Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
www.rafaelochoa.com.ve<br />
W. <strong>Paul</strong> <strong>Young</strong> – La Cabaña<br />
ADIVINA QUIÉN VIENE A CENAR<br />
“Por rutina descalificamos testimonios que justificarían<br />
atenuantes. Es decir, estamos tan convencidos de <strong>la</strong> rectitud de<br />
nuestro juicio que invalidamos evidencias que no nos confirmen<br />
en él. Nada que merezca ser l<strong>la</strong>mado verdad podría haberse<br />
alcanzado nunca por ese medio”<br />
Marilynne Robinson, La muerte de Adán.<br />
Hay veces en que uno decide creer algo que en condiciones normales se consideraría<br />
absolutamente irracional. Esto no quiere decir que en realidad sea irracional, pero sin duda<br />
no es racional. Quizá exista <strong>la</strong> suprarracionalidad: una razón más allá de <strong>la</strong>s defi- niciones<br />
normales de los hechos o <strong>la</strong> lógica basada en datos; algo que sólo tiene sentido si puede<br />
verse una imagen más amplia de <strong>la</strong> realidad. Tal vez es ahí donde encaja <strong>la</strong> fe. Mack no<br />
estaba seguro de muchas cosas, pero en los días posteriores a su riña con el conge<strong>la</strong>do<br />
camino para entrar a casa, en su corazón y su mente se convenció de que había tres<br />
posibles explicaciones de <strong>la</strong> nota. Esta era de Dios, por absurdo que eso pudiera parecer;<br />
era una broma cruel, o algo más siniestro del asesino de Missy. Como fuera, <strong>la</strong> nota<br />
dominaba sus pensamientos de día y sus sueños de noche. En secreto, empezó a hacer<br />
p<strong>la</strong>nes para viajar a <strong>la</strong> cabaña el siguiente fin de semana. Al principio no se lo dijo a nadie,<br />
ni siquiera a Nan. No tenía ninguna defensa razonable para el intercambio que resultaría<br />
de esa reve<strong>la</strong>ción, y temía acabar indefenso. De todos modos, racionalizó que esa<br />
conversación sólo traería más dolor sin solución. "Estoy guardando esto para mí por el<br />
bien de Nan", se dijo. Además, reconocer <strong>la</strong> existencia de <strong>la</strong> nota significaría admitir que le<br />
había guardado secretos a el<strong>la</strong>, secretos que Mack seguía justificando en su mente. A veces<br />
<strong>la</strong> honestidad puede ser un increíble engorro. Convencido de <strong>la</strong> rectitud de su inminente<br />
viaje, Mack empezó a considerar <strong>la</strong> manera de alejar a <strong>la</strong> familia de casa para el fin de<br />
semana sin despertar sospechas. Cabía <strong>la</strong> remota posibilidad de que el asesino tratara de<br />
atraerlo fuera de <strong>la</strong> ciudad, dejando a <strong>la</strong> familia desprotegida, y eso no era aceptable. Pero<br />
no sabía qué hacer. Nan era demasiado perceptiva para que él reve<strong>la</strong>ra sus designios por<br />
cualquier medio, y hacerlo sólo conduciría a preguntas que no estaba preparado para<br />
42 | Página