El Impresor Agosto 2020

Libros y Autores, Editores y Lectores
Duelo de Inteligencias:
Octavio Paz (1914-1998)
Carlos Monsiváis (1938-2010)
Por Librero Vigente
En nuestro obligado confinamiento
No es que sea miope sino que para él la
teratura” su sistema de generalizaciones
leímos el libro de Elena Poniatowska
realidad es siempre ideológica. Inclu-
lo conduce con la frecuencia a una serie
“Octavio Paz, las palabras del árbol”,
so cuando parece referirse a lo que está
de vigorosas inaptitudes: la razón que le
primera edición, marzo de 1998, edita-
pasando, habla siempre de otras cosas.
asiste en muchas ocasiones se diluye por
do por Plaza Janés donde se incluye un
De ahí que se escandalice (¿fingida-
su manía generalizadora y su debilidad
“Duelo de Inteligencias” entre Octavio
mente?) de algunas de mis opiniones el
por la frase redonda.
Paz y Carlos Monsiváis que abarca te-
tradicionalismo mexicano y elija una
Paz nos legó el gesto extraordinario de su
lectura fantasiosa de otras. Por lo de-
renuncia diplomática después de la ma-
más, Monsiváis es más ocurrente de lo
tanza de Tlatelolco y abandonó junto con
que permite el estilo chicloso de alguna
equipo de escritores la revista “Plural”,
de sus frases. Da un poco de vergüenza
como acto de dignidad al consumarse
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Octavio Paz.
mas como los partidos políticos independientes,
el letargo de la izquierda, los
intereses de la derecha, subdesarrollo, el
tradicionalismo mexicano, las deformaciones
del socialismo y la conciencia del
escritor.
recordarle a un hombre inteligente como
él en qué consiste el ascenso de las burocracias
modernas y como el Estado es
su encarnación más amplia pero la única
(…) en fin, le irrita que yo hable de una
izquierda murmuradora, pero dedica su
talento y quién sabe cuántas horas a hurgar
en los basureros del periodismo para
pepenar declaraciones ridiculizables que
él adereza con burlas y sarcasmos baratos.
¿Esto es la “defensa inteligente” las
“conquistas irrenunciables” del socialismo?
Pura murmuración. Con todo, hay
que alegrarse de que, al menos en este
caso, Monsiváis haya tenido valor civil.
el golpe pistoleril contra el “Excélsior”
dirigido por julio Scherer. Pero tiene pésimo
consejero el afán de pontificar y,
su problema es la ilusión de totalidad,
su capacidad de reducir todo para mejor
entenderlo. Por ello, saber leer sus generalizaciones
dogmáticas sobre política es
adivinar sus rectificaciones inminentes.
Acaso le convendría informarse antes de
pontificar y dejarse ya de prescindir de la
realidad para hablar de ella (…)
Una duda final: ¿Creerá de veras que
para contestarle lo que hace falta es valor
civil? Más bien paciencia de lector.
En este “agarrón” intelectual la única ga-
En el texto, Octavio Paz argumenta que
A lo que Monsiváis respondió:
nadora fue la inteligencia de dos escrito-
Monsiváis no es un hombre de ideas,
Paz es un hombre de ideas (fijas y las
res mexicanos a nivel mundial.
sino de ocurrencias, “su pecado es el
otras). Su talento con ser universal, no
discurso deshilvanado, hecho de afirma-
es omnisciente aunque suele pretender
ciones y negaciones sueltas. Su ligereza
dogmáticamente el monopolio de la dis-
con frecuencia se convierte en enredijo y
crepancia e insista en inscribirse en el
aparecen en sus escritos las tres funestas
género grande por el método de confinar
fue confuso, profuso y difuso, con todo,
a sus contrincantes en el hoyo populista
algo hay que alegrarse: al fin abandona
del género chico.
la murmuración y se decide por la discu-
Con todo sería imposible negar o minus-
sión abierta”.
valorar los alcances, de una obra impor-
Acude a un método similar al de la
tante. Como escritor y poeta.
“amalgama”, utilizado antes por ciertos
Paz es, sin embargo, fiel a sus obsesiones
radicales ya no tan jóvenes que tuvieron
necesita exhibir el estalinismo y la into-
a bien expulsar del “discurso político” a
lerancia de sus adversarios descalificán-
un grupo de “intelectuales liberales”. El
dolos de distorsionar, inventar y despojar
método de Monsiváis consiste en aislar
de cualquier contexto sus razonamientos.
un párrafo del texto, darle un carácter absoluto
y así condenar al autor.
Destierra del Edén a los “desfechados”
que me rodean por las “afueras de la li-
Carlos Monsiváis.