por parte de los padres,<br />

Junta local de Primera Enseñanza y autoridades<br />

educativas de la provincia.<br />

Sus méritos profesionales eran destacados todos<br />

los años cuando el inspector, tras su visita a la escuela,<br />

le concedía un voto de gracia, al comprobar el alto<br />

nivel de conocimientos que tenían sus alumnos y la<br />

organización, orden y ambiente de trabajo que existían<br />

en la clase. Así ocurrió durante los años 1919, 1920,<br />

1921, 1923, 1924, 1925, 1926, 1927, 1928, 1929,<br />

1931 y 1932. Pocos maestros podían presumir de tener<br />

tantas distinciones. En el informe que D. Ruperto<br />

Escobar, inspector jefe de Primera Enseñanza, redactó<br />

tras su visita a la escuela el 15 de febrero de 1934


<strong>Azotea</strong> 23<br />

señalaba que D. Manuel<br />

Asián Ruiz poseía una de las<br />

mejores hojas de servicios<br />

de los Maestros Españoles,<br />

pues en su ya larga vida<br />

profesional alcanzó muchas<br />

y las más altas recompensas<br />

de la Superioridad, y de sus<br />

compañeros de la provincia<br />

los cargos societarios<br />

de más importancia,<br />

responsabilidad y<br />

delicadeza. El que suscribe<br />

se honra hoy rindiendo a<br />

tan prestigioso profesor el<br />

tributo de elogio, respeto<br />

y cariño que merece por su<br />

historial profesional de más<br />

de cuarenta años 13 .<br />

No fueron estos, con ser<br />

muchos, sus únicos méritos. Todos los años cuando<br />

comenzaban las vacaciones se trasladaba con su<br />

familia a Chipiona, donde pasaba parte del verano. El<br />

19 de agosto de 1914 cuando se encontraba paseando<br />

a la orilla del mar escuchó los gritos de auxilio de una<br />

joven. Sin dudarlo se lanzó al agua y con peligro de<br />

su propia vida consiguió rescatarla. Por este acto de<br />

heroísmo se le concedió la Cruz de Beneficencia de<br />

Primera clase con distintivo negro y blanco.<br />

Sus alumnos recuerdan su aspecto imponente<br />

(pues era alto y fuerte) y su gesto serio y lo califican<br />

de buen maestro y buena persona. Nunca pegaba,<br />

aunque los golpes constituían una práctica habitual<br />

en la escuela de su tiempo, limitándose a castigar<br />

cuando los niños no hacían las tareas o cometían<br />

alguna travesura. Sin embargo muchas veces no tenía<br />

necesidad. Su gesto severo imponía respeto a sus<br />

alumnos, aunque fuera de la escuela era una persona<br />

muy simpática, con mucho sentido del humor. Tenía<br />

una fuerte personalidad que atraía. Sus alumnos le<br />

respetaban pero también le querían porque percibían<br />

que D. Manuel amaba su profesión hasta el punto de<br />

sacrificar su ocio y su familia a la enseñanza porque la<br />

escuela constituía su vida. En el ámbito familiar era<br />

13 Archivo General de la Administración (AGA), caja 32/12934, expediente de<br />

depuración <strong>nº</strong> 362-8.<br />

Grupo de mujeres dedicadas al cultivo de la seda en el patio de la escuela de niños el 4 de abril de 1926, tras<br />

recibir la semilla que distribuyó el delegado del Estado junto con los premios a la laboriosidad. A la derecha<br />

D. Manuel Asián como presidente del gremio de sederos.<br />

muy cariñoso, todos le adoraban y sus hijos sentían<br />

pasión y admiración por su padre.<br />

La intensa actividad desplegada por este ilustre<br />

coriano no se limitó al ámbito pedagógico. Su<br />

compromiso con las clases populares y su deseo de<br />

mejorar sus difíciles condiciones de vida le llevaron,<br />

en los primeros años de la década de los veinte, a<br />

dedicarse al fomento de una actividad económica<br />

que gozaba de gran auge entre las personas de pocos<br />

recursos económicos: la cría y explotación del gusano<br />

de seda, un trabajo realizado generalmente por<br />

mujeres que de este modo ayudaban a la economía<br />

familiar con un ingreso adicional. En esos momentos<br />

constituía una actividad muy rentable que ocupaba<br />

a muchas personas en los pueblos de Andalucía<br />

y que se intentó fomentar desde el Ministerio de<br />

Instrucción Pública. Por ejemplo, una Orden de la<br />

Dirección General de Primera Enseñanza de abril<br />

de 1927 disponía que para implantar en las escuelas<br />

nacionales la enseñanza de la sericicultura remitieran<br />

los inspectores una relación de 10 maestros y 10<br />

maestras de cada provincia que, “disponiendo de<br />

hojas de morera y local obrador estén dispuestos a<br />

establecer esta enseñanza”.


24<br />

<strong>Azotea</strong><br />

podamos precisar el alcance que tuvo su enseñanza.<br />

Su interés en perfeccionarse en esta materia, a pesar<br />

de que tenía ya 60 años y una salud precaria, le llevó<br />

a participar en diversas actividades organizadas por la<br />

Administración, como el Curso de perfeccionamiento<br />

celebrado en Murcia del 4 al 7 de mayo de 1927.<br />

No dejó de participar tampoco en la política activa<br />

formando parte de la nueva Corporación Municipal<br />

presidida por D. Manuel Gutiérrez Palma, como<br />

primer teniente de alcalde, desde el 1 de abril de<br />

1930. Sin embargo, su labor como concejal fue escasa<br />

pues los problemas de salud le obligaron a solicitar<br />

varias licencias y a la larga la dimisión de su cargo en<br />

febrero del año siguiente.<br />

D. Manuel en los últimos años de su vida. En su firme mirada aún se<br />

percibe energía y vitalidad.<br />

Para fomentar y extender este cultivo, el 1 de<br />

diciembre de 1924 se reunieron en Coria veintitrés<br />

vecinos dedicados a esta actividad y constituyeron<br />

una asociación denominada el Gremio de Sederos.<br />

Eligieron una junta directiva en la cual fue nombrado<br />

presidente D. Manuel Asián y en la que colaboraron<br />

sus compañeros D. Gregorio Sosa Aroca y D. Hipólito<br />

Lobato Palacios. Bajo su dirección el Gremio desplegó<br />

una intensa actividad, con la adquisición de semillas<br />

de otros lugares, el establecimiento de premios a<br />

los mejores rendimientos, la ayuda a los socios más<br />

pobres y la gestión en la venta de los capullos con<br />

el objetivo de conseguir mejores precios 14 . También<br />

se creó una Escuela práctica de sericicultura bajo el<br />

patronato del secretario del Ayuntamiento D. Juan<br />

Rodríguez Mateo y la dirección de D. Manuel Asián<br />

que se mantuvo activa durante varios años, sin que<br />

14 RODRÍGUEZ CÁRDENAS, M.: “Alfabetización y difusión de la cultura en<br />

el municipio de Coria del Río: El Centro Popular Instructivo (1927-1936)” en<br />

<strong>Azotea</strong>. <strong>Revista</strong> de Cultura del Ayuntamiento de Coria del Río, <strong>nº</strong> 16, 1987, pp.<br />

61-62. La prensa de la época recoge en diversas fechas información gráfica sobre el<br />

reparto de premios y la entrega de semillas e incubadoras.<br />

La llegada de la República fue acogida con<br />

entusiasmo por este veterano maestro y la ilusión por<br />

un cambio en la vida nacional y local le dio nuevas<br />

energías para colaborar en los proyectos que se<br />

pusieron en marcha, aunque de manera limitada pues<br />

la edad y su delicada salud condicionaban su vida. De<br />

este modo participó en la organización de la Cantina<br />

escolar y colaboró económicamente encabezando la<br />

lista de los donativos que se entregaron para hacer<br />

posible este proyecto. También fue miembro, como<br />

tesorero, de la junta directiva de la institución<br />

benéfica Amigos del Niño. En cuanto a las colonias<br />

escolares que el ayuntamiento organizó a partir de<br />

1934 participó en su preparación y acompañó a los<br />

escolares en su estancia en la playa de Chipiona,<br />

aprovechando que era su lugar de veraneo durante el<br />

mes de agosto.<br />

Toda su vida vivió en la casa que el municipio<br />

tenía destinada a la vivienda del maestro en la calle<br />

Larga, lindante con El Corral del Pitero por su derecha<br />

y con la vivienda de la maestra por la izquierda;<br />

trasladándose en 1936 a una casa que mandó construir<br />

frente a su domicilio, al lado de la escuela. Pero poco<br />

tiempo pudo disfrutar de ella. El 18 de julio estallaba<br />

la sublevación militar y las nuevas autoridades<br />

vieron con recelo a este veterano maestro a causa de<br />

sus ideas republicanas, su militancia en el Partido<br />

Republicano Radical y su indiferencia religiosa. Éstos<br />

fueron motivos suficientes para que el 3 de octubre<br />

fuera separado de la enseñanza y dejara de percibir


<strong>Azotea</strong> 25<br />

su sueldo de maestro. Sin embargo el prestigio de<br />

D. Manuel era enorme entre el magisterio público<br />

por lo que el 1 de diciembre se le reponía de manera<br />

provisional en su cargo.<br />

Meses más tarde, la Comisión Depuradora,<br />

constituida para analizar los informes que las<br />

autoridades locales redactaban de cada uno de<br />

los maestros de la localidad, le acusaba entre otros<br />

cargos de “faltar frecuentemente a la escuela y tener<br />

la enseñanza abandonada” 15 . Esta acusación le afectó<br />

enormemente y le provocó un empeoramiento de su<br />

salud, ya muy afectada por la edad y más de 44 años de<br />

trabajo docente. En su escrito de alegaciones señalaba<br />

la incoherencia del cargo del que se le acusaba: “Varios<br />

expedientes se han instruido para mí, pero siempre<br />

para premiar mis desvelos por la enseñanza…” 16 y<br />

destacaba que después de tantos años de servicio y<br />

cuando estaba en trámite su expediente de jubilación<br />

forzosa por cumplir la edad reglamentaria de 70 años<br />

se veía acusado por primera vez en su vida. El escrito<br />

terminaba con un emotivo ruego: “confío [que el<br />

fallo de la Comisión Depuradora] no amargará los<br />

70 días que le quedan de servicios a este anciano” 17 .<br />

Pero los defensores del Nuevo Orden no tuvieron<br />

en cuenta los extraordinarios méritos de este maestro<br />

ni los escasos días que le faltaban para su jubilación.<br />

Al contrario, la Comisión Depuradora se dio prisa<br />

para decidir su castigo antes de que abandonara<br />

definitivamente la escuela. Así el 27 de junio de<br />

1937, veinte días antes de su jubilación forzosa, se le<br />

sancionaba con “la jubilación inmediata y privación<br />

de toda función docente en Coria del Río” 18 . Era el<br />

golpe de muerte que el rencor y el odio, instalados en<br />

la vida local, daban a este insigne maestro.<br />

por los derechos del magisterio, querido por los<br />

alumnos y respetado y admirado por sus vecinos. Su<br />

entrega a la profesión docente durante 45 años y los<br />

valores que transmitió a varias generaciones dejaron<br />

una profunda huella en la sociedad coriana. ¿No<br />

merece ser recordado este gran maestro, que dedicó<br />

toda su vida a la enseñanza en el pueblo que le vio<br />

nacer y trabajó incansablemente por mejorar la vida<br />

de sus habitantes?<br />

FUENTES DOCUMENTALES<br />

1. Archivo histórico de la Universidad de Sevilla: Legajos <strong>nº</strong><br />

1.434, 1.450, 1.850, 1.851 y 512. Expediente académico,<br />

E. N. 37-9.<br />

2. Archivo General de la Administración. Alcalá de Henares<br />

(Madrid): Expediente de depuración de maestros, caja<br />

32/12934, <strong>nº</strong> 362-8.<br />

3. Archivo Municipal de Coria del Río: Actas Capitulares<br />

(1900-1936). Libros de Registro de Entradas (1900-1936).<br />

Libros de Registros de Salidas (1900-1936).<br />

4. Prensa provincial: El Liberal y La Unión.<br />

A la saña con que sus enemigos le persiguieron<br />

al final de su vida se añadió a lo largo de los años<br />

el olvido, como consecuencia de sus ideas políticas,<br />

sin tener en cuenta su extraordinaria labor como<br />

maestro. Por ello su figura debe ser hoy día recordada<br />

porque D. Manuel Asían fue un ejemplo de docente<br />

comprometido con su profesión, luchador incansable<br />

15 AGA, caja 32/12934, expediente <strong>nº</strong> 362-8.<br />

16 Ídem<br />

17 Ídem.<br />

18 Ídem.


<strong>Azotea</strong> 27<br />

JOSÉ SÁNCHEZ VIDAL (1872-1936) EN EL AVISPERO<br />

POLÍTICO DE LA SEGUNDA REPÚBLICA<br />

“[…] un avispero con mucho alboroto de avispas<br />

que había que meter en orden […] tenían a la<br />

provincia en llamas y al Gobierno en ascuas”.<br />

Santiago Casares Quiroga 1<br />

Matías Rodríguez Cárdenas<br />

Las personas son recordadas por familiares y<br />

extraños con diferentes y repetidos motivos.<br />

José Sánchez Vidal, fue alcalde republicano<br />

del municipio ribereño de Coria del Río,<br />

durante los años 1932 y 1936. Hoy no queda recuerdo<br />

de él. Era el alcalde número catorce en treinta y seis<br />

años de un siglo tormentoso 2 . ¿Cuántos de ellos –nos<br />

preguntamos- son recordados en la negra espalda del<br />

tiempo? Pocos, sin duda, lo serán más por su muerte<br />

que por su vida. Retenidos en su amarga despedida,<br />

cruelmente señalados, esperando primaveras sin odio<br />

y voces tardíamente liberadas.<br />

Un día de septiembre de 1936, a las dos de la<br />

madrugada, José Sánchez Vidal, con 64 años de edad,<br />

fue detenido en su casa, después de un exhaustivo<br />

registro, en presencia de su mujer, su hija, su nieto<br />

y su yerno, por un falangista y un militar, conocidos<br />

del pueblo. También se llevaron a su hijo Manuel, de<br />

veinticuatro años. Estuvieron arrestados en la cárcel<br />

de Coria durante quince días y fueron trasladados<br />

al barco prisión Cabo Carboeiro, siendo ambos<br />

fusilados junto a la tapia del cementerio de Sevilla 3 .<br />

Pudo haber sido este su triste destino, marcado<br />

con dolor y sangre, porque fue el desenlace trágico<br />

para más de un centenar de vecinos corianos,<br />

jornaleros en su mayoría, gente humilde: el terror<br />

nocturno, la humillación social, la tortura carcelaria<br />

1 En mayo de 1936, el presidente del Gobierno, Casares Quiroga, nombró gobernador<br />

civil de Sevilla a Varela Rendueles. Le describió la capital andaluza como un avispero por<br />

su conflictividad social. [Valera Rendueles, José María: Rebelión en Sevilla. Memorias<br />

de su Gobernador rebelde. Ayuntamiento de Sevilla, 1982. P. 21].<br />

2 Anexo 3: Alcaldes del municipio de Coria del Río (1900-1936).<br />

3 Versión oral errónea recogida en “José Sánchez Vidal. “Vidalito” Alcalde Republicano<br />

de Coria del Río”. Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de la II<br />

República, la Guerra y Posguerra Civil Española en Coria del Río (Sevilla) número 4,<br />

diciembre 2005.<br />

José Sánchez Vidal durante su juventud, con bigote a la antigua<br />

usanza, hacia 1895. [Fotografía pintada en 1975. Generosa<br />

aportación de su biznieta Ana Ríos Rioja, de Isla Mayor].<br />

y el desamparo ante la vida y la muerte. Pero a José<br />

Sánchez Vidal no le ocurrió lo que hemos contado, él<br />

no murió así, sus últimos días –apenas documentados<br />

por la burocracia carcelaria-, fueron muy diferentes,<br />

aunque no exentos del mismo dramatismo. El paso<br />

apresurado del tiempo y un angustioso vacío en<br />

nuestra memoria sembraron, con toda naturalidad,<br />

versiones equivocadas, testimonios desmadejados,<br />

desequilibrios falsamente compensados.<br />

Actualmente nadie lo retiene con claridad en<br />

la memoria, ni sus descendientes. Mencionar su<br />

nombre, preguntar por él, señalarlo con curiosidad,<br />

pena o nostalgia siempre fue tabú. El recuerdo<br />

increíble y singular de un barbero corriente, con


28<br />

<strong>Azotea</strong><br />

ideas solidarias, que llegó a ser considerado como el<br />

“alcalde de los pobres”, se desvaneció con una extraña<br />

y desacostumbrada rapidez. Su gesta asombrosa se<br />

precipitó violentamente en el más oculto e inmerecido<br />

de los olvidos, unida al dolor y al miedo que su muerte<br />

despertaba y que su nombre traía. Las generaciones<br />

destinadas a perpetuarlo pudieron desescombrar<br />

un mundo atroz encubierto –recuperarlo en todo<br />

su ejemplo–, pero no lo hicieron. Ahora la sombra<br />

de su ausencia se colma de vacíos y de supuestos,<br />

de respuestas presentidas, de certezas sin confirmar.<br />

Aunque, por fortuna, en esta enorme hoguera hecha<br />

de interpretaciones y conjeturas vecinales o familiares,<br />

no cayó una parte importante del registro civil o del<br />

archivo municipal, ajenos al transcurso del tiempo y<br />

a la fragilidad de nuestra memoria.<br />

José Sánchez Vidal vino al mundo un martes 17<br />

de diciembre de 1872 (año bisiesto) -a las cuatro de<br />

la madrugada-, en una modesta vivienda de la calle<br />

Altozano número diez. Ese mismo día, al atardecer,<br />

su padre, José Sánchez Parrado, lo inscribió en el libro<br />

de nacimientos con su mismo nombre. Hacía once<br />

meses que la familia había enterrado a su única hija,<br />

Catalina, de cinco años de edad, como consecuencia<br />

de una congestión cerebral. De la familia paterna,<br />

formada por Francisca Parrado Martínez, su abuela,<br />

y Joaquín Sánchez Palma -entonces difunto-, iba a<br />

heredar el esforzado y cruel sobrevivir del jornalerismo<br />

andaluz. Por su madre, Josefa Vidal Martínez,<br />

recibiría el legado de una misteriosa relación<br />

matrimonial entre su abuela, Catalina Martínez y un<br />

aventurero santanderino, forjado en tierras de Cuba<br />

y Argentina, del que sólo trascendió el exotismo de su<br />

apellido Vidal 4 . Pero a la temprana edad de tener que<br />

definir su destino laboral, Sánchez Vidal se desligó<br />

de su concluyente procedencia jornalera y asumió el<br />

oficio de barbero.<br />

Fue conocido popularmente con el sobrenombre<br />

cordial y recurrente de Vidalito. Su nieta Carmen, que<br />

en 1936 tenía siete años, nos lo describe como una<br />

persona de cierta envergadura, corpulento, más bien<br />

4 En el libro de defunciones del Registro Civil, iniciado a partir de 1871, únicamente<br />

hemos encontrado un posible familiar, anterior a nuestro protagonista, Antonio Vidal<br />

Villegas (1863-1888), fallecido a los 25 años de tuberculosis pulmonar, soltero, del<br />

campo y residente en calle Gravina número 32. Era hijo de Francisco Vidal y María<br />

Villegas Estévez. [Anexos 1 y 2: Acta de nacimiento de José Sánchez Vidal e itinerario<br />

genealógico].<br />

alto 5 , moreno de piel y con ojos oscuros. “Siempre<br />

estuvo bien mirado” –confiesa con emoción. Su<br />

pequeño negocio tuvo un emplazamiento urbano<br />

privilegiado en la esquina de las calles Cervantes<br />

(Larga) y Pizarro (La Laguna), importante cruce<br />

de caminos con un espectacular incremento de<br />

tráfico rodado –vehículos y maquinaria– a partir<br />

de la colonización de la Isla Mayor en 1926. Estaba<br />

próximo al casino republicano de La Fraternidad<br />

(1921) y frente a una placita en forma de herradura<br />

con bancos de ladrillo –el paseo primitivo–, junto al<br />

bar Mariano donde se exhibían los festejados cuadros<br />

del célebre pintor local, Juan Suárez, destacando un<br />

retrato de Alcalá Zamora. También emergió en aquel<br />

lugar un transformador eléctrico gigantesco.<br />

Aunque la competencia era importante en<br />

este sector laboral, registrándose alrededor de una<br />

cuarentena de barberos durante la República 6 , la<br />

barbería de Vidalito estuvo frecuentada a diario<br />

por una clientela fiel y variada que comprendía<br />

todos los estratos sociales, desde braceros y vecinos<br />

desheredados a comerciantes, propietarios campesinos<br />

y ganaderos del entorno. El afeitado y corte de pelo<br />

-incluso la extracción dental- exigían entonces de la<br />

población adulta masculina una asistencia semanal e<br />

inexcusable a estos lugares de reunión, propiciados<br />

por la espera y convertidos en pequeños reductos<br />

culturales de opinión, divulgación y controversia.<br />

Al cumplir veinte años, Sánchez Vidal alegó en<br />

el acto de clasificación y declaración como quinto<br />

del reemplazo de 1891, para ser declarado exento<br />

del servicio militar activo, que era “hijo único de<br />

padre pobre y quebrado” 7 . Este daño irreparable en<br />

su progenitor, de sesenta años de edad, causado por<br />

unos esfuerzos excesivos como jornalero agrícola, y<br />

su reconocido estado de pobreza, hicieron posible<br />

la apertura de un expediente donde descubrimos,<br />

gracias al testimonio bajo juramento de tres vecinos<br />

y a un informe acreditativo del párroco de la villa,<br />

que el mozo José Sánchez Vidal fue considerado hijo<br />

único para los efectos, a pesar de tener un hermano,<br />

llamado Manuel (1857), quince años mayor, zapatero<br />

5 Según una estadística de 1942, el coriano medio tenía una talla de 1’60 m y pesaba<br />

68 kg. [AMCR. Salida: 21 de abril de 1942. Ministerio de Industria y Comercio.<br />

Comisaría General de Abastecimientos y Transportes].<br />

6 Anexo 8: Vecinos con el oficio de barbero durante la segunda República.<br />

7 AMCR. Expedientes de Quintas: años 1890-1895. Número 570.


<strong>Azotea</strong> 29<br />

Barbería de Vidalito. Esquina de las calles Cervantes (Larga) y Pizarro (La Laguna). Local propiedad de José Gutiérrez Ruiz (a) Naranjita. Año 1910.<br />

[Compañía Sevillana de Electricidad, cien años de historia. Sevilla, 1994].<br />

de oficio y que contrajo matrimonio en 1881 con<br />

Isabel Blanco Mejías, cuando él sólo contaba nueve<br />

años de edad. Pero del primogénito de la familia no<br />

se supo nada más y con toda seguridad trasladó su<br />

residencia fuera de la localidad. También quedaba<br />

demostrado que aunque su padre fuera poseedor de<br />

una tercera parte de la casa en calle Altozano número<br />

diez [valorada su porción de la vivienda en 130<br />

pesetas], no resultaba suficiente para su subsistencia y<br />

que Sánchez Vidal, con su oficio de barbero, atendía<br />

a las necesidades de toda la familia.<br />

Cuatro años más tarde, un 27 de mayo de<br />

1895, contrajo matrimonio, a la edad de veintitrés<br />

años y siendo vecino de la calle Gravina número 6,<br />

lindante con la vivienda paterna. Su mujer, Carmen<br />

Ruiz Suárez, había nacido el 18 de septiembre de<br />

1872. Apenas cuatro meses les separaban, aunque<br />

constara erróneamente con veinte años en el libro<br />

de matrimonios. Era hija de padre agricultor, natural<br />

de Umbrete, y de madre coriana con importante<br />

linaje familiar 8 , que habían establecido su residencia<br />

8 Rosario Suárez de la Mora (1848-1913), madre de Carmen, era la menor de seis<br />

hermanos. El mayor, Manuel, había sido alcalde de Coria del Río en 1869 y el tercero,<br />

José, juez municipal (1890-1891). Su abuelo, José de la Mora Riaño era originario de<br />

Santander y su abuela, Mari Carmen Guerrero, de Umbrete.<br />

en la calle San Juan. Los diez primeros años de<br />

matrimonio estuvieron ensombrecidos por cuatro<br />

sucesos luctuosos. El primer hijo varón, José, murió<br />

con algo más de un año por “enteritis crónica”,<br />

una enfermedad intestinal propia en estos tiempos<br />

de escasez y desnutrición. Cinco años después, en<br />

1901, fallecían la madre de Sánchez Vidal, con 64<br />

años, de una afección cardiaca; su segundo hijo<br />

varón, también de nombre José (el nombre empezó<br />

a ser considerado una maldición para la familia), a la<br />

edad de dos años, con complicaciones pulmonares;<br />

y su padre, que contaba 75 años en 1906, por una<br />

“laringitis tuberculosa”.<br />

El matrimonio de Sánchez Vidal se prolongó<br />

por espacio de veinticuatro años, al final de los<br />

cuales, su mujer dejaba de existir afectada por una<br />

“tuberculosis pulmonar crónica”, enfermedad que<br />

había alcanzado anteriormente a dos de sus hermanas<br />

y que hizo estragos en todo el municipio. Ocurrió<br />

la tarde del domingo 23 de febrero de 1919 y<br />

ambos contaban 47 años, aunque en el registro de<br />

defunciones figurara ella, también erróneamente, con<br />

sólo cuarenta. Dejaba esposo y cinco hijos: Rosario<br />

(1898), José (1903), Josefa (1906), Carmen (1908) y


30<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Acto reivindicativo del Partido Republicano a principios del siglo XX. José Sánchez Vidal, con bigote, junto al mástil de la bandera republicana y<br />

mostrando la portada del periódico El País (Madrid, 1887-1921; diario republicano progresista, popular y anticlerical).<br />

Manuel (1913) 9 . Por aquel entonces, su hija mayor,<br />

Rosario Sánchez Ruiz, de veintiún años y casada con<br />

Manuel Rioja Suárez, un humilde marinero del río 10 ,<br />

asumió las responsabilidades familiares de su madre,<br />

desde la vivienda aneja a la del padre. Un año después<br />

de la terrible pérdida vino al mundo la primera nieta<br />

de Sánchez Vidal [Carmen Rioja Sánchez, 1920].<br />

Tendría 17 nietos.<br />

Sánchez Vidal había nacido a las puertas de la<br />

primera República (11 de febrero de 1873-29 de<br />

diciembre de 1874), cincuenta y seis días antes de su<br />

proclamación. Este primer intento de régimen liberal<br />

en España fue efímero y acabó cuando cumplió los dos<br />

años de edad. Aunque el fuerte arraigo popular en el<br />

municipio empezó a marcarle un camino ideológico<br />

del que nunca se separará. El republicanismo, en la<br />

clandestinidad o como verdad legítima y universal<br />

del pueblo pobre y oprimido, se convirtió para él en<br />

9 Anexo 2: Itinerario genealógico de José Sánchez Vidal (1812-1936).<br />

10 La familia Rioja que recibió el apodo de “Canana” (término relacionado con la caza),<br />

desahogó la dureza e incertidumbre de la vida en el río con unas coplillas de las que<br />

permaneció esta estrofa: “El barquito de Rioja/tan sólo tiene una pega,/que ni se sabe<br />

cuando sale/ni se sabe cuando llega.<br />

forma de vida y predicamento. Pero, ¿cómo pudo<br />

llegar a ser primer regidor de esta población el hijo<br />

de un desamparado jornalero del campo, si desde<br />

antaño las corporaciones municipales habían sido<br />

administradas por los mayores contribuyentes del<br />

municipio? Estos poderosos hacendados agrarios,<br />

ganaderos y comerciantes, se turnaron en el poder<br />

local, perpetuando el clientelismo de un sistema<br />

caciquil corrupto, con unos círculos sociales<br />

restringidos y una estricta política matrimonial<br />

(Suárez, Cordero, Pérez, Jiménez, Campos…).<br />

Un sistema económico, político y social<br />

entorpecido por la injerencia municipal, desde<br />

finales del siglo XIX, de algunos vecinos reformistas,<br />

procedentes del comercio o la administración<br />

pública 11 . Sánchez Vidal estuvo presente en este<br />

11 Desde 1892, los republicanos corianos rivalizaron con los partidos conservador<br />

y liberal, para integrarse en el ayuntamiento y mejorar su administración. Estaban<br />

liderados por Fernando Asián Ruiz (comerciante) y sus hermanos, Estanislao y<br />

Manuel, ambos maestros nacionales [Fernando Asián Iñigo, padre de ellos, fue alcalde<br />

anteriormente (1889)]. Recibieron el importante apoyo político del periodista y difusor<br />

evangélico, José Marcial Dorado, diputado en las Cortes republicanas de 1931. En<br />

1904 fue creada con gran entusiasmo la Juventud republicana local que instruirá y<br />

aleccionará a los futuros componentes del republicanismo reformista.


<strong>Azotea</strong> 31<br />

republicanismo embrionario de clase media, discreto<br />

y prudente, que se proponía la transformación de<br />

un país tradicional y retrógrado 12 , pero que nunca<br />

consiguió aglutinar a los sectores sociales proletarios,<br />

mantenidos en un ambiente inalterable de desempleo,<br />

miseria endémica y privación de derechos 13 . Aunque<br />

su militancia se enmarcó en otro republicanismo<br />

de base, alejado de cualquier prerrogativa social<br />

y amparado en la fuerza solidaria del anonimato,<br />

sólo representado por un vecindario hambriento, al<br />

cual era capaz de socorrer –según cuentan de él–,<br />

despojándose de sus ínfimas pertenencias y llamando<br />

a la puerta de los acomodados patronos.<br />

Así como desconocemos toda actividad social<br />

relevante desde su juventud hasta los albores de<br />

la segunda República, tampoco encontramos<br />

su nombre relacionado con círculos políticos,<br />

ocupaciones culturales o asociaciones formativas que<br />

empezaron a trascender públicamente y a prodigarse<br />

en la última etapa de la dictadura de Primo de<br />

Rivera 14 . Únicamente advertimos su presencia en una<br />

sesión capitular (20 de febrero de 1924) del alcalde<br />

primorriverista Carlos de Mesa, nombrándolo, junto<br />

a Juan Márquez González (1869-1936), informante<br />

“en los expedientes de alegaciones morales” de los<br />

reclutas en dicho reemplazo. Una fraternal labor de<br />

mediación y asesoramiento sobre jóvenes iletrados y<br />

con muy escasos recursos que nos devuelve la imagen<br />

de un Sánchez Vidal instruido y diestro en el manejo<br />

burocrático. En 1928, a la edad de 56 años, volvemos<br />

a descubrir su rastro en la sociedad deportiva Coria<br />

FC (1923), donde aparece como uno de los 83 socios<br />

numerarios que impulsan una importante afición<br />

12 En 1904, con 32 años, su nombre aparece entre los asistentes al homenaje en honor<br />

del diputado electo Montes Sierra, junto a los republicanos corianos de mayor arraigo:<br />

Manuel Alfaro Parra, Manuel Ufano Cordero, Felipe y José Pacheco Mejías, Antonio<br />

Rodríguez, Francisco García, Manuel San Román, José Cobano... [El Liberal: lunes 16<br />

de octubre 1905. En Coria del Río: Banquete republicano].<br />

13 Desde el periódico local El Coriano los republicanos animaron a los obreros<br />

para integrarse en su círculo político y afrontar unidos las injusticias laborales de<br />

los patronos. “Uníos, asociaos, pues. Tenéis ahí un casino republicano donde todos<br />

reunidos formaréis un baluarte incontrastable contra la explotación de los que pagan<br />

[...] Reuníos por la asociación y libraréis a vuestros hijos de las miserias y a vuestras<br />

conciencias de la humillación de tener que estar al servicio de los que tan mal os pagan”.<br />

[El Coriano (Órgano del Partido Republicano de Coria del Río): 25 de marzo de 1900,<br />

número 45. ¡¡Cinco reales de jornal!!].<br />

14 Su hijo mayor, José Sánchez Ruiz, barbero también, es el único de la familia en<br />

colaborar con la institución alfabetizadora “Centro Popular Instructivo”, como vocal.<br />

Esta sociedad, con fines educativos y culturales empezó a gestarse en diciembre de 1926<br />

y funcionó hasta el final de la República. [Rodríguez Cárdenas, Matías: “Alfabetización<br />

y difusión de la cultura en el municipio de Coria del Río: el Centro Popular Instructivo<br />

(1927-1936)”. <strong>Revista</strong> <strong>Azotea</strong> <strong>nº</strong>16, 2006].<br />

popular por el balompié 15 . Entre los años 1930 y<br />

1931, durante el preámbulo de su estreno oficial en<br />

la arena política, desempeñó los cargos de “contador”<br />

–cobrador de cuotas– y “tesorero”, manteniendo<br />

una relación estrecha con los vecinos asociados y un<br />

compromiso relevante en la organización del club 16 .<br />

Visitar otras localidades de la provincia o de Huelva<br />

y Cádiz le permitió ensanchar sus conocimientos<br />

sobre la deplorable realidad social del momento. Con<br />

el equipo, entre sus enardecidos seguidores, siempre<br />

viajó un nutrido grupo de afiliados anarquistas<br />

ocultando el propósito de enlazar con elementos<br />

sindicales de la comarca.<br />

Sánchez Vidal fue presidente del Centro<br />

Republicano local, casi un año antes del comienzo de<br />

la segunda República (24 de marzo de 1930), pero<br />

muy pronto se desmarcó del Partido Republicano<br />

Radical (PRR), creado por Lerroux y liderado<br />

por Martínez Barrio en Sevilla, para presidir una<br />

formación política con tendencia más izquierdista,<br />

el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS)<br />

de Marcelino Domingo 17 , fundado el 15 de mayo<br />

de 1931, con treinta y seis afiliados, muy por debajo<br />

de los 121 seguidores de su adversario. La sede<br />

del partido estuvo en el piso primero de la calle<br />

Cervantes número 45 y se trasladó a la calle Prim<br />

en 1933. Aunque Sánchez Vidal acaparaba todo el<br />

protagonismo político, los dirigentes locales del<br />

PRRS más representativos fueron, Juan Galán Infante<br />

(1898-1936), sombrerero empleado en el comercio<br />

de Manuel Álvarez Díaz, vicepresidente del partido<br />

e inseparable compañero y amigo hasta el final de<br />

sus días, junto con Miguel Franco García (a) Goja<br />

15 El Coria FC surgió como sociedad deportiva en marzo de 1923. En la sesión capitular<br />

presidida por el alcalde Francisco Ruiz Alfaro, descubrimos los gastos del consistorio<br />

“en el arreglo de un campo de balompié”: 250 pesetas en madera y postes, 164 pesetas<br />

en jornales y 270 pesetas en 347 carradas de tierra. [AMCR: Actas Capitulares. Sesión<br />

ordinaria, 2ª convocatoria de 4 junio 1923].<br />

16 La Junta directiva del Coria FC nombrada el 3 de septiembre de 1930, “fue del<br />

agrado” de todos los socios y estuvo compuesta por Florencio Peña Luna (presidente),<br />

Antonio Pineda Córdoba (vice-presidente), Eugenio Asián Pérez (secretario), Miguel<br />

Franco García (vice-Secretario), José Ballesteros Fernández (Tesorero) y José Sánchez<br />

Vidal (contador). Vocales: Manuel Ruiz Rodríguez, José Suárez Olivera, Hipólito<br />

Lobato Palacios, Felipe Pacheco Mejías, Francisco Martínez Sanz, Manuel Prieto Rioja<br />

y José Palma García. [AMCR. Correspondencia: 6 de septiembre de 1930].<br />

17 El PRRS nació en la segunda mitad de 1929 por una escisión en la gran Alianza<br />

Republicana. Se definió como “la extrema izquierda republicana”. Partidario de una<br />

República federal, socialmente avanzada y muy anticlerical. Empezó siendo la tercera<br />

fuerza política en las Cortes Constituyentes y acabó desmoronándose en 1934. Se<br />

fusionó con Unión Republicana (UR), de Martínez Barrio, pero Sánchez Vidal optaría<br />

por presidir Izquierda Republicana, de Azaña, en el municipio. [Álvarez Rey, Leandro:<br />

La derecha en la II República: Sevilla, 1931-1936. Universidad y Ayuntamiento de<br />

Sevilla. 1993].


32<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Juan Galán Infante (a) el Sombrerero (con sombrero andaluz), fiel amigo y compañero inseparable en todas las<br />

vicisitudes políticas de José Sánchez Vidal. Comida campestre durante una jornada de caza. Años treinta.<br />

(1886-1975), barbero y secretario de la formación<br />

desde un principio.<br />

El 12 de abril de 1931, Sánchez Vidal, con 59 años<br />

de edad, fue nombrado por elección popular concejal<br />

del primer ayuntamiento republicano de Coria del<br />

Río. Los comicios se habían celebrado en un ambiente<br />

rural sofocante, de supremacía oligárquica y opresión<br />

obrera, gradualmente politizado durante los últimos<br />

meses. La Agrupación Socialista fue la primera<br />

formación en solicitar su derecho de reunión pública<br />

(mayo de 1930) pero el conglomerado republicano<br />

–donde sobresalía la figura protectora de Sánchez<br />

Vidal- le aventajó con una mayor movilización de<br />

su electorado y la presencia física de los grandes<br />

líderes del partido: Martínez Barrio, González Sicilia<br />

o Puelles de los Santos (5 de octubre). Mientras el<br />

jornalerismo coriano, con todos sus gremios, se<br />

reagrupaba masivamente en torno a la sociedad<br />

obrera anarquista de Oficios Varios “La Unificación”<br />

(4 de febrero de 1931), representada inicialmente por<br />

José Osuna Palma (1897-1969).<br />

El paso de la Dictadura al nuevo régimen se<br />

produjo en catorce meses. El gobierno autoritario<br />

del alcalde Carlos de Mesa (1924-1930), con una<br />

exigua participación de<br />

concejales republicanos, había<br />

dado paso al conservador<br />

Manuel Gutiérrez Palma<br />

(1930-1931) para planificar<br />

unas elecciones municipales<br />

que se convirtieron en un<br />

plebiscito sobre el rey. Los<br />

meses previos a la llegada de<br />

la República no estuvieron<br />

exentos de adversidades. Los<br />

fuertes temporales de mayo<br />

y junio acompañados de<br />

unas cosechas calamitosas<br />

aumentaron la conflictividad<br />

social. Las inundaciones<br />

habían destruido cultivos<br />

e inutilizado praderas. Las<br />

pérdidas fueron cuantiosas en<br />

todo el término municipal. El<br />

alcalde denunció al gobernador<br />

civil que más de un centenar de obreros en paro<br />

forzoso se había concentrado ante el ayuntamiento,<br />

en “actitud algo levantisca”, para pedir trabajo. El<br />

conde de San Luis envió un donativo de quinientas<br />

pesetas para socorrer a un vecindario hambriento,<br />

pero fueron repartidas por el consistorio entre los<br />

propietarios labradores más perjudicados. La crisis<br />

de falta de trabajo se agravó los tres primeros meses<br />

de 1931 y aumentaron las movilizaciones obreras. En<br />

marzo acabó siendo tan intensa que agotó los fondos<br />

benéficos, las obras municipales y el reparto de obreros<br />

entre patronos. El último recurso fue la extracción de<br />

orozuz para la empresa “Tur Sucesores”, en la finca<br />

del ganadero José Anastasio Martín, pero la escasez<br />

del palo de regaliz y los bajos jornales hicieron que<br />

el ayuntamiento elevara “en unos céntimos” el precio<br />

del kilo recolectado. A un mes de las elecciones<br />

municipales el alcalde alertaba a la guardia civil del<br />

“rumor de que se preparaba una alteración del orden”<br />

y solicitó una mayor concentración de fuerzas para<br />

contener y reprimir a una población extenuada. Con<br />

estos antecedentes, la celebración de la República<br />

fue multitudinaria dentro y fuera del municipio.<br />

Numerosos vecinos se trasladaron en una caravana<br />

de camiones a las poblaciones del entorno y Sevilla


<strong>Azotea</strong> 33<br />

Familia de José Sánchez Vidal (sentado a nuestra derecha con su hijo José). Junto a él (de izquierda a derecha) Josefa, Carmen. Manuel y Rosario. Su<br />

mujer falleció en 1919. Hacia el año 1927. [Generosa aportación de su biznieta Mari Carmen Ríos Rioja].


34<br />

<strong>Azotea</strong><br />

capital, donde “los corianos llamaron la<br />

atención por el ardor y entusiasmo con que se<br />

manifestaron”, dando “entusiásticos vivas a la<br />

República naciente” 18 .<br />

José Sánchez Vidal ocupó un modesto lugar<br />

entre los elegidos por un electorado que nunca<br />

antes se había movilizado en esa forma. Fue<br />

el sexto candidato del tercer distrito, con 59<br />

votos [Luis Ramírez Palma (1903-1936), el<br />

más votado, obtuvo 412 votos]. En un censo<br />

de 2.082 electores había participado la mitad<br />

de sus integrantes y los partidos más votados<br />

fueron los de izquierda, representados en la<br />

agrupación del Partido Republicano Radical<br />

(PRR) y Partido Republicano Radical Socialista<br />

(PRRS). Los conservadores monárquicos de<br />

Acción Nacional y la candidatura del Partido<br />

Social Revolucionario, extremistas de izquierda,<br />

obtuvieron unos resultados irrelevantes. El órgano<br />

de gobierno del ayuntamiento republicano quedó<br />

configurado por Luis Ramírez Palma (alcalde),<br />

Mariano Baquero Rodríguez (primer teniente de<br />

alcalde), Manuel Asián Pérez (segundo teniente de<br />

alcalde), Manuel Berdoy Ruiz (tercer Teniente de<br />

Alcalde), Manuel Carvajal Suárez (síndico), todos del<br />

PRR; y José Sánchez Vidal (síndico) con Juan Galán<br />

Infante (regidor), del PRRS. 19<br />

A pesar de estar en minoría de fuerzas dentro de<br />

la coalición republicana, Sánchez Vidal, intervino<br />

inicialmente en casi todas las comisiones permanentes<br />

de gobierno municipal: Obras públicas, Higiene y<br />

Beneficencia, Campo y Asuntos sociales. Entre los<br />

acuerdos que impulsó, destaca la suspensión de los<br />

arbitrios sobre ventas ambulantes (sesión de 21 de<br />

abril) que figuraban en los presupuestos municipales<br />

desde hacía siete años y que él consideraba “onerosos<br />

para la clase humilde”, sobre la que recaía todo su<br />

peso contributivo. Estos impuestos fueron creados<br />

por la corporación de Carlos de Mesa, en “las<br />

industrias callejeras o ambulantes” y al mismo tiempo<br />

Almiares de orozuz en el cerro de San Juan, conocido como “cerro de Miguelito”,<br />

por su propietario, Miguel Delmás Delapuente, administrador de la sociedad<br />

explotadora, “Tur Sucesores”. Su extracción en los años treinta sirvió para aminorar<br />

los duros efectos del paro estacional en la población jornalera.<br />

sobre “rodaje o arrastre por las vías municipales” 20 .<br />

Sánchez Vidal, como concejal, se preocupó en cada<br />

sesión plenaria por mejorar los medios de vida<br />

más inmediatos de sus vecinos, principalmente<br />

los menesterosos de su misma clase social. Hizo<br />

suya esta responsabilidad de supervivencia y buscó<br />

la manera de recaudar fondos para cubrir las<br />

necesidades locales primarias. Dirigió peticiones<br />

municipales relacionadas con la alimentación, como<br />

la inspección de artículos de consumo básicos –<br />

vigilancia de las pesas y medidas- o la regulación del<br />

pescado azul. También se interesó por los aspectos<br />

higiénicos y sanitarios: “la limpieza de los depósitos<br />

de agua destinada a la venta”. El agua fue uno de los<br />

principales problemas de salud del municipio, se<br />

repartía a la población en carros cuba y era extraída de<br />

pozos, generalmente contaminados por los depósitos<br />

de desecho y estercoleros colindantes.<br />

Se desveló por los preceptos salubres en tabernas,<br />

edificios públicos como el matadero municipal y el<br />

vecindario en general [“la separación de los cebaderos<br />

de cerdos del casco de la población durante el verano”].<br />

Las 49 calles del pueblo (350.000 m2 urbanizados)<br />

reclamaron igualmente su atención, intransitables<br />

18 El Liberal: 15 de abril de 1931.<br />

19 Completaban los diecisiete miembros del consistorio republicano, otros diez<br />

integrantes del PRR: José Pacheco Lama, Francisco Jiménez Montero, Antonio<br />

Rodríguez Mateo, Manuel Japón Sosa, Francisco Ufano Márquez, Manuel de la Rosa<br />

Bohórquez, Baldomero Palma Japón, Luis Parrado Gutiérrez, Manuel Alfaro Parra y<br />

Juan Suárez Sosa. [Anexo 4: Las elecciones republicanas en el municipio de Coria del<br />

Río (1931-36)]. [Anexo 5: Las corporaciones municipales de Coria del Río (1931-36)].<br />

20 Por puestos de venta fijos en calles y paseos se pagaba diariamente 0’30 pesetas<br />

el metro cuadrado, los vendedores que transportaban sus géneros con caballería 0’30<br />

pesetas, con carro 0’40 pesetas, por cada vaca de leche 0’25 pesetas, por cada cabra 0’10<br />

pesetas y quienes cargaban su mercancía a cuestas 0’20 pesetas diarias (no olvidemos<br />

que los jornales rondaban las cuatro pesetas y el kilo de pan valía 0’60 céntimos).<br />

También se crearon tasas para el paso por las calles de caballerías, carros, carretas,<br />

automóviles, camiones, motocicletas e incluso bicicletas. [AMCR: Actas capitulares:<br />

sesión extraordinaria de 16 de junio de 1924].


<strong>Azotea</strong> 35<br />

en amplios tramos y con numerosas viviendas<br />

en estado ruinoso, carentes de alumbrado,<br />

orillando solares insalubres y huérfanos<br />

de tan necesitada vivienda. Pero su mayor<br />

preocupación, la que estuvo siempre presente<br />

en todos sus proyectos, fue el paro estacional en<br />

las labores agrícolas –de los más elevados en la<br />

provincia-, su intensificación durante los meses<br />

de febrero, marzo y abril que, dejando a los<br />

jornaleros corianos “extenuados, moribundos<br />

casi, por la inanición prolongada de la primavera<br />

y el estío, [veían] llegar el invierno con sus<br />

crueles rigores sin esperanzas de alivio, más<br />

bien en la seguridad terrible de que [tendrían]<br />

que presenciar cómo [sucumbían] sus hijos y<br />

mujeres en el hogar trocado en sepultura” 21 .<br />

Coria del Río, con una población de 10.181<br />

habitantes en 1931, era un municipio de economía<br />

tradicional, sustentada eminentemente en los<br />

productos del campo. Salvo la pesca fluvial que daba<br />

modesto sostén a unos doscientos marineros o el<br />

comercio y el tejido productivo urbano, incluidos<br />

los veinticinco tejares de ladrillos, con 350 obreros<br />

-en condiciones favorables-, todos los recursos locales<br />

procedían del ámbito rural, desde los más elaborados<br />

y exportables como la aceituna [un almacén de<br />

aderezo con 25 obreros y dos molinos de aceite], a<br />

otros productos como el orozuz o los de temporada<br />

(naranja, melón, tomate e higo chumbo). Pero la<br />

localidad era fundamentalmente cerealista <strong>22</strong> y el<br />

exceso de jornaleros campesinos, en torno a los 2.000<br />

(61% del total de sus 3.100 obreros), con una media<br />

de 1.200 obreros desempleados en épocas de crisis, no<br />

podía ser absorbido en un término municipal de 6.143<br />

hectáreas, donde sólo se cultivaba el 59% de todo<br />

su dominio, 3.600 hectáreas. La ganadería tampoco<br />

mejoraba esta situación de miseria laboral, con una<br />

empobrecida cabaña de 3.500 cabezas ocupando<br />

2.165 hectáreas de dehesas y montes agrestes (35%<br />

del término). Este siniestro panorama adquiría tintes<br />

fatídicos si se tiene en cuenta el deplorable reparto de<br />

21 El Liberal: viernes 20 de octubre 1905: El hambre en Andalucía.<br />

Anexo 6. Estadística de paro obrero por sectores económicos, 1936 (marzo-junio).<br />

<strong>22</strong> Eran tierras dedicadas a cereales y leguminosas principalmente (80%), el resto se<br />

destinaba a cultivos secundarios: olivar (17%), frutales (2%), huertas (0´5) y viñedos<br />

(0’2). La cabaña estaba compuesta de ganado vacuno (50%), cabrío (23%), caballar<br />

(13%) y lanar (7%). [AMCR. Correspondencia. 27 de junio de 1930: Servicio<br />

Agronómico Nacional].<br />

Aspecto parcial de la calle Pizarro, conocida por La Laguna, donde quedan a la<br />

vista las deficiencias en la calzada y la sobriedad de las humildes edificaciones del<br />

vecindario. Años cincuenta.<br />

la propiedad. Había 1.417 dueños de fincas agrícolas<br />

y el 89% de ellos, 1.255 pequeños agricultores,<br />

los denominados “pelentrines”, tenían tierras de<br />

explotación familiar inferiores a una hectárea 23 ;<br />

mientras que el resto eran medianos propietarios<br />

[131 con menos de 20 hectáreas (9’2%)] y grandes<br />

hacendados [5 con cerca de 100 hectáreas (0’35%) y<br />

6 con alrededor de 500 hectáreas (0’42%)], además<br />

había 17 patronos forasteros.<br />

Cuatro meses después de instaurado el régimen<br />

republicano, el 19 de agosto de 1931, Sánchez Vidal y<br />

su compañero de partido, Galán Infante, presentaron<br />

la dimisión de sus cargos de concejal, “por no estar<br />

conformes con la actuación” del equipo de gobierno<br />

de Luis Ramírez Palma. El tiempo había transcurrido<br />

sin que las exigencias de transformación social<br />

impuestas a la corporación republicana, cumplieran<br />

sus expectativas para los sectores de la izquierda más<br />

reformista. Este desencanto político de Sánchez<br />

Vidal que un mes antes había encabezado una<br />

comisión municipal, para obligar a los propietarios<br />

pudientes con viviendas ruinosas a repararlas, no<br />

fue comprendido por el resto de concejales del<br />

PRR, quedando el cese de sus funciones pendiente<br />

de resolución, hasta obtenerse una justificación a la<br />

renuncia. Pero las explicaciones de Sánchez Vidal<br />

jamás trascendieron y su ausencia de los plenos se<br />

23 La elevada cantidad de pequeños propietarios fue aprovechada para camuflar a<br />

los poderosos hacendados cuando tenían que protagonizar ayudas por las periódicas<br />

inundaciones del Guadalquivir. “No hay aquí grandes capitalistas –insistía uno de los<br />

principales diarios sevillanos- y la riqueza está muy repartida entre pequeños labradores<br />

que, al sembrar, puede decirse que agotan la última peseta”. [El Liberal: miércoles 7 de<br />

febrero de 1912: El temporal].


36<br />

<strong>Azotea</strong><br />

prolongó durante varios meses. Sin embargo, los<br />

acontecimientos de febrero y marzo de 1932 lo<br />

precipitarían inesperadamente a la primera línea de<br />

actuación consistorial.<br />

El día 29 de febrero, el gobernador civil Vicente<br />

Sol Sánchez (29 de septiembre de 1931-5 de junio de<br />

1932), afiliado al PRRS, clausuró el centro anarquista<br />

“La Unificación” y ordenó detener a su directiva,<br />

por realizar actos de violencia y haber declarado<br />

un boicot al mayor comerciante de la localidad,<br />

Estanislao Asián Ruiz 24 . La crisis de paro se había<br />

intensificado a tal extremo que este comerciante,<br />

en su intento por colaborar con el ayuntamiento,<br />

anticipó la construcción de un edificio proyectado<br />

para el verano. Empleó trabajadores, en su mayoría<br />

afiliados a la sociedad anarquista, menos el maestro<br />

de obra. Este presunto desaire provocó la inmediata<br />

paralización del proyecto, el boicot obrero al<br />

comerciante y amenazas al consistorio de Ramírez<br />

Palma por no favorecer el tradicional reparto de<br />

obreros entre los patronos, una práctica heredada<br />

del antiguo régimen y prohibida por la legislación<br />

republicana para dar término a esa costumbre, propia<br />

de una sociedad feudal. El ayuntamiento, sin más<br />

recursos económicos, distribuyó durante cuatro días<br />

“bonos para comestibles y pan” a unos cuatrocientos<br />

obreros.<br />

El 7 de marzo volvieron las dificultades cuando<br />

el gobernador civil, sin previo aviso ni consulta<br />

al alcalde, levantó la orden de clausura que pesaba<br />

sobre el centro obrero “La Unificación” y mandó<br />

excarcelar a sus dirigentes. El ayuntamiento de<br />

Ramírez Palma, sorprendido por la determinación,<br />

presentó su dimisión colectiva. Consideró que la<br />

medida gubernativa atentaba contra su autoridad<br />

moral y promovía una situación de indefensión en<br />

futuros conflictos y negociaciones con la formación<br />

anarquista. El gobernador civil, atrapado en un mar<br />

de dificultades provinciales, se sintió coaccionado y<br />

únicamente consideró la aparente oposición de los<br />

quince componentes de la corporación republicana<br />

24 Estanislao Asián Ruiz (1873-1949) fue maestro de escuela, comerciante y<br />

político. Fundó el periódico local El Coriano (1899-1901) y se proclamó primer<br />

alcalde republicano durante la Monarquía (1909-1915). También fue concejal en<br />

sucesivas etapas, incluida la Dictadura de Primo de Rivera. Se convirtió en el primer<br />

contribuyente industrial de la localidad. Su prestigio y poder fueron notables en la<br />

comarca.<br />

Ayuntamiento de Coria del Río, esquina de las calles Cervantes y<br />

Murillo (Pérez Tinao) en 1929. Frente a este edificio se produjeron<br />

todas las manifestaciones populares de la época y José Sánchez Vidal<br />

desarrolló en él su actividad política. [El avance de la provincia de<br />

Sevilla desde el 13 de septiembre de 1923. Sevilla, 1929].<br />

-faltaban Sánchez Vidal y Galán Infante- hacia el<br />

centro anarquista, como una consecuencia de la<br />

inevitable “pugna en la política pueblerina” 25 . Días<br />

después, la prensa sevillana divulgaría los esfuerzos<br />

administrativos del ayuntamiento coriano, por<br />

favorecer desde sus inicios a la clase obrera y en<br />

particular al sector anarquista, intercediendo en sus<br />

conflictos, favoreciendo reuniones de propaganda<br />

libertaria, auxiliando con exenciones económicas y<br />

concediendo un solar de gran valor como sede para<br />

su centro obrero, sin obtener a cambio una decidida<br />

cooperación, porque desde el primer día habían<br />

rehusado colaborar con el nuevo régimen aunque<br />

votaran al PRR en 1931.<br />

El gobernador Vicente Sol, designó entonces una<br />

comisión gestora administrada por Manuel Ruiz<br />

Rodríguez (PRR) y cuatro vocales, José Pacheco<br />

Mejías (PRR), Antonio Pérez Torres (PRR), José<br />

Sánchez Vidal (PRRS) y Juan Galán Infante (PRRS).<br />

25 El Liberal: 12 de marzo de 1932.


<strong>Azotea</strong> 37<br />

El desenlace inmediato fue la renuncia de este<br />

quinteto y la posterior rectificación del gobernador<br />

civil, el 29 de marzo de 1932, nombrando sólo a<br />

miembros locales adeptos a su propia formación<br />

política, José Sánchez Vidal como nuevo alcalde<br />

interino y dos vocales, Juan Galán Infante y Miguel<br />

Franco García. Los primeros pasos de Sánchez Vidal<br />

en la presidencia del consistorio lo enfrentaron al<br />

crítico paro estacional que seguía a la siega de cereales<br />

y la recogida de la aceituna. Sus ruegos al gobernador<br />

mostraron las dimensiones del conflicto:<br />

“Tengo el honor de poner en conocimiento de<br />

VE. que al hacerme cargo de la presidencia de la<br />

Comisión Gestora de este Ayuntamiento me han<br />

planteado hondos problemas de trabajo, de los cuales<br />

doy cuenta a VE. interesándole su solución inmediata<br />

[…] la enorme crisis de trabajo existente requiere<br />

una inmediata y eficaz solución por lo que espero se<br />

interese VE. dadas las circunstancias y características<br />

de este pueblo, que hasta el día presente ha adoptado<br />

una actitud de abnegación y de corrección dignas de<br />

correspondencia en sus justísimas solicitudes” 26 .<br />

Ese año el desempleo cíclico había sido tan<br />

acentuado que para evitar altercados se acordaron<br />

unas bases de trabajo (21 de marzo) entre<br />

representantes de la clase patronal y una comisión<br />

obrera, bajo supervisión de un delegado gubernativo,<br />

para la creación de trabajo en el campo 27 . Pero<br />

durante el mes de abril, una vez finalizadas las<br />

labores pactadas –con incremento de horas laborales<br />

y bajos sueldos impuestos por los patronos-, algunos<br />

de los propietarios, principalmente los forasteros, se<br />

negaron al pago de jornales. La situación social se<br />

agravó y cundió el malestar en toda la población.<br />

El alcalde, sitiado por una actividad desenfrenada,<br />

remitió la relación de los deudores para que el<br />

gobernador civil tomara cartas en el asunto, pero éste<br />

sólo se preocupó en limitar la actuación anarquista.<br />

Suspendió sus actos de propaganda sindical y<br />

26 El cronista coriano Aurelio de la Fuente Ferrari (1900-1973) responsabilizó de la<br />

situación al Gobierno Civil y a la Diputación Provincial, por desoír las llamadas de<br />

auxilio en los momentos más calamitosos de crisis de trabajo, cuando el municipio<br />

quedó desbordado de obreros despedidos de otros pueblos, debido a la Ley de Términos<br />

Municipales, por no aplicar nunca el decreto de Laboreo Forzoso apoyándose en el<br />

elevado número de pequeños propietarios, ni construirse un importante camino<br />

vecinal, después de su aprobación estatal, al superar los límites presupuestados y<br />

denegarse el préstamo. [El Noticiero Sevillano: 9 de marzo de 1932. La dimisión del<br />

Ayuntamiento de Coria del Río].<br />

27 Anexo 7. Bases de trabajo pactadas en época de crisis laboral, 1932.<br />

conminó, con escaso éxito, a los terratenientes<br />

involucrados a satisfacer sus deudas.<br />

En esta comisión gestora, formada únicamente<br />

por tres miembros y con carácter de transitoriedad,<br />

Sánchez Vidal, calibró la inferioridad de fuerzas y su<br />

incapacidad negociadora, frente a unos poderosos<br />

oponentes. De una parte, los 66 patronos locales<br />

del Sindicato Agrícola 28 , atrincherados en su<br />

granítico inmovilismo y una estrategia encubierta<br />

de obstrucción y sabotaje a la nueva ordenación<br />

laboral del gobierno republicano. Por otra, los 2.089<br />

anarquistas de la sociedad obrera de Oficios Varios “La<br />

Unificación” 29 , decididamente hostiles a la República<br />

y a la pervivencia del sistema capitalista, obstinados<br />

por el reparto de tierras y todo tipo de menudas<br />

reivindicaciones sociales. Ante esta angustiosa<br />

situación de falta de trabajo, sin alternativas de<br />

empleo para el excedente obrero, ni siquiera en<br />

los importantes proyectos públicos anunciados<br />

-obras del Guadaira y del Genil-, o en otros de<br />

menor envergadura económica, como el cultivo de<br />

pequeñas parcelas de marisma; el alcalde previno al<br />

gobernador civil sobre las circunstancias adversas que<br />

hacían peligrar la recolección de 1.500 hectáreas de<br />

cereal (750 de trigo, 500 de cebada y 250 de avena).<br />

Advertía de los posibles disturbios que provocaría la<br />

utilización de maquinaria en estas labores, con una<br />

concentración obrera de 1.004 segadores, de entre 21<br />

y 78 años (censo de 1932) y le expresó “la impotencia<br />

en que [se hallaba] esta comisión gestora para la<br />

resolución de conflictos de esta naturaleza”. La réplica<br />

de Vicente Sol fue encabezar una suscripción donde<br />

se solicitaba la participación de los hacendados de<br />

Coria del Río, para remediar con sus donativos tan<br />

precaria situación. Sánchez Vidal confirmó también<br />

que, a pesar de las huelgas y manifestaciones obreras<br />

ocurridas en el municipio, no se habían producido<br />

incidentes desagradables, “habiendo dado laudable<br />

ejemplo de cordura y sensatez el referido personal”.<br />

28 La directiva del Sindicato Agrícola estaba constituida por Salvador Japón Ronquillo<br />

(presidente), Manuel Peña Baquero (vicepresidente), Juan José Barco López (tesorero),<br />

Joaquín Campos Blanco (secretario), Gregorio Palma Sosa (contador) y los vocales:<br />

Juan Ortega Campos, Manuel Peña Jiménez, José Suárez Ruiz y José Gutiérrez Ruiz.<br />

[AMCR. Correspondencia de Salida. 13 abril 1932].<br />

29 En 1932 la sociedad obrera “La Unificación”, en su sección agraria, estaba<br />

liderada por Joaquín Bizcocho Jamardo (presidente), Matías Ufano Parra (secretario),<br />

Juan del Río Lama (contador) y Francisco Bohórquez Franco (tesorero). [AMCR.<br />

Correspondencia de Salida. 13 abril 1932: Gobernador Civil].


