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DOMINGO SÁBADO 14<strong>15</strong> DE DE ENERO DE DE <strong>2023</strong> <strong>2023</strong> THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />
17 3<br />
EL MUNDO<br />
Heridas abiertas de una democracia fallida en Túnez<br />
Por VIVIAN YEE<br />
El paciente más problemático de<br />
la unidad de quemaduras graves<br />
del hospital tunecino se negaba a<br />
permitir que los camilleros cambiaran<br />
las vendas que lo habían envuelto<br />
desde que se prendió fuego<br />
tres meses antes, por lo que Imen<br />
Jami irrumpió en su habitación.<br />
“Mira, tengo a alguien en coma<br />
y no tengo tiempo”, dijo. “La palabra<br />
final es que subirás a la cama y<br />
cambiarás tus vendajes”.<br />
“Estoy tan cansado”, gimió.<br />
“¿Realmente no vas a cambiarlos?”,<br />
le preguntó.<br />
“Está bien, lo haré”, dijo, estremeciéndose.<br />
Los tunecinos que se prendieron<br />
fuego presos de la desesperación<br />
a menudo tenían poco interés en<br />
recuperarse. Incapaces de mantener<br />
a sus familias en un país que se<br />
estaba desmoronando, solo tenían<br />
la misma futilidad de siempre esperándolos<br />
en casa.<br />
En cierto sentido, la revolución<br />
tunecina de 2<strong>01</strong>0 —y la ola de levantamientos<br />
de la Primavera Árabe<br />
que inspiró— comenzó en la sala de<br />
quemaduras de este hospital cerca<br />
de la capital, Túnez, y a veces parece<br />
que sus últimos alientos también<br />
se están tomando allí.<br />
Ahmed Ellali contribuyó<br />
con información para este artículo.<br />
ZIED BEN ROMDHANE PARA THE NEW YORK TIMES<br />
Hace una década, el Hospital de<br />
Trauma y Quemaduras Severas<br />
atendió a Mohamed Bouazizi, el<br />
vendedor de frutas de 26 años cuya<br />
autoinmolación pasó a representar<br />
la ira que depuso a un dictador y<br />
estableció una democracia. Ahora<br />
alberga a pacientes que se autoinmolaron<br />
y cuyos actos de protesta<br />
no cambiaron nada, y una gran<br />
cantidad de médicos que intentan<br />
escapar. La desesperación colectiva<br />
del país era tan grande que los<br />
tunecinos volvieron a adoptar el<br />
gobierno de un solo hombre por el<br />
que habían luchado tan ferozmente<br />
para eliminar hace apenas una<br />
década.<br />
Todo el tiempo, Jami estuvo allí:<br />
en los últimos días de 2<strong>01</strong>0, cuando<br />
Bouazizi llegó en estado crítico y<br />
cuando el exdictador, el presidente<br />
Zine el-Abidine Ben Ali, posó para<br />
una foto junto a su cama en un<br />
intento poco convincente de mostrarle<br />
al público que le importaba.<br />
Menos de tres semanas después,<br />
Bouazizi había muerto.<br />
Ella estuvo allí en los días siguientes,<br />
cuando una oleada de jóvenes<br />
de todo el país inundó el hospital<br />
después de autoinmolaciones<br />
en imitación.<br />
En el suburbio tunecino de Ben<br />
Arous, la muerte de Bouazizi estaba<br />
galvanizando la Revolución<br />
Jazmín. “Empleo, libertad, dignidad”,<br />
corearon los manifestantes,<br />
y pronto la revuelta se extendió de<br />
hombres jóvenes y luchadores como<br />
Bouazizi a todo tipo de tunecinos.<br />
Para el 14 de enero de 2<strong>01</strong>1, Ben<br />
Ali había huido del país.<br />
Durante un tiempo, pareció que<br />
la democracia florecía en Túnez.<br />
Sin embargo, incluso cuando las libertades<br />
de los tunecinos se multiplicaron,<br />
el pan se volvió más difícil<br />
de pagar y la democracia comenzó<br />
a parecer poco digna.<br />
Los crímenes del antiguo régimen<br />
quedaron en gran parte impunes.<br />
El Parlamento entró en un<br />
