Edicion 28 de octubre de 2022
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2 Viernes 28 de octubre de 2022
Nacionales
Diario Co Latino
“Campaña Azúcar Amarga”
aboga por un modelo de
agricultura agroecológica
Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
En el marco del Día Internacional contra la lucha por el Cambio Climático”, las organizaciones que integran
la Campaña Azúcar Amarga plantearon la propuesta de impulsar un nuevo modelo de agricultura en el país,
donde no se utilicen plaguicidas. Foto Diario Co Latino/Cortesía.
Pobladores de diversas
comunidades de la
zona rural y organizaciones
ambientalistas, han venido
denunciado que la producción
de caña de azúcar en
El Salvador está basada en un
modelo agroindustrial “agresivo”
que incluye el uso sistemático
y excesivo de productos
agrotóxicos, así como la
sobrexplotación de fuentes
de agua para los regadíos y la
quema de rastrojos que afecta
la salud de los pobladores así
como la fauna y flora silvestre.
“Son extensiones de territorio
que van en aumento y hay
comunidades que vienen denunciando
que parece que los
quieren desalojar de esas zonas,
y que solo haya cañales
porque pasan regando (agroquímicos)
y quemando todo
el tiempo”, señaló Alejandro
Labrador del equipo coordindador
de la Unidad Ecológica
Salvadoreña (UNES).
“La gente ha percibido que
es una acción directa por décadas
que han venido enfrentando
y el Estado sigue haciendo
caso omiso a esas quejas y
parece que no le importará el
enorme padecimiento de las
familias en su salud y sus pequeños
cultivos”, sostuvo Labrador.
En el marco del Día Internacional
contra la lucha por
el Cambio Climático”, las organizaciones
que integran
la Campaña Azúcar Amarga
plantearon la propuesta de impulsar
un nuevo modelo de
agricultora en el país, y abandonar
la promoción de monocultivos,
dado que están vinculados
al uso excesivo de agroquímicos
como biocidas, plaguicidas
y fertilizantes.
En un Foro de Reflexión denominado
“Prohibición de Agrotóxicos
en El Salvador”, los integrantes
de la campaña Azúcar
Amarga, denunciaron diversos
agresiones al medio ambiente
y la salud de los pobladores,
así como, medidas para sensibilizar
a la población en general sobre
este gran problema de contaminación.
Como la práctica de
la “quema rápida e intensa de los
cañales”, que muchas veces terminan
en un incendio forestal que
afecta a las especies silvestres.
Labrador mencionó que los
asentamientos humanos cercanos
a de estos sembradíos están
enfrentando y pagando el “precio
real” de los impactos de este
modelo de producción insostenible
en términos de salud pública,
pérdida de acceso a los bienes hídricos
y terrestres.
“Es paradójico e indignante
que el Estado salvadoreño se de el
lujo de no recibir recursos fiscales
al perdonar los impuestos a estos
sectores tremendamente poderosos
y que después diga el ministro
de salud que no alcanza para dar
una atención integral en salud o
el ministro de educación, eso es
lamentable”, sostuvo Labrador.
Con más de 113 mil hectáreas
sembradas de caña de azúcar en el
país, las comunidades rurales enfrentan
ya en los patios de sus hogares
este monocultivo que atropella
sus cultivos de supervivencia,
así como también sus fuentes
de aguas superficiales.
Este monocultivo también
está degradando los ecosistemas
costeros pese a la importancia internacional,
pues hasta han sido
designados como Áreas Naturales
Protegidas, por ser fuentes de biodiversidad
para las especies y medios
vida de las comunidades vulnerables.
“Nuestro mensaje es que, si
hay que deben fortalecerse en el
Presupuesto General de la Nación,
es el gasto social en educación
y salud y no para bienes suntuarios
o desmesurados salarios.
Los recursos económicos deben
dirigirse a la población que tanto
lo necesita”, señaló.
“Nuestro llamado al Estado es
a fortalecer también la capacidad
de monitoreo de la Ley Ambiental
(gubernamental), y sancionar
a quienes la infrinjan, porque las
quemas están prohibidas, es un
delito pero parece que aquí se fomentan”,
sostuvo Labrador.
Sobre el modelo de “Agricultura
Agroecológica Justa y Sustentable”,
la Campaña Azúcar Amarga
señaló como un paso definitivo
de cambio el “no rotundo a
los pesticidas y abonos que dañan
la tierra”, así también el mejor
uso, recolección y preservación
del agua, cuencas y afluentes
como medida de restaurar los bienes
naturales.
“Estudios de la Unidad Ecológica
Salvadoreña (UNES) señalan
que entre 2018 a 2019, ingresaron
a El Salvador 4 mi 729
toneladas de plaguicidas; 80
mil 230 toneladas de fertilizantes
y 1, 498 toneladas de biocidas
(pesticidas), que representó
una inversión de 55 millones
de dólares, sin ningún tipo de
restricción y sin mayor control
o monitoreo por parte del Estado”,
señaló.
“En El Salvador, entre septiembre
de 2018 a agosto de
2019, se aplicaron más de 696
mil litros de ese producto en
los cultivos y existen estudios
que confirman que se aplicó
por vía aérea en las más de 115
mil 708 manzanas de cultivos
incentivos de caña de azúcar
como madurante”, explicó Labrador,
en referencia al glifosato
descubierto y comercializado
por Monsanto en 1974, con
diversos nombres comerciales
incluido el Roundup.
La Campaña Azúcar Amarga
presentó la propuesta de un
Comité Técnico Interdisciplinario,
que cuente con la participación
de la academia, sistema
de salud, ministerios, sociedad
civil e interesados locales para
revisar este año la lista de ingredientes
activos autorizados según
los efectos a nivel individual
(toxicología) y de ecosistemas
(ecología y ecotoxicología)
para la importación y uso de
esas sustancias.
Asimismo, prohibir sustancias
activas con un potencial
particularmente peligroso para
la salud humana y en particular
los ingredientes activos responsables
de la mayoría de los
casos de intoxicación aguda en
el país. Y prohibir las sustancias
activas con un potencia
particularmente peligroso para
el medio ambiente y biodiversidad.