38<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Entonces el antimaquinismo 30 se convirtió en una<br />

exigencia innegociable para el jornalerismo local y la<br />

comisión gestora puso todo su empeño en comunicar<br />

a los propietarios, la prohibición de toda clase de<br />

máquina, desde regabinas o arados vertebrados a<br />

segadoras, en las faenas agrícolas, mientras hubiera<br />

obreros parados dentro del término municipal.<br />

En el campo, el gobierno de la nación, se mostró<br />

incapaz de resolver los serios conflictos planteados<br />

después de la crisis mundial del 29. Mantuvo su<br />

proteccionismo sobre el trigo y el aceite, con precios<br />

altos y salarios bajos, que aseguraba el continuismo<br />

de una agricultura tradicional, pendiente de un<br />

régimen de lluvias favorable, sin introducción de<br />

nuevos cultivos ni innovaciones técnicas. Sólo las<br />

reivindicaciones salariales de los campesinos podían<br />

hacer peligrar el sistema, pero entonces actuaban<br />

los gobernadores civiles, ordenando la intervención<br />

de la guardia civil, cuando fracasaba la negociación,<br />

para clausurar los centros obreros anarquistas,<br />

encarcelar y procesar a sus líderes. Con frecuencia se<br />

restablecía el orden público, declarando el estado de<br />

guerra en la comarca e implantando la jurisdicción<br />

militar. En Coria del Río, el precedente más adverso<br />

lo constituyó la dura represión al levantamiento<br />

obrero de julio de 1931, que había dejado un saldo<br />

de cuatro muertos por disparos de la guardia civil y<br />

un elevado número de heridos. La prensa aseguró<br />

que fue la respuesta al asalto frustrado de la central<br />

de teléfonos, el ayuntamiento y el cuartel de la<br />

Guardia Civil, mientras el secretario municipal y<br />

poeta local, Juan Rodríguez Mateo (1888-1962),<br />

desmentía los hechos preservando el buen nombre<br />

del vecindario 31 .<br />

A Sánchez Vidal le tocó vivir las movilizaciones<br />

de la CNT en el campo, desde mayo de 1932,<br />

con una declaración de huelga general en toda la<br />

30 Poseían máquinas segadoras 19 labradores: Gregorio Palma Sosa, Manuel Japón<br />

Sánchez, José Suárez Ruiz, Manuel Gutiérrez Palma, Francisco Gutiérrez Ruiz, Manuel<br />

Japón Palma, Herederos de Sebastián Alfaro, Manuel Peña Campos, Joaquín Campos<br />

Sánchez, José L. Fernández Unzaga, Salvador Japón Ronquillo, Manuel Japón García,<br />

Juan Curiel Lora, Gregorio Campos Jiménez, Juan M. Campos Asián, Juan Díaz<br />

García, José Mª Ybarra, Hijos de Juan Ortega y Diego Japón Japón. [AMCR. Libro<br />

de Salida: 15 junio 1932].<br />

31 Un testigo presencial confirmó que esta huelga en época de recolección fue llamada<br />

de “la comida” (el cocido de garbanzos era el plato por excelencia y “la pringá” recibía el<br />

nombre de “la comida”). Ese año suprimieron “la comida” en las bases de trabajo y los<br />

jornaleros se opusieron masivamente. Un destacamento de caballería situado frente a la<br />

esquina del reloj abrió fuego contra todo vecino que se dejó ver. [Entrevista a Antonio<br />

Valiente García, septiembre de 2007].<br />

provincia, tras haber fracasado la negociación sobre<br />

las bases de trabajo para la temporada de verano.<br />

El gobernador civil se impuso, declarando ilegal la<br />

huelga campesina y dando libertad a los patronos<br />

en la contratación de obreros de toda la comarca.<br />

El día 12 ordenaba la clausura del centro obrero<br />

“La Unificación” y la detención de sus dirigentes<br />

(liberados el día 24). En algunos pueblos se<br />

sucedieron actos de sabotaje y fueron halladas<br />

numerosas bombas. Hubo un impresionante<br />

despliegue de la fuerza pública y la brutalidad<br />

represiva recordó los procedimientos empleados por<br />

la Monarquía. El día 21 de mayo, la guardia civil<br />

detuvo a diecisiete corianos anarquistas únicamente<br />

“por considerarlos elementos de acción”. Vicente<br />

Sol mantuvo contactos por telefonema con<br />

Sánchez Vidal para conocer de primera mano la<br />

situación del municipio y presionarle. El día 29,<br />

prohibió todo acto público mientras continuara la<br />

huelga y ordenó extremar la vigilancia con toda la<br />

fuerza local disponible –guardia civil, municipal y<br />

rural-, en caseríos y campos, ante las sospechas de<br />

fabricación de explosivos. Decretó la detención y<br />

aplicación de la “Ley de la Defensa de la República”<br />

a los autores de impresos clandestinos con carácter<br />

revolucionario y contra los obreros que ejercieran<br />

coacciones para abandonar el trabajo. Finalmente,<br />

difundió un enérgico bando, advirtiendo a los<br />

vecinos corianos que todo “elemento extremista<br />

[sorprendido] destruyendo maquinaria agrícola<br />

o cometiendo cualquier daño en campos o<br />

sementeras”, que intentara huir y desatendiera los<br />

avisos reglamentarios de la guardia civil podría ser<br />

abatido por ésta (ley de fugas).<br />

El día 30 se pusieron en huelga “más de cien<br />

obreros segadores por negarse la clase patronal<br />

a darles trabajo, debido a la utilización de<br />

máquinas”. El siguiente día fue anunciada la huelga<br />

revolucionaria, el gobernador civil la declaró ilegal y<br />

volvió a clausurar el centro obrero de los anarquistas y<br />

detener nuevamente a sus directivos. La represión fue<br />

tan desproporcionada que se impidió la circulación<br />

en bicicleta por las vías rurales y la guardia civil<br />

se encargó de aplicar las bases de trabajo y la libre<br />

contratación de trabajadores dentro de la provincia.<br />

Sánchez Vidal dio órdenes al cabo Antonio Álvarez


<strong>Azotea</strong> 39<br />

Cabeza 32 para denunciar a los propietarios de<br />

máquinas segadoras que las alquilaban o cedían a sus<br />

colonos y a los infractores que se ocultaban en falsos<br />

contratos de compraventa de maquinaria. También<br />

quiso imponerles un mínimo de cinco operarios<br />

por segadora y reservar el 20% de la superficie<br />

sembrada para “la siega a brazos” entre los segadores<br />

de la localidad. Pero los patronos protestaron al<br />

nuevo gobernador civil, Valera Valverde 33 y éste, en<br />

funciones desde el 5 de junio, le exigió el libre uso<br />

de maquinaria, la recolección manual del 20% pero<br />

con la aceptación de trabajadores foráneos, a pesar<br />

de estar suficientemente informado sobre la gravedad<br />

del paro obrero en la localidad.<br />

José Sánchez Vidal intentó poner orden en la<br />

administración de los estrechos recursos del municipio<br />

y dar un cierto impulso a su adversa economía.<br />

Los principales ingresos locales se obtenían de los<br />

impuestos sobre bebidas y carnes, de las aportaciones<br />

producidas por su menguado patrimonio rural –los<br />

montes de propios- y de la participación en diferentes<br />

tributos nacionales. Así que actuó sobre algunos<br />

empleados del consistorio que fueron dando prueba<br />

de abandono, connivencia o incumplimiento en<br />

funciones de responsabilidad pública. En la dehesa<br />

concejil “La Atalaya” (850 hectáreas de acebuchal),<br />

sustituyó al guarda para preservar su riqueza forestal<br />

y ganadera. También pidió la colaboración de la<br />

Asociación de propietarios, agricultores y ganaderos<br />

para que sus guardas jurados denunciaran las<br />

irregularidades sobre policía rural cometidas en<br />

sus predios. Dentro del casco urbano reorganizó la<br />

degradada vigilancia municipal, compuesta por un<br />

jefe y siete guardias. Relevó a su máximo responsable<br />

y dos subordinados y destituyó a un vigilante de<br />

arbitrios, para evitar el fraude y el soborno en la<br />

introducción de productos alimenticios. Otros ceses<br />

de menor impacto fueron el guarda del cementerio<br />

y un jardinero del paseo de La República. Todo<br />

32 Antonio Álvarez Cabeza fue destinado como cabo del puesto de Coria del Río el 9 de<br />

noviembre de 1931. Era la primera autoridad militar local durante el golpe de 1936 y<br />

protagonizó los sucesos sangrientos acaecidos sobre el jornalerismo y el republicanismo<br />

local. El 9 de enero de 1940, después de ocho años de permanencia, fue trasladado al<br />

puesto de El Coronil ascendido a sargento.<br />

33 Eduardo Valera Valverde era teniente coronel de Caballería. Fue gobernador de<br />

Sevilla entre junio y agosto de 1932. No reprimió el golpe de Estado de Sanjurjo y<br />

fue encarcelado. El 11 de junio autorizó a la guardia civil a aplicar la ley de fugas<br />

contra los jornaleros corianos: “… si tratasen de huir, desatendiendo los reglamentarios<br />

avisos, proceda inmediatamente a hacer fuego con toda rapidez y eficacia” –fueron sus<br />

palabras. [AMCR. Correspondencia: 11 de junio de 1932].<br />

Escrito del gobernador Vicente Sol dirigido al Alcalde, contra la<br />

publicación clandestina de “hojas de carácter revolucionario” que<br />

propagaban el paro obrero entre la masa jornalera. Año 1932.<br />

sucedió sin apertura de expediente a los afectados,<br />

algunos de los cuales sólo vieron en estos despidos<br />

una forma arbitraria e injusta de colocar “amigos” o<br />

“individuos de su partido” y protestaron pidiendo<br />

la readmisión 34 . Pero de todos era conocida la<br />

acreditada integridad del alcalde, evidenciada en la<br />

inquebrantable aplicación de su autoridad bajo la<br />

consigna del progreso y bienestar del pueblo. Para<br />

Sánchez Vidal, el cargo de alcalde correspondía a “ser<br />

padre de una gran familia numerosa, donde los hijos<br />

adoptivos [llegaban] a ser más importantes que los<br />

propios” 35 .<br />

34 Sánchez Vidal justificó estos despidos, ante el gobernador civil, por “falta de<br />

celo en el servicio”. Al guarda de la dehesa lo acusó, además, de abandono, faltas y<br />

amonestaciones desoídas, denuncias del guarda forestal, “corta fraudulenta [de] un<br />

pariente” e incluso de antirrepublicanismo. Contra uno de los guardias municipales<br />

expuso un cúmulo de continuas quejas públicas por incumplimiento de sus deberes,<br />

amonestaciones sin rectificación, “que todas las tardes se embriagaba, y de vez en<br />

cuando se veía que jugaba a las cartas”. [AMCR. Correspondencia de Salida. 16 mayo<br />

1932: Gobernador Civil].<br />

35 Fragmento epistolar de José Sánchez Vidal, conservado por su biznieta Mari Carmen<br />

Ríos Rioja. Prueba de su rectitud y predisposición hacia el aprovechamiento de los más<br />

insignificantes recursos, es la recriminación a un empleado por desechar un trocito de<br />

lápiz que aún podía sostenerse entre los dedos. Su descarte fue considerado por el edil<br />

como un derroche inaceptable para el pueblo.


40<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Estación del tranvía en 1933. Vista de un vehículo con su carga en una de las dos vías que<br />

posteriormente quedaron reducidas a una sola. [Marín Pereira, F.: Aquellos tranvías de<br />

Sevilla… (1ª Parte), 2006].<br />

El sábado 21 de mayo de 1932 fue uno de los<br />

escasos momentos de distensión para la alcaldía de<br />

Sánchez Vidal en esta enmarañada situación laboral.<br />

La solemne inauguración de la línea de ferrocarril<br />

eléctrico, el tranvía Puebla del Río–Sevilla, se<br />

produjo entre el enorme entusiasmo del vecindario<br />

y la asistencia de las autoridades provinciales. La<br />

importancia de este servicio sobre el papel, con<br />

precios populares, trayectos regulares y a 38 minutos<br />

de la capital, dejó eclipsados todos los problemas<br />

heredados por la compañía sobre expropiación<br />

forzosa de terrenos, trazado crítico de la vía urbana<br />

(calles Arenas, Sevilla y Numancia) y desarrollo<br />

general de la línea ferroviaria (estación, pasos a nivel,<br />

paradas...). La prensa sevillana alentaba todas las<br />

expectativas argumentando que la corriente eléctrica<br />

sería de 1.200 voltios y el tranvía, primero de España<br />

y segundo del mundo en su género, podría alcanzar<br />

los cien kilómetros por hora. También acercó este<br />

“pintoresco” pueblo a los vecinos de la capital 36 ,<br />

mejorando una comunicación por carretera cada<br />

vez más deteriorada e intransitable 37 y un antiguo<br />

servicio fluvial de pequeños vapores.<br />

36 La prensa sevillana difundió una imagen idílica del municipio, convirtiéndolo en<br />

“estancia veraniega indispensable” por ser el único donde el visitante podía encontrar<br />

“el conjunto maravilloso de una paseo magnífico y luminoso a orillas del Guadalquivir<br />

entre jardines siempre en flor donde se goza al mismo tiempo de la brisa suave y fresca<br />

del mar cercano”. [El Liberal: 30 de enero de 1932 y 26 de mayo de 1933].<br />

37 La carretera fue en todo tiempo motivo de polémica y queja vecinal. En 1911 los<br />

propios reyes quedan con su vehículo atrapados en el kilómetro nueve: “El automóvil<br />

hundió sus ruedas en uno de los numerosos baches, siendo imposible salir”. Fueron<br />

socorridos por los carros de Fernando Asián. El rey se limitó a preguntar si la Diputación<br />

era responsable del deplorable estado de la vía y regresó a Sevilla. [El Liberal: 2 de abril<br />

de 1911]. En 1927 la inusitada circulación motivada por la explotación agrícola de la<br />

Isla Mayor había “descarnado la obra de firme” y los carros preferían rodar por “los<br />

terrenos de labor cercanos” [Semanario Coria: 15 de octubre de 1927]. En 1934, los<br />

kilómetros 5 al 12 se encontraban “verdaderamente intransitables para toda clase de<br />

vehículos” [El Liberal: 8 de febrero de 1934].<br />

Dentro de los límites urbanos del<br />

municipio las preocupaciones de Sánchez<br />

Vidal se centraron en actividades de<br />

subsistencia, como el agotamiento de las<br />

reservas locales de harina. El municipio<br />

era deficitario en abastecimiento de<br />

trigo, producía anualmente una media<br />

de 9.400 Qm y debía importar 7.500<br />

Qm (80%), para una población en<br />

alza. Tuvo que solicitar autorización del<br />

Gobierno Civil para la compra de harina<br />

en pueblos como Sanlúcar la Mayor.<br />

Precisamente en mayo de 1932 se inició<br />

una grave caída del precio del trigo ante<br />

el exceso de oferta, fruto de las falsas<br />

declaraciones juradas de los propietarios<br />

que justificaron una previsión de escasez en las<br />

reservas nacionales, lo que motivó un incremento en<br />

la importación del cereal para compensar el déficit.<br />

A este problema se añadiría más tarde la excelente<br />

cosecha de ese mismo año 38 . Además, Sánchez<br />

Vidal, trató de rescatar algunos puestos de trabajo<br />

de entre las doce panaderías existentes en 1932,<br />

con una treintena de obreros, donde se desarrollaba<br />

tradicionalmente una actividad familiar, sin descuidar<br />

la vigilancia sobre las frecuentes infracciones de falta<br />

de peso en la elaboración del pan.<br />

El Guadalquivir y su entorno reclamaron una<br />

atención especial del alcalde con la reparación<br />

continua de las dos barcas de pasaje (“carena de las<br />

barcas”), la vigilancia sobre la extracción clandestina<br />

de arena, “a horas intempestivas”, que perjudicaba<br />

la ejecución de obras municipales, el ordenamiento<br />

de casetas o kioscos portátiles en el paseo de la<br />

República y el Prado de la Soledad durante el verano,<br />

así como la regulación de la superficie de “bañadero<br />

público” situada en la zona denominada El Bajo. A<br />

veces las aguas del río reunían un inusitado interés y<br />

despertaban en el vecindario la búsqueda inquietante<br />

del ahogado. El 28 de junio las márgenes fueron<br />

estrechamente vigiladas durante días para dar con los<br />

cuerpos de dos niños desconocidos.<br />

38 A finales de marzo el Gobierno pidió al alcalde evitar el almacenamiento de trigo,<br />

motivando a los “cerealicutores” a venderlo a mejor precio y la Junta Nacional del<br />

Crédito Agrícola secundó esta medida anulando los préstamos con garantía de depósito<br />

de trigo. Un mes más tarde ordenó lo contrario, “prohibición absoluta de salida de<br />

trigos de la provincia”, con severa advertencia al alcalde por incumplimiento. También<br />

se impidió el comercio de harina hasta que se normalizara el mercado. [AMCR.<br />

Correspondencia de Entrada. 31 de marzo y 31 de mayo de 1932: Ministerio de<br />

Agricultura, Industria y Comercio].


<strong>Azotea</strong> 41<br />

José Sánchez Vidal imprimió a su agitada labor<br />

consistorial, prácticamente en solitario, un ritmo<br />

agotador, pero su esfuerzo y plena dedicación<br />

tropezaron con un deterioro de la economía nacional<br />

y la inercia social provocada por el empobrecimiento<br />

de las instituciones públicas sevillanas –ausencia de<br />

ayudas o de ofertas de trabajo-, que le llevaron a<br />

vivir situaciones locales de adversidad e incapacidad<br />

política, como la negativa de propietarios de<br />

viviendas y establecimientos a realizar “obras<br />

sanitarias” imprescindibles, el impago de multas<br />

que se encauzaron por la vía judicial para tratar<br />

de conseguir nuevos recursos, la tenacidad de los<br />

patronos agrarios por mantener jornadas laborales<br />

de sol a sol o la resistencia de los más acaudalados a<br />

pagar el nuevo impuesto sobre “rejas salientes” de sus<br />

viviendas. Otras circunstancias perniciosas resurgían<br />

como eslabones inquebrantables de la Monarquía:<br />

el gobernador civil ordenando la requisa de coches<br />

y camiones para una guardia civil sin medios de<br />

transporte [dos turismos de cinco asientos y dos<br />

camiones con catorce plazas cada uno] o el anuncio<br />

de la muerte en campaña del soldado del batallón<br />

de Ingenieros de Tetuán (Ceuta), Fernando Asián<br />

Sánchez, de quien, su superior pedía a la familia “una<br />

foto del difunto” para colgar en el comedor de la<br />

tropa, junto a los desaparecidos en combate. Antes de<br />

despedirse de la alcaldía, en la octava y última sesión<br />

plenaria de una efímera administración, apenas<br />

cien días de gobierno, Sánchez Vidal, sustituyó los<br />

nombres religiosos de las barcas de pasaje del río,<br />

últimos vestigios de los cambios realizados en el<br />

callejero local, recurriendo a los dos fundamentos<br />

simbólicos de su ideario político: República (en lugar<br />

de Virgen del Carmen) y Libertad (por Virgen de la<br />

Soledad).<br />

Su paso accidental por la alcaldía concluyó el<br />

jueves 7 de julio con la reposición de la corporación<br />

municipal de Luis Ramírez Palma. El Gobernador<br />

Valera Valverde, con un desconocimiento absoluto<br />

sobre las circunstancias que provocaron la anterior<br />

dimisión colectiva del consistorio coriano, restableció<br />

la legalidad de las urnas y cesó a la comisión gestora<br />

interina. Aunque Sánchez Vidal siguió perteneciendo<br />

a la corporación porque su anterior dimisión,<br />

como la de Juan Galán Infante, no obtuvo una<br />

Imagen familiar de José Sánchez Vidal, la más difundida, durante su<br />

etapa en la alcaldía de Coria del Río. Años treinta. [Generosa aportación<br />

de su biznieta Ana Ríos Rioja, de Isla Mayor].<br />

resolución definitiva. Así que el 25 de enero de 1933,<br />

encontramos su nombramiento en una comisión<br />

municipal controvertida, acompañado por Mariano<br />

Baquero Rodríguez, Manuel Carvajal Suárez y<br />

Manuel Alfaro Parra, todos del PRR, para emitir<br />

informe sobre las fincas de propiedad comunal que<br />

debían ser reintegradas al municipio y el expediente<br />

abierto por el deslinde de las vías pecuarias del<br />

término.<br />

Después de esta última noticia de Sánchez Vidal,<br />

vinculado al consistorio de Ramírez Palma y perdida<br />

toda afinidad política con su acción moderada y<br />

continuista, empieza su largo silencio y una ausencia<br />

ininterrumpida a los plenos municipales, hasta julio<br />

de 1934, en que se pide para él y otros tres concejales<br />

insubordinados, alguna clase de medida sancionadora<br />

para combatir su absentismo. Pero sin dar tiempo a<br />

ello, el día 23, Ramírez Palma presentó su dimisión<br />

irrevocable como alcalde del municipio ante la<br />

insostenible situación política y administrativa,<br />

arrastrada desde la victoria electoral de las derechas<br />

en noviembre de 1933. Tomará el relevo su primer


42<br />

<strong>Azotea</strong><br />

teniente de alcalde, Baldomero Palma Japón, que<br />

necesitó tres convocatorias plenarias, para la elección<br />

definitiva, siempre con mayoría relativa. Su adversario<br />

imprevisto fue José Sánchez Vidal, sin estar presente<br />

en ninguna de las sesiones correspondientes. La<br />

candidatura había surgido espontáneamente entre<br />

los disconformes con la línea conservadora del PRR<br />

de Lerroux 39 .<br />

En el mismo acto de nombramiento del aspirante<br />

Baldomero Palma el delegado gubernativo decretó el<br />

cese de Sánchez Vidal (18 de octubre de 1934) que<br />

en todo el año 1935 había desaparecido de la escena<br />

municipal para centrarse en la labor opositora de su<br />

nueva formación política, Izquierda Republicana (IR)<br />

–fundada por Azaña en 1934- de la que fue designado<br />

primer presidente local (10 de enero). A partir de<br />

entonces redobló sus esfuerzos por ampliar y fortalecer<br />

las bases del partido, que aumentó su representación<br />

social en el municipio, después de la constitución de<br />

la Juventud de Izquierda Republicana, donde militó<br />

su infortunado hijo menor, Manuel Sánchez Ruiz 40 .<br />

También enriqueció el horizonte político y cultural<br />

de sus seguidores celebrando numerosas conferencias<br />

y mítines 41 .<br />

Los comicios generales del 16 de febrero de 1936<br />

se produjeron en un agrio panorama social, con<br />

una tensión política muy polarizada. La población<br />

coriana creció –pasó de 10.181 a 10.361 habitantes<br />

en cinco años (+1’7%)- y su censo electoral, después<br />

de la inclusión del voto femenino y la rebaja de edad<br />

a dieciocho años se duplicó, evolucionando de 2.342<br />

a 4.682 electores. Hasta entonces el PRR, formando<br />

39 El nuevo edil, Baldomero Palma Japón, en la primera votación secreta, obtuvo<br />

siete votos y Sánchez Vidal, cuatro (asistieron 12 concejales, de un total de 17). En<br />

la segunda, la diferencia fue de seis votos a dos (asistieron 9 concejales) y finalmente,<br />

de siete a dos (asistieron 11 concejales). [AMCR. Actas Capitulares y correspondencia<br />

municipal, julio de 1934].<br />

40 El Liberal informó del nacimiento de la Juventud de Izquierda Republicana, el<br />

“elemento joven del partido”, con asistencia de “numerosos afiliados”. Su junta directiva<br />

estuvo compuesta por: Felipe Pacheco Márquez (presidente), José Hidalgo Pinto<br />

(vicepresidente), Juan Rodríguez Ferrari (secretario), Manuel Diéguez Palma (tesorero);<br />

y los vocales: José Romero Martín, Antonio Alfaro Suárez y Manuel Sánchez Ruiz. [El<br />

Liberal: 30 de marzo de 1934].<br />

41 1935 fue pródigo en conferencias: 28 de marzo, Justo Rodríguez Acosta: “Repúblicas<br />

romanas y españolas”; 31 de mayo, Manuel Infantes Florido: “La situación geográfica<br />

de Andalucía”; 17 de octubre, Juan Manuel Ramos Vallecillo (abogado, miembro<br />

del Consejo Provincial de IR): “Propagación de los idearios de IR”; 4 de noviembre,<br />

Alfredo Alonso Cárdenas (presidente de la Juventud Sevillana de IR): “Tuberculosis<br />

pulmonar y su profilaxis”; 21 de noviembre, José Monllor: “La guerra”; 6 de diciembre,<br />

José González Asencio: “Fascismo y el progreso ”. Un mitin preelectoral el 18 de enero<br />

de 1936 con la participación de Adolfo Alonso Cárdenas, Hipólito Pavón García<br />

(coriano y 4º teniente alcalde del ayuntamiento de Sevilla con el Frente Popular,<br />

fusilado el 5 de agosto), Juan Manuel Ramos Vallecillo y Juan María Aguilar. [AMCR.<br />

Correspondencia municipal: 1935, Izquierda Republicana].<br />

una coalición republicana con el PRRS, ganó con<br />

holgura las dos primeras elecciones –municipales y<br />

generales-, aunque la abstención había crecido -del<br />

50% al 74%-, debido a la escasa participación del<br />

sector obrero, principalmente el anarquismo, y por<br />

la coincidencia con la recolección olivarera. Los<br />

republicanos, con gran disciplina de partido desde<br />

su fundación, habían contado con el apoyo de una<br />

reducida clase media, nutrida principalmente de<br />

pequeños comerciantes, agricultores y funcionarios,<br />

además de una masa social heterogénea pero<br />

moderada. Sin embargo, en los comicios generales de<br />

febrero de 1936 se produjo el triunfo de una coalición<br />

nacional de partidos de izquierda, el Frente Popular,<br />

que dio lugar en Coria a un ayuntamiento formado<br />

por Unión Republicana –escisión en mayo de 1934<br />

del PRR conservador de Lerroux- (7 concejales),<br />

Izquierda Republicana azañista –absorbió al PRRS-<br />

(6 concejales), el Partido Socialista Obrero Español<br />

(3 concejales) y el Partido Comunista (1 concejal) 42 .<br />

El viernes 21 de febrero, José Sánchez Vidal era<br />

elegido alcalde, aunque Unión Republicana liderara<br />

la coalición de izquierdas, presidida por Gabriel<br />

García García (1907-1936). En Coria fueron<br />

repuestos en sus primitivos cargos siete concejales<br />

de elección popular que lo habían sido en 1931,<br />

junto a diez nuevos componentes republicanos para<br />

suplir a los conservadores destituidos. El equipo<br />

de gobierno lo formaron el alcalde Sánchez Vidal<br />

(IR), Luis Ramírez Palma (primer teniente de<br />

alcalde, UR), Juan Galán Infante (segundo teniente<br />

de alcalde, IR) y Manuel Carvajal Suárez (tercer<br />

teniente de alcalde, UR), todos los candidatos habían<br />

sido elegidos entre sus compañeros por aclamación.<br />

Además, quedaron rehabilitados: Francisco Jiménez<br />

Montero (UR), Manuel Japón Sosa (UR) y Mariano<br />

Baquero Rodríguez (UR). De la primera corporación<br />

republicana faltaban Manuel Alfaro Parra, que<br />

según su familia se había trasladado al extranjero<br />

en enero de 1935 y dos ex-concejales fallecidos<br />

accidentalmente en junio de 1933, Manuel Berdoy<br />

Ruiz y Manuel de la Rosa Bohórquez. Los nuevos<br />

concejales electos fueron: Miguel Franco García (IR),<br />

José Sosa Verdugo (IR), Felipe Pacheco Mejías (IR),<br />

42 Anexo 4: Las elecciones republicanas en el municipio de Coria del Río (1931-36).<br />

Anexo 5: Las corporaciones municipales de Coria del Río (1931-36).


<strong>Azotea</strong> 43<br />

José Llano Palma (IR), Francisco San Román<br />

Blanco (UR), Hilario Gómez Alcántara (UR),<br />

Antonio Cordero Sosa (PSOE), Joaquín<br />

Cobano Pineda (PSOE), Joaquín Benítez<br />

Lana (PSOE) y Antonio Ávila Peña (PC) 43 .<br />

Todos coincidían en la misma intención por<br />

recuperar la actividad reformadora del primer<br />

bienio y habían combatido activamente la<br />

política del periodo conservador, dos años de<br />

gobierno de las derechas que empobrecieron<br />

a las clases populares (reducción de salarios<br />

y encarecimiento de la vida) y desvirtuaron<br />

la imagen de cambio emprendida por la<br />

República.<br />

Las sesiones capitulares se sucedieron<br />

semanalmente con una actividad trepidante<br />

y contando con la colaboración de todos sus<br />

comprometidos integrantes. Sobre el gran consenso<br />

inicial recayó una tromba de ideas reformistas que<br />

buscó rectificar una realidad social y económicamente<br />

adversa: amnistía –secundada por la CNT- para todos<br />

los implicados en la revolución de octubre, aplicación<br />

definitiva de la reforma agraria y republicanización<br />

en todos los sectores administrativos.<br />

Los comicios generales de febrero y el<br />

nombramiento de Sánchez Vidal como alcalde, dos<br />

días después, estuvieron marcados por las cuantiosas<br />

y persistentes lluvias que culminaron en una enorme<br />

crecida del Guadalquivir. Su desbordamiento anegó<br />

todas las tierras llanas próximas al río, los cortijos,<br />

albergues y caseríos situados al sur del término<br />

municipal, las huertas y tierras de labor (Jaraquemada,<br />

Sestero, Borrego, Caño Navarro, El Sequero, La<br />

Dehesilla y casi toda la Vega). Más de tres mil hectáreas<br />

cultivadas vieron arrasadas todas sus cosechas,<br />

la mayor parte de las sementeras y los pastizales,<br />

pereciendo un alto número de cabezas de ganado. Las<br />

aguas también invadieron el centro urbano, dejando<br />

calles empantanadas y viviendas reblandecidas y<br />

desplomadas (calles Sevilla, Carrascalejo, Betis,<br />

Ferrer y otras). Muchas familias fueron realojadas<br />

provisionalmente en edificios públicos. El pueblo<br />

quedó completamente incomunicado por carretera,<br />

caminos secundarios y vía férrea. Sánchez Vidal,<br />

43 Anexos 4 y 5.<br />

José Sánchez Vidal (fila superior, empezando por la derecha) acompañado de su<br />

compadre Felipe Pacheco Mejías (a su lado). Delante de ellos, las hijas de Sánchez<br />

Vidal (Josefa y Rosario) y los hijos de Pacheco Mejías (Antonio y Sebastián) junto a un<br />

desconocido. Hacia el año 1920.<br />

desde el primer día, tuvo que hacer frente a esta<br />

inmensa calamidad, auxiliando personalmente al<br />

vecindario amenazado con la formación de “brigadas<br />

de socorro”, activas incluso de noche, y atendiendo<br />

diariamente a las familias de los obreros en paro<br />

absoluto, con “bonos de alimentación”, hasta verse<br />

agotar todos los modestos recursos municipales. Más<br />

de dos mil braceros campesinos y una cincuentena<br />

de pequeños labradores, afectados por la paralización<br />

de las faenas agrícolas, clamaron a su alcalde por<br />

un sustento esquivo los primeros y pidiendo su<br />

mediación para la concesión de créditos para volver<br />

a sembrar, los propietarios. Sánchez Vidal dirigió sus<br />

afanosas peticiones hacia los mayores hacendados<br />

locales 44 y el gobernador civil, Ricardo Corro Moncho<br />

(<strong>22</strong> de febrero-24 de mayo de 1936), militante de<br />

UR, que sólo alcanzó a conceder quinientas pesetas a<br />

cada pueblo damnificado. No hubo víctimas de aquel<br />

desastre natural y las pérdidas materiales se cifraron<br />

en torno a las quinientas mil pesetas, una cantidad<br />

desproporcionada para la época.<br />

Pero, por si al campo coriano le quedara algún<br />

resquicio de recuperación y a su alcalde Sánchez<br />

Vidal un pequeño respiro en su infortunio, el 11 de<br />

marzo regresó el temporal. El río Pudio se unió a los<br />

44 Los mayores contribuyentes del municipio eran: Juan Manuel Campos Asián (parte<br />

real: rústica, vecino), José Mª Ibarra y Gómez Rull (parte real: rústica, forastero);<br />

Antonio Pérez Tinao (parte real: urbana, vecino); Estanislao Asián Ruiz (parte real:<br />

industrial, vecino); Salvador Japón Ronquillo (parte real: sindicatos agrícolas locales);<br />

Antonio Pérez Tinao (parte personal: rústica, vecino); Diego Japón Díaz (parte<br />

personal: urbana, vecino); Carlos de Mesa Sánchez (parte personal: industrial, vecino).<br />

[AMCR. Edictos y correspondencia: 17 de abril de 1936: Repartimiento General].


44<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Vista parcial desde el cerro de San Juan de una extensa zona inundada en el municipio. El río<br />

ha perdido su trazado y sus márgenes aparecen completamente anegadas. Años veinte (obsérvese el<br />

arbolado incipiente del Paseo del Río en el extremo superior izquierdo).<br />

desbordamientos y anegó todos los bajos, huertas,<br />

viviendas, corrales y hornos ladrilleros. La carretera<br />

volvió a quedar interceptada. La madrugada del<br />

24 de marzo se vinieron abajo veintidós metros de<br />

la tapia del “viento sur del cementerio” (fundado<br />

en 1868). Una pareja de la guardia civil tuvo que<br />

custodiar trece nichos desprotegidos, de animales<br />

y personas, hasta su reconstrucción. El gobernador<br />

civil pidió al ministro de la Gobernación, Martínez<br />

Barrio, y al de Comunicaciones, Blasco Garzón<br />

-desplazados a Sevilla-, “recursos extraordinarios para<br />

la situación angustiosa de la provincia”, sin resultados<br />

inmediatos para Coria. El 13 de abril, el temporal<br />

se despidió arrancando de raíz cuatro acebuches y<br />

una higuera en la dehesa Atalaya. Afortunadamente<br />

también acabó con unas perturbadoras plagas de<br />

langosta, convertidas en circunstanciales aliadas de la<br />

pobreza, desde la primavera de 1935. La corporación<br />

de Sánchez Vidal había invertido “aproximadamente<br />

30.000 pesetas en bonos de alimentación”, para<br />

mitigar el hambre de las familias jornaleras. Los<br />

panaderos se quejaron por haber ayudado a solucionar<br />

la crisis de paro, facilitando pan a los trabajadores, sin<br />

ver satisfechos su “espíritu de ciudadanía y sacrificio<br />

económico”, pero el ayuntamiento nada pudo hacer<br />

por extinguir su deuda, ni siquiera en “pequeños<br />

plazos”, como ellos solicitaban.<br />

José Sánchez Vidal afrontó desde<br />

un primer momento el “problema<br />

campesino”, extendido por todo el<br />

campo andaluz y volvió a reclamar<br />

de la Administración republicana,<br />

como lo haría Luis Ramírez Palma<br />

en 1931, la devolución de los bienes<br />

comunales –más de 3.000 hectáreas<br />

(49% del término municipal)-,<br />

considerados como un despojo<br />

del patrimonio municipal y una<br />

justa reivindicación histórica que<br />

la ley amparaba [Ministerio de la<br />

Gobernación, circular de 16 de<br />

junio de 1931]. Había que ampliar<br />

y colonizar la superficie cultivable<br />

-5.000 hectáreas de terrenos<br />

arcillosos (81%)-, en un término<br />

muy limitado para una cantidad<br />

excesiva de campesinos periódicamente desempleada.<br />

Casi la totalidad de estas tierras expropiables -2.800<br />

hectáreas (93%)-, valoradas como “magníficas” para<br />

la agricultura, estaban en poder de “varios señores”<br />

que no las explotaban directamente y convertidas en<br />

“cerrados destinados a pastos”.<br />

Para llevar a cabo la parcelación de estos predios<br />

de patrimonio local entre pequeños campesinos –se<br />

barajó la cifra inicial de 300 colonos- y no caer en<br />

manos de los “eternos usureros”, había que levantar<br />

una estructura de ayuda económica que favoreciera<br />

su colonización. El 17 de abril, la corporación<br />

de Sánchez Vidal reivindicó el retorno de los<br />

fondos públicos del Pósito –más de 50.000 pesetas<br />

acumuladas- que durante la Dictadura se habían<br />

administrado por manos privadas. Una institución<br />

que desde sus remotos orígenes fue depósito de<br />

cereales, perteneciente al municipio con destino<br />

a paliar las malas cosechas, ofreciendo préstamos<br />

asequibles entre el vecindario y que ahora se pretendía<br />

recuperar, para darle una función social apremiante<br />

como “banco agrícola”, protegido y consolidado por<br />

el Estado. Pero el ministerio de Agricultura, rechazó<br />

la vuelta del pósito al ayuntamiento por considerar<br />

que su junta administradora cumplía “perfectamente<br />

y a satisfacción con su cometido”. A pesar de la<br />

negativa oficial, el 19 de mayo, Sánchez Vidal insistió


<strong>Azotea</strong> 45<br />

en su demanda ante el ministerio, denunciando las<br />

irregularidades destapadas por pequeños labradores<br />

de “que gran parte de los fondos [se prestaban] a<br />

industriales y comerciantes, sin que [llegaran] a ellos<br />

sus beneficios”. La respuesta ministerial zanjó la<br />

cuestión exigiendo que la denuncia fuera interpuesta<br />

directamente por los propios denunciantes.<br />

Fueron momentos difíciles para Sánchez Vidal,<br />

cabeza visible de un ayuntamiento con el deber<br />

ineludible de dar solución a una situación laboral<br />

tensa y conflictiva. Desde su nombramiento como<br />

alcalde había centrado todos sus esfuerzos en la<br />

obtención de empleo durante los ciclos agrarios de<br />

máxima inactividad y siempre encontró sus mayores<br />

obstáculos, insalvables, en la labor obstruccionista<br />

de los patronos más influyentes y en la actuación<br />

autoritaria y recelosa de los gobernadores civiles (que<br />

tachaban de incompetencia a muchos ayuntamientos),<br />

más preocupados por el mantenimiento del orden<br />

público, el proteccionismo encubierto de la patronal<br />

–aduciendo cumplimiento de la ley- y el ataque<br />

frontal al jornalerismo reivindicativo.<br />

Cuando Sánchez Vidal se obcecaba por<br />

intervenir en los conflictos sociales y colocar a sus<br />

obreros desempleados, en propiedades de poderosos<br />

hacendados e incluso de la Junta de Obras del Puerto<br />

-26’5 hectáreas marítimas-, recibía el correspondiente<br />

telegrama del gobernador advirtiéndole de no<br />

tramitar “quejas y demandas” contra ellos porque<br />

alegaban siempre falta de garantías los primeros o<br />

pertenencia al Estado los segundos 45 . La Delegación<br />

Provincial de Trabajo se opuso de forma reiterada a<br />

su empeño personal por aumentar la contratación de<br />

obreros. Exigía de él la mediación en los conflictos<br />

laborales pero sin inclinarse hacia los desposeídos,<br />

a quienes debía mantener vigilados en todos sus<br />

movimientos y dar cuenta de ello como lo haría un<br />

delegado gubernativo. De esta forma le impidieron<br />

aplicar unas bases locales de trabajo que favorecieran<br />

a los jornaleros porque su aprobación era únicamente<br />

competencia de los jurados mixtos y le obligaron<br />

a proteger el uso de maquinaria en la siega de<br />

45 El alcalde dio un plazo de 48 horas para realizar obras en la “casa del teléfono”. El<br />

gobernador le comunicó que se abstuviera de formular cualquier requerimiento porque<br />

la finca pertenecía al Estado y contaba con personal propio, así que no podía recibir<br />

obreros de la bolsa de trabajo municipal. [AMCR. Correspondencia: 2 julio 1936.<br />

Telegrama].<br />

cereales deteniendo, en forzada colaboración con<br />

una guardia civil muy activa, a toda persona que<br />

ejerciera autoridad entre sus convecinos –señalando<br />

a los líderes anarquistas y comunistas. A pesar de ello,<br />

Sánchez Vidal siempre contó con la colaboración de<br />

los partidos y sindicatos de izquierda (CNT, UGT y<br />

PC) y de sus líderes y representantes hasta finales del<br />

mes de junio 46 .<br />

La ocupación de grandes fincas del término<br />

municipal por jornaleros en paro, estuvo directamente<br />

relacionada con la negativa de algunos destacados<br />

hacendados a pagar jornales, previamente convenidos<br />

o pactados en presencia del alcalde Sánchez Vidal. El<br />

gobernador civil dio un trato preferente al asunto de<br />

los “asaltos de fincas rústicas”, muy extendido en el<br />

resto de la provincia pero que en Coria tuvo unas<br />

características específicas. Sus telegramas alertaron al<br />

alcalde sobre la negligencia en estas prácticas ilegales<br />

que supondrían su fulminante destitución. El 23 de<br />

mayo un poderoso propietario y conocido ganadero<br />

sevillano, José Anastasio Martín 47 , dirigió instancia al<br />

gobernador para protestar por el impago de jornales<br />

que le reclamaba el ayuntamiento. Sánchez Vidal<br />

argumentó que las cuotas exigidas al propietario<br />

de la finca Caño Navarro, fueron acordadas en un<br />

“pacto de trabajo”, con presencia de la patronal y<br />

de un delegado gubernativo, para aliviar la crisis de<br />

paro y que consistía en la construcción de una red de<br />

desagüe destinada a la desecación de las zonas agrarias<br />

inundadas por los temporales 48 . El plan se ejecutó con<br />

la promesa de todos los propietarios por contribuir<br />

“en razón a sus extensiones superficiales”. En la finca<br />

de José Anastasio fueron construidas unas gavias y<br />

se recompuso el vallado para que su ganadería brava<br />

no invadiera peligrosamente los predios colindantes.<br />

46 Los miembros más activos que colaboraron con él desde la alcaldía fueron asesinados<br />

después del 24 de julio. Por la CNT: Matías Ufano Parra, Antonio Bayón Aznao y<br />

Francisco Bohórquez Franco. Por el Partido Comunista: Antonio Carvajal Castro,<br />

Antonio León Rico, Felipe Cárdenas Cordero y José Castro Muñoz. Por la UGT,<br />

Nicolás Zapata Pérez.<br />

47 José Anastasio Martín heredó la finca Caño Navarro, adquirida por su padre, el<br />

sevillano Anastasio Martín (alcalde de Coria en 1835), que vivía en la calle Altozano<br />

(una parte de la vivienda se convertiría en capilla del Rocío) y fundó su importante<br />

ganadería de reses bravas en 1838. La fama de sus toros de lidia se extendió por todo el<br />

país. José Anastasio fue agricultor además de ganadero e intervino en política por del<br />

partido liberal. En 1910 fue nombrado hermano mayor perpetuo de la Hermandad<br />

del Rocío de Coria que obtuvo el título de “Real” gracias a sus buenas relaciones con el<br />

rey Alfonso XIII. [Barragán de la Rosa, F.J.: “José Anastasio Martín (187?-1945). Un<br />

influyente político y rociero”. Futuro Imperfecto. Periódico digital, 2011].<br />

48 Según lo pactado, José Anastasio Martín debía abonar 352 pesetas (64 peonadas a<br />

5’50 pesetas cada una) por el arreglo de la cerca de su finca de toros bravos; y 1.060<br />

pesetas del reparto adjudicado por las obras de desagüe. [AMCR. Registro de Salida:<br />

11 abril 1936].


46<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Aspecto parcial del centro neurálgico de la localidad desde la casa cuartel de la Guardia Civil (en primer plano a nuestra derecha), separada sólo por cuatro<br />

viviendas del Ayuntamiento. Durante el golpe militar de 1936 se encontraba de forma provisional en la parte baja de la calle Fermín Galán (San Juan),<br />

donde su tropa se acuarteló. Foto Oña.<br />

El ganadero reconoció las obras de vallado ejecutadas<br />

y alegó que no afectaban a su finca porque estaba<br />

destinada a producción de pastos como cerrado de<br />

reses y no a laboreo. Asimismo, afirmó haber abonado<br />

los jornales –desvirtuando la demanda del alcalde- y<br />

recibir obreros jamás solicitados. Tampoco reconoció<br />

la firma del pacto acordado. El gobernador civil,<br />

Ricardo Corro, medió en el asunto retirando toda<br />

responsabilidad a José Anastasio Martín y suspendió<br />

el procedimiento de apremio administrativo para<br />

cobro de jornales incoado por Sánchez Vidal.<br />

El 1 de julio el gobernador civil entrante, José<br />

María Varela Rendueles 49 , prohibió a Sánchez<br />

Vidal seguir apremios administrativos para el cobro<br />

de jornales a los grandes propietarios, ya que lo<br />

consideraba un procedimiento ejecutivo “sólo para<br />

el cobro de impuestos y exacciones municipales”<br />

49 El nuevo gobernador se presentó, por telegrama, al alcalde Sánchez Vidal, solicitando<br />

su “máxima colaboración” y su plena “decisión y energía” en el mantenimiento del<br />

orden público. Reclamó una atención especial en evitar la invasión de fincas por obreros<br />

en paro y su desalojo a través de la fuerza. El incumplimiento de sus órdenes sería<br />

sancionado con la destitución inmediata. [AMCR. Correspondencia de Entrada: 30<br />

mayo 1936: Telegrama].<br />

a los contribuyentes. Mientras que las deudas de<br />

jornales eran “obligaciones de carácter privado” que<br />

correspondían a los tribunales ordinarios. Le conminó<br />

a no salirse de la ley y a utilizar otros medios y recursos<br />

-que según él “no [faltaban]”- para “amparar al obrero<br />

y perseguir al patrono por su conducta”. Sánchez<br />

Vidal contestó haber “ordenado la suspensión de<br />

embargo a un número limitado de contribuyentes<br />

que tenazmente se había opuesto a abonar cuotas<br />

correspondientes a trabajo comunal de desagües<br />

del término”, un “pacto formulado de conformidad<br />

absoluta con los contribuyentes” –reiteró el alcalde-,<br />

para resolver la crisis de trabajo producida por “las<br />

varias inundaciones” que paralizaron las faenas<br />

agrícolas. En esta importante obra de “canalización<br />

o desagüe” que afectó a todo el término municipal<br />

se había invertido en jornales 35.932 pesetas y<br />

únicamente fueron satisfechas 18.000 (50%), por la<br />

negativa de algunos hacendados a sufragar su parte.<br />

Sánchez Vidal confesó a Varela Rendueles haber<br />

agotado “todos los medios amistosos” para solucionar


<strong>Azotea</strong> 47<br />

este “desequilibrio económico y moral” que dejaba<br />

a su ayuntamiento más endeudado después de los<br />

graves temporales.<br />

Hubo otros convenios escritos con propietarios<br />

domiciliados o refugiados en la capital, sobre<br />

realización de obras, cuyos jornales tampoco<br />

recibieron su correspondiente pago o en el peor de<br />

los casos cubrieron largos y pedigüeños trámites<br />

[protagonizados por: José García Rodríguez, Joaquín<br />

Buendía, José María Ybarra, Gregorio Campos<br />

Jiménez, José Baras y Carmen e Isabel Romero Castro].<br />

“Interponga su influencia –apremiaba Sánchez Vidal<br />

al gobernador- o autorice un medio hábil a esta<br />

alcaldía para resolver su situación económica”. A tres<br />

días del golpe de estado, el delegado de trabajo de la<br />

comisión municipal, Francisco Bohórquez Franco<br />

(1890-1936), denunció ante el alcalde y el gobernador<br />

civil, que en el cortijo de Borrego, propiedad de José<br />

María Ybarra 50 y explotado en régimen de aparcería<br />

por once colonos del municipio, se habían realizado<br />

faenas de “cava y siega”, durante la primera semana de<br />

julio, sin haberse obtenido su cobranza. Añadió que<br />

el hacendado se negaba a recibirlos. Varela Rendueles<br />

confesaría en sus memorias, una vez pasados estos<br />

incidentes vejatorios, las dificultades insalvables de su<br />

mandato y admitió que “con 40 ó 50 jornales al año no<br />

se [podía] vivir”. Casos como los precedentes estarían<br />

incluidos injustamente en este apartado de invasión de<br />

fincas, que desacreditó al jornalerismo sevillano.<br />

La aplicación del decreto de laboreo forzoso<br />

(Largo Caballero, 1931) para obligar a los<br />

hacendados a cultivar sus tierras, siguiendo todas<br />

las labores necesarias, según el uso y costumbre del<br />

lugar, también obtuvo una concluyente respuesta<br />

de obstrucción por parte de los patronos implicados<br />

en el término municipal. El 29 de abril, Sánchez<br />

Vidal difundió un edicto que advertía rigurosamente<br />

sobre el incumplimiento de la ley, con aplicación de<br />

multas y otras sanciones, pero no obtuvo resultados<br />

satisfactorios porque los correctivos tampoco se<br />

cumplían. Entonces dirigió a la Junta provincial de<br />

Reforma Agraria una relación de fincas del municipio<br />

50 José María Ybarra Gómez–Rull (1880-1964) había realizado la carrera de derecho<br />

y era presidente de la compañía Ybarra. Desempeñó actividades de naviero, agricultor<br />

y ganadero. Fue presidente de la Unión Patriótica, la Unión Monárquica Nacional y la<br />

Junta de Obras del Puerto [ABC: miércoles 1 de julio de 1964]. Era propietario de la<br />

finca “La Cascajera”.<br />

“destinadas a pastos y susceptibles de cultivo” 51 para<br />

que ésta ordenara su siembra y aminorara “la intensa<br />

crisis de falta de trabajo”. Desoídos sus requerimientos<br />

y considerada la urgencia de la situación, actuó contra<br />

los cínicos infractores. De esta manera, la comisión<br />

mixta local de Trabajo abrió expediente de laboreo<br />

al hacendado Gregorio Campos Jiménez, avecindado<br />

en Sevilla, “conminándole a la ejecución de labores de<br />

roturación en terrenos” de su cortijo “Jaraquemada”.<br />

La finca tenía una superficie catastral de 240 hectáreas<br />

y según el propietario estaba dedicada “exclusivamente<br />

a pastos para la alimentación de ganados”, aunque<br />

poseía 142 hectáreas (59%) de dehesas y 97 (41%)<br />

dedicadas al cultivo de cereales. Para no aumentar<br />

su explotación agraria, Campos Jiménez, mandó<br />

confeccionar un informe pericial donde pretendió<br />

justificar que la finca tenía 50 hectáreas menos (-21%)<br />

de las oficialmente catastradas y que, dentro de la<br />

porción cultivable exigida con arreglo a la legislación<br />

republicana, había 23 hectáreas en barbecho, con<br />

abundante vegetación, “debido al exceso de agua”,<br />

que aprovechaba para su ganadería. Pero realmente<br />

era un trozo de dehesa encubierta, incluido como<br />

predio cultivado porque -afirmaba su propietariohabía<br />

sido previamente roturado, muy a pesar de los<br />

prolongados temporales.<br />

Las inspecciones sanitarias (“medico-pecuarias”)<br />

giradas a los cortijos de la margen izquierda del<br />

Guadalquivir y orientadas hacia la contratación de<br />

obreros incluidos en la bolsa local de trabajo (gremio de<br />

albañiles), también conformaron otro decepcionante<br />

capítulo de reclamaciones estériles en la consagrada<br />

actuación política de Sánchez Vidal. Estas medidas<br />

consistoriales buscaron aliviar las severas condiciones<br />

de vida soportadas por el jornalerismo coriano, que se<br />

veía obligado a cruzar el río en dos toscas e inseguras<br />

barcas a remo (una dedicada al personal y otra a<br />

carruajes y animales de carga), para recorrer largas<br />

distancias por caminos y veredas agrestes –malogrados<br />

proyectos de carretera- hasta alcanzar los desolados e<br />

inhóspitos cortijos de la Hermandad, Bastero, Caño<br />

Navarro, Jaraquemada o Borrego. En todos ellos,<br />

el médico inspector municipal, Agustín Álvarez<br />

51 En la relación, Sánchez Vidal incluía una finca catastrada a nombre del ex-duque de<br />

Terranova, ex-grande de España y otra de la ex-marquesa viuda de Esquivel, implicada<br />

en la sanjurjada, “que [debieron] ser expropiadas” –informaba el alcalde. [AMCR.<br />

Registro de Salida: 23 mayo 1936. Sr. Presidente de la Junta Provincial de Reforma<br />

Agraria].


48<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Domínguez, descubrió construcciones rudimentarias<br />

y en manifiesto abandono. Habitáculos reducidos<br />

sin ventanas, carentes de pavimento y generalmente<br />

con paredes sin acicalar. Las reformas excedían el<br />

ámbito estrictamente sanitario y se adentraban en el<br />

dominio de la reedificación: construcción de nuevas<br />

habitaciones para que los muleros no pernoctaran<br />

en las cuadras, retirada de la cocina del dormitorio<br />

colectivo, instalación de techos, apertura de ventanas,<br />

pavimentación de suelos, blanqueo de paredes…<br />

El veterinario inspector municipal, Manuel<br />

Jiménez, también propuso, en todos los cortijos<br />

anteriormente nombrados como reformas comunes,<br />

la pavimentación inclinada de las cuadras para<br />

recogida de orines, arreglo del “tinaón”, blanqueo<br />

y limpieza general. Pero los plazos dados para<br />

realizar las obras no se cumplían y la imposición de<br />

multas de 25 pesetas no eran satisfechas, entonces<br />

el ayuntamiento ejecutaba los trabajos con personal<br />

desempleado. Como los jornales tampoco se<br />

satisfacían, el alcalde dirigió sus reclamaciones al<br />

gobernador civil. No tardó en aparecer el primer<br />

recurso contra este ordenamiento municipal. José<br />

María de Ybarra, con su cortijo “Borrego” cultivado<br />

en régimen de aparcería por once colonos, rechazó la<br />

imposición de edificar alojamiento para las familias<br />

de los once trabajadores de sus predios. Según él,<br />

el contrato concernía exclusivamente a la tierra de<br />

labor y no al caserío, compuesto por un granero y la<br />

vivienda del guarda de la finca. Los colonos debían<br />

procurarse “por sí mismos viviendas […] y sólo en<br />

algunas ocasiones y de una manera accidental y por<br />

condescendencia [pernoctaban] algunos en el caserío,<br />

pero sin que esto [constituyera] derecho alguno a su<br />

favor y mucho menos para habitación permanente<br />

de los mismos o sus familiares”. José María de Ybarra<br />

sólo se sintió obligado al “arreglo del pavimento del<br />

tinaón destinado a ganado”.<br />

La Ley de términos municipales (Largo Caballero,<br />

1931) pretendió atenuar la “crisis de paro forzoso”,<br />

prohibiendo la admisión de jornaleros de otros<br />

municipios, mientras hubiese vecinos desempleados.<br />

Pero para Sánchez Vidal esta medida sólo beneficiaba<br />

a pueblos con amplio territorio o reducida población<br />

jornalera, como el término de Puebla del Río,<br />

con 48.500 hectáreas y 3.475 habitantes 52 . Esta<br />

demarcación contigua favorecía la mejor proyección<br />

del campesinado coriano, a pesar de su relativa<br />

lejanía para la época y de contener un 75% de<br />

marismas. También contaba con el sostén propicio<br />

de dieciséis hacendados y ganaderos corianos,<br />

afincados desde tiempos remotos en cortijos situados<br />

en plena marisma o sus aledaños 53 . Durante la<br />

alcaldía de Luis Ramírez Palma, en 1933, se había<br />

conseguido la unificación laboral de ambos términos<br />

municipales pero las dificultades siempre estuvieron<br />

presentes. El 19 de mayo, Sánchez Vidal iba a vivir<br />

los últimos y efímeros desacuerdos con su homólogo<br />

cigarrero, Delfín Abad Moreno, miembro del Partido<br />

Comunista. Había recibido las quejas de jornaleros<br />

corianos a los que se les prohibió el trabajo agrícola<br />

en dominios explotados por labradores vecinos y<br />

le rogaba que no opusiera “dificultad al trabajo de<br />

éstos, siquiera por obra de humanidad”. Para Sánchez<br />

Vidal la finca Isla del Guadalquivir (“más de veinte<br />

mil hectáreas de terreno laborable”), propiedad de la<br />

Compañía Hispalense de Valorización de Marismas,<br />

debía ser incautada por el Estado, después de haber<br />

abandonado definitivamente sus cultivos de arroz<br />

en 1933. El anarquismo coriano extendió su radio<br />

de acción al conflicto agrario de la zona, donde se<br />

debatían en la más absoluta miseria 250 familias<br />

(1.000 habitantes), concentradas en el poblado de<br />

colonización Villaguadiamar -Alfonso XIII-, a la<br />

espera de ser repartidas por el Gobierno Civil en otras<br />

comarcas cercanas. Sánchez Vidal estaba convencido<br />

de que estos dominios podían absorber todo el<br />

desempleo agrario del entorno y así se lo hizo saber<br />

por escrito al ministro de Agricultura (10 de junio).<br />

El mismo conflicto laboral de obreros expulsados<br />

se reprodujo en el término de Palomares del Río,<br />

esta vez los obreros locales se opusieron, “empleando<br />

toda clase de medios”, a que los patronos corianos<br />

52 Mientras Coria del Río tenía una densidad de población de 166 habitantes/<br />

km2, Puebla del Río no llegaba a los 10 hab./km2. Los demás pueblos del entorno,<br />

menos Gelves (233 hab./km2) estaban por debajo del límite poblacional coriano: Dos<br />

Hermanas, 18 hab./km2; Palomares, 54 hab./km2 y Almensilla, 84 km2.<br />

53 Predios y propietarios corianos en el término de Puebla del Río: “El Tané”:<br />

Antonio Pérez Tinao. “El Mármol”: Juan Ortega Rioja. “Casas Reales”: José Peña<br />

Campos, Manuel Peña Campos y José Bohórquez Japón. “Los Moriscos”: Salvador<br />

Japón Ronquillo, Manuel Palma Franco, Francisco Palma Franco y Francisco Mora.<br />

“Las Niñas de Carrera: José Japón Díaz. “Casa Blanca: Manuel Gutiérrez Palma. “El<br />

Cogujón del Arzobispo”: Antonio Campos Jiménez. “La Isla Mayor y La Lisa”: Manuel<br />

Campos Jiménez. “Calonge”: Leopoldo Escacena Osorno. “La Isla Mayor”: Manuel<br />

Japón Japón y Juan Manuel Campos Asián. [AMCR. Correspondencia. 16 marzo<br />

1934: Comisión de Paro de Puebla del Río].


