Revista Las Hojas Octubre
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Tecno<br />
El primer retrato<br />
robot<br />
Una vanguardista técnica de análisis genético ha permitido obtener<br />
el primer retrato robot de los denisovanos, un misterioso linaje con<br />
el que los humanos modernos tuvimos sexo e hijos hace decenas<br />
de miles de años y cuyo aspecto físico ha sido un misterio hasta<br />
ahora.<br />
Casi todo lo que se sabe de este grupo de humanos proviene<br />
de un hueso ridículamente pequeño: la falange de la punta del<br />
dedo meñique de una niña que vivió hace más de 50.000 años<br />
en la cueva de Denisova (Rusia). <strong>Las</strong> bajas temperaturas lo habían<br />
conservado tan bien que de esa pequeña esquirla ósea se pudo<br />
extraer el genoma completo de la niña, que mostró que pertenecía<br />
a un linaje diferente, hermano de los neandertales.<br />
Lamentablemente toda la información genética del hueso no pudo<br />
decir ni una palabra de qué aspecto tenían los denisovanos, o si<br />
de no haberse extinguido los veríamos diferentes a nosotros.<br />
Un equipo de científicos de España e Israel han reanalizado el ADN<br />
de la niña denisovana para estudiar no su secuencia genética, sino<br />
marcas moleculares que han quedado fosilizadas sobre esta y que<br />
se llaman metilaciones. Estas reacciones bioquímicas influyen en<br />
los genes, por ejemplo haciendo que se apaguen, lo que a su vez<br />
tiene un impacto directo en el aspecto físico de un individuo.<br />
Para identificar el efecto concreto de esos cambios químicos en<br />
la anatomía los investigadores analizaron el genoma de humanos<br />
actuales que por enfermedades hereditarias tienen esos mismos<br />
genes desactivados y sufren sus efectos en un órgano concreto.<br />
Una vez identificados cuáles impactan en el esqueleto, los<br />
científicos comprobaron la validez de su técnica para predecir<br />
la fisonomía de dos especies de genoma bien conocido: los<br />
neandertales y los chimpancés. La capacidad de acierto fue del<br />
85%.<br />
Los científicos han hallado 56 rasgos anatómicos que diferencian a<br />
los denisovanos de los neandertales y del Homo sapiens, nuestra<br />
propia especie. 34 de ellos están en el cráneo. Como era de<br />
esperar por su cercano parentesco, la reconstrucción, muestra<br />
que los denisovanos se parecían más a los neandertales, con los<br />
que comparten la cara alargada y las caderas anchas. También<br />
desvela rasgos únicos, como una boca y dientes más grandes y<br />
una cara muy ancha. En conjunto, el trabajo permite mirar a los<br />
ojos a los denisovanos por primera vez.<br />
“Este estudio supone una revolución metodológica”, opina María<br />
Martinón-Torres, directora del Centro Nacional para la Investigación<br />
de la Evolución Humana, en Burgos. “La innovación de aplicar<br />
técnicas que no se utilizan habitualmente en la paleoantropología,<br />
sino en estudios clínicos con ADN contemporáneo parece que<br />
raya la ciencia ficción, pero también hay que recordar que eso<br />
pensábamos hace una década con la posibilidad de extraer ADN<br />
de fósiles, y ahora no solo está a la orden del día, sino que también<br />
extraemos proteínas. Es fascinante que se exploren estas otras<br />
vías de resucitar a los fósiles”, resalta la paleoantropóloga.<br />
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