impasse. La corrupción se extendió.<br />
El desempleo aumentó. La pobrezse<br />
profundizó. Diez primeros<br />
El Hospital de<br />
Trauma<br />
y Quemaduras<br />
Severas, en<br />
Túnez, ha tenido<br />
un aumento de<br />
pacientes que se<br />
inmolan,<br />
ya que la<br />
economía en<br />
crisis y la falta<br />
de empleo<br />
han dejado a<br />
muchas personas<br />
desesperadas.<br />
ministros en 10 años no lograron<br />
hacer cambios económicos urgentes.<br />
Durante lo que los tunecinos llamaron<br />
la “década negra” después<br />
de la revolución, cientos de imitadores<br />
de Bouazizi llegaron al hospital.<br />
El acto de autoinmolación pronto<br />
representó una quinta parte de los<br />
casos de la sala de quemados.<br />
Luego, Kais Saied fue electo presidente<br />
en 2<strong>01</strong>9. Suspendió el Parlamento<br />
en julio de 2021, hizo a un<br />
lado a los partidos políticos, socavó<br />
las libertades civiles y acogió el gobierno<br />
de un solo hombre, prácticamente<br />
enterrando el breve experimento<br />
del país con la democracia.<br />
Y muchos tunecinos vitorearon.<br />
Sin embargo, más de un año después<br />
de su elección, el presidente<br />
no había podido hacer mucho respecto<br />
de la economía en crisis, los<br />
precios por los cielos o la falta de<br />
trabajos decentes. Por eso, aproximadamente<br />
<strong>15</strong>.400 tunecinos<br />
abordaron botes destartalados<br />
con destino a Europa el año pasado,<br />
solo para que al menos 570 de<br />
ellos se ahogaran, y parte de por<br />
qué los jóvenes seguían prendiéndose<br />
fuego.<br />
En Túnez, la migración ilegal a<br />
Europa en barco se llamaba “harga”.<br />
La traducción literal es “quema”.<br />
Con cada nueva recesión económica,<br />
más personas se prendieron<br />
fuego y uno por uno los médicos comenzaron<br />
a abandonar la unidad<br />
de quemaduras. Ahora tiene solo<br />
tres médicos y dos especialistas<br />
principales —y uno de ellos está<br />
debatiendo si mudarse al extranjero.<br />
Behija Gasri, una médico general<br />
en la sala de quemados, dijo que<br />
entendería si su hijo, que estaba<br />
estudiando para obtener una licenciatura<br />
en arquitectura, se fuera a<br />
tener unos años de experiencia profesional<br />
en Europa, pero quería que<br />
regresara algún día.<br />
Ella se quedaría.<br />
“Si todos nos vamos, ¿qué pasará<br />
con Túnez?”, dijo.<br />
En agosto, los vehículos<br />
esperaban cerca del río Mara<br />
en Kenia, mientras los ñus y las<br />
cebras se reunían para cruzar.<br />
Los guepardos matan y los turistas llegan<br />
Por MARIA CRAMER<br />
y COSTAS CHRIST<br />
El video apareció en línea alrededor<br />
de octubre. Filmado a<br />
distancia, muestra a un antílope<br />
pastando en la llanura africana.<br />
De repente, dos guepardos corren<br />
hacia él y el antílope corre hacia<br />
la cámara. Pero los felinos son demasiado<br />
rápidos. Convergen en él,<br />
lo derriban y comienzan a alimentarse.<br />
Entonces se desarrolla un segundo<br />
drama: vehículos de safaris que<br />
han estado estacionados a distancia<br />
comienzan a moverse. Puedes<br />
escuchar las voces de los guías en<br />
su interior gritándose unos a otros.<br />
Algunos comienzan a tocar sus claxons.<br />
Los vehículos forman un círculo,<br />
buscando una buena posición<br />
mientras sus pasajeros graban a<br />
los guepardos.<br />
El video fue filmado en la Reserva<br />
Nacional Masai Mara en Kenia,<br />
hogar de muchos de los cinco grandes<br />
animales (leones, leopardos,<br />
elefantes, búfalos y rinocerontes)<br />
que los participantes de los safaris<br />
tienen en sus listas.<br />