<strong>Azotea</strong> 49<br />

Gremio de albañiles. Reparación de una tapia en el casco urbano desde un elemental andamiaje.<br />

Años treinta. Generosa aportación de Manuel Rojas Sosa.<br />

asentados en dicho municipio colindante, utilizaran<br />

jornaleros vecinos en sus labores agrícolas. Sánchez<br />

Vidal acusó ante el gobernador civil al alcalde<br />

palomareño, Esteban Barrera Domínguez, por<br />

incumplir el convenio pactado de un reparto del<br />

50% de obreros para ambas localidades. Mientras<br />

en el término municipal de Almensilla, donde<br />

también había propietarios corianos asentados 54 , no<br />

se produjeron altercados laborales. El 24 de junio,<br />

Sánchez Vidal, agotaba sus últimas posibilidades de<br />

empleo, dirigiéndose al alcalde de Dos Hermanas, el<br />

frentepopulista Manuel Rubio Doval, para colocar a<br />

54 En Almensilla había catorce propietarios corianos: Ana Curiel Murit, Antonio<br />

Bizcocho Asián, Antonio Pérez Tinao, Manuel Pérez Tinao, Antonio Alfaro Palma,<br />

Manuel Campos Silgado, Francisco Castañeda Infante, Luis Palma, Hros. de Miguel<br />

Fernández Sosa, José Japón Asían, Antonio Sosa Salado, Rosario Alfaro de la Rosa,<br />

Manuel Palma Fernández (o Franco) y José Rodríguez Acevedo.<br />

sus obreros desempleados en el cortijo<br />

“El Copero”, de ese término municipal,<br />

con la misma proporción del 50%<br />

[“si tiene a bien ver con agrado esta<br />

petición” –le escribió]. Aunque desde<br />

principios de mes un grupo de obreros<br />

nazarenos había invadido el cortijo. 55<br />

Por otra parte, los restringidos<br />

recursos forestales de la Dehesa<br />

Atalaya 56 sirvieron de escaso provecho<br />

al vecindario más necesitado, desde la<br />

lenta vía oficial, como la autorización<br />

para el arranque gratuito de matorral<br />

en febrero, o los arriesgados cauces de<br />

la clandestinidad. Muchos fueron los<br />

pobladores corianos “sorprendidos”,<br />

a veces “infraganti”, según la<br />

versión del guarda forestal, Antonio<br />

Herrera, acompañado siempre por<br />

su compañero, Manuel Perales de la<br />

Torre. Describía en sus denuncias<br />

los daños fraudulentos producidos al<br />

monte, los utensilios rudimentarios<br />

intervenidos -un hacha o un calabozo-,<br />

y las sanciones impuestas a razón de<br />

los perjuicios ocasionados (alrededor<br />

de 10 ó 20 pesetas), generalmente en el<br />

arbolado, para la práctica del carboneo.<br />

Aunque el 9 de mayo el gobierno<br />

republicano había condonado todas las<br />

multas impuestas con anterioridad, la actividad<br />

ilegal de tala de acebuches o algunas de sus ramas y<br />

la extracción de tocones se incrementó notablemente<br />

durante ese mes. El 28 de mayo recoge los mayores<br />

perjuicios realizados al monte, con la corta de<br />

veintiocho acebuches en tres lugares distintos de la<br />

dehesa, sin ser descubiertos los infractores de un daño<br />

valorado en cien pesetas. La corporación de Sánchez<br />

Vidal también puso al descubierto sus dificultades<br />

para efectuar el cobro del arbitrio de pasturaje a<br />

55 “Una numerosa comisión del Sindicato Agrícola de Coria del Río, presidida por su<br />

presidente, D. Salvador Japón Ronquillo, se entrevistó con el ministro de Agricultura<br />

para hacerle presente su más enérgica protesta por el alojamiento que se está llevando<br />

a cabo, ilegalmente, de obreros del pueblo de Dos Hermanas, que van a trabajar al<br />

cortijo El Copero, labrado por modestos y pequeños agricultores”. [ABC. Martes 9 de<br />

junio de 1936].<br />

56 Consistentes en aprovechamientos leñosos (limpia de arbolado y arranque de<br />

matorral gratuitos para vecinos pobres), forestales (ramoneo, acebuchina y siega de anea<br />

en la albina del Ciego) y pasturaje en la dehesa comunal. [AMCR. Correspondencia:<br />

Plan Forestal de 1932-33].


50<br />

<strong>Azotea</strong><br />

ganaderos influyentes de la localidad. Gregorio<br />

Campos Jiménez, mostró su indignación al saberse<br />

requerido por la vía de apremio a causa de algunos<br />

descubiertos producidos en años anteriores que<br />

creía equivocados o satisfechos. Rechazó el sustento<br />

de sesenta y dos cabezas de ganado [“a razón de 25<br />

pesetas por cabeza”, 1.550 pesetas] por considerarlas<br />

imaginarias y el de treinta y cinco caballos porque<br />

-poniendo por testigo a su ganadero- sólo estuvieron<br />

de paso y no se detuvieron a pastar. Otro caso fue<br />

el de Francisco Gutiérrez San Román que estuvo en<br />

busca y captura por haber sacado de la dehesa “once<br />

cabezas de ganado vacuno, sin haber abonado los<br />

derechos de pasturaje”.<br />

José Sánchez Vidal, como miembro del PRRS<br />

durante el primer bienio republicano, había apostado<br />

por la escuela estatal única y definitivamente laica,<br />

su líder, Marcelino Domingo, era de nuevo ministro<br />

de Instrucción Pública. Para él había llegado el<br />

momento de superar de una vez el inmovilismo<br />

de la Monarquía, cargada de contenido religioso,<br />

que mantuvo al pueblo en la ignorancia (55%<br />

de analfabetismo en 1932) y que el bienio de la<br />

contrarreforma pretendió resucitar. Una de sus<br />

primeras decisiones como alcalde fue clausurar la<br />

“Escuela Católica” (calle Guadalquivir número 15),<br />

perteneciente a la asociación sevillana “Amigos de la<br />

Escuela” y representada por el influyente hacendado<br />

coriano Manuel Peña Gutiérrez, miembro del partido<br />

conservador monárquico Acción Popular. Éste exigió<br />

del alcalde explicaciones por escrito del cierre “para<br />

obrar en consecuencia” (28 de febrero), pero la<br />

respuesta municipal nunca llegó.<br />

Sin embargo, el mayor logro educativo de la actual<br />

corporación fue la aprobación de un grupo escolar,<br />

solicitado anteriormente por Luis Ramírez Palma y<br />

ratificado en vano por Baldomero Palma Japón. El<br />

3 de abril, Sánchez Vidal, con el acuerdo unánime<br />

de su corporación, comunicó al director general de<br />

primera Enseñanza la necesidad indispensable del<br />

municipio de conseguir un edificio escolar adecuado,<br />

para una población escolar que en 1932 alcanzaba la<br />

cifra de 2.585 niños [25% de la población total de<br />

habitantes: 910 niños, 925 niñas y 750 párvulos], que<br />

sólo contaba con cuatro escuelas unitarias de niños,<br />

cuatro de niñas y una de párvulos, con capacidad<br />

para unos 600 alumnos. El proyecto de construcción<br />

directa por el ayuntamiento, de una escuela graduada<br />

“con ocho secciones y los locales destinados a<br />

biblioteca y dos departamentos de duchas” (31 de<br />

marzo), fue confeccionado por el ilustre arquitecto<br />

sevillano Juan Talavera Heredia y aprobado desde<br />

el ministerio de Instrucción Pública, con una<br />

subvención de 120.000 pesetas (8 de mayo) 57 . Sólo la<br />

sublevación militar impedirá su ejecución y la mejora<br />

en la organización de la enseñanza primaria que<br />

figuraba como la segunda prioridad del vecindario<br />

coriano, inmediatamente después del requerimiento<br />

popular de viviendas económicas.<br />

El domingo 26 de abril Sánchez Vidal comunicó<br />

al gobernador civil, Ricardo Corro, que se habían<br />

desarrollado sin incidentes en la localidad, las<br />

elecciones de compromisarios para designar al<br />

presidente de la República 58 . Esa buena noticia<br />

venía a neutralizar los malos presagios de la tarde<br />

anterior, cuando “los elementos de la CNT, los<br />

nuevos comunistas y socialistas” se instalaron en la<br />

capilla de la Soledad, también sin altercados, porque<br />

el cura párroco, Esteban Rodríguez Núñez (1903-<br />

1962), entregó la llave a una comisión de obreros.<br />

En la ermita no había imágenes al desalojarse con<br />

anterioridad en previsión de nuevas profanaciones<br />

y sólo fueron retirados unos altares. Sánchez Vidal<br />

conoció este suceso un día después de consumado,<br />

por hallarse enfermo y “guardar cama”, así se lo<br />

notificó a Ricardo Corro. La respuesta telegrafiada<br />

del gobernador civil fue inmediata, conminándole a<br />

desalojar del templo a sus ocupantes. Mientras tanto el<br />

cabo de la Guardia civil, Álvarez Cabeza, le proponía<br />

el uso de la fuerza, participándole el rumor de un<br />

posible asalto a la ermita del Cerro y otro posterior,<br />

a la parroquia de la Estrella –comentarios habituales<br />

57 Juan Talavera Heredia (1880-1960) elaboró un proyecto de grupo escolar valorado<br />

en 168.430’87 pesetas, pero el consistorio solicitó una subvención de 132.000 pesetas,<br />

cifra finalmente reducida a 120.000 pesetas por la Administración educativa. [AMCR.<br />

Libro de Salida: 31 de marzo, 3 de abril y 8 de mayo de 1936].<br />

Rojas Castellano, Francisco: La enseñanza en Coria del Río (Sevilla) hasta la Guerra<br />

Civil (1734-1936). (Un modelo de escuela rural). Diputación de Sevilla, 2014.<br />

58 El sucesor de Alcalá Zamora debía ser elegido por una mitad de compromisarios,<br />

proclamada en las urnas, junto con otra de diputados a Cortes. En Coria se realizó el<br />

siguiente escrutinio: Miguel Mendiola (UR) 3.078, Luis Puerta (IR) 3.078, Saturnino<br />

Barneto (PC) 3.075, José Estrada (PSOE) 3.074, José Ortega y Gasset 2, Salvador de<br />

Madariaga 2, Alejandro Sánchez 2, Gregorio Marañón 2, papeletas en blanco 6. El<br />

10 de mayo fue designado presidente Manuel Azaña. [AMCR. Libro de Salida: 26 de<br />

abril de 1936].


<strong>Azotea</strong> 51<br />

Plaza de la Soledad en 1942. Capilla (izquierda) y casa aneja de la ermitaña. Fue ocupada por los anarcosindicalistas en 1936 y sirvió de centro<br />

administrativo durante los días posteriores a la sublevación militar. A la derecha, aspecto parcial de la calle Gravina (Bilbao y Sevilla) donde residía<br />

Sánchez Vidal.<br />

en una situación descrita por los parroquianos como<br />

de “catacumba”.<br />

Dos días después, la prensa sevillana más<br />

reaccionaria [ABC, en su sección “La Agitación<br />

social y las perturbaciones del orden público en<br />

España”] titulaba la noticia de “invasiones de iglesias<br />

y capillas”, puesto que se produjeron escenas muy<br />

parecidas en San Juan de Aznalfarache, donde unos<br />

vecinos habían instalado un centro sindical del Frente<br />

Popular en la capilla del Rosario y en Puebla del Río,<br />

otro grupo frentepopulista, ocupó la ermita de San<br />

Sebastián. Mientras en Bollullos de la Mitación y en<br />

el poblado Villaguadiamar (Islas del Guadalquivir) –<br />

éste con la iglesia en construcción- el allanamiento<br />

sería interrumpido por la guardia civil. En Coria<br />

del Río, según ABC, el grupo asaltante, “en el que<br />

iba un concejal del ayuntamiento” -Antonio Ávila<br />

Peña, miembro del PC- recibió la llave del sacerdote<br />

intimidado por su “actitud intranquilizadora”,<br />

desalojó “tres retablos sin imágenes” y “algunos<br />

muebles” e instaló “una oficina de su agrupación”.<br />

Sánchez Vidal fue acusado por el periódico de haber<br />

conocido los rumores de la ocupación y de no<br />

haber adoptado “ninguna medida de previsión para<br />

evitarlo”. Entretanto el gobernador civil confesaba a<br />

los periodistas que ya se había producido el desalojo<br />

y que el alcalde estaba en poder de las llaves para su<br />

entrega al párroco.<br />

Sin embargo, dos semanas más tarde, Sánchez<br />

Vidal desveló al gobernador que la capilla de la<br />

Soledad fue abandonada el 11 de mayo por “los<br />

elementos socialistas y comunistas” pero no por los<br />

integrantes de la CNT, que desoyeron su “repetida<br />

insistencia” de desalojo. Estos anarquistas insumisos<br />

esperaron el regreso de directivos del campo para<br />

reunirse y acordar “que de ninguna manera [sacarían]<br />

los muebles que introdujeron allí y que la autoridad<br />

[procediera como quisiera]”. Entonces consultó el<br />

alcalde con algunos vecinos ajenos a la organización<br />

anarquista, para desocupar los enseres trasladados<br />

a la ermita, pero éstos se negaron “por temer a los<br />

disgustos que pudieran ocasionarles”. Sánchez Vidal


52<br />

<strong>Azotea</strong><br />

pudo convencer del desalojo de la ermita a sus<br />

compañeros de coalición más radicalizados, socialistas<br />

y comunistas, pero la agrupación anarcosindicalista –<br />

organización temible no solamente para la patronal<br />

y la Guardia Civil-, con su demostración de fuerza,<br />

no estuvo dispuesta a dejar pasar la oportunidad de<br />

contar con un local propio, amplio y estratégico,<br />

adecuado a su movimiento asambleario 59 . El 19 de<br />

mayo, Sánchez Vidal quiso zanjar definitivamente<br />

este capítulo de controversia iconoclasta, dirigiendo<br />

una instancia al ministro de Justicia para solicitar<br />

la conversión de la capilla de la Soledad, cerrada al<br />

culto desde hacía varios años y con un adecuado<br />

emplazamiento céntrico, en un edificio destinado a<br />

“servicios municipales […], casa de socorro, escuela,<br />

etc.” [En 1873 el ayuntamiento también se propuso<br />

establecer aquí la escuela de párvulos, pero la caída<br />

de la primera República lo impidió]. Tres días más<br />

tarde, un nuevo telegrama del gobernador civil le<br />

conminó a quitar “todo emblema o bandera de los<br />

asaltantes” –según el diario ABC había una bandera<br />

comunista en su tejado- y a entregar la llave de la<br />

ermita, advirtiendo con destituirle en caso de<br />

desobediencia. El mes de junio transcurrió con<br />

idénticos requerimientos de desalojo por parte del<br />

Gobierno Civil, para ser finalmente clausurada la<br />

capilla con los enseres anarquistas que impedían su<br />

reapertura al culto.<br />

Las manifestaciones religiosas externas habían<br />

dejado de producirse menos las relativas a la popular<br />

romería del Rocío. El 15 de mayo, el gobernador civil la<br />

autorizó con todos los actos tradicionales establecidos<br />

y “en las mismas condiciones de siempre”. Desde la<br />

celebración acostumbrada de la junta general de la<br />

Hermandad, presidida por el hacendado Salvador<br />

Japón Ronquillo (21 de mayo), en su domicilio de<br />

la plaza de La Libertad, hasta el más polémico “toque<br />

del tamboril por las calles” durante esa semana (21<br />

a 28 de mayo). Sánchez Vidal conocía el “ambiente<br />

59 Los corianos afiliados a la CNT estuvieron instruidos en un disciplinado<br />

movimiento solidario que se nutría, a pesar de la fuerte represión gubernamental, de<br />

reuniones habituales con debates intensos y participativos, donde las reivindicaciones<br />

y responsabilidades eran asumidas y compartidas con determinación, hasta sus últimas<br />

consecuencias. “Estábamos decididos a todo, a aguantar huelgas, a destruir máquinas<br />

y a lo que hiciera falta” –confesaba José Palacios, afiliado a la CNT desde los 8 años de<br />

edad. Luchaban por la tierra y la elevación de jornales y estaban persuadidos de ser el<br />

sindicato del pueblo, de la libertad, de la igualdad entre los trabajadores –sin “nuevos<br />

latigueros”-, convencidos de acabar con el capitalismo sirviéndose de la República, de<br />

cambiar el mundo. [Internet: José Palacios Rojas (a) Piruli (1914-2007): La CNT de<br />

Coria del Río en la segunda República].<br />

de hostilidad” que se vivía en esos días de expansión<br />

religiosa y de rechazo por parte de un amplio sector<br />

social del municipio, con numerosos altercados de<br />

orden público –“pretexto otros años para manifestarse<br />

en un plan de menosprecio”-, por lo que propuso al<br />

gobernador civil que la Hermandad realizara la salida<br />

y la entrada durante la madrugada de cada día.<br />

Desde el mes de febrero y debido a las<br />

inundaciones sufridas en el casco urbano, con los<br />

graves temporales, numerosas viviendas quedaron<br />

en estado ruinoso, sin olvidar el elevado número de<br />

familias en refugios inmundos y atestados (chozas<br />

aisladas o reproduciéndose como auténticos barrios –<br />

Cuatro Caminos-, cuartos compartidos en decrépitos<br />

corrales de vecinos, casetas, sombrajos y cuevas.<br />

Sánchez Vidal intentó reavivar la contratación de<br />

vecinos desempleados pertenecientes a la Sociedad<br />

de Albañiles (gremio de 230 trabajadores en 1932).<br />

Con tal motivo el maestro alarife del ayuntamiento,<br />

Francisco Maceda Japón, reconoció las viviendas<br />

inhabitables, de muros descolgados, vigas partidas y<br />

tejas corridas, para obligar a los dueños con recursos<br />

a emprender sus restauraciones. Otros propietarios<br />

acomodados confirmaron el estado ruinoso de sus<br />

fincas urbanas, alquiladas a vecinos humildes y así<br />

poder desalojarlos con el pretexto de reformarlas.<br />

El deterioro urbanístico también se cernió sobre<br />

edificaciones que albergaban el Juzgado municipal,<br />

exigiendo un traslado inmediato, o el cuartel de<br />

la Guardia Civil, con sumideros y pozos negros<br />

desbordados. La demanda de solares hecha por los<br />

sectores más necesitados para la edificación de casas<br />

rudimentarias y chozas se convirtió en un goteo<br />

triste y habitual 60 . El campo se armonizó con el casco<br />

urbano cuando sus pobladores reclamaron terrenos<br />

para cultivar en el sitio denominado “Vivero” (margen<br />

derecha del río), levantado durante la Monarquía para<br />

la obligada repoblación de arbolado en el municipio 61 .<br />

Incluso el propio río parecía reivindicar su presencia<br />

en tierra firme cuando el “Pósito marítimo-terrestre<br />

60 Un vecino escribió al alcalde para que le cedieran gratuitamente un trozo de terreno<br />

al final de la calle Hernán Cortés donde construirse una “casa-habitación” porque su<br />

refugio era una cueva (29 de febrero). Peculiar fue la petición de un grupo de albañiles<br />

desempleados que obtuvo del ayuntamiento en 1933 un solar y edificó una casa para<br />

rifarla, pero una vez terminada, no pudo vender las papeletas necesarias y suplicaba la<br />

dispensa en el pago del solar, bajo promesa de entregar la vivienda al ayuntamiento,<br />

caso de no aparecer el boleto ganador. La corporación de Sánchez Vidal admitió esta<br />

propuesta el 28 de junio.<br />

61 Testimonios orales vienen a confirmar que Sánchez Vidal “repartió tierras” en<br />

una superficie de doce aranzadas, lindantes con el río Pudio y el prado de la Soledad,<br />

desalojada por los militares sublevados


<strong>Azotea</strong> 53<br />

Barca de pasaje en la margen derecha del río, frente a la venta del Mellizo y junto al embarcadero. Foto Oña.<br />

y pesquero”, presidido por Manuel Estévez Márquez<br />

(a) Estevito, aspiró a recobrar un solar concedido<br />

en 1930 y posteriormente urbanizado por el<br />

ayuntamiento bajo promesa de una nueva concesión,<br />

para la construcción por el Estado de “Escuelas de<br />

orientación marítima y casa del pescador”.<br />

Coria carecía desde los inicios de la República<br />

de una infraestructura urbana adecuada. No tenía<br />

edificio para mercado, conducción de agua potable<br />

ni una red completa de alcantarillado. El 23 de<br />

mayo, Sánchez Vidal encargó un proyecto general de<br />

saneamiento para completar los 3.230 m construidos<br />

con anterioridad, que se malograría en un cúmulo<br />

de instancias y súplicas infructuosas. También se<br />

hizo eco de una importante reivindicación vecinal:<br />

agilizar el enlace entre las dos orillas del río. Se<br />

dirigió a la Junta de Obras del Puerto para solicitar la<br />

construcción de un muelle sobre la margen izquierda<br />

del Guadalquivir, frente al embarcadero utilizado por<br />

el pasaje de barcas. La respuesta de este organismo<br />

(29 de mayo) fue negativa, alegando “los continuos<br />

robos de maderas que [se llevaban] a cabo por los<br />

vecinos de los pueblos ribereños”. El alcalde insistió,<br />

argumentando “que el servicio de barcaje [duraba]<br />

todas las veinticuatro horas sin que en ningún<br />

momento [dejara] de haber personal” en la zona y<br />

que sería tan respetado como en la orilla derecha.<br />

A mediados de mayo, la coalición de partidos<br />

integrada en el Frente Popular –sin un acuerdo<br />

nacional de gobiernodio<br />

claras muestras de<br />

desmembración con la<br />

radicalización de socialistas<br />

y comunistas. Sánchez Vidal<br />

se vio atrapado entre el fuego<br />

cruzado de las formaciones<br />

extremistas y el Gobierno<br />

Civil. El 15 de mayo las<br />

organizaciones sindicales<br />

del municipio, CNT (2.100<br />

asociados) y UGT (300<br />

asociados y en ascenso por<br />

el aporte comunista), se<br />

reunieron en el local de la<br />

Venta Nueva para suscribir<br />

unos acuerdos comunes de<br />

actuación urbana, concernientes a la vivienda y a su<br />

conexión con la capital. La rebaja de los alquileres en<br />

un 50% de las casas habitables y el impago en caso<br />

de no reunir condiciones higiénicas. La reducción,<br />

también en un 50%, del importe de la luz junto<br />

con la anulación del alquiler del contador, una vieja<br />

demanda neutralizada desde la Monarquía, que ahora<br />

se imponían con determinación 62 . Asimismo, le<br />

exigieron a la compañía de tranvías una disminución<br />

de la mitad del precio en el trayecto a Sevilla y la<br />

ejecución de algunas obras públicas en su recorrido<br />

por el centro de la villa (calles Sevilla y Numancia).<br />

Pero al gobernador civil, esta reclamación popular<br />

que tuvo un largo trayecto reivindicativo en el<br />

municipio 63 , le pareció una ocurrencia más de los<br />

sindicatos obreros y se mostró inflexible a la hora<br />

de atajarla. En el mes de junio, Varela Rendueles<br />

había acabado con la huelga de alquileres y el boicot<br />

a los tranvías. El día 26 instruyó severamente a<br />

Sánchez Vidal con un edicto para “cortar de raíz toda<br />

campaña en pro del no pago del fluido eléctrico”.<br />

En el momento álgido de este descontento social<br />

presentaron la dimisión del cargo de concejal dos<br />

integrantes de Unión Republicana, por motivos<br />

62 En 1927 el semanario local Coria se unió a la prensa sevillana para protestar –<br />

dentro de los límites de la censura primorriverista- por “lo absurdo del precio a que la<br />

Compañía Sevillana de Electricidad [suministraba] el fluido eléctrico”, con un coste<br />

de producción en torno a los 12 céntimos el kilovatio/hora y su venta al público en<br />

90. Denunció igualmente el “arbitrario e injusto alquiler del contador”. [Coria: 18<br />

de septiembre de 1927]. En 1982, el gobernador Varela Rendueles justificaría en sus<br />

memorias el alquiler del contador como “una sinrazón que la ley amparaba” y que por<br />

eso había que defender con determinación. [Varela Rendueles, José Mª: op. cit.].<br />

63 En 1934 el centro Republicano Radical dirigió una recogida de firmas para exigir<br />

“abonos a precios reducidos y viajes de ida y vuelta”, como se había establecido en San<br />

Juan de Aznalfarache. [AMCR. Correspondencia: año 1934].


54<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Entrada del Paseo del Río en 1929. [El avance de la provincia de Sevilla desde el 13 de septiembre de 1923.<br />

Sevilla, 1929].<br />

aparentemente personales 64 pero que pudieron estar<br />

relacionadas con la brecha política abierta en el<br />

consistorio, después de la solicitud de baja colectiva<br />

presentada por tres representantes socialistas y uno<br />

comunista, solidarios con los compañeros de doce<br />

localidades del entorno y “fundándose en que no [se<br />

resolvían] rápidamente por la autoridad provincial las<br />

aspiraciones de los referidos pueblos” 65 . El gobernador<br />

amenazó rigurosamente a las corporaciones rebeldes<br />

y destituyó a varios alcaldes. Al final sóloprosperaron<br />

las dimisiones de tres concejales de UR.<br />

El desenlace del gobierno constitucional<br />

republicano coincidió en Coria del Río con el anuncio<br />

de una corrida de toros organizada para la tarde del 19<br />

de julio y el último encargo de su alcalde al cabo de la<br />

Guardia civil, Álvarez Cabeza, de mantener el orden<br />

público en este “festival benéfico” 66 . La plaza de toros<br />

64 El 18 de junio presentaron su dimisión Manuel Japón Sosa, fundada en su<br />

imposibilidad de concurrir puntualmente a los plenos por mantener sus ocupaciones<br />

a gran distancia del término (en la Isla Mayor) y Manuel Carvajal Suárez por verse<br />

obligado a ausentarse indefinidamente de la población. El 15 de julio fueron confirmadas<br />

junto a la renuncia de Francisco Jiménez Montero. Les reemplazaron Manuel Sousa<br />

Palma, Joaquín Suárez Carvajal y Manuel Lama Infante, pero no tuvieron tiempo para<br />

integrarse. [AMCR. Correspondencia: 18 de junio de 1936].<br />

65 El 19 de junio renunciaron los concejales Joaquín Cobano Pineda, Antonio<br />

Cordero Sosa y Joaquín Benítez Lana, del Partido Socialista y Antonio Ávila Peña,<br />

del Partido Comunista, en solidaridad con la lucha de otros pueblos: Mairena del<br />

Aljarafe, Espartinas, San Juan de Aznalfarache, Gelves, Puebla del Río, Camas,<br />

Gines, Sanlúcar la Mayor, Bormujos, Castilleja de la Cuesta, Tomares y Palomares<br />

del Río. [AMCR. Correspondencia: 19 de junio de 1936].<br />

66 El 30 de diciembre de 1935, José Ortega Campos, acordó con la corporación<br />

de Baldomero Palma la cesión de 2.246 metros cuadrados de terrenos –53’5 m de<br />

diámetro-, situados en el Prado, entre la parte posterior del campo de fútbol y los<br />

Mimbrales de El Bajo, para la construcción de una plaza de toros de madera, con<br />

una cabida de 5.000 personas aprox. Era un arrendamiento de cuatro años por cien<br />

pesetas anuales. Desde el mes de junio se realizaron dos corridas de toros (11 de<br />

junio y 5 de julio), proveídas por la ganadería de Concha y Sierra y con matadores<br />

de primera línea, como Pascual Márquez “Pascualillo el de la Isla” o Gallito VI.<br />

[AMCR. Correspondencia: diciembre de 1935; ABC. Viernes, 12 de junio de 1936:<br />

Informaciones taurinas. En Coria. La Suiza torera].<br />

de madera se había<br />

construido a principios<br />

de 1936 y durante la<br />

gestión de Sánchez Vidal<br />

fue rematada con la<br />

edificación en ladrillo de<br />

una enfermería de veinte<br />

metros cuadrados, exigida<br />

por el reglamento taurino.<br />

Era la tercera corrida de<br />

toros en el municipio y<br />

estuvo destinada a reunir<br />

fondos para la Cantina<br />

escolar, que alimentaba<br />

diariamente a doscientos<br />

diez niños pobres de<br />

las nueve escuelas públicas. La sociedad benéfica<br />

“Amigos del Niño”, fundada el 26 de julio de 1935<br />

por el maestro nacional Hipólito Lobato Palacios<br />

(1892-1952), era la encargada de administrar los<br />

víveres y había agotado todas sus reservas.<br />

La tarde del viernes 17 de julio surgieron en Coria<br />

los primeros rumores sobre una sublevación del<br />

ejército de África, confirmados por la radio a media<br />

mañana del día siguiente. La novillada dominical que<br />

auguraba una asistencia multitudinaria, coincidiendo<br />

con el inicio de las vacaciones veraniegas para los<br />

escolares, fue suspendida y devueltos al campo los<br />

becerros del ganadero José Anastasio Martín. Mientras<br />

en Sevilla, el general Queipo de Llano se adueñaba del<br />

Gobierno Civil, la corporación de Sánchez Vidal –<br />

máxima autoridad legal encargada de la conservación<br />

del orden público en Coria- se congregó para estudiar<br />

la delicada situación, aunque sin dejar constancia<br />

documental de pleno alguno. La defensa de la<br />

República es el punto exclusivo a tratar. La última<br />

sesión ordinaria había sido redactada el 29 de junio<br />

y no recogía juicios ni decisiones extraordinarias que<br />

pudieran sospechar un ambiente social crispado o<br />

la ulterior sublevación militar, salvo un comentario<br />

aislado, una sugerencia preventiva que ahora se volvía<br />

determinante, sobre “registros y cacheos para que [se<br />

verificara] en las personas pudientes que [poseyeran]<br />

armas”. Convencidos de que “elementos de derecha”<br />

ocultaban cuantiosas armas –escopetas y pistolas- y<br />

que en las circunstancias generadas podrían secundar


<strong>Azotea</strong> 55<br />

el golpe militar, aunque no se atrevieran de momento<br />

a empuñarlas.<br />

Los militantes de Unión Republicana,<br />

sector político centrista, se fueron desmarcando<br />

paulatinamente de un “comité marxista” (designación<br />

dada por los golpistas), liderado por anarquistas,<br />

ugetistas, comunistas y socialistas de Largo Caballero,<br />

opuestos frontalmente al golpe de estado. La huelga<br />

general fue secundada a partir del domingo. Era el<br />

inicio de lo que sería bautizado por los militares<br />

sublevados como “los días del dominio rojo”. Sánchez<br />

Vidal se mantuvo al frente de la alcaldía, reunido en<br />

sesión permanente y a la espera de instrucciones del<br />

Gobierno Civil. Pronto su aparente autoridad fue<br />

progresivamente suplantada por este movimiento<br />

defensivo convertido en comité revolucionario, sin<br />

preparación para una resistencia prolongada, pero<br />

con un importante respaldo popular. El cabo de<br />

la guardia civil no se presentó en el ayuntamiento<br />

para arrestar a la corporación como lo hiciera en<br />

1932 y acuarteló su destacamento formado por<br />

siete miembros –tres parejas a sus órdenes 67 . La<br />

guardia municipal se desvinculó del golpe, pero no<br />

ejerció autoridad alguna. Las calles del municipio<br />

amanecieron bajo la vigilancia de vecinos provistos<br />

con armamento rudimentario, desde utensilios de<br />

labor (palos, picas, hachas, hoces…) a escopetas,<br />

eran “los escopeteros”. La capilla de la Soledad se<br />

convirtió en lugar de concentración, administración<br />

(tramitación de bonos-comida y salvoconductos) y<br />

depósito del escaso armamento requisado.<br />

Aunque las noticias sobre el golpe militar en<br />

la capital, difundidas por testigos desconcertados<br />

y asustados o según las versiones contradictorias<br />

de Radio Sevilla y Radio Madrid, aumentaron la<br />

confusión y alejaron esta situación complicada de ser<br />

una sanjurjada convencional, las milicias populares<br />

extremaron su respuesta atrincherándose en un<br />

casco urbano aislado de la capital, pero conectado<br />

por el extremo sur con el término de Puebla del<br />

Río. Interceptaron las comunicaciones terrestres<br />

(excavación de una zanja en la entrada por carretera<br />

y rotura de una alcantarilla a la salida) y fluviales<br />

67 La Guardia Civil se encontraba alojada provisionalmente -por el mal estado de las<br />

fosas fecales del cuartel- en una vivienda de la calle San Juan y en todo momento estuvo<br />

vigilada por milicianos apostados en las esquinas.<br />

(vigilancia y disparos intimidatorios para interrumpir<br />

el paso de barcos por el Guadalquivir, como el tiroteo<br />

al mercante inglés Palacio). La línea telefónica fue<br />

cortada, el tranvía que tomó por última vez Blas<br />

Infante dejó de funcionar y se blindó la entrada y<br />

salida de vecinos, sobre todo de hacendados que<br />

supuestamente pretendían acceder a sus propiedades<br />

rurales o de personas que escapaban temporalmente<br />

del orden revolucionario establecido por los<br />

anarcosindicalistas. Además, la orografía permitió<br />

una estratégica defensa del pueblo, prácticamente<br />

inexpugnable desde las elevaciones y recovecos de sus<br />

cerros.<br />

Los milicianos implantaron un sistema<br />

administrativo basado en la confiscación de<br />

propiedades -algunos animales o vehículos- y<br />

organizaron un reparto gratuito de alimentos.<br />

Sánchez Vidal colaboró personalmente con este<br />

procedimiento de bonos expedidos a través del comité<br />

obrero y canjeables por comida de primera necesidad,<br />

como lo hiciera igualmente con los panaderos locales<br />

en anteriores situaciones de penuria. El lunes 20 de<br />

julio, a pesar de la paralización consistorial iniciada<br />

el día 19, quedó registrado en la documentación<br />

oficial un precepto único de suministro de harina,<br />

dirigido a los dos únicos industriales del sector y<br />

futuros alcaldes de la sublevación militar, Carlos<br />

de Mesa Sánchez y Antonio Ruiz Rodríguez, junto<br />

al principal comerciante local, Estanislao Asián<br />

Ruiz: “Por acuerdo de este Ayuntamiento y por las<br />

circunstancias presentes ruego a Vd. se sirva facilitar<br />

a los panaderos de esta villa, la harina que les haga<br />

falta” 68 .<br />

Después de esta intervención humanitaria en<br />

la vida pública del municipio, que le ocasionará<br />

más tarde una responsabilidad sin precedentes, se<br />

desvanece su honesto y expuesto protagonismo,<br />

excluido por los graves y determinantes sucesos<br />

del día 23. Aquella mañana los milicianos corianos<br />

habían ocupado la parroquia de la Estrella para<br />

instalar allí su comedor social y almacén de “la<br />

comuna”, pero al abandonarla en las inmediaciones<br />

del almuerzo nunca regresaron. Fue el momento de<br />

la brutal acción de castigo del Mogador, un vapor<br />

68 AMCR. Libro de Salida: 20 de julio de 1936.


56<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Popular taxi del Sevillano, cosario del municipio. Año 1930. Su dueño era Antonio Alfaro Romero<br />

(centro de la imagen). Manuel Bohórquez (a la derecha) y un integrante de la familia Suero<br />

(sentado). José Sánchez Vidal utilizó uno de estos vehículos para realizar su último viaje a la capital<br />

el 24 de julio de 1936.<br />

comercial de la Compañía Trasatlántica Ybarra, con<br />

un centenar de combatientes rebeldes –soldados de<br />

infantería, requetés y guardias de asalto- dirigiendo<br />

sus descargas de mortero, ametralladora y fusilería<br />

sobre la margen derecha del río, donde una decena<br />

de milicianos cenetistas intentó repeler la salvaje<br />

agresión. El hecho más destacado de aquel suceso<br />

fue la muerte del cabecilla de la operación de castigo,<br />

el capitán de Infantería Diego López de Morla y<br />

Campuzano, conde de Villacreces, alcanzado en la<br />

arteria femoral y cuya autoría recayó sobre el dirigente<br />

anarquista, Francisco Márquez Ronquillo (a) Quito<br />

Morejón, parapetado con un fusil de precisión,<br />

perteneciente a soldados desertores de Tablada,<br />

detrás de la voluminosa caldera del barco hundido<br />

Cuiniguada y abandonada desde hacía tiempo en la<br />

entrada del paseo fluvial (69). A continuación, esa<br />

misma tarde, una avioneta procedente de la base de<br />

Tablada, sembró las calles del pueblo con octavillas<br />

que conminaban al vecindario, bajo amenaza de<br />

bombardeo, a la entrega de las armas y a cubrir sus<br />

tejados con sábanas blancas como señal de rendición.<br />

“Pareció que en Coria había nevado” –confesó<br />

un testigo 69 . También ordenaba a la corporación<br />

del Frente Popular su sometimiento a la autoridad<br />

militar sublevada.<br />

Como consecuencia de esta severa advertencia<br />

de aniquilación y percatados sus pobladores de la<br />

masacre destapada por los combatientes rebeldes de<br />

69 Testimonio escrito de Severo Mellado Pérez, octubre de 2005.<br />

Queipo, concluyó la resistencia<br />

miliciana y, aunque Sánchez Vidal<br />

y otros republicanos corianos –<br />

entre ellos Ramírez Palma- tuvieron<br />

que multiplicarse para reducir a<br />

los milicianos más exaltados que<br />

pretendían disparar a la avioneta<br />

con sus escopetas, se produjo<br />

finalmente la “desbandada” hacia<br />

lugares de obligado refugio, las<br />

espesuras de las márgenes del<br />

Guadalquivir, sus marismas<br />

-provincias de Cádiz y Huelva- y las<br />

dehesas resguardadas del entorno. 70<br />

El viernes día 24, amaneció el<br />

pueblo con evidentes señales de<br />

abandono. La inactividad laboral era completa y la<br />

paralización administrativa del ayuntamiento alcanzó<br />

su sexto día, ningún indicio de Sánchez Vidal,<br />

aunque siempre hubo actividad política en el edificio<br />

consistorial. La guardia civil, recelosa del poder<br />

exhibido por los milicianos e incomunicada, no se<br />

atrevió a descuidar su encierro. Sólo el vecino Juan<br />

José Pérez López (1889-1961), hijo del hacendado<br />

Antonio Pérez Tinao y antiguo concejal monárquico<br />

del ayuntamiento de Carlos de Mesa durante<br />

las dictaduras de Primo de Rivera y Berenguer,<br />

vio llegada la oportunidad de comunicar a las<br />

autoridades rebeldes la circunstancial desprotección<br />

del municipio y las facilidades que ofrecía para su<br />

inmediata ocupación. Ese día partirán de Coria del<br />

Río rumbo a Sevilla dos taxis, no sabemos precisar en<br />

qué momento de la mañana lo hará cada uno, pero<br />

obtendrán muy distinta fortuna para sus ocupantes y<br />

el devenir del municipio.<br />

En el vehículo conducido por el chofer Antonio<br />

Delgado Alfaro (a) el de Polita, viajan: Juan José y<br />

su hijo de 21 años, Antonio Pérez Fernández (1915-<br />

2010), un cadete de la academia de Infantería,<br />

Caballería e Intendencia, que se encontraba de<br />

vacaciones en el pueblo con su familia desde el<br />

día 15 de julio 71 ; también les acompaña Manuel<br />

70 Rodríguez Cárdenas, Matías: Luis Ramírez Palma, Alcalde de la II República en<br />

Coria del Río: su vida y su muerte (1901-1936). Diputación de Sevilla, 2007.<br />

71 Carta mecanografiada de Antonio Pérez-Tinao Fernández: La toma de Coria del<br />

Río. Dirigida a un familiar de Coria del Río. [Rodríguez Cárdenas, Matías: “Fe de<br />

erratas”. <strong>Revista</strong> de Feria de Coria del Río, septiembre 2014].


<strong>Azotea</strong> 57<br />

Álvarez Díaz, comerciante de sombreros y concejal<br />

monárquico en la Dictadura. Se trasladan a la<br />

Segunda Región Militar para entrevistarse con el<br />

general Queipo de Llano. En el otro taxi 72 , conducido<br />

éste, por el chofer Juan García Moreno, se desplazan<br />

a la capital el alcalde, José Sánchez Vidal (IR), los<br />

tenientes de alcalde primero y segundo, Luis Ramírez<br />

Palma (UR) y Juan Galán Infante (IR), junto con los<br />

concejales José Llano Palma (IR) y Antonio Cordero<br />

Sosa (PSOE). Se dirigen al Gobierno Civil para<br />

impedir el inminente bombardeo de la población 73<br />

y obtener información sobre la situación en que se<br />

encuentran.<br />

A Sánchez Vidal y sus compañeros de viaje, como<br />

a una mayoría de vecinos refugiados en el término<br />

municipal, les embarga la profunda convicción de<br />

no haber transgredido en ningún punto lo ordenado<br />

en el bando de guerra del general Queipo de Llano.<br />

Atraviesan Gelves sin aparentes signos de resistencia,<br />

pero a la entrada de San Juan de Aznalfarache,<br />

ocupado por los sublevados desde el día 21, la<br />

guardia civil intercepta el vehículo y sus ocupantes<br />

son retenidos bajo las órdenes del teniente al mando<br />

de la línea. Mientras el taxi anterior había cruzado sin<br />

contratiempos los vecindarios de San Juan y Triana,<br />

también violentada la mañana del día 21, hasta<br />

alcanzar el cuartel general de los golpistas, donde<br />

consiguieron poner a su disposición, una sección de<br />

treinta guardias de asalto al mando de un teniente,<br />

con la que regresaron a Coria, se apoderaron del<br />

ayuntamiento y libraron de su encierro a la guardia<br />

civil, en una maniobra bélica envolvente sobre medio<br />

pueblo -margen del río (las Cuevas) y el sector oeste<br />

hasta su intersección con el ayuntamiento- que no<br />

encontró obstáculos 74 .<br />

Después de ser impuesto alcalde, Miguel Delmás<br />

Pérez (1909-1940), joven ingeniero agrónomo, hijo de<br />

Alfredo Delmás Pardo, perito mercantil originario de<br />

72 Una fuente oral nos indica que fueron dos taxis los ocupados por representantes<br />

de la corporación. Nosotros nos referiremos sólo a uno, donde viaja Sánchez Vidal.<br />

[Entrevista a Rogelio Galán Rodríguez, agosto de 2005].<br />

73 La ejecución de esta amenaza en ningún momento es puesta en duda por las<br />

autoridades locales porque ya han sufrido bombardeo otras localidades y, además, corre<br />

el rumor de que Queipo se siente presionado por la viuda del conde de Villacreces para<br />

realizar esta operación de castigo cuanto antes. Las personas salen a la calle con trapos<br />

blancos para hacer más visible sus deseos de paz. [Entrevista a Antonia Romero, agosto<br />

de 2005].<br />

74 Un grupo de seis o siete milicianos anarquistas se mantuvo rezagado para hacer<br />

frente al destacamento de guardias de asalto desde la entrada de la calle del Palomar,<br />

pero desistió y se dispersó. [Entrevista a Antonio Valiente García, septiembre de 2007].<br />

Zaragoza y nieto del hacendado Antonio Pérez Tinao,<br />

regresó a Sevilla el cadete de Infantería Antonio Pérez<br />

Fernández, junto con la escolta rebelde desplazada en<br />

esta operación militar de ocupación 75 . A su paso por<br />

San Juan, pudo reencontrarse con los miembros de la<br />

corporación republicana, encabezados por el alcalde<br />

constitucional, José Sánchez Vidal –cumplía 154 días<br />

de tenaz brega en el cargo-, que habían viajado en el<br />

otro taxi y que todavía permanecían detenidos en los<br />

atestados calabozos del cuartel de la Guardia Civil.<br />

Supo entonces que un teniente de la policía, tras los<br />

hostigantes interrogatorios e intimidaciones de rigor,<br />

se había hecho cargo de ellos para ser ingresados, al<br />

final de la tarde, en la Prisión Provincial de Sevilla, el<br />

mismo viernes 24 de julio.<br />

En el municipio había llegado el momento de<br />

derribar violentamente el orden legítimamente<br />

establecido por las urnas y de impulsar una persecución<br />

implacable sobre sus representantes políticos, siendo<br />

Sánchez Vidal, su corporación frentepopulista y por<br />

extensión todo el republicanismo más comprometido<br />

y vulnerable, objeto de escarnio, suplicio y muerte. Los<br />

funcionarios descontentos, algunos anteriormente<br />

destituidos, alzaron la voz para ser reintegrados con<br />

privilegio por las nuevas autoridades, mostrando<br />

un oportuno rencor contra el “nefasto y nunca<br />

bien execrado Frente Popular” 76 . En olvido quedó<br />

la generosa receptividad del alcalde republicano,<br />

haciéndose eco de las insistentes peticiones laborales<br />

del vecindario e incrementando la protección benéfica<br />

y asistencial sobre más de quinientas familias pobres<br />

del municipio 77 . El ayuntamiento de Miguel Delmás<br />

Pérez, instaurado por la fuerza, empezó a hacer leña<br />

del árbol caído.<br />

El 4 de septiembre, transcurrido más de un mes,<br />

notificó al Gobierno Civil un déficit en sus cuentas<br />

75 El ayuntamiento quedó custodiado por cuatro mandos militares vecinos del<br />

municipio (dos tenientes, un alférez y un auxiliar), todos retirados por la Ley Azaña,<br />

trece soldados corianos de los reemplazos de 1931 a 1935 (capítulo 17) y cuatro<br />

soldados en activo que se encontraban de permiso. Se ofrecieron voluntariamente a las<br />

órdenes de la comisión gestora y de Falange. [AMCR. Libro de Salida: 31 de julio de<br />

1936]. [Anexo 4: Las corporaciones municipales de Coria del Río (1931-36)].<br />

76 El primer acuerdo adoptado en la corporación de Sánchez Vidal había sido la<br />

supresión del interventor de arbitrios y la gratificación acostumbrada al carcelero por la<br />

complicada situación económica del municipio.<br />

77 Las hijas de Sánchez Vidal siempre reconocerían que los peores momentos familiares<br />

fueron los de su etapa como alcalde, “no paraban de llamar a la puerta para pedir –<br />

confiesa su biznieta Mari Carmen- y él daba todo lo poquito que tenía a los demás”.<br />

Momentos ilustrados con el zapato agujereado de una de sus hijas que no pudo restituir<br />

por un nuevo par, porque el dinero lo destinó a una medicina para el niño de una<br />

familia necesitada.


58<br />

<strong>Azotea</strong><br />

de 20.013,98 pesetas. Culpó a Sánchez Vidal y otros<br />

concejales de haber retirado esa cantidad, reflejada en<br />

“recibos, facturas y otros documentos” inexistentes.<br />

Solicitó del gobernador golpista Pedro Parias<br />

autorización para “adoptar los medios de resarcirse”,<br />

desposeyendo al edil republicano y a sus compañeros<br />

de todos sus bienes 78 . Cinco días más tarde y a una<br />

semana de ser cesado, Delmás Pérez engrosó la deuda<br />

con otra de 53.<strong>22</strong>3’81 pesetas, correspondiente a<br />

“suministros de pan, comestibles y otros efectos<br />

expedidos por industriales de la población durante el<br />

nefasto Gobierno del Frente Popular” 79 . Los panaderos<br />

y demás comerciantes locales que habían sufrido el<br />

trueque de sus productos por bonos canjeables de<br />

los anarcosindicalistas, durante la semana preliminar<br />

al golpe militar (e incluso las ayudas prestadas por<br />

las inundaciones de febrero y marzo), vieron la<br />

oportunidad propicia para reclamar sus pérdidas y<br />

situarse fuera de toda sospecha, reafirmando su lealtad<br />

al movimiento sedicioso. Pero la alcaldía no asumió<br />

la reparación de esta deuda, cuya única finalidad era<br />

hacer recaer sobre la corporación frentepopulista el<br />

descrédito y el más cruel de los agravios. El relevo de<br />

Carlos de Mesa Sánchez (30 de septiembre) descubrió<br />

que no habían aparecido “acuerdos ni proposiciones<br />

por las que [pudieran] considerarse dichos concejales<br />

incursos en el Bando del Excmo. Sr. General Jefe de la<br />

2ª División, de 18 de agosto” 80 , pero la culpabilidad de<br />

los concejales republicanos estaba irremediablemente<br />

sentenciada desde un principio.<br />

De la estancia de Sánchez Vidal en la cárcel lo<br />

desconocemos prácticamente todo. Adivinamos su<br />

desesperación a través de algunos pormenores en la<br />

correspondencia mantenida por Luis Ramírez Palma<br />

con su mujer: “hoy ha escrito Vidal a su familia y le<br />

dice que está bien pero que tiene muchas ganas de<br />

salir” [12 de septiembre: 50 días de encierro]. Luis<br />

Ramírez se encuentra en el “departamento o galería de<br />

presos políticos”, junto a los más destacados dirigentes<br />

78 Cuatro días más tarde, continuó su labor difamatoria, rogando al delegado de<br />

Hacienda una moratoria en el pago de sus contribuciones -7.000 pesetas-, por el estado<br />

ruinoso a que había llevado la “desastrosa administración [de] los representantes del<br />

nefasto frente popular”. Sin embargo para pedir el aplazamiento de la orden de apremio<br />

y expresar su compromiso de pago “por partidas parciales”, no dudó en afirmar que este<br />

ayuntamiento “siempre fue modelo de administración”.<br />

79 AMCR. Correspondencia de Salida: 4, 8 y 9 de septiembre 1936: Gobernador Civil<br />

y Delegado de Hacienda.<br />

80 El 5 de octubre la cifra de la deuda que barajaba el alcalde Carlos de Mesa era de<br />

18.544’43 pesetas. [AMCR. Salida: 30 septiembre y 5 de octubre de 1936.<br />

del republicanismo sevillano, incluido el gobernador<br />

civil Varela Rendueles, y las gestiones para su urgente<br />

liberación son efectuadas por la familia al más alto nivel<br />

de la nueva jerarquía de mando, local y provincial.<br />

Mientras Sánchez Vidal permanece en un módulo<br />

colectivo masificado, ajeno a su condición de alcalde,<br />

donde se hacina y subsiste en condiciones miserables<br />

junto a sus compañeros corianos. Recibe la visita de<br />

su familia los lunes de cada semana. Su hija mayor,<br />

Rosario Sánchez Ruiz (38 años), es la encargada,<br />

junto a sus dos hermanas, Josefa (33 años) y Camen<br />

(28 años), de entregarle comida y ropa limpia en una<br />

talega. Los varones están presos, los tres. La barbería<br />

clausurada, pero él está ajeno a todo. A duras penas<br />

se comunica en ruedas carcelarias multitudinarias y<br />

con cierta distancia desde los barrotes, donde hay que<br />

hacerse entender a gritos.<br />

Manuel Sánchez Ruiz, el hijo menor de Sánchez<br />

Vidal, había nacido en el segundo de la calle Bilbao<br />

(Gravina) número 6, un jueves 26 de julio de 1913,<br />

a las seis de la madrugada 81 . Su padre tenía entonces<br />

cuarenta y un años y su madre falleció cuando apenas<br />

contaba seis años de edad. Su vida quedó también<br />

atrapada en el silencio y el terror de lo innombrable.<br />

Fue barbero como su progenitor desde temprana<br />

edad –siendo seguramente su aprendiz en el oficio- y<br />

compartió el mismo seudónimo de Vidalito. Nunca<br />

abandonó la vivienda paterna. Desde 1934 convivía<br />

con su padre y su hermano José. Las tres hermanas<br />

se habían casado. Como todos los barberos del<br />

municipio, sabía leer y escribir, y suponemos que<br />

siguió los pensamientos republicanos de su padre,<br />

porque en el único acto público en que lo descubrimos<br />

–recogido por El Liberal-, es como integrante, casi<br />

inadvertido, de la juventud de Izquierda Republicana.<br />

Guardó siempre el difícil equilibrio de no tropezar<br />

con la justicia y su nombre nunca frecuentó las filas<br />

del extremismo político local. En 1932, con dieciocho<br />

años, adelantándose a su reemplazo de 1934, se<br />

inscribió para servir voluntario en la Marina de<br />

Guerra 82 . A su regreso de la milicia le tocó vivir el final<br />

de la contrarrevolución conservadora y las evoluciones<br />

políticas del Frente Popular, donde el protagonismo<br />

81 Anexo 1. Actas de nacimiento de José Sánchez Vidal y de Manuel Sánchez Ruiz.<br />

82 AMCR: Libro de Quintas: reemplazo de 1934 [Boletín Oficial de la provincia, núm.<br />

149 y 153, de 24 y 29 de junio de 1932].


<strong>Azotea</strong> 59<br />

Manuel Sánchez Ruiz (1913-1936), hijo menor de Sánchez Vidal.<br />

Estuvo adscrito a la Juventud de Izquierda Repulicana desde 1934 y<br />

fue asesinado en 1936, antes que su padre. [Generosa aportación de su<br />

biznieta Ana Ríos Rioja, de Isla Mayor].<br />

de su padre nunca lo empujó a distinguirse entre su<br />

vecindario. Durante la batida inicial de los militares<br />

golpistas, ejecutada por la guardia civil, paramilitares<br />

falangistas y vecinos “gatilleros”, fue culpado de<br />

poseer arma de fuego. Todavía sobreviven testimonios<br />

que lo describen como un crío, con aspecto de tener<br />

quince años, que se encontró cerca del río un arma<br />

toda oxidada, inservible, pura chatarra, y que le vieron<br />

por la calle con ella, por eso le acusaron. Con estos<br />

fugaces antecedentes, su asesinato es más que un<br />

misterio un desgarro irreparable de la memoria y no<br />

podemos descartar la tentación de unir su muerte a la<br />

de su padre, condicionar esta represalia a su nombre.<br />

Manuel Sánchez Ruiz fue encarcelado, casi con toda<br />

seguridad, en el barco prisión Carboeiro 83 . De allí<br />

los prisioneros corianos nunca salieron con vida,<br />

83 El barco Carboeiro tuvo que esperar en Bonanza hasta la tarde del día 24 para<br />

entrar en el puerto de Sevilla porque los milicianos anarquistas dificultaron el paso de la<br />

navegación entre Puebla y Coria. Acabó su misión de cárcel flotante el 8 de diciembre.<br />

[Bueno Lluch, Manuel: “El vapor Cabo Carvoeiro. Una prisión flotante propiedad de la<br />

oligarquía sevillana”. Fundación de estudios sindicales de CCOO de Andalucía, 2012].<br />

acusados todos ellos de haber dado muerte al conde<br />

de Villacreces, proclamado “libertador de Coria”. Dos<br />

días más tarde de la ocupación del municipio, el 26<br />

de julio, cumplía Manuel veintitrés años de edad.<br />

Su nombre quedó registrado como “desaparecido”<br />

en el recuento de bajas realizado en 1936 desde el<br />

ayuntamiento y su asesinato, por bando de guerra,<br />

sigue siendo una acción indeterminada. 84<br />

Sánchez Vidal pasará en prisión ciento cuarenta<br />

y tres días –cuatro meses y veintiún días- y nunca<br />

conocerán, ni él ni los suyos, los graves cargos que<br />

se le atribuyen en su complicada gestión al frente del<br />

ayuntamiento de Coria del Río, uno de los más difíciles<br />

de conducir en la provincia, un avispero político que<br />

lo aguijoneó profundamente desde todos sus flancos<br />

y lo arrastró, como una oscura maldición, hacia el<br />

desastre más irreparable. El hijo menor de Sánchez<br />

Vidal fue asesinado antes que su padre, pero él nunca<br />

pareció sospecharlo. Durante las visitas carcelarias,<br />

sus familiares eliminaron cualquier huella de luto<br />

en las ropas. Sus hijas, Rosario, Pepita y Carmen,<br />

cambiaban sus vestidos negros por prendas de color<br />

y los hombres que las acompañaban, escondían toda<br />

manifestación de duelo. Él preguntaba por Manuel y<br />

la respuesta fue siempre la misma:<br />

-No puede quedarse sola, la barbería…<br />

Desde su ingreso “a disposición de la Autoridad<br />

Militar”, el mismo día de la toma del municipio<br />

por fuerzas del ejército rebelde, únicamente se<br />

registran en su expediente carcelario los datos de<br />

identificación personal y una notificación, fechada<br />

el lunes 14 de diciembre de 1936, donde se expresa<br />

que es “entregado a la fuerza pública por orden del<br />

Sr. Jefe de Orden Público”, incluido en una relación<br />

de veintiún prisioneros de distintos pueblos de la<br />

comarca. Resulta sobrecogedor, después de ochenta<br />

y dos años, enfrentarse de nuevo a la crudeza de este<br />

mensaje aniquilador, que parece no decir lo que en<br />

él se intuye, un trámite cuartelero solapado, alejado<br />

de toda legalidad, que nos retiene en una realidad<br />

descarnada donde las despiadadas palabras son<br />

disparos de exterminio.<br />

84 AMCR: Padrones de población: “Apéndice de bajas registradas en el Padrón de<br />

Habitantes de este término municipal con relación a la rectificación realizada en el mes<br />

de diciembre de 1936”.<br />

García Márquez, José Mª: Las víctimas de la represión militar en Sevilla (1936-1963).<br />

Sevilla, 2012.


60<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Orden: “Sírvase Vd. entregar a la fuerza<br />

portadora de la presente orden los detenidos en<br />

esa a mi disposición relacionados al respaldo.<br />

Firmado: El Jefe de Orden Público, Santiago<br />

Garrigós Bernabéu”. Réplica: “Me hice cargo<br />

de los detenidos a que se refiere la presente<br />

orden. Firmado: El encargado de la fuerza,<br />

Juan L. Serrano” 85 .<br />

Antes han ido cayendo, uno a uno, los seis<br />

integrantes de aquel desventurado taxi, que<br />

partió un día 24 de Coria del Río para evitar<br />

la inminente amenaza de bombardeo sobre<br />

el pueblo. Juan García Moreno, chófer del<br />

vehículo, un imprevisto convidado de piedra,<br />

sindicalista de UGT, fue el primero en ser<br />

asesinado (9 de octubre). Treinta y seis días<br />

después, le siguió Luis Ramírez Palma, con las<br />

mejores expectativas de liberación truncadas<br />

(14 de noviembre). A continuación, trece<br />

días más tarde, fueron eliminados Juan Galán<br />

Infante 86 y Antonio Cordero Sosa, ambos el<br />

mismo día (27 de noviembre). El penúltimo en<br />

esta siniestra espera de la muerte fue José Llano<br />

Palma, a los catorce días (11 de diciembre).<br />

En Coria del Río la local barbería de Vidalito,<br />

situado en la confluencia de calle Larga con<br />

La Laguna, propiedad de José Gutiérrez Ruiz<br />

(a) Naranjita, permaneció clausurado, igual<br />

que numerosos establecimientos señalados<br />

del municipio como medida de castigo y<br />

para reprimir reacciones sociales adversas al<br />

golpe militar. Mientras la humilde familia<br />

de Sánchez Vidal, sin recursos –sus tres hijas<br />

estaban casadas con marineros- y desdeñada<br />

públicamente, proseguía su calvario llamando a<br />

todas las puertas de los vecinos más poderosos,<br />

entre ellos el influyente cura párroco, para<br />

conseguir la liberación de los tres miembros<br />

encarcelados. Fue el hacendado Antonio Pérez<br />

Documentos del ingreso en prisión de José Sánchez Vidal, el 24 de julio de 1936, fecha<br />

de la ocupación de Coria del Río por el ejército rebelde y su entrega para ser fusilado,<br />

el 14 de diciembre. En ambos queda reflejada su huella dactilar. [Archivo Histórico<br />

Provincial: documentos de la prisión provincial de Sevilla].<br />

85 Archivo Histórico Provincial: Archivo de la Prisión Provincial de Sevilla.<br />

Expediente digitalizado de José Sánchez Vidal, 1936.<br />

86 Su mujer estaba embarazada de dos meses cuando lo encarcelaron. Murió<br />

sin conocer a su hija Ramona. Rogelio Galán siempre creyó que a su padre lo<br />

liberaron la noche del sábado 27 y que en la parada del tranvía fue capturado<br />

por un grupo de falangistas corianos que se lo llevaron y lo asesinaron en<br />

la tapia del cementerio de Sevilla. “A Sánchez Vidal y a los otros les pasó<br />

lo mismo” –nos dijo muy convencido. [Rogelio Galán Rodríguez, agosto<br />

de 2005].


