edición 23 de julio de 2021
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Diario Co Latino
Editorial Viernes
23 de julio de 2021 9
Bukele militarizará el país como
en tiempos de la dictadura
Hay varios estudiosos como P Sorokin
y Toynbee, que defienden
la Teoría del retorno cíclico de
la historia, es decir, que la sociedad o los
pueblos vuelven a experimentar episodios
del pasado. Claro, ésta es una teoría
que choca con el materialismo histórico,
pero es bueno traerla a cuenta, a la luz de
lo que está ocurriendo en El Salvador en
estos momentos. Sobre todo, porque no
es producto de la improvisación.
Por cierto, el estilo de gobierno del presidente
Nayib Bukele sí es la improvisación,
es decir, que va resolviendo en el camino,
pero hay aspectos que parecen improvisados,
pero, no, son los más pensados.
Por ejemplo, el anuncio que hizo el
presidente Bukele del inicio del cuarte fase
del Plan Control Territorial, plan del que
nadie tiene una tan sola página, salvo que
en cada una de ellas se pedirán millones
de dólares, fue aprovechado para anunciar
algo que si no fue improvisado, el incremento
de los miembros de la Fuerza Armada
en 20 mil hombres armas.
Tener un gran ejército a su servicio ha
sido una aspiración del presidente Bukele,
sobre todo, por la obediencia que los
nuevos mandos de la Fuerza Armada le
han jurado, y con ello no solo garantizar
instaurar “un nuevo sistema de gobierno”,
sino, garantizarlo en el tiempo.
Publicación de la Sociedad Cooperativa de Empleados de Diario
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130 AÑOS INFORMÁNDOTE CON CREDIBILIDAD
Claro, el presidente Bukele tuvo primero
que desprestigiar el Acuerdo de Paz,
pero, además, a quienes lucharon porque
eso se diera y a las transformaciones que
esto supuso.
Hoy, hasta quienes anduvieron combatiendo
en los diferentes partidos del guerrillero
Frente Farabundo Martí (FMLN) repiten
el mismo slogan del presidente Bukele:
“los Acuerdos de paz son una farsa”, “la
guerra civil fue una farsa”. ¿Por qué el presidente
Bukele se esforzó por desacreditar
el Acuerdo de Paz? Para que la ciudadanía,
sobre todo las generaciones anteriores, no
tengan que echarle en cara al Bukele una
violación abierta del Acuerdo de Paz en lo
relativo a la Fuerza Armada.
Por cierto, entre los principales logros
del Acuerdo de Paz fue, precisamente, el
tema de la Fuerza Armada, no solo en su
depuración sino en la reducción en tiempo
de paz.
El numeral III del Acuerdo de Nueva
York, que se refiere a la Reducción de la
Fuerza Armada plantea lo siguiente:
1. Los criterios para la reducción de la
Fuerza Armada serán acordados entre las
partes.
2. Los criterios, entre otros, deberán determinar
las pautas en base a las cuales:
a. Se determinará el tamaño a que quedará
reducida la Fuerza Armada en tiempos
de paz.
b. Se elaborará el plan de reducción (forma,
calendario, presupuesto, etc.
Es decir, la reducción del ejército a no
más de 20 mil miembros, en un principio
se creía que deberían ser 15 mil, fue producto
del Acuerdo que puso fin a la guerra
civil, en la lógica que si no hay guerra
declarada no necesita de un gran ejército.
Además, la sociedad civil de aquella
época ha sido de la opinión de que los
pueblos para crecer, para desarrollarse, no
necesitan cuarteles, sino escuelas, universidades.
Pero, dado que el presidente se ha encargado
de borrar de la historia contemporánea
de la guerra civil y del acuerdo que le
puso fin a la misma, nadie puede esgrimir
una violación del Acuerdo de Paz al doblar
el número de hombres armados en la
Fuerza Armada.
También ha aprovechado los últimos lamentables
hechos criminales de las pandillas,
al asesinar al menos seis menores de
edad, en menos de una semana, para justificar
incrementar al ejército y mandarlo
a la calle en labores propias de seguridad
pública.
El Acuerdo de Paz permitió modificar la
Constitución para quitarle el rol de seguridad
pública a la Fuerza Armada, y darle
la función exclusiva de defender la soberanía
nacional.
El presidente Bukele, inmediatamente,
ha dicho que teniendo 40 mil soldados y
20 mil policías, tendrá un elemento de seguridad
por cada pandillero. De acuerdo
con algunos estudios de criminalistas, en
El Salvador hay al menos 60 mil miembros
de pandillas.
Pues bien, si se tienen 60 mil elementos
de seguridad, mayoritariamente de la Fuerza
Armada con sus 40 mil miembros en el
futuro, se tendrá la paridad de uno a uno.
Es decir, un elemento de seguridad contra
un elemento de las pandillas.
Aunque no se diga, el Plan Control Territorial
no controla ningún territorio, y
eso ha quedado claro tras el anuncio de la
cuarta fase, pero también ha quedado claro
que ha servido para justificar una aspiración
bien pensada por el presidente, tener
bajo sus órdenes un gran ejército, que
no dudemos, sobrepasará los 40 mil miembros
aludidos por el mandatario.
Y dado que su rol será en un cien por
cien en temas de seguridad, no dudemos
de que servirá para militarizar la sociedad
salvadoreña, y como quienes defienden la
Teoría del retorno cíclico de la historia,
volveremos a los tiempos de la represión
como los 50 años de la dictadura militar.