Los guías y conservacionistas<br />
que lo han visto dijeron que el video<br />
subraya un problema que han<br />
observado desde que el Gobierno<br />
de Kenia comenzó a levantar la<br />
mayoría de las restricciones de<br />
viaje relacionadas con la pandemia:<br />
vehículos de safari repletos<br />
de turistas con teléfonos celulares<br />
dirigidos por guías que están dispuestos<br />
a acercarse demasiado a<br />
los animales.<br />
El hacinamiento en los lugares<br />
populares de safari era un problema<br />
grave antes de la pandemia,<br />
pero a medida que los turistas han<br />
regresado a Kenia, el problema ha<br />
vuelto con una velocidad alarmante,<br />
dijo Judy Kepher-Gona, directora<br />
de la Agenda de Turismo y Viajes<br />
Sostenibles, una organización con<br />
sede en Kenia que ha hecho un llamado<br />
a un control más estricto de<br />
las reservas.<br />
“Tristemente, lo que se ve en este<br />
video es la regla y no la excepción<br />
en la reserva Masai Mara”, dijo.<br />
SIMON ESPLEY<br />
En agosto, Simon Espley, director<br />
ejecutivo de Africa Geographic,<br />
una empresa de viajes y conservación,<br />
vio con horror cómo 60 vehículos<br />
estaban parados a ambos<br />
lados del río Mara, que atraviesa la<br />
reserva, a escasos metros de donde<br />
cientos de ñus y cebras se reunían<br />
lentamente en un punto de cruce<br />
durante su migración.<br />
Cuando los cascos golpearon el<br />
agua, hubo una “aceleración loca y<br />
caótica al lanzarse cientos de toneladas<br />
de acero hacia adelante con<br />
motores rugientes” de los vehículos<br />
maniobrando para acercarse a las<br />
manadas, dijo Espley. Dijo haber<br />
sentido “arrepentimiento e inquietud”<br />
por ser parte de esa multitud.<br />
“Todos en nuestro vehículo se sintieron<br />
así”, dijo. Los viajeros pidieron<br />
a su guía que los alejara de allí<br />
inmediatamente.<br />
“Jamás volveré a ir a la Reserva<br />
Mara en temporada por esto”, dijo<br />
Michael Lorentz, un guía de safari<br />
con sede en Ciudad del Cabo que<br />
conduce recorridos en Kenia. “En<br />
realidad me molesta mucho, y a mis<br />
invitados les molesta, ver lo mal<br />
que se trata a los animales”.<br />
En Kenia, los guepardos fácilmente<br />
pueden abandonar por<br />
temor una presa ganada con esfuerzo,<br />
incluso si han pasado días<br />
sin comer, cuando los vehículos se<br />
acercan demasiado.<br />
Los grandes números de vehículos<br />
y turistas en Masai Mara también<br />
amenazan el viaje anual de los<br />
mamíferos conocido como la Gran<br />
Migración, cuando más de un millón<br />
de ñus, junto con cebras y gacelas,<br />
se desplazan por la reserva en<br />
julio y agosto.<br />
Los turistas que exigen asientos<br />
de primera fila aumentan la presión<br />
sobre los animales, que podrían<br />
responder viajando en grupos más<br />
pequeños o desviándose de sus rutas<br />
establecidas para evitar la aglomeración<br />
de vehículos y turistas,<br />
dijo Benson Gitau, un guía keniano.<br />
El turismo es fundamental para<br />
muchas economías africanas. Para<br />
el 2030, se proyecta que la industria<br />
genere más de US$260 mil millones<br />
anuales.<br />
Cuando Kenia volvió a dar la<br />
bienvenida a visitantes, los líderes<br />
comenzaron a reconsiderar formas<br />
de administrar el turismo en sus<br />
reservas y parques, proponiendo<br />
aumentos de precios para Masai<br />
Mara y restringiendo el desarrollo<br />
de nuevos alojamientos en los parques<br />
nacionales del país.<br />
Pero los conservacionistas y<br />
guías dicen que pocas de las medidas,<br />
si es que alguna, se han aplicado.