<strong>Azotea</strong> 61<br />

Tinao 87 , quien intercedió en la excarcelación del hijo<br />

mayor, José Sánchez Ruiz 88 , de 33 años de edad, que<br />

se encontraba detenido en el depósito municipal a<br />

la espera del mismo destino que su hermano. Este<br />

destacado contribuyente local, que gozó de una<br />

importante valoración popular, siempre mantuvo<br />

una estrecha relación con el alcalde republicano, en<br />

otro tiempo su barbero personal. Se había desatado<br />

entonces para la familia de Sánchez Vidal una<br />

dramática lucha por la supervivencia 89 .<br />

Pasados cinco tormentosos años, El 24 de<br />

septiembre de 1941, el Juzgado Provincial de<br />

Responsabilidades Políticas solicitó al ayuntamiento<br />

de Coria del Río, información oficial sobre los<br />

“bienes de todas clases” de José Sánchez Vidal, su<br />

“conducta y antecedentes políticos-sociales anteriores<br />

y posteriores al 18 de julio de 1936” y preguntaba<br />

por la confirmación de su “actual paradero” 90 . La<br />

respuesta tardó una semana en llegar, desvelando<br />

que sólo tenía “una casa inscrita a su nombre en calle<br />

Sevilla –Gravina-, número 6, valorada en unas cinco<br />

mil pesetas”, que “desde luego hizo propaganda en<br />

contra del triunfo de la Causa Nacional” y que “se le<br />

aplicó el bando de guerra debido a sus ideas”. 91<br />

José Sánchez Vidal, fue asesinado en la tapia<br />

del cementerio de San Fernando, tres días antes<br />

de cumplir sesenta y cuatro años. Es uno de los<br />

seis “desaparecidos” sexagenarios 92 del municipio,<br />

junto a sus amigos compañeros de partido en el<br />

87 Antonio Pérez Tinao (1855-1944) era un importante agricultor y ganadero coriano.<br />

Fue alcalde entre 1890 y 1892, liderando el partido conservador. Su actividad municipal<br />

finalizó con la llegada de la República. Poseía tierras de cereal, huerta, olivo y vid, dentro y<br />

fuera del término. Tuvo un molino de aceite en su hacienda de El Mirador (Coria) y unas<br />

bodegas en Bollullos de la Mitación. Adquirió notoriedad por su ganadería vacuna (1.000<br />

reses) y equina (200 yeguas). En 1936 era el primer contribuyente local por tributación<br />

urbana, uno de los vecinos más influyentes y reconocido por su labor benéfica. [Pérez<br />

Bañales, Gregorio: Breve reconocimiento a la persona de Antonio Pérez Tinao. Coria,<br />

2.016]. [Barragán de la Rosa, Francisco J.: Antonio Pérez Tinao. Blog Páginas corianas].<br />

88 José Sánchez Ruiz ejerció de barbero hasta su desplazamiento a Isla Mayor, donde<br />

vivió con su sobrina Josefa Rioja Sánchez. Anteriormente había sufrido un accidente en<br />

Sevilla, mientras intentaba aferrarse al estribo del tranvía repleto de una muchedumbre<br />

que se dirigía a un partido de fútbol, resbaló y sufrió la amputación de una pierna. Los<br />

niños en sus juegos, lo señalaban como el hombre capaz de quitarse una de sus piernas.<br />

Ana Ríos Rioja, biznieta de Sánchez Vidal, se afana por mantener viva la memoria de su<br />

familia y nos transmite un mundo de intensas emociones.<br />

89 Pepita Rioja Sánchez, hija de Rosario Sánchez Ruiz, con apenas nueve años, tuvo que<br />

vender por las calles de Coria, bollos de leche, tortas de aceite, ensaimadas y arropías.<br />

El pregón diario quedó recogido por su hija Ana: “¡Arropija de Turquía, la llevo larga y<br />

retorcía, qué ricas y qué buenas son mis arropijas (sic)!”.<br />

90 El inculpado José Sánchez Vidal figuraba en el expediente número 1.233/41, unido a los<br />

nombres de Joaquín Cobano Pineda y Nicolás Zapata Pérez. [AMCR. Correspondencia:<br />

24 de septiembre de 1941: Juzgado Instructor Provincial de Responsabilidades Políticas].<br />

91 AMCR. Libro de Salida: 31 septiembre 1941.<br />

92 Anexo 10. Vecinos corianos sexagenarios asesinados durante el golpe militar de 1936.<br />

José Sánchez Ruiz (1903), hijo de Sánchez Vidal que sobrevivió a la<br />

represión militar y se trasladó a Isla Mayor, donde vivió con la familia<br />

de su sobrina, Josefa Rioja Sánchez. [Generosa aportación de su biznieta<br />

Ana Ríos Rioja, de Isla Mayor].<br />

ayuntamiento, Felipe Pacheco Mejías –padrino de<br />

boda- y José Sosa Verdugo. Su defunción y la de su<br />

hijo Manuel, no figuran inscritas al día de hoy en el<br />

Registro Civil de Coria del Río. La nieta Carmen,<br />

que tiene ochenta y ocho años, sólo recuerda de los<br />

últimos momentos de su abuelo, que un lunes fueron<br />

a verlo y ya no estaba.<br />

“Mi madre tenía dos agujeros en los ojos de tanto<br />

llorar”.


62<br />

<strong>Azotea</strong><br />

La Juventud del Partido Republicano Radical (PRR), fiel a la política conservadora de Alejandro Lerroux, celebrando el tercer Aniversario de la República en<br />

abril de 1934. Su lema era “por la cultura y por la República”. José Sánchez Vidal se distanció de esta formación política, situándose a su izquierda, dentro del<br />

partido Izquierda Republicana (IR) de Azaña.<br />

Identificamos de pie, en la fila superior: Antonio Salamanca, Manolo Suárez Jiménez, Pepe Ramírez Lama, Plácido Alfaro, Manuel Castro Carrabeo,<br />

Manuel Díaz Sosa, Fernando Ufano Márquez, Miguel Ruiz Sosa, Manolo Lama Romero, Miguel Fernández León y Maestro Farfán.<br />

En la segunda fila: Aurelio de la Fuente (debajo del primero de la fila superior), Manuel Mora Bejarano (arriba del pequeño), Manuel Garrido Rioja,<br />

Eugenio Asián Pérez (presidente de la Juventud del PRR), Juan Antonio Sánchez Navarro (vicepresidente), Severo Mellado Pérez, Antonio Mellado Pérez<br />

(vicepresidente segundo), Antonio Pelayo Moreno, Estanislao Asián Pérez y Antonio Ramírez Lama (en el extremo, debajo del arco).<br />

En la tercera fila: Ricardo Palma Moreno, Agustín Palma Moreno, Maestro Francisco Ufano, Antonio Romero Garrido, Antonio Casado, Antonio Rodríguez<br />

con su sobrino en brazos (don José el cura), Desconocido, Modesto Franco Asián (vicesecretario), Pepe Mellado, José Bozano Alza (secretario) y el resto de la fila<br />

sin identificar, salvo dos mujeres, Pastora y Natalia Asián Pérez. De perfil y con gafas Antonio Ugarte Carretero (Correos).<br />

Sentados: Sin identificar, Manuel Vizcaíno, Martínez (en cuclillas), Pepe Lama Suárez (con una niña en brazos), Campos Zoleta, Manuel Maldonado<br />

Espinosa, Paco Romero Vázquez, Pepe Suárez Carvajal, contramaestre de Marina, Manolito Japón Alfaro, cuñada del cabo de la Guardia civil (Álvarez<br />

Cabeza) y Francisco Japón Alfaro (tesorero; al lado de dos mujeres desconocidas).<br />

Tres niños sentados en el suelo sin identificar.<br />

Otros integrantes de la Juventud RR, posiblemente algunos de los no identificados en la foto: Francisco Ruiz Tiravit (bibliotecario), Antonio Rodríguez<br />

Cansino (contador), Manuel Ruiz Franco, Tomás Gollete Sosa, Juan Martínez Quinta y Ricardo Toro Caballero. [El Liberal: 5 de enero de 1934. La<br />

Juventud Republicana Radical].<br />

Generosa aportación de Elisa Maldonado recogiendo la inestimable memoria de su padre.


<strong>Azotea</strong> 63<br />

ANEXO 1. ACTAS DE NACIMIENTO DE JOSÉ SÁNCHEZ VIDAL Y DE MANUEL SÁNCHEZ RUIZ.<br />

Registro civil del Juzgado de Primera instancia<br />

número 3 de Coria del Río: tomo 3-4-5, sección 1ª,<br />

página 142 (reverso). Núm. 398. José Sánchez Vidal.<br />

En la villa de Coria del Río, a las ocho de la<br />

noche del día 17 de diciembre de 1872, ante don<br />

Juan Manuel Suárez, Juez municipal, y don Juan José<br />

Agudo, Secretario, compareció José Sánchez Parrado<br />

natural y vecino de esta villa, término municipal de<br />

idem., provincia de Sevilla, siendo mayor de edad,<br />

del campo, domiciliado en esa población, calle<br />

Altozano número diez, presentando con objeto<br />

de que se inscriba en el registro civil un niño; y al<br />

efecto, como padre del mismo declaró: Que dicho<br />

niño nació en la casa que habita, de diciembre a las<br />

cuatro de la mañana de hoy. Que es hijo legítimo del<br />

compareciente y de su mujer Josefa Vidal Martínez,<br />

de la misma naturaleza, mayor de edad, dedicada a<br />

las ocupaciones de su sexo y domiciliada en el de su<br />

marido. Que es nieto por línea paterna de Joaquín<br />

Sánchez Palma natural de esta expresada villa,<br />

difunto y de Francisca Parrado Martínez natural y<br />

vecina de esta villa, mayor de edad, viuda, dedicada<br />

a las ocupaciones propias de su sexo y domiciliada<br />

en el del compareciente; y por su línea materna de<br />

Santander término municipal y provincia del mismo<br />

nombre difunto y de Catalina Martínez natural de<br />

esta villa y difunta también. Y que al expresado niño<br />

se le había puesto el nombre de José.<br />

Todo lo cual presenciaron los testigos Manuel<br />

Sierra Navarro y Salvador Rojas Japón naturales<br />

vecinos y domiciliados en esta población, mayores<br />

de edad, empleados, el primero viudo y el segundo<br />

soltero.<br />

Leída íntegramente esta acta e invitadas las<br />

personas que han de suscribirla a que la leyeran por<br />

sí mismos si lo creían conveniente, se estampó en ella<br />

el sello del Juzgado municipal y la firmaron el Señor<br />

Juez y los testigos […]<br />

María de la Salud Ruiz Suárez (1870-1896), cuñada de José Sánchez<br />

Vidal. Falleció a los 27 años, de una afección laríngea. Cuentan que el día<br />

de la foto, su hermana Carmen no quiso posar y lo hizo ella. Resaltamos<br />

el parecido físico con las hijas de “Vidalito”. [Fotografía pintada en 1975.<br />

Generosa aportación de su biznieta Ana Ríos Rioja, de Isla Mayor].<br />

Registro civil del Juzgado de Primera instancia<br />

número 3 de Coria del Río: tomo 48, sección 1ª, página<br />

93. Núm. 111. Manuel Sánchez Ruiz.<br />

En la villa de Coria del Río, provincia de<br />

Sevilla, como a las cuatro de la tarde del día veinte<br />

y seis de julio de 1913; ante don José L. Fernández,<br />

Juez municipal, y don Rafael Suero, Secretario,<br />

compareció don José Pérez Gómez, natural de esta<br />

villa, provincia de Sevilla, de edad mayor de años,<br />

de estado viudo, su ejercicio zapatero, domiciliado<br />

en calle Méndez Núñez número siete y exhibió su<br />

cédula personal, con objeto de que se inscriba en el<br />

Registro civil un niño; y al efecto, como pariente del<br />

mismo, declaró: Que dicho niño nació en calle Bilbao<br />

sin número el día veinticuatro del actual a las seis<br />

de la mañana. Que es hijo legítimo de José Sánchez<br />

Vidal natural y vecino de ésta, casado, barbero y de


64<br />

<strong>Azotea</strong><br />

cuarenta años de edad y de Carmen Ruiz Suárez, de<br />

la misma naturaleza y vecindad, casada, ocupación<br />

las de su sexo y de treinta y nueve años de edad. Que<br />

es nieto por línea paterna de José Sánchez Parrado<br />

y Josefa Vidal Martínez, ambos naturales de ésta,<br />

difuntos. Y por línea materna de José Ruiz Silva,<br />

de Umbrete y de Rosario Suárez de la Rosa, de ésta,<br />

ambos difuntos. Y que al expresado niño se le pone el<br />

nombre de Manuel.<br />

Todo lo cual presenciaron como testigos don<br />

Antonio Barrera Abadía, natural de Arahal y don<br />

Serafín Vázquez G. natural de esta villa ambos de este<br />

vecindario, casados empleados y mayores de edad.<br />

Leída íntegramente esta acta e invitadas las<br />

personas que deben suscribirla a que la leyeran por<br />

sí mismas si así lo creían conveniente, se estampó en<br />

ella el sello del Juzgado municipal, y la firmaron el<br />

señor Juez con los asistentes de que doy fe.<br />

Carmen Franco Sánchez (1929), hija de Josefa Sánchez Ruiz y nieta de<br />

José Sánchez Vidal. Su gran preocupación fue reivindicar la memoria de<br />

su abuelo. Actualmente una calle de la localidad lleva su nombre (sesión<br />

plenaria del Ayuntamiento de Coria del Río, <strong>22</strong> de febrero de 2002).<br />

Josefa Rioja Sánchez (1927), hija de Rosario Sánchez Ruiz y nieta de José Sánchez Vidal que vivió en Isla Mayor. Pasó duros momentos para sobrevivir<br />

después de la muerte de su abuelo. Su marido, Pedro Ríos, regentó un comercio de comestibles y artículos de primera necesidad (en la imagen con la botella).


<strong>Azotea</strong> 65<br />

ANEXO 2. ITINERARIO GENEALÓGICO DE JOSÉ SÁNCHEZ VIDAL (1812-1936).<br />

* Tenía otra hija, Mª Carmen Vidal Martínez (1831-1890) casada con Manuel Palma Sánchez.<br />

**Tenía un hermano, Juan Sánchez Parrado, casado con María Rodríguez González.<br />

* Luis Rodríguez Sánchez (1939)


66<br />

<strong>Azotea</strong><br />

* Lucía Rioja Sánchez (1940).<br />

** Juan Franco Sánchez (1947) y Francisco Franco Sánchez (1950).<br />

AMCR. Padrón de habitantes: 1875, 1905, 1932 y 1935. Elaboración propia. Con la inestimable colaboración y asesoramiento de José María<br />

Pérez Bañales.


<strong>Azotea</strong> 67<br />

ANEXO 3: ALCALDES DEL MUNICIPIO DE CORIA DEL RÍO (1900-1936).<br />

Rojas Castellano, Francisco: “Coria del Río, alcaldes de los siglos XIX y XX”. <strong>Revista</strong> <strong>Azotea</strong> núm. 20:<br />

Documentos que son historia. Coria del Río, 2015. Elaboración propia.<br />

ANEXO 4: LAS ELECCIONES REPUBLICANAS EN EL MUNICIPIO DE CORIA DEL RÍO (1931-36).<br />

Boletín Oficial de la Provincia, 23 de abril de 1931, núm. 96. Elaboración Propia. [PRR: Partido Republicano Radical; PRRS: Partido Republicano<br />

Radical Socialista; AN: Acción Nacional; RR: Candidatura republicano revolucionaria]. En 1932 el censo electoral revisado fue de 2.342 vecinos<br />

con derecho a voto.<br />

Ponce Alberca, Julio: op. cit. Elaboración Propia. [FP: Coalición republicana; CD: Coalición de Derechas; PSOE: Partido Socialista Obrero<br />

Español; PRI: Partido Revolucionario Ibérico; PC: Partido Comunista].<br />

(1) El PRR ganó las elecciones para diputados a Cortes celebradas el 19 de noviembre de 1933 con el 56’5% de los votos, 4.263 [Blasco Garzón,<br />

1.287; Martínez Barrio, 1.033; García de la Villa, 72; Rebollo Fernández, 971]. Seguido de la Coalición de Derechas con el 29’4%, 2.<strong>22</strong>2 votos<br />

[Monge Bernal, 579; Oriol de la Puerta, 571, Martínez Rubio, 537; Pabón y S. de Urbina, 535]. A continuación el Partido Socialista con el<br />

8’9%, 677 votos [Alfonso Daza, 170; Miguel Ranchal, 170; Aparicio Arcos, 169; Madueño Serrano, 168]. En cuarta posición el Partido Social<br />

Ibérico con 3%, 233 votos [Cánovas Cervantes, 60; Ezequiel Endériz, 60; Eduardo de Guzmán, 53; Carlos Cuerda, 60]. Finalmente el Partido<br />

Comunista con el 1’4%, 110 votos [Saturnino Barreto, 33; José Antonio Balbontín, 27; José Díaz Ramos, 26; Mije García, 24] y en solitario<br />

Fernández Castillejo, del Partido Progresista (de Alcalá Zamora), con 34 votos. [El Liberal: 20 de noviembre de 1933: Elecciones en Coria del<br />

Río. No hubo elecciones municipales en 1933].<br />

Ponce Alberca, Julio: op. cit. Elaboración Propia. [FP: Frente Popular; FN: Frente Nacional; FE: Falange Española].


68<br />

<strong>Azotea</strong><br />

(2) Después de la victoria del Frente Popular fueron restituidos los ayuntamientos de 1931 elegidos en las urnas y no se celebraron las elecciones<br />

municipales programadas para el 12 de abril (3 y 17 de mayo en Sevilla). El gobernador civil que preparó las elecciones fue el portelista Ramón<br />

Carreras Pons. El 17 de enero hubo un mitin preelectoral de Izquierda Republicana donde participaron los oradores Adolfo Alonso Cárdenas,<br />

Hipólito Pavón García, Manuel Ramos Vallecillo y Juan María Aguilar; mientras que el día <strong>22</strong> le tocó el turno a la CNT, haciendo uso de la<br />

palabra José Franco, José de Pablo y Carlos Zinmerman con un aforo de cuatrocientas personas. Una vez constituido el Frente Popular, fue la<br />

coalición que solicitó un mayor número de veces autorización –ley de asociaciones- para actos de propaganda electoral en el teatro Quevedo.<br />

Unión Republicana, uno de los principales partidos políticos que la integraban, dio un primer mitin el 29 de enero y posteriormente, el Bloque<br />

Popular de izquierdas, dirigido por Gabriel García García –presidente de UR- organizó dos mítines más, el 5 y el 12 de febrero. No trascendió la<br />

participación de oradores relevantes del momento político, sin embargo, en el único acto electoral protagonizado por la coalición de derechas, la<br />

CEDA, el día 13 de febrero, pudo participar el trío anunciado en primera instancia y formado por Jaime Oriol de la Puerta, José Monje Bernal y<br />

Jesús Pabón y Suárez de Urbina o el que componían José Mª Olivares Fernández, Jesús Pabón y Suárez de Urbina y Fernando Morales.<br />

Por la circunscripción de la capital (por la provincia), los ex-diputados a Cortes, Blasco Garzón y González Sicilia, propusieron entre sus candidatos<br />

en las elecciones generales de 16 de febrero de 1936 a Luis Ramírez Palma. [Gómez Salvago, José: La segunda República. Elecciones y partidos<br />

políticos en Sevilla y provincia. Universidad de Sevilla, 1986].<br />

El gobernador ordenó al alcalde que ejerciera toda su autoridad para que no se dificultara la propaganda electoral de ningún partido político y<br />

Baldomero Palma solicitó la concentración de tres parejas de la guardia civil el domingo 16, día de las elecciones, por ser insuficiente la dotación<br />

local de siete guardias. Una vez conocida la victoria del Frente Popular, el gobernador ordenó la inmediata entrega del ayuntamiento a los<br />

concejales elegidos en 12 de abril de 1931, siempre que no estuvieran sujetos a procedimientos judiciales, y la práctica de un arqueo extraordinario.<br />

Votación del día 16: Bloque popular: Manuel Blasco Garzón (UR) 2.394, Juan María Aguilar Calvo (IR) 2.392, Alberto Fernández Ballesteros<br />

(PSOE) 2.389, Antonio Mijes García (PC) 2.388. Derechas: Jesús Pabón y S. de Urbina (CEDA) 883, Jose Mª Olivares Fernández (CEDA) 882,<br />

Jaime Oriol de la Puerta (CEDA) 881, Ginés Martínez Rubio (Tradicionalista) 879. El 3 de abril el Gobierno anunciaba la suspensión de las<br />

elecciones municipales convocadas por el decreto de 16 de marzo.<br />

ANEXO 5: LAS CORPORACIONES MUNICIPALES DE CORIA DEL RÍO (1931-36).<br />

AMCR. Actas capitulares y correspondencia, febrero de 1936. Elaboración propia. [PRR: Partido Republicano Radical; PRRS: Partido<br />

Republicano Radical Socialista]. El Partido Socialista no obtuvo ningún concejal.


<strong>Azotea</strong> 69<br />

AMCR. Actas capitulares y correspondencia, marzo de 1932. Elaboración propia. [PRRS: Partido Republicano Radical Socialista].<br />

(3) Por dimisión de la corporación de Luis Ramírez Palma y designación directa del gobernador civil de la provincia, Vicente Sol Sánchez.<br />

AMCR. Actas capitulares y correspondencia, julio de 1934. Elaboración propia. [PRR: Partido Republicano Radical de Lerroux, conservador; AP:<br />

Acción Popular, conservador, monárquico y tradicionalista].<br />

(4) Elegida la alcaldía y tenencias de alcaldía por los miembros de la corporación resultantes tras la dimisión del grupo martimbarrista de Luis<br />

Ramírez Palma. Los trece restantes fueron designados por el gobernador civil. La alcaldía de Baldomero Palma demostró su fidelidad a Lerroux<br />

nombrándolo “ciudadano de honor de esta villa” en sesión plenaria de 28 de diciembre de 1934.<br />

* Gregorio Palma Sosa era presidente de Acción Popular en 1936. La directiva de la Asociación de Labradores (1933-34) estaba incluida en<br />

el nuevo ayuntamiento: Gregorio Palma Sosa (presidente), José Suárez Ruiz (vicepresidente), Juan Ortega Campos (secretario), Manuel Peña<br />

Jiménez (tesorero) y Carlos Fernández Mellado (vocal). [El Liberal: 14 de enero de 1934]. En mayo de 1933 los conservadores corianos formaron<br />

“una agrupación política de matiz local, independiente de toda organización nacional o provincial, reconociendo la República como régimen de<br />

gobierno”. Preconizaban la prosperidad, cordialidad y el respeto a todas las ideas políticas. Formaron su directiva: José Peña Baquero (presidente),<br />

Salvador Japón Ronquillo (vicepresidente), Manuel Peña Gutiérrez (vicepresidente segundo), Gregorio Palma Sosa (secretario), Juan Ortega<br />

Campos (vicesecretario), Antonio Campos Palma (tesorero); vocales: Manuel Gutiérrez Muñoz, José Peña Campos, José Alfaro Pérez, Manuel<br />

Gutiérrez Palma, Juan José Pérez López y Manuel Campos Jiménez. [El Liberal: 19 de mayo de 1933].


70<br />

<strong>Azotea</strong><br />

AMCR. Actas capitulares y correspondencia: febrero de 1936. Elaboración propia. [UR: Unión Republicana; IR: Izquierda Republicana; PSO:<br />

Partido Socialista Obrero; PC: Partido Comunista].<br />

AMCR. Expedientes: 31 de mayo de 1938: Respuesta al Cuestionario sobre Gestión Administrativa. Elaboración propia. [FE: Falange Española].<br />

(5) El ayuntamiento empezó su administración con tres miembros impuestos por los militares rebeldes. Fueron once días de máxima persecución<br />

contra el republicanismo gobernante. El 4 de agosto se completó la corporación hasta formar un grupo de quince poderosos e influyentes vecinos,<br />

unidos por fuertes lazos familiares o de intereses afines.<br />

AMCR. Actas capitulares y correspondencia: 4 de agosto de 1936. Elaboración propia.


<strong>Azotea</strong> 71<br />

(6) Así describió el último alcalde de 1936, Antonio Ruiz Rodríguez, la labor de esta comisión gestora: “[…] fue de impulso, de depuración,<br />

de pretendido encauzamiento hacia la normalidad de la vida pública, descoyuntada por el nefasto régimen anterior; pero la complejidad de sus<br />

componentes, su excesivo número, las intervenciones partidistas y personales con violencias vindicativas, originaron prontamente el desconcierto<br />

entre los gestores y la desconfianza del vecindario”. [AMCR. Expedientes: 31 de mayo de 1938: Respuesta al Cuestionario sobre Gestión<br />

Administrativa].<br />

AMCR. Actas capitulares y correspondencia: 16 de septiembre de 1936. Elaboración propia.<br />

(7) Para Antonio Ruiz Rodríguez esta comisión gestora “realizó durante el tiempo de su corta actuación una labor constructiva de paz y de<br />

confianza, encauzando la administración municipal, quebrantada hondamente por los componentes del desastroso Frente popular”. [AMCR.<br />

Expedientes: 31 de mayo de 1938: Respuesta al Cuestionario sobre Gestión Administrativa].<br />

* Carlos de Mesa fue propietario de una fábrica de harina y mayor contribuyente industrial de la localidad.<br />

** Antonio Ramírez Benítez, uno de los mayores contribuyentes locales, era primer teniente de alcalde durante la administración primorriverista<br />

de Carlos de Mesa Sánchez y fue reelegido concejal hasta la llegada de la República.<br />

AMCR. Libro de Salida: 23 de noviembre de 1936. Elaboración propia.<br />

* Manuel Peña Luna renunció por motivos de salud (24-11-36) y fue sustituido por José Ronquillo Mora (29-11-36), albañil, que también<br />

renunció.


72<br />

<strong>Azotea</strong><br />

ANEXO 6. ESTADÍSTICA DE PARO OBRERO POR SECTORES ECONÓMICOS,<br />

1936 (MARZO-JUNIO).<br />

AMCR. Expedientes: 1933. Estadística de paro obrero: 1936. Elaboración propia. [C: completo; P: parcial; T: total].<br />

* Incluye confección, vestido y tocado.<br />

ANEXO 7. BASES DE TRABAJO PACTADAS EN ÉPOCA DE CRISIS LABORAL, 1932.<br />

AMCR. Expedientes: 21 de marzo de 1932. “Informe de la Comisión Mixta representativa de la clase patronal y obrera de este pueblo, referente<br />

a la determinación de los trabajos de inmediata realización a ejecutar en los predios rústicos de este término”. Elaboración propia.<br />

* Reparación de cercas de hincos y excavación de gavias para impedir la salida de las reses bravas.<br />

** También nombrado como duque de Medina de las Torres.<br />

(8) Pacto extraordinario establecido entre los patronos agrarios del Sindicato Agrícola y de la Asociación de Propietarios, Agricultores y Ganaderos<br />

con los representantes obreros del Sindicato de Oficios Varios “La Unificación”, presidido por el delegado gubernativo Vicente Barquero para dar<br />

solución a la crisis de trabajo. En él se establecían las faenas a realizar y la duración e intensidad de las mismas. Los demás predios del término<br />

estaban cultivados “a uso de buen labrador” porque pertenecían a pequeños propietarios y colonos con fincas de menos de una hectárea.


<strong>Azotea</strong> 73<br />

ANEXO 8. VECINOS CON EL OFICIO DE BARBERO DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA.<br />

AMCR. Padrón de habitantes: 1932 y 1935. Elaboración propia.<br />

(9) También ejercieron como barberos los hermanos Manuel y Goro Soto (a) Puñema. [Lobato, Carlos: “La calle Larga en los años 40”. <strong>Revista</strong><br />

de Feria, 2015]. Manuel Prieto Rioja (a) Riojita, en 1932 cambió su oficio de barbero por el de escribano en la notaría de Blas Infante. [<strong>Revista</strong><br />

de feria, 2001].


74<br />

<strong>Azotea</strong><br />

ANEXO 9. OCUPANTES DEL TAXI DETENIDOS JUNTO A JOSÉ SÁNCHEZ VIDAL<br />

EL 24 DE JULIO DE 1936 (POR ORDEN CRONOLÓGICO DE ASESINATO).<br />

Fuente: Francisco Rojas Castellano, 2017. Elaboración propia. [Nac.: lugar de nacimiento; H: número de hijos; Profes.: profesión; Bando G.:<br />

Bando de Guerra. Calles: Numancia: Avenida de Andalucía; Francisco Ferrer: Tinajerías; Bilbao: Gravina].<br />

ANEXO 10. VECINOS CORIANOS SEXAGENARIOS ASESINADOS DURANTE<br />

EL GOLPE MILITAR DE 1936.<br />

Fuente: Francisco Rojas Castellano, 2017. Elaboración propia.<br />

Vecinos corianos posando en el frondoso Prado de la Magdalena. Tres generaciones de corianos –niños, jóvenes y adultos- se enfrentarán a los sucesos más graves<br />

vividos en la localidad durante el siglo XX. [Arrodillados, de izquierda a derecha, Julio Suárez sosa (pintor) y Juan Suárez Sosa. Sentado, el niño Manuel<br />

Suárez Tiravit (con boina)]. Hacia el año 1925.


<strong>Azotea</strong> 75<br />

EL DOCTOR DON ÁNGEL PINEDA DE LA CARRERA<br />

O LA VOCACIÓN POR LA MEDICINA<br />

Si es difícil hablar o escribir sobre un padre, a<br />

mí se me hace todavía más complicado, al no<br />

encontrar las palabras adecuadas con las que<br />

expresar, fielmente, lo que yo siento por su<br />

persona, porque priman más los sentimientos que la<br />

investigación.<br />

Ángel Pineda de la Carrera, hijo de Don Ángel<br />

Pineda Gil (1865-1938) 1 , médico titular de La<br />

Puebla del Río 2 , y de Dª. Rosario de la Carrera Alonso<br />

(1868-1944) 3 , nació el 12 de enero de 1893, en la<br />

céntrica Calle Larga, número 44, de la mencionada<br />

población. Fue alumno interno en el Colegio de San<br />

Antonio, establecido en la antigua calle Argote de<br />

Molina, <strong>nº</strong>. 28, de Sevilla, donde ya demostró sus<br />

dotes de buen estudiante, además de sus cualidades,<br />

como joven “ordenado, comedido y exacto; faceta<br />

ésta, de su personalidad, que le va a caracterizar<br />

a lo largo de toda su vida” 4 . Después, realizaba los<br />

exámenes, de Bachillerato, como “alumno libre”, en<br />

el antiguo Instituto General y Técnico (hoy, Instituto<br />

de San Isidoro). Tuvo por compañeros de colegio,<br />

entre otros, a los hermanos Antonio y José María<br />

Gutiérrez Ballesteros, de su misma edad, con los que<br />

le unirá una familiaridad fraterna 5 .<br />

Daniel Pineda Novo<br />

1) Archivo del Registro Civil de La Puebla del Río. Acta de defunción de Don<br />

Ángel Pineda Gil. Tomo 19; p. 189 vlto. Sección 3ª. (Mi abuelo fue alumno del<br />

insigne médico y vulcanólogo Dr. Salvador Calderón y Arana, que sustituyó en la<br />

Cátedra hispalense al insigne Rector, Don Antonio Machado y Núñez, abuelo de<br />

los poetas Manuel y Antonio Machado).<br />

2) Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla. Expediente Académico del<br />

alumno Don Ángel Pineda Gil. Legajo 376. Expediente 28.3<br />

3) Archivo del Registro Civil de La Puebla del Río. Acta de Defunción de Dª.<br />

Rosario de la Carrera Alonso. Tomo <strong>22</strong>; p. 11. Sección 3ª.<br />

4) José Gonzalo Ortega Ruiz: “La Medicina y la Sociedad en la Vida Médica del<br />

Dr. Don Ángel Pineda de la Carrera (1893-1974)”. (Tesina leída en la Facultad de<br />

Medicina, de Sevilla, ante el Dr. Don Gabriel Sánchez de la Cuenta). S/A. (1975).<br />

5) Don José María Gutiérrez Ballesteros (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1893-<br />

Madrid, 1 de mayo de 1981), Conde de Colombí; era pariente de mi padre, ya<br />

que su padre, Don Antonio Gutiérrez Lahería, viudo, “empleado”, de Alcalá de<br />

Guadaira (Sevilla), se casó con su tía Dª. Dolores de la Carrera Alonso.<br />

Don José María, abogado y escritor, folklorista y coleccionista de obras de arte,<br />

publicó diversos libros, algunos sobre tauromaquia y bibliofilia. Hombre cordial<br />

y amable, me llamaba “sobrino”. Fue Conde consorte de Colombí. (Vid. su<br />

Expediente Académico. A. H. U. S. -Legajo 1906-47-1657. Nº. 1.657). (Don José<br />

María dedicó a mi padre, tras su fallecimiento, el emotivo artículo: “El Dr. Don<br />

Ángel Pineda de la Carrera, en el recuerdo”, publicado en El Correo de Andalucía,<br />

de Sevilla, el 9 de Agosto de 1985; p. 10.<br />

Don Ángel Pineda, en sus inicios como médico titular, en Coria del Río.<br />

Desde sus años de estudiante, movido por su<br />

gran vocación médica, acompañaba a su padre en el<br />

ejercicio de la medicina, desempeñada en el ámbito<br />

rural, entre la pobreza, la incultura y la falta de medios<br />

científicos y económicos, para curar la enfermedad<br />

y mitigar el dolor… Todos estos acontecimientos<br />

de una época difícil -preludio de la Primera Guerra<br />

Mundial-, dejaron huella en el joven; vivencias y<br />

consultas, que compartió, hasta el último momento,<br />

con su padre, que falleció el 2 de Julio de 1938.<br />

Apasionado de la Medicina, comenzó sus<br />

estudios universitarios, en 1911, matriculándose<br />

en la entonces Escuela Provincial de Medicina, de


76<br />

<strong>Azotea</strong><br />

El Dr. Pineda de la Carrera (primero por la derecha), con Don Hipolito Lobato y Don Florencio Peña Luna, entre otros aficionados, en los terrenos del<br />

primitivo campo de futbol del Coria C.F., propiedad de la Junta de Obras del Puero, hacia 1924. (Fotografía: Joaquín Oña).<br />

Sevilla, donde mostró sus buenas dotes como buen<br />

estudiante, alcanzando por oposición, “La Plaza de<br />

Alumno Interno en el Hospital Clínico”, teniendo,<br />

de catedráticos, a grandes eminencias de la Medicina,<br />

como se aprecia en la Orla Académica. Facultad de<br />

Medicina de Sevilla-Curso 1916-1917, cuáles Don<br />

Gabriel Lupiáñez, Don Francisco Sánchez Pizjuán,<br />

Don Mauricio Domínguez Adame -que después,<br />

sería amigo suyo-; Don José González Meneses,<br />

Don José Salvador Gallardo -también, buen amigo<br />

suyo-; Don Julio Cobos o Don Enrique Tello García,<br />

catedrático de Obstetricia y Decano de la Facultad,<br />

licenciándose, muy joven, en Medicina y Cirugía, el<br />

10 de Agosto de 1917, con un magnífico Expediente<br />

Académico: Nueve sobresalientes; tres Matrículas de<br />

Honor y seis Notables, según consta en el certificado<br />

expedido por el Secretario General de la Universidad<br />

de Sevilla (Facultad de Medicina), en el que se<br />

destacan las excelentes calificaciones obtenidas 6 …Y<br />

6) Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla. Expediente del alumno Don<br />

Ángel Pineda de la Carrera- Facultad Provincial de Medicina. Legajo 1955-96-<br />

1070.<br />

comienza, como Alumno Interno en dicha Facultad<br />

y, después, como Médico Titular Interino, desde<br />

primero de Marzo de 1918 al 3 de Enero de 1921.<br />

Tenía ya aprobadas las asignaturas que integran el<br />

Doctorado Médico de A.P.B., que hizo en Madrid,<br />

convirtiéndose en médico en propiedad, de Coria<br />

del Río, por concurso de méritos, el 18 de febrero<br />

de 1925, contando, entonces, esta Villa con una<br />

población de 6.700 habitantes y siendo su alcalde<br />

Don Carlos de Mesa.<br />

El 23 de Diciembre de 1919, contando 25<br />

años, contrajo matrimonio, primero en el Juzgado<br />

Municipal y, después, en la iglesia parroquial de<br />

Ntra. Sra. de la Estrella, con Dª. Manuela Campos<br />

Jiménez 7 , instalando su consulta en una casa situada<br />

en la céntrica Calle Cervantes, entonces rotulada con<br />

el número 40. De este matrimonio tuvo cuatro hijos:<br />

Alejandro, Guillermo, Miguel Ángel y Antonio. El<br />

7) Archivo Parroquial de Ntra. Sra. de la Estrella, Casamiento de Dª. Manuela<br />

Campos Jiménez con Don Ángel Pineda de la Carrera. “Libro de Matrimonios.<br />

Núm. 19”; fol. 46 vlto. Y Archivo del Registro Civil. Juzgados de Coria del Río.<br />

Partida de Casamiento. Tomo 12; sección 2ª; p. 230.


<strong>Azotea</strong> 77<br />

vivienda en la Calle Alfonso XII, pero ya era “el<br />

médico de Coria” y, además, tenía que ayudar a su<br />

padre, en la consulta, pues ya era mayor y, además,<br />

padecía una “insuficiencia coronaria”.<br />

En 1928, se inscribe en el Real e Ilustre Colegio<br />

de Médicos, de Sevilla, titulándose, además, como<br />

“Inspector Municipal de Sanidad” 9 .<br />

Don Ángel “fue autor de algunos trabajos<br />

científicos -según se recoge en su Expediente Médico-,<br />

mereciendo uno de ellos: Profilaxis y Tratamiento de las<br />

Gastro-enteritis infantil, la distinción de ser publicado<br />

por acuerdo de la Federación Sanitaria”. 10 Realizó,<br />

además, un Curso de lucha contra el Paludismo,<br />

en el Instituto Provincial de Higiene de Sevilla,<br />

en 1927, obteniendo certificado de “Asiduidad y<br />

“Aprovechamiento”, y efectuó otro Curso de lucha<br />

Antipalúdica en el I. P. H., en 1938, obteniendo<br />

el Certificado de “Aprovechamiento y Aptitud”.<br />

Además, fue médico-director del Dispensario<br />

Antipalúdico Central”, de la localidad de La Puebla<br />

del Río, durante la campaña de 1939-1940.<br />

20 de agosto de 1926 falleció su esposa, quedando<br />

muy joven viudo 8 , con cuatro niños pequeños;<br />

ingresando los dos mayores en el Colegio interno de<br />

los Salesianos de Utrera (Sevilla).<br />

Por estas fechas, ingresa como médico asistente<br />

en la Clínica de Enfermedades de la Infancia del<br />

Hospital Provincial de Sevilla, entre 1919 y 1920.<br />

Es, entonces, cuando se interesa por Don Ángel<br />

Pineda, el eminente cirujano Dr. Don Antonio<br />

Cortés y Lladó (Barcelona, 1887-Sevilla,1981),<br />

Catedrático de Cirugía en la Facultad de Medicina<br />

de nuestra Ciudad, desde 1919, animándole a unirse<br />

a su equipo médico en el antiguo Hospital de Las<br />

Cinco Llagas (hoy, sede del Parlamento Andaluz),<br />

donde impartía sus famosas “lecciones clínicas ante<br />

el enfermo”, o como médico-cirujano en la famosa<br />

Clínica de Santa Isabel, que él había fundado con<br />

el Dr. Don Blas Tello… Don Ángel Pineda pensó<br />

instalarse en Sevilla, e, incluso, se interesó por una<br />

8) Archivo de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Estrella. “Libro de Defunciones<br />

<strong>nº</strong>. 89”. Año 1926. Y archivo del Juzgado de Coria del Río. Partida de defunción de<br />

Dª Manuela Campos Jiménez. Tomo 42. Sec. 3ª; p. 195.<br />

Asimismo, fue médico-director de Auxilio Social<br />

y, también, realizó un “Curso de Perfeccionamiento<br />

Médico”, en 1942.<br />

Médico-director del Centro de Alimentación<br />

Infantil, de Coria del Río. Médico de la “Zona de S. O.<br />

C., con carácter provisional, desde el 1 de Septiembre<br />

de 1944 y con carácter definitivo desde el 19 de Julio<br />

de 1945”. Desde el año 1951 a 1963, formó parte<br />

de la Junta Directiva del Real e Ilustre Colegio de<br />

Médicos, de Sevilla, siendo presidente Don Francisco<br />

Blázquez Bores, que le distinguiría con su amistad 11 .<br />

Como Vicepresidente se nombró a Don Ildefonso<br />

Camacho y Baños; Secretario, Don Manuel Pera<br />

Jiménez; Tesorero, Don Norberto Aragón Gómez;<br />

Vicesecretario, Don Diego Jiménez Andrade; Vocal-<br />

Bibliotecario, Don Rafael Martínez Domínguez y<br />

9) Archivo del Real e Ilustre Colegio de Médicos, de Sevilla. Expediente del Dr.<br />

Don Ángel Pineda de la Carrera. Año 1928.<br />

10) Profilaxis y tratamiento/ De/ las Gastro-enteritis infantiles. Conferencia dada<br />

por el Médico Titular de Coria del Río, Don Ángel Pineda de la Carrera, en la<br />

Asamblea celebrada por su Asociación de Partido en Castilblanco de los Arroyos, el<br />

Domingo 2 de Mayo de 1920.- Sevilla, Imprenta Bergalí, 1920; 8 pp.<br />

11) El Dr. Don Francisco Blázquez Bores (Antequera, Málaga 1888-Sevilla<br />

1973). Sobre Blázquez Bores, véase mi ensayo, premiado por la Real Academia de<br />

Medicina, de Sevilla, y publicado en su <strong>Revista</strong> Memorias Médicas. Sevilla, Edición<br />

de la Real Academia de Medicina, 1979; pp. 61-72.


78<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Don Ángel Pineda, en su juventud.<br />

Vocales: Don Francisco Alcalá Vivas, Don Antonio<br />

Cáceres Uclés, Don José Luis Caro Sancho, Don José<br />

Cruz Auñón, Don Julio Ledesma López, Don Felipe<br />

López Albarracín, Don Bartolomé Malo Bravo, Don<br />

Carlos Mitchell Ordóñez, Don Juan Luis Morales<br />

González, Don Francisco J. Ortega Tártalo y Don<br />

Julián Rodríguez de Moya. 12<br />

El 28 de Enero de 1954, Don Antonio Porras<br />

Ibáñez, Inspector Médico del “S. O. E.”, le envió<br />

una carta elogiando sus cualidades como profesional<br />

médico:<br />

“Querido compañero y amigo Don Ángel:<br />

Le felicito a Vd. por su eficaz asistencia a esa<br />

enferma y muy especialmente, me satisface ver<br />

lo bien que trae la Historia Clínica, pues ello<br />

me indica se preocupa Vd. por los enfermos del<br />

Seguro y como mi misión es velar por la perfecta<br />

asistencia a los Asegurados, me creo en el deber de<br />

felicitar a Vd. en este caso.<br />

12) Diario ABC.- Junta del Colegio de Médicos de Sevilla, en 1952: “Crónica<br />

Médica”. Fotografía. (Páginas de huecograbado).<br />

Su amigo, el médico y escritor José María Romero Martínez,<br />

asesinado en la Guerra Civil.<br />

Siempre de Vd. attº. s. s. amigo suyo y colega<br />

Antonio Porras Ibáñez (rúbrica). 13<br />

Entre sus compañeros de carrera, de diversas<br />

localidades españolas, tuvo una gran vinculación<br />

afectiva con Don Miguel Ángel Ruiz de Vargas,<br />

de Hinojos -sobrino del canónigo y novelista Don<br />

Juan Francisco Muñoz y Pabón-; con Don Sebastián<br />

Camacho del Moral; con Don José María Romero<br />

Martínez, de Olivares (Sevilla), escritor y ateneísta, de<br />

su misma edad y médico del “Consultorio Popular”,<br />

en la Calle Pureza, de Triana, y que fue asesinado<br />

en la Guerra Civil, el 19 de Septiembre de 1936 14 ;<br />

con Don Rafael Mrtínez Domínguez, Secretario<br />

Perpetuo de la Real Academia de Medicna, de Sevilla,<br />

y con Don Juan Manuel Lara, autor del libro De la<br />

Vida Médica Rural (Madrid. 2ª. edic., Index, 1970;<br />

13) Archivo familiar.<br />

14) Sobre el recordado José María Romero Martínez, médico-humanista, que<br />

presidió el histórico acto en La Sociedad Económica de Amigos del País, de Sevilla,<br />

y que dio origen a la Generación del 27, véase el acertado artículo de Juan Ortíz<br />

Villalba, publicado en el Diccionario de Ateneístas de Sevilla. Tomo I.-Excmo.<br />

Ateneo de Sevilla, 2006; pp. 360-363.


<strong>Azotea</strong> 79<br />

Acto cultural en el “Centro Popular Instructivo”, el 12 de mayo (de 1924), presidido por Aurelio de la Fuente, junto al Cabo de la Guardia Civil. A su<br />

derecha, Antonio Rodríguez y Rogelio Asián (de soldado). Y a la izquierda, Hipólito Lobato, Ángel Pineda, Baldomero Palma y Eugenio Asián, entre otros<br />

asistentes. En el centro aparece el escudo de la Institución. Como curiosidad diremos, que el primero de la derecha, es “El Goja”, soldado de guerra, y sentado,<br />

mirando a la cámara, Francisco Márquez Ronquillo, más conocido por “El Quito Morejón”. (Fotografía Alfonso).<br />

166 pp.), que fue un Médico muy querido en Dos<br />

Hermanas, y que animaba a mi padre, en sus cartas y<br />

conversaciones telefónicas, a que se fuese a la Ciudad<br />

nazarena a ejercer la Medicina. Pero mi padre ya<br />

se había establecido, definitivamente, en nuestro<br />

pueblo.<br />

Por encargo del Colegio de Médicos, fue<br />

“Presidente del Distrito de Pueblos Agregados a la<br />

Capital” (Provincia de Sevilla), en 1960, siendo<br />

vocales Don Manuel Cansino Vélez y Don Andrés<br />

Gaviño Gordillo.<br />

Según el Boletín Municipal del Excmo.<br />

Ayuntamiento de Coria del Río, con fecha del 11<br />

de Enero de 1963, en la sesión del Pleno Municipal,<br />

el Concejal, Don José Alfaro Lama 15 , presentó un<br />

escrito, firmado por todos los señores sanitarios<br />

15) Don José Alfaro Lama (1916- 2001), hombre entrañable y destacado médico<br />

puericultor. Fue alcalde de Coria del Río desde el 6 de Junio de 1964, hasta el 4 de<br />

Febrero de 1969. Merece un reconocimiento público.<br />

de esta Villa, solicitando de la Corporación, que<br />

“próxima la jubilación, por edad, del Médico de<br />

Asistencia Pública Domiciliaria, Dr. Don Ángel<br />

Pineda de la Carrera, que ha dedicado toda su vida<br />

al ejercicio de su profesión en esta Villa, a plena<br />

satisfacción de todos los vecinos y con una dedicación<br />

total y absoluta de su misión de aliviar y curar a<br />

todos los acogidos a la Beneficencia Municipal,<br />

ruegan a esta Corporación que, considerando todos<br />

estos méritos que adornan la persona de Don Ángel<br />

Pineda de la Carrera, se eleve al Gobierno solicitud<br />

interesando se conceda al referido Médico, la Cruz<br />

de Sanidad, y al mismo tiempo, que se acuerde por<br />

la Corporación el nombramiento de Hijo Adoptivo<br />

de Coria del Río”.<br />

El Pleno, haciendo propias las manifestaciones<br />

expuestas en el escrito anterior y considerando<br />

la gran personalidad de Don Ángel Pineda de la<br />

Carrera, reconociendo los méritos que adornan al


80<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Don Manuel Asián y Don Ángel Pineda, en el Parque de Carlos de Mesa, rodeados de un grupo de vecinos y niños, hacia 1930.<br />

referido señor, y la ingente labor llevada a cabo hasta<br />

su jubilación:<br />

Acuerdan, por unanimidad, se solicite de la<br />

Dirección General de Sanidad la concesión de<br />

la Cruz de Sanidad, así como nombrarlo Hijo<br />

Adoptivo y Predilecto de Coria del Río” 16 .<br />

Imposible analizar la personalidad de este gran<br />

hombre. De carácter sencillo y, sobre todo, un gran<br />

ser humano, como padre y como gran profesional de<br />

la Medicina… “Su conversación sincera, a la vez que<br />

rápida y exacta -escribió el Dr. Don José Gonzalo<br />

Ortega Ruiz- reflejaban su gran lucidez y fluidez<br />

mental” 17 . Y en el terreno político, mi padre, aunque<br />

tenía su propia ideología liberal, afirmaba que él “Era<br />

16) Boletín Municipal del Excmo. Ayuntamiento de Coria del Río. Año XLI-<br />

Segunda Época. Enero 1963; pp. 1-2.<br />

17) José G. Ortega Ruíz: Opus. cit.; s/p.<br />

solamente médico”, y así lo demostró en la fratricida<br />

Guerra incivil, quedándose como médico profesional<br />

en Coria del Río, y “lo respetaron lo mismo los unos<br />

que los otros”, como bien me dijo uno de sus enfermos,<br />

que aún vive con 88 años.<br />

El Conde de Colombí, en su citado artículo de<br />

1985, recordándolo, escribió: “Era Ángel de buena<br />

figura, elegante, de gran bondad; y vestía con gran<br />

distinción; todo ello, heredado de su padre y de lo<br />

que a los dos nos hacía partícipes, por lo cual, otros<br />

compañeros del internado nos tenían la envidia propia<br />

de los pocos años. Fue médico desde que comenzó sus<br />

estudios del bachillerato, vocación que, claro es, también<br />

heredó de su padre, verdadero mártir de su profesión, y<br />

que le transmitió, aún antes de su muerte, pues ejerció<br />

la Medicina en Coria del Río y en La Puebla, al mismo<br />

tiempo y durante varios años con su padre y maestro.


<strong>Azotea</strong> 81<br />

Su destacada personalidad<br />

médica era muy conocida y<br />

respetada, dándose el excepcional<br />

caso de que en los medios clínicos se<br />

le conocía como “El Catedrático de<br />

Coria”, en donde ejerció su profesión<br />

desinteresada y vocacional, durante<br />

más de 54 años, y “con toda<br />

probidad”, según frase feliz de otro<br />

entrañable amigo, el Doctor Don<br />

Francisco Blázquez Bores…”<br />

Son muchas las personas<br />

que aún pueden hablar de Don<br />

Ángel: El propio pueblo, que le<br />

recuerda con amor y gratitud,<br />

porque fue un hombre claro,<br />

honesto, transparente en sus<br />

obras, “un terapeuta del cuerpo y de las almas”,<br />

como decía Don José Alfaro Lama… Así lo refrenda,<br />

y reflexionamos, el párrafo que le dedicó su buen<br />

amigo, el Dr. Don Francisco Blázquez Bores: “En<br />

Coria del Río, donde Don Ángel ejerció siempre<br />

con toda probidad la Medicina 18 , y con quien me<br />

ligaron muchos vínculos profesionales y de amistad,<br />

ya cuando siendo yo médico militar, lo tuve a mi<br />

lado como sanitario, como luego formando parte<br />

de La Junta Directiva, siendo yo Presidente del<br />

Real e Ilustre Colegio de Médicos; y no pocas<br />

veces, cuando yo ejercía la profesión que acudí a<br />

consultas al simpático pueblo ribereño de nuestro<br />

Guadalquivir”. 19<br />

Don Ángel Pineda fue un médico-humanista,<br />

siguiendo “las directrices de Don Gregorio Marañón<br />

y el pensamiento liberal de Don José Ortega y<br />

Gasset”, según dijo su buen amigo Don Manuel<br />

Asián Ruiz 20 , que tanto le apreciaba, al presentarlo en<br />

una conferencia en el “Centro Popular Instructivo”.<br />

Don Ángel participaba, activamente, en todos los<br />

acontecimientos socioculturales y, especialmente, en<br />

los de carácter médico, que se celebraban en Coria<br />

18) Recalcamos las palabras del Dr. Blázquez Bores para una mejor comprensión<br />

de la personalidad humana y científica de Don Ángel.<br />

19) Archivo familiar.<br />

20) Don Manuel Asián Ruiz (1867-1937). Ilustre Maestro Nacional, que tanto<br />

impulsó la Cultura y la Enseñanza en Coria del Río. Su vida fue una entrega a la<br />

educación -y a los niños, especialmente-, en cuerpo y alma. (Coria del Río le debe<br />

un merecido reconocimiento).<br />

Cuadro de Enrique Simonet: “Y tenía corazón”.<br />

del Río, pronunciando, además, diversas conferencias<br />

sobre su especialidad, no sólo en esta poblción, sino<br />

en Sevilla y otros lugares de la provincia. Colaboró,<br />

asimismo, en la <strong>Revista</strong> CORIA 21 , junto a personajes<br />

importantes como Don Aurelio de la Fuente, Don<br />

Luis Ramírez, que fue un buen alcalde de esta<br />

población, el poeta Don Fernando de los Ríos y<br />

de Guzmán o el citado sociólogo Don Alejandro<br />

Guichot, entre otros... <strong>22</strong><br />

Mi padre tenía una selecta Biblioteca, no sólo de<br />

libros científicos, propios de su profesión, sino de<br />

obras literarias, pues era un gran admirador, aparte<br />

del Dr. Gregorio Marañón, que le felicitó en una<br />

breve pero entrañable carta por sus conocimientos<br />

científicos, y cuyas Obras Completas tenía y releía,<br />

frecuentemente, además de las primeras ediciones<br />

de Pío Baroja, Ortega y Gasset, y Unamuno -así<br />

como algunos libros científicos, en alemán-, que<br />

21) <strong>Revista</strong> Coria. Por Coria y los Corianos. “Precio del ejemplar 20 céntimos”.<br />

(Tenía influencias republicanas y su “Sede Social” estaba en la C/ Cervantes,<br />

núm. 35). (Vid. mi artículo “El Semanario Coria”. En la <strong>Revista</strong> de Feria. Excmo.<br />

Ayuntamiento de Coria del Río.- Septiembre, 2001.<br />

<strong>22</strong>) Don Alejandro Guichot y Sierra (1859-1941), hombre admirable y polifacético.<br />

Fue amigo de Antonio Machado y Álvarez, Demófilo, con el que fundó El Folk-Lore<br />

Andaluz, en 1881. Pronunció varias conferencias en Coria del Río, invitado por su<br />

amigo Don Manuel Asián, como la titulada Cosas que distinguen hoy a Coria del<br />

Río, en la Provincia de Sevilla y cosas de Pedagogía Social para Escolares. (Sevilla, Imp.<br />

y Lib. Eulogio de las Heras, 1915; 15 pp.). Don Alejandro, descansaba, a veces, en<br />

la finca Villa Emilia, en la carretera de Coria del Río a La Puebla, propiedad de su<br />

cuñado. A mi padre le regaló, dedicado, su libro: Antropo-sociología. (Vulgarización<br />

enciclopédica de sus elementos).- Sevilla, Artes Gráficas, 1911; 308 pp. (Vid., además,<br />

mis artículos: “Una carta inédita de los Quintero”. ABC. Sevilla, viernes 29 de<br />

Junio de 1984; p. 25. Y Recuerdos de Don Alejandro Guichot y de Villa Emilia. En<br />

la <strong>Revista</strong> de Feria. Excmo. Ayuntamiento de Coria del Río. Septiembre 1999).


82<br />

<strong>Azotea</strong><br />

“Grupo de rocieros corianos en la Plaza de España, de la Palma del Condado (Huelva). De derecha<br />

a izquierda aparecen, entre otros, el Doctor Ángel Pineda; el maestro y secretario de la Hermandad<br />

de Coria, Hipólito Lobato; el célebre pintor y dibujante Andrés Martínez de León, José Peña<br />

Campos, Tomás Álvarez, Manuel Asián y Manuel Garrido”. (Archivo ABC)<br />

compraba en la selecta Librería Internacional de<br />

Lorenzo Blanco, en la sevillana Plaza del Salvador<br />

(haciendo esquina con La Cuesta del Rosario), y<br />

donde se reunían algunos científicos, catedráticos<br />

e intelectuales, como Don Ramón Carande, Don<br />

José León Castro o Don José de la Peña, entre otras<br />

personalidades de la Ciencia y la Cultura 23 .<br />

En su despacho, entre libros, destacaba una<br />

reproducción del cuadro del pintor valenciano<br />

Enrique Simonet: Y tenía corazón, fechado en 1890;<br />

obra sobrecogedora por la crudeza del tema, y por<br />

el que mi padre sentía cierta predilección, ya que<br />

23) Nos referimos a la tristemente desaparecida Librería Internacional de Tomás<br />

Blanco, centro de intelectuales sevillanos y foráneos. Recuerdo ver siempre en su<br />

mostrador “una pila de libros”. Estaba en la esquina de la Cuesta del Rosario, núm.<br />

3, frente a la Plaza del Salvador.<br />

representa a un médico-cirujano, que<br />

le había abierto el pecho a una bella<br />

joven, sobre la mesa de operaciones,<br />

extrayéndole el corazón. Obra de<br />

marcado realismo, en la que destacan<br />

la rigurosidad anatómica y, al fondo,<br />

los botes de formol…<br />

Mi padre fue un hombre liberal<br />

y coherente con sus ideas; médico<br />

y amigo del ideólogo novecentista<br />

Blas Infante, del gran pedagogo<br />

Don Manuel Asián, del insigne Don<br />

Alejandro Guichot, de Don Hipólito<br />

Lobato, del gran pintor y dibujante<br />

Andrés Martínez de León, que me dijo,<br />

en una carta, que le “salvó la vida por<br />

unas calenturas maltas, en 1927” 24 . Sin<br />

olvidarnos del destacado comerciante<br />

Don Manuel Asián Pérez; el industrial<br />

Don Manuel Pérez López –con el que<br />

se hablaba de usted y tomaba aquellos<br />

“cafés negros” o “cafés solos”, en amena<br />

conversación, en el zaguán de su casa,<br />

en la Calle Méndez Núñez, número<br />

7, y con Don Aurelio de la Fuente,<br />

director de la <strong>Revista</strong> CORIA, de corte<br />

republicano.<br />

El 15 de Diciembre de 1933<br />

contrajo nuevo matrimonio con Dª.<br />

Francisca Novo Aguilar, natural de<br />

La Puebla del Río. Él tenía 39 y ella 21 años 25 .<br />

Del matrimonio nacieron ocho hijos: Felipe, María<br />

Pepa, Rafael, Daniel, José María, Rosario, Manolo e<br />

Isabel. Todos estuvieron en el parvulario de Dª Josefa<br />

Navarro, que tanto le apreciaba.<br />

Le gustaba dialogar con sus amigos, especialmente,<br />

con su fraternal compadre, el gran historiador y<br />

catedrático del Instituto “Jaime Balmes”, de Barcelona,<br />

Don José Luis Asián Peña 26 , cada vez que venía de la<br />

Ciudad Condal, en sus vacaciones primaverales…<br />

24) Archivo familiar.<br />

25) Juzgado Municipal de La Puebla del Río: Acta de Matrimonio. Don Ángel<br />

Pineda de la Carrera y Doña Francisca Novo Aguilar. Tomo 8; p. 25; núm.7.<br />

26) Don José Luis Asián Peña (Coria del Río 1903-Barcelona, 1977), gran<br />

estudioso de la Historia y Catedrático del Instituto “Jaime Balmes”, de la Ciudad<br />

Condal. (En esta misma <strong>Revista</strong> se publica un artículo sobre el notable historiador,<br />

escrito por Don Francisco Rojas Castellano).


