la revista - Natural Life

Un regalo de la naturaleza
El agua termal que colma las piscinas del resort Los Naranjos,
se obtiene del pozo Fuente Nueva, situado en la
margen norte del río Daymán, y surge de su boca a 45º de
temperatura. “A 500 metros de allí, nosotros colocamos
una bomba que propulsa el agua hacia el hotel, donde
contamos con la presurización necesaria para mantener
en funcionamiento las piscinas”, comentó Andrés Zanata,
gerente del emprendimiento.
En las piscinas del hotel, de acuerdo con su volumen, el
agua se mantiene a diversas temperaturas, que van de
los 36 a los 40 grados. “En verano, enfriamos una de las
piletas, lo cual no consiste en inyectar agua de pozo no
termal, sino en mermar el volumen de ingreso de agua
termal”, explicó Zanata. En todos los casos, su contenido
se envía a una laguna, desde la cual se devuelve a la
tierra, mediante un sistema de riego.
“En las habitaciones contamos con agua termal en las
bañeras de hidromasaje, ideal para darse baños relajantes”,
agregó el gerente.
Para sentirse mejor
En el spa de Los Naranjos se realizan tratamientos totalmente
naturales, que van desde el clásico masaje corporal
hasta los descontracturantes y estéticos, pasando
por servicios como manicuría, podología, estética corporal
y facial. “Es una amplia gama de tratamientos que se
adaptan a la cantidad de días que cada huéspedes permanezca
en el resort”, señaló Andrés Zanata. El soporte
profesional del spa se complementa con cuatro médicos
y un grupo de nutricionistas, que brindan su apoyo a los
huéspedes que lo requieran.
realmente no le interesa salir del hotel, sino
que quiere disfrutar aquí de la tranquilidad.
Es por esto que también traemos el agua
termal hasta el resort, para que nuestros
visitantes puedan disfrutarla en un entorno
de exclusividad.
¿Cómo es la respuesta de los turistas?
Son huéspedes fieles. Tenemos una clientela
importante de la Argentina. Durante los
tres primeros años, el 80% de los pasajeros
provenía de allí. Hoy en día, nuestra ocupación
creció, y la proporción ha variado. Aunque
los argentinos vienen en la misma cantidad
que antes, hoy representan el 55%
del total. El resto de nuestros clientes son
brasileños, paraguayos y uruguayos. El público
local ronda el 30% de la ocupación.
¿Se ha extendido la época de mayor
afluencia de turistas?
Ha quedado en el tiempo el mito de que el
turismo termal es sólo apto para el invierno.
En verano, nosotros contamos con una
ocupación que ronda del 90%. Naturalmente,
durante el invierno tenemos una afluencia
importante, y dentro de esta etapa, el
mes más importante para este tipo de turismo
es julio, además de los fines de semana
largos –tanto los de Uruguay como los de
los países vecinos– y la Semana Santa. Por
el momento, el mercado más complicado
turismo
de la región es Chile, por una cuestión de
transporte. Precisamente, estamos encarando
un proyecto muy importante para poder
vender nuestro producto en ese país.
Lo estaremos lanzando después de las vacaciones
de julio. La idea es ofrecer en Chile
un paquete que incluye poner a disposición
de los visitantes un automóvil en la puerta
del aeropuerto de Carrasco, con el cual pueden
trasladarse hasta nuestro hotel.
¿Cómo se viene trabajando el turismo termal
en esta zona?
Hay cuestiones para mejorar y acomodar,
pero se ha venido dando un crecimiento
natural. Con el tiempo, el turismo termal ha
dejado de ser lo que todo el mundo pensaba:
una terapia o tratamiento. Debemos
pensar que las aguas termales no curan
las enfermedades. Tienen propiedades que
las hacen aptas para tratamientos para problemas
óseos, o de piel, por ejemplo. Sin
embargo, esto no nos debe llevar a pensar
que uno entra en una piscina de agua termal
y consigue allí una cura milagrosa. Estas
aguas cuentan con poderes relajantes
y sedativos muy importantes, e incluso es
bueno su consumo para las personas con
problemas gastrointestinales. Pero debemos
ser realistas y no sobredimensionar
sus características.///
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