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Edicion 13 de octubre 2020

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Diario Co Latino

MEMORIA HISTÓRICA

Martes 13 octubre de 2020 15

En esa situación crítica no fueron

suficientes los grandes esfuerzos por

la trasformación de nuestra Fuerza

Armada, contenidos en la Proclama de

la Juventud Militar el 15 de octubre de

1979, que les propongo a los militares

que lean. Pudieron más otros intereses,

abrigados en los sectores económicos

y los partidos políticos, apoyados por

los Estados Unidos.

Se alteraron, de diversas maneras,

los resultados de muchas

urnas y, al día siguiente el PCN

había ganado las elecciones. Así

llegó a la presidencia el coronel

Arturo Armando Molina, el penúltimo

militar dentro de alrededor

de cincuenta años de dictadura

militar en El Salvador.

Este no fue el único episodio

fraudulento de nuestra historia.

A la Fuerza Armada se le ordenó

trastocar en otras ocasiones

los procesos electorales. Lo hicimos

–se nos exigió hacerlosiempre

en nombre de una supuesta

“democracia”, que, en la

realidad, era solo la de los grupos

de poder. Y así nos colocaron

en contra de lo que el pueblo

salvadoreño había decidido

en las urnas.

A muchos de nosotros se nos

empezaron a abrir interrogantes,

empezamos a no comprender

las órdenes que se nos pedía

cumplir. No hay que olvidar la

historia, en la que en cada proceso

electoral los militares repetíamos

lo mismo, otro fraude

electoral. ¿Que estábamos

defendiendo?, ¿cómo podía ser

que la defensa de la democracia

pasara por torcer la voluntad

popular y enfrentarse, con

la fuerza si era preciso, al pueblo

que decíamos defender?

Ese poder militar cerró los

espacios políticos a las organizaciones

sociales y les fue obligando

a organizarse. La misma

Fuerza Armada potenció

esta organización defendiendo

gobiernos de turno que ya habían

declarado la guerra contra

el pueblo.

En esa situación crítica no

esfuerzos por la trasformación

de nuestra Fuerza Armada,

contenidos en la Proclama de la

Juventud Militar el 15 de octubre

de 1979, que les propongo

a los militares que lean. Pudieron

más otros intereses, abrigados

en los sectores económicos

y los partidos políticos, apoyados

por los Estados Unidos.

Nuestro pueblo debe de sentir

el orgullo y mérito de lo que

hemos hecho durante estos últimos

años en nuestro país. Ha sido

un profundo proceso de cambio

democrático en el que, aún sin

haber alcanzado todo lo que desearíamos,

hemos logrado avan-

Asamblea Legislativa tiene mu-

hay que reconocer su importante

papel y las capacidades que han

demostrado muchos de sus integrantes,

mujeres y hombres que se

han puesto al servicio de su pueblo.

Al igual que nuestra Corte Suprema

de Justicia, que ha seguido

un desarrollo de superación importante

desde aquella Corte de

1,993 que tenía como presidente

al doctor Mauricio Gutiérrez Castro,

quien cinco días después de

recibir el Informe de la Comisión

de la Verdad, en complicidad con

otras instituciones y personas, entre

ellas muchos militares, decretaron

la Ley de Amnistía que tanto

daño y atraso ha causado en

todo este proceso en la búsqueda

de la verdad, justicia, reparación y

medidas de no repetición.

Ciertamente la violencia golpea

nuestra sociedad. El Salvador tiene

el “honor” de encontrarse entre

los primeros puestos del ranking

de países con mayor índice

de violencia social. Pero abordar

sus causas y actuar decididamente

sobre ellas no con mentiras o

solamente con medidas militares.

Por ello, no podemos obviar que,

como ha sido a lo largo de nuestra

historia, la violencia que hoy vive

nuestro país hunde sus raíces en

las desigualdades sociales y en las

extremas condiciones de vida que

soportan muchas salvadoreñas y

salvadoreños. Esta fue una de las

principales causas de la guerra y

no se ha resuelto, por el contrario,

la pandemia la ha agravado. Y

la misma Pandemia se usará como

Cada quien le tendrá que hacer

frente a sus miedos, pero hay un

elemento que no debemos perder

de vista: cuatro gobiernos de

ARENA y dos del FMLN y sus

consecuencias han provocado

una gran desilusión, esta es una

gran realidad. El problema está en

saber si estamos regresando al pasado

ante las grandes evidencias

existentes. La desilusión es grande,

la amenaza de que pueda continuar

también. Por el momen-

duda, pero esta tiene sus límites

muy claros.

También la institución arma-

militares de alta no deben prestarse

a intereses de ningún partido

y deben ser conscientes que

su permanencia está mejor garantizada

si la sociedad está en paz,

unida, y si tiene sus necesidades

fundamentales resueltas. La nueva

Fuerza Armada, si es que es

otra como lo han difundido abiertamente,

no puede cargar, como

institución, con las complicidades

que abraza su máximo jefe. O estamos

hablando de la misma Institución

que bajo el mando de la

Tandona y otros cuantos jefes

más trataron de tomarse el país

a base del terror, esto en parte

la viví personalmente. Hoy lo

veo diferente, aunque me asalta

la tremenda preocupación de

que estén retomando el mismo

camino, que tanto ustedes como

yo sabemos para donde va. La

Fuerza Armada que abandoné,

sigo pensando que era otra.

En qué momento dejó de ser la

vieja Fuerza Armada para convertirse

en la nueva. Algún sortilegio

mágico hizo posible ese

cambio.

Lamentablemente no aprendemos

las lecciones del pasado

y nuestros jefes nos arrastran a

repetir la historia. El 30 de octubre

del corriente mes comparecerán

en audiencia ante la Corte

Suprema de Justicia los presidentes

del poder Ejecutivo y

Legislativo; el ministro de Defensa,

los demandantes de la inconstitucionalidad

de la ley, los

amigos del tribunal admitidos

por resolución de seguimiento

de 18 de junio de 2018, el director

de IDHUCA, el minis-

ral

de la República, el procurador

para la Defensa de los Derechos

Humanos. La audiencia

tratará el tema de la inconstitucionalidad

de la “Ley Especial

de Justicia Transicional, Reparación

y Reconciliación Nacio-

luar

el cumplimiento de las obligaciones

establecidas en la sentencia

emitida en este proceso y

en las resoluciones citadas por

parte de la Asamblea Legislativa

y demás autoridades obligadas

a su acatamiento. Audiencia

que se deberá tomar con la res-

para el futuro del país. Su trascendencia

tiene una magnitud

inmensurable sobre todo que

estarán los que poseen poder de

decisión. Esperamos que se termine

la impunidad y trascendamos

hacia la Reconciliación. El

estado es el responsable de gestionar

nuestro futuro, aquí está

la oportunidad y ya no tenemos

tiempo para mentiras ni nuevas

leyes de amnistías encubiertas.

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