<strong>Azotea</strong> 83<br />

Junto Directiva del Real e Ilustre Colegio de Médicos de Sevilla, en el año 1952. En el centro, su Presidente, el Dr. Blázquez Bores. Don Ángel Pineda, de pie,<br />

el segundo por la derecha. (Archivo ABC).<br />

Como buen aficionado a los toros, asistió, también,<br />

hacia 1958-1960, a la escogida Tertulia, que en el Bar<br />

“Los Corales”, situado en la céntrica Calle de Bonifaz,<br />

junto a la calle Sierpes, mantenía el genial torero Juan<br />

Belmonte, con el conocido aficionado y notario de<br />

Coria del Río, Don Luís Bollaín, y a la que asistían,<br />

entre otros, el ganadero Don Daniel de la Fuente,<br />

el joven rejoneador Ángel Paralta, el banderillero<br />

Riverito, el apoderado Ignacio Sánchez Mejías 27 , y en<br />

la que destacaba, notablemente, el genial Rafael, “El<br />

Gallo”, animando a los contertulios con sus célebres<br />

“anécdotas”.<br />

Don Ángel era admirado y querido no sólo en<br />

Coria del Río, donde ejerció durante cincuenta y<br />

cuatro años -jubilándose, oficialmnte, con 71 años,<br />

aunque siguió ejerciendo casi hasta su fallecimiento,<br />

con amor y entrega, la Medicina-, atendiendo,<br />

además a muchos pueblos del Aljarafe sevillano,<br />

siendo elogiado por médicos y catedráticos de la<br />

Universidad cuando iban a sus consultas algunos<br />

de sus enfermos, con la historia clínica completa,<br />

como bien me comenta Don Federico Calderón<br />

Leal, con cuya familia tenía una relación entrañable,<br />

especialmente, con su tío Don Jun Leal Ferreira,<br />

Patrón-dragador de La Junta de Obras del Puerto de<br />

Sevilla.<br />

Sus méritos como médico, también los destaca<br />

el sindicalista coriano del PCE, Joaquín Navarro, en<br />

sus apasionantes Memorias (Valencia, 2014) donde<br />

27) Ignacio Sánchez Mejías era hijo del mítico torero, inmortalizado por García<br />

Lorca.<br />

afirma que le salvó la vida siendo sólo un niño.<br />

También fue de los primeros en utilizar los RAYOS<br />

X, para una mejor visión clínica de los enfermos.<br />

Don Ángel Pineda de la Carrera fue un hombre<br />

ejemplar y un padre irrepetible, excelente a nivel<br />

humano y auténtico profesional, con “buen ojo<br />

clínico”. (Me dicen algunos de sus antiguos pacientes<br />

que “curaba con las manos”; es decir, con sólo auscultar<br />

al enfermo). A parte de cirujano y forense, fue un<br />

eminente pediatra -como bien me dijo el recordado<br />

Don José Alfaro Lama-, siempre al servicio del<br />

pueblo sencillo y humilde, y de las zonas marginales<br />

(El “Barrio de El Fallo” o “Las Cuevas”, por lo que<br />

se hizo cargo de la penosa consulta conocida como<br />

“El 18 de Julio”, en un pequeño local, en la Calle<br />

Cervantes, junto a “Maternidad”, casi sin la ayuda<br />

necesaria de un desidioso Ayuntamiento… Atendía,<br />

también, a numerosas familias procedentes de otros<br />

pueblos, y recuerdo a los forzados jornaleros de La<br />

Isla del Guadalquivir, que trabajaban el arroz, que<br />

venían, incluso, en bicicleta.<br />

Sirvió siempre a los más necesitados, de día o<br />

de madrugada, sin esperar nada a cambio. Era una<br />

persona que no se puede olvidar por su carácter,<br />

su afabilidad, su educación e incluso, su simpatía.<br />

Ayudó y colaboró en la “Clínica de Maternidad”,<br />

con Dª Pepita García, más conocida como Dª Pepita<br />

La Matrona, donde daban a luz no sólo mujeres<br />

corianas, sino de todo El Aljarafe.


84<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Es una pena, que aunque el<br />

Ayuntamiento, que entonces<br />

presidía otro buen médico, Don<br />

Antonio Asenjo (P. C.), en la<br />

primera Legislatura Democrática, le<br />

rotuló una calle, haya desaparecido<br />

del nomenclátor de esta Villa, pero el<br />

pueblo sigue valorando su vocación,<br />

su amor por la Medicina… Por eso<br />

está en los corazones de muchos<br />

corianos.<br />

Don Ángel Pineda de la Carrera<br />

falleció el 8 de marzo de 1974 28 ,<br />

siendo llorado no sólo por sus hijos<br />

y su familia, sino por todos los que<br />

le conocieron y le querían… Carlos<br />

Lobato, hijo de su buen amigo<br />

Don Hipólito Lobato, le dedicó<br />

en el diario ABC este sincero y<br />

emocionado artículo: “Ha fallecido<br />

Don Ángel Pineda de la Carrera.<br />

Para los corianos y para muchísimos<br />

habitantes de algunos pueblos<br />

vecinos, sobre todo de La Puebla del<br />

Río, de donde era natural Don Ángel,<br />

ha sido una gran conmoción”…<br />

Y tras recorrer su biografía, como<br />

notable médico y como gran ser<br />

humano, y destacando que el 20 de<br />

Mayo de 1925 tomó posesión de su<br />

cargo como Médico Titular de esta<br />

Villa, “plaza que ganó en competida<br />

oposición, llevando por aquel entonces siete años de<br />

vida profesional en este pueblo, habiéndose jubilado<br />

con fecha del 14 de Enero de 1964, aunque siguió<br />

ejerciendo la Medicina de forma particular.<br />

“Don Ángel -continúa Carlos Lobato-, hombre<br />

bueno, de una gran humildad, cabal y honrado,<br />

dejó la impronta de su caballerosidad entre los que<br />

le conocieron. Fue un gran amante de su profesión<br />

y a ella dedicó toda su vida. Para él no había día<br />

ni noche. Cuando el enfermo lo necesitaba, allí<br />

estaba Don Ángel para atenderle. A caballo, en sus<br />

comienzos, a pie y en sus últimos años en coche,<br />

28) Archivo del Registro Civil. Juzgados de Coria del Río. Partida de Defunción<br />

del Dr. Don Ángel Pineda de la Carrera. Tomo 56; p. 7; núm. 1662.<br />

El Dr. Don Ángel Pineda de la Carrera, Médico Titular de Coria del Río.<br />

(Foto Castellanos. Sevilla. 1933).<br />

llevado por uno de sus hijos, acudía puntual al lecho<br />

del enfermo. En sus primeros años, contando con<br />

escasos recursos médicos, Don Ángel logró, con gran<br />

abnegación y estoicismo, realizar un gran servicio<br />

humano a la comunidad. Fue querido y admirado<br />

por cuantos le conocieron, no sólo por sus pacientes,<br />

sino también por todos sus compañeros, ya que,<br />

entre otras muchas facetas, la sencillez era una de las<br />

virtudes que adornaban a Don Ángel.<br />

“Persona abierta al diálogo -concluye Carlos<br />

Lobato-, gran conversador que, unido a un sólido<br />

y brillante prestigio profesional, hacían de él una<br />

persona a la que era difícil olvidar, después de


<strong>Azotea</strong> 85<br />

conocida. Se entregó por entero a la Medicina, y a<br />

lo largo de sus más de cincuenta y cuatro años en<br />

nuestro pueblo, , así lo testimonió. Creemos que, ya<br />

que en vida no se le hizo el recuerdo que merecía, Don<br />

Ángel debe quedar perenne y rendírsele un homenaje<br />

póstumo, colocando su nombre en una calle de<br />

nuestro pueblo, para que las generaciones venideras<br />

y la actual, recuerden el nombre de este benefactor<br />

de nuestro pueblo que, a pesar de no haber nacido<br />

aquí, se consideraba un coriano más, dedicando<br />

toda su intensa vida no sólo a salvar enfermos, sino a<br />

colaborar al engrandecimiento de esta Villa. 29<br />

Recuerdo siempre a mi padre, en “su despacho”,<br />

estudiando las últimas novedades que se publicaban<br />

sobre Medicina para aplicarlas a sus pacientes… Y lo<br />

recuerdo, especialmente, como buen esposo y como<br />

un padre ejemplar, que educó a sus hijos en el amor,<br />

en el respeto, así como en los principios del estudio<br />

y el trabajo:<br />

RECTO, cabal, trabajador, humano,<br />

Justo, viril, profundo en la alegría;<br />

Salvando tantas vidas cada día<br />

Con la experiencia de su sabia mano.<br />

Don Ángel Pineda en sus últimos años.<br />

Fue un médico ejemplar, gran cirujano,<br />

No hizo del trabajo mercancía,<br />

Y el árbol de su gran sabiduría<br />

Al enfermo entregó como a un hermano…<br />

Claro en su concepción, inteligente,<br />

Sencillo, liberal, independiente:<br />

Un hombre enamorado de la ciencia…<br />

Gozaba en su despacho, dialogaba<br />

Con todos sus pacientes, y aliviaba<br />

El dolor con su clara inteligencia. 30<br />

29) Carlos Lobato: “Don Ángel Pineda”. En ABC. Sevilla. Domingo 10 de Marzo<br />

de 1974; p. 35.<br />

30) Daniel Pineda Novo: Luz de Eternidad. “Colección Ángaro”. Año XLI. Núm.<br />

152.- Sevilla, 2009; p. 35.<br />

Fachada de la casa familiar y consulta del Dr. Pineda de la Carrera,<br />

hacia 19<strong>22</strong>.


<strong>Azotea</strong> 87<br />

Maestros que dejaron huella<br />

HIPÓLITO LOBATO PALACIOS<br />

UN MAESTRO PREOCUPADO POR LA CULTURA<br />

El sábado 23 de mayo de 1914 a las tres de la<br />

tarde se embarcaba en Sevilla, rumbo a Coria<br />

del Río, un joven maestro que, en palabras del<br />

artista coriano José Franco:<br />

… al llegar no traía más que eso: juventud; pero una<br />

juventud pletórica de entusiasmo y de fe en la misión que<br />

traía encomendada. Una misión, por demás, hermosa y<br />

delicada: la de desarrollar y pulimentar los cerebros y los<br />

corazones de la infancia 1<br />

Con las credenciales y el título administrativo<br />

recibidos ese mismo día que lo acreditaban como<br />

maestro auxiliar en la única escuela de niños del<br />

pueblo, acompañado del profesor Ricardo Martínez<br />

Gija y del excompañero del colegio San Ramón,<br />

Manuel Caparrós, se dirigía a su nuevo destino este<br />

joven maestro, con objeto de tomar posesión de su<br />

plaza.<br />

Francisco Rojas Castellano y Carlos Lobato Zabala<br />

El trayecto le resultó muy agradable, admirando<br />

la exuberancia de los márgenes del Guadalquivir<br />

y la placidez de sus aguas, no acostumbrado a este<br />

tipo de transporte. Tras desembarcar, sus primeros<br />

pasos fueron para dirigirse al Ayuntamiento, situado<br />

en la esquina de las calles Cervantes y Murillo (hoy<br />

Antonio Pérez Tinao) donde se presentó al alcalde,<br />

Estanislao Asián Ruiz, al que entregó la comunicación<br />

de la Sección Provincial del Ministerio de Instrucción<br />

Pública y Bellas Artes, por la cual se le nombraba para<br />

el citado puesto. A continuación, ambos se dirigieron<br />

a la escuela que se encontraba en la misma calle, en<br />

la acera de enfrente. Allí, les comunicaron que el<br />

director, Manuel Asián Ruiz, se encontraba en Sevilla<br />

pero que a todos los efectos ese mismo día sería el de<br />

su toma de posesión.<br />

Su primera impresión en el nuevo destino fue<br />

encontrarse con un pueblo más grande del que<br />

esperaba. Terminada la labor administrativa y<br />

1 ABC, 3 de diciembre de 1964.<br />

D. Hipólito hacia 1920.<br />

exhortado por el alcalde para que volviera otro día, se<br />

encaminó hacia La Puebla del Río, donde uno de sus<br />

acompañantes tenía conocidos. Tras pasar la noche en<br />

esta población regresaron a Coria donde embarcaron<br />

en el vapor de nuevo hacia Sevilla.<br />

D. Manuel Asián era el presidente de la Asociación<br />

Provincial de Maestros y gozaba de un enorme<br />

prestigio entre el magisterio público, lo que unido a la<br />

cercanía de Coria con Sevilla, entre otras causas, hizo<br />

inclinarse a D. Hipólito a escoger la plaza vacante en<br />

esta población. En contra de esta decisión estaba el<br />

jefe de la Sección Administrativa, que le recomendó<br />

otro destino, y su familia ya que cerca de su casa se


88<br />

<strong>Azotea</strong><br />

encontraban las plazas vacantes de Oliva de Jerez o<br />

Salvatierra en Badajoz.<br />

El 6 de junio, su familia se marcha a Coria y, una<br />

vez cumplidos sus compromisos con el colegio San<br />

Ramón, el día 7 se traslada definitivamente para<br />

comenzar su labor en el magisterio público. En<br />

este momento no podía imaginar los vínculos de<br />

afecto y compromiso que llegaría a establecer con<br />

este pueblo, en ese momento tan desconocido para<br />

él. Una vinculación que se extendió por espacio de 38<br />

años y que una muerte prematura frustró. A lo largo<br />

de estos años no solo destacó por sus cualidades<br />

pedagógicas y profesionales sino también por su<br />

incansable labor para difundir la cultura entre una<br />

población con unos índices de analfabetismo muy<br />

superiores a la media provincial. Fue éste un empeño<br />

al que dedicó un enorme esfuerzo, sacrificando gran<br />

parte de su tiempo familiar y de descanso.<br />

Hipólito Lobato Palacios, D. Hipólito, había<br />

nacido el 19 de octubre de 1892 en Zahínos, un<br />

pequeño pueblo que no llegaba a los dos mil habitantes,<br />

situado en el suroeste de la provincia de Badajoz, cerca<br />

del límite con la frontera portuguesa y la provincia de<br />

Huelva. Del matrimonio formado por José Antonio y<br />

Amalia fue el tercero de cinco hermanos, tres mujeres<br />

y dos hombres, de éstos el mayor. Los medios de vida<br />

del pueblo eran la cría de ganado, especialmente de<br />

cerda, y la producción de carbón vegetal, gracias a<br />

las encinas y alcornoques que poblaban la zona. Los<br />

pobres recursos del lugar y la considerable distancia a la<br />

capital de la provincia, 70 kilómetros, condicionaban<br />

la vida de sus habitantes. D. Hipólito mostró pronto<br />

unas aptitudes sobresalientes en la escuela por lo que<br />

un familiar, sacerdote, conociendo sus cualidades<br />

intelectuales, convenció a sus padres para que pudiera<br />

dedicarse al estudio.<br />

De este modo, con sólo 14 años, la edad mínima<br />

exigida, se matriculó como alumno libre en la Escuela<br />

Normal de Maestros de Badajoz, preparándose las<br />

asignaturas por su cuenta y asistiendo solamente a la<br />

hora de los exámenes. Los estudios duraban dos años<br />

y D. Hipólito consiguió realizarlos en este tiempo,<br />

gracias al aporte económico de su tío y de su abuela<br />

y a pesar de la dificultad que suponía tener que<br />

estudiar muchas materias sin ninguna ayuda. Con<br />

sólo 16 años obtuvo el título de Maestro Elemental<br />

de Enseñanza, pero su juventud era un inconveniente<br />

para acceder al magisterio público pues hasta los 21<br />

años no podía presentarse a las oposiciones.<br />

El 4 de diciembre de 1910 abandonó su pueblo<br />

natal y se trasladó a Sevilla y, mientras se dedicaba a la<br />

preparación de las oposiciones a Escuelas Nacionales,<br />

comenzó a dar clases en el Colegio privado San<br />

Ramón, una institución educativa de gran prestigio<br />

en la ciudad, dirigida por Ramón González Sicilia<br />

y el sacerdote y licenciado en Ciencias Sebastián<br />

Pérez Pacheco, que estaba situado en la calle Sierpes.<br />

Seguramente la recomendación de su familiar, o del<br />

párroco de su localidad natal, influyó para conseguir<br />

este trabajo.<br />

En este colegio se le encomendó la educación<br />

de los más pequeños, los párvulos, entre los que se<br />

encontraban nombres ilustres como el Marqués del<br />

Contadero o Ramón Sánchez Pizjúan, con los que<br />

en el futuro tendría una relación de amistad. Con los<br />

párvulos estuvo durante varios años y a pesar de las<br />

dificultades de este tipo de alumnado, pudo constatar<br />

que realmente le gustaba la enseñanza y que, aunque<br />

había escogido esta profesión condicionado por<br />

motivos económicos, la elección había sido acertada.<br />

En esta institución aprendió a hablar en público<br />

mediante una serie de conferencias que daba a los<br />

alumnos y, siempre siguiendo las recomendaciones<br />

que le daba el sacerdote, fue mejorando en oratoria.<br />

Poco a poco, y sin dejar este nivel de enseñanza, se<br />

le van encomendando más clases y responsabilidades,<br />

que desgraciadamente no se traducen en una mejora<br />

de sueldo. Durante este tiempo no dejará sus estudios<br />

del magisterio para obtener el título de grado<br />

superior, pero el tiempo de su preparación le cuesta<br />

encontrarlo ya que su dedicación casi exclusiva es<br />

para el colegio.<br />

A mediados de 1912 recibe una carta de su<br />

hermana pidiéndole que le buscara trabajo a su padre,<br />

un hecho revelador de la triste realidad económica


<strong>Azotea</strong> 89<br />

de la familia, que termina trasladándose a Sevilla<br />

mientras en Zahinos permanecen su hermana Eladia<br />

y sus abuelos. Ya en la capital, la familia intentará salir<br />

hacia delante y D. Hipólito aportará su escaso sueldo<br />

para su mantenimiento. Con el tiempo sus hermanas<br />

María y Saturnina se colocarán de costureras, su<br />

padre José Antonio en una fábrica de orujo y a su<br />

hermano Pepe lo inscribirá en el colegio de los Padres<br />

Escolapios.<br />

A punto de cumplir los 21 años, se le va a presentar<br />

su oportunidad. En efecto, la Real Orden de 10 de<br />

octubre de 1913 anunciaba:<br />

para su provisión en propiedad por el turno de<br />

oposición libre con el sueldo anual de 1.000 pesetas,<br />

25 plazas de maestros y 25 de maestras, vacantes en<br />

Escuelas Nacionales de Primera Enseñanza de este<br />

Distrito Universitario [Sevilla] 2<br />

Las oposiciones comenzaron el <strong>22</strong> de marzo de<br />

1914 en la sede de la Universidad y el primer día<br />

se dedicó a la comprobación de documentación.<br />

Los siguientes días se dedicaron al ejercicio práctico,<br />

donde con la bola número 4 expuso el tema Sobre el<br />

padrenuestro, intervención por la que fue felicitado<br />

por compañeros opositores. Tras este ejercicio,<br />

quedaron 50 aspirantes.<br />

Una buena noticia animó a los opositores, las<br />

plazas habían aumentado de 25 a 35, con lo que las<br />

posibilidades de aprobar se habían incrementado.<br />

El segundo ejercicio era de Didáctica, en este<br />

caso la bola fue la correspondiente al número 19,<br />

Horario escolar - Principio en qué debe fundarse una<br />

buena distribución del tiempo y del trabajo – Horario<br />

continuo e interrumpido – Ventajas de uno y otro. Con<br />

este ejercicio alcanzó el puesto 12 entre los aspirantes,<br />

lo que hizo que sus esperanzas de lograr superar las<br />

oposiciones aumentaran.<br />

El siguiente ejercicio correspondió a los problemas<br />

matemáticos, uno de Algebra y otro de Aritmética,<br />

cuya resolución le hizo obtener el puesto 7 entre los<br />

50 opositores. Después el de Análisis gramatical y<br />

posteriormente los de Caligrafía y Dibujo, quedando<br />

al final de éstos el número 10.<br />

2 Gaceta de Madrid, n o 326, <strong>22</strong> de noviembre de 1913.<br />

Posteriormente hubo un ejercicio escrito de temas<br />

ya conocidos, en este caso la bola fue la del tema de<br />

Gramática, colocándose en el número 12. Aún faltaba<br />

una prueba, pero ya sumaba 141 puntos, suficientes<br />

para aprobar las oposiciones ya que con 120 se<br />

consideraban aprobadas. El último ejercicio consistió<br />

en preguntas sobre varios temas, consiguiendo 20<br />

puntos y alcanzando el número 15 de las oposiciones,<br />

con lo que consiguió el título de Maestro Nacional y<br />

el derecho a acceder a una plaza en la escuela pública.<br />

No era un trabajo muy atractivo porque, a una<br />

jornada de trabajo de seis horas, de lunes a sábado, se<br />

añadía un sueldo miserable, pero por lo menos tenía<br />

un trabajo garantizado 3 .<br />

La escuela de niños de Coria del Río se encontraba<br />

en un edificio público, el pósito municipal 4 o<br />

edificio destinado a guardar el grano, función a la<br />

que se destinaba el piso superior. La planta baja era<br />

compartida por la cárcel y la vivienda del carcelero,<br />

y un enorme salón donde trabajaban juntos los<br />

tres maestros que formaban la plantilla. El maestro<br />

titular era D. Manuel Asián Ruiz (que había tomado<br />

posesión el 15 de octubre de 1892), al que le ayudaban<br />

dos maestros auxiliares. En el momento de tomar<br />

posesión de su plaza, el maestro auxiliar n o 1 era D.<br />

Manuel Rioja Blanco que venía ejerciendo desde el 5<br />

de abril de 1884. Los tres maestros impartían clase en<br />

el mismo local, con una pequeña barandita de madera<br />

de separación entre los grupos. Asistía una media de<br />

150 niños de edades comprendidas entre los 4 y 13<br />

años por lo que es fácil imaginar las dificultades que<br />

debían existir para enseñar en esas circunstancias. A<br />

ello se sumaba la escasez de libros y material de uso<br />

diario, el deterioro y vejez del mobiliario y el pequeño<br />

sueldo que apenas daba para comer.<br />

Solamente las clases de adultos que se impartían<br />

desde noviembre a marzo, durante dos horas diarias,<br />

podían paliar la escasez del sueldo. Cobraba 1.000<br />

pesetas anuales, una cantidad ridícula que se mantuvo<br />

invariable durante cinco largos años, hasta finales de<br />

1919, cuando pasó a cobrar 2.000 pesetas, totalmente<br />

3 Un triunfo de 10 reales diarios, aunque desde luego seguros para toda la vida. Diario,<br />

7 de octubre de 1914.<br />

4 BARRAGÁN DE LA ROSA, F. J.: El Pósito de Coria y su Plano, <strong>Revista</strong> de Feria.<br />

Coria del Río: Ayuntamiento, 2009, p. 13-15.


90<br />

<strong>Azotea</strong><br />

insuficientes dada la enorme subida de precios que se<br />

experimentó en España durante aquellos años, como<br />

consecuencia de los efectos de la Primera Guerra<br />

Mundial. La paga aumentaría a mediados de 1920<br />

a 2.500 pesetas y un año más tarde a 3.000, lo que<br />

alivió en parte su maltrecha economía.<br />

Tras su toma de posesión poco tiempo se mantuvo<br />

al frente de la escuela porque al año siguiente tuvo<br />

que incorporarse al servicio militar, siendo destinado<br />

a Madrid.<br />

El 7 de marzo de 1917 tenemos conocimiento<br />

de su estancia en un hospital, aunque no sabemos<br />

el motivo, tras la cual, se le conceden dos meses de<br />

licencia por enfermedad. Regresa de nuevo a Madrid<br />

en donde consigue un puesto de oficina en el cuartel,<br />

mientras prosigue con su academia de analfabetos,<br />

que organiza para ayudar a los reclutas. Con ello<br />

logra comodidad, consideraciones y algunas pesetas.<br />

Así permanecerá hasta enero de 1918 en el que, tras<br />

tres años de haber ingresado en el servicio militar,<br />

salía del cuartel, tres años de amargura y frustración,<br />

recordados con tristeza en su diario:<br />

¡Horrible! No quiero acordarme. [...] No culpo a<br />

las personas sino a la milicia, a la manera de regirse,<br />

al fuero militar que se desarrolla, porque sus reglas<br />

lo permiten. El servicio es una esclavitud, un sistema<br />

despótico de gobierno en que no hay hombres, sino<br />

grados y a mayor jerarquía mayor razón en todos los<br />

asuntos a tratar y viceversa. ¡Pobres soldados! [...] ¡Adiós<br />

vida militar! Atrás quedas y mucho lo celebro; sólo me<br />

duele haber perdido tres años de mi vida sin provecho y<br />

con sufrimientos 5 .<br />

Sin embargo, a pesar de sus juicios negativos<br />

sobre el ejército, aprendió el valor de la disciplina y<br />

las ventajas de conocer la instrucción militar, unos<br />

conocimientos que aplicaría en la enseñanza con sus<br />

alumnos.<br />

En los primeros días de 1918 D. Hipólito regresaba<br />

a su casa y a su escuela y se entregaba por completo al<br />

trabajo docente. Su vida, al igual de la de todos sus<br />

conciudadanos no sería fácil por diversas causas, como<br />

la escasez de materias primas derivadas de la Gran<br />

5 Diario, 20 de octubre de 1918.<br />

Guerra, las numerosas huelgas de obreros pidiendo<br />

subida de sueldos y las enfermedades que azotaban<br />

España, como la gripe, mortal en muchos casos.<br />

En noviembre se abre la clase de adultos que<br />

supone mucho trabajo, en un principio se admitirán<br />

120 alumnos a repartir entre los tres maestros, una<br />

cifra que muestra el alto índice de analfabetos y<br />

su disposición para dejar de serlo. En esta fecha se<br />

confirma una buena noticia, como es la subida de<br />

sueldo a 1.500 pesetas que será efectiva a primeros<br />

del próximo año.<br />

La jornada escolar se extendía prácticamente<br />

durante todo el día. El horario escolar era de 9 a<br />

12 por la mañana y de 2 a 5 por la tarde, aunque<br />

en los meses de noviembre a marzo se reducía una<br />

hora por la tarde porque los maestros tenían clases<br />

de adultos. Sin embargo, las dos horas comprendidas<br />

entre la salida de la mañana y la entrada de la tarde,<br />

la escuela permanecía abierta, atendida cada hora por<br />

uno de los dos maestros auxiliares, que aprovechaban<br />

la otra hora para comer. Del mismo modo, el horario<br />

de tarde se prolongaba hasta una hora más. Los niños<br />

que asistían este tiempo, fuera del horario oficial,<br />

tenían que pagar la enseñanza. De este modo, los<br />

maestros conseguían unos ingresos extras que les<br />

permitían mejorar su escaso salario.<br />

Por este motivo, su trabajo se desarrollaba de 9<br />

de la mañana a las 6 de la tarde, con descanso de una<br />

hora para comer. A esa hora regresaba a su domicilio<br />

donde daba clases particulares de alfabetización o<br />

preparaba a estudiantes de secundaria. En los meses<br />

que debía atender a las clases de adultos, terminaba<br />

el horario de tarde una hora antes, que utilizaba para<br />

preparar las clases de los mayores. Estas comenzaban<br />

a las 6 y media, hasta las 8 y media. Volvía a casa,<br />

pero allí les esperaba otro grupo de adultos al que<br />

enseñaba durante hora y media.<br />

Poco a poco el trabajo en la escuela empezaba a dar<br />

sus frutos y se iba sintiendo más satisfecho. Además<br />

de la enseñanza reglada aprovechaba la hora de juego<br />

para enseñar instrucción militar, gimnasia sueca 6 y<br />

6 Modalidad de gimnasia que se practica sin aparatos y de ejercicios relativamente<br />

suaves, dirigidos a mantener un buen estado físico general y aptos para todo tipo<br />

de personas.


<strong>Azotea</strong> 91<br />

el aprendizaje de canciones. También salía de paseo<br />

con los niños casi todos los jueves por los alrededores<br />

de Coria. Años posteriores estos paseos incluirán el<br />

campo de fútbol y el astillero, donde daban clase y<br />

podían jugar. También organizaba visitas a Sevilla,<br />

como la realizada a la Exposición Iberoamericana en<br />

1929.<br />

Las horas del día se van ocupando con las distintas<br />

tareas propias de su condición de maestro, pero a<br />

pesar de ello<br />

Quisiera estudiar y jamás cojo un libro. Es verdad que<br />

no paro un momento; que no soy capaz de esta inactivo;<br />

que en mi cerebro bullen ideas que me arrastran a la<br />

constante ejecución de algo 7 .<br />

Lo reducido del sueldo determinaba que tampoco<br />

disfrutara del periodo de descanso establecido en<br />

el calendario oficial entre el 17 de julio y el 1 de<br />

septiembre. Durante estos días, los dos maestros<br />

auxiliares, D. Hipólito y D. Gregorio Sosa,<br />

continuaban con sus clases, mientras el maestro<br />

titular pasaba sus vacaciones en la playa de Chipiona.<br />

Eran numerosos los niños que acudían y pagaban<br />

diariamente la enseñanza que recibían. Lo mismo<br />

ocurría en los días de vacaciones de Navidad, Semana<br />

Santa o en las numerosas festividades, religiosas y<br />

civiles, que jalonaban el calendario.<br />

El número de alumnos atendidos por cada<br />

maestro a lo largo del curso era muy alto, entre 50 y<br />

60, pero en los días que asistían sólo los dos maestros<br />

auxiliares, podían corresponder a cada uno entre<br />

70 y 80. Muchas veces, D. Manuel Asián, por su<br />

condición de presidente de la Asociación Provincial<br />

del Magisterio, tenía que abandonar la escuela para<br />

atender a sus deberes sindicales. En estos casos,<br />

más frecuentes de lo que los auxiliares quisieran, el<br />

número de alumnos atendidos por cada maestro se<br />

acercaba al centenar.<br />

Nada de esto importaba a D. Hipólito, que<br />

amaba su profesión y quería hacer bien su trabajo.<br />

Su obsesión era que su esfuerzo diera fruto y que<br />

sus alumnos aprendieran, llegando a ser los más<br />

destacados de la escuela. A principios de 1919<br />

7 Diario, 27 de diciembre de 1918.<br />

hacía balance del año anterior y de su trabajo, y se<br />

enorgullecía de los logros conseguidos:<br />

...el trabajo en la escuela no sólo me resulta llevadero<br />

sino agradable. Lo más saliente de mi vida en este año<br />

ha sido mi vuelta del servicio en enero [y] mi trabajo<br />

constante en la escuela, hasta conseguir ordenarla y<br />

llenarla de niños, marchando hoy la escuela de un<br />

modo que no creo haya en la provincia alguna mejor<br />

organizada 8 .<br />

A pesar de la subida de sueldo, el dinero no le<br />

llegaba para pagar las deudas contraídas por su familia<br />

mientras se encontraba en Madrid, a las que hay<br />

que sumar el pago de una operación de apendicitis<br />

de su hermana María y la escasa consignación del<br />

ayuntamiento para pagar su casa<br />

Hasta que no pague todo no dejaré de luchar y<br />

después… no sé; ahora a pagar 9 .<br />

A comienzos del nuevo año nos describe su vida<br />

ordinaria:<br />

A las 9 ¼ me levanto y corro a la escuela después de<br />

desayunar; trabajo con interés sin descanso con los niños<br />

(ahora hay unos 130) y a las doce se queda allí Gregorio<br />

y yo vengo a almorzar. Vuelvo a la 1, llevo ya leído parte<br />

del periódico y allí leo el resto mientras se va reuniendo<br />

los niños de pago que van llegando al patio de la escuela<br />

donde juegan. Enseguida empiezo a trabajar con ellos<br />

en el patio enseñándoles la instrucción o la gimnasia<br />

sueca a las 2 ¼ dentro de la clase a estudiar, 2 ½ lecciones<br />

y empieza de nuevo el movimiento hasta las 4 que salen<br />

los de balde; un poco de cante o explicación y a las 5<br />

menos ¼ a la calle todos. Me quedo un poco en la escuela<br />

para preparar la clase para la noche escribo problemas,<br />

etc, doy un pequeño paseo si puedo y a comer para volver<br />

corriendo a las 6 ½ a los adultos de donde salgo a las 8<br />

1/2<br />

. Un poco en el “ateneo”, un paseíto con Lama, algún<br />

jueguecillo de ajedrez y a la casa de la suegra de Gregorio<br />

donde jugamos a la lotería o cartas hasta las 12 en que<br />

acostumbramos a retirarnos a la cama 10 .<br />

Fiel a su espíritu inquieto, está al tanto de todos<br />

los acontecimientos que se van sucediendo en España<br />

y en el mundo, estando expectante de los cambios<br />

8 Diario, 20 de enero de 1919.<br />

9 Ídem.<br />

10 Ídem.


92<br />

<strong>Azotea</strong><br />

que estos hechos podrán traer para el bien de los<br />

ciudadanos:<br />

Me alegraría que cayeran al suelo todos los tronos<br />

de preferencia, dignidades, etc, que la igualdad y la<br />

justicia se abra paso, que no haya castas, ni ignorantes.<br />

Igualdad, cultura, virtud, amor y consideración a<br />

nuestros semejantes 11 .<br />

Debemos destacar entre sus numerosas<br />

actividades la lucha contra el tabaco, para la que se<br />

funda en febrero de 1918 la Sociedad Cooperativa<br />

de No Fumadores, de la que ostentaría el cargo de<br />

presidente, con el objetivo de combatir el uso del<br />

tabaco y su perjuicio en la población, llegando incluso<br />

a conseguir que en el cine o el teatro no se fumara.<br />

A lo largo de este año sus conciudadanos fueron<br />

conociendo y apreciando algunos de los rasgos de su<br />

carácter. En primer lugar, su estricto sentido del deber,<br />

manifestado en el deseo de hacer lo mejor posible<br />

su trabajo. Eran numerosas las dificultades con las<br />

que diariamente se tenían que enfrentar los maestros<br />

para impartir la enseñanza: sueldos bajísimos, clases<br />

atestadas de alumnos, falta de material escolar,<br />

locales sin condiciones para la enseñanza, largas<br />

jornadas de trabajo, etc. Sin embargo, D. Hipólito<br />

suplía todas estas deficiencias con su dedicación a<br />

la enseñanza y el trabajo constante en la escuela,<br />

intentando conseguir lo máximo de cada uno de sus<br />

alumnos. No admitía un momento de relajación,<br />

pues tenía muy claro que su deber era cumplir con<br />

su obligación de enseñar 12 .<br />

En muchas ocasiones, quizás demasiadas, se<br />

encuentra solo al frente de una escuela muy numerosa,<br />

excediendo la centena de alumnos y cerca de los 200<br />

en algunos casos. El mantenimiento del orden se le<br />

antoja fundamental e intenta que sus ideales docentes<br />

sirvan para este fin, pero los alumnos más revoltosos<br />

dificultan la enseñanza:<br />

Voy a ver si se puede conseguir orden sin pegar. Y<br />

quisiera también no gritar; pero tanto niño 13 …<br />

11 Ídem.<br />

12 Mucho trabajo. No creo tenga en la vida más trabajo ni con más intensidad que<br />

ahora. Claro que yo puedo dejarme ir; pero no puedo: mi temperamento y mi conciencia<br />

me lo impiden. Diario, 26 de noviembre de 1919. Subrayado en el original.<br />

13 Diario, 2 de agosto de 1919.<br />

Se siente abrumado y molesto por tener que<br />

trabajar con tal cantidad de alumnos. Este pesar se<br />

incrementará al iniciarse las clases de adultos en la<br />

que contará con 120, que es el tope que se había<br />

marcado.<br />

Su familia mientras tanto va superando poco a<br />

poco las penurias, su padre trabaja en los muelles<br />

del puerto de Sevilla y posteriormente en el campo,<br />

sus hermanas siguen cosiendo y su hermano Pepe<br />

estudiando en el colegio San Ramón y ayudando en<br />

algunas tareas que proporcionan algo de dinero a la<br />

familia.<br />

De D. Hipólito destacamos también su carácter<br />

inquieto, que le llevaba a tener prácticamente todo<br />

el día ocupado. Tenía el día organizado de tal modo<br />

que pocos eran los momentos de descanso y poco el<br />

tiempo de que disponía para cosas imprevistas. Estos<br />

momentos de ocio los ocupa yendo al teatro y al<br />

cine en verano a la orilla del río, charlas con amigos,<br />

lectura de la prensa, partidas de ajedrez, de billar y<br />

paseos en compañía de amigos.<br />

Cuando alguien le requería para hablarle de algo,<br />

mecánicamente consultaba el reloj y decía:<br />

Tengo sólo . . . minutos.<br />

No podía perder el tiempo porque siempre lo<br />

tenía empleado en algo 14 .<br />

Este modo de ser, activo y emprendedor, le<br />

llevó muy pronto a implicarse en la vida de la<br />

localidad, de tal manera que sus nuevos paisanos le<br />

empezaran a estimar y un ejemplo de ello, es como<br />

el Centro Republicano le va a entregar un pergamino<br />

reconociéndole su labor en la enseñanza 15 .<br />

Uno de los aspectos que más le impresionó a su<br />

llegada a Coria fue la gran cantidad de analfabetos<br />

y el bajo nivel cultural de la inmensa mayoría de la<br />

población. En 1910 el analfabetismo rozaba el 70% y<br />

una década más tarde, en 1920, incluso lo superaba.<br />

En el caso de las mujeres el analfabetismo era aún<br />

mayor: solamente una de cada cuatro sabía leer y<br />

14 …lo curioso es que no puedo estarme quieto y siempre quisiera estar haciendo 2 0 3<br />

cosas a la vez. Me desespera perder el tiempo. Diario, 12 de marzo de 1920.<br />

15 Diario, 29 de noviembre de 1919.


<strong>Azotea</strong> 93<br />

escribir, manteniéndose prácticamente invariables los<br />

porcentajes entre 1910 y 1920.<br />

Con el tiempo se dio cuenta que las clases de<br />

adultos no servían para nada, entre otras razones<br />

por el alto nivel de abandono, una característica<br />

que siempre ha acompañado a este tipo de<br />

enseñanza, y al horario de clase que no siempre se<br />

adaptaba al que requería el alumnado. Las clases<br />

comenzaban llenas, pero poco a poco, los alumnos,<br />

unos por motivos laborales y otros por desánimo,<br />

iban abandonando. Pocos eran los que asistían los<br />

escasos cinco meses de clase. Por ello había que<br />

buscar otras alternativas.<br />

Observando el elevado grado de analfabetismo<br />

entre los jóvenes se le ocurrió la idea de dar clases<br />

gratuitas a los mozos que iban a realizar el servicio<br />

militar, que en 19<strong>22</strong> fueron 82. Para ello comienza a<br />

darle publicidad a su plan y rápidamente se le van a<br />

sumar voluntarios.<br />

Enseñarlos a leer y escribir e instrucción. Esto además<br />

de ser una buena obra, da forma; viste bien. En realidad<br />

es que siento yo dentro de mí muy fuerte el deseo de hacer<br />

el bien que pueda 16 .<br />

Esta iniciativa tuvo mucho éxito entre los<br />

futuros soldados, muy motivados ante la nueva<br />

situación que tenían que vivir. De este modo, a<br />

principios de curso citaba a los futuros reclutas y<br />

les explicaba la conveniencia de aprender a leer y<br />

escribir, mostrándoles los inconvenientes que sufrían<br />

los analfabetos: no poder acogerse a los beneficios<br />

de la cuota, disfrutar de permisos o licencias<br />

cuatrimestrales, u ocupar destinos que aliviaran los<br />

ingratos trabajos que debían realizar. Al parecer,<br />

sus argumentos tenían éxito y todos los años eran<br />

muchos los que terminaban por salir del pozo de la<br />

ignorancia y la incultura.<br />

Las lecciones no se limitaban al aprendizaje de<br />

las habilidades básicas, sino que también recibían<br />

instrucción militar, para lo cual contó con la<br />

colaboración del oficial de carabineros con destino en<br />

la localidad. De la excelente preparación que llevaban<br />

los jóvenes corianos a la hora de ser llamados a filas se<br />

16 Diario, 25 de febrero de 19<strong>22</strong>.<br />

hizo eco la oficina de reclutamiento de la capital, en<br />

donde se destacaba:<br />

el hecho insólito en España de que de 82 mozos<br />

ingresados en Caja en el año actual por el cupo de Coria<br />

del Río, pueblo de esta provincia, no ha habido ni uno<br />

solo que haya dejado de firmar cuantas diligencias ha<br />

practicado el Ayuntamiento con motivo del alistamiento<br />

y sorteo de los mismos 17 .<br />

Los conocimientos que llevaban los jóvenes<br />

corianos al incorporarse al ejército llamaron la<br />

atención de los mandos e hicieron que el nombre de<br />

Coria del Río fuese conocido en muchos lugares. Por<br />

este motivo, la Junta Local de Primera Enseñanza,<br />

presidida por el alcalde Carlos de Mesa, quiso<br />

manifestar su gratitud al maestro, con la concesión el<br />

17 de noviembre de 1926 de<br />

un voto de gracias por su gran desinterés y celo en<br />

instruir en sus deberes cívico-militares a los quintos de<br />

la localidad, proporcionando a los mismos, además de<br />

los conocimientos adecuados, de resultados prácticos y<br />

eficaces, el desarrollo del espíritu de ciudadanía 18 .<br />

El día de Nochebuena de 19<strong>22</strong> contrae matrimonio<br />

en la Puebla del Río con la joven Conchita Lama<br />

Cuenllas, acontecimiento muy celebrado en los dos<br />

pueblos. Establecerán la joven pareja su domicilio en<br />

la calle Murillo número 7.<br />

El mantenimiento de dos hogares no le ayuda en<br />

su economía, necesita que su padre y su hermano<br />

consigan un puesto de trabajo para liberarle del<br />

excesivo gasto. Tras hablar con muchos contactos,<br />

logra para su hermano Pepe un puesto en el<br />

colegio San Luis de Sevilla y posteriormente en el<br />

Ayuntamiento de Coria, realizando distintas tareas<br />

relacionadas con el padrón.<br />

Mientras, su labor pedagógica va a dar un nuevo<br />

paso. En el casino se va a celebrar una conferencia de<br />

Ricardo Martínez y su presentación se le encarga a<br />

D. Hipólito. Tan satisfechos quedan muchos de los<br />

presentes que le proponen dar una conferencia en<br />

La Puebla. Deseoso y temeroso, acepta la que será<br />

su primera conferencia en público que versará sobre<br />

17 Boletín de Instrucción Pública, ¿6 de octubre de 19<strong>22</strong>?<br />

18 Archivo Municipal de Coria del Río (AMCR), Libro registro de salida n o 140.


94<br />

<strong>Azotea</strong><br />

El Hombre y su evolución. Con el auditorio repleto y<br />

con ayuda de unas cuartillas va disertando el tema<br />

elegido, obteniendo un satisfactorio éxito:<br />

Gracias. Que alegría ¡Que satisfacción! Ya he sido<br />

capaz de dar una conferencia 19 .<br />

Siempre fue un enamorado del deporte y la<br />

educación física, para él una de las materias más<br />

importantes del plan de estudios de la escuela<br />

estando vinculado a todas las actividades deportivas<br />

que se celebraban en la localidad, entre ellas el<br />

ciclismo, aunque su mayor afición fue el futbol. Su<br />

participación en este deporte comenzó muy pronto<br />

con la creación en 1923 de un equipo de infantiles<br />

formado por alumnos de la escuela llamado Escolar<br />

F. C. Para su entrenamiento aprovechaba las clases<br />

de educación física y poco a poco fue organizando<br />

encuentros y campeonatos con otros equipos de la<br />

zona.<br />

En 1923 se creó el Coria Fútbol Club, y desde<br />

un primer momento asistía como espectador a sus<br />

encuentros que se disputaban en el Prado de la<br />

Soledad ante sus primeros rivales como el Siempre<br />

Adelante, Fortuna o La Primitiva Amistad. Tanta<br />

afición le despierta este nuevo deporte que encarga<br />

a un amigo le traiga de Sevilla el reglamento, para<br />

enterarse de sus reglas. Esta afición se plasma el 5<br />

de enero de 1924, cuando se hace socio del Coria<br />

F. C., participando desde este instante en todos los<br />

actos organizados. Unos meses más tarde entra en<br />

la Junta directiva como vocal y a final de año figura<br />

como vicepresidente, promoviendo la construcción<br />

del nuevo campo de futbol, que se inaugura el 21<br />

de diciembre con el encuentro entre el Triana F.C.<br />

y el Coria F.C., ganando los locales por 2 tantos a 0.<br />

En enero de 1926 es nombrado presidente y al año<br />

siguiente (al fusionarse la Sociedad Deportiva Coria<br />

Futbol Club y el Coria Balompié) vocal siendo, a<br />

su fallecimiento, secretario de esta entidad. Con<br />

posterioridad y a título póstumo ostentó el cargo de<br />

presidente perpetuo junto con Florencio Peña Luna.<br />

El 14 de octubre de 1923 queda marcado en<br />

el calendario como un día inolvidable, pues nace<br />

19 Diario, 13 de mayo de 1923.<br />

su primer hijo, una niña a la que le pondrán de<br />

nombre María Pepa. Fue un parto difícil, que dejó a<br />

la madre con fiebres derivadas de una infección que<br />

la mantuvo en cama durante dos meses. Gracias a<br />

D. Ángel Pineda, médico de la localidad y a D. Blas<br />

Tello, especialista en partos, lograron que Concha<br />

sanara y disfrutara el matrimonio de su hija recién<br />

nacida.<br />

A principios de 1924, la economía de los maestros<br />

va a sufrir un perjuicio pues D. Carlos de Mesa,<br />

alcalde de Coria, prohíbe a los maestros recibir<br />

gratificaciones y trabajar a deshoras, es decir, no se<br />

podrá abrir la escuela de 12 a 14 horas, ni los días de<br />

fiesta. Estas gratificaciones las utilizaba D. Hipólito<br />

para ayudar a sus padres, pero su sentido moral le<br />

impulsa a cumplir con la ley y además reconoce, va a<br />

poder descansar más. El nuevo horario será<br />

… a las 9 en punto y 2 en punto en la escuela los<br />

tres maestros y las tres maestras. A las 12 y a las 4 fuera<br />

y cerrojazo 20 .<br />

A raíz de esta disposición los tres maestros reparten<br />

en tres grupos los casi 300 alumnos que asistían a<br />

la escuela, clasificados por edades con objeto de que<br />

mejorar la calidad de la enseñanza.<br />

Su innata inquietud y su afán solidario se<br />

plasmaron en todas las acciones que se desarrollaron<br />

a favor de los necesitados, en este caso, la búsqueda<br />

de dinero para enviarlo a los soldados corianos que<br />

luchaban en África a modo de aguinaldo. Con este<br />

objetivo realiza colectas y organiza funciones de cine<br />

a beneficio de éstos, unas actividades que se repetirán<br />

en años sucesivos.<br />

El 16 de julio de 1925 va a nacer su segundo hijo,<br />

un niño al que le impondrán el nombre de Jaime.<br />

Esta enorme alegría se verá ensombrecida un par<br />

de meses más tarde con la muerte por problemas<br />

cardiacos de su padre, el primer gran revés de su vida.<br />

Con el nuevo año, 1926, hace un balance<br />

positivo a nivel personal pues, por fin, las deudas han<br />

desaparecido, pero profesionalmente aspira a tener<br />

una escuela propia donde no tenga que compartir<br />

20 Diario, 1-5 de abril de 1924.


<strong>Azotea</strong> 95<br />

espacio con otros maestros.<br />

D. Hipólito se encuentra<br />

metido en diferentes<br />

asuntos públicos:<br />

Parece que me atraen las<br />

cosas de interés social 21 .<br />

A mediados de año es<br />

nombrado corresponsal<br />

del diario El Noticiero<br />

Sevillano y en abril de 1927<br />

del periódico La Nación.<br />

Esto provocará que los<br />

acontecimientos y noticias<br />

que sucedan en Coria<br />

tendrán relevancia más allá<br />

de su término municipal.<br />

Un papel destacado tuvo el<br />

16 de septiembre de 1926,<br />

cuando el Ateneo de Sevilla, dentro de su campaña de<br />

divulgación cultural por los pueblos de la provincia,<br />

organizó un acto cultural en Coria del Río. En este<br />

acto participó como corresponsal, donde leyó y<br />

comentó algunas poesías escritas por el secretario del<br />

Ayuntamiento y poeta local Juan Rodríguez Mateo.<br />

Otra actividad a la que dedicó su tiempo fue a la<br />

relacionada con la cría de gusanos de seda. La venta<br />

de capullos de seda a la industria textil hará posible<br />

la creación del Gremio de Sederos en Coria siendo<br />

elegido D. Hipólito como su tesorero.<br />

De nuevo, una alegría entraba en la vida del<br />

matrimonio pues el 21 de abril de 1927 nacía su<br />

tercer hijo, una niña a la que llamaron Isabel.<br />

Su trabajo como maestro y su dedicación a difundir<br />

la cultura entre los corianos aún le dejó tiempo para<br />

participar en la vida política, El 29 de octubre de 1928<br />

era designado concejal del Ayuntamiento de Coria <strong>22</strong> ,<br />

presidido desde 1923 por Carlos de Mesa. En este<br />

cargo permaneció poco tiempo pues el 26 de febrero<br />

de 1930 cesaba toda la Corporación Municipal y con<br />

ello finalizaba su vida política. Su actividad en este<br />

D. Hipólito hacia 1935 junto a sus cuatro hijos, de derecha a izquierda, María Pepa, Jaime, Isabel y Carlos<br />

en el Paseo Carlos de Mesa.<br />

cargo no fue muy intensa debido al protagonismo del<br />

alcalde y sus tareas en el Centro Popular y la Artística,<br />

que indudablemente le atraían más que la política.<br />

Dos meses más tarde se inscribe como hermano<br />

en la Hermandad del Rocío de Coria, llegando a<br />

ocupar el cargo de secretario con fecha 14 de mayo de<br />

1942 hasta su fallecimiento. También es inscrito en la<br />

Hermandad de la Soledad, donde ostentará el cargo<br />

de secretario en la organización del nuevo estatuto de<br />

la hermandad.<br />

A finales de 1929 nos relata su vida societaria:<br />

Intervengo en muchas sociedades, como me es<br />

proverbial: últimamente soy: nombrado Presidente<br />

de la Artística y Tesorero del Centro Popular. Sigo de<br />

Secretario en el Casino “La Fraternidad” y Secretario<br />

[…] de la U.P. […], Tesorero de los “Sederos” Vocal de<br />

la Directiva del “Coria FC” Secretario de los 30, Agente<br />

de “La Estrella”, informes comerciales, corresponsal de<br />

periódicos y aun cabe el etc 23 .<br />

Una nueva alegría para la familia fue el nacimiento<br />

el 1 de marzo de 1930 de Carlos, su cuarto y último<br />

hijo.<br />

21 Diario, 1 de enero de 1926.<br />

<strong>22</strong> … aunque los cargos dan prestigio a distancia, dan disgustos de cerca. Diario, 28<br />

de octubre de 1928.<br />

23 Diario, 31 de diciembre de 1929.


96<br />

<strong>Azotea</strong><br />

En agosto de este mismo año, aparece como vocal<br />

de Sección Cultural del Pósito Marítimo-Terrestre<br />

y Pesquero de Sevilla, de la que había una sección<br />

destacada en Coria. Este cargo pudo tener relación<br />

con las amenazas que recibió en los días posteriores al<br />

18 de julio de 1936.<br />

Pero de este insigne maestro nos interesa destacar<br />

sobre todo su actividad cultural. Hacia mediados<br />

de la década de los años veinte, la recuperación<br />

económica que propiciaba la Dictadura de Primo<br />

de Rivera, originó el deseo de extender la cultura<br />

a las capas más desfavorecidas de la sociedad.<br />

Este hecho, que se produjo en muchos lugares de<br />

nuestro país, estuvo liderado por una clase media<br />

que, gracias al desarrollo económico, empezaba<br />

a tener protagonismo en la vida social. Muchos<br />

de sus miembros entendían que sólo la educación<br />

podría hacer frente a los graves problemas del país<br />

y lograr la transformación de España. En Coria del<br />

Río, este interés por sacar del atraso y de la incultura<br />

a gran parte de la población, tuvo a D. Hipólito<br />

como uno de sus miembros más activos. En todas<br />

las iniciativas culturales que se promovieron en<br />

estos años participó de manera destacada, por lo<br />

que no puede entenderse el florecimiento cultural<br />

que entonces experimentó Coria sin la figura de este<br />

notable maestro.<br />

Para llevar a la práctica estas ideas el 27 de enero<br />

de 1927 se creaba de manera oficial, aunque ya<br />

venía actuando desde el año anterior, una asociación<br />

cultural llamada a tener un protagonismo de primer<br />

orden en la vida local: el Centro Popular Instructivo.<br />

Su objetivo era<br />

difundir la cultura popular y combatir el<br />

analfabetismo, procurando por medio de la enseñanza,<br />

elevar en lo posible el nivel intelectual de sus asociados 24 .<br />

Con este propósito se crearía una biblioteca<br />

popular (inaugurada el 8 de noviembre de 1930 en<br />

el Paseo del Río con libros donados por particulares),<br />

se organizarían conferencias instructivas y charlas<br />

populares de carácter educativo y se darían clases de<br />

instrucción general a los asociados que lo necesitasen,<br />

24 Reglamento por el cual ha de regirse el Centro Popular Instructivo, Tipografía<br />

Moderna, Sevilla, 1927, artículo primero, p. 5.<br />

calificando esta labor como una obra de saneamiento<br />

moral 25 , necesaria para conseguir el progreso material<br />

y moral de Coria.<br />

D. Hipólito fue uno de los socios fundadores y<br />

desde el primer momento participó en la organización<br />

de todas sus actividades: ciclos de conferencias,<br />

veladas literarias, clases nocturnas para niños y<br />

adultos, concursos infantiles de redacción y de dibujo,<br />

exposiciones, etc. El 17 de julio de este año aparecía<br />

el semanario CORIA, órgano de expresión del Centro<br />

Popular, en el que colaboró desde el primer número<br />

con un artículo sobre Historia de la Villa de Coria del<br />

Río e Historia de hombres célebres: Benjamín Franklin.<br />

A partir del número 13, correspondiente al 9 de<br />

octubre, pasó a ser su director, creando una sección<br />

dedicada a la enseñanza. A través de ella denunció la<br />

falta de escuelas y la necesidad de crear plazas escolares<br />

que permitieran la escolarización de todos los niños,<br />

como medio de terminar con el analfabetismo.<br />

En el citado número se acogía con esperanza la<br />

creación de dos nuevas escuelas de niños en Coria y<br />

se animaba a las autoridades a seguir por este camino.<br />

Por otra parte, se anunciaba la organización de clases<br />

de adultos para los reclutas del reemplazo y se les<br />

recordaba los beneficios que obtendrían en la milicia<br />

por el hecho de no ser analfabetos.<br />

En el número siguiente denunciaba la situación<br />

de muchos niños con aptitudes para el estudio<br />

que no podían continuar por falta de medios, y<br />

defendía la necesidad de ayudarlos tanto por parte<br />

de organismos públicos como de particulares. En<br />

artículos posteriores insistía de nuevo en la falta de<br />

escuelas y el elevado número de niños que no podían<br />

asistir, denunciando la hipocresía de las leyes que<br />

culpabilizaban a los padres por no enviar a sus hijos a<br />

la escuela, al mismo tiempo que no se creaban nuevas<br />

plazas escolares.<br />

En los años siguientes las actividades del Centro<br />

Popular ocuparon el tiempo que le dejaba libre su<br />

trabajo en la escuela. Su labor se extendía no sólo a la<br />

organización de actos, sino también a su participación<br />

en conferencias y clases nocturnas para jóvenes<br />

25 Ibídem, pp. 5 y 6.


<strong>Azotea</strong> 97<br />

y adultos (estas últimas<br />

tenían lugar en la sede de<br />

la asociación desde las 8<br />

hasta las 11 de la noche).<br />

El interés por difundir la<br />

cultura entre la población<br />

coriana le llevó a dictar<br />

numerosas conferencias en<br />

las que puso de manifiesto<br />

su preparación cultural y su<br />

intenso trabajo. En el ciclo<br />

celebrado en mayo de 1927,<br />

participó con la titulada<br />

La escuela, el maestro y la<br />

educación, en la que expuso<br />

sus ideas pedagógicas, fruto<br />

de su amor por la enseñanza<br />

y la práctica escolar durante<br />

sus 17 años de docencia. El<br />

24 de noviembre del mismo<br />

año habló sobre Física y Astronomía. También en<br />

numeras ocasiones cuando el conferenciante, por<br />

diversas causas, no asistía era D. Hipólito el que se<br />

encargaba de ocupar su lugar y así poder celebrar el<br />

acto.<br />

La labor educativa del Centro Popular no se<br />

limitó a Coria del Río, sino que también se extendió<br />

por pueblos limítrofes, como Mairena del Aljarafe,<br />

San Juan de Aznalfarache, Villamanrique, etc. En la<br />

celebrada en este último pueblo el 18 de mayo de<br />

1929, participó con una charla sobre los beneficios<br />

de la cultura, que fue muy aplaudida.<br />

La actividad del Centro Popular se intensificó<br />

con la llegada de la Segunda República, propiciada<br />

por el ambiente de libertad y esperanza que el nuevo<br />

régimen suscitó. En abril de 1931 (la misma fecha en<br />

que se instauraba la República) D. Hipólito, como<br />

presidente, hacía balance de los logros obtenidos y<br />

manifestaba su deseo de darle un nuevo impulso.<br />

Se calificaba su acción como Cruzada Cultural y se<br />

hacía un llamamiento a todo aquel que estuviera<br />

dispuesto a ayudar, a inscribirse como socio, y para<br />

los que ya lo eran a seguir prestando su apoyo de tres<br />

modos: pagando, enseñando y aprendiendo, que de<br />

Foto realizada después de la conferencia de D. José Marcial Dorado, destacado republicano, en la sede<br />

del Centro Popular Instructivo en 1933. En el centro, el alcalde D. Luís Ramírez Palma, a su derecha el<br />

conferenciante y a su izquierda D. Hipólito Lobato, presidente del Centro.<br />

las tres maneras se contribuye a enaltecer su nombre<br />

y, como consecuencia, el de nuestro querido pueblo 26 .<br />

Palabras, evidentemente escritas por el propio D.<br />

Hipólito, que reflejaban hasta qué punto sentía<br />

como propio y amaba un pueblo donde llevaba<br />

viviendo 15 años.<br />

A partir de este año ocupó la presidencia de esta<br />

asociación, continuando con la organización de ciclos<br />

de conferencias anuales, que tanto prestigio le daban<br />

al Centro Popular. En ellas participaron, además de<br />

conferenciantes locales, personalidades destacadas<br />

de la cultura y la política sevillanas, como Manuel<br />

Blasco Garzón, diputado y más tarde ministro;<br />

Hermenegildo Casas, presidente de la Diputación;<br />

José León Trejo, catedrático de la Escuela del<br />

Trabajo, etc. A destacar también la conferencia sobre<br />

Andalucía que pronunció el notario Blas Infante<br />

presentado por el presidente en febrero de 1932,<br />

presencia que repetiría en noviembre para hablar sobre<br />

andalucismo. También siguieron impartiéndose las<br />

clases nocturnas de alfabetización, tarea fundamental<br />

del Centro Popular, que atendía D. Hipólito junto<br />

a otros voluntarios. En diciembre de 1932, a pesar<br />

de conseguir 44 votos, dos menos que el número de<br />

26 Hoja divulgativa.


98<br />

<strong>Azotea</strong><br />

asistentes, renunció al cargo de presidente por no<br />

sentirse a gusto con el rumbo que tomaba el Centro,<br />

aunque terminó aceptando la secretaría. Luis Yáñez<br />

quedó como nuevo presidente.<br />

Con el mismo objetivo de divulgación cultural<br />

colaboró en las Conferencias Educativas que D.<br />

Manuel Asián Ruiz, maestro titular de la escuela de<br />

niños, venía organizando en la escuela de adultos<br />

desde principios de siglo. El 17 de febrero de 1927<br />

bajo el título de La Tierra en el espacio impartió una<br />

interesante lección en la que<br />

valiéndose de una esfera, explicó los movimientos de<br />

la tierra, la ley de la gravedad, el por qué la tierra es<br />

redonda... Habló de Copérnico y Galileo, de satélites,<br />

planetas y cometas. [...] La charla fue escuchada con<br />

religioso silencio por el auditorio 27 .<br />

A pesar del trabajo y esfuerzo que suponía<br />

organizar todos estos eventos, que debía compaginar<br />

con su trabajo en la escuela, aún encontró tiempo<br />

para dedicarlo a un proyecto más de divulgación<br />

cultural y dinamización de la vida del pueblo: la<br />

Agrupación Artística Coriana. Fue creada en 1929<br />

siendo nombrado presidente el maestro Luis Ramírez<br />

Palma y secretario D. Hipólito, aunque muy pronto,<br />

el 2 de enero de 1930, accedería a la presidencia.<br />

27 El Noticiero Sevillano, febrero 1927.<br />

La banda de música en la Feria de 1933.<br />

El Reglamento,<br />

aprobado el 29 de diciembre<br />

de 1930, la definía como<br />

una Sociedad que tiene por<br />

objeto y fines cultivar entre<br />

sus asociados las artes musical<br />

y teatral. Con este propósito<br />

organizará esta<br />

Agrupación conciertos<br />

y veladas con la mayor<br />

frecuencia posibles, los<br />

cuales serán desarrollados<br />

por los socios de la misma<br />

que constituirán un Cuadro<br />

Artístico... 28 .<br />

De este modo, eran<br />

los mismos socios los que constituían los cuadros<br />

artístico, teatral y musical. Las representaciones eran<br />

mensuales, lo que implicaba un enorme trabajo en la<br />

preparación de las obras. Cada representación constaba<br />

de tres partes: un concierto de la banda de música o<br />

de algunos de sus miembros, una charla cultural y una<br />

representación teatral, incluyendo comedias y obras<br />

líricas, como zarzuelas u operetas 29 . Como ocurría con<br />

el Centro Popular, su actividad rebasó el ámbito local,<br />

extendiéndose por los pueblos vecinos.<br />

Coria necesitaba de una banda de música propia,<br />

ya que todas las que tocaban en los espectáculos lo<br />

eran de fuera, incluso de pueblos más pequeños. Esto<br />

hizo que la Agrupación Artística Coriana se pusiera<br />

al frente para organizar una banda propia y con el<br />

apoyo del Ayuntamiento se instaló una tómbola<br />

en la Feria de 1930 para conseguir recursos y dotar<br />

de instrumentos a los numerosos entusiastas que<br />

querían participar en ella. En 1932, D. Hipólito se<br />

encargará de dar un nuevo paso para el realce de la<br />

banda al comprar 17 uniformes consistentes en un<br />

traje gris que será estrenado en la Feria del Corpus de<br />

La Puebla del Río con gran éxito.<br />

28 Reglamento por el que ha de regirse la Sociedad ‘Agrupación Artística Coriana’ de<br />

Coria del Río, en <strong>Azotea</strong>. <strong>Revista</strong> de cultura del Ayuntamiento de Coria del Río, n o<br />

16, 2006, p. 38. Subrayado en el original.<br />

29 RODRÍGUEZ FRANCO, J. R.: Aspectos antropológicos: fiestas, cultura,<br />

artesanía, en SUÁREZ JAPÓN, J. M. (Coord.): Coria del Río. Aproximación a<br />

su realidad geohistórica, Ayuntamiento de Coria del Río, Coria del Río, 1987,<br />

pp. 211-2.


