NWAGS-julio_agosto2023
Son posibles las ciudades felices, con espacios verdes, proyectos innovadores, sostenibles y una experiencia turística corresponsable. Se deben construir urbes Inteligentes y rediseñar las ciudades a favor del bienestar. ¿Sabes si tu perro te quiere de verdad? La ciencia responde a esta interrogante humana. #Ciudadesinteligentes #Aguascalientes #perros
Son posibles las ciudades felices, con espacios verdes, proyectos innovadores, sostenibles y una experiencia turística corresponsable. Se deben construir urbes Inteligentes y rediseñar las ciudades a favor del bienestar.
¿Sabes si tu perro te quiere de verdad? La ciencia responde a esta interrogante humana.
#Ciudadesinteligentes #Aguascalientes #perros
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Horizontes
GALERÍA: En el sentido de las manecillas: Mastín (Chad
Latta / Getty ) Pug con su amiga humana (Flashpop / Getty).
Pit bull terrier americano (SensorSpot / Getty).
asegura que, en términos generales,
los propietarios de mascotas tienden
a sobreestimar la capacidad de sus
mascotas para entender el lenguaje.
Al respecto, Miklósi reconoce que
solo un porcentaje extremadamente
pequeño es capaz de aprender 100
palabras o más.
Aun cuando es poco probable que
los perros lleguen a recitar poemas,
no hay duda de que parecen tener
cierta afinidad por determinados
idiomas. Mallikarjun ha demostrado
que las mascotas que crecen con
familias de habla inglesa muestran
mucho más interés cuando alguien
habla en español (y viceversa); y la razón,
según la investigadora, es que la
segunda lengua es una novedad para
los animales.
“No cabe duda de que aprenden
a asociar una orden verbal con una
acción o con un objeto”. Pero, técnicamente,
“eso no significa que puedan
hablar el idioma”, afirmó Mallikarjun.
En la mayoría de los casos, lo
“Las distintas razas
de perros poseen
cerebros que están
preprogramados
para desempeñarse
mejor en diferentes
actividades”.
que hacen los perros es interpretar el
tono de la voz, y a menudo deducen
el significado de la palabra según el
contexto. Con todo, si la palabra no
se acompaña de una pista, la mayor
parte de los perros es incapaz de distinguir
entre nombres y verbos.
“Por supuesto que puedo adiestrar a
un perro para que presione un botón
cuando quiere salir al patio”, prosigue
la científica. “Incluso puedo adiestrarlo
para que toque una campaña
cuando quiera salir, como han hecho
muchas personas. O también puedo
esperar a que se acerque a mí para sacarlo
al patio. No obstante, hasta ahora,
Chaser es el único que ha podido
demostrar que un objeto suele acompañarse
de una acción, y que [nombre
y verbo] son conceptos distintos”.
Lo que pasa en el cerebro
de tu mascota
LOS ADELANTOS EN TECNOLOGÍAS DE
imágenes cerebrales aportan tentadores
indicios sobre lo que ocurre en
el interior del cerebro de los perros.
Y a decir de varias investigaciones, la
manera como nuestros amigos peludos
perciben el mundo es radicalmente
distinta de la nuestra.
La Dra. Philippa Johnson es profesora
asociada de diagnóstico por
imagenología en el Colegio de Medicina
Veterinaria de la Universidad de
Cornell y, además, autora del primer
atlas del cerebro canino, el cual divulgó
hace poco. Esta investigadora
ha descubierto que las regiones temporales
del cerebro canino —las que
intervienen en las emociones y la memoria
episódica a largo plazo— son
casi idénticas a las humanas, lo cual
explicaría por qué los perros pueden
vincularse tan bien con las personas y
entender sus emociones.
Sin embargo, la corteza frontal —
sede del razonamiento abstracto, la
resolución de problemas y el pensamiento
imaginativo— es mucho más
pequeña en los perros que en los humanos.
En opinión de Johnson, esto
apunta a que los perros viven “mucho
más en el presente” que las personas,
así que ni siquiera piensan en lo que
pasará más allá de la siguiente comida
o la próxima caricia.
Ahora bien, otras regiones encefálicas
son mucho más grandes en los perros
que en los humanos, y entre esas
áreas se cuentan las que intervienen
en el procesamiento visual, la función
motora fina y el olfato. Por otra parte,
Johnson ha mapeado extensamente
las conexiones de “materia blanca”
del cerebro de los perros, lo cual le
ha permitido identificar las regiones
encefálicas que suelen trabajar de manera
conjunta.
Para la científica, el hallazgo más
significativo es la identificación de
una vía importante que solo ocurre
en los perros. Dicha vía crea una conexión
directa entre la corteza visual y
los lóbulos olfativos (los que procesan
olores), aunque también ha encontrado
conexiones directas entre la nariz y
la médula espinal que no están presentes
en ninguna otra especie.
Gracias a esa conexión, cuando un
perro olfatea un olor, este se procesa
ocasionalmente en las regiones visua-
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