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Alegraos 18 LA VERDAD

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Consultorio

¿Da igual ser católico,

protestante, musulmán, budista

o de cualquier otra religión?

Por P. Juan Miguel Corral Cano

Esta es una pregunta que puede suscitarse en la mente de muchas

personas de hoy. Sobre todo si tenemos en cuenta que vivimos en una

sociedad que promueve activamente el pluralismo religioso.

O

sea, que ve como un bien

el que haya diferentes

religiones y cada cual

practique la suya, siempre y cuando

lo hagan de manera absolutamente

privada y ello no afecte de ningún

modo a los otros ámbitos de su vida:

ni sus amistades, ni su trabajo, ni sus

responsabilidades cívicas, ni incluso

sus relaciones familiares.

Esa manera de concebir la religión

la considera algo que es en realidad

irrelevante. A lo sumo como un

medio para sentirse bien con uno

mismo, para relajarse o “sentir

paz”. O también como parte de

las tradiciones y el folclore de un

pueblo, junto con los bailes y festejos

populares. En el fondo, como un

reducto del pasado que puede ser

tolerado en algunos, a los que les

guste o les haga sentir bien, siempre

dentro del ámbito estrictamente

privado. A lo sumo, se puede aceptar

alguna manifestación popular de vez

en cuando, como algo marginal.

Pero de ninguna manera se aceptaría

que esa religión tuviera algo que

decir en la vida real de las personas,

en su día a día. Que implicara un

verdadero compromiso de vida y

guiase las decisiones fundamentales

de las personas y las sociedades. Las

cosas importantes se rigen por otros

criterios, la religión no tiene nada

que decir en ellas, según esta manera

de concebirla.

Parece claro que, si partimos

de una concepción como esta, la

respuesta lógica a la pregunta sobre

si da igual practicar una religión u

otra, sería algo así como lo siguiente:

“Sí, da igual, usa la que te haga sentir

mejor, coge de cada una lo que más te

guste, o simplemente ignóralas todas”. Esa

manera de practicar la religiosidad (o

más bien la “espiritualidad”, que es

la palabra que se usa comúnmente)

suele describirse con la imagen del

supermercado: de la misma manera

que en un supermercado encuentro

diferentes productos, marcas,

sabores, etc., y elijo lo que me gusta

de cada estantería, yo también

podría ir echando un vistazo a las

diferentes religiones y escoger de

cada una lo que me llame la atención,

combinándolas según mi criterio. Es

lo que suele llamarse “espiritualidad

de la Nueva Era o New Age”.

En este sistema cabe perfectamente

una persona que, por ejemplo,

practique meditación budista por la

mañana y asista a clases de yoga por

la tarde. Luego, también guarda el

Ramadán porque “su actual pareja”

es de religión musulmana, y además

porque el ayuno intermitente

es muy bueno para conseguir una

buena figura. Por otro lado, querría

ser madrina en el bautizo de su sobrino

y además todos los años asiste

a la procesión del santo patrono de

su pueblo porque su padre la hizo

congregante de niña. Y cuando sale

Alegraos - 3

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