<strong>Azotea</strong> 99<br />

Escuela unitaria <strong>nº</strong> 3, a cargo de D. Hipólito, en el patio de la casa de D. Carlos de Mesa, junto a la fábrica de harinas “Nuestra Señora de la Estrella”<br />

el martes 28 de mayo de 1935.<br />

En julio de 1930 se nombró nueva junta<br />

directiva, siendo reelegidos algunos de sus miembros<br />

y quedando constituida, entre otros cargos por<br />

D. Hipólito, como presidente, Luís Ramírez,<br />

vicepresidente y Manuel Zabala, secretario. D.<br />

Hipólito en este puesto se mantuvo hasta 1934,<br />

en que pasó a ser vicepresidente. En ambos cargos<br />

llevó a cabo el enorme esfuerzo que representaba<br />

mantener viva una asociación con este grado de<br />

actividad. A pesar de las dificultades económicas<br />

y la falta de compromiso de muchos de los socios,<br />

pero con el tesón de quien cree firmemente que está<br />

haciendo una labor trascendente, continuó al frente<br />

de la Agrupación, hasta que la Guerra Civil cortó<br />

abruptamente este interesante proyecto. Esta labor<br />

se quiso premiar a través de un homenaje liderado<br />

por Luis Ramírez, Aurelio de la Fuente y Francisco<br />

Ufano que fue recogido en un artículo periodístico<br />

en el que se pedía dicho homenaje por parte del<br />

Centro Popular Instructivo y de la Sociedad Artística<br />

Coriana, e incluso que el Ayuntamiento lo nombrara<br />

Hijo Adoptivo y Predilecto de Coria del Río, pero<br />

estos actos nunca se llegaron a celebrar.<br />

A pesar de esta intensa actividad, D. Hipólito<br />

nunca descuidó su escuela. En 1927, al crearse dos<br />

nuevas escuelas de niños, solicitó ser nombrado para<br />

una de ellas por lo que el 1 de septiembre de 1928<br />

tomaba posesión como maestro propietario (con un<br />

sueldo anual de 3.000 pesetas que aumentaría a 3.500<br />

en diciembre) de la Escuela unitaria n o 3 de niños,<br />

instalada en la calle Calderón, en un local anexo a<br />

la fábrica de harinas propiedad del alcalde Carlos<br />

de Mesa. Era un lugar que no reunía condiciones<br />

adecuadas para cobijar a los 70 niños que tenía<br />

admitidos, pero a pesar de estos inconvenientes lo<br />

prefería porque le permitía mayor independencia.<br />

Habían pasado 14 años compartiendo espacio con<br />

los demás maestros y siguiendo las directrices del<br />

maestro titular y por fin podía enseñar con total<br />

libertad:


100<br />

<strong>Azotea</strong><br />

D. Hipólito con alumnos de segunda enseñanza en el patio de su casa, hacia 1934.<br />

He tenido como esperaba un éxito en la matrícula<br />

de los niños. Tengo admitidos 70 y de acuerdo con<br />

D. Carlos no admito más a pesar de tener muchas<br />

solicitudes. Trabajo cuanto puedo. Estoy más a gusto y<br />

tranquilo que antes y sobre todo más satisfecho 30 .<br />

En marzo de 1933, Carlos de Mesa le hace<br />

entrega de las llaves de su nueva escuela, más amplia y<br />

luminosa que la anterior, sita en la actual Avenida de<br />

Andalucía. Estaba situada en la parte superior de la<br />

misma fábrica de harinas junto a la anterior escuela.<br />

En este año, tras contactar con librerías sevillanas,<br />

consigue crear una biblioteca en su escuela. Con<br />

la ayuda de amigos y antiguos alumnos lo logrará<br />

convirtiendo la escuela en otro foco de cultura más<br />

amplio que la de impartir lecciones: la Biblioteca<br />

Popular Circulante.<br />

La finalización de la jornada escolar no<br />

significaba la terminación de su actividad docente,<br />

sino que ésta se trasladaba a su domicilio. Sus<br />

aptitudes pedagógicas y amplios conocimientos le<br />

dieron gran prestigio entre la población por lo que<br />

las clases particulares eran una ayuda importante<br />

en la siempre maltrecha economía de un maestro<br />

nacional. La mayor parte del tiempo la dedicaba a<br />

preparar alumnos de segunda enseñanza.<br />

30 Diario, 21 de octubre de 1928.<br />

A principios de los<br />

años treinta se produjo un<br />

aumento muy importante<br />

de alumnos que querían<br />

continuar estudios,<br />

matriculándose en la<br />

enseñanza secundaria. Para<br />

aquellos que vivían en las<br />

zonas rurales y no tenían<br />

muchas posibilidades<br />

económicas, el único medio<br />

de hacerlo era mediante la<br />

enseñanza libre, es decir,<br />

prepararse por su cuenta y<br />

examinarse al final de curso<br />

de todas las asignaturas en<br />

el Instituto San Isidoro,<br />

(el único que había en Sevilla hasta que, en 1933,<br />

se creara el Instituto Murillo). Por este motivo, las<br />

familias tenían que recurrir a personas con un buen<br />

nivel cultural.<br />

En Coria del Río, D. Hipólito era uno de los<br />

escasos maestros con conocimientos suficientes para<br />

impartir este nivel de enseñanza. Por su magisterio<br />

pasaron muchos alumnos que, gracias a él, pudieron<br />

continuar estudios universitarios y ocupar puestos<br />

importantes en la sociedad. Muchos de ellos eran<br />

hijos de familias acomodadas de la localidad y esta<br />

relación le fue luego, en los días convulsos del golpe<br />

militar del 18 de julio, esencial para salvar la vida<br />

frente a las envidias y los rencores que, como persona<br />

de valía, siempre suscitó.<br />

Su trabajo con estos alumnos le dio aún más<br />

prestigio como docente, gracias a los excelentes<br />

resultados que obtenían en los exámenes, de tal modo<br />

que la mayoría de los que en estos años terminaron<br />

los estudios de segunda enseñanza lo tuvieron como<br />

maestro.<br />

El 2 de noviembre de 1933 nos describe su día a<br />

día:<br />

A las 9 me levanto, desayuno y a la escuela con una<br />

asistencia de unos 80 niños. A las 12 a casa. Almuerzo y<br />

doy clase a los de ingreso […]. También a los de 4º curso


<strong>Azotea</strong> 101<br />

[…]. A las 2 a la escuela. A las 4 a casa. Clase a los de<br />

2º año. Unos 10. Y a los de 3º otros tantos. Acabo a las<br />

6. Como. A las 7 a los adultos. Hoy he apuntado otros<br />

diez suplentes. Ya tengo 60 adultos. Y echando gente<br />

para atrás. A las 8 ½ paso con los quintos y a las 9 ¼ a<br />

casa a descansar unos minutos. Enseguida a la Artística,<br />

Centro Cultural, Casino etc y a las 12 a la cama 31 .<br />

En los años de la República un nuevo proyecto,<br />

relacionado con la población infantil, se hizo un hueco<br />

entre sus numerosas ocupaciones. Como maestro,<br />

vivía a diario las carencias de muchas familias corianas<br />

que no podían alimentar o vestir adecuadamente<br />

a sus hijos. En la escuela eran numerosos los niños<br />

desnutridos o pobremente vestidos, muchos de ellos<br />

con excelentes cualidades para el estudio, pero cuyas<br />

carencias les impedían progresar en el aprendizaje.<br />

Había que actuar para mejorar en lo posible esta<br />

situación.<br />

D. Hipólito consiguió interesar a la mayoría de<br />

los maestros de la localidad, al inspector de enseñanza<br />

primaria de la zona y autoridades locales, en el<br />

proyecto de una asociación que promoviera acciones<br />

a favor de la infancia más necesitada. Sus intensas<br />

gestiones dieron como resultado la constitución de<br />

una sociedad llamada Los Amigos del Niño, creada<br />

oficialmente en 1935, aunque ya venía actuando desde<br />

el año anterior, siendo nombrado presidente Manuel<br />

Pérez López, Ángel Pineda, vicepresidente e Hipólito<br />

Lobato, secretario. Esta asociación seguía el modelo<br />

de la sociedad sevillana Amigos del Niño, creada por<br />

un grupo de médicos del Ateneo en 1926, con el<br />

objetivo fundamental de luchar contra la mortalidad<br />

infantil, entonces muy elevada, porque más del 50%<br />

de los niños morían antes de cumplir los 4 años.<br />

Los objetivos que esta sociedad se planteó desde<br />

los primeros momentos fueron dos. En primer lugar,<br />

la creación de un comedor escolar (en aquella época<br />

denominado cantina escolar), al que pudiera asistir<br />

una gran parte de la población infantil de Coria<br />

que en estos momentos padecía desnutrición. El<br />

segundo objetivo era la organización de colonias<br />

escolares de verano que permitieran disfrutar a niños<br />

con problemas de salud de los efectos beneficiosos<br />

31 Diario, 2 de noviembre de 1933.<br />

del mar. La primera actividad que se pudo realizar<br />

fue una colonia escolar, gracias a una subvención del<br />

Gobierno y la ayuda municipal y de particulares, que<br />

se llevó a cabo en Chipiona durante agosto de 1934<br />

con la participación de 30 alumnos de las escuelas<br />

nacionales, 15 niños y 15 niñas.<br />

Al año siguiente se organizó una nueva colonia 32 ,<br />

gracias a la suscripción popular promovida por Los<br />

Amigos del Niño. De nuevo se escogió el pueblo<br />

gaditano de Chipiona en donde durante el mes de<br />

agosto disfrutaron del sol y la playa 34 escolares,<br />

19 niñas y 15 niños. La dirección de la colonia<br />

recayó en D. Hipólito, que durante 33 días convivió<br />

intensamente con los niños. A su regreso, y de<br />

acuerdo con su carácter responsable y organizado,<br />

redactó una memoria que nos ha permitido conocer<br />

numerosos detalles de esta experiencia 33 .<br />

También colaboró en la puesta en funcionamiento<br />

de la cantina escolar, promoviendo, junto con los<br />

miembros de la Sociedad, una campaña de donativos<br />

que permitieran atender el mayor número de niños<br />

posible, pues la subvención que el Gobierno había<br />

enviado era claramente insuficiente. Gracias a su<br />

actividad y a la de los maestros públicos que se<br />

implicaron en esta labor, la cantina pudo abrir sus<br />

puertas el 21 de febrero de 1935 y continuar su<br />

funcionamiento hasta finalizar el curso, a mediados<br />

de julio, con una asistencia media de 200 niños, que<br />

gracias a ella podían almorzar de lunes a sábado.<br />

Al año siguiente hubo que realizar de nuevo<br />

una recogida de donativos, aunque en este caso<br />

la respuesta popular fue menos entusiasta. El<br />

comedor se abrió el día 4 de febrero de 1936, con<br />

la asistencia del mismo número de alumnos. Para su<br />

supervivencia se organizó una velada cinematográfica<br />

y un partido de futbol con la recaudación a beneficio<br />

de la cantina, pero el 10 de junio, falta de recursos,<br />

hubo de cerrar. Su empeño no decayó y cuando el<br />

17 de julio de 1936 regresaba de Dos Hermanas,<br />

32 LOBATO LAMA, CARLOS: La Coria que conocí, Junta de Andalucía y otros,<br />

Coria del Río, 2010, pp. 141-144. <strong>Revista</strong> de Feria, Ayuntamiento de Coria del<br />

Río, septiembre de 2003.<br />

33 SOCIEDAD “LOS AMIGOS DEL NIÑO”. CORIA DEL Río.: Relación de los<br />

ingresos y gastos habidos en la COLONIA ESCOLAR de Coria del Río en el presente<br />

año, con otros datos complementarios de la misma, Imprenta y Librería de Eulogio de<br />

las Heras, Sevilla, 1935


102<br />

<strong>Azotea</strong><br />

gestionando la celebración de una corrida a beneficio<br />

de esta institución, se encontró con el inicio del golpe<br />

y todo se anuló. Unos meses más tarde, una nueva<br />

comisión presidida por el párroco Esteban Rodríguez<br />

y en la que intervenía D. Hipólito, solicitaba ayuda<br />

a la población para asistir a los numerosos niños<br />

necesitados que, como consecuencia del golpe militar,<br />

habían aumentado considerablemente.<br />

El golpe militar del 18 de julio de 1936 cambió la<br />

vida de la población coriana y cortó de raíz esta labor<br />

cultural que venía desarrollándose en los diez últimos<br />

años y se había intensificado durante la República. A<br />

partir de ahora la cultura se vuelve sospechosa y sólo<br />

es posible un único discurso, el de los que habían<br />

propiciado el levantamiento contra la República.<br />

Los días siguientes a la toma del pueblo por los<br />

sublevados fueron terribles para sus habitantes. El<br />

miedo, la sospecha y la delación se extendieron a<br />

toda la población. Nadie estaba libre de ser detenido.<br />

La vida de D. Hipólito corrió serio peligro, una<br />

nota por debajo de su puerta así lo atestiguaba. Su<br />

labor a favor de la emancipación cultural de las clases<br />

populares no era vista con simpatía con cierto sector<br />

de la población. Pero, a pesar de ello, también tenía<br />

buenas amistades entre los que ahora eran elementos<br />

destacados del nuevo régimen.<br />

Esto explica que fuera nombrado en los primeros<br />

días de septiembre Delegado de Transportes de la<br />

localidad, tal vez un medio para protegerlo frente<br />

a aquellos que no le perdonaban su labor cultural<br />

hacia los más desfavorecidos. Algunos de los nuevos<br />

concejales protestaron por este nombramiento, entre<br />

ellos Manuel Estévez, alegando:<br />

que pudiera comprometer a dicho Señor unos<br />

documentos encontrados en el Centro Cultural de cuyo<br />

centro era presidente el nombrado 34 .<br />

Sin embargo, el alcalde justificó esta medida<br />

porque se había tomado de acuerdo con el Jefe Local<br />

de Falange. Unos días más tarde, el 25 de septiembre,<br />

era nombrado vocal en la Comisión Gestora Local de<br />

Primera Enseñanza, junto con la maestra de párvulos<br />

Dª Josefa Navarro Zamora.<br />

34 AMCR, Actas Capitulares, libro 17, p. 21A.<br />

D. Hipólito y su esposa Dª Concha flanqueados por dos de sus hijos,<br />

María Pepa y Jaime, en la colonia escolar en Chipiona el 8 de agosto<br />

de 1935. Al fondo, niños y acompañantes de la colonia.<br />

En esta posición, relativamente segura dentro<br />

del nuevo régimen, pudo ver cómo algunos de sus<br />

compañeros no tenían la misma suerte. El 2 de<br />

septiembre, como consecuencia de los informes<br />

enviados por el alcalde Miguel Delmás Pérez, fueron<br />

suspendidos de manera fulminante de empleo y<br />

sueldo D. Julio Grosso Sánchez y Dª Ángeles García<br />

Palacios; el 29 de septiembre lo era D. Manuel Asián<br />

Ruiz y el 3 de octubre D. Vicente Neria Serrano.<br />

Estos dos últimos volverían a sus escuelas de manera<br />

provisional el 1 de diciembre.<br />

Se trataba de medidas provisionales y transitorias<br />

porque en febrero de 1937 se ponía en marcha el<br />

proceso de depuración de todos los maestros de la<br />

localidad con objeto de determinar si respondían<br />

al perfil de docente que ahora se exigía y podían<br />

continuar al frente de sus escuelas, De cada maestro<br />

debían emitir informes el cura párroco, alcalde,<br />

comandante de puesto de la Guardia Civil y personas<br />

de reconocida solvencia moral y conducta intachable,


<strong>Azotea</strong> 103<br />

es decir, afines al régimen. Por otra parte, el maestro<br />

debía contestar a un cuestionario relacionado con su<br />

conducta antes y después del alzamiento militar.<br />

El informe del cura párroco, Esteban Rodríguez<br />

Núñez, reconocía que D. Hipólito era un excelente<br />

maestro, muy atento con autoridades y vecinos y<br />

de buen comportamiento, pero en su conducta<br />

religiosa era indiferente, había pertenecido al partido<br />

republicano y aunque no había contribuido a sostener<br />

partidos del Frente Popular era presidente del Centro<br />

Cultural creado desde antes de la República, pero que<br />

después descendió algo, siendo muchos de sus socios y<br />

libros del Frente Popular 35 . Más adelante indicaba que<br />

Aunque algunas veces ha dicho algunas frases despectivas<br />

para la Religión a los niños creo haber sido más por<br />

adaptarse a las circunstancias por cuya causa informé en<br />

octubre de 1936 en sentido de vigilarse.<br />

El alcalde, Antonio Ruiz Rodríguez, calificaba<br />

de magnífica su actuación profesional y muy buena<br />

su conducta particular, pero destacaba que había<br />

pertenecido al partido Republicano Radical, aunque<br />

en los días del dominio rojo visitó a las personas de<br />

orden para darles ánimo. Antonio Álvarez Cabeza,<br />

comandante de puesto de la Guardia Civil, destacaba<br />

su extraordinaria labor profesional, que en su vida<br />

privada era muy honrado, trabajador, sin vicios,<br />

servicial, llevándose bien con extrema derecha y extrema<br />

izquierda y que, aunque no simpatizaba con la<br />

ideología del Frente Popular no era tampoco enemigo<br />

de los que la propagaban. Ha sido directivo del Centro<br />

Cultural donde por último sólo concurrían anarquistas y<br />

del que por tal causa se apartaron los elementos de orden.<br />

Por último, Carlos de Mesa, los hermanos Manuel<br />

y Juan José Pérez López, y Pastora Pérez de la Peña,<br />

como personas de orden, se limitaban a destacar<br />

sus excelentes cualidades tanto profesionales como<br />

personales.<br />

Un año se tomó la Comisión Depuradora<br />

Provincial para analizar esta información y considerar<br />

que no cumplía las condiciones necesarias para seguir<br />

en el magisterio público. Dos eran los cargos de los<br />

35 Todas las citas proceden del Archivo General de la Administración (AGA), Caja<br />

32/13310, expediente 613-68.<br />

que se le acusaba: Tibieza en la práctica de la religión<br />

antes del Glorioso 18 de julio de 1936 y Directivo del<br />

Centro Cultural de Coria simpatizaba en él con los<br />

elementos de izquierda que predominaban en dicho<br />

Centro. El 10 de mayo de 1938 presentaba un escrito<br />

en el que intentaba rebatir estas acusaciones, junto<br />

con informes favorables de personas del régimen,<br />

entre ellas las del propio cura Esteban Rodríguez,<br />

cuyo informe había sido el más desfavorable.<br />

En esta ocasión la respuesta de la Comisión<br />

Depuradora fue muy rápida pues el 24 del mismo<br />

mes acordaba por unanimidad su confirmación en el<br />

cargo de maestro nacional de Coria del Río. Otros<br />

compañeros no tuvieron la misma suerte, como D.<br />

Manuel Asián Ruiz, jubilado forzoso, D. Julio Grosso<br />

Sánchez, expulsado del magisterio público, y Dª<br />

Ángeles García Palacios, sancionada con suspensión<br />

de empleo y sueldo durante 6 meses y traslado fuera<br />

de la localidad.<br />

La nueva etapa que se abría tras la Guerra Civil no<br />

permitió a D. Hipólito continuar la extraordinaria<br />

labor cultural que venía realizando. Pero no por ello<br />

permaneció inactivo, dedicándose a la difusión del<br />

deporte, especialmente del fútbol, una actividad que<br />

ya había desarrollado antes de la guerra, pero en la<br />

que ahora vuelca toda su atención. Este objetivo lo<br />

intentó conseguir desde la escuela, porque pensaba<br />

que sólo desde aquí podían formarse auténticos<br />

deportistas. Por ello las tablas de gimnasia formaban<br />

parte de la enseñanza diaria y no pasaba un día sin<br />

que los alumnos las practicaran, bien fuera de la<br />

escuela, en la plaza del Rocío si el tiempo lo permitía,<br />

o en la propia clase 36 . A golpe de silbato, un elemento<br />

que siempre le acompañaba, conseguía que los niños<br />

mantuvieran una excelente forma física, elemento<br />

imprescindible para una enseñanza de calidad.<br />

Por otra parte, reanudó de nuevo su actividad<br />

el Escolar C. F., un equipo formado por alumnos,<br />

de los más capacitados para este deporte, con el que<br />

comenzó a participar en competiciones y encuentros<br />

con otros equipos, no sólo locales sino también de la<br />

capital. De aquí salieron, en aquellos años, muchos<br />

36 En noviembre de 1937 se trasladó la escuela a la calle Mogador, hoy Tres de<br />

Abril.


104<br />

<strong>Azotea</strong><br />

D. Hipólito Lobato en su escuela el 24 de febrero de 1943, rodeado de recursos didácticos: libros, mapa y<br />

cuerpos geométricos. En primer término, la campanita para imponer silencio.<br />

futbolistas de Coria que jugaron en importantes<br />

clubes de fútbol.<br />

Años más tarde en 1962, se instaura por el Coria<br />

C.F. el Trofeo Hipólito Lobato para jugadores en edad<br />

escolar de esta población, trofeo que este año cumplirá<br />

su 56 edición, siguiendo el modelo que se creó con el<br />

Escolar F.C. para la formación de los niños.<br />

También continuó colaborando con el Coria<br />

C. F., del que siempre ocupó un puesto en la junta<br />

directiva, fomentando el interés de los corianos por<br />

el fútbol, asistiendo a la mayoría de los partidos e<br />

intentando que el equipo ocupara lugares importantes<br />

en las competiciones.<br />

Fue tal su implicación en este deporte y las<br />

amistades conseguidas, que hacia 1947, el Sevilla F.<br />

C. tenía que desplazarse a Barcelona para enfrentarse<br />

en el Estadio de Sarriá al C.D. Español y el entonces<br />

presidente del Sevilla F.C., Ramón Sánchez-Pizjúan<br />

lo llamó y le dijo: D. Hipólito quiero que vaya<br />

usted de delegado del club a este encuentro. A lo que<br />

respondió: pero si yo no soy socio. Eso no importa,<br />

yo quiero que usted vaya. Y aceptó. Como anécdota,<br />

en el viaje a la altura de Tarragona el autobús se<br />

detiene, pues una pareja de la Guardia Civil le<br />

ordena parar. Sube uno de<br />

los guardias, mira, lo ve y le<br />

dice: D. Hipólito qué hace<br />

usted aquí. Era un guardia<br />

que había estado destinado<br />

en Coria. Le explicó los<br />

motivos del viaje y el<br />

guardia les dijo: Pues, buen<br />

viaje. Y continuaron hacia<br />

Barcelona.<br />

Sin embargo, no<br />

renunció a su ideal de<br />

conseguir que Coria del<br />

Río fuera un pueblo<br />

culto, que desapareciera<br />

el analfabetismo y la<br />

incultura, y que todos los<br />

niños pudieran tener acceso<br />

a la escuela. De hecho, en<br />

numerosas ocasiones que el Ayuntamiento no podía<br />

facilitar el dinero para comprar libros a los alumnos<br />

más necesitados, él los aportaba de su propio bolsillo.<br />

Hay que recordar que en estos años estaba sin<br />

escolarizar más del 60% de la población infantil. Esta<br />

realidad le seguía preocupando porque mientras no<br />

se crearan nuevas escuelas el pueblo no saldría de su<br />

atraso.<br />

El domingo 29 de septiembre de 1946 tuvo lugar<br />

un hecho histórico en Coria: la inauguración del<br />

primer edificio escolar que se construía en la localidad.<br />

Habían sido varios los intentos realizados a lo largo de<br />

la historia por distintos gobiernos municipales para<br />

conseguirlo, sin ningún resultado. Ahora, gracias a<br />

los esfuerzos del alcalde José Rodríguez Scott, este<br />

objetivo se convertía en realidad. En el acto intervino<br />

D. Hipólito, junto a las autoridades provinciales y<br />

locales, que aprovechó el acto para recordar, en un<br />

emotivo discurso, la necesidad que tenía el pueblo de<br />

nuevas escuelas:<br />

Coria necesita más para seguir adelante en el camino<br />

de su cultura y de su engrandecimiento y, para facilitarle<br />

ese camino, yo pido la construcción de otro Grupo<br />

Escolar para niños 37 .<br />

37 El Correo de Andalucía, 1 de octubre de 1946.


<strong>Azotea</strong> 105<br />

El gobernador civil en su intervención se hizo eco<br />

en varias ocasiones de las palabras pronunciadas por<br />

el maestro.<br />

En 1949, un pavoroso incendio destruye las<br />

chozas que conformaban el barrio de El Fallo y el<br />

alcalde José Rodríguez Scott crea una junta prodamnificados<br />

de la que D. Hipólito ostentaría el<br />

cargo de secretario, poniendo todo su empeño en la<br />

reconstrucción de este barrio con viviendas dignas.<br />

Se construyeron 90 viviendas y escuelas en un tiempo<br />

récord de tres meses, costeado por donaciones<br />

particulares y organismos públicos.<br />

En agradecimiento a su ayuda, le cantaron este<br />

villancico en Nochebuena las hijas de los incendiados<br />

del barrio de El Fallo, hoy Santa Teresa de Jesús:<br />

Hemos cogido estos días<br />

“pa” vení a saludá<br />

a D. Hipólito Lobato<br />

que es un hombre muy formal.<br />

Siempre con su simpatía<br />

y su don de Caballero<br />

y por eso a este maestro<br />

le queremos todo el pueblo.<br />

Y nosotros las pastoras<br />

hijas de los incendiados<br />

venimos a darles las gracias<br />

por lo bien que se ha portado.<br />

Velando de noche y día<br />

hasta darnos aposento<br />

pues que viva este maestro<br />

por sus buenos sentimientos.<br />

Cuando pases el Corral del Pitero<br />

a la mano izquierda,<br />

repara y verás,<br />

una casa que habita un Maestro<br />

con gran simpatía y capacidad.<br />

Y nosotras todas las pastoras<br />

le damos las gracias<br />

por la Navidad<br />

deseándole salud y suerte<br />

a toda su familia<br />

año venidero y prosperidad 38 .<br />

38 Josefa Morales, 24 de diciembre de 1949.<br />

El 18 de diciembre de 1952 mientras se dirigía<br />

a su casa en bicicleta desde el campo de fútbol<br />

sufrió una caída que le produjo fractura de cadera<br />

y la consiguiente hospitalización. Cuatro días más<br />

tarde el lunes <strong>22</strong> de diciembre, a consecuencia de las<br />

complicaciones surgidas, moría de forma imprevista<br />

este insigne maestro a la edad de 60 años. Llevaba 35<br />

años de ejercicio de su profesión y aún le quedaban diez<br />

años de fructífera labor en el magisterio público. A su<br />

entierro asistió todo el pueblo, en una impresionante<br />

manifestación de duelo, presidiendo el acto el alcalde<br />

Manuel Peña Baquero y demás autoridades locales y<br />

con la asistencia de representantes del deporte y del<br />

magisterio sevillano. Entre las numerosas coronas de<br />

flores que le acompañaron había una costeada por los<br />

niños de las escuelas nacionales. El féretro fue llevado<br />

a hombros por compañeros y amigos, dándose la<br />

circunstancia de que el comandante del puesto de<br />

la guardia civil pidió a la viuda permiso para que<br />

la Guardia Civil lo llevase a hombros en uno de los<br />

tramos, requerimiento al que accedió.<br />

Días más tarde, los dos principales equipos de<br />

fútbol de la capital, Real Betis y Sevilla F.C. lucían<br />

luto por el fallecido en el primer partido celebrado,<br />

dándose la circunstancia que no era socio de ninguno<br />

de los dos. También el deporte coriano quiso<br />

contribuir a recordar la figura de quien tanto había<br />

trabajado para desarrollarlo, con la celebración el 29<br />

de marzo de 1953 de un partido de fútbol entre el<br />

Sevilla F.C. y el Coria C. F. organizado como homenaje<br />

póstumo al hombre que dedicó lo mejor de su vida en<br />

bien del nombre de nuestro pueblo y de nuestro deporte,<br />

en palabras del presidente del club local Florencio<br />

Peña Luna.<br />

En 1956 en la celebración del IV Torneo de futbol<br />

Torre del Oro en Sevilla, se otorga un trofeo al club<br />

más deportivo con el nombre de Hipólito Lobato 39 .<br />

Pero sin desmerecer los logros que D. Hipólito<br />

consiguió para fomentar el deporte dentro y fuera<br />

de la localidad, tenemos que destacar que este<br />

coriano de adopción fue ante todo un extraordinario<br />

maestro, en el sentido más noble de la palabra, aquel<br />

que deja una huella imborrable en el alma de sus<br />

39 El Correo de Andalucía, 17 de agosto de 1956.


106<br />

<strong>Azotea</strong><br />

D. Hipólito se dirige a los asistentes al acto de inauguración de las viviendas, en presencia de las autoridades<br />

locales y provinciales.<br />

discípulos. D. Hipólito siempre pensó, en línea con<br />

los regeneracionistas, que la educación era un medio<br />

para sacar a España del atraso en la que se encontraba<br />

y que en esta labor de regeneración nacional el papel<br />

del maestro era fundamental. En la conferencia, ya<br />

citada, impartida en el Centro Popular Instructivo<br />

el 19 de mayo de 1927 con el título La escuela, el<br />

maestro y la educación afirmaba que de todos los<br />

factores que inciden en la labor educativa el principal<br />

es el maestro, pero<br />

maestros de sentimientos, que sientan el peso de la<br />

responsabilidad de su obra, maestros artistas que sepan<br />

modelar el espíritu de sus alumnos, maestros poetas<br />

que en el niño vean el canto de la vida; lo demás es<br />

secundario porque la escuela está donde esté el maestro,<br />

aunque sea debajo de un árbol 40 .<br />

Este era el ideal de maestro al que se acercó.<br />

Para él la falta de cultura era uno de los grandes<br />

problemas de nuestro país, por lo que España<br />

necesitaba personas formadas, y esta formación<br />

requería tanto la educación del cuerpo como la del<br />

espíritu, es decir, una educación integral. Por ello<br />

daba tanta importancia al ejercicio físico, a la práctica<br />

de los deportes, un aspecto<br />

descuidado en la educación<br />

de la época. En este<br />

aspecto coincidía con la<br />

prestigiosa Institución<br />

Libre de Enseñanza, un<br />

centro educativo fundado<br />

por eminentes profesores<br />

universitarios, que pretendía<br />

hacer hombres para<br />

contribuir al nacimiento<br />

de una nueva España, una<br />

España moderna, y en la que<br />

se daba gran importancia al<br />

fomento de la educación<br />

física.<br />

En D. Hipólito se<br />

produjo la feliz coincidencia<br />

de unas cualidades innatas<br />

para la enseñanza y una vocación para el magisterio<br />

que se manifestó desde edad muy temprana. De esta<br />

unión surgió un maestro ejemplar, que llevó adelante<br />

el objetivo de impartir una educación completa, una<br />

educación que no olvidaba ningún aspecto de la<br />

formación de los alumnos.<br />

Pero la mejor prueba del magisterio de este maestro<br />

es el testimonio de sus discípulos, de aquellos que<br />

tuvieron el privilegio de recibir su enseñanza. Juan<br />

Bautista Nieto Fernández en un artículo, escrito años<br />

después de su muerte, 41 aún recordaba con emoción<br />

las extraordinarias cualidades de aquel hombre<br />

para transmitir conocimientos, para dirigir y enderezar<br />

conductas y, lo que es más difícil, para sembrar en su<br />

pequeño mundo infantil el deseo de saber más.<br />

La mirada, las inflexiones de la voz, los gestos, la<br />

sonrisa, la interrogación repentina, los ejemplos y<br />

comparaciones, todo formaba un armonioso conjunto<br />

que establecía una corriente mágica entre educador y<br />

educando, a través de la cual fluían las ideas y los saberes.<br />

[. . .] Pero aún más que la formación intelectual hemos<br />

de agradecer a aquel gran hombre la formación moral:<br />

su concepto del deber, de la honradez, de la seriedad,<br />

40 El Liberal, ¿26? de mayo de 1927.<br />

41 <strong>Revista</strong> de Feria, Ayuntamiento de Coria del Río, septiembre de 1969.


<strong>Azotea</strong> 107<br />

de la puntualidad, de todo lo<br />

que hace del hombre un buen<br />

ciudadano y un miembro útil<br />

a la Sociedad.<br />

¿Y qué decir de su<br />

modestia, de su inteligencia<br />

y de su afán de servicio a los<br />

demás?.<br />

Numerosos testimonios<br />

podríamos aportar de<br />

aquellos que le conocieron,<br />

entre ellos éste de una<br />

persona cercana a la familia:<br />

Por eso los hombres<br />

como tú, como don<br />

Hipólito (Q.E.P.D.) son<br />

indispensables en las<br />

sociedades humanas. De nada vale el talento, ni el<br />

saber si no se ponen al servicio de grandes ideales.<br />

Pero los grandes ideales no son aquellos que nos<br />

seducen por el brillo aparente de las metas doradas<br />

que se proponen. El ideal más puro es el de ser bueno<br />

y honrado. Don Hipólito encaramado en un camión<br />

con una treintena de muchachos que van a jugar al<br />

fútbol en un partido de honor, agitando su entusiasmo<br />

juntamente con sus muchachones, se me antoja más<br />

grande que un estadista discutiendo en la O.N.U. los<br />

graves problemas internacionales. Un alma sencilla,<br />

diáfana, recta, sin dobleces, con un caudal inmenso<br />

de fe en sus semejantes, volcando a su alrededor la<br />

miel más pura de sus sentimientos cristalizada en una<br />

acción de bien común. Ese fue el maestro de Coria don<br />

Hipólito Lobato.<br />

Algún miope dirá: “Coria no sería ni más rica ni<br />

más pobre con o sin Don Hipólito.” Pero la riqueza<br />

permanente de un pueblo no está solamente en el<br />

desarrollo de sus posibilidades económicas. Está<br />

también, y esto es lo perdurable, en el ejemplo de almas<br />

sencillas que consagraron sus vidas para despertar en sus<br />

semejantes el valor eterno de los buenos sentimientos y de<br />

la conducta honrada. En crear, como diría un pedagogo,<br />

valores eternos en el alma de los hombres. Coria tendrá<br />

otros maestros, pero como don Hipólito, difícilmente.<br />

El féretro, con los restos mortales de D. Hipólito Lobato, sale de su casa en la calle Cervantes a hombros de<br />

familiares y amigos la tarde del <strong>22</strong> de diciembre de 1952.<br />

Esa riqueza que se apagó con su vida no ha de volver a<br />

recuperarla Coria 42 .<br />

Inmediatamente después de su muerte fueron<br />

numerosas las voces que se alzaron para perpetuar<br />

su nombre en el pueblo al que dedicó su vida. José<br />

Franco Alfaro, en una carta abierta dirigida al alcalde<br />

en mayo de 1953 solicitaba la construcción de un<br />

grupo escolar para niños, (como ya lo hiciera Hipólito<br />

en la inauguración del Grupo escolar Cervantes en<br />

1946) y, como una prueba de agradecimiento por la<br />

labor realizada en el pueblo durante tantos años, que<br />

éste llevara su nombre.<br />

Pero el proyecto tuvo que esperar. Sin embargo,<br />

como pasaba el tiempo y pesaba sobre el ánimo de<br />

muchos el sentimiento de la ingratitud, en diciembre<br />

de 1955 el Pleno del Ayuntamiento acordaba<br />

rotular con el nombre del Maestro Nacional fallecido,<br />

D. Hipólito Lobato, la glorieta de la fuente que existe el<br />

final del paseo Carlos de Mesa 43 .<br />

El 18 de julio del año siguiente, dentro de los<br />

actos celebrados para festejar el golpe militar, se<br />

descubría el rótulo<br />

42 GARCÍA SORIANO, MANUEL. Carta a su tío Manolo Lama (Timoteo).<br />

Tucumán, (Argentina), 21 de marzo de 1955. (Archivo familiar).<br />

43 AMCR, Actas de Pleno, libro n o 24, p. 38A.


108<br />

<strong>Azotea</strong><br />

que con el nombre de Maestro Hipólito Lobato se<br />

enaltece y perpetúa la memoria del que fue benemérito<br />

y ejemplar Maestro de educación primaria de esta<br />

villa 44 .<br />

En los años siguientes el recuerdo de este<br />

extraordinario maestro siguió en la memoria de<br />

la población. En su ánimo seguía vivo el deseo de<br />

recordarlo de forma permanente y muchos apoyaban<br />

la idea de dar su nombre al primer centro escolar para<br />

niños que se crease en Coria (hay que recordar que en<br />

esta época la separación de sexos en la escuela era total).<br />

Esta ocasión se presentó en 1960 cuando se termina<br />

la construcción de un grupo escolar de 4 unidades de<br />

niños en la calle Doctor Fleming y numerosos vecinos<br />

presentan una petición al Ayuntamiento solicitando<br />

se le denomine con el nombre de Hipólito Lobato.<br />

Sin embargo, la Corporación Municipal, presidida<br />

por Antonio Campos Peña se encontraba dividida,<br />

pues muchos querían hacer justicia a D a Josefa<br />

Navarro Zamora, maestra de párvulos que aún se<br />

encontraba en el servicio activo.<br />

El colegio siguió sin nombre hasta 1964 en el<br />

que un cambio en la alcaldía propició que el asunto<br />

volviera de nuevo a ser planteado. El 26 de noviembre<br />

de este año, el Ayuntamiento Pleno, presidido por<br />

José Alfaro Lama, acordaba que el centro escolar se<br />

denominase Grupo Escolar Maestro Hipólito Lobato<br />

y autorizaba al alcalde para adquirir y colocar el<br />

rótulo. La propuesta había partido del teniente de<br />

alcalde Estanislao Asián Peña al exponer<br />

que habiéndose terminado la construcción del<br />

Grupo escolar de niños, sito en calle Dr. Fleming de<br />

esta población, sin que hasta la fecha le haya sido fijada<br />

denominación alguna, creía que el nombre más apropiado<br />

para roturarlo era el del Benemérito Maestro fallecido<br />

Don Hipólito Lobato. Los méritos que adornaban<br />

a Don Hipólito [son] de todos conocidos, pues desde<br />

que llegó a Coria hace más de cuarenta años tuvo una<br />

dedicación constante por la enseñanza y lo demuestra el<br />

hecho de que por sus manos fueron moldeados Militares,<br />

Médicos, Licenciados, Maestros, etc. Sería interminable<br />

hablar de D. Hipólito y para perpetuar la memoria<br />

44 Boletín Municipal, julio de 1956. Como curiosidad diremos que a este acuerdo<br />

se opuso Manuel Estévez que ya en septiembre de 1936 había hecho lo mismo al<br />

ser sido elegido D. Hipólito para un cargo de responsabilidad.<br />

de este Benemérito Maestro, figura prócer que fue del<br />

Magisterio, proponía al Ayuntamiento que el referido<br />

Grupo Escolar fuera rotulado con el nombre de Maestro<br />

Hipólito Lobato 45 .<br />

De este modo se hacía justicia con una de las<br />

personalidades más destacadas en la vida cultural<br />

de Coria del Río. Sus extraordinarias cualidades<br />

pedagógicas y su labor cultural bien merecían un<br />

reconocimiento permanente. Por una vez el pueblo<br />

supo expresar su agradecimiento con uno de los<br />

mejores maestros que ha tenido Coria del Río. Ojalá<br />

su figura sea recordada durante muchos años 46 .<br />

45 AMCR, Actas de Pleno, libro 27, p. 5.<br />

46 En enero de 2018, el profesor de primaria Alejandro García Velázquez, alumno<br />

de D. Hipólito, le dedica el poema Cuando los niños cantaban, de su poemario<br />

Desde mi ventana, en el que recuerda las canciones que los niños cantaban en su<br />

escuela.


<strong>Azotea</strong> 109<br />

UN MÉDICO DE PUEBLO, LIBERAL Y HUMANISTA:<br />

EL DOCTOR LUIS YÁÑEZ-BARNUEVO DE LA MILLA<br />

Juan Antonio YÁÑEZ-BARNUEVO<br />

La familia Yáñez-Barnuevo García.<br />

De pie, de izquierda a derecha: Mª de los Ángeles, Juan Antonio, José María y Luis. Sentados: Carlos, Doña Angelita, Don Luis y Gonzalo.<br />

En el patio de la casa familiar de Coria, en el verano de 1956.<br />

Nota preliminar<br />

El autor desea subrayar el hecho de que, aunque sea él quien firme este artículo por haber coordinado su<br />

elaboración, a su preparación han contribuido, de distintas maneras, todos sus hermanos: Luis, José María,<br />

Ángeles, Gonzalo y Carlos. En particular, conviene resaltar la importante aportación de los tres hermanos médicos<br />

(Luis, José María y Carlos) a las partes de este trabajo que más directamente se refieren a la práctica médica de<br />

nuestro padre. Además, Carlos se ha ocupado de recabar documentación del Colegio Oficial de Médicos de<br />

Sevilla. La semblanza de nuestra madre que acompaña a la de nuestro padre se debe fundamentalmente a Luis<br />

y a Carlos. Asimismo, querríamos agradecer su colaboración a nuestro pariente, paisano y amigo Jesús Rivero<br />

Cárdenas, quien también ha aportado documentación e información relevante.


110<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Don Luis con su hijo Juan Antonio, paseando por la feria de Coria, en 1943.<br />

Durante más de medio siglo, el doctor<br />

Luis Yáñez-Barnuevo de la Milla<br />

(El Saucejo, 26 de noviembre de<br />

1906 – Coria del Río, 9 de agosto<br />

de 1987) consagró su vida profesional a cuidar<br />

de la salud y el bienestar de los habitantes de<br />

Coria del Río y de su entorno. Venido de fuera,<br />

se convirtió en un coriano más, entregó su vida<br />

a Coria y se vio recompensado con el afecto<br />

de sus paisanos, que siempre lo conocieron<br />

como don Luí o don Luín, con respeto y cariño<br />

a la vez, y que mucho después lo hicieron hijo<br />

adoptivo de Coria y dieron su nombre a la calle<br />

del pueblo donde tuvo su consulta durante<br />

varias décadas.<br />

El flamante médico, recién licenciado por<br />

la facultad de Medicina de Sevilla, llegó a<br />

Coria con 24 años, en septiembre de 1931,<br />

pocos meses después de que se proclamara la<br />

Segunda República en España. Cuando en esos<br />

mismos días se inscribió, como era preceptivo,<br />

en el Colegio de Médicos de Sevilla, donde le<br />

adjudicaron el número 1099 de los colegiados,<br />

ya indicó una dirección en Coria del Río como<br />

lugar de residencia, lo que mostraba desde el<br />

principio una decidida voluntad de arraigo y de<br />

entrega a su lugar de adopción. Venía a Coria<br />

lleno de ilusión y esperanzas, que se unían a los<br />

que despertaba la nueva República.<br />

Hombre de carnes enjutas –“asténico<br />

correoso”, como él mismo se motejaba– fue<br />

siempre extremadamente pulcro y cuidadoso de<br />

su persona y su atuendo, consciente como era<br />

del efecto que su aspecto había de causar en los<br />

pacientes y sus familiares. Como buen médico,<br />

se preocupaba constantemente por el aseo y la<br />

limpieza en todas las cosas, sin que faltaran los<br />

continuos lavados de manos antes y después de<br />

cada cura o reconocimiento. Durante casi toda<br />

su vida vistió de manera muy formal, con traje<br />

de tres piezas y mascota en invierno y traje de<br />

lino blanco y panamá en verano, indumentaria<br />

que solía llevar incluso en las raras veces que<br />

bajaba a la playa acompañando a su familia.<br />

Aunque de ideas progresistas y avanzadas<br />

en los terrenos político y económico, en lo<br />

personal y social tendía a actitudes estrictas y<br />

tradicionales. Podía decirse de él, en suma, que<br />

era un hombre de ideas modernas si bien un<br />

tanto chapado a la antigua.


<strong>Azotea</strong> 111<br />

El joven Luis había nacido en El Saucejo, un<br />

pequeño pueblo de la Sierra Sur de la provincia de<br />

Sevilla, de donde era su madre Dolores, mientras<br />

que su padre, José María, provenía de la principal<br />

población de la zona, la histórica ciudad de Osuna.<br />

Se trataba de una familia de abolengo, con orígenes<br />

cercanos en Antequera y más lejanos en Soria, y que<br />

contaba con una extendida parentela en Osuna y su<br />

comarca. La temprana muerte del padre dejó a la<br />

viuda en una delicada situación, con cuatro hijos<br />

pequeños a su cargo. A pesar de todo, Dolores fue<br />

capaz, con gran tenacidad, de salir adelante y dar<br />

educación a sus hijos, el menor de los cuales era<br />

Luis, el único de ellos que llegó a cursar una carrera<br />

universitaria.<br />

Fue precisamente en Osuna donde Luis comenzó<br />

sus estudios secundarios, en el colegio que entonces<br />

albergaba el clásico edificio de la antigua Universidad<br />

que en siglos pasados funcionó en aquella ciudad y<br />

que hoy aloja un Centro Universitario dependiente<br />

de la Universidad de Sevilla. Más adelante prosiguió<br />

esos estudios en el Colegio de San Luis Gonzaga,<br />

de Sevilla, y en 1926 revalidó con excelentes notas<br />

los estudios cursados como alumno libre colegiado<br />

mediante el correspondiente examen de bachillerato<br />

en el Instituto General y Técnico de Sevilla<br />

(actualmente, I. E. S. San Isidoro).<br />

Para entonces, Luis había entrado en contacto con<br />

una persona que indudablemente debió de influir en<br />

su vocación por la Medicina y que seguiría siendo<br />

un íntimo amigo y compañero durante el<br />

resto de sus vidas: el Dr. Gonzalo Romero<br />

Escacena, quien en esos años ejerció<br />

como médico en El Saucejo y pronto se<br />

convirtió en miembro de la familia al<br />

casarse con Pura, la única hermana. El<br />

hecho es que Luis decidió matricularse<br />

en 1926 en la Facultad de Medicina de<br />

Sevilla, donde prosiguió sus estudios con<br />

buen aprovechamiento, teniendo entre<br />

otros maestros a los notables catedráticos<br />

don Miguel Royo y don Antonio Cortés,<br />

eminencias de la medicina sevillana<br />

durante décadas. Como complemento de<br />

su formación, efectuó asimismo un cursillo<br />

de partos y ginecología en la Maternidad de<br />

Santa Cristina, en Madrid.<br />

Todo ello no le impidió participar en las<br />

actividades desarrolladas por el movimiento<br />

estudiantil contrario a la Dictadura del general<br />

Primo de Rivera, que lideraba la F. U. E. (Federación<br />

Universitaria Escolar). En esta toma de posición<br />

política, además del ambiente predominante entre<br />

los estudiantes de la época, debió de influir también<br />

la clara actitud adoptada por su hermano Antonio,<br />

militar de carrera, quien participó activamente en el<br />

movimiento de los artilleros frente a la Dictadura,<br />

que fue un factor de considerable importancia en<br />

la pérdida de apoyos de Primo de Rivera entre el<br />

generalato y, en definitiva, en su dimisión y exilio en<br />

1930. Fue el preludio al advenimiento de la Segunda<br />

República tras las elecciones municipales de abril de<br />

1931, cuando una mayoría de electores volvió la<br />

espalda al régimen monárquico.<br />

El joven médico llegó a Coria pocos meses<br />

después, animado por un compañero suyo que lo<br />

había intentado pero que, por razones personales, se<br />

había visto obligado a renunciar. Instaló su primera<br />

consulta en un lugar muy céntrico, en el número<br />

65 de la calle Cervantes, conocida por todos los<br />

corianos como la “Calle Larga”, precisamente en el<br />

mismo edificio que albergaba la centralita telefónica<br />

del pueblo. Quizá por eso tuvo uno de los primeros<br />

números de teléfono de Coria: el número 10, que<br />

con diversos prefijos añadidos por la Compañía<br />

Telefónica continuó usando durante muchas<br />

décadas. Fue el comienzo de una larga y estrecha<br />

relación entre Don Luis, Coria y los corianos.<br />

Don Luis y Doña Angelita con su hijo mayor en el Prado de Coria, en 1943.


112<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Desde el comienzo, el Dr. Yáñez-Barnuevo,<br />

aunque utilizando métodos y técnicas modernas,<br />

practicó su profesión “a la antigua”: una medicina<br />

general, casi sin límites en cuanto a los diversos<br />

aspectos que afectaran a la salud de sus pacientes;<br />

una medicina libre y privada, sin apoyaturas ni<br />

cortapisas oficiales o institucionales; una medicina<br />

humanista, de proximidad a los enfermos y sus<br />

familias, basada en el conocimiento personal y en<br />

la confianza mutua; una medicina de entrega y<br />

dedicación casi absolutas, en la disponibilidad y en<br />

los horarios sin límites, en función de las urgencias<br />

y de los desplazamientos hasta los lugares más<br />

apartados de la comarca, incluyendo las extensas<br />

Marismas del Guadalquivir.<br />

Hombre de pueblo, con raíces familiares en las<br />

tareas del campo, dotado de una gran curiosidad<br />

por todos los aspectos de la actividad humana y<br />

una empatía poco común por sus semejantes de<br />

las más diversas extracciones, don Luis se adaptó<br />

rápidamente al entorno de Coria y su vega, tan<br />

distinto de su sierra originaria, y se convirtió en un<br />

coriano más en todos los aspectos, sin dejar por ello<br />

de mantener su personalidad irrepetible.<br />

Todo ello le hizo ganarse no sólo una amplia y<br />

variada clientela, formada por gentes de todas las<br />

clases sociales, sino también la consideración y el<br />

aprecio del conjunto de los corianos. Al lado de<br />

su intensa actividad profesional, el nuevo médico<br />

anudó sólidas y duraderas amistades, se involucró<br />

en la vida social, lúdica y cultural del pueblo en sus<br />

distintas facetas, fuese en las calles, bares y cafés, en el<br />

estadio del Coria C. F. o en el Centro Republicano,<br />

del que se hizo socio. Al propio tiempo, cuidó de<br />

mantener los contactos con reputados especialistas<br />

de Sevilla para los casos delicados que requirieran<br />

su remisión para examen o tratamiento apropiados.<br />

Para el Dr. Yáñez-Barnuevo, identificado con<br />

la II República y en particular con su principal<br />

Don Luis, el tercero por la izquierda; junto a José Marcial Dorado, diputado por el Partido Republicano Radical, en la conferencia que éste<br />

impartió en la sede del Centro Popular Instructivo, el 10 de enero de 1933.


