la revista - Natural Life

una obra hablada en el idioma de Shakespeare.
Era una situación ideal: “hacer teatro,
y de paso, practicar el idioma”.
Cinco años más tarde, llegó otra casualidad
que se convertiría en bisagra para su vida: un
aviso en un diario convocaba a postulantes
para integrarse al curso de arte escénico del
Teatro Circular de Montevideo. “Me integré
a este grupo en 1973 y me quedé 30 años,
pasando por todas las etapas de trabajo:
pintar, acomodar gente, hacer boletería, ser
el administrador, y fui creciendo como actor,
lo que me gratificó”, cuenta Bolani.
Luego llegó una convocatoria como invitado
a la Comedia Nacional, la elección entre
un empleo estable en una empresa automotriz
y la incertidumbre de la vida como
actor, algunas épocas de dificultades, y los
primeros papeles en avisos publicitarios, alternados
con proyectos teatrales propios y
los primeros pasos en la televisión y el cine.
Su carrera creció lentamente pero con fuerza,
hasta que llegó su incorporación como
artista estable de la Comedia Nacional, donde
hoy participa del innovador musical La
Micción, en tanto dirige la obra Tape en el
Teatro Circular.
Transgresión
¿La comedia nacional impone límites desde
lo artístico?
Se pierde la autonomía de gestión, y además
uno es exclusivo de la Comedia. Pero
allí uno tiene estabilidad en el trabajo. En las
obras que se representan, de pronto, el narcisismo
lleva a que uno desee ser protagonista
siempre, pero hay que adaptarse. Por
ese lado, se extraña enormemente el teatro
independiente. Son sistemas diferentes. En
el teatro independiente todo es a pulmón.
La Comedia Nacional, por otra parte, es un
elenco impresionante, y permite perfeccionarse
constantemente. Además, allí se puede
representar a una cantidad de autores
que en el circuito independiente es difícil
montar, por una cuestión de presupuesto.
¿La participación en una obra tan innovadora
y transgresora para nuestro medio,
como La Micción, genera alguna incomodidad
en un actor consolidado?
Al contrario, me encanta. La Micción, que
hacemos en la Comedia Nacional, es una
experiencia original, que reúne a parte de
nuestro elenco con el grupo La Tabaré Banda,
en un musical de inspiración cien por
ciento uruguaya. Es un texto muy local,
especialmente montevideano, con Tabaré
Convivir con los recuerdos
Al actor Jorge Bolani le llegó el momento de dirigir.
En el Teatro Circular, está al frente de la puesta en
escena de Tape, una obra del norteamericano Stephen
Belber, protagonizada por Moré, Álvaro Correa
y Paola Venditto, que transcurre durante el reencuentro
de tres ex compañeros de estudios, 15 años
después de su graduación. El recuerdo de un hecho
ocurrido en aquel tiempo desata una fuerte catarsis
entre los personajes, provocando una intensa identificación
desde el espectador. “El centro de la obra es
cómo manejamos los recuerdos: si lo hacemos desde
la verdad o de acuerdo con nuestra conveniencia”,
explica Bolani.
Arriba: Whisky, afiche la película.
Abajo: Imagen de Tape, obra
que dirige actualmente.
entrevista
con Jorge Bolani
Rivero como autor, director y actor. Es una
obra muy compleja, e interesante como
experiencia, ya que hay que actuar, bailar
y cantar. También es transgresora, fuerte y
dura, por momentos, en cuanto al lenguaje
y la imagen, y está matizada con la banda
en vivo y sus temas. Es un análisis de la sociedad
uruguaya, desde las ideas de Tabaré,
a esta altura de su vida, sobre los sueños
desmoronados, el desencanto y las revoluciones
posibles, con una mezcla de humor,
sarcasmo y poesía.
Amor al teatro
Ha incursionado en todas las áreas de la
actuación: publicidad, cine, televisión…
Si me ponen en la disyuntiva de elegir, creo
que siempre voy a preferir el teatro, porque
es en lo que me formé. Aunque me parecieron
fantásticas las experiencias que tuve
en cine y televisión. Creo que el actor es un
instrumento que debe ser maleable, crecer
y madurar en todos los campos que se van
presentado. En este país, todavía somos rehenes
de la imposibilidad de grabar ficción
para los actores y técnicos uruguayos en
televisión.
Hay quienes dicen que en el cine y la televisión
los actores uruguayos tienden a la
sobreactuación…
Yo diría que si la gente que ve sobreactuación
en la televisión y en el cine fuera al teatro,
también la encontraría allí. Pero desde
el punto de vista de cada lenguaje, el actor
tiene que entrenarse y recorrer caminos.
La primera vez que hice televisión, fue en
una producción independiente que duró alrededor
de doce capítulos. En los primeros
dos o tres, no me podía ver, porque no me
reconocía. Pero creo que las cosas después
fueron variando para bien. El Estado debería
crear condiciones para que el fenómeno se
dé, y que exista una cuota diaria de pantalla
para ficciones con actores y técnicos uruguayos.
En la medida que esto ocurra, todos
vamos a progresar en estos lenguajes.
Por suerte, en el cine se está mejorando.
Y el motivo es que se han destinado más
fondos para ello.
¿Cómo observa a la televisión uruguaya?
Considero que la palabra rating nos ha invadido.
La pantalla está plagada de programas
que vienen de otros países, y que no
siempre son los mejores, con excepciones.
Lo que ocupa el centro de nuestra programación
subestima la capacidad estimativa
del espectador. ///
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