MARZO 2022

El caos, la crisis, el conflicto,
¿alguna vez los has vivido? Lo
síntomas que se presentan en estas
circunstancias por lo general son:
ansiedad, angustia, sudoración,
insomnio, taquicardias,
respiración agitada (o la sensación
de que falta aire), temblores en
cuerpo, hipertensión o incluso
ataques de pánico.
Hubo un episodio en mi vida hace muchos años en
el que experimenté algo así, me estaba divorciando y
mi ex marido acababa de perder su trabajo, yo estaba
empezando un negocio en el que estaban todos mis
ahorros y todavía no me generaba los recursos para
pagar las cuentas y además tenía una hija de 4 años a
quien cuidar. Me sentía completamente agobiada por
la situación y llegué al extremo de sentir hormigueo
en las piernas y no tenía fuerza para mantenerme en
pie, pensé que me desmayaría o que podrían ser
signos de una grave enfermedad, ¿qué es lo que hice?
Aumentar las horas de trabajo y tratar de reducir mis
gastos a lo indispensable, me sentía perdida, no veía
la solución a mis problemas, empecé a perder peso y
me costaba mucho dormir por las noches y estaba
muy preocupada.
Unos meses después mi situación había mejorado
un poco, el recuento de los daños: estaba agotada,
sin energía, triste y con muchos miedos por mi futuro.
Ahora entiendo que esos puntos de crisis no son lo que
pensamos, son duras experiencias que traen grandes
aprendizajes, lo primero es dejar de verlos como un
problema, hay que verlos como “situaciones a resolver”, si
tú te sientes en crisis, eso es lo que proyectarás y
automáticamente empezarán a suceder cosas que no
deseas en otras áreas de tu vida, yo por ejemplo, empecé
por tener la peor comunicación con mi ex marido,
discutíamos todo el tiempo, lo mismo pasó con mi socia,
choqué mi automóvil de la manera más absurda, tenía
gastritis y colitis y rompieron el cristal de mi vehículo para
robarme el bolso (como si no fuera suficiente que había
chocado), parecía que llevaba una nube oscura encima de
mí y me llovía sobre mojado, cada mañana al despertar lo
único que podía pensar era:
¿y ahora que saldrá mal el día de hoy?
Somos imanes y por lo tanto, todas aquellos palabras,
pensamientos, emociones y acciones que alimentes en tu
persona traerán esa misma energía a tu vida, entonces, la
prisa, la urgencia, la preocupación, el caos, la incertidumbre
y los miedos se multiplicarán, en otras palabras, ese desafío
que no sabes cómo manejarlo se convertirá en un huracán
de conflictos que generará una serie de sucesos que no
quieres experimentar.
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