<strong>Azotea</strong> 113<br />

Don Luis, cuarto por la derecha junto a Luis Ramírez Palma, el entonces alcalde, y otras personas conocidas en una exposición de pintura del<br />

artista coriano Manolo Martínez, en el Centro Popular Instructivo en 1933.<br />

exponente, el Presidente Manuel Azaña, el<br />

levantamiento militar de 1936 y la consiguiente<br />

Guerra Civil resultaron, como para tantos otros de<br />

su generación, un choque traumático que le dejó<br />

marcado para el resto de su vida, en lo personal, en<br />

lo familiar y en lo colectivo. En Coria y en Sevilla<br />

tuvo que vivir de cerca la violenta represión y el<br />

terror impuesto por los rebeldes victoriosos bajo<br />

la égida del general Queipo de Llano, convertido<br />

en verdadero “virrey de Andalucía”, que costó la<br />

vida a más de dos centenares de corianos y a un<br />

amigo y convecino excepcional: el notario de Coria<br />

y fundador del ideal andaluz, Blas Infante.<br />

Lo que fue aun más duro para él en lo personal<br />

es que durante el verano de 1936 perdió a sus<br />

dos hermanos mayores en circunstancias trágicas:<br />

Antonio, el artillero, fusilado en Cádiz tras un<br />

simulacro de juicio sumarísimo por el supuesto<br />

delito de “rebelión militar”, debido a que se enfrentó<br />

resueltamente a los sublevados por fidelidad al<br />

régimen constitucional; y el primogénito, Juan,<br />

labrador, padre de cinco hijos de corta edad,<br />

asesinado en El Saucejo sin ningún tipo de juicio,<br />

simplemente por haberse solidarizado con la gente<br />

del pueblo, opuesta igualmente a la rebelión. Luis,<br />

fiel a la memoria de sus dos hermanos y lo que ellos<br />

representaban, tuvo durante décadas los retratos<br />

de ambos en lugar prominente de su despacho de<br />

médico, de manera que todos los que acudían a<br />

su consulta podían conocer cómo sentía y cómo<br />

pensaba.<br />

Aunque todo el mundo en Coria sabía de sus<br />

convicciones y sentimientos, y sin duda debió de<br />

pasar por momentos apurados, lo cierto es que no<br />

llegó a ser detenido ni directamente amenazado.<br />

Hay que tener en cuenta que siempre se preció


114<br />

<strong>Azotea</strong><br />

de atender a cualquier persona que requiriera sus<br />

servicios, sin distinciones de ningún tipo, conforme<br />

al juramento hipocrático, también presente en su<br />

despacho. En aquel tiempo se corrió por Coria la<br />

voz de que uno de los principales represores en el<br />

pueblo había amenazado con “llevarse por delante<br />

a cualquiera que osara tocarle un pelo a don Luis”.<br />

Probablemente algo así debió de contribuir a que<br />

saliera con bien de aquella coyuntura tan dramática.<br />

También debió de ayudar el hecho de que<br />

Luis fuera movilizado para desarrollar labores de<br />

Sanidad Militar en la unidad que le correspondía:<br />

el Regimiento de Infantería de Granada número 6,<br />

que estuvo desplegado durante el resto de la guerra<br />

en el frente de la Serranía de Córdoba. Mientras se<br />

encontraba allí, recibió ofrecimientos para hacer<br />

cursillos para el acceso al grado de oficial, pero él<br />

prefirió continuar con su trabajo sanitario como<br />

soldado de a pie, por no querer asumir ninguna<br />

responsabilidad de mando en el Ejército llamado<br />

Nacional. En cualquier caso, sus tareas en la Sanidad<br />

Militar, si bien le exponían a los riesgos propios del<br />

frente bélico, a la vez le protegían de las asechanzas<br />

de la retaguardia, incluso más peligrosas en aquellos<br />

tiempos tan trágicos.<br />

Al final de la guerra, todavía hubo Luis de<br />

someterse a un preceptivo proceso de depuración<br />

político-social por parte del Colegio de Médicos<br />

de Sevilla, conforme a las normas establecidas<br />

por el Ministerio de la Gobernación del nuevo<br />

régimen dictatorial. Como todos sus compañeros, a<br />

comienzos de 1940 tuvo que presentar en el Colegio<br />

una declaración jurada contestando un extenso<br />

y detallado cuestionario, lo que hizo de forma<br />

sumaria y con evasivas, salvo en lo que concernía a<br />

los servicios sanitarios prestados durante la guerra.<br />

Con todo, la resolución del expediente se dilató a<br />

lo largo de un año porque el Colegio había recibido<br />

entre tanto un oficio (sin firma) de la Falange de<br />

Sevilla, basado en informes recibidos desde Coria,<br />

en que se le calificaba de “simpatizante de las<br />

izquierdas” (lo que indudablemente era así) e incluso<br />

se le imputaba haber sido “directivo del Centro<br />

Popular Instructivo Obrero, donde últimamente<br />

predominaban los elementos anarquistas” (algo<br />

bastante más dudoso pero que, de haber sido cierto,<br />

hubiera probablemente acarreado su inhabilitación<br />

Foto de boda, en abril de 1941.<br />

o algún otro tipo de sanción grave). Sin duda Luis<br />

pudo aclarar ese punto tan delicado para él, porque<br />

el expediente se cerró en marzo de 1941 con la<br />

calificación de “favorable” que, sin llegar a la de<br />

“adicto a la Causa Nacional”, le permitía seguir<br />

ejerciendo como médico.<br />

Fue aquel un periodo muy difícil y angustioso<br />

para la gran mayoría de los corianos y de los demás<br />

habitantes de la comarca. No en vano la postguerra<br />

se conoció popularmente como los “años del<br />

hambre”, años en que mucha gente carecía casi de<br />

todo y se pasaban todo tipo de privaciones. Ello<br />

repercutía también en la práctica médica, por el<br />

enorme aumento de los casos de desnutrición o<br />

avitaminosis, con todas sus consecuencias derivadas,<br />

y la necesidad experimentada por un médico con<br />

la conciencia de don Luis no sólo de atender a


<strong>Azotea</strong> 115<br />

muchos pacientes sino también de proporcionarles<br />

medicamentos, todo ello de manera gratuita en un<br />

elevado número de casos.<br />

Bastantes años después, por el testimonio de<br />

un superviviente, se supo que en aquel tiempo don<br />

Luis fue requerido por el coronel jefe del campo de<br />

concentración de Los Merinales (también conocido<br />

vulgarmente como de “Los Melonares”), situado<br />

al otro lado del río a la altura de Coria, ante la<br />

preocupación que sentía por la proliferación de<br />

enfermedades y el elevado índice de mortalidad<br />

entre los presos políticos que construían el canal de<br />

regadío del Bajo Guadalquivir. Tras explorar a varios<br />

presos y estudiar sobre el terreno las condiciones en<br />

que vivían los prisioneros, el dictamen del doctor fue<br />

terminante: “Lo que hace falta es que estos hombres<br />

estén mejor alimentados y que descansen más;<br />

solo con eso mejorarán sus condiciones sanitarias<br />

y morirán menos”. Según aquel testigo, a partir de<br />

aquella visita se comenzó a notar el cambio en el<br />

trato que recibían y en su situación general.<br />

En medio de aquel periodo tan deprimente, el<br />

Dr. Yáñez-Barnuevo dio un giro fundamental en su<br />

vida, porque en abril de 1941 contrajo matrimonio<br />

con Ángeles García Palacios en la iglesia de San<br />

Isidoro de Sevilla. Ángeles, natural de Guadalcanal,<br />

en la Sierra Norte de la provincia, había ejercido<br />

como maestra nacional en Coria durante la<br />

República hasta que fue destituida en 1936 por<br />

orden sumaria y arbitraria de los rebeldes y sometida<br />

luego a un expediente de depuración del Magisterio<br />

que resultó en su suspensión temporal de empleo<br />

y sueldo y en su traslado forzoso a Mairena del<br />

Alcor. Mientras tanto, Ángeles había perdido a su<br />

novio, José Carmona Carranza, también médico,<br />

asesinado por los sublevados en el verano de<br />

1936. Los evidentes paralelos entre las dramáticas<br />

circunstancias vividas por Ángeles y Luis en aquel<br />

trágico periodo, junto con las amistades comunes<br />

que ambos mantenían – entre las que destacaba la de<br />

la familia del farmacéutico de Coria, don Mariano<br />

Olivera Navarro -, debieron de acercarles y servirles<br />

de acicate para formar una nueva familia.<br />

A raíz del matrimonio, Luis y Ángeles<br />

establecieron su domicilio familiar, así como<br />

la consulta médica, en una vivienda alquilada<br />

en la calle de la Iglesia, justo al lado de la iglesia<br />

parroquial de Nuestra Señora de la Estrella. En esa<br />

casa, entre 1942 y 1947, nacieron tres hijos y una<br />

hija, los cuatro mayores del total de seis hijos que<br />

llegaron a tener. A comienzos de 1948 se trasladaron<br />

a una casa propia, recién edificada conforme a sus<br />

indicaciones, en el número 5 de la calle Sevilla (que<br />

actualmente lleva el nombre de Doctor Luis Yáñez-<br />

Barnuevo de la Milla), a dos pasos del lugar donde<br />

había comenzado su ejercicio médico en Coria. En<br />

esa casa nacerían dos hijos más entre 1952 y 1954<br />

y sería su hogar y lugar de trabajo definitivo, por el<br />

resto de sus vidas.<br />

Aquella casa, hoy desaparecida, fue el centro de<br />

la vida de la familia Yáñez-Barnuevo durante varias<br />

décadas. Constaba de dos cuerpos principales: el que<br />

daba a la calle Sevilla, dedicado a la consulta médica,<br />

y el consagrado a la vivienda familiar, con puerta a<br />

la calle Mogador (hoy llamada Tres de Abril). Entre<br />

Paseando por las Ramblas de Barcelona durante su viaje de bodas<br />

en abril de 1941


116<br />

<strong>Azotea</strong><br />

ambas partes había un amplio patio, fuente de luz<br />

para toda la casa, esbozo de jardín con multitud de<br />

plantas y flores cuidadas con esmero por Ángeles,<br />

e incluso, recubierto de un toldo en verano, una<br />

suerte de sala de estar y de recibo para toda clase de<br />

visitantes, tanto corianos como forasteros.<br />

La consulta médica constaba de cuatro estancias:<br />

aparte del zaguán con cancela, la sala de espera, el<br />

despacho del Dr. Yáñez-Barnuevo –que daban a la<br />

calle–, la sala de curas y la habitación para el aparato<br />

de rayos X (uno de los primeros que se instalaron en<br />

Coria), que daban al patio. Durante mucho tiempo,<br />

esas estancias, en particular la sala de espera, solían<br />

estar abarrotadas de pacientes y familiares, no<br />

siendo excepcional que también ocupasen el zaguán<br />

e incluso que esperasen turno en la acera de la calle.<br />

En su despacho, don Luis iba recibiendo a los<br />

pacientes con las más variadas afecciones de lo que<br />

se denomina como medicina interna: problemas<br />

de corazón, sistema digestivo, pulmón y vías<br />

respiratorias, riñón y vías urinarias, etc. En la sala<br />

de curas, practicaba labores de cirugía menor de<br />

urgencia, atendiendo a personas que habían sufrido<br />

heridas, fracturas o luxaciones como resultado de<br />

accidentes del trabajo –frecuentemente, jornaleros<br />

del campo o aceituneras de los almacenes de<br />

conservas– o bien de accidentes domésticos o de<br />

tráfico u otros incidentes de la vida corriente en una<br />

zona tan activa como la de Coria.<br />

En estas tareas de cirugía menor y de urgencia,<br />

don Luis tenía siempre la eficaz ayuda de un<br />

colaborador de la máxima confianza, en la persona<br />

de un practicante (actualmente, ATS), primero<br />

Antonio García Farfán y luego su hijo Ángel García<br />

Velázquez (conocido por todo el mundo en Coria<br />

como Ángel el practicante) que por su carácter<br />

animoso y su saber hacer se convirtió en mucho<br />

más que un competente auxiliar: era en realidad un<br />

confidente y un amigo, en muchas ocasiones casi en<br />

un alter ego.<br />

Por añadidura, todo el resto de la familia<br />

coadyuvaba en las tareas de la consulta según<br />

resultara necesario. La primera de todos, la esposa,<br />

Ángeles, que encima de sus tareas educativas y<br />

domésticas como madre de familia numerosa,<br />

se entregó a ayudar en las tareas médicas, sobre<br />

todo cuando el trabajo más agobiaba a don Luis.<br />

Además de echar una mano en la consulta cuando<br />

hacía falta, tomaba nota de los avisos para las<br />

visitas domiciliarias e incluso opinaba con tino en<br />

discusiones privadas sobre casos clínicos en curso.<br />

Los hijos, a medida que fueron haciéndose mayores,<br />

especialmente aquellos en los que se despertaba la<br />

vocación médica, también arrimaban el hombro<br />

acompañando a don Luis en las visitas domiciliarias,<br />

preparando partes de altas o bajas o auxiliando en el<br />

cuarto de radiografías.<br />

Por las tardes, al finalizar las tareas en la consulta,<br />

don Luis realizaba una ronda diaria de visitas<br />

domiciliarias para aquellos enfermos que por su<br />

edad, condiciones físicas o estado de gravedad no<br />

podían desplazarse hasta el despacho del médico.<br />

Cada ronda podía comprender entre diez y quince<br />

visitas, frecuentemente en diversos barrios del<br />

pueblo o sus inmediaciones. Durante años, don<br />

Luis efectuaba esa ronda a pie, caminando a grandes<br />

zancadas y saludando a diestro y siniestro a amigos<br />

o conocidos; más tarde, cuando el caserío de Coria<br />

se hizo demasiado extenso como para cubrirlo<br />

andando, empleaba un coche pequeño que pudiese<br />

acceder a cualquier lugar y no tuviera demasiados<br />

problemas de estacionamiento. En un caso como<br />

en el otro, le gustaba siempre ir acompañado por<br />

alguno de los hijos, para ir conversando sobre los más<br />

diversos temas que ocuparan su atención, estuvieran<br />

o no relacionados con la actividad sanitaria.<br />

En aquellos años, muchas familias de Coria y<br />

sus alrededores vivían todavía en condiciones muy<br />

modestas, o incluso de extrema pobreza. En el<br />

casco urbano eran numerosos los patios de vecinos,<br />

infraviviendas comunales en que cada familia<br />

disponía apenas de una pequeña alcoba donde<br />

dormían los padres y los hijos pequeños y una<br />

cocina-comedor donde dormían otros miembros de<br />

la familia. Los sanitarios eran comunitarios y solían<br />

encontrarse en un extremo del patio. En las afueras<br />

del pueblo o en los alrededores se encontraban<br />

barrios de chabolas o de chozas, frecuentemente<br />

con el suelo de tierra y sin apenas ventanas y, por<br />

supuesto, sin agua corriente ni sanitarios dignos<br />

de ese nombre. Es evidente que las deficientes<br />

condiciones higiénico-sanitarias en que vivía buena<br />

parte de la población, unida al déficit alimenticio


<strong>Azotea</strong> 117<br />

según las épocas y la disponibilidad de trabajo,<br />

estuvieran en el origen de muchos estados carenciales<br />

y enfermedades endémicas, lo que era causa de<br />

constante frustración para los facultativos de Coria<br />

y concretamente para el Dr. Yáñez-Barnuevo.<br />

La mayor parte de los días, don Luis no se<br />

retiraba hasta bastante tarde por la noche, pero<br />

ni aun así terminaba siempre la actividad. Aparte<br />

de que dedicaba parte de su tiempo a estudiar en<br />

libros y revistas médicas los casos más difíciles que<br />

tenía pendientes, era frecuente que de madrugada<br />

lo llamaran para una urgencia. En muchos casos,<br />

los familiares angustiados golpeaban en la puerta de<br />

la vivienda requiriendo a don Luis para acudir de<br />

inmediato a fin de atender un parto complicado,<br />

un abdomen agudo o un accidente grave. A veces<br />

llegaban en coche o con caballos para facilitar su<br />

desplazamiento a lugares lejanos, fuese al otro lado<br />

del río, a una hacienda del Aljarafe o a las dehesas<br />

de Isla Mayor.<br />

En efecto, el radio de acción de la práctica<br />

médica de don Luis no se limitaba a Coria y su<br />

término, sino que abarcaba también a pueblos<br />

Día de feria con sus dos hijos mayores, en 1943.<br />

próximos como La Puebla, Almensilla, Palomares,<br />

Gelves e incluso la más lejana Isla Mayor, con los<br />

poblados de El Puntal, Alfonso y el Rincón de<br />

los Lirios, en las marismas del Guadalquivir. En<br />

aquella época, la población de la Isla era escasa y<br />

dispersa, viviendo en general en chozos de cañizo<br />

entre las cada vez mayores extensiones de cultivo<br />

de arroz. Durante los primeros tiempos de ejercicio<br />

de don Luis, no había allí ningún médico residente<br />

y por eso la gente de aquella zona acudía a él con<br />

frecuencia. Fue entonces cuando identificó y<br />

contribuyó a combatir la prevalencia del paludismo<br />

y otras enfermedades endémicas que hacían estragos<br />

entre la población, que iba incrementándose con<br />

emigrantes provenientes de Valencia, Extremadura<br />

o de otras zonas de Andalucía.<br />

Yendo aun más allá, la fuerza de atracción de la<br />

consulta de la calle Sevilla se ejercía sobre un número<br />

nada despreciable de familias de su pueblo natal,<br />

El Saucejo, que solían venir en grupos numerosos<br />

a Coria varias veces al año en grandes coches de<br />

alquiler, además cargados de presentes, a fin de que<br />

don Luis los reconociese y atendiese como médico


118<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Paseando en un coche descapotable por el Real de la Feria de Sevilla, junto con Amparo Chaves, sobrina de Doña Angelita, en 1953.<br />

y probablemente también que escuchase sus cuitas<br />

como labradores o ganaderos de las tierras serranas.<br />

En esos casos, don Luis sabía que tenía que ejercer<br />

no solo como médico sino igualmente como<br />

consejero cuya opinión era escuchada con respeto<br />

en cuanto provenía de un paisano que se había<br />

labrado una posición eminente fuera del pueblo de<br />

origen. Durante muchos años mantuvo esa relación<br />

de confianza mutua que ha hecho que hoy, además<br />

de Coria, también El Saucejo tenga una calle a su<br />

nombre.<br />

La práctica médica del Dr. Yáñez-Barnuevo, que<br />

comenzó siendo de tipo privado, mediante el ejercicio<br />

libre combinado con las antiguas igualas, de carácter<br />

familiar o por entidades gremiales, fue completándose<br />

con otras formas más institucionalizadas, como lo<br />

suponían los acuerdos con compañías aseguradoras<br />

de accidentes de trabajo o de otra índole o con<br />

montepíos o mutualidades de asistencia sanitaria. A<br />

ello se agregó, a partir de los años 50, una dedicación<br />

a la medicina de empresa que ejerció en los almacenes<br />

de aderezo y conservas de aceitunas de mesa que<br />

entonces existían en Coria (el almacén de la familia<br />

Ramírez, con la marca El Pollo, y el conocido como<br />

Nuevo, de la familia Colchero), lo que implicaba,<br />

entre otras cosas, efectuar reconocimientos<br />

periódicos del personal de esas industrias – en su<br />

mayoría mujeres -, supervisar el funcionamiento de<br />

las respectivas enfermerías y recomendar medidas de<br />

seguridad e higiene en el trabajo, de conformidad<br />

con la legislación en vigor al respecto.<br />

Más adelante, ya al filo de la década de los<br />

años 60, don Luis se incorporó al cuadro médico<br />

del Seguro Obligatorio de Enfermedad (S. O. E.),<br />

algo a lo que había venido resistiéndose por varias<br />

razones, fundamentalmente por temor a perder su<br />

autonomía como médico de ejercicio libre. Con<br />

todo, finalmente reconoció que la nueva situación<br />

presentaba claras ventajas, como la posibilidad de<br />

remitir enfermos con graves dolencias a hospitales<br />

de mayor capacidad y con mejores medios, en<br />

particular el entonces conocido como García<br />

Morato (actualmente Virgen del Rocío) que acababa<br />

de ser construido en Sevilla. Con ello, dedicó cada<br />

día varias horas a pasar consulta en el ambulatorio<br />

del S. O. E. (en la actualidad, Centro de Salud), que<br />

en aquellos tiempos se instaló donde anteriormente<br />

había estado ubicada la estación del tranvía en


<strong>Azotea</strong> 119<br />

Coria, en la avenida entonces llamada del Conde<br />

de Villacreces (actualmente, avenida de Andalucía).<br />

En muchas ocasiones, esa consulta resultaba<br />

frustrante para don Luis porque se producía una<br />

gran acumulación de pacientes, a cada uno de los<br />

cuales no podía dedicar todo el tiempo y la atención<br />

que él consideraba necesarios para la buena práctica<br />

de la medicina.<br />

Porque don Luis era un adepto de la tradicional<br />

escuela de la medicina “humanista”, basada en una<br />

relación estrecha y de confianza entre el facultativo<br />

y el paciente que requería sus servicios. A menudo<br />

repetía la conocida máxima “No hay enfermedades,<br />

sino enfermos”, que él tomaba del Dr. Gregorio<br />

Marañón, aunque al parecer éste la había recogido<br />

del fisiólogo francés Claude Bernard. Y siempre que<br />

podía aplicaba ese adagio al interrogar y escuchar<br />

atentamente al paciente (y a menudo a sus familiares),<br />

interesándose no solo por su estado de salud y cómo<br />

se sentía y de qué se quejaba, sino también por sus<br />

antecedentes personales y familiares, su modo de<br />

vida, sus costumbres alimentarias y de otro tipo,<br />

sus ocupaciones profesionales y todo lo que podía<br />

contribuir a hacerse una idea completa de lo que<br />

pudiera afectar a la persona que tenía delante. Solo así,<br />

sostenía, podía hacerse un diagnóstico aproximado,<br />

que luego trataba de confirmar o descartar<br />

mediante los correspondientes reconocimientos y<br />

exámenes practicados en la consulta (o en la visita<br />

domiciliaria), completados por los análisis clínicos<br />

que encargaba al farmacéutico Mariano Olivera<br />

Delmás, en quien tenía plena confianza.<br />

Mediante ese procedimiento, que lógicamente<br />

tomaba un cierto tiempo con cada paciente, rara<br />

vez le falló lo que entonces se llamaba el “ojo<br />

clínico” por el que llegó a ser conocido, y no solo<br />

en Coria y su comarca sino en la propia Sevilla,<br />

adonde enviaba a los enfermos que requerían un<br />

examen más especializado o un tratamiento de<br />

nivel hospitalario. Según el testimonio de Ángel<br />

García, confirmado por otras fuentes, su maestro D.<br />

Miguel Royo, famoso cirujano que fue decano de la<br />

Facultad de Medicina de Sevilla, cuando recibía en<br />

el Hospital de las Cinco Llagas un enfermo remitido<br />

por don Luis para ser intervenido, sin entretenerse<br />

en reconocerlo para verificar el diagnóstico, solía<br />

exclamar: “Si nos lo manda el Dr. Yáñez, ¡derecho<br />

al quirófano!”<br />

Junto al Profesor Don José Luis Asián Peña y señora en un acto social a comienzos de los años 50.


120<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Situado en el centro apoyado sobre los hombros de su esposa en las Bodas de plata de la promoción médica.<br />

Otro rasgo relevante del enfoque de la práctica<br />

médica de don Luis era su convicción de que el<br />

principal protagonista del proceso curativo era el<br />

propio paciente, con la ayuda de la naturaleza,<br />

de su entorno familiar y, hasta cierto punto, del<br />

facultativo que lo trataba. Para él, la curación<br />

dependía en tal grado del enfermo, de sus actitudes<br />

y predisposiciones y de su voluntad de vivir y salir<br />

adelante, que a menudo sentenciaba: “Los enfermos<br />

se curan muchas veces a pesar de los médicos”. De<br />

ahí que, aunque recetaba medicamentos cuando<br />

eran realmente necesarios, criticase la tendencia a<br />

la sobre-medicación, cada vez más extendida, al ser<br />

muy consciente de los efectos secundarios e incluso<br />

peligros inherentes a muchos de ellos. Desde<br />

muy pronto receló del abuso de los antibióticos,<br />

previendo – como efectivamente ocurrió – que ello<br />

conduciría a su progresiva ineficacia.<br />

Esa atención y preocupación por el enfermo que<br />

sentía don Luis era obviamente captada con gran<br />

sensibilidad por sus pacientes. Como botón de<br />

muestra, se puede citar la frase oída, muchos años<br />

más tarde, por uno de sus hijos, también médico,<br />

que trabajaba en un hospital de Sevilla, donde se<br />

encontraba ingresada una mujer de Coria. Ésta le<br />

recordó cómo su padre se ocupaba de sus pacientes<br />

y se desvivía por ellos, buscaba especialista si no<br />

podía resolver un caso por sí solo y hacía todo lo<br />

humanamente posible por procurar la curación del<br />

enfermo. Hasta tal punto, afirmaba la mujer, que<br />

“si don Luis nos decía que ya no se podía hacer<br />

más, entonces ya nos moríamos tranquilos” (sic).<br />

El espíritu de responsabilidad de don Luis<br />

para con sus pacientes llegaba al grado de que,<br />

cuando tomaba algún período de vacaciones –<br />

normalmente de corta duración y casi siempre<br />

para viajes -, se ocupaba con mucho cuidado<br />

de la selección, formación y presentación de<br />

los jóvenes médicos, normalmente de Sevilla,<br />

a quienes dejaba encargados de la “sustitución”<br />

temporal en la consulta. Así, después de haberse<br />

asegurado de que la persona seleccionada cumplía


<strong>Azotea</strong> 121<br />

sus exigentes requisitos, se hacía acompañar por<br />

el joven facultativo tanto en la consulta como en<br />

las visitas domiciliarias a lo largo de varios días,<br />

a fin de que los pacientes conocieran al sustituto<br />

y éste, a su vez, tuviera una idea más clara de lo<br />

que de él se esperaba. Normalmente, durante esos<br />

períodos, esos sustitutos se alojaban y comían en<br />

la casa familiar, eran considerados como miembros<br />

temporales de la familia y muchos de ellos siguieron<br />

siendo durante mucho tiempo amigos cercanos de<br />

don Luis, como fue el caso, en particular, del Dr.<br />

Ramón Ginés, quien repitió sustitución en varias<br />

ocasiones.<br />

Por otro lado, don Luis procuraba mantenerse<br />

siempre al día en los temas médicos y asistenciales<br />

mediante sus lecturas de la literatura científica y<br />

los contactos con reputados especialistas de Sevilla,<br />

muchos de los cuales eran sus amigos, además de<br />

colegas admirados: entre otros, internistas como<br />

Andreu Urra, Villar Caso o Palma Alonso, cirujanos<br />

como Cortés, Pujol o Loscertales, ginecólogos como<br />

Bedoya o Tous, otorrinos como Alemán o analistas<br />

como Bolinches. Con varios de ellos mantuvo don<br />

Luis durante años una tertulia que se reunía con<br />

cierta regularidad en la Librería Internacional de<br />

Lorenzo Blanco, que se encontraba al lado de la<br />

Plaza del Salvador, de Sevilla, y que fue durante<br />

décadas una referencia para la intelectualidad<br />

sevillana, entre otras cosas porque durante la<br />

dictadura allí se podían encontrar “bajo cuerda”<br />

obras prohibidas por el Régimen y que llegaban<br />

desde París o Buenos Aires, entre otros lugares.<br />

Otra frase conocida que le gustaba repetir a<br />

don Luis era el aforismo “El médico que sólo de<br />

medicina sabe ni siquiera sabe medicina”, que<br />

había enunciado el notable patólogo clínico,<br />

a la vez que humanista, José de Letamendi. Fiel<br />

a ese predicado, don Luis se interesaba por las<br />

variadas materias, en particular aquellas que<br />

podían ayudarle a mejor entender los modos de<br />

vida, costumbres e inclinaciones de sus pacientes<br />

de Coria y su comarca. Así, no era raro que, en<br />

conversaciones dentro o fuera de la consulta,<br />

preguntara por las cuestiones que estaban muy<br />

presentes en las preocupaciones de los pacientes<br />

y sus familiares, gran parte de los cuales estaban<br />

relacionados profesionalmente con las actividades<br />

Don Luis con tres de sus hijos en una de las raras ocasiones en que<br />

pisaba la playa, hacia 1949.<br />

dominantes en Coria y su entorno: por un lado, el<br />

campo, la agricultura y la ganadería; y, por otro, el<br />

río, la pesca y la marinería.<br />

Lo primero no le costaba gran cosa, porque él<br />

mismo venía de una familia de labradores, aunque<br />

la agricultura de la vega, la campiña y las marismas<br />

cercanas a Coria presentaba notables diferencias<br />

respecto de la practicada en su serranía natal. Por<br />

ello, solía hacer preguntas por aquellos cultivos que<br />

para él suponían novedades, como la introducción<br />

del arroz o el algodón, a la vez que observaba con<br />

interés los progresos en la mecanización de las<br />

faenas del campo (que, según sostenía, había sido<br />

más bien efecto que causa de la gran emigración de<br />

los jornaleros andaluces hacia las ciudades y hacia<br />

otros países europeos, en las décadas de los años 50<br />

y 60).<br />

Tan cercano se sentía don Luis al campo en<br />

torno a Coria que en varias ocasiones a lo largo<br />

de su vida se propuso llevar adelante, junto a su


1<strong>22</strong><br />

<strong>Azotea</strong><br />

ejercicio de la profesión médica, distintas actividades<br />

agropecuarias: desde poseer una punta de vacas en<br />

la Isla a formar parte de una sociedad de amigos que<br />

explotaba una huerta de naranjos al otro lado del<br />

río. Obviamente, dadas las múltiples obligaciones<br />

que implicaba su práctica médica, nunca pudo<br />

dedicarle mucho tiempo a esas otras actividades, por<br />

lo que pronto tenía que dejarlas de lado, para alivio<br />

de su esposa, Ángeles, que no era nada partidaria<br />

de tales aventuras empresariales que temía que le<br />

distrajeran de aquello para lo que realmente valía: la<br />

medicina. Pero seguramente mucho debió aprender<br />

don Luis de esas experiencias acerca de la dureza<br />

de la vida del agricultor o ganadero. Y, quizá como<br />

compensación por esos reveses, en varias ocasiones<br />

se convirtió, también de manera temporal, en<br />

propietario de sucesivas pequeñas fincas de recreo,<br />

una situada cerca de Colinas y, bastante más tarde,<br />

otra junto a la carretera de Coria a Almensilla.<br />

Todos esos intentos acabaron costándole dinero,<br />

pero probablemente él se sentía así más vinculado al<br />

campo y más arraigado en la vida coriana.<br />

Quizá sintiera don Luis todavía mayor curiosidad<br />

por todo lo relativo al río, que para él suponía una<br />

novedad absoluta, dado que por El Saucejo solo<br />

corría un modesto riachuelo, el Corbones. Todo le<br />

intrigaba y le fascinaba del río y de las gentes que<br />

vivían de él: el mantenimiento de la navegación por<br />

el Guadalquivir mediante las cortas, las dragas y las<br />

esclusas, el duro y peligroso trabajo de los buzos<br />

de Coria en la barra del río en su desembocadura<br />

por Sanlúcar, o las diferentes artes de pesca, y en<br />

particular las de sollo o esturión que los pescadores<br />

de Coria desembarcaban junto a Villa Pepita, donde<br />

radicaba la única y modesta factoría de caviar en<br />

España, propiedad de la Casa Ybarra y llevada por el<br />

competente biólogo de origen ruso, el Dr. Theodore<br />

Classen. A menudo se lamentaba de no haber<br />

aprendido a nadar de niño y por eso mandaba a sus<br />

hijos, a partir de cierta edad, a chapotear y soltarse<br />

en el río, siempre bajo la estrecha vigilancia de<br />

dos familias de pescadores de Coria, los hermanos<br />

Cardo, que tenían sus casas contiguas junto a la<br />

misma orilla.<br />

La otra gran pasión de don Luis durante muchos<br />

años fue la caza menor, a ojeo o con perro, que<br />

practicaba en las épocas hábiles según las especies:<br />

mayormente, los zorzales y las tórtolas en los olivares<br />

del Aljarafe o las codornices en campo abierto, en<br />

los rastrojos de cereal; los patos y otras aves acuáticas<br />

en las Marismas; la gallineta o chocha perdiz por los<br />

pinares de Aznalcázar; y, sobre todo, la perdiz y la<br />

liebre o el conejo por las tierras de dehesa en las<br />

estribaciones de la Sierra Norte (en particular en la<br />

hermosa finca Borbollón de su amigo Juan Manuel<br />

Campos) o en los escarpados montes de su pueblo<br />

natal en la Sierra Sur (en el cortijo El Sol de la<br />

familia Caballero). Estas actividades cinegéticas las<br />

preparaba don Luis con sus colaboradores Miguel<br />

y Francisco Sosa, conocidos como los hermanos<br />

Cerquín, dos corianos muy aficionados y expertos<br />

en la materia; y para las expediciones más lejanas<br />

solían unirse otras escopetas como las de Mariano<br />

Olivera Delmás o el suizo Willy Patry, residente en<br />

Colinas, ambos grandes amigos del médico.<br />

Ya en aquellos años, por las décadas de los 50 y<br />

comienzos de los 60, don Luis gustaba de montar<br />

excursiones con familia y amigos, españoles o<br />

extranjeros, a campo traviesa hasta Doñana, que<br />

todavía no era Parque Nacional pero que era una<br />

secreta maravilla conocida de unos pocos, bien<br />

fuesen cazadores o biólogos. En su caso, no era la<br />

atracción de la cacería, sino su interés creciente<br />

por la naturaleza virgen y especialmente por las<br />

aves silvestres en el estado natural, que estudiaba<br />

en lo que los hermanos Cerquín llamaban “el<br />

libro” por antonomasia: la “Guía de campo de<br />

las aves de España y demás países de Europa”, de<br />

Peterson, Mountfort y Hollom, en la traducción y<br />

adaptación de Mauricio González Díez. Ese libro<br />

lo acompañaba en todas sus salidas al campo, en<br />

él escribía anotaciones y observaciones y fue una<br />

de las influencias que acabaron convirtiéndolo en<br />

un naturalista y ornitólogo aficionado. Al cabo del<br />

tiempo, ya mayor, colgó la escopeta, la sustituyó por<br />

los prismáticos, se interesó por los anillamientos de<br />

aves, especialmente las migratorias, y propagó su<br />

pasión por los pájaros entre sus hijos y conocidos.<br />

A partir de entonces, en las excursiones por el<br />

campo por los alrededores de Coria, La Puebla<br />

y Colinas, junto con el estudio de las aves, sus<br />

costumbres y sus hábitats, la principal actividad<br />

placentera de don Luis, en las épocas y lugares<br />

propicios, era la recolección de setas (níscalos),


<strong>Azotea</strong> 123<br />

La familia Yáñez-Barnuevo García casi al completo, junto con Carmen Asián, la niñera,<br />

paseando por la Gran Vía de Madrid en el verano de 1952.<br />

espárragos silvestres y ocasionalmente tagarninas,<br />

todos ellos manjares muy apreciados. De tanto<br />

visitarlos, conocía bien los sitios donde mejor<br />

se criaban. Varios de sus hijos son testigos de<br />

haberlo visto, ya jubilado, agazapándose bajo una<br />

valla de hincos y alambre de espino y metiéndose<br />

en un cerrado de ganado bravo para alcanzar una<br />

esparraguera tentadora que se encontraba al pie de<br />

una encina, a un centenar de metros. Cuando sus<br />

acompañantes protestaban alarmados, contestaba<br />

muy tranquilo, mientras seguía su camino: “No os<br />

preocupéis; si no os metéis con ellos, no os harán<br />

nada”.<br />

Otro capítulo importante de la actividad de don<br />

Luis eran los viajes, que le abrían nuevos horizontes<br />

para satisfacer su continua y voraz curiosidad. Al<br />

principio, lógicamente, dadas las circunstancias que<br />

prevalecían tras la guerra, esos viajes, generalmente<br />

con Ángeles y a veces algunos de los hijos, fueron<br />

por ciudades y regiones de España. Por el camino,<br />

fiel a sus orígenes, solía fijarse en los distintos<br />

cultivos en los campos lindantes con las carreteras y<br />

en las técnicas agrarias empleadas en cada sitio (por<br />

ejemplo, admiraba los cultivos en terraza típicos de<br />

muchos lugares del Levante español). Dondequiera<br />

que fuese, y sin despreciar monumentos y museos<br />

(en Madrid, como era de esperar, su favorito era<br />

el Museo de Ciencias Naturales en el Paseo de la<br />

Castellana), su interés se centraba primordialmente<br />

en las gentes, sus modos de vida, sus costumbres<br />

y sus hábitos de consumo (en cada ciudad no<br />

faltaba una visita al mercado de abastos, fuente<br />

inagotable de descubrimientos). Más adelante, en<br />

viajes organizados y frecuentemente en compañía<br />

de colegas médicos (en muchas ocasiones con sus<br />

compañeros de promoción con los que se había<br />

mantenido en contacto), comenzaron a visitar países<br />

europeos: Portugal, Francia, Italia, Alemania…<br />

hasta llegar más tarde incluso a Estados Unidos y


124<br />

<strong>Azotea</strong><br />

la entonces Unión Soviética. En todos los sitios se<br />

repetía su pauta habitual, y la conclusión que sacó<br />

fue que claramente prefería los modos de vida de la<br />

Europa occidental y que todavía teníamos bastantes<br />

cosas que aprender de nuestros vecinos.<br />

Objeto permanente de su interés era el atento<br />

seguimiento de los acontecimientos políticos,<br />

económicos y sociales en España y en el mundo.<br />

Cada día don Luis compraba uno o dos periódicos<br />

o revistas. Su impaciencia hacía que acudiese<br />

temprano al quiosco de la estación del tranvía<br />

porque era el lugar donde primero se ofrecía a la<br />

venta la prensa recién llegada de Sevilla. Y como en<br />

aquellos tiempos tampoco se fiaba de la limitada<br />

y controlada información que se publicaba en<br />

España bajo la dictadura, adquirió la costumbre –<br />

transmitida luego a sus hijos– de oír por las noches<br />

las emisiones en español de Radio París y la BBC de<br />

Londres, para lo cual se recluía en una estancia de la<br />

casa con las contraventanas cerradas y poniendo la<br />

radio a bajo volumen, para evitar que ojos u oídos<br />

de fisgones le sorprendieran en aquella actividad<br />

entonces perseguida sañudamente por el régimen.<br />

Así eran las cosas en España en los años 40 y 50.<br />

Tanto en los viajes como en las lecturas, de lo que<br />

sufría don Luis era de no saber idiomas, salvo un<br />

rudimentario francés adquirido en el colegio, que<br />

no le llevaba muy lejos. Estaba convencido de que<br />

en el mundo moderno, y más aun en el futuro, era<br />

fundamental para cualquier persona, y en particular<br />

para un profesional liberal, el conocer uno o dos<br />

idiomas, a fin de estar al tanto de las novedades<br />

en su especialidad y, en general, de la marcha del<br />

mundo. Por eso, muy pronto, tanto él como Ángeles<br />

incitaron a sus hijos a estudiar idiomas y a salir fuera<br />

para practicarlos y conocer otras culturas y formas de<br />

vida. El mayor recuerda cómo en 1948, con apenas<br />

seis años, lo pusieron a estudiar inglés con la esposa<br />

del Dr. Classen hasta que, tras la muerte de éste,<br />

hubo de volverse a Inglaterra de donde provenía. E<br />

igualmente que en 1956, con catorce años, fue en<br />

verano a un colegio en Suiza para practicar el francés.<br />

Y así sucesivamente con los demás hermanos. En<br />

verdad, Luis y Ángeles, el médico y la maestra, se<br />

comportaron como unos visionarios, anticipándose<br />

en varios decenios a una España abierta a Europa en<br />

la era de la globalización.<br />

Momento en el que descubre el letrero de la calle que lleva su<br />

nombre a raíz del homenaje que le brindó el pueblo en 1981.<br />

Las ideas políticas de don Luis no variaron<br />

en lo esencial con el curso de los años: liberal y<br />

demócrata convencido, claramente laicista en<br />

cuanto a la relación Estado-Iglesia, de inclinaciones<br />

progresistas en materias económicas y sociales<br />

(aunque más bien tradicional en cuestiones<br />

atinentes a las relaciones entre hombres y mujeres),<br />

detestaba todos los totalitarismos, tanto de<br />

derechas como de izquierdas, pero particularmente<br />

el fascismo y el nazismo. Si en España se había<br />

identificado políticamente con Manuel Azaña, en<br />

el mundo su ídolo era Franklin Delano Roosevelt,<br />

tanto por las reformas internas del New Deal como<br />

por su liderazgo de la gran coalición de países que<br />

durante la Segunda Guerra Mundial había logrado<br />

derrotar al Eje de los regímenes nazi-fascistas. En<br />

cambio, reprochaba a las democracias occidentales<br />

que hubieran abandonado a los demócratas<br />

españoles dos veces: primero durante la guerra<br />

civil de España y luego al final de la Guerra<br />

Mundial. Con todo, consideraba que no había otra<br />

opción preferible a esa y que España debería, más


<strong>Azotea</strong> 125<br />

pronto o más tarde, unirse a esas democracias que<br />

representaban el futuro.<br />

No puede extrañar, por tanto, que don<br />

Luis acogiera con simpatía y esperanza las<br />

transformaciones que acompañaron el cambio<br />

de régimen a partir de la muerte del general<br />

Franco en 1975. Aun sin ser personalmente<br />

monárquico, estaba dispuesto a dar un margen de<br />

expectativa al nuevo Rey, esperando que abriera<br />

unos nuevos horizontes para la sociedad española,<br />

tan traumatizada por la terrible guerra civil y<br />

anquilosada por el largo periodo de dictadura. Sus<br />

esperanzas se vieron cumplidas con las primeras<br />

elecciones democráticas de junio de 1977, cuando<br />

él contaba ya con 70 años y no había podido votar<br />

en una elección libre desde que tenía solo 29, en<br />

1936.<br />

Muchos en Coria todavía lo recuerdan en las<br />

semanas que precedieron a esas primeras elecciones<br />

libres, sentado en el patio de la casa, inmovilizado<br />

por una fractura de cadera, acompañado por<br />

Ángeles y algunos de los hijos, recibiendo una<br />

ristra interminable de amigos, conocidos y antiguos<br />

pacientes que venían a pedirle consejo y orientación,<br />

pues se sentían confusos, después de décadas de falta<br />

de información y debate, entre tantas candidaturas<br />

como se presentaban (la entonces llamada “sopa de<br />

letras”). Su contestación siempre era la misma: “Sois<br />

vosotros los que tenéis que tomar vuestra decisión<br />

propia, cada uno con su conciencia, pero si queréis<br />

saber lo que yo voy a hacer, con mucho gusto os lo<br />

digo: voy a votar la candidatura del PSOE”. Como<br />

muchos de los que acudían a él, gentes humildes<br />

que frecuentemente habían sufrido la represión o la<br />

intimidación, no conocían bien los procedimientos<br />

Día del homenaje a Don Luis, en 1981. De pie, de izquierda a derecha: al fondo “Ricardo Caridad”, Joaquín Guitérrez Pérez, José Alfaro Lama,<br />

Ángel García “Ángel el practicante”, Enrique Carrasco (Rvdo.), Manuela Sosa, “Niño Reverte”, D. Luis, Guillermina Antúnez, Eduardo Montes.<br />

Agachados: “Manolito Pascual”, Manuel Torres “Perito”, Emilio Lozano, Jesús Rivero y Francisco Suárez.


126<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Don Luis con el entonces Presidente del Gobierno de España, Felipe González Márquez, en el Palacio de la Moncloa, en torno a 1985.<br />

de votación o no acababan de fiarse de las garantías<br />

en los colegios electorales, al final hubo que poner<br />

a su lado una caja con sobres y papeletas del PSOE<br />

–que hubo que reponer muchas veces, pues su<br />

contenido se agotaba enseguida– para que los<br />

visitantes pudieran llevarse las que quisieran, para<br />

ellos y para sus allegados.<br />

Los buenos resultados, con un altísimo nivel<br />

de participación, obtenidos en Coria por las<br />

candidaturas progresistas, y concretamente del<br />

PSOE, tanto en las elecciones generales de 1977<br />

como en las municipales de 1979, que dieron paso<br />

a un Ayuntamiento de izquierdas por vez primera<br />

desde la República, confirmaron la orientación<br />

predominante en el pueblo y también, en cierto<br />

modo, lo que podría denominarse el “magisterio<br />

civil” ejercido en Coria por don Luis, debido a su<br />

comportamiento ejemplar con sus conciudadanos a<br />

lo largo de muchos años. No puede, pues, extrañar<br />

que poco tiempo después, en 1981, al cumplirse<br />

cincuenta años de su llegada a Coria y del comienzo<br />

de su ejercicio profesional, el pueblo entero le<br />

ofreciera un gran homenaje como muestra de su<br />

aprecio y reconocimiento.<br />

Lo significativo es que la iniciativa del homenaje<br />

no partió de las nuevas autoridades municipales,<br />

sino que vino desde abajo, mediante un escrito<br />

dirigido al Ayuntamiento el 5 de junio de 1981,<br />

suscrito por 1.540 vecinos, en una lista encabezada<br />

por el Dr. José Alfaro Lama, colega y amigo de don<br />

Luis, además de antiguo alcalde de Coria, junto<br />

con varias personas conocidas del pueblo cuyos<br />

nombres conviene registrar aquí: Eduardo Montes<br />

de la Rosa, Jesús Rivero Cárdenas, Ángel García<br />

Velázquez, Guillermina Antúnez Delgado, Manuela<br />

Sosa González y Enrique Carrasco (presbítero). En


<strong>Azotea</strong> 127<br />

ese escrito se decía, entre otras cosas: “En estos<br />

cincuenta años (el Dr.Yáñez-Barnuevo) atendió a<br />

varias generaciones de corianos, ha sido y es modelo<br />

de padre y ejemplo de facultativo, y ha llegado a<br />

identificarse tanto y de tal modo con nuestro<br />

pueblo que no existe un vecino que no conozca a<br />

D. Luis, ya que en los mismos perdura sus desvelos<br />

por los enfermos y los favores que prestaba a todo<br />

el pueblo durante su dilatada vida de facultativo en<br />

la población”.<br />

Conforme a lo postulado en el escrito surgido<br />

de la iniciativa popular, el Ayuntamiento, presidido<br />

por el Alcalde, Antonio Asenjo (del PCE, también<br />

médico), en sesión plenaria celebrada el 19 de<br />

junio, acordó por unanimidad nombrar a don Luis<br />

hijo adoptivo de Coria del Río y cambiar el nombre<br />

de la calle Sevilla, donde tenía su consulta, por la<br />

de “Doctor Luis Yáñez-Barnuevo de la Milla”. En<br />

paralelo, la Comisión pro-homenaje, presidida<br />

asimismo por el Dr. Alfaro Lama, organizó una cena<br />

el día 26 de junio, celebrada en el amplio recinto de<br />

Piscinas Coria, creación de otro antiguo alcalde y<br />

amigo de don Luis, Joaquín Gutiérrez Pérez.<br />

Al homenaje asistieron numerosos amigos,<br />

admiradores y allegados tanto de Coria como<br />

de Sevilla y otros lugares y a él se adhirieron<br />

personalidades tales como Felipe González, Alfonso<br />

Guerra o Rafael Escuredo. Alejandro Delmás,<br />

periodista coriano nieto de Blas Infante, amigo<br />

de los hijos y asiduo visitante de la casa familiar,<br />

dejó cumplida constancia del evento en una efusiva<br />

crónica titulada “A Don Luis, en Coria”, publicada<br />

en ABC de Sevilla el 1 de julio de 1981. En ella<br />

lo calificaba de “médico añejo, hombre de bien y –<br />

sobre todo – un liberal de pies a cabeza”, resaltando<br />

el hecho de que toda Coria “fuese una piña” en<br />

torno a don Luis – y también a doña Angelita – en el<br />

homenaje popular que se le brindaba. Por su parte,<br />

don Luis, fiel a su estilo, prefirió en sus palabras<br />

de aceptación interpretar el homenaje “como el<br />

reconocimiento a la profesión oscura, digna, de<br />

tanto médico enterrado en tanto pueblo perdido”,<br />

según la versión recogida por Delmás.<br />

En definitiva, el Dr. Luis Yáñez-Barnuevo<br />

perteneció, siempre a su modo tan personal, a un<br />

amplio elenco de médicos de familia, entonces<br />

llamados médicos de cabecera, que ejercían en el<br />

medio rural, donde eran una verdadera institución<br />

a la que la gente acudía no solo en búsqueda de<br />

alivio o curación para sus males sino también como<br />

consejero para muchas otras materias relacionadas<br />

con la vida familiar o social. En aquella época, el<br />

estado de salud de las personas y muchas otras cosas<br />

se apoyaban en la labor esforzada de esos “médicos<br />

de pueblo” que suplían como podían, y con notable<br />

eficacia en bastantes ocasiones, la carencia de un<br />

sistema sanitario más completo como el que luego<br />

se ha desarrollado en nuestro país.


<strong>Azotea</strong> 129<br />

ÁNGELES GARCÍA PALACIOS, MAESTRA<br />

Doña Angelita, más o menos en la época en que llegó a Coria para<br />

ejercer como maestra, en 1931.<br />

No sería completa una biografía de Luis Yáñez-<br />

Barnuevo de la Milla sin destacar la figura de su<br />

esposa, Ángeles García Palacios (Guadalcanal,<br />

20 de marzo de 1910 - Coria del Río, 21 de<br />

abril de 1982), su compañera, amiga, ayudante<br />

y confidente durante más de cuarenta años, Dª<br />

Angelita, para la mayoría de los corianos que la<br />

conocieron y trataron.<br />

Ángeles fue maestra. Y hecha a sí misma<br />

desde un origen familiar rural y humilde. Se<br />

comprometió desde muy joven con el proyecto<br />

político y educativo de la Segunda República<br />

española y siempre con los valores humanistas y<br />

republicanos.<br />

Nació en Guadalcanal, un pueblo de la sierra<br />

norte de Sevilla. Cursó estudios en la Escuela<br />

Normal de Maestras de Sevilla, obteniendo el<br />

título en 1928, con 18 años de edad y con muy<br />

buenas notas (12 sobresalientes). A finales de los<br />

años 20 estudió con el maestro y pedagogo D.<br />

Ángel Llorca y asistió como libre oyente a sus<br />

clases para educadores en el Colegio Cervantes<br />

de Madrid. Era el gran impulsor de la “Escuela<br />

Nueva”, inspirada por la Institución Libre<br />

de Enseñanza. Siempre lo recordó con gran<br />

admiración y respeto.<br />

En 1931 obtuvo una de las muchas plazas que<br />

desde su proclamación comenzó a dotar la joven<br />

Segunda República y fue destinada como maestra<br />

interina al pueblo que será el suyo durante más<br />

de 50 años: Coria del Río. Llegó, pues, con 21<br />

años de edad, e inició su carrera profesional al<br />

mismo tiempo que la República comenzaba su<br />

andadura, con la Instrucción Pública como una<br />

de sus grandes prioridades. Su entusiasmo y su<br />

dedicación a la escuela y al proyecto social del<br />

momento eran profundos. Fue así testigo y<br />

protagonista de primera línea de la mayor reforma<br />

y desarrollo educativo de España durante muchas<br />

décadas,<br />

Preparó las oposiciones y ganó la plaza de<br />

maestra titular en 1934. La memoria pedagógica<br />

que presentó cita a su maestro, el propio<br />

Llorca, y también a María Montessori, Georg<br />

Kerschensteiner, Félix Martí Alpera, Adolphe<br />

Ferrière, Ovide Decroly, Lombardo Radice y<br />

Édouard Claparède..., exponentes de una escuela<br />

moderna, abierta, tolerante, laica, no doctrinaria.<br />

Una muestra concreta de la labor desarrollada<br />

por ella, junto con otros maestros de Coria,<br />

durante esa fase tan prometedora que supuso la<br />

Segunda República la constituyó la experiencia<br />

pionera de la colonia escolar de vacaciones que se<br />

organizó en el verano de 1935, con el respaldo del<br />

Ayuntamiento de Coria y otras entidades, en que<br />

un grupo escogido de niños y niñas, acompañados<br />

de sus profesores, viajaron a Chipiona (Cádiz)<br />

para pasar varias semanas de clases y ejercicios<br />

físicos a la orilla del mar, que muchos de aquellos<br />

alumnos no habían visto nunca.


130<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Doña Angelita con la familia de su colega y amigo el maestro don<br />

Hipólito Lobato, durante los años 30.<br />

El golpe de Estado de 1936 acabó con<br />

muchos de sus sueños. La gran tragedia de esos<br />

años se cernió también sobre ella y sobre su<br />

entorno. El <strong>22</strong> de agosto de ese fatídico verano,<br />

los golpistas asesinaron a su novio, el joven<br />

médico de Santiponce José Carmona Carranza,<br />

de 28 años, militante del PSOE y de la UGT.<br />

Pocos días después, en septiembre, Ángeles fue<br />

sumariamente apartada del magisterio junto a<br />

otro maestro coriano, D. Vicente Neria, por<br />

órdenes del general Queipo de Llano.<br />

Sin medios de subsistir y con la amenaza de<br />

poder ser “paseada” en cualquier momento, se<br />

refugió en casa de su amiga Manolita Olivera, hija<br />

del farmacéutico de Coria, D. Mariano Olivera<br />

Navarro. Probablemente esa decisión le salvó la<br />

vida porque la familia Olivera, buena, religiosa y<br />

conservadora, la acogió y la protegió. En esa casa,<br />

para poder mantenerse, abrió durante un tiempo<br />

unas clases privadas para niñas.<br />

En esa misma casa trató más de cerca al joven<br />

médico Luis Yáñez-Barnuevo, igualmente amigo<br />

de los Olivera, que ejercía en Coria también desde<br />

1931. Hombre de izquierdas, había perdido<br />

a sus dos hermanos en esos meses de terror:<br />

Antonio, capitán de Artillería, que permaneció<br />

leal a la República y la defendió con las armas,<br />

fue fusilado en Cádiz el 6 de agosto de 1936. El<br />

mayor, Juan, agricultor y padre de cinco hijos<br />

pequeños, fue asesinado el 7 de septiembre en El<br />

Saucejo (Sevilla) al día siguiente de la entrada de<br />

las tropas franquistas en el pueblo.<br />

En marzo de 1937, Ángeles fue sometida<br />

a un proceso por la “Comisión Depuradora<br />

de Instrucción Pública D”, de tan infausta<br />

memoria, puesto que era la dedicada a depurar a<br />

los enseñantes de educación primaria. En agosto<br />

de 1937, esa Comisión resolvió la suspensión<br />

por seis meses (por “simpatizar con la ideología<br />

izquierdista”, según consta en el expediente<br />

depurador) y el traslado forzoso a Mairena del<br />

Alcor, a casi 50 km. de su domicilio en Coria del<br />

Río, adonde se incorporó en enero de 1938.<br />

Probablemente la desgracia compartida y la<br />

amistad con los Olivera fue acercando al médico<br />

y a la maestra hasta que se casaron en Sevilla en<br />

1941. La represión franquista acabó con la vida<br />

de más de 200 corianos, cuyas familias y allegados<br />

formaron una cadena de solidaridad con D. Luis<br />

y Dª Angelita durante las cuatro décadas que<br />

duró la dictadura.<br />

La llegada de los hijos (seis, entre 1942 y<br />

1954) y las dificultades de ir y venir a su escuela<br />

de Mairena la obligaron, muy a su pesar, a pedir<br />

la excedencia voluntaria del magisterio en febrero<br />

de 1956. Pero siempre se consideró maestra y,<br />

después de criar y educar a sus seis hijos (y ayudar<br />

en la educación de algunos sobrinos y allegados),<br />

volvió a las aulas en 1973, con 63 años de edad,<br />

en el colegio de “El Cerro” de Coria del Río, para<br />

satisfacer su vocación todo lo que pudo, hasta su<br />

jubilación en 1975.<br />

Durante toda su vida en Coria, tanto ella como<br />

su marido, D. Luis “el médico”, se esforzaron<br />

por ayudar a las familias de los represaliados y<br />

a los más necesitados, de forma directa o junto


<strong>Azotea</strong> 131<br />

a las “Hermanitas de la Cruz”, que visitaban<br />

asiduamente la casa familiar. En sus últimos años,<br />

antes y después de su jubilación del magisterio,<br />

colaboró activamente con la ONG Amnistía<br />

Internacional.<br />

A pesar de la tragedia vivida con solo 26<br />

años de edad, Ángeles nunca cultivó el odio,<br />

siempre rechazó la violencia en todas sus<br />

formas, y transmitió a sus hijos y a su entorno la<br />

necesidad del respeto a los demás y a uno mismo,<br />

empezando por la dedicación al estudio y a la<br />

instrucción, la lectura, la cultura, los idiomas,<br />

los derechos humanos, la democracia. Siempre<br />

alentó los valores republicanos de libertad,<br />

igualdad, solidaridad y laicidad. Pero ni sumisión<br />

ni colaboración con la dictadura: siempre se<br />

mantuvo en un permanente exilio interior.<br />

En el centro, a la izquierda de Hipólito Lobato, en un encuentro de maestros sevillanos y onubenses, en el Monasterio de La Rábida, en 1935.<br />

Nota final<br />

En el cementerio de Coria del Río, donde descansan los restos de don Luis y doña Angelita, en las respectivas<br />

lápidas rezan las siguientes leyendas:<br />

“Presencia de tu ausencia” (verso de Pedro Salinas) y “Hoy es siempre todavía” (verso de Antonio Machado).<br />

Ambas alusiones poéticas resumen bien lo que sentimos por ellos no sólo quienes les debemos la vida y lo que<br />

somos, sino también muchas otras personas que los conocieron, trataron y admiraron por su labor y su ejemplo.<br />

Nuestro agradecimiento permanente a la familia Olivera por su afecto y entrega de siempre a nuestros padres y por<br />

su generosidad al albergar ambas sepulturas en el espacio familiar que tienen reservado en el cementerio de Coria.


