Listín Diario 04-01-2021

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6 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY
SÁBADO LUNES 24 DE ENERO DE 2021
Alibaba ayuda en China
a identificar a uigures
Por RAYMOND ZHONG
Al tiempo que el gobierno chino
rastreaba y perseguía a miembros
de grupos minoritarios predominantemente
musulmanes, el
gigante tecnológico Alibaba enseñó
a sus clientes corporativos cómo
podían desempeñar un papel.
El sitio web de Alibaba para
su negocio de computación en la
nube mostraba cómo los clientes
podían usar su software para
detectar los rostros de uigures y
otras minorías étnicas en imágenes
y videos, de acuerdo con páginas
del sitio que fueron descubiertas
por la publicación IPVM
de la industria de la vigilancia y
compartidas con The New York
Times. La función fue incorporada
en el software de Alibaba que
ayuda a las plataformas web a
GILLES SABRIÉ PARA THE NEW YORK TIMES
Alibaba indicó que su software de
reconocimiento facial solo se había
utilizado en pruebas. Una mezquita
en Xinjiang.
monitorear contenido digital en
busca de material relacionado
con terrorismo, pornografía y
otras categorías de alerta, explicaba
el sitio web.
El descubrimiento podría sumir
al gigante de internet en la tormenta
de condena internacional
que rodea al trato dado por China
a sus minorías musulmanas.
El Gobierno chino ha confinado
a cientos de miles de uigures
y otros a campos de adoctrinamiento
como parte de lo que llama
una campaña antiterrorista.
También ha desplegado una amplia
red de vigilancia, utilizando
reconocimiento facial y pruebas
genéticas, para monitorearlos.
El Gobierno de Estados Unidos,
entre otros, ha denunciado el
programa.
Demuestran el uso
del reconocimiento
facial.
No se pudo determinar si los
clientes de Alibaba habían utilizado
la herramienta de detección
de minorías ni cómo. Pero el potencial
de uso problemático es
alto. Por ejemplo, una plataforma
de redes sociales podría marcar
automáticamente videos para
un escrutinio adicional, o incluso
alertar a las autoridades, si contienen
rostros que el software
predice que son uigur.
Después de que The Times preguntó
recientemente
a Alibaba sobre la
herramienta, la compañía
editó su sitio
web para eliminar
las referencias a los
rostros de uigures y
de minorías.
“La mención de origen
étnico se refiere
a una característica/
función que se utilizó
dentro de un entorno
de prueba durante
una exploración de
nuestra capacidad
técnica”, dijo un representante
de Alibaba
Cloud en una
declaración escrita.
“Nunca se usó fuera
del entorno de prueba”.
La compañía se
negó a decir por qué se había incluido
información sobre la función
en la documentación oficial
de su software. También se negó
a comentar por qué había estado
probando herramientas para
detectar rostros de minorías étnicas.
En un comunicado emitido
después de la publicación de este
artículo, Alibaba dijo que había
eliminado “toda etiqueta étnica”
de su oferta de productos y que
se había sentido “consternado al
saber” que su división en la nube
había desarrollado la función de
detección de minorías.
“No permitimos ni permitiremos
que nuestra tecnología se
utilice para apuntar o identificar
grupos étnicos específicos”, rezaba
el comunicado.
ALY SONG/REUTERS
El proveedor de servicios de computación en la nube, podría
verse involucrado en la controversia con los uigures.
DINERO Y NEGOCIOS
DMITRY KOSTYUKOV PARA THE NEW YORK TIMES; ABAJO, JOHANNA GERON/REUTERS
En la Comisión Europea en Bruselas hay preocupación por el crecimiento de una industria de
influencias. Margrethe Vestager (abajo) lidera el esfuerzo por regular las compañías tecnológicas.
Las “Big Tech” cabildean en Europa
POR ADAM SATARIANO y
MATINA STEVIS-GRIDNEFF
Un documento filtrado sacudió
en octubre a Bruselas, la capital
de la Unión Europea, esbozando a
detalle los planes de Google para
socavar legislación nueva que podría
dañar severamente su unidad
de publicidad digital.
“Aliados académicos” plantearían
dudas sobre las reglas nuevas.
Google intentaría erosionar
el apoyo al interior de la Comisión
Europea para complicar el proceso
de creación de políticas y trataría
de sembrar una disputa comercial
trasatlántica al reclutar a funcionarios
estadounidenses opuestos a las
políticas europeas.
