la revista - Natural Life

lugares
Descanso y contacto con la naturaleza
Carmelo lo tiene todo: historia,
playa, pesca y, esencialmente,
belleza. Fundada por Artigas
en 1816, se sitúa sobre uno de
los puntos más atractivos del
Río de la Plata, donde las finas
arenas blancas atraen a numerosos
turistas e inversores.
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Cita con la historia
La zona histórica de Carmelo está conformada por la Plaza Artigas, donde se encuentra el Monumento y Acta de Fundación de
Carmelo, el Templo Histórico del Carmen y el Museo y Archivo Parroquial. Entre los atractivos culturales que los numerosos
turistas –en su mayoría uruguayos y argentinos– pueden conocer, se cuenta también la casa de Ignacio Barrios, convertida hoy
en Casa de la Cultura.
El hito que hizo famosa a esta ciudad se sitúa sobre el arroyo Las Vacas: se trata del puente giratorio, una obra de la ingeniería
moderna que permite el paso de grandes embarcaciones mediante su giro manual. Esta postal se convirtió en ícono de Carmelo
y de esta zona del país. Junto al puente, se encuentran la rambla de los Constituyentes y el Carmelo Rowling Club, una de las
instituciones más tradicionales de la pequeña ciudad. Desde allí, un majestuoso y arbolado camino conduce al visitante hasta el
emblemático Hotel Casino, el amarradero de yates, la boca del arroyo y la playa Seré.
Situada al noroeste del departamento de
Colonia, a orillas del Río de la Plata, Carmelo
es una pequeña ciudad que cuenta
con una población cercana a los 17.000
habitantes, según el censo de 2004. Fue
la única ciudad fundada por José Gervasio
Artigas, sobre la base del antiguo poblado
de Las Víboras, donde un puñado de
viviendas rodeaban a una capilla. El prócer
dispuso el traslado del poblado hacia
la desembocadura del Arroyo Las Vacas,
donde recibió su nombre actual, en honor
a la Virgen del Carmen, de quien se dice
que hacía sus apariciones en el Monte
Carmelo.
Al norte del arroyo que divide la ciudad en
dos, sus calles principales otorgan vivacidad
a un paisaje urbano que se caracteriza
por una seductora tranquilidad y la belleza
de sus construcciones.
En torno a la Plaza de la Independencia
–o de las Esculturas– se desarrolla buena
parte de la actividad cívica y comercial de
Carmelo. Este es también el punto de encuentro
obligado de los lugareños en su
tiempo libre. Los pintorescos cafés que ro-
dean la plaza son el remanso ideal para el
visitante, que suele llegar hasta la ciudad
atraído por la paz de la playa Seré, cubierta
por arenas blancas y finas, que dan marco
a los islotes y las aguas del río, un espacio
ideal para dejar correr las horas, entregándose
a la más reconfortante relajación.
En el río
Cualquier día del año es propicio para disfrutar
allí del descanso, o de la pesca de
bogas y pejerreyes, en alguna de las escolleras
que se internan cientos de metros
en las aguas del “color de león”.
En la boca del arroyo Las Vacas, cientos
de embarcaciones deportivas y veleros
enriquecen el paisaje y hacen su ingreso
a Carmelo por vía fluvial. Sobresale el atracadero
de yates, así como también el camping
náutico donde es posible acampar al
lado del río.
Ya lejos de la zona de playas y agua, también
se puede visitar la Reserva de Fauna,
frecuentada por numerosas familias que
se acercan a observar las especies autóctonas
y exóticas del lugar.///