132<br />

<strong>Azotea</strong>


<strong>Azotea</strong> 133<br />

Pocos corianos han alcanzado tanta relevancia<br />

fuera de nuestra localidad como D. José Luis<br />

Asián Peña, el primero en conseguir el título<br />

de catedrático de enseñanza secundaria,<br />

extraordinario pedagogo y educador de numerosas<br />

generaciones de estudiantes que a lo largo de 44<br />

años de docencia disfrutaron de sus conocimientos,<br />

unos directamente y otros a través de sus textos. A<br />

sus capacidades intelectuales unió siempre el trabajo<br />

constante, la dedicación completa a la enseñanza,<br />

intentando hacer atractivo a sus alumnos el estudio<br />

de las materias a las que consagró su vida: la Geografía<br />

y la Historia.<br />

Maestros que dejaron huella<br />

D. JOSÉ LUIS ASIÁN PEÑA<br />

CATEDRÁTICO E HISTORIADOR<br />

Francisco Rojas Castellano<br />

Nació este ilustre coriano el sábado 9 de mayo<br />

de 1903 en el domicilio familiar, situado en la<br />

calle Larga, 24, 2º; una vivienda propiedad del<br />

ayuntamiento, construida para alojar al maestro de la<br />

escuela pública. Su padre, D. Manuel Asián Ruiz, era<br />

el maestro titular de la única escuela de niños situada<br />

frente a su domicilio, en el pósito municipal (edificio<br />

público donde se guardaba el grano) posteriormente<br />

demolido a comienzos de los años setenta del pasado<br />

siglo para levantar el actual ayuntamiento. Dos días<br />

más tarde era inscrito en el registro civil de la localidad<br />

curiosamente con el nombre de Pepe Luis, un hecho<br />

que le originó más tarde problemas legales por lo que<br />

el 1 de abril de 1921 lo cambió definitivamente por<br />

el de José Luis. Fue el segundo hijo del matrimonio.<br />

Antes había nacido Eugenia (1900), y posteriormente<br />

lo harían Rogelio (1906), Evelina (1908) y Manuela<br />

(1912).<br />

José Luis empezó a asistir a la escuela pública y<br />

pronto dio muestras de una magnífica inteligencia<br />

y una aplicación fuera de lo común, siendo<br />

su padre su principal maestro. Dotado de una<br />

excelente memoria, a lo largo de los años escolares<br />

fue obteniendo inmejorables notas y perfilando la<br />

profesión a la que iba a dedicar su vida. No debe<br />

D. José Luis Asián hacia 1935.<br />

extrañarnos que escogiera la profesión paterna porque<br />

la enseñanza se vivía intensamente en la familia. D.<br />

Manuel Asián no se limitaba solamente a cumplir<br />

con sus obligaciones en la escuela. Preocupado por<br />

las penosas condiciones en las que los maestros<br />

desarrollaban su labor, especialmente la escasez de<br />

material escolar y los bajísimos sueldos, se afilió en los<br />

primeros años del siglo a la Asociación del Magisterio<br />

de Primera Enseñanza de Sevilla. La idea de que era<br />

preciso luchar para mejorar la situación económica y<br />

profesional de los maestros y que esto sólo se podía<br />

conseguir a través de la unión del magisterio le llevó a<br />

implicarse progresivamente en la Asociación, siendo


134<br />

<strong>Azotea</strong><br />

La familia de D. Manuel Asián Ruiz hacia 1926. De derecha a izquierda, Eugenia, Rogelio, José Luis,<br />

Evelina y Manuela. Sentada, su esposa Dª Francisca Peña Jiménez.<br />

nombrado a partir de 1905 presidente de la misma y<br />

miembro de la Dirección Nacional.<br />

Por estos motivos, la enseñanza siempre estaba<br />

presente en las conversaciones familiares. Podemos<br />

imaginarnos a todos sus miembros reunidos en<br />

el momento de la comida, mientras el padre<br />

exponía con pasión los problemas de los maestros<br />

y las peticiones que una y otra vez la Asociación<br />

del Magisterio planteaba ante las autoridades<br />

ministeriales sin ningún resultado. Las reuniones de<br />

la Asociación Provincial y los viajes de D. Manuel<br />

a Madrid para participar en los debates nacionales<br />

no dejaban indiferentes a sus hijos. Por ello no es de<br />

extrañar que los varones quisieran seguir pronto los<br />

pasos de su padre. En el caso de las hijas nunca se<br />

planteó la posibilidad de que estudiaran una carrera.<br />

A pesar de las ideas liberales de su padre y siguiendo<br />

la idea tan extendida en la época de que la mujer no<br />

estaba preparada para el estudio, fueron orientadas<br />

hacia el matrimonio y la vida familiar.<br />

A pesar del trabajo diario de la escuela y las<br />

obligaciones que la presidencia de la Asociación<br />

le planteaba, D. Manuel encontraba tiempo para<br />

dedicarlo a su hijo. No quería desaprovechar sus<br />

excelentes capacidades<br />

intelectuales y a lo largo<br />

de 1917 fue preparándolo<br />

para comenzar los estudios<br />

de Magisterio en la Escuela<br />

Normal de Sevilla. El 29<br />

de abril de 1918 D. José<br />

Luis solicitaba realizar<br />

el examen de ingreso y<br />

el de las asignaturas del<br />

primer año de la carrera<br />

como alumno libre, es<br />

decir, estudiando por su<br />

cuenta, sin asistir a clase.<br />

Para ello aportaba: acta de<br />

nacimiento, certificado de<br />

buena conducta (expedido<br />

por el alcalde D. Juan<br />

Ortega Rioja), certificado<br />

de vacunación (redactado<br />

por el doctor D. Ángel<br />

Pineda de la Carrera) y documento de abono de los<br />

derechos de examen.<br />

No hacía mucho que estos estudios habían sufrido<br />

una reforma importante. El Real Decreto de 30 de<br />

agosto de 1914 sobre reorganización de las Escuelas<br />

Normales, llamado Plan Bergamín, suponía ciertas<br />

mejoras en relación con las reformas que venían<br />

produciéndose desde el siglo XIX. Por ejemplo, se<br />

establecía un único título de Maestro de Primera<br />

Enseñanza, terminando con la distinción entre<br />

Elemental y Superior que ahora quedaban unidos. La<br />

carrera constaba de un examen de ingreso y cuatro<br />

cursos con prácticas en la Escuela Aneja en 3º y 4º, y<br />

un examen final de reválida con cinco ejercicios. La<br />

base cultural del maestro sería la enseñanza primaria,<br />

demostrada a través del examen de ingreso, para el<br />

que sólo se exigía tener 14 años. La Escuela Normal<br />

de Sevilla se encontraba en la calle Don Remondo <strong>nº</strong><br />

9 y había sido creada en 1845.<br />

El 1 de junio de 1918, con quince años recién<br />

cumplidos, superaba con éxito el examen de ingreso<br />

con una exposición escrita sobre el tema: “Números<br />

quebrados. Operaciones con números quebrados.<br />

Ejemplos”. En los días siguientes se examinó de las


<strong>Azotea</strong> 135<br />

asignaturas del primer curso en las que obtuvo tres<br />

sobresalientes (Nociones generales de Geografía,<br />

Nociones generales de Aritmética y Geometría, y<br />

Música), tres notables (Religión e Historia Sagrada,<br />

Teoría y Práctica de la Lectura, y Caligrafía) y un<br />

aprobado en Dibujo, la única materia que se le resistía.<br />

No podía comenzar mejor la carrera de maestro.<br />

Sin embargo, las dificultades para continuar por<br />

libre estos estudios eran numerosas, por lo que,<br />

en septiembre de este año, solicitaba matricularse<br />

como alumno oficial de 2º curso. Por este motivo<br />

tuvo que buscar un alojamiento un Sevilla pues las<br />

comunicaciones entre Coria y la capital no permitían<br />

realizar viajes diarios. Los exámenes se celebraron<br />

en junio de 1919 y los resultados fueron excelentes,<br />

obteniendo sobresaliente en todas las materias excepto<br />

notable en Aritmética y Geometría, y aprobado en<br />

Dibujo que no era, por cierto, su asignatura predilecta.<br />

Al haber obtenido la calificación de sobresaliente en<br />

más de las dos terceras partes de las asignaturas se le<br />

concedió matrícula gratuita para el curso siguiente.<br />

Difícil era superar las notas del año anterior<br />

pero su inteligencia y aplicación lo consiguieron<br />

pues en los exámenes celebrados al finalizar el curso<br />

1919/20 obtenía sobresaliente en las 9 asignaturas<br />

que componían el tercer curso (afortunadamente el<br />

Dibujo había desaparecido del curriculum). Como<br />

en el año anterior se le concedió matrícula gratuita<br />

para el siguiente.<br />

En junio de 1921 aprobaba el cuarto y último<br />

curso de los estudios de magisterio con los mismos<br />

resultados del año anterior obteniendo de forma<br />

brillante, tras la superación del examen de reválida,<br />

el título de Maestro de Primera Enseñanza. Tenía<br />

sólo 18 años recién cumplidos. Era un maestro muy<br />

joven, demasiado joven para ingresar en el magisterio<br />

público. El Estatuto del Magisterio de Primera<br />

Enseñanza de 20 de julio de 1918 había establecido<br />

como uno de los requisitos para tomar parte en las<br />

oposiciones a las escuelas públicas tener “más de 20<br />

años cumplidos”, por lo cual aún tendría que esperar<br />

dos años como mínimo para poder trabajar como<br />

maestro nacional. ¿Qué hacer durante este periodo?<br />

¿Esperar a la convocatoria de oposiciones, que no<br />

siempre se celebraban con carácter anual? Decidió no<br />

perder el tiempo.<br />

Animado por su familia, decidió continuar los<br />

estudios y durante el curso 1921/<strong>22</strong> se matriculó<br />

en el Instituto San Isidoro (denominado en esta<br />

época Instituto General y Técnico) para conseguir<br />

el título de Bachiller, necesario para entrar en la<br />

Universidad. Se trataba de un curso puente que<br />

facilitaba la obtención del título a aquéllos que<br />

poseían el de maestros mediante la convalidación<br />

de numerosas asignaturas del Bachillerato. En<br />

junio de 19<strong>22</strong> conseguía superarlo con excelentes<br />

notas. Seguramente fue durante este año cuando<br />

estuvo valorando la posibilidad de diversos estudios,<br />

decidiéndose finalmente por los de Historia en la<br />

Facultad de Filosofía y Letras de la capital. Terminado<br />

el curso en el Instituto, para muchos estudiantes llegó<br />

la hora del descanso veraniego, pero no para él. Con<br />

su título recién conseguido y decidido a aprovechar<br />

las vacaciones de verano se matriculó en la asignatura<br />

de Historia de España. (Se le concedió, como ya<br />

era habitual, matrícula gratuita por haber obtenido<br />

sobresaliente en la asignatura de Ética y Rudimentos<br />

del Derecho del curso anterior). Su esfuerzo fue<br />

recompensado con un notable.<br />

A partir del curso 19<strong>22</strong>/23 comenzó de manera<br />

intensa sus estudios universitarios. Pero, mientras<br />

la carrera de magisterio la realizó de manera oficial,<br />

en la universidad estuvo siempre como alumno<br />

libre, lo que indudablemente suponía una mayor<br />

dificultad. La vinculación de este tipo de alumno<br />

con la universidad apenas existía pues se matriculaba<br />

para poder realizar el examen pero no podía asistir a<br />

las clases. Por esta razón, para los alumnos oficiales<br />

era más fácil aprobar: los profesores conocían a los<br />

alumnos, éstos conocían la forma de examinar de<br />

los profesores y sus preferencias, había exámenes<br />

parciales, etc. Sin embargo, en el caso de los libres,<br />

el éxito o el fracaso de la asignatura se jugaban en un<br />

solo momento del curso. Además, el examen era oral<br />

y se realizaba, generalmente, ante varios profesores.<br />

No sabemos qué razones le llevaron a no<br />

matricularse como alumno oficial, aunque pensamos<br />

que debieron ser económicas. A su padre, con el


136<br />

<strong>Azotea</strong><br />

pequeño sueldo de maestro, no debía resultarle<br />

fácil cubrir los gastos normales de una familia de<br />

siete miembros por lo que, posiblemente, la escasez<br />

de recursos familiares le impidió residir de forma<br />

permanente en Sevilla. Tampoco podemos descartar<br />

que se encontrara impartiendo clases particulares<br />

como medio para no resultar gravoso a su familia y<br />

por ello no pudiera asistir regularmente a las clases.<br />

Durante el primer curso se preparó cuatro<br />

asignaturas, consiguiendo excelentes resultados:<br />

Lengua y Literatura Española (Sobresaliente),<br />

Lógica Fundamental (Sobresaliente), Lengua y<br />

Literatura Latina (Notable) e Historia Universal<br />

(Notable). En el curso siguiente se dedicó con más<br />

intensidad al estudio, consiguiendo superar, entre<br />

las convocatorias de junio y septiembre, siete: Teoría<br />

de la Literatura (Notable), Geografía (Notable),<br />

Arqueología (Sobresaliente), Historia de España<br />

Antigua y Media (Notable), Historia de España<br />

Moderna y Contemporánea (Notable) e Historia<br />

Universal Antigua y Media (el único Aprobado de<br />

su carrera).<br />

En estos dos cursos su inteligencia y aplicación<br />

le hicieron destacar entre los alumnos, consiguiendo<br />

el aprecio y admiración de los profesores. Por este<br />

motivo, en 1924 se le invitaba a participar como<br />

conferenciante en las Conferencias Pedagógicas<br />

que organizaba anualmente la Universidad. Estas<br />

conferencias, que habían comenzado a celebrarse el<br />

año anterior y se prolongaron hasta 1929, tenían<br />

como objetivo el perfeccionamiento de los maestros<br />

sevillanos, en un momento en que este aspecto de<br />

su formación era prácticamente inexistente. Estaban<br />

organizadas por una Junta presidida por el director<br />

de la Escuela Normal y se celebraban siempre en el<br />

mes de julio.<br />

D. José Luis participó como segundo<br />

conferenciante ante una concurrencia numerosísima<br />

(pues podían asistir personas ajenas al magisterio),<br />

acompañado en la mesa presidencial por el director<br />

de la Escuela Normal, profesores de la misma e<br />

inspectores de enseñanza primaria. El tema escogido<br />

fue “Las nuevas nacionalidades de Europa” y según<br />

la reseña aparecida en El Liberal “fue sencillamente<br />

una conferencia notable, pues a una forma llana y<br />

no por ello exenta de galanura e inspiración, unió un<br />

fondo profundo por los grandes conocimientos de la<br />

materia…”. La extensa crónica finalizaba deseando<br />

“…que estos actos deben ser repetidos por el Sr. Asián,<br />

quien se nos reveló como elocuente conferenciante 1 ”.<br />

El éxito de la conferencia motivó que la misma fuera<br />

editada meses más tarde 2 .<br />

En junio de 1925 se presentaba a las tres últimas<br />

asignaturas que le quedaban, con notas excelentes<br />

como venía siendo habitual: Historia Universal<br />

Moderna y Contemporánea (Sobresaliente),<br />

Paleografía (Notable) y Numismática y Epigrafía<br />

(Sobresaliente). Por fin había superado todas las<br />

materias de la carrera pero aún no tenía el título<br />

de Licenciado. Para obtenerlo debía realizar un<br />

examen de conocimientos ante un tribunal de tres<br />

miembros. Por ello, los meses de julio y agosto fueron<br />

de intenso trabajo. El 7 de septiembre comparecía<br />

ante el tribunal para someterse al primero de los<br />

tres ejercicios eliminatorios que consistía en un<br />

examen escrito sobre dos temas sacados al azar del<br />

cuestionario correspondiente. Los temas elegidos<br />

fueron: “Descubrimiento de América y primeras<br />

colonizaciones” y “Los almorávides en España y<br />

extensión de sus conquistas”. Superado con éxito el<br />

primero pasó al segundo, que era un examen oral<br />

donde los tres miembros del tribunal le hicieron<br />

preguntas relacionadas con todas las asignaturas de<br />

la carrera. Por último, tuvo que resolver un ejercicio<br />

práctico relacionado con la epigrafía. La calificación<br />

final obtenida fue Sobresaliente.<br />

Dos días más tarde solicitaba “verificar los ejercicios<br />

de oposición al Premio Extraordinario”, alegando<br />

que había conseguido la nota de sobresaliente en los<br />

de la Licenciatura. Nuevamente tuvo que someterse<br />

a un examen, en este caso referido a un tema libre,<br />

absolutamente imprevisible para el aspirante. El<br />

tema designado fue “Los renacimientos de la Edad<br />

Media” y de nuevo, de forma brillante, en siete<br />

páginas de letra clara y legible, fue desarrollando sus<br />

extensos conocimientos y su capacidad de síntesis<br />

1 El Liberal, 19 de julio de 1924.<br />

2 ASIÁN PEÑA. J. L.: Las nuevas nacionalidades de Europa. Conferencia<br />

pronunciada en la Universidad Literaria de Sevilla el día 19 de julio de 1924,<br />

Imprenta Eulogio de las Heras, Sevilla, s. a., 24 pp.


<strong>Azotea</strong> 137<br />

Grupo de niños de la escuela de Pruna en abril de 1929. Ese día asistieron a clase 63 alumnos que, dado su elevado número, tuvieron que fotografiarse<br />

en dos grupos.<br />

sobre un tema tan complejo. El 29 de septiembre de<br />

1925 obtenía Premio Extraordinario del grado de<br />

Licenciado en la Facultad de Filosofía y Letras en la<br />

especialidad de Historia. Tenía <strong>22</strong> años.<br />

El premio tenía aún más mérito porque en este<br />

año los estudios de la Facultad no eran los únicos<br />

que había realizado. A mediados de 1924 se habían<br />

convocado oposiciones para el magisterio público<br />

y D. José Luis pensó que no debía dejar pasar esta<br />

oportunidad porque necesitaba un trabajo seguro.<br />

Las últimas oposiciones se habían celebrado en los<br />

meses de julio y agosto de 1920, cuando aún no<br />

tenía la edad mínima para participar. Sin embargo, el<br />

Estatuto del Magisterio de 18 de mayo de 1923 había<br />

cambiado los requisitos fijándolos en 19 años como<br />

mínimo y 35 como máximo.<br />

Los primeros meses de 1925 debieron ser de<br />

una dedicación total al estudio repartiendo el<br />

tiempo entre los temas para el acceso al magisterio<br />

y las asignaturas de la Facultad. No conocemos las<br />

circunstancias que rodearon la celebración de estas<br />

oposiciones en las que D. José Luis obtuvo plaza.<br />

Solamente sabemos que por Real Orden del 7 de<br />

abril de 1925 (Gaceta de Madrid <strong>nº</strong> 99 del 9) era<br />

nombrado maestro propietario de la escuela nacional<br />

de niños de Pruna (Sevilla), tomando posesión el<br />

día 11 del mismo mes. No estaba solo porque aquel<br />

mismo día también tomaba posesión como maestro<br />

auxiliar D. Luis Ramírez Palma, vecino y amigo, dos<br />

años menor que él y con el que había coincidido<br />

en el último curso de los estudios de magisterio en<br />

la Escuela Normal. A partir de esta fecha, debió<br />

compatibilizar sus estudios universitarios con el<br />

trabajo en la escuela, una circunstancia que no le<br />

impidió, como hemos comprobado, obtener la<br />

máxima calificación al final de la carrera. Desde<br />

luego, 1925 fue el año más fructífero de su vida.<br />

Había conseguido un trabajo estable, aunque muy


138<br />

<strong>Azotea</strong><br />

mal remunerado, y un título universitario que le<br />

abría un futuro prometedor.<br />

Fue en este año cuando tomó una decisión,<br />

entonces intrascendente, pero que le traería<br />

posteriormente graves consecuencias. En 1925 se<br />

constituyó una Logia masónica en Sevilla en la que<br />

participaron varios vecinos de Coria. Uno de sus<br />

promotores, el maestro D. Alfredo Delmás Pardo,<br />

convenció a D. José Luis y a su hermano Rogelio<br />

para que se afiliaran con el argumento de que ello les<br />

permitiría ampliar horizontes y viajar. Sin embargo,<br />

su implicación en esta asociación fue escasa y dos<br />

años más tarde causaba baja por falta de asistencia y<br />

pago de la cuota.<br />

Pruna era un pequeño pueblo de 4.598<br />

habitantes, situado a 660 metros de altitud al sureste<br />

de la provincia de Sevilla, a escasos kilómetros de la<br />

de Cádiz y muy cerca también de la de Málaga. La<br />

pobreza de sus habitantes se agravaba por la mala<br />

calidad del suelo y el alejamiento de poblaciones<br />

importantes. El terreno sólo permitía algunas<br />

siembras de cereales por lo que la mayor parte estaba<br />

dedicado al olivar. Una carretera en muy mal estado<br />

comunicaba la localidad con Morón de la Frontera<br />

a 40 kilómetros de distancia, cabeza del partido<br />

judicial; mucho más cerca, a unos 8 kilómetros, se<br />

encontraba el pueblo gaditano de Olvera. Debido<br />

a la escasez de trabajo y las difíciles condiciones de<br />

vida en estos años se estaba produciendo una intensa<br />

emigración a América del Sur 3 .<br />

Había dos escuelas públicas, una de niñas y otra<br />

de niños; esta última atendida por dos maestros, uno<br />

con carácter de propietario y otro como auxiliar. Se<br />

trataba de una escuela unitaria a la que asistían niños<br />

de edades comprendidas entre 6 y 13 años, aunque<br />

a partir de los 9 o 10 años muchos abandonaban<br />

la escuela para ayudar a los padres en las faenas<br />

agrícolas. La matrícula superaba los 90 escolares<br />

pero la asistencia era muy irregular. Durante el<br />

mes de septiembre con motivo de la recolección<br />

de la aceituna se producía el índice más elevado de<br />

absentismo, así como al comienzo de la primavera;<br />

3 RODRÍGUEZ CÁRDENAS, M.: Luis Ramírez Palma. Alcalde de la II República<br />

en Coria del Río: su vida y su muerte (1901-1936), Diputación Provincial, Sevilla,<br />

2007, p. 41.<br />

por el contrario, los meses invernales suponían la<br />

máxima asistencia. La escuela estaba situada en<br />

un primer piso, en una habitación de unos 58 m 2<br />

insuficiente para el número de niños que acogía, con<br />

un pequeño patio que servía de recreo. El material<br />

escolar era escaso y el mobiliario viejo y deteriorado.<br />

En resumen, la escuela de niños de Pruna tenía todas<br />

las características de la escuela rural de la España de<br />

esta época, agravada por la pobreza y miseria que<br />

sufrían los pueblos de Andalucía.<br />

D. José Luis cobraba 3.000 pesetas anuales, una<br />

cantidad muy modesta con la que tenía que afrontar<br />

sus necesidades básicas y el gasto de la vivienda. Su<br />

horario de trabajo era de 3 horas por la mañana y dos<br />

por la tarde, de lunes a sábado. Durante los meses de<br />

noviembre a marzo daba clases de adultos dos horas<br />

diarias, por las que percibía una gratificación del<br />

Ayuntamiento de 750 pesetas anuales.<br />

Pruna no era un lugar adecuado para desarrollar<br />

la vida profesional de un maestro, más aún con el<br />

título de Licenciado tan brillantemente conseguido.<br />

Por ello, desde el primer momento tuvo muy claro<br />

que la estancia en esta población representaba sólo<br />

un primer paso en su trabajo docente y que el<br />

acceso a la Segunda Enseñanza debía ser su objetivo<br />

fundamental. Pero este propósito era muy difícil de<br />

conseguir.<br />

Hasta entonces el modelo vigente en la Segunda<br />

Enseñanza en cuanto a la implantación de institutos<br />

era el uniprovincial, es decir, un instituto por<br />

provincia, con la excepción de algunas ciudades<br />

importantes como Madrid o Barcelona. Por ello,<br />

durante muchos años el número de institutos no<br />

pasó de 58. Sin embargo, esta situación comienza a<br />

cambiar a mediados de la década de los veinte. A partir<br />

del curso 1925/26 se inicia un aumento considerable<br />

del número de estudiantes en todos los niveles del<br />

sistema educativo motivado fundamentalmente por<br />

el desarrollo económico que experimenta España en<br />

estos años. Concretamente en la Segunda Enseñanza<br />

se pasa de 52.288 alumnos durante el curso 1920/21,<br />

a 74.273 durante el curso 1925/26.<br />

Esta demanda trajo consigo un cambio legislativo<br />

para favorecer el acceso de una población más amplia


<strong>Azotea</strong> 139<br />

a estos estudios. Con este objetivo se promulgó el<br />

Real Decreto de 25 de agosto de 1926 (llamado Plan<br />

Callejo por el nombre de su autor) que pretendía<br />

reformar el plan de Bachillerato vigente desde 1903.<br />

Hasta ahora estos estudios servían solamente como<br />

preparación para la Universidad. Sin embargo, la<br />

reforma pretendía darle sustantividad propia, es<br />

decir, ampliar la formación adquirida en la escuela<br />

primaria, elevar el nivel cultural de la población y<br />

preparar para profesiones no universitarias. Para<br />

ello se creaban dos niveles de estudios: el título de<br />

Bachiller Elemental, considerado como ampliación y<br />

complemento de los estudios de la escuela primaria,<br />

que constaba de tres cursos, y el título de Bachiller<br />

Universitario, que servía para acceder a los estudios<br />

universitarios, también con tres cursos, un año<br />

común y dos de especialización en Letras o Ciencias.<br />

En 1926 el número de institutos era de 61.<br />

A los 58 existentes se habían añadido Cartagena<br />

(1913), Las Palmas (1916) y Melilla (1921). Pero a<br />

partir de esta fecha se aceleró la creación de nuevos<br />

institutos de tal modo que en tan sólo tres años se<br />

abrieron más de un tercio de los existentes. En 1927<br />

se crearon los de El Ferrol, Manresa, Osuna, Vigo,<br />

Tortosa, Zafra y Calatayud. Al año siguiente, el<br />

número de nuevos institutos se vio favorecido por<br />

el Real Decreto de 7 de mayo mediante el cual se<br />

creaban los Institutos Locales, en los que solamente<br />

se podían estudiar los tres cursos del Bachillerato<br />

Elemental. Los municipios debían proporcionar el<br />

edificio y la dotación económica para biblioteca y<br />

personal administrativo y el Estado se comprometía<br />

a pagar al profesorado. Como consecuencia de esta<br />

norma, a partir del curso 1928/29 comenzaron a<br />

funcionar <strong>22</strong> nuevos centros. El número de institutos<br />

fue aumentando de tal manera que durante el curso<br />

1930/31 había 101: 80 nacionales y 21 locales 4 .<br />

El momento para acceder al profesorado de<br />

segunda enseñanza se presentaba favorable y no<br />

debía dejar pasar la oportunidad. Por este motivo,<br />

la preparación de las oposiciones se convirtió en su<br />

objetivo fundamental a la espera de la convocatoria<br />

que le permitiera poder optar a las vacantes de<br />

Geografía e Historia. Debieron ser años muy difíciles,<br />

4 IGNACIO CRUZ, J.: “Los institutos de segunda enseñanza en España. Datos<br />

sobre su implantación (1835-1936)”, Educatio Siglo XXI, Vol. 30, <strong>nº</strong> 1, pp. 240-50.<br />

alejado de la capital donde las facilidades para el<br />

estudio eran óptimas por el uso de las bibliotecas y el<br />

contacto con compañeros y profesores. En un pueblo<br />

perdido de la sierra sevillana, sin más ayuda que una<br />

voluntad de hierro y una gran capacidad de trabajo,<br />

tuvo que pasar muchos días con la única compañía<br />

de los libros, trabajando durante el día y estudiando<br />

durante la noche. Muchas veces le rendía el sueño y<br />

para mantenerse despierto tenía que usar numerosos<br />

recursos. Ocupando los breves ratos que su trabajo<br />

le dejaba libre y, una vez terminada su jornada de<br />

trabajo, dedicando al estudio las horas destinadas al<br />

sueño fueron transcurriendo los días.<br />

Durante los años que estuvo de maestro en Pruna<br />

no dejó de participar en la vida cultural de Coria,<br />

entonces muy activa gracias a la creación de algunas<br />

instituciones como el Centro Popular Instructivo y la<br />

Agrupación Artística Coriana. El 16 de diciembre de<br />

1926 participó en el ciclo de conferencias organizadas<br />

por la escuela de adultos con el tema “La riqueza y la<br />

psicología de España” en la que con erudición pero a<br />

la vez con amenidad mantuvo el interés de alumnos y<br />

vecinos. En enero de 1929 impartió otra conferencia<br />

en Mairena del Aljarafe sobre “La labor de España<br />

en América” a la que asistieron las autoridades, un<br />

grupo de personas de Coria y muchos vecinos de la<br />

localidad. El 17 de diciembre de este año participaba<br />

en la visita que los niños de las escuelas de Coria<br />

realizaron a la Exposición Iberoamericana de Sevilla.<br />

También colaboró en el semanario Coria<br />

promovido por el Centro Popular Instructivo,<br />

cuya vida fue muy breve pues solo se publicaron<br />

15 números (del 17 de julio de 1927 al 25 de<br />

septiembre del mismo año). Su intenso amor por<br />

Coria, la nostalgia por encontrarse lejos de su pueblo,<br />

lo expresaba en la carta abierta que envió al director<br />

publicada en el <strong>nº</strong> 2 de 24 de julio.<br />

Por fin se convocaron las ansiadas oposiciones<br />

a cátedras de Geografía e Historia, la mayoría<br />

para proveer las plazas de los institutos recién<br />

creados. La Real Orden de 3 de septiembre de<br />

1928 convocaba oposiciones para cubrir vacantes<br />

en institutos nacionales e institutos locales, con<br />

pruebas diferentes para el profesorado que aspiraba


140<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Homenaje el 5 de julio de 1930 en Sevilla, con motivo de haber conseguido plaza como catedrático de Geografía e Historia. De pie, amigos y conocidos<br />

de Coria. Sentados, personalidades de la política y la enseñanza de Sevilla.<br />

a cada categoría. Evidentemente ocupar plaza en<br />

un instituto nacional tenía más prestigio pero<br />

también era más difícil por el mayor nivel exigido.<br />

D. José Luis no dudó ni un momento y optó por<br />

presentarse a las vacantes en institutos nacionales.<br />

Se trataba de 11 plazas en los institutos de Lugo,<br />

Vigo, Manresa, El Ferrol, Osuna, Calatayud,<br />

Tortosa, Zafra. Las Palmas, Huesca y Melilla. La<br />

plantilla de estos institutos estaba formada por<br />

Catedráticos, Profesores Especiales (de Caligrafía,<br />

Dibujo, Idiomas, Gimnasia y Religión), Auxiliares<br />

y Ayudantes. La convocatoria se realizaba para el<br />

nombramiento de Profesores Auxiliares.<br />

Aunque ya venía preparándose desde años<br />

anteriores, a partir de la fecha de la convocatoria de<br />

oposiciones su dedicación al estudio fue total. La<br />

dificultad para conseguir una de estas cátedras era<br />

evidente por su reducido número y la gran cantidad<br />

de aspirantes, muchos con más facilidades para el<br />

estudio que un humilde maestro rural perdido en<br />

un pequeño pueblo de la geografía andaluza. Los<br />

ejercicios de la oposición se realizaron a lo largo<br />

de la segunda mitad de 1929 y, según testimonios<br />

que no hemos podido confirmar, los resultados no<br />

fueron favorables y no aprobó. Pero D. José Luis no<br />

era persona que aceptara pasivamente una decisión<br />

que consideraba injusta por lo que solicitó que su<br />

examen y el del candidato que había obtenido plaza<br />

fueran comparados por un tribunal independiente,<br />

distinto del que había participado en la oposición.<br />

El dictamen confirmó que su examen estaba mejor<br />

realizado y, por consiguiente, tenía más derecho a<br />

ocupar la cátedra. De este modo la Real Orden de<br />

6 de junio de 1930 (Gaceta del 10) le nombraba<br />

catedrático numerario de Geografía e Historia del<br />

Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Lugo.<br />

El 10 de junio cesaba como maestro en la escuela<br />

nacional de Pruna y al día siguiente tomaba posesión<br />

de su nuevo trabajo en la sede del Instituto Nacional<br />

de Segunda Enseñanza de Sevilla.<br />

El nombramiento del joven catedrático, que<br />

acababa de cumplir 27 años, fue destacado por la


<strong>Azotea</strong> 141<br />

prensa provincial, entre ella los diarios ABC y El<br />

Liberal. La reseña de este último decía:<br />

Con gran alegría hemos recibido la noticia de que en<br />

las oposiciones a cátedra de Geografía e Historia que<br />

se acaban de celebrar en Madrid, ha obtenido plaza<br />

con uno de los primeros números el distinguido joven<br />

de esta localidad D. José Luis Asián Peña, hijo del<br />

maestro director de estas escuelas [de Coria del Río]<br />

D. Manuel Asián Ruiz 5 .<br />

El 5 de julio siguiente se celebraba su triunfo<br />

en un restaurante sevillano “donde se congregaron<br />

numerosos catedráticos, maestros, literatos y<br />

conocidas personas de la ciudad, además de una<br />

nutrida representación de Coria del Río” 6 .<br />

No permaneció inactivo el homenajeado<br />

durante el verano. El Ayuntamiento, presidido por<br />

D. Manuel Gutiérrez Palma estaba organizando la<br />

instalación de una biblioteca pública para lo que<br />

solicitó la colaboración de los vecinos, nombrando<br />

una Comisión encargada de la recepción de los libros.<br />

Además de D. José Luis Asián, formaron parte de ella<br />

el cura párroco D. José Tejero Bastante y el secretario<br />

del Ayuntamiento D. Juan Rodríguez Mateos.<br />

D. José Luis no sólo colaboró en la organización<br />

de la biblioteca sino también con la donación de<br />

numerosos libros. La biblioteca se inauguró el 30 de<br />

octubre de 1930.<br />

De todos los institutos para los que se habían<br />

convocado plazas el de Lugo era el de mayor prestigio.<br />

Se trataba de uno de los más antiguos de España y el<br />

primero creado en Galicia. Comenzó sus actividades<br />

en 1842 dentro de la política de los gobiernos liberales<br />

por implantar institutos de segunda enseñanza en<br />

todas las capitales de provincia. No tenía muchos<br />

alumnos, como correspondía a un territorio con un<br />

desarrollo económico bajo: durante el curso 1908/9<br />

asistían 188 alumnos oficiales, elevándose esta cifra a<br />

311 en 1918/19. Sin embargo, a la llegada de D. José<br />

Luis, su número se había reducido significativamente<br />

hasta rebasar escasamente el centenar, una pérdida<br />

explicable por la aparición de varios institutos locales<br />

en la provincia.<br />

5 El Liberal, 31 de mayo de 1930.<br />

6 ABC, 6 de julio de 1930.<br />

El curso 1930/31 comenzó de manera muy<br />

distinta a los anteriores pues su vida había cambiado<br />

radicalmente. Ahora vivía en una población muy<br />

importante, capital de provincia, y sus jóvenes<br />

alumnos pertenecían a familias de buen nivel<br />

económico. Donde no notó tanto cambio fue en el<br />

sueldo. Ahora cobraba 4.000 pesetas anuales mientras<br />

que de maestro percibía 3.000. Sin embargo, a partir<br />

de 1 de enero del año siguiente hubo una mejora<br />

importante y pasó a cobrar 6.000 pesetas.<br />

El Instituto de Segunda Enseñanza de Lugo era un<br />

instituto tranquilo, con pocos alumnos y profesores,<br />

demasiado tranquilo para sus aspiraciones. En estos<br />

años su deseo de difundir la cultura le impulsó<br />

a participar como conferenciante en numerosos<br />

actos. Además, no pudo sustraerse al ambiente de<br />

efervescencia política que la República trajo consigo.<br />

En marzo de 1932 participó en un mitin organizado<br />

por el Partido Radical de Lugo, una formación<br />

liderada por el político catalán D. Alejandro Lerroux,<br />

que durante los años de la República fue inclinándose<br />

progresivamente hacia posiciones cada vez más<br />

conservadoras. La posición política de D. José Luis<br />

venía de tradición familiar. Su abuelo paterno, D.<br />

Fernando Asián Ínigo, había sido alcalde republicano<br />

entre agosto y octubre de 1889 y también lo había<br />

sido su tío D. Estanislao Asían Ruiz entre 1909 y<br />

1914. Sin embargo, nunca se implicó a fondo en la<br />

actividad política. En esta ocasión su intervención se<br />

limitó a calificar “la actuación del Partido Radical de<br />

serena, honrada y honesta” 7 .<br />

El 30 de mayo de 1932, invitado por el Club<br />

Republicano Radical, dio una conferencia en la<br />

sede de dicha sociedad sobre un tema que entonces<br />

preocupaba enormemente a la sociedad, tras el<br />

desplome de la Bolsa de Nueva York en octubre de<br />

1929: “Análisis de las causas del desastre económico<br />

mundial”. La reseña periodística recogía el éxito de<br />

su disertación:<br />

La exposición del Sr. Asián, clara y comprensiva<br />

para las personas que con verdadera religiosidad le<br />

escuchaban, fue premiada a su terminación con una<br />

nutrida salva de aplausos y numerosas felicitaciones 8 .<br />

7 El Progreso, 20 de marzo de 1932.<br />

8 Las Riberas del Eo, 4 de junio de 1932.


142<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Nuevamente aparece<br />

otra noticia de su actividad<br />

divulgadora el 14 de marzo<br />

de 1933 con la conferencia<br />

que tuvo lugar en el propio<br />

instituto, organizada por el<br />

Ateneo Popular de la ciudad,<br />

con el título: “Aspectos<br />

materiales y espirituales de<br />

los momentos actuales” 9 .<br />

El deseo de divulgación<br />

cultural también se<br />

manifestó en su labor<br />

docente. Durante su primer<br />

año como profesor de<br />

segunda enseñanza empezó<br />

a escribir un libro para pequeños lectores en el que<br />

mostraba las características de los países de América<br />

que hablaban nuestro idioma; quizá porque había<br />

comprobado el gran desconocimiento que los niños<br />

de las escuelas primarias tenían del continente<br />

americano. Con este proyecto D. José Luis<br />

manifestaba sus grandes cualidades como docente,<br />

su afán pedagógico, el deseo de hacer atractiva la<br />

enseñanza y despertar en sus alumnos el interés por<br />

la geografía y la historia.<br />

El libro fue publicado en 1932 por la editorial<br />

Palacios, de Lugo, con el título Lecturas Escolares.<br />

Grado Superior. Hispanoamérica. En el prólogo<br />

señalaba que esta obra pretendía<br />

procurar a los niños españoles siquiera un mediano<br />

conocimiento de las tierras que fueron nuestras colonias<br />

y que son actualmente los países en que impera nuestra<br />

raza, lengua y civilización y que absorben además la<br />

mayor parte del contingente emigratorio español. La<br />

presente obrita es sólo una tentativa para subsanar este<br />

olvido.<br />

Una Orden Ministerial de 7 de marzo de 1932,<br />

previo informe de la Academia de la Historia, la<br />

declaraba “de mérito en la carrera del autor”. Escrita<br />

con sencillez y claridad aún hoy sigue resultando<br />

atractiva.<br />

9 La Vanguardia Gallega, 15 de marzo de 1933.<br />

En su despacho del instituto, hacia 1933.<br />

Al finalizar el curso 1932/33 se convocó concurso<br />

de traslados para cubrir plazas en los institutos<br />

nacionales mediante unos cursos de selección. D.<br />

José Luis aspiraba a mejores puestos, a la vez que<br />

no quería estar alejado de su tierra, por lo que no<br />

dudó en participar. De este modo, el 14 de octubre<br />

de 1933 tomaba posesión como secretario y profesor<br />

agregado de la cátedra de Geografía e Historia en el<br />

Instituto Nacional de Segunda Enseñanza Quevedo<br />

de Madrid. Había permanecido en Lugo solamente<br />

tres cursos.<br />

Las clases en su nueva cátedra y su cargo de<br />

secretario le exigían mayor dedicación pero no<br />

por ello descuidó su formación. Aprovechando<br />

las facilidades que el gobierno republicano daba a<br />

aquellos profesores que deseaban formarse, solicitó<br />

una beca a la Junta de Ampliación de Estudios 10 para<br />

trasladarse al extranjero con objeto de profundizar<br />

sus conocimientos geográficos. Para ello aportó<br />

su excelente curriculum y su dominio del alemán,<br />

que había comenzado a estudiar en el instituto San<br />

Isidoro de Sevilla y que posteriormente continuó<br />

ampliando y perfeccionando. Concedida la beca<br />

se trasladó a Colonia (Alemania) donde durante<br />

los meses de agosto y septiembre de 1934 estudió<br />

10 Esta institución había sido creada en 1906 con el objetivo de promover la<br />

investigación en España. Para ello se crearon una serie de centros y laboratorios de<br />

investigación (el Centro de Estudios Históricos, la Residencia de Estudiantes, el<br />

Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales…) y se creó, además, un programa<br />

de becas para que profesores y alumnos pudieran estudiar en el extranjero. Los<br />

elegidos eran llamados pensionados.


<strong>Azotea</strong> 143<br />

Geografía Humana y amplió sus conocimientos<br />

bibliográficos sobre este tema bajo la dirección de<br />

los profesores Thorbecke y Graus 11 . Al año siguiente<br />

con una nueva beca se trasladó a la Universidad de<br />

Viena donde continuó los mismos estudios, dirigido<br />

por el profesor Hassinger. Estos meses le permitieron<br />

además mejorar su dominio del alemán de tal modo<br />

que consiguió hablarlo con fluidez.<br />

En1934 se convocaron oposiciones para<br />

cátedras de institutos, unas oposiciones que rara<br />

vez se convocaban a pesar del importante número<br />

de centros creados a lo largo de la década de 1920.<br />

Como ya hemos indicado, había varios tipos de<br />

profesores organizados jerárquicamente de tal<br />

modo que en la cúspide existía un pequeño grupo<br />

que disfrutaba de sueldos elevados, el derecho a<br />

ocupar cargos directivos y la reducción de horas de<br />

docencia. El prestigio de formar parte de esa élite<br />

era enorme. D. José Luis decidió participar a pesar<br />

de las dificultades que suponía competir a este nivel<br />

a causa de la categoría intelectual y profesional de<br />

los aspirantes, ya que se trataba de unas oposiciones<br />

restringidas a las que solamente podía aspirar el<br />

profesorado de segunda enseñanza. Entre las escasas<br />

plazas convocadas se encontraba la cátedra de<br />

Geografía e Historia del Instituto Jaime Balmes de<br />

Barcelona. Inaugurado en 1845 fue durante muchos<br />

años el único establecimiento de segunda enseñanza<br />

de la ciudad y en este momento el más prestigioso.<br />

Su extraordinaria inteligencia, amplísimos<br />

conocimientos y seguridad en sí mismo se pusieron<br />

a prueba durante el desarrollo de los ejercicios.<br />

Fueron varios los aspirantes, entre ellos el que luego<br />

sería eminente historiador D. Jaime Vicens Vives 12 .<br />

Precisamente por su origen catalán era el candidato<br />

preferido por un sector de la sociedad barcelonesa,<br />

en un momento en que estaba de plena actualidad el<br />

debate sobre la autonomía de la región. D. José Luis<br />

recibió anónimos para que desistiese en su pretensión<br />

11 SÁNCHEZ RON, J. M.: 1907-1987. La Junta para la Ampliación de Estudios<br />

e Investigaciones Científicas 80 años después, CSIC, Madrid, 1989, Vol. II, p. 49.<br />

12 Jaime Vicens Vives (1910-1960) comenzó sus investigaciones con la tesis<br />

doctoral Fernando II y la ciudad de Barcelona, escrita en catalán en 1936. En 1947<br />

ganó la cátedra de Historia Universal Moderna de la Universidad de Zaragoza<br />

pasando al año siguiente a la de Barcelona. A partir de entonces se interesó por<br />

los aspectos económicos y sociales de la historia de España. Publicó obras de<br />

síntesis, dirigió obras colectivas y fundó publicaciones periódicas. Sus manuales<br />

introdujeron en la historia a muchos estudiantes universitarios. Está considerado<br />

como renovador de la ciencia histórica española.<br />

de obtener la plaza a los que no prestó la menor<br />

atención y que no le impidieron posteriormente<br />

mantener una estrecha amistad con el ilustre<br />

historiador.<br />

De la firmeza de su carácter da idea una anécdota<br />

ocurrida en el transcurso de la oposición. En la última<br />

parte (bautizada jocosamente por los aspirantes como<br />

“qué guapo soy”) los opositores tenían que exponer<br />

sus propios méritos y justificar su adecuación a la<br />

plaza. Cuando se estaba refiriendo a la antigua Grecia,<br />

citó a varios historiadores (Tucídides, Herodoto…) y<br />

uno de los miembros del tribunal le preguntó, para<br />

regocijo de los competidores que en aquel momento<br />

le escuchaban, que cuántas obras había leído de<br />

esos autores. D. José Luis no dudó en responder:<br />

“Ninguna, porque si tuviera que leer los escritos de<br />

todos los historiadores importantes tardaría años y yo<br />

quiero ser catedrático ahora, no cuando sea viejo”.<br />

Finalmente, en los primeros días de 1935 obtenía<br />

el número 1 de la oposición y con él la disputada<br />

cátedra. Tenía 32 años y estaba llegando a lo más<br />

alto de su carrera profesional. Aún le quedaba la<br />

universidad, una meta a la que posiblemente hubiera<br />

llegado si la guerra civil y la represión subsiguiente no<br />

hubieran frustrado este proyecto.<br />

Fueron numerosas las felicitaciones que recibió<br />

cuando, a comienzos de febrero, se trasladaba a Coria<br />

para pasar unos breves días de descanso. El día 13<br />

era agasajado con una cena en el cine Quevedo a la<br />

que asistieron compañeros, amigos y conocidos que<br />

quisieron testimoniarle de este modo su admiración<br />

y afecto. También recibió el reconocimiento de las<br />

autoridades municipales. En la sesión del Pleno de la<br />

Corporación Municipal del 18 de febrero el alcalde,<br />

D. Baldomero Palma Japón, exponía<br />

que habiendo obtenido nuestro distinguido paisano<br />

D. José Luis Asián Peña una cátedra en el Instituto<br />

Nacional de Segunda Enseñanza Jaime Balmes de<br />

Barcelona, después de unas reñidísimas oposiciones en<br />

las que ha destacado el mérito y la sólida cultura de tan<br />

ilustre joven, tenía la honra de exponerlo al Cabildo<br />

como representante del pueblo, con el fin de que<br />

tan descollado ejemplo de laboriosidad y de talento<br />

se patentizara de modo que llegara, por conducto de<br />

la Corporación, al conocimiento del pueblo para su


144<br />

<strong>Azotea</strong><br />

de presentarse ante las nuevas autoridades locales<br />

y por su condición de profesor ante el rector de la<br />

Universidad, en estos momentos máxima autoridad<br />

educativa en la zona sublevada. Fue asignado a<br />

servicios auxiliares de la Cruz Roja y en octubre de<br />

este año, tras la sangrienta liberación de Badajoz,<br />

nombrado profesor del Instituto de Segunda<br />

Enseñanza de esta ciudad donde permaneció hasta el<br />

final de la guerra. Afortunadamente no fue enviado al<br />

frente. Cuando en el verano de 1937 se encontraba de<br />

nuevo en Coria le sorprendió la muerte de su querido<br />

padre. La noche del 12 de agosto moría D. Manuel<br />

Asián Ruiz, uno de los más destacados maestros de<br />

Coria, tras haber sido depurado y apartado de la<br />

enseñanza por las autoridades golpistas.<br />

Como todos los funcionarios públicos, D. José<br />

Luis tuvo que someterse a un proceso de depuración,<br />

con objeto de probar su lealtad al nuevo régimen.<br />

Para ello tuvo que realizar una declaración jurada en<br />

la que juraba<br />

por Dios y por mi honor decir verdad y cuanto sé […]<br />

aceptando la responsabilidad en que incurriese por<br />

el fuero de guerra si lo que manifiesto fuese falso o<br />

sigilase hechos que conociéndolos, puedan auxiliar a la<br />

labor depuradora de la justicia 14 .<br />

Con su esposa en Barcelona, en mayo de 1942.<br />

satisfacción y ejemplaridad de su juventud. El Cabildo<br />

acogió con entusiasmo las palabras del Sr. Presidente,<br />

acordando por unanimidad felicitar al Sr. D. José Luis<br />

Asián Peña por tan brillante triunfo que, además de<br />

distinguirlo exaltadamente en su carrera profesional,<br />

honra al pueblo que lo vio nacer 13 .<br />

No pudo recibir personalmente esta felicitación<br />

porque un día antes, el 17 de febrero de 1935,<br />

tomaba posesión de la cátedra de Geografía e Historia<br />

del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza Jaime<br />

Balmes de Barcelona, con el modesto sueldo de 8.000<br />

pesetas anuales.<br />

Siempre aprovechaba las vacaciones escolares para<br />

regresar a su pueblo natal. Disfrutando del descanso<br />

veraniego en casa de sus padres le sorprendió la<br />

sublevación militar del 18 de julio de 1936. El triunfo<br />

del golpe en la capital le convenció de la necesidad<br />

13 Archivo Municipal de Coria del Río. Actas Capitulares, libro 16, p. 2 vto.<br />

En ella manifestaba que no pertenecía a ningún<br />

partido ni organización sindical y que en 1925 y sólo<br />

durante cuatro meses estuvo afiliado a la masonería<br />

con el grado de aprendiz.<br />

La Comisión Depuradora C de la provincia de<br />

Barcelona, encargada de estudiar su expediente,<br />

acordaba el 9 de agosto de 1940 emitir un veredicto<br />

favorable:<br />

De las diligencias practicadas, de los informes recabados<br />

y de las gestiones realizadas por esta Comisión, resulta<br />

que no aparecen cargos contra dicho señor, pues, si<br />

bien confiesa haber pertenecido a la masonería, no<br />

pasó del grado de aprendiz y fue baja en la misma hace<br />

lo menos trece años. Por tanto, esta Comisión propone<br />

al Ilmo. Sr. Subsecretario del Ministerio de Educación<br />

Nacional, la CONFIRMACIÓN en su cargo de<br />

catedrático del Instituto “Balmes” de Barcelona, a<br />

favor de D. José Luis Asián Peña.<br />

14 Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares (Madrid). Expediente<br />

de depuración <strong>nº</strong> 32-16737-00064.


<strong>Azotea</strong> 145<br />

El expediente fue enviado a la Comisión Superior<br />

Dictaminadora de Expedientes de Depuración, cuya<br />

función era revisar de nuevo todos los expedientes de las<br />

Comisiones Depuradoras, que con fecha 25 de febrero<br />

de 1941 acordaba “la confirmación en su cargo”.<br />

Las incertidumbres que amenazaban su futuro<br />

profesional habían desaparecido y también se abría<br />

un futuro prometedor en su vida privada. El 26 de<br />

octubre de 1942, con 39 años, contraía matrimonio<br />

con Dª Mª Dolores Román Fornesa, de 26 años. Su<br />

padre era militar, en esta época teniente coronel, y su<br />

madre pertenecía a una acomodada familia originaria<br />

de un pueblo de los Pirineos establecida en La Seo<br />

de Urgel donde sus abuelos fundaron un banco, una<br />

imprenta y una agencia de aduanas.<br />

Pero en la España surgida del golpe militar no<br />

tenían cabida quienes en un determinado momento<br />

de su vida hubieran tenido conductas consideradas<br />

ahora incompatibles con la nueva sociedad que se<br />

quería construir. No sólo había que demostrar una<br />

inquebrantable adhesión al nuevo régimen sino que<br />

también había que tener un pasado limpio. El punto<br />

de partida de la nueva situación fue la promulgación<br />

de la Ley de 1 de marzo de 1940 sobre Represión de<br />

la Masonería y del Comunismo (Boletín oficial del<br />

Estado <strong>nº</strong> 62 de 2 de marzo) por el que se declaraba<br />

como delito pertenecer a estas organizaciones. El<br />

artículo 4º calificaba de masones a “todos los que han<br />

ingresado en la masonería y no han sido expulsados<br />

o no se han dado de baja de la misma o no han roto<br />

explícitamente toda relación con ella”. El artículo<br />

siguiente señalaba que este delito se castigaría con<br />

pena de cárcel.<br />

No obstante, una de las medidas más extremas<br />

venía recogida en el artículo 8º, al señalar que aquellas<br />

personas que hubieran pertenecido a la masonería<br />

o al comunismo serían inhabilitadas de manera<br />

perpetua para ocupar cargos públicos. Para llevar<br />

a cabo esta tarea se nombró un Tribunal Especial,<br />

presidido por el General Saliquet y del que formaban<br />

parte un general del ejército, un miembro destacado<br />

de Falange y dos letrados.<br />

Precisamente se encontraba de viaje de bodas<br />

cuando recibió la desagradable noticia de que había<br />

sido inculpado por el Tribunal por haber pertenecido<br />

a la masonería. El fallo del Tribunal, que se produjo<br />

el 11 de diciembre de 1942, suponía una muestra<br />

de arbitrariedad porque, a pesar de reconocer que su<br />

relación con esta organización había sido esporádica<br />

y que ya no pertenecía a ella, la sanción no tenía en<br />

cuenta estos hechos. No hay que olvidar que se estaba<br />

juzgando algo que había sucedido 15 años antes y<br />

que en aquel momento no constituía delito.<br />

El Tribunal consideraba probado que<br />

fue iniciado en Octubre de 1925 en la logia “España”<br />

<strong>nº</strong> <strong>22</strong> de Sevilla, y sin pasar del grado 1º ni desempeñar<br />

cargos, causó baja en la secta por falta de asistencia<br />

y pago en 18 de Agosto de 1927, sin que consten<br />

posteriores actividades masónicas del encartado, que<br />

observó buena conducta y que ya antes de iniciarse el<br />

Movimiento Nacional quiso abjurar públicamente de<br />

sus errores ante la Iglesia haciéndolo más tarde y que<br />

también en Agosto de 1936, y que espontáneamente,<br />

compareció ante el Rector de la Universidad<br />

exponiéndole cuales habían sido sus relaciones con la<br />

secta, extremo que tampoco ocultó en su expediente<br />

de depuración habiendo sido admitido sin sanción<br />

e inclusive designado para formar [parte] de una de<br />

las Comisiones de restablecimiento de los servicios de<br />

enseñanza de Cataluña y habiendo también actuado<br />

en el año 1937 en servicios oficiales de propaganda.<br />

Más adelante se reconocía que<br />

el encartado no obstante haber ingresado en la secta,<br />

su actividad en la misma fue poco relevante y se apartó<br />

de la misma si bien tan solo por falta de asistencia y<br />

pago en el año 1927 y con posterioridad a estos hechos<br />

con su conducta religiosa y con su actuación pública<br />

reparó en parte el mal causado.<br />

Pues bien, a pesar de reconocer estos hechos el<br />

Tribunal le condenaba<br />

a la sanción de inhabilitación absoluta perpetua para el<br />

ejercicio de cualquier cargo del Estado, Corporaciones<br />

públicas u oficiales, Entidades subvencionadas,<br />

Empresas concesionarias, Gerencias y Consejos de<br />

Administración en empresas privadas, así como cargos<br />

de confianza, mando y dirección de las mismas y la de<br />

separación definitiva de los referidos cargos 15 .<br />

15 Archivo General de la Administración. Expediente de depuración <strong>nº</strong> 32-16737-<br />

00064.


146<br />

<strong>Azotea</strong><br />

La sentencia significaba la privación de la cátedra<br />

que tanto trabajo le había costado conseguir, su<br />

expulsión del cuerpo de funcionarios y la pérdida de<br />

un trabajo que hasta entonces había sido su medio<br />

de vida.<br />

En esta difícil situación comenzó a escribir libros<br />

de texto para los alumnos del bachillerato, tarea que<br />

continuaría tras su reintegración a la cátedra. Sus<br />

amplísimos conocimientos de geografía e historia se<br />

pusieron de manifiesto en los sucesivos textos que<br />

fue publicando en la prestigiosa editorial Bosch de<br />

Barcelona. En ellos se muestran las dotes pedagógicas<br />

de su autor y el deseo de hacer atractiva la materia para<br />

los estudiantes. No hay que olvidar que D. José Luis<br />

conocía perfectamente la práctica escolar pues antes<br />

de ocupar plaza en la enseñanza secundaria había sido<br />

maestro rural durante cinco años. Por ello sus libros<br />

consiguen ese difícil equilibrio entre la erudición y<br />

la didáctica. Este sentido pedagógico se manifiesta<br />

en las notas a pie de página para los alumnos más<br />

adelantados, los esquemas gráficos, los epígrafes<br />

al comienzo de cada capítulo, las ilustraciones, los<br />

mapas, los subrayados, y los resúmenes, lecturas y<br />

ejercicios prácticos al final de cada capítulo. Todos<br />

estos recursos pretendían hacer más atrayente y<br />

comprensible el estudio de unas materias que exigían<br />

bastante esfuerzo a muchos estudiantes.<br />

Sus libros fueron rápidamente adoptados en<br />

muchos centros de enseñanza, tanto oficiales como<br />

privados. Entre estos últimos se encontraban los<br />

jesuitas que no dudaron en utilizarlos a pesar de que<br />

su autor estaba condenado por masón. En esta época<br />

estaba en vigor la Ley Reguladora de los Estudios<br />

de Bachillerato de 20 de septiembre de 1938 que<br />

establecía un Bachillerato con una serie de materias<br />

fundamentales, entre ellas Geografía e Historia,<br />

distribuidas a lo largo de siete cursos académicos.<br />

Al finalizar el último año había un examen, ante<br />

catedráticos de Universidad, cuya superación<br />

permitía obtener el título de bachiller y el acceso a los<br />

estudios universitarios.<br />

D. José Luis no se limitó a escribir textos que<br />

seguían los programas establecidos por el Ministerio<br />

de Educación para cada curso. También redactó<br />

Portada de uno de los libros, utilizado para 6º de Bachillerato (Plan<br />

de 1953).<br />

manuales para consulta de los alumnos donde se<br />

ampliaban determinadas materias. Su erudición y<br />

trabajo permitieron dar a la luz numerosos libros. Fue<br />

ésta la etapa más prolífica de su carrera profesional.<br />

Algunos de los títulos publicados fueron:<br />

- Historia del Imperio Español.<br />

- Geografía histórica de España.<br />

- Elementos de Geografía Regional e Historia de<br />

España.<br />

- Nociones de Historia de la Cultura.<br />

- Nociones de Historia de la Civilización Española.<br />

- Geografía de las Grandes Potencias y los productos<br />

básicos.<br />

- Nociones de Geografía de España.<br />

- Panorama histórico de la humanidad. Los hombres,<br />

los hechos y las ideas.<br />

- Manual de Historia de España.<br />

- Elementos de Geografía de España.


<strong>Azotea</strong> 147<br />

Con la publicación de la Ley de Ordenación<br />

de la Enseñanza Media de 26 de febrero de 1953<br />

se estableció un nuevo programa de estudios.<br />

El bachillerato se dividía en dos: el bachillerato<br />

elemental de cuatro cursos y el superior de dos. Para<br />

obtener el título correspondiente al final de cada<br />

uno había que superar una reválida. A partir de 5º<br />

curso los estudiantes podían escoger la especialidad<br />

de Letras o Ciencias. La nueva reorganización de la<br />

segunda enseñanza exigió la adaptación de los textos a<br />

la nueva ley. Por ello D. José Luis, además de adaptar<br />

los anteriores, elaboró nuevos manuales:<br />

- Geografía General y Universal.<br />

- Manual de Historia Universal.<br />

- Geografía política y económica.<br />

- Nociones de Historia. Edades Antigua y Media.<br />

- Nociones de Historia. Edades Moderna y<br />

Contemporánea.<br />

- Historia Universal y de España.<br />

- El Mundo. Geografía Universal.<br />

- Historia General del arte y de la cultura.<br />

Cerro de San Juan y del Instituto de Segunda<br />

Enseñanza Rodrigo Caro en 1968, se utilizaron los<br />

correspondientes a Geografía e Historia de 1º, 2º y<br />

4º de Bachillerato Elemental.<br />

El alejamiento de la cátedra duraba ya tres años<br />

cuando personas influyentes intercedieron para<br />

revocar la injusta sanción que sufría. Entre ellos<br />

se encontraba el Dr. Roquer, sacerdote y profesor<br />

del Instituto Jaime Balmes y José Ibánez Martín,<br />

catedrático de Geografía e Historia en el Instituto<br />

San Isidro de Madrid durante la etapa republicana y<br />

ministro de Educación a partir de 1939. Tras diversas<br />

gestiones y una larga espera, finalmente el Consejo<br />

de Ministros decidía el 11 de diciembre de 1946<br />

dejar sin efecto la sanción que se le había impuesto.<br />

A partir de enero de 1947 pudo reincorporarse de<br />

nuevo a su cátedra y reanudar sus tareas docentes,<br />

También publicó textos escolares en colaboración.<br />

Entre ellos destacamos:<br />

- Roma. Vol. I: El arte en Roma. Vol. II: El Papado<br />

y el Vaticano. (Con Leonardo Von Matt).<br />

- Temas de historia de la cultura y del arte. (Con<br />

José María Sanz García).<br />

- Historia Universal y de España. Edades Antigua y<br />

Media. (Con Isabel Ibáñez Daltabuit).<br />

- Geografía de España. (Con Isabel Ibáñez<br />

Daltabuit).<br />

- Historia de España y nociones de su metodología.<br />

(Con Antonio Martín Moreno).<br />

Entre 1941 y 1970 publicó más de 30 libros que<br />

sirvieron a miles de estudiantes en toda España, tanto<br />

en centros públicos como privados. En Coria, con<br />

la creación en 1964 del Colegio Libre Adoptado<br />

Leyendo en su despacho, hacia 1955.


148<br />

<strong>Azotea</strong><br />

Paseando a la orilla del mar hacia 1965.<br />

un trabajo que continuaría de forma ininterrumpida<br />

hasta cumplir los setenta años.<br />

En Barcelona transcurrió el resto de su vida,<br />

dedicado a la enseñanza en el Instituto, a la redacción<br />

de libros de texto y a su familia. Tuvo tres hijos,<br />

José Luis, Dolores y Alicia, de los cuales las dos<br />

últimas continuaron la profesión paterna. El 9 de<br />

mayo de 1973, cuando ya llevaba 44 años dedicado<br />

a la enseñanza, llegaba el ansiado momento de la<br />

jubilación. Sin embargo, poco tiempo pudo disfrutar<br />

de su nueva situación, pues cuatro años más tarde, el<br />

4 de diciembre de 1977, dejaba de existir. Su esposa<br />

le sobrevivió 35 años, falleciendo el 17 de junio de<br />

2012.<br />

Sus alumnos lo recuerdan como un profesor<br />

excepcional, carismático y con un gran sentido del<br />

humor. Daba clases de Geografía, Historia e Historia<br />

del Arte en todos los cursos del bachillerato. Era muy<br />

ameno en sus exposiciones y para evitar la aridez<br />

del temario solía intercalar anécdotas curiosas que<br />

mantenían fácilmente la atención de los escolares.<br />

Fue un hombre de mucho carácter, dotado de una<br />

gran personalidad y seguridad en sí mismo. Tenía un<br />

gran corazón y una gracia especial, muy andaluza,<br />

que le permitía decir sin<br />

ofender cosas que a otros no<br />

se le hubiesen perdonado.<br />

Su carácter abierto y su<br />

elegancia natural (algunos<br />

compañeros le apodaban el<br />

marqués) le hacían aún más<br />

atractivo. Hablaba alemán<br />

con fluidez y, a pesar de<br />

que gran parte de su vida<br />

vivió en Cataluña, nunca<br />

perdió el acento andaluz.<br />

Hablaba poco catalán con<br />

el argumento de que su<br />

interlocutor hablaría mejor<br />

castellano que él catalán. Le<br />

gustaba mucho el flamenco<br />

y muchas noches, cuando<br />

seguramente le invadía la<br />

añoranza de su tierra, ponía<br />

discos de cante jondo que escuchaba atentamente<br />

ante la mirada perpleja de sus hijos.<br />

El recuerdo de su Coria del Río natal no le<br />

abandonó nunca. Todas las primaveras, aprovechando<br />

las vacaciones de Semana Santa, volvía a su pueblo,<br />

una veces sólo, otras acompañado por la familia.<br />

Disfrutando de la compañía de familiares y amigos,<br />

paseando y conversando, transcurrían con rapidez<br />

los breves días de su estancia. Y volvía a Barcelona<br />

contento de haber revivido su infancia y adolescencia,<br />

con la esperanza de volver el próximo año a percibir<br />

los aromas del azahar coriano y reencontrar el cariño<br />

de sus paisanos. Pocos años dejó de venir a su querido<br />

pueblo. La última vez que lo hizo, ya enfermo, fue en<br />

una silla de ruedas. El intenso amor por el lugar que<br />

le vio nacer fue uno de los rasgos más destacados de<br />

su carácter.<br />

Sin embargo, como una madre ingrata Coria del<br />

Río ha ignorado a este hijo ilustre, el primero que<br />

consiguió ser nombrado catedrático de instituto. Nada<br />

en el pueblo le recuerda. Ninguna calle, ninguna plaza,<br />

ningún centro de enseñanza han servido para perpetuar<br />

su nombre. Al cariño de su hijo, sólo la indiferencia y<br />

el olvido. Así suelen corresponder los pueblos ante los<br />

méritos de los que se elevan sobre la medianía.


<strong>Azotea</strong> 149<br />

Como ya destacó hace años Daniel Pineda,<br />

“Coria del Río debe a su ilustre hijo un homenaje. Sí;<br />

es de justicia y de hombría de bien; no debemos ser<br />

ni indiferentes ni ingratos con nuestros hijos ilustres,<br />

por algo ellos honran a sus pueblos” 16 . Han pasado<br />

los años y este homenaje aún no se ha realizado. ¿Será<br />

posible aún reparar esta injusticia? ¡Ojalá que algún<br />

día su nombre vuelva a ser recordado en Coria del<br />

Río, el pueblo que tanto amó!<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

FLECHA GARCÍA, C.: “Institutos de Segunda Enseñanza<br />

en España y primeros profesores en la de Murcia”, en VV.AA.:<br />

Homenaje al profesor Alfonso Capitán, Universidad de Murcia,<br />

Murcia, 2005, pp. 167-190.<br />

IGNACIO CRUZ, J.: “Los institutos de segunda enseñanza<br />

en España. Datos sobre su implantación (1835-1936)”,<br />

Educatio Siglo XXI, Vol. 30, <strong>nº</strong> 1, pp. 233-252.<br />

PINEDA NOVO, D.: “Homenaje a un Hijo Ilustre de Coria:<br />

D. José Luis Asián Peña”, <strong>Revista</strong> de Feria, Ayuntamiento de<br />

Coria del Río, 1972.<br />

RODRÍGUEZ CÁRDENAS, M.: Luis Ramírez Palma.<br />

Alcalde de la II República en Coria del Río: su vida y su muerte<br />

(1901-1936), Diputación Provincial, Sevilla, 2007.<br />

SÁNCHEZ RON, J. M. (Coord.): 1907-1987. La Junta<br />

para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas 80<br />

años después, 2 Vols., CSIC, Madrid, 1989.<br />

SANCHIDRIÁN BLANCO, C.: “¿Qué hicieron para<br />

merecer esto? Tres profesores de bachillerato ante la<br />

depuración franquista”, en VV.AA.: Homenaje al profesor<br />

Alfonso Capitán, Universidad de Murcia, Murcia, 2005, pp.<br />

537-560.<br />

ARCHIVOS<br />

Archivo General de la Administración. Alcalá de Henares<br />

(Madrid).<br />

Archivo Municipal de Coria del Río (Sevilla).<br />

Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla.<br />

16 PINEDA NOVO, D.: “Homenaje a un Hijo Ilustre de Coria: D. José Luis<br />

Asián Peña”, <strong>Revista</strong> de Feria, Ayuntamiento de Coria del Río, 1972.


Este número <strong>22</strong> de AZOTEA, dedicado monográficamente a<br />

BIOGRAFÍAS,<br />

se terminó de imprimir el día 11 de Agosto de 2018,<br />

en los Talleres de Gráficas Santa María,<br />

coincidiendo con el 82 aniversario del fusilamiento de Blas Infante,<br />

padre de la Patria Andaluza.

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