Para muchos funcionarios en
Bruselas, el documento confirmó lo
que habían sospechado desde hace
mucho tiempo: los colosos tecnológicos
de EE. UU. están enfrascados
en una amplia campaña de cabildeo
para detener una regulación más
fuerte en su contra.
A medida que la Unión Europea
se ha convertido en el líder global en
regulación tecnológica, estas compañías
se han enfocado cada vez
más en Bruselas con la esperanza
de sofocar reglas aún más estrictas
antes de que se propaguen.
Los reguladores estadounidenses
ya se han vuelto mucho más
agresivos. A principios de diciembre,
funcionarios federales y estatales
acusaron a Facebook de
aplastar ilegalmente a la competencia.
En octubre, el Departamento
de Justicia acusó a Google de proteger
ilegalmente su monopolio en
búsquedas.
En Europa, las compañías están
contratando a exfuncionarios gubernamentales,
bufetes legales influyentes
y firmas consultoras. Han
financiado docenas de grupos de expertos
y asociaciones comerciales,
subvencionado puestos académicos
y ayudado a publicar investigación
amigable con la industria.
En el primer semestre del 2020,
Google, Facebook, Amazon, Apple
y Microsoft declararon haber gastado
una cifra combinada de 19 millones
de euros, o unos 23 millones
de dólares, igual a lo que declararon
en todo el 2019 y comparado con 6.8
millones de euros en el 2014, informó
Transparencia Internacional,
un grupo que monitorea el cabildeo
en la Unión Europea.
Las compañías y sus aliados reportaron
cientos de reuniones con
funcionarios en la Comisión Europea
y el Parlamento Europeo.
“Nunca habíamos visto que compañías
directamente gastaran este
tipo de dinero”, afirmó Margarida
Silva, una investigadora en el Observatorio
Corporativo Europeo,
un grupo que da seguimiento al cabildeo
en Bruselas.
Aunque el gasto es menor que
en EE. UU., la creciente industria
de la influencia está alarmando a
funcionarios de la Unión Europea
que creen que las compañías “Big
Tech” están contribuyendo a una
“washingtonización” de Bruselas,
poniendo el dinero y las palancas
por encima del interés público.
“Ésta es una tendencia que sucede
desde hace años —una profesionalización
de la industria del cabildeo
en Bruselas”, dijo Max Bank,
un investigador en LobbyControl,
un grupo con sede en Alemania
que estudia la influencia corporativa.
Pese al cabildeo, líderes europeos
como Margrethe Vestager,
quien supervisa las políticas digitales,
han llamado a las compañías
amenazas a la democracia y anticompetitivas,
y han tomado varios
pasos para refrenarlas.
Amazon, Apple, Google y Facebook
están ya sea bajo investigación
antimonopolio o ya han recibido
sanciones de miles de millones
de dólares. En años recientes, la
Unión Europea ha adoptado leyes
contra la industria en cuestiones
como privacidad y derechos de autor
en línea.
No obstante, la industria no parece
estar disuadida, aún al tiempo
que enfrenta lo que muchos creen
que será la batalla más dura a la
fecha.
Funcionarios de la Unión Europea
acaban de introducir algunas
de las regulaciones tecnológicas
más exhaustivas del mundo, poniendo
en la mira las llamadas plataformas
guardianes, como Amazon,
Apple, Facebook y Google, que
juegan un papel descomunal en la
economía digital.
Reglas de competencia más estrictas
podrían evitar que las compañías
den a sus servicios trato preferencial
sobre rivales pequeños, y
limitar su capacidad de incursionar
en nuevas categorías de productos.
“Para la industria tecnológica,
hay mucho que perder con la nueva
legislación”, afirmó Bank.
No se espera que las leyes sean
aprobadas antes del 2022, dando a
las compañías mucho tiempo para
influir en el debate.
En octubre, el Centro Europeo
para la Economía Política Internacional
publicó un reporte que arrojó
que las nuevas regulaciones tecnológicas
le costarían a la economía
europea dos millones de empleos
y 85 mil millones de euros en PIB
perdido.
El centro es uno entre al menos 36
grupos comerciales, asociaciones y
grupos de expertos financiados por
Google, reveló el Observatorio Corporativo
Europeo.
“La gente siempre proclama su
independencia política, académica
o intelectual —rechazarían que
han sido influenciados”, dijo Marietje
Schaake, una exmiembro
del Parlamento Europeo. “Pero la
interrogante entonces sería, ¿por
qué están gastando tanto dinero
las firmas en Bruselas?”.