Edicion 14 Agosto 2021
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
2 Sábado 14 de agosto de 2021
Nacionales
Diario Co Latino
“Hubo momentos que
no tuvimos nada” : Noemi García
Redacción Nacionales
@DiarioCoLatino
Las ventas en las afueras
del mercado municipal
de la ciudad de Ahuachapán,
bullen como parte de
la actividad comercial. Noemi
García Magaña se zambulle entre
largas filas de personas vendiendo
sus productos al mejor
postor, su embarazo de 9 meses
no le impide sortear el camino,
el regateo de los precios más cómodos
para su bolsillo y llevar
la compra del día.
“Somos una comunidad
con muchas necesidades, porque
estamos alejados, pero gracias
Dios con este proyecto (del
Consorcio de Organizaciones
Humanitarias) nos está ayudando
mucho -para mí- como madre
soltera me ayuda mucho, y
así como a otras familias también,
es gran ayuda a este caserío”,
afirmó Noemi, quien integra
junto a otras familias, el
proyecto de Asistencia Humanitaria
sobre Seguridad Alimentaria
y Nutricional en familias
que tuvieron Pérdidas por Sequías
desde año 2019.
Noemi vive en el caserío El
Gavilán, que se asienta en el
cantón San Juan, del municipio
de Tacuba, a 17.3 kilómetros de
distancia de la ciudad de Ahuachapán,
y como única vía de acceso
con la que cuentan es un
camino con balasto (piedra triturada)
para el tránsito de algunos
pick ups, que desafían el
montañoso lugar, que las lluvias
ponen a prueba en sus habilidades
de conducción.
Tacuba es un territorio con
pocas oportunidades de empleos
en otros rubros que no
sea la agricultura. Catalogado
como municipio en “extrema
pobreza”, fue afectado luego del
decreto de “Emergencia Sanitaria”,
emitida por la actual administración
de gobierno ante la
pandemia del COVID-19, que
cerró las actividades económi-
Noemi, junto a su familia y otros habitantes del caserío El Gavilán, realiza las compras bajo la modalidad
Foto
Diario Co Latino/aLFreDo Carías.
cas por la cuarentena de 8 meses,
lo que generó desempleo masivo
y violencia intrafamiliar a finales
del año pasado.
La misma DIGESTYC reveló
en su más reciente encuesta de
país un crecimiento general de
la pobreza en un 3.4% y en pobreza
extrema un 8.6% solo para
el 2020. Mientras, un análisis de
FUSADES, advirtió de pérdidas
concentradas con un aumento
del 9.8% en la pobreza extrema.
En ese entorno, Noemi, de 21
años de edad, debe buscar soluciones
para obtener ingresos y
garantizar la alimentación de su
hijo Bryan, de 6 años y Axel, que
aún no ha nacido. Hubo momentos
que no pudimos comprar alimentos”,
agrega Noemi, al afirmar
que algunos pudieron subsistir
porque tenían un huerto casero
con alguno de los granos básicos
o plantas alimenticias como
el chipilín o la mora.
El Sistema de las Naciones
Unidas (ONU) ha definido
como pobreza: la falta de condiciones
dignas para una vida plena;
no contar con servicios básicos,
seguridad alimentaria, calidad
del entorno en donde viven
las familias y las condiciones de
sus viviendas, identificándolos
como los elementos multidimensionales
que miden la pobreza en
los países.
“Yo trabaje de guía con las mujeres
(del caserío), luego me fui a
Tacuba a trabajar en oficios domésticos,
pero con la pandemia
del COVID-19 perdí el empleo
y luego con mi embarazo, pues
tuve que regresar y esperar hasta
que nazca mi hijo Axel. Y esta
ayuda nos ha cambiado la vida,
porque hubo momentos que no
teníamos nada que comer”, reconoció.
Con la modalidad de “transferencia
monetaria”, Noemi y las
familias que participan de este
proyecto social, pueden comprar
los alimentos que desean incluir
en su dieta de nutrición. Su bolsa
se llena con melón, sandía, papaya,
guineos, yuca, papas, pescado,
tomates, chile dulce, cebolla y jabón
para lavar, que consideró, le
permite extender la dieta de sus
hijos y ella.
“Yo le agradezco al Consorcio
de Organizaciones Humanitarias
y ECO, sus acciones, porque
nosotros pasamos comiendo
solo frijolitos y arroz con sal, en
el momento más difícil de la pandemia
(COVID-19), y ahora podemos
comprar huevos, crema,
queso y hasta pudimos comprar
camarones que es algo que no vemos
seguido en nuestra mesa”,
indicó. “Este es un proyecto solidario”,
explicó, Alfonso Eduardo
González, coordinador del Proyecto
Asistencia Humanitaria sobre
Seguridad Alimentaria y Nutricional
en familias que tuvieron
Pérdidas por Sequías desde
año 2019”.
“Este proyecto se ejecuta en el
municipio de Tacuba, Ahuachapán,
con la Asociación pro Ayuda
Humanitaria (PROVIDA), y
en el oriente del país lo realiza la
Fundación Campo, que coordina
OXFAM El Salvador, en los países
del CA-4, y fondos ECO, que
es la oficina de Asuntos Humanitarios
de la Unión Europea”, señaló
González.
Los componentes del proyecto
tienen como fin la asistencia humanitaria,
que involucra la identificación
de las familias en vulnerabilidad
socio-económica, y
en especial dan prioridad a las
poblaciones con niñez menor a 5
años; mujeres jefas de hogar, mujeres
embarazadas, personas con
discapacidades y adultos mayores.
“El programa contiene el
componente de la transferencia
monetaria, logramos que los beneficiados
compren sus alimentos
preferidos, que hemos podido
verificar que en su gran mayoría,
por la falta de recursos económicos,
ante el desempleo, no
tenían la capacidad de comprar
esta serie de productos como los
cárnicos, que es muy difícil adquirir
en la zona rural de mayor
pobreza”.
“El segundo componente es la
nutrición, aquí lo que hacemos
es evaluar a niños y niñas de las
familias que participan del proyecto
y se les hace un examen antropométrico,
que consiste en
una serie de pruebas para evaluar
el estado corporal para evidenciar
el estado de salud general
y nivel de nutrición e identificamos
si hay un nivel de desnutrición
aguda o desnutrición crónica
en la niñez, posterior les entregamos
harina fortificada para
buscar su mejoría nutricional”,
expresó González.
PROVIDA, junto al Consorcio
de Organizaciones Humanitarias,
trabajaron para el año
2020 con 4,500 personas, que
equivalen a 956 familias. Mientras,
para el presente año, tienen
a cargo a 626 familias un equivalente
a 2,701 personas, que es
relevante, los resultados a partir
de enfocar de manera individual
la ayuda de la transferencia
monetaria, que ha permitido a
las familias diversificar sus rutinas
alimenticias.
“Se lleva un control a partir
de un expediente con una
fuente de verificación en donde
cada persona del grupo familiar
en cada hogar, sean estos
5, 3 o 12 miembros, se les abre
expediente con el documento
de identidad o partidas de nacimiento
(menores) y se multiplica
por una cantidad establecida
por cada persona y así se
cubren sus necesidades alimenticias
o higiene”.
“Con el componente de nutrición
se les ha dado inducción
en educación alimentaria saludable,
y con la transferencia monetaria,
la gente ha reaccionado
muy satisfecha porque pueden
escoger sus alimentos preferidos
e incorporarlos a su dieta.
Los fondos de la Unión Europea,
rondan los 180 mil dólares
que cubren ambas etapas”, puntualizó
